lunes, 25 de noviembre de 2013

Componentes de aumento del Gasto Público... De Alguna Manera...


Subsidios y jubilaciones sin aportes explican 60% del aumento de gasto...


El impresionante crecimiento del gasto público de los últimos años es la causa principal de la alta inflación y la inestabilidad cambiaria. Resulta curioso que las áreas del sector público que más contribuyen al desborde fiscal y donde más reformas se necesitan no fueron afectadas de manera directa por el cambio de gabinete. Sin un replanteo de las decisiones de gasto público tomadas con mucha demagogia, improvisación y poco sentido de responsabilidad no hay posibilidades de detener la pérdida de reservas y recuperar el crecimiento.

© Publicado el domingo 24/11/2013  por http://www.idesa.org/


Han pasado tres días de las primeras definiciones del flamante ministro de Economía, Axel Kicillof, quien el viernes pasado dio su primera conferencia, algo improvisada, en el pasillo del quinto piso del Palacio de Hacienda.

"No se tomará ninguna medida que genere cambios bruscos en la economía, ni que perjudique a los trabajadores, a los sectores de menores ingresos, ni a los empresarios", fue lo primero que dijo Kicillof, y si bien no dio detalles sobre medidas concretas, sí deslizó que habrá una eliminación gradual de los subsidios a los servicios públicos.

"Habíamos hecho algunas readecuaciones en las tarifas de la electricidad, el gas, que tenían que ver con diferentes cuestiones: la primera es que se ve una diferencia muy grande en distintas regiones del país", relató Kicillof el viernes.

"Hay provincias donde no hay siquiera gas de red. Pero los que no tienen gas pagan una garrafa que está mucho más alta que lo que sale el gas de la red. Eso genera inequidades que son complicadas, porque las regiones menos favorecidas son las que terminan pagando tarifas más altas. Lo único que vamos a hacer es trabajar en la consistencia de las tarifas", agregó.

El propio Capitanich dijo ese día que "un chaqueño paga la luz eléctrica mucho más cara que un habitante de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires", a lo que denominó "un factor de inequidad", dejando abierta la posibilidad de modificar la actual política de subsidios del Estado nacional.

Vale recordar que durante las gestiones de los presidentes Néstor Kirchner y Cristina Fernández, se vienen aplicando subsidios a diferentes sectores económicos, principalmente a empresas de los sectores energético y de transporte.

Según un reciente informe de IDESA, “el impresionante crecimiento del gasto público de los últimos años es la causa principal de la alta inflación y la inestabilidad cambiaria. Resulta curioso que las áreas del sector público que más contribuyen al desborde fiscal y donde más reformas se necesitan no fueron afectadas de manera directa por el cambio de gabinete”.

Según datos que publica el propio Ministerio de Economía, entre los años 2004 y 2013 los ingresos tributarios y de seguridad social del sector público nacional se expandieron en $290 mil millones en términos reales (o sea, corregidos por inflación), mientras que el gasto público creció en $420 mil millones. Este impresionante aumento de gasto público nacional se explica por:

· Un 34% los subsidios económicos a empresas privadas y públicas deficitarias.

· Un 24% por las jubilaciones sin aportes (moratorias y pensiones no contributivas).

· Un 18% por el incremento del gasto asociado al empleo público.

“Estos datos muestran que, si bien el crecimiento del gasto público es generalizado, algunos componentes tienen una incidencia decisiva en la expansión. Casi el 60% del aumento en las erogaciones se origina por subsidios para sostener empresas privadas con tarifas retrasadas y empresas públicas deficitarias y jubilaciones sin aportes. Si a esto se le agrega la incidencia del mayor gasto en empleo público se llega a explicar tres cuartas partes del aumento del gasto público nacional”, dice el informe del Instituto por el Desarrollo.

El exceso de gasto público, muy por encima del aumento de la recaudación, obliga a una masiva emisión monetaria que es el principal factor causante de la alta inflación. Por eso, controlar las erogaciones es el principal desafío del gabinete renovado y resulta paradójico que las aéreas del sector público que más reformas necesitan –porque son las que más vienen contribuyendo a la expansión del gasto público en los últimos años– son las menos afectadas por el cambio de funcionarios.

Con tarifas que en algunos casos llevan un congelamiento de más de una década, los subsidios económicos alcanzaron en 2012 a cien mil millones de pesos y en lo que va de 2013 registran un incremento interanual del 50 por ciento. Pero, tal como señaló Capitanich, esos beneficios no se aplican en forma equitativa.

Si bien el discurso tanto del joven economista como del nuevo Jefe de Gabinete han apuntado todo el tiempo a generar tranquilidad, lo cierto es que hace tiempo que se venía especulando con una reducción de los subsidios para luego de las elecciones del 27 de octubre próximo pasado.

El anteaño pasado, el gobierno amagó con un avance a este respecto mediante el programa de Renuncia Voluntaria del Subsidio del Estado Nacional para los servicios públicos y la aplicación de la “sintonía fina” por zonas de mayor poder adquisitivo, pero fue un notable fracaso por demás impopular.

Se dijo que, además, se enviará a los restantes usuarios una carta para que reclamen seguir con los subsidios en caso de necesitarlo aunque eso no tiene fecha de implementación. Por último, se añadió que se abriría un listado de usuarios que, voluntariamente, pidieran la baja de los subsidios, en un planteo que se definió como “solidario”.

Aníbal Fernández, Amado Boudou, Florencio Randazzo, Débora Giorgi y la propia Cristina accedieron a la muestra simbólica de renunciar a algo que en realidad no tenían y aparecieron en el listado, si bien de todas formas se iban a quedar sin los subsidios por tener residencia en Puerto Madero.

© Publicado el domingo 24/11/2013  por http://periodicotribuna.com.ar

 

Belgrano educador... De Alguna Manera...


Belgrano educador…

Los autores de Belgrano. La revolución de las ideas rescatan las preocupaciones del prócer sobre educación. Anticipándose a su tiempo, el creador de la bandera fue un defensor de la enseñanza pública, gratuita y obligatoria. Donó bienes personales para la fundación de escuelas y resaltó el rol del maestro en la comunidad.

Detrás del creador de la bandera y del militar de las guerras de Independencia, se esconde el Belgrano intelectual que, durante la transición entre la colonia y la independencia, sembró con sus ideas los cimientos de nuestra nación. Ese costado menos conocido es el que rescatamos en el libro Belgrano. La revolución de las ideas. Allí sale a la luz el Belgrano economista, el periodista y, tal vez, el menos conocido de todos, el educador.

Después de ocho años de estudio y ejercicio del Derecho en España, en 1794 nuestro prócer volvió a Buenos Aires impregnado de nuevas ideas que buscó difundir para vencer el atraso intelectual en el Río de la Plata. Muchas de las páginas que escribió las dedicó a la educación, a la que consideraba motor del progreso económico, social y cultural. Su insistencia sobre, entre otras cosas, la necesidad de fundar escuelas gratuitas y de calidad para todos los niños y las niñas fue una verdadera audacia en aquella sociedad estamental de fines del siglo XVIII, cuando la revolución aún no asomaba en el horizonte.

“Sin que se ilustren los habitantes de un país, o lo que es lo mismo, sin enseñanza, nada podríamos adelantar”, escribió Belgrano tan temprano como 1798 en su Memoria del Consulado. Para él, el fin último de la educación era el trabajo, que a su vez constituía la “emancipación de los pobres”, quienes no tenían más que su fuerza personal para generar riqueza.

Su plan educativo fue vasto. Defendió tanto la educación básica como la especializada y técnica, orientada al trabajo y a la producción. Innovó al plantear la importancia de la educación de la mujer y la obligatoriedad de que todos los padres enviaran a sus hijos a la escuela. Propuso la acción coordinada de padres, párrocos, maestros y funcionarios reales para crear escuelas, colegios y academias, y, además, sacar la educación del ámbito de lo privado (una idea profundamente revolucionaria para la época). También insistió en el sistema de premios para fomentar la dedicación de niños, jóvenes y adultos en las diferentes tareas. “Jamás me cansaré de recomendar la escuela y el premio; nada se puede conseguir sin éstos”, escribió en otra de sus Memorias.

Belgrano diseñó este programa de enseñanza pública en un escenario educacional primitivo, fuertemente vinculado a la religión católica y con altas dosis de represión. Pocos niños eran educados en las escasas instituciones existentes. En ellas se enseñaba el Catecismo, a leer y a escribir y las nociones básicas de aritmética. La educación media o superior era monopolio de las órdenes religiosas, y solo se dictaba en Charcas y Chuquisaca. Los únicos que entonces enseñaban oficios eran los jesuitas.

La pretensiosa revolución que Belgrano añoraba para la educación quedó más bien en el plano de las ideas; aunque algunas iniciativas suyas pudieron cobrar forma. Como secretario del Consulado, fundó las escuelas de Dibujo y de Náutica, que funcionaron unos pocos años con unas decenas de alumnos. Luego de la revolución, como vocal de la Primera Junta, creó la Academia de Matemáticas, cuya misión principal fue formar militares y cadetes. Y cuando Mariano Moreno fundó la Biblioteca Pública, Belgrano donó 86 de sus obras personales para abastecerla.

Una de sus grandes renuncias personales también fue para la educación. Cuando la Asamblea Constituyente lo premió con 40.000 pesos (equivalente a 80 kilos de oro) por los triunfos en las batallas de Tucumán y Salta, los donó para la fundación de cuatro escuelas. Las mismas debían abrirse en las localidades de Tarija, Jujuy, Tucumán y Santiago del Estero, bajo el reglamento que él mismo presentó en mayo de 1813. En el artículo 18 de ese reglamento resaltó el lugar que el maestro debía ocupar en lo educativo y como referente civil más importante de la comunidad. La historia de las cuatro escuelas del Norte esconde, sin embargo, un lado oscuro: las mismas no se llegaron erigir sino hasta el siglo XX, hecho que refleja la desidia que siguió a la muerte de Belgrano en 1820 en cuanto a la concreción de su deseo personal.

Nuestro prócer pasó los últimos diez años de su vida al frente de campañas militares, expandiendo la revolución por el interior del país. En sus escritos se muestra al servicio de la causa revolucionaria, realidad que lo alejó de su gran pasión, la vocación intelectual. Aun en medio de las luchas por la Independencia, Belgrano continuó su plan educativo: visitó escuelas y llamó la atención sobre la poca concurrencia a las mismas. Al fundar pueblos, sugirió la creación de escuelas en ellos y propuso los medios para sostenerlas. Asimismo para con sus soldados ocupó el lugar de educador al punto que Mitre lo definió como “el fundador de una escuela militar, que ha dado a la patria guerreros ilustres”.

Aunque limitado en sus acciones, Belgrano logró echar raíces que más adelante dieron origen y sustento a la educación que forjó el progreso social de nuestra nación. Mirada en su conjunto, la obra de nuestro prócer tiene un marcado carácter pedagógico: para él la clave estaba en formar a cada uno de los habitantes del pueblo en su doble condición de sujeto económico y ciudadano. Solo así podrían vencerse el ocio, la pobreza y el atraso que él tampoco se cansó de denunciar. Sus ideas pueden ser condensadas en la frase que acuñó en 1810: “La patria necesita de ciudadanos instruidos”.
© Escrito por Diego Valenzuela y Mercedes Sanguineti, Autores del libro Belgrano. La revolución de las ideas (Sudamericana), el miércoles 13/11/2013 y publicado en el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 24 de noviembre de 2013

Ladislao José Biro... De Alguna Manera...

Ladislao José Biro...


El 24 de noviembre de 1985 fallecía László József Bíró, conocido en la Argentina como Ladislao José Biro, fue un inventor y periodista que realizó un total de 32 inventos, entre ellos el bolígrafo, que le dio fama internacional.

Nacido en Budapest el 29 de septiembre de 1899, Ladislao tuvo la idea del invento que lo haría famoso, el bolígrafo, ya había inventado una lapicera fuente, una máquina para lavar ropa, un sistema de cambios automático en los autos y un vehículo electromagnético.

Biro llegó a nuestro país en mayo de 1940, al comenzar la Segunda Guerra Mundial, él y su hermano emigraron junto con Juan Jorge Meyne, su socio y amigo que lo ayudó a escapar de la persecución nazi por su origen judío.

En ese mismo año formaron la compañía Biro Meyne Biro y en un garaje con 40 operarios y un bajo presupuesto perfeccionó su invento, realizando el 10 de junio de 1943 una nueva patente en Buenos Aires.

Lanzaron el nuevo producto al mercado bajo el nombre comercial de Birome (Acrónimo formado por las sílabas iniciales de Biro y Meyne). Su venta al público fue de entre 80 y 100 dólares, un costo excesivo para ésa época.

Cuando comenzaron a promoverse se les llamaba esferográfica y se hacía hincapié en que siempre estaba cargada, secaba en el acto, permitía hacer copias con papel carbónico, era única para la aviación y su tinta era indeleble.
 
© Publicado el domingo 24/11/2013 por Argentina.ar 

Las fotos


 


 




La "Opo"... Expectativas y dudas... De Alguna Manera...

 Expectativas y dudas...


Los cambios en el gobierno nacional y “los gestos” del flamante jefe de Gabinete, Jorge Capitanich, quien propuso entablar una relación más fluida con el Congreso, despertaron “expectativas” entre los dirigentes del arco parlamentario opositor, aunque todos prefieren esperar a ver cómo se plasman “las intenciones” en los hechos. De todas maneras, la figura del ministro coordinador desató elogios variados entre los opositores consultados por Página/12.

“Es una figura de peso y una expresión de los gobernadores del PJ alrededor de la Presidenta”, lo definió el diputado radical Mario Negri. “Tiene un gran conocimiento de cómo funciona la economía acá y en el planeta”, afirmó el diputado macrista Federico Pinedo. “Lo conozco mucho y es un hombre de diálogo”, agregó el electo diputado socialista Hermes Binner. “Es muy bueno. Capitanich fue gobernador, no sé muy bien la gestión, pero en ese sentido puede ayudar mucho”, opinó Sergio Massa desde España en su gira internacional como presidenciable. Tampoco faltaron los reclamos. “Que el Ejecutivo devuelva al Congreso las facultades delegadas”, proclamó Negri. “Que el Gobierno reciba al gobernador Antonio Bonfatti”, pidió Binner. “Queremos políticas de Estado contra la inflación y el narcotráfico”, sostuvo Pinedo.

Capitanich retomó la iniciativa oficial en varios frentes, entre ellos el parlamentario. El miércoles se reunirá en el Senado con los jefes de todos los bloques políticos de la Cámara alta. Un encuentro que se encargó de armar el jefe del bloque kirchnerista, Miguel Angel Pichetto, donde los senadores del oficialismo le cederán protagonismo al flamante ministro coordinador. El jefe de Gabinete expondrá sus propuestas para una relación y un trabajo más fluido con el Congreso.

“Las expectativas siempre son positivas. Pero por ahora lo que vemos son sólo señales y cambios estéticos y en los modos. Lo importante es que esto se traslade a lo político, si no sería una defraudación”, marcó el radical Negri. El diputado cordobés no dudó en señalar a Capitanich como “una figura de peso en la Jefatura de Gabinete y una expresión de los gobernadores del PJ alrededor de la Presidenta”. “Aunque no lo digan creo que es una consecuencia lógica sobre el resultado electoral. Pero lo importante y lo central son los cambios reales”, advirtió Negri y señaló que una expresión del reencausamiento de la relación del jefe de Gabinete con el Parlamento “debe ser la devolución al Congreso de las facultades delegadas al Poder Ejecutivo”.

Para Negri, la otra prioridad es “la lucha contra la inflación, a la que primero hay que reconocer y eso todavía no ha ocurrido”. “Hay que saber cuáles son las metas, las definiciones sobre política cambiaria y lo que han definido como ‘atracción de inversiones’, para lo que se necesita un marco de confianza que no es la herencia que deja (Guillermo) Moreno con la destrucción del Indec”, remarcó Negri a Página/12 antes de soltar su duda: “Espero que esto que dicen iniciar no sea sólo gestual”, señaló.

“Tiene una gran experiencia en la administración y un gran conocimiento de cómo funciona la economía. Lo que marca una gran diferencia con sus antecesores. La primera señal es de racionalidad y de equilibrio en lo macroeconómico”, dijo Pinedo sobre Capitanich. “Que el jefe de Gabinete diga que va a cumplir con la Constitución ya es una noticia que hay que celebrar. Marca un cambio de época, veremos qué hace”, completó.

En cuanto a la relación con el Congreso, Pinedo consideró “razonable que empecemos a establecer políticas de Estado con temas inminentes como el narcotráfico y la inflación. Espero que se pueda avanzar y sacar estos temas de la pelea partidaria y que se haga de buena fe”. Sobre el ministro de Economía, Axel Kicillof, consideró que “se conoce mucho con Capitanich, más allá de sus diferentes formaciones, y que va a actuar en la misma línea. Creo que va a haber una política y no dos”.

Desde España, Massa fue más escueto y calificó la designación de Capitanich como “muy buena” y dijo que su experiencia como gobernador “puede ayudar mucho”. En cambio, como parte de su primera gira internacional como candidato presidencial, le apuntó a Moreno –el saliente secretario de Comercio– y atribuyó su renuncia al “triunfo” de la gente que aportó con su voto a la derrota oficialista en las legislativas de octubre. El empresario y diputado electo por el Frente Renovador José Ignacio de Mendiguren valoró “la capacidad de trabajo” de Capitanich –con quien compartió el gabinete durante el interinato de Eduardo Duhalde– y consideró que Juan Carlos Fábrega, el presidente del Banco Central, “conoce muy bien los instrumentos del sistema financiero”.

“Es tiempo de renovación para atender una realidad que nos permita transitar los próximos dos años más tranquilos. Y si hay diálogo es muy importante. Es positivo en lo que resta para la finalización del mandato de la Presidenta, dos años que van a ser mucho o poco tiempo de acuerdo a cómo se los aborde”, expresó Binner, quien reclamó “resolver” temas como “la inflación, la caída de las reservas y el déficit fiscal para que funcione el Mercosur y fijar un rumbo común con el resto de la región”.

“A Capitanich lo conozco mucho de nuestra relación como gobernadores, es un hombre de diálogo con el que hemos conversado problemas comunes entre el Chaco y Santa Fe como los temas algodonero, azucarero y de los bajos meridionales”, dijo Binner sobre el jefe de Gabinete antes de hacer su propio reclamo: “Habrá que ver qué políticas lleva adelante, pero sería muy importante para el diálogo que, por ejemplo, reciba al gobernador Bonfatti, que hace dos años que reclama una entrevista y no lo consigue”. “Estaríamos en el buen camino”, sostuvo Binner sobre el diálogo que Capitanich propondrá al Congreso. “Hay que armar una mesa de negociación para acordar temas y abordar ideas y propuestas que todos los sectores aporten, de acuerdo con su saber y entender. Y que luego esto se trate y dirima con el voto del cuerpo legislativo”, propuso el líder del PS.

© Escrito por Miguel Jorquera el domingo 24/11/2013 por le Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Soviético... De Alguna Manera...

Soviético...


Cabría preguntarse por qué lo llaman “soviético”. Lo de “ruso” es previsible, es un apodo que suele darse en la Argentina a los judíos askenazis. En el caso de Axel Kicillof, a quien Cristina Kirchner insiste en italianizar llamándolo Kichiloff (sic), además de “ruso” le han colgado lo de “soviético”, una sugestiva pirueta más o menos macartista que juega con el combo ruso judío, ruso de Rusia y, además, ruso soviético.


La nación soviética se extinguió en 1991, aun cuando el Partido Comunista originariamente fundado por Lenin, suprimido por la restauración capitalista en 1991 y refundado en 1993, retiene hoy 92 de las 450 bancas de la Duma y 460 de los 3.787 legisladores de los parlamentos regionales, tras el 23,19% de los votos obtenidos en las elecciones parlamentarias de 2011. En las presidenciales de 2012, el candidato del PC ruso, Guennadi Ziuganov, logró sólo el 17,2%, mientras que Vladimir Putin se alzó con el 63,6%.

¿Responde acaso Kicillof a lo que significaba ese PC de la URSS que monopolizó el poder entre 1917 y 1991? Con lo de “soviético” se pretende formatear la imagen del economista argentino en clave de radicalidad ideológica; ¿sería un “comunista”? Claro que no lo es, aunque no parece tener inquietudes religiosas, puesto que el miércoles juró por la Patria, sin mencionar a dios alguno. A los 42 años, este egresado del Colegio Nacional de Buenos Aires se reconoce en una corriente que anima los medios universitarios de Estados Unidos y Europa bajo el temiblemente reduccionista apodo de “neokeynesianos”. Dicho sin vueltas, Kicillof expresa la resurrección de la vieja creencia en un Estado que asigna más y mejor los recursos que el hoy denostado mercado. En las universidades occidentales hay académicos convencidos de la superioridad del socialismo, al que se arribaría previo paso por una fornida experiencia de intervención estatal.

Ya desde fines de los años 70 del siglo anterior, revistas marxistas europeas y norteamericanas aludían al “estatalismo”, una versión si se quiere más densa y exigente que el mero y superficial estatismo. Se trata de una compacta convicción en dicha superioridad del Estado para fijar e implementar políticas, haciendo caso omiso a las presiones y/o necesidades de los actores privados. Un caso verdaderamente aleccionador de esta deriva es la hoy indescriptible Venezuela, con un Estado grueso, fofo y, además, intimidatorio. ¿Es Kicillof, entonces, un chavista argentino? Error. Son situaciones y paradigmas diferentes. El chavismo rojo-rojito, además de fenomenalmente incompetente en la gestión cotidiana del Estado, es mucho más castrista que peronista. El peronismo tiene una larga tradición de acomodamientos y zigzagueos respecto de los paradigmas marxistas. Ferozmente anticomunista desde 1945 y hasta por lo menos 1960, practicó a partir de aquel año diversas y ambiguas danzas nupciales con el Partido Comunista y otras fuerzas de izquierda.

Kicillof, que nada tuvo que ver jamás con la vieja izquierda, no debería alarmar ni irritar a quienes pretenden seguir adhiriendo a una mirada convencional del peronismo como fuerza alejada, a la vez, del socialismo marxista y del capitalismo liberal. Lo que tienen en común hoy estas variopintas formas de cuestionamiento del mercado y de la iniciativa privada es, precisamente, su pesada e irredenta fe en el Estado, no la opción por un socialismo que en ninguna parte del mundo se ha demostrado sustentable. Estudiosos como Kicillof no podrían ignorar que los modelos dictatoriales aún sobrevivientes (China, Vietnam, Cuba, Corea del Norte) son irremediablemente extravagantes y obsoletos para la Argentina.

Sin embargo, esos socialismos de mano dura se asumen con naturalidad como todopoderosos capitalismos de Estado. Son regímenes estatalistas puros y duros en los que el mercado es manejado desde grupos gobernantes excluyentes y muy concentrados. La centenaria idea soviética, de cariz colectivista y ambiciones de minucioso igualitarismo social, discurrió como economía de guerra en la Rusia atrasada de 1917, pero dos décadas más tarde lo soviético se transformó en feroz dictadura concentracionaria. Tal vez nada habría sido diferente si Lenin, en lugar de morir en 1924 a los 54 años, hubiese vivido dos o tres décadas más. Stalin fue la versión gruesa y feroz de un modelo de pensamiento esencialmente enamorado de la verdad poseída por minorías iluminadas, las vanguardias esclarecidas del proletariado.

De soviético, nada, pues. Kicillof es un lector de Marx convencido de que la deriva al liberalismo tras el derrumbe mundial del cínicamente llamado “socialismo realmente existente” a fines de los años 80 fue un hiriente traspié ocasional, que ya se ha superado. Ese es el problema cardinal: más y no mejor Estado; mercados, sí, pero relativamente, bajo condición de que admitan una musculosa conducción estatal con su secuela interminable de permisos, autorizaciones, normas a ser dadas desde un gobierno enorme y muy inmiscuido en la cotidianidad. Lo soviético hoy no existe, si es que alguna vez tuvo vida.

El mito y el horizonte imaginario es el Estado, poderoso, enorme, generoso, dispendioso, magnánimo y con recursos inagotables. Esta es la clave; no hay a la vista utopías míticas convincentes, sino un retorno indulgente al viejo útero colectivo nacional, rincón proveedor de esperanzas siempre renovadas. Hasta el próximo derrape.

© Escrito por Pepe Eliaschev el domingo 24/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires .

Links: www.pepeeliaschev.comTwitter: @peliaschev


CFK... Tampoco resurgió... De Alguna Manera...

Tampoco resurgió...

Era 2007. Siendo Néstor Kirchner presidente, Capitanich se ufanó de venir a PERFIL porque –dijo– “soy el primer oficialista que se presta a esta extensa entrevista”. Me quedó la idea de alguien con mucha energía, ambición y un alto concepto de sí mismo, que de alguna manera venía a poner a prueba. Imparable recitador, pero no sé si cuenta con la dimensión necesaria para dar vuelta la tendencia decadente del Gobierno. Le pregunté: “Usted es contador, preside la Comisión de Presupuesto y ha dicho: ‘Yo soy un experto con los números’.

"¿Qué representa la matemática en su vida?”. Y Capitanich respondió: “Pasión. Voy a contarle una anécdota: como apasionado de la matemática, me gusta modelizar, y un día estuve en un partido en el que ganaba Argentina 3 a 0 en el primer tiempo y después hizo un gol Brasil en el segundo tiempo. Modelicé lo que llamé ‘modelo de optimización del uso del espacio físico en el rectángulo de juego’. Y se lo llevé a Pekerman, Salorio y Tocalli, quienes me miraron azorados durante tres horas. Hice un análisis estático y dinámico del fútbol tomando a cada jugador como un vector en un espacio de tiempo de 1 a 90 minutos analizando la Teoría de los Juegos, la Teoría del Control, y determinando con una multiplicidad de ecuaciones diferenciales la optimalidad del rendimiento del jugador. Porque el jugador tiene un rendimiento marginal decreciente con el transcurso de los minutos (sic)”.

Los obsesivos pueden ser grandes gerentes, pero los atributos que les sirven para ser perfectos detallistas a veces pueden hacerles perder la perspectiva estratégica.

Hace un mes y medio, por una contratapa que llevaba de título “Cristina no está vencida”, los militantes digitales anti K acusaron a PERFIL de haberse vuelto kirchnerista. Comenzaba así: “Como tantas otras veces, los deseos de muchos por comenzar cuanto antes otro ciclo pueden hacerlos dar por terminado prematuramente al kirchnerismo cuando todavía goza de alguna salud. Decir que el 70% de la gente vota en contra del kirchnerismo es como decir que el 60% de la gente vota en contra de Macri en la Ciudad de Buenos Aires”.

Ahora corresponde hacer notar lo contrario enfatizando que tampoco hay que pensar que Cristina Kirchner resurgió renovada, y muchos menos infalible. El aire puro que le aporta Capitanich en la Jefatura de Gabinete puede terminar desinflándose dentro de un año, o antes, como sucedió con Massa cuando ocupó el mismo cargo, también en una situación de post crisis donde otra vez fue necesario rejuvenecer el elenco gubernamental tras el fracaso de la 125.

Ayer, PERFIL informó que también Sergio Urribarri podría sumarse al Gabinete como ministro del Interior, controlando Florencio Randazzo sólo el Ministerio de Transporte.

Probablemente Cristina esté tratando de encontrar el antídoto al síndrome del pato rengo, que ataca a todos los presidentes en sus últimos dos años cuando no pueden ser reelectos, promoviendo la creación de tantos posibles  candidatos presidenciales 2015 para que finalmente ninguno tenga poder ni protagonismo. Quizás logre que nadie haga pie, pero al precio de que su gobierno tampoco pueda hacer pie. Y es más grave no tener un apoyo sólido en el ejercicio del poder que sólo cuando se aspira a él.

Un buen ejemplo es la fobia al plan. Tanto Capitanich como Kicillof se preocuparon por remarcar que no habrá un plan sino doscientas medidas y el uso de múltiples herramientas para que nadie se haga la idea de que se vendrá un cambio. ¿Serán como el tero, que pone el huevo en un lado y grita en otro? ¿O realmente no habrá cambios significativos porque ellos producirían una herida narcisista en la Presidenta? En su reaparición, donde mostró el perrito de Chávez y las flores de Hebe de Bonafini, ¿lo hizo para remarcar “acá no cambiará nada” o para encubrir que acá cambiarán muchas cosas pero trataremos de sobreactuar lo opuesto para disimularlo?

La cuestión de fondo es si con gradualismo el kirchnerismo logra llegar a 2015 sin que la economía le explote. Y aun si esa hipótesis fuera probable, ¿el kirchnerismo se conformará con llegar a 2015 y pasarle los desajustes a quien lo suceda para esperar su fracaso y soñar con regresar en 2019? ¿O pretende irse con gloria e imponer a su sucesor como pudo hacer Lula en Brasil? En este último caso, el gradualismo no es receta.

La receta, si la hubiera, sería un plan antiinflacionario que no sólo no fuera contractivo sino que lograra ser expansivo, promoviendo el crecimiento como el Plan Austral de Alfonsín en 1985, la Convertibilidad de Cavallo en 1991 y el Real de Fernando Henrique Cardoso en Brasil en 1995. Un plan así podría ser vendido como nacional y popular y de matriz diversificada con inclusión.

Pero ese tipo de planes requiere que quienes gobiernan tomen el riesgo de jugar su futuro al acierto de esa apuesta sin retorno, y esos riesgos normalmente se toman cuando ya no queda casi nada que perder. Esa no es aún la situación del kirchnerismo.

También la sociedad adopta aliviada este tipo de planes cuando la crisis ya puso en tal riesgo su economía personal que tampoco tiene mucho que perder. Y ésa tampoco es la situación actual de la gran mayoría de la población.

Más fácil es imaginar que se elegirá el dificilísimo camino de ir reparando el avión en vuelo, lo que limita el grado de corrección que se le pueda aplicar.

Pero con gradualismo tampoco a Capitanich le alcanzaría para posicionarse como futuro candidato a presidente. Vale tomar nota de que la Constitución del Chaco le impide volver a ser reelecto como gobernador en 2015, así que tampoco tiene mucho que perder, y ser un eventual vicepresidente en la fórmula de Scioli tampoco sería una mala salida para él.

La ida de Moreno para fortalecer a Kicillof (su equipo, todos sin corbata, lucía como del PRO) es otra forma de dividir reduciendo el poder de Capitanich.

“Divide y reinarás” será el lema de Cristina 2013-2015, y hasta Massa le resultará funcional para mantener a todos los presidenciables tan frágiles que, por contraposición, ella, hasta con el 20% de los votos, pueda seguir siendo la gran electora.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el  domingo 24/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.