sábado, 18 de mayo de 2013

Elecciones e indecisos… De Alguna Manera...

Clima enrarecido, pronóstico reservado...

Corrida del dólar, protestas masivas, denuncias de corrupción, reforma de la Justicia sin debate y con ajustadísima mayoría parlamentaria… ¿cómo sigue la película de la política argentina? Al oficialismo se lo ve a la defensiva, a la oposición, bajo el estímulo de un clima convocante, pero siempre desorientada. Y las tendencias electorales continúan inciertas. 
Detrás de esos temas no menores, y bajo las humaredas que ellos levantan, hay una ciudadanía expectante cuya agenda no es la misma que la de los políticos y los ciudadanos políticamente alineados. Aquí, como en casi todas partes, los votantes indefinidos terminan decidiendo el resultado electoral. La diferencia es que en otras partes las campañas electorales ponen el foco en esos votantes volátiles, mientras en la Argentina la comunicación política –tanto la del oficialismo como la de los opositores– parece encandilada con los votantes ya alineados y no se ocupa de los indefinidos. Obviamente, hay una masa no menor de ciudadanos que saben que votarán las listas oficialistas, y otra masa no menor de ciudadanos que saben que las listas del oficialismo no las votarán. ¿Quién habla para los que están indefinidos? 
Hay dos indicios muy significativos acerca de estos últimos, y algunos datos ciertos. Lo cierto es que en octubre de 2011 aproximadamente la mitad de ellos votó para presidente a Cristina de Kirchner; la otra mitad, a falta de un candidato con fuerza polarizadora, dispersó su voto. Con esos votos, la Presidenta pudo superar el cincuenta por ciento; ellos fueron decisivos para su triunfo; y no son votos regalados, hay que conquistarlos cada vez. Los indicios: primero, son votantes poco ideológicos, poco generalistas; demandan respuestas específicas a problemas específicos, valoran en alto grado la gobernabilidad. Frente a esas demandas, la Presidenta hasta ahora corrió con ventaja. 
El segundo indicio lo ofrecen las preferencias de esos votantes por los dirigentes políticos. Son esos votantes “swing”, sin preferencias definidas de antemano, quienes hoy entronizan a Daniel Scioli y a Sergio Massa en la tabla de posiciones de la imagen positiva en las encuestas. No están buscando más oficialismo ni más oposición, sino precisamente lo que esos dirigentes encarnan con sus aparentes ambigüedades. Recuerdan al memorable “no positivo” de Julio Cobos en 2008, que a esa gente le cayó muy bien. 
Esos votantes que terminan inclinando la balanza electoral tienden a no reaccionar ante promesas, diagnósticos o pronósticos. Más bien reaccionan ante los hechos y ante las respuestas de los gobernantes a los hechos. Cuando el desempleo era muy alto y la pobreza muy extendida, plantear ayuda familiar, impulsar jubilaciones y subsidiar servicios públicos fue una respuesta muy bien valorada; eran soluciones, no promesas. Ahora los problemas más acuciantes son la pérdida de poder adquisitivo de los ingresos –esto es, la inflación–, la mala calidad de los servicios públicos –sumada a la falta de respuesta de los gobiernos a las incidencias trágicas que se derivan de ellos–, la declinante calidad de la educación –donde convergen la falta de horas de clase por paros y ausencias docentes con la incapacidad del sistema para cumplir la función de enseñar–. Pero ahora, de todo eso no se habla desde la política. 
Los mensajes del Gobierno a veces rondan lo insólito por el desajuste con las expectativas de sus propios votantes. Pero lo que más resalta es la enorme concentración de la atención del oficialismo en asuntos como la Ley de Medios, la reforma judicial o la re-reelección, que en el mejor de los casos a mucha gente no le interesan y, cuando le interesan, tienden a decir que no. El argumento de que así mal no les ha ido no se sostiene: no fue así como al actual oficialismo le fue bien, no fue hablando de lo que a la gente no le interesa o no le gusta, sino de lo que a la gente le resolvía problemas.
Los mensajes de la oposición también se mueven entre la irrelevancia y lo insólito. De lo que más hablan los dirigentes opositores es de lo poco que se entienden –o lo mal que se llevan– con otros dirigentes opositores. Ni siquiera pueden mantener en bajo perfil sus negociaciones tentativas. Luego, hablan de generalidades que al electorado no definido no le dicen nada. Y cuando, inesperadamente, tocan un tema de preocupación general, no se les ocurre nada más extraordinario que pedir una devaluación. Desde hace treinta años, si en algo la sociedad argentina se mantuvo igual a sí misma fue en su persistente adhesión a la estabilidad de precios y a la estabilidad del tipo de cambio. Recuerdan a Duhalde propiciando en su campaña de 1999 la devaluación… así le fue. 
No se sabe cómo sigue la película, pero sería deseable que sus guionistas consideren seriamente rodarla con varios finales distintos. 
© Escrito por Manuel Mora Y Araujo, sociólogo, el sábado 11/05/201 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Videla, un mediocre… De Alguna Manera...


Un mediocre…

Qué fácil decir “murió el diablo”. Qué fácil es hoy sobreactuar indignación. Mucho más difícil es reconocer que los autores de actos monstruosos puedan ser personas ordinarias. Es más desolador porque nos impide excluirnos como sociedad de la responsabilidad de los hechos. Videla era un mediocre. Un hombre del montón, como escribió Hannah Arendt sobre Eichmann, al ser juzgado en Israel, en su célebre ensayo La banalidad del mal.

Por decir que Eichmann no era diabólico ni un psicópata, a ella, la gran filósofa de su época, judía, escapada de los campos de concentración de Alemania durante la Segunda Guerra, la acusaron de nazi. Ver a Eichmann o a Videla como monstruos nos produce mayor consuelo. Pero ese bálsamo que nos pone a reparo de nuestra conciencia aumenta los riesgos de volver a repetir autoengaños sociales autodestructivos.

Arendt se sorprendía de que Eichmann no se sintiera culpable de sus crímenes y al mismo tiempo no se tratase de alguien psicológicamente anormal. Eichmann decía haber leído a Kant y que su accionar estaba dirigido por “el imperativo categórico que él asumía con escrupuloso deber”. Lo mismo se percibe al escuchar la entrevista que Ceferino Reato le hizo a Videla en la cárcel antes de morir: él creía que la sociedad le había dado al Ejército el mandato de salvar la república y cumplía su obligación de soldado con dedicación.

Nada podrá nunca disculparlos, pero Arendt se lo explica a sí misma distinguiendo la diferencia entre conocer y pensar. Conocer es la habilidad de acumular conocimientos y saberes que permiten resolver cuestiones prácticas. Pensar es otra cosa, requiere la capacidad de diálogo consigo mismo, de autorreflexión y autocrítica; ponía el ejemplo de Sócrates con su daimón, su álter ego interior con el que debatía constantemente. La falta de reflexión crítica, junto con la capacidad técnica, permitía a Eichmann cometer actos monstruosos “sin motivaciones malignas específicas”.

Ver a Videla diabólico es engrandecerlo. Nos sirve para no enfrentarnos con lo malo dentro de nosotros mismos y en distintas proporciones repetir historias vinculadas: nadie votó a Menem, ni con los años nadie habrá votado a los Kirchner, nadie nunca tiene culpas, la culpa es siempre de unos pocos, y la Argentina es un “país de buena gente” que antes eran “derechos y humanos”.

Para Arendt, tales equívocos sociales son posibles cuando confluyen tres clases de personas para formar una mayoría. Los nihilistas, que al no creer en nada adhieren cínicamente a la tendencia dominante para obtener beneficios. Los dogmáticos, que en busca de una seguridad que los haga sentir plenos se fanatizan y consideran enemigos a los que no son de su condición. Y los despreocupados, que por comodidad se dejan arrastrar por lo que les recomiendan el Estado, la propaganda y el discurso de época.

Al terminar la Segunda Guerra, Adorno reescribió el imperativo categórico: “Actúa de tal forma que Auschwitz no se vuelva a repetir”. En la Argentina, el nuevo imperativo categórico de nuestro “nunca más” debería ser: “Actúa de tal forma que el fanatismo no se vuelva a repetir”.

Los fundamentalistas se aprovechan de que las personas normales no saben que todo puede suceder. Gracias a la última dictadura, los argentinos sí sabemos que todo puede suceder. Y sólo de nosotros dependerá que no suceda.
© Escrito por Jorge Fontevecchia el viernes 17/05/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




jueves, 16 de mayo de 2013

Antonio Mohamed y Huracán... De Alguna Manera...

Los deja Xolos...

El Turco hizo historia otra vez. Acá te esperan, eh.

Olé lo anticipó y Mohamed lo blanqueó: sin importar el destino del Tijuana en cuartos de la Copa, él volverá a la Argentina. ¿En Globo?

Ese saltito desaforado con los puños en alto, buscando con la mirada al grupo de mexicanos que estaba allá arriba, a lo lejos, casi en lo más alto del estadio Municipal Paulo Machado De Carvalho, fue la imagen de su Tijuana venciendo al Palmeiras en Brasil y avanzando a cuartos de final de la Libertadores (ahora irá ante el Mineiro de Ronaldinho). 

Antonio Mohamed lo hizo una vez más: el técnico puso a los Xolos entre los mejores de América. Sin embargo, esa victoria no se festejó en Patricios porque cuanto más se dilate la Copa para el equipo del Turco, más, según los Quemeros, se retrasa su llegada a Huracán. Incluso, ayer el propio Tony blanqueó lo que Olé anticipó hace poco menos de un mes y algo más. “Van dos años lejos de la familia, extraño mucho. Hablé con los jugadores y es una decisión tomada. Hay cosas que el dinero no puede comprar”, avisó Mohamed, quien, según averiguó este diario, regresaría sea cuál sea el destino del Tijuana en cuartos. Claro, es que si pasa, el Globo debería esperar hasta finales de julio cuando se reanude el certamen (se corta por la Copa Confederaciones).

Siempre aparece como candidato cuando el banco de Huracán queda acéfalo, como ahora. 

Con Cappa, claro. Esta vez, a diferencia de otras, la chance de que el retorno del DT que en 2007 subió a Primera se haga realidad no es descabellada. De hecho, los suyos siguen ligados al club y él, de algún modo, también. Acá no importan la plata, las estrellas coperas ni nada. Entró en juego el corazón, su corazón. Igual, y respetando su contrato (vence en junio), avisó que se irá del Tijuana, pero no por otro trabajo. “Hay momentos que están vacíos y deseo a los míos. Mis hijos van a la escuela, son chiquitos y los necesito. No hay otro motivo, ni otro equipo”, cerró. La CD lo quiere, Mohamed ama a Huracán. Y si andás por el barrio golpeá y entrá... No te van a dejar solo.

© Escrito por Nicolás Migliavacca el miércoles 15/05/2013 y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

martes, 14 de mayo de 2013

Huracán 2 vs. Almirante Brown 1... De Alguna Manera...


Huracán lo dio vuelta a poco del final...


Culminando la fecha Nº 33 del Nacional, Huracán logró dar vuelta su partido y terminó derrotando a Almirante Brown por 2 a 1. Los goles para el conjunto dirigido por Gabriel Rinaldi fueron convertidos por Rodrigo Erramuspe y Matías Giménez. En el inicio del complemento Cristian Chávez había marcado el tanto del triunfo transitorio para “la Fragata”.

Con la misma cantidad de puntos y sin aspiraciones a lograr un ascenso a primera, Huracán y Almirante salieron a jugar pensando en la victoria para engrosar sus promedios como único objetivo.

La visita de arranque tuvo en los pies de Chávez la primera situación cuando luego de dejar a Islas a mitad de camino definió por arriba del arco quemero. Los de Patricios respondieron recién a los 30’ cuando Barrales de cabeza habilitó a Vega y este remató con potencia hacia el arco de Losa pasando la pelota muy cerca de la red.

Ya en la segunda mitad la visita de arranque llegaría el triunfo parcial. Cristian Chávez encuentra un balón enviado al centro del área que Erramuspe erró al despejar y con el olfato de goleador y con mucha tranquilidad, solo tuvo que enviar con su cabeza el mismo al fondo del arco. De ahí en más el local fue quien trato de buscar rápido la igualdad. Primero Barrientos y luego Barrales avisaban que el empate estaba por llegar.

Ya con Milano y Giménez en la cancha el globo conseguiría el empate parcial. Luego que el ex Tigre enviara desde el corner el balón al primer palo y Sotelo anticipó a toda la defensa peinando la pelota hacia atrás, Rodrigo Erramuspe ganando también en las alturas colocaría la igualdad para Huracán.

A diez del final cuando parecía que el empate sería el resultado final, Barrales guapeó la pelota en el área, envió la misma hacia el punto penal y Matías Giménez de primera convirtió el gol del triunfo haciendo estallar de alegría al público local.

Con este triunfo Huracán suma 46 puntos en la tabla de posiciones viajando a Pergamino el próximo sábado para enfrentar al Douglas de Merlo, con la intención de volver a triunfar. Si bien la victoria llevó un poco de calma a sus hinchas, los quemeros todavía esperan ansiosos la llegada del nuevo técnico, mirando al cielo y cruzando los dedos para que algún avión con bandera mexicana les traiga a Parque Patricios el único ídolo que les puede devolver la felicidad.


Síntesis:

Huracán 2

Daniel Islas; Federico Mancinelli, Rodrigo Erramuspe, Alexis Ferrero y Guillermo Sotelo; Walter Busse, Hugo Barrientos, Lucas Villarruel y Gonzalo Martínez; Daniel Vega y Jerónimo Barrales.

DT: Gabriel Rinaldi (interino).

Suplentes: Gastón Monzón, Alexis Canelón, Cristian Sánchez Prette, Matías Giménez, Mauro Milano, Leandro Kuszko y Cristian Espinoza

Almirante Brown 1

Gastón Losa; Ezequiel Filippetto, Sebastián Ibars, Héctor Carballo y Ezequiel Garré; Federico Presedo, Mauro Marrone, Gastón Giménez y José Luis García; Cristian Chávez y Pablo Caballero.

DT: Héctor Tobio-Lorenzo Ojeda.

Suplentes: Lucas Vicentín, Hernán Ortiz, Santiago Echeverría, Gerardo Menseguéz, Daniel Olmedo, Diego Ceballos y Javier Robles

Goles en el segundo tiempo: 6m. Chávez (AB), 20m. Erramuspe (H) y 35m. M. Giménez (H).

Cambios: Mauro Milano por G. Martínez, Matías Giménez por Busse y Alexis Danelón por Vega (H); Javier Robles por J. L. García y Diego Ceballos por Filippetto (AB).

Amonestados: Barrientos, Sotelo, Vega y Villarruel en Huracán; Garré, Filippetto y Losa en Almirante.

Arbitro: Pedro Argañaraz.

Líneas: Sebastián Palacios y Mariano Ascensi

Estadio: Tomás A. Ducó.

© Escrito por Marcelo Salvio el martes 14/05/2013 y publicado por Mundo Ascenso de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las fotos:

 
 

Los goles:



Las estadísticas:

 
 

Blanqueo a la corrupción... De Alguna Manera...


Voltereta increíble...



Semana dificilísima para el Gobierno. Contradicciones, desacuerdos, falta de credibilidad e intereses espurios.

Declaran un blanqueo de capitales: perdonan a los evasores y, además, los premian con intereses”, sería el título que podría resumir la resonante voltereta que ha dado el Gobierno con los anuncios de las medidas económicas cuyo “cerebro” es Guillermo Moreno. “Todos tenemos dólares no declarados en el exterior”, dijo el inefable secretario de Comercio ante un reducido grupo de empresarios. Ocurrió a mediados de la semana que pasó, y los que lo escucharon respondieron con el silencio. Lo mismo hizo otro grupo que, en iguales circunstancias, lo oyó decir que los Cedin no serían voluntarios, sino obligatorios.

Moreno carga con un karma: todo lo que ha intentado hasta ahora fracasó. Su último fiasco es el acuerdo de precios con los supermercados que, en la realidad, fue efectivo durante sólo un mes. A estas alturas, esto ha quedado reducido a una entelequia. En las últimas reuniones que mantuvo con los representantes del sector, se habló ya de levantarlo a partir del 1° de junio. Es que el secretario de Comercio ordenó hace unos días una medida que hizo añicos el mal llamado acuerdo: les autorizó aumentos a los proveedores, pero no a los supermercados. 

La consecuencia: el faltante de muchos productos debido a que su costo está por arriba de su precio de venta. Muchos tiemblan de sólo pensar qué pasará con los precios el día después.

La mayoría de los funcionarios de carrera del Ministerio de Economía ha expresado su escepticismo y su crítica al blanqueo. “La medida es de una inmoralidad absoluta y con futuro de fracaso; quién puede creerle a este gobierno que un día dice una cosa y al siguiente, otra totalmente opuesta”, señala una fuente oficial de la más estrecha cercanía a Hernán Lorenzino. Allí hay preocupación, además, porque este blanqueo se opone a las normativas establecidas por el GAFI para combatir el lavado de dinero en sus diversas formas. A propósito de lo que sucede en la cartera económica, va para largo un paro del personal de la Secretaría de Hacienda, que reclama la restitución de un plus que cobraban desde hace tiempo y que ya estaba incorporado a sus sueldos.

Para el Gobierno fue una semana dificilísima, no sólo porque se vio forzado a reconocer los problemas que genera el mercado negro del dólar, sino también porque dejó al desnudo la absoluta falta de política económica para enfrentar las causas profundas que aquejan a la economía. “No recuerdo en la historia reciente un grupo de funcionarios tan poco profesional y tan falto de ensamblaje en el Ministerio de Economía”, reconoció un altísimo directivo del Banco Nación absolutamente afín al oficialismo. Eso es lo que dejó plasmado el discurso de este quinteto de funcionarios que, con sus explicaciones contradictorias y poco claras, hicieron un notable aporte a la confusión general.

En el desbande que conforman los integrantes del mal llamado “equipo económico”, las tensiones están a flor de piel. Bastaba con ver las caras de Moreno cuando hablaba cualquiera de los otros integrantes de ese quinteto que, si no fuera por lo dramático de la situación, componían un cuadro que oscilaba entre lo grotesco y lo desopilante. De ellos, el más extrovertido es Axel Kicillof, que habla como si estuviera dando una clase ante alumnos de Ciencias Económicas. El discurso por momentos encendido del viceministro de Economía enfrenta dos problemas: el primero es la realidad; el segundo, sus contradicciones.

Imposible no pensar en Lázaro Báez cuando se habla del blanqueo. Tanto como es imposible no pensar en la búsqueda de la impunidad cuando se habla de la reforma judicial. Son muchos los que ya lo han escuchado al ministro de Justicia, Julio Alak, pedir disculpas por el atropello a la independencia del Poder Judicial que representan estas leyes que viene aprobando el Congreso a paso redoblado. La diminuta estatura política de Alak –los inundados de La Plata se acuerdan mucho en estos días de su desastrosa gestión como intendente, y su paso por la presidencia de Aerolíneas Argentinas fue tan malo que todo lo que quedó fueron reproches– encaja a la perfección en el contexto de un gabinete carente de iniciativa y jerarquía.

El Gobierno tiene conciencia de que le es imperioso llegar a las elecciones con una burbuja económica que dé aire a sus proyectos de re-reelección, del que tiene cada vez más necesidad. ¿Quién, si no, dará impunidad a tanto delito de corrupción cobijado por el kirchnerismo?

La madre de todas las batallas se habrá de librar en la provincia de Buenos Aires. Allí, una de las incógnitas es Sergio Massa. ¿Cuál será su actitud? Las encuestas le dan muy bien, incluso con guarismos favorables que están por arriba de los que tiene el gobernador Daniel Scioli. Para alimentar esas especulaciones, Massa mantuvo reuniones con empresarios, de quienes recibió opiniones –todas adversas al Gobierno– y a los que les delineó sus ideas. 

Dos fuentes muy cercanas a él divergen sobre lo que hará. Una señala que irá por una diputación por fuera del kirchnerismo; la otra, que se quedará donde está. Por lo tanto, hay al día de hoy una sola certidumbre: su duda.

De lo que no cabe duda, en cambio, es de que en esta elección está en juego no sólo el destino político de la Argentina, sino también su sistema de vida social. Un triunfo del kirchnerismo hará del “vamos por todo” una realidad que dejará al país a las puertas del chavismo y sus consecuencias.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.