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sábado, 10 de marzo de 2018

La previa... Huracán vs. San Lorenzo... @dealgunamanera...

"A disfrutarlo como el primero"…

El Pipi y el Rolfi...

En la previa de lo que puede ser su último clásico, Olé juntó a Pipi Romagnoli y a Rolfi Montenegro. "De tanto jugar, pegamos buena onda", dicen. Amigos, no enemigos.

© Escrito por Diego Paulich y Nicolás Migliavacca el sábado 10/03/2018 y publicado en el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Cuando debutaron en Primera no había grieta: ni Kirchnerismo, ni Macrismo. Gobernaba Carlos Menem y era la época de un dólar a un peso. Daniel Passarella dirigía a la Selección que se quedó afuera del Mundial de Francia en cuartos de final, aquel día del cabezazo del Burrito Ortega a Van der Sar. Ninguno de los dos tenía tantos tatuajes como ahora, tampoco tantos clásicos sobre el lomo. Daniel Montenegro y Leandro Romagnoli a fines de los 90 eran dos pibitos que todavía no habían abandonado del todo la adolescencia y ya hacían vibrar a los hinchas de Huracán y San Lorenzo con sus gambetas y sus goles. Hoy, 20 años después pero con las mismas ganas de siempre, se juntaron con Olé en la cervecería Holle de Caballito para empezar a vivir el clásico porteño por excelencia, uno que ellos dos conocen y muy bien...

-¿Qué es jugar el clásico entre Huracán y San Lorenzo?

Romagnoli: Es un partido con mucha historia y justamente eso es lo que nos jugamos cada vez que nos enfrentamos. Es un partido que querés ganar siempre, donde no importa cómo llegás. Ahora, por ejemplo, que no venimos bien, creo que es un partido bisagra porque ganando podemos no perderle pisada a Boca y darle a la gente la alegría de ganarle a Huracán.

Montenegro: Son partidos especiales que se empiezan a vivir mucho antes de que se arranque a jugar. Son dos clubes que están muy cerca, los hinchas conviven todos los días y eso es un plus.

Entrevista al Rolfi Montenegro y al Pipi Romagnoli
Autores: Diego Paulich y Nicolás Migliavacca.

-Los dos viven en la zona, ¿lo sienten en la calle cuando se viene el clásico?

R: Se siente. Cuando vivía en Soldati más todavía porque estaba bastante repartido. Ahora, acá en Caballito, hay más cuervos. Pero encima, en mi caso, tengo familiares y amigos que son de Huracán, así que el clásico lo vivo a full, je.

M: A mí me toca estar en esta parte, medio de visitante. Pero es normal y lo disfruto, más que nada cuando gano porque salgo con el pecho inflado, je. La gente en la calle es respetuosa, puede haber una chicana pero con buena onda. Es más probable que te cargue un amigo o alguien cercano que uno que no te conoce. En mi vida cotidiana convivo con hinchas de los dos equipos: mi nene juega al baby en un club donde son mayoría de cuervos y mis nenas al hockey en Huracán. En un lado me cargan y en el otro me alientan, ja.

-Tienen muchos clásicos encima, ¿se siente igual el cosquilleo en la previa? ¿Piensan que puede ser el último?

M: Siempre son partidos especiales, con condimentos diferentes a cualquier otro partido, por eso el cosquilleo está siempre. Y hoy más por pensar si va a ser el último. ¿Si voy a jugar hasta los 40? No lo sé, a veces no depende de uno y es difícil programar las cosas, llegado el momento se verá (NdeR: los cumplirá en marzo 2019). Mi idea es retirarme en Huracán. Creo que lo importante es poder elegir cuándo dar un paso al costado y no que el fútbol te empuje a darlo. Por eso este clásico quiero disfrutarlo como si fuese el primero porque el próximo puedo estar del otro lado...

R: El cosquilleo está, cuando no lo tenga más dejaré de jugar. Sigo queriendo ir a entrenar y a jugar. Estos partidos te potencian todo eso y te sentís más vigente que nunca. Pero ojo, a los 40 como Rolfi no llego ni loco, eh. A lo sumo un año más (NdeR: va a cumplir 37 en una semana). Sé que estoy en la parte final de mi carrera y por eso trato de disfrutar todo. En junio se termina mi contrato y quiero retirarme en San Lorenzo, llegado el momento veré qué quiero hacer y me sentaré con Matías (Lammens) para ver qué quiere él también.

Leandro Romagnoli y Daniel Montenegro. Fotografía: Juan Manuel Foglia.

-¿Qué clásico recuerdan más?

R: Tengo varios: me acuerdo de uno en cancha de Huracán que ganamos 4-0, con Insua de técnico. Ese día se nos quedó el micro a diez cuadras de la cancha y tuvimos que ir caminando, encima llovía, ja. Y después hubo un 2-0, con Ramón, en el Ducó, el día del gol del Chaco Torres, y el 3-1 en cancha de San Lorenzo, en 2015, que fue el día que hice mi primer gol en un clásico.

El Pipi empató el clásico
Gol de Romagnoli (SL). San Lorenzo 1- Huracán 1. Fecha 5, Primera División 2015.

M: Siempre me acuerdo del primero que jugué, ganamos 2-1 en la cancha de Vélez, a las 11 de la mañana. Hice el segundo gol, de cabeza. Y el que jugamos en el verano 2016, porque hice el gol de tiro libre, salimos 1-0 y más que nada por el marco que había, con las dos hinchadas y que se volvió a jugar en Mar del Plata después de mucho tiempo.

Golazo del Rolfi para el primero.
Gol de D. Montenegro (H). San Lorenzo 0 - Huracán 1. Copa Ciudad de Buenos Aires. (Fuente: Youtube)

-¿Llegaron a cruzarse en Inferiores o recién en Primera?

R: No, Rolfi es más viejo, ja.

M: Sí, soy más grande...

R: El primero que jugué, el Rolfi estaba: 1-1 en Vélez.

M: Claro, fue el último mío antes de irme a Francia y me dieron la cinta de capitán...

R: Nos conocemos de tanto enfrentarnos, no sólo en los clásicos sino también cuando él estaba en Independiente y en River. Y la verdad es que la idea de juntarnos está buena para bajar un lindo mensaje.

M: Lo importante es eso, que la gente disfrute y se entienda que sólo es un partido de fútbol. Más allá de la rivalidad y las cargadas, que es algo que va a estar siempre, no puede ser todo una locura y que después haya que lamentarse...

R: Nosotros, los jugadores, queremos eso, que gane el que tenga que ganar y que quede ahí. Que no haya incidentes como pasó otras veces y que todo sea con respeto.

-Los dos equipos están peleando arriba, pero quizá están en deuda en lo futbolístico, ¿cómo llegan al clásico?

M: Nos llega en un momento bueno porque estamos peleando, algo que hace varios torneos que no hacíamos. Por eso es un partido lindo, porque ganar nos pondría cerca de entrar a una Copa y seguir creciendo como equipo.

R: Un triunfo nos puede servir como despegue. Ganar un clásico te da ánimo y te sube la confianza. Además de que son tres puntos para seguir arriba y más teniendo un partido por jugar (NdeR: Ante Independiente, el 4/4). La expectativa es tratar de jugar como lo estábamos haciendo antes. Aunque si jugamos mal en un partido de éstos, no importa; lo que importa es ganar.



jueves, 5 de marzo de 2015

No me peguen, soy Giordano... De Alguna Manera...

"Trato de mantenerle el look al arco de Huracán"… 
Giordano y la dura tarea de reemplazar a Marcos Díaz.

Este Giordano no es Roberto, pero le pone estilo al arco del Globo. Reemplazante de Marcos Díaz, Matías disfruta de la Libertadores luego de una vida en el Ascenso (“Es un premio”) y cuenta que los hinchas y sus propios compañeros lo cargan con el famoso coiffeur. No le peguen... ¡al arco!

El desgarro de Marcos Díaz despeinó un poco a Huracán. Y no porque detrás de él no hubiera un suplente, o dos, sino más bien por lo que significa el arquero, que en la consagración de la Copa Argentina fue determinante atajando penales. Sin embargo, el arco del Globo parece no haber perdido el glamour.

Matías Giordano, el hombre de 35 años, le aportó su propio estilo. “Trato de mantenerle el look al arco de Huracán, intento que no crezca demasiado el pasto, je”, le cuenta a Olé el arquero de Haedo que debutó en Chacarita en 1997 y gastó las suelas de sus botines pisando casi todas las canchas del Ascenso; y que ahora, claro, comienza a lucirse en el torneo pero también en la Libertadores, en donde se dio el gustazo de jugar en el Mineirao.

-¿Te cargan tus compañeros por el apellido, igual al de Roberto?
-Ja. Y, más o menos. La verdad es que cuando lo hacen me divierto y sirve para pasar un buen rato. Pero también lo hacen los hinchas, tanto de local como de visitante. Me gritan “No me peguen, soy Giordano”. Y yo me río, la paso bien.
-Por tu presente te sobran motivos para pasarla bien...
-En lo deportivo es como tocar el cielo con las manos. Todavía no caigo. Recibo llamados de mi gente, de mi familia, y recién hoy trato de tomar dimensión de todo esto. Por el sacrificio de mi carrera yo lo tomo como un premio, aunque no quiero quedarme con eso solo. Estoy disfrutando muchísimo.

-Empezaste de abajo, mucho recorrido, ¿no?
-Y mirá, conozco todas las canchas del Ascenso. No tengo vergüenza de decirlo, eh. Sacando la Primera D jugué en todas las categorías, hasta en el Argentino A con Talleres de Córdoba. El sabor de este presente es diferente por eso. Pasar de jugar en campos de juego sin gente, sin custodia, y con tantas otras cosas, a pisar el Mineriao. Para mí fue una sensación única.
-¿Y cómo viviste esa experiencia nueva?
-Ufff, hermoso. Ya el día anterior que fuimos a reconocer el campo de juego para muchos de nosotros, la mayoría, fue emocionante. Personalmente a mí me generó muchos sentimientos. Sobre todo teniendo en cuenta la cantidad de jugadores que pasaron por ahí. Tener ese privilegio, y más a esta edad, para mí es un premio.
-Más allá de su historia grande, el campo del Mineirao no estaba del todo bueno.
-Es verdad, no estaba bueno, pero para nosotros estaba bárbaro ja, ja. Más que nada por el marco, por cómo se dio, por las instalaciones de la cancha, mismo el estacionamiento cuando llegamos, todo. Un estadio que remodelaron para el Mundial y por el que pasaron tantas figuras.
-Y en donde Brasil se comió siete con Alemania... ¡Vos zafaste!
-Sí, nos reíamos de eso cuando entramos a la cancha antes del partido. El empate se festejó porque en la previa era dificil, muchos decían que íbamos de punto, ésa es la realidad. Mismo nosotros, eh, porque cuando te toca Cruzeiro en el grupo decís “es un partido perdible”. Pero nos enfocamos. Este equipo siempre se fortalece en las adversidades y nos vino bien dejar atrás la imagen de cuco que tenían los brasileños.
-Cuando debutaste en Huracán no te fue del todo bien y por ahí varios te criticaron, ¿esto es una revancha?
-Conseguir buenos rendimientos es la mejor arma que podemos tener los jugadores. Tratar de seguir trabajando cuando se habla como a uno no le gusta que se hable. Creo que ésa es nuestra herramienta para salir adelante. Siempre quiero estar preparado para cuando me toque entrar y así darles una mano al equipo y técnico.
-Pasaste de atajar muy poco a jugar dos veces por semana. ¿Cómo lo estás manejando?
-Con tranquilidad, paso a paso. Me tocó jugar con Mineros cuando se lesionó Marcos (Díaz), después con Godoy Cruz y bueno, con Cruzeiro. Ahora no voy a llegar contra Gimnasia por la distensión en un cuádriceps, aunque sí espero estar frente a Universitario de Sucre, el martes que viene en Bolivia.
-Y la otra semana el clásico con San Lorenzo, ¿lo estás palpitando?
-Yo quiero estar siempre, y para eso me quiero recuperar bien. Todavía falta, veremos qué pasa.
© Escrito el jueves 05/03/2015 por Nicolás Migliavacca y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



domingo, 1 de febrero de 2015

Néstor Apuzzo. Las estatuas son para los grandes… De Alguna Manera...

Las estatuas son para los grandes…


Apuzzo, campeón en el Globo, no se pone a la altura de Ringo, de Menotti ni de Masantonio: "Ellos son unos maestros". Una historia de vida...

Las calles de Parque Patricios ya saben de quién se trata. Las suelas de Néstor Apuzzo están gastadas por las baldosas de Urquiza, las de Caseros, las de 24 de Noviembre y, por qué no, por el empedrado de Rondeau. “Es el mejor barrio del mundo, hermano”, dice el técnico del Globo y se regocija porque todavía lo camina; esta vez junto a Olé. Se ríe con la producción, pero agarra viaje. “Este es un monstruo, eh”, y señala a Ringo Bonavena, el gran campeón inmortalizado frente a la sede. “¿Y aquél de allá? ¡Mamita!”, redobla la apuesta y ahora indica que unos metros más adelante está el monumento a Herminio Masantonio, goleador eterno. Posa, sonríe, flash.

-Alejandro Nadur dijo que a Marcos Díaz hay que hacerle una estatua por los penales, ¿a vos también?
-Naaa, eso es una boludez. Las estatuas son para los grandes. Yo soy una parte de Huracán y tuve suerte de meterme en la historia linda. El reconocimiento a ese nivel debe ser para Ringo, Masantonio, Menotti...

-Bueno, pero al menos un reconocimiento por pasar la vida en este barrio...

-Llegué justo en el 73 a Huracán, imaginate. Tenía diez años. Estuve en las Infantiles, entrenábamos en el Autódromo. Ese año también llegó el Turco García, Claudio Morresi, Omar De Felippe, con el que después hice Inferiores. Ya cuando tenía 16, Vicente Bonavena me subió a la Reserva...

-Pavada de apellido...

-El hermano de Ringo, un fenómeno. Después fue presidente de Riestra. Teníamos una gran relación, me adoraba. Tuvo mucho que ver en mi carrera aunque no llegué a debutar en Primera.

-¿Cómo es eso? 

-Me quedó la deuda de debutar en Primera con Huracán. Estuve muchos años en la puerta por distintos problemas como la guerra, lesiones, enfermedades.

-¿Te marcó Malvinas? -No me gusta hablar de eso, salí muy mal de la guerra aunque no fui. Estuve en Boulogne y en el continente, no en combate como Omar, quien es un tipo al que quiero mucho. Somos sufridos, sabemos lo que es pasarla mal. Ojalá que algún día él sea técnico de Huracán.

-¿Y a qué te referís con “las enfermedades”? 

-Mi carrera estuvo interrumpida también por una infección en la planta de un pie. Creían que era un tumor, no me querían tocar. Jugué como 15 partidos con una goma espuma, rengo. Después estuve parado por un palazo que me dio un principal en la colimba...

-Pará, pará, ¿cómo? 

-Sí, me generó un problema muy grave en un riñón. Cada vez que me exigía de más orinaba sangre. Tuve que esperar que me cerrara esa vena para volver a jugar.

-¡Ah, bueno! ¿Algo más? -Sí, hepatitis B...

-¿Es joda, no? 

-No, no. La misma que tuvo Maradona y Valdano, a quien lo sacó del Mundial 90. Estuve al borde de la muerte. Un año y medio sin jugar; cuando vuelvo, Huracán me deja libre. No le hice juicio.

-Uff, balde de agua fría...

-Estaba muy depresivo por la guerra y los médicos me decían que no iba a volver a jugar porque a los 20 tenía el hígado de una persona de 50... Igual, me convencieron, eh: jugué en Sportivo Barracas, en San Pedro, en el exterior y Lugano. Pero ya no me sentía el mismo futbolista, me dediqué al trabajo. Una playa de estacionamiento, un taxi y al final una rotisería. Me retiré.

Con los cortos, el Cabezón era más derecho que zurdo, gozaba de una buena pegada y panorama. “Tenía talento, pero era vago. Como sabía que me ponían igual jugaba por la sombra”, se suelta quien arrancó de enganche y terminó de 5. No así en el futsal, deporte con el que regresó a Huracán con 28 años y con el que ganó todo como jugador y DT: “Jamás pensé que iba a dirigir, como me dijo el Tano Passini en Lugano”.

-¿Cuándo empezaste con la formación? 

-Con el baby de Huracán. Salieron jugadores como Defederico, Cura, Monzón, Nieto... Después quedé como coordinador de Infantiles. Y cuando llegó Brindisi, en 2002, me subió a Inferiores. El me metió en la formación, por así decirlo.

-¿Y cómo te fue? 

-La Novena fue campeona y el baby también. Una revolución en Huracán.

Olé sacaba el Suple del Globo y los mencionaba a todos porque se veía que había futuro.

-¿Ahí ya arrancaste con los interinatos? 

-Claro, en el 2003 sacamos jugadores como Goltz, Grimi, Osvaldo, Sánchez Prette, Milano, Larrivey... A Quiroz le va mal y me suben a Primera: 2-0 a Chicago, en Mataderos, con un gol de Osvaldo. Hice llorar a 30.000 tipos pero por los gases... ¡Se armó un lío bárbaro! -Aunque te fuiste...

-Cuando llegó Babington, en 2007, llevó a Amodeo y me fui; me debían los premios. Tampoco hice juicio.

-De nuevo la calle.

-Estaba mal por dejar a Huracán. Pero un día sonó el teléfono y me dijeron que me querían en el Barcelona... Les dije “no me carguen más” porque pensaba que era joda. Era verdad.

-¿Eh? 

-El Proyecto Barcelona. La primera filial en Sudamérica, bajaban línea de España. El día que iba a La Candela a negociar, llevaban el cuerpo de Perón por la Ricchieri. Tenía que estar a las 15.30, llegué a las 17... Me esperaron. Conocí a Messi, un tipo muy humilde.

Pero el destino lo puso otra vez en Patricios. “Apenas asumió Nadur me llamó a mí y a Cámpora, je”, dice Apuzzo, quien tiene su biografía encaminada. Allí surgieron Gonzalo Martínez, Bustos, Campana, Gallegos, Villarruel... Y aun con las tres hernias de disco, por las que debe infiltrarse cada que vez que dirige, se bancó cuatro interinatos.

-Faltaban siete fechas, Huracán estaba último y vos agarraste. ¿Sos loco? -Jaja, no. Me ayudó mucho conocer a estos jugadores, gané tiempo. Tenía una sola bala. Les llegamos rápido.

-Si te digo Pity, Espinoza, Romero Gamarra...

-¡Mis hijos! El Pity es crack; Espinoza tiene la mente de un tipo de 30 años; y acordate que el Kaku la va a romper. No me equivoqué, eh.

-No debutaste como jugador, pero al igual que Menotti fuiste campeón.

-Todo lo que Dios me sacó como jugador me lo dio como entrenador.

-¿Y Dios? 

-Tengo su teléfono, le voy a pedir ayuda para jugar la Libertadores...

-Ahí te consagrás.

-¡Ojalá! Si le hago mal a Huracán vuelvo a Inferiores. Aunque con estos pibes no vamos a perder tres partidos seguidos...

© Escrito por Nicolás Migliavacca y publicado el domingo 01/02/2015 por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


jueves, 1 de enero de 2015

"La Mona es Dios" con Wanchope Ábila... De Alguna Manera...

"A la Mona lo hice un poquito hincha de Huracán"…

Ramón Abila, goleador del 2014, cuenta que el rey del cuarteto simpatiza con el Globo y que "sufrió con la Copa Argentina". La historia de dos cordobeses que la pelearon de abajo. "La Mona es Dios", dice el 9. Bien ahí.
Corría el año 1972, Belgrano y Talleres se veían otra vez las caras. El clásico más importante de Córdoba sería testigo de un partido que quedaría marcado por siempre en la historia. Pero no tanto del fútbol, si no más bien de la música, ya que ése fue el último encuentro que presenció Carlos La Mona Jiménez. El joven cuartetero de 21 años, que por aquellos días se disfrazaba y popularizaba el “bien ahí” como también ese movimiento característico con sus manos que lo vio crecer en los escenarios, gracias al envión de su tío Coco Ramaló, vinculado con el Cuarteto Leo, ideólogo del Cuarteto de Oro, y que ya había formado parte de Cuarteto Berna, recibió un botellazo en la cabeza y estuvo internado cuatro meses.

¿¡Quién se ha tomado todo el vino!? Sin embargo, y si bien ya no se lo ve por las canchas, el fútbol le dio muchos amigos a La Mona, tal como sucede con Carlos Tevez, quizá uno de los más famosos. Pero a la vez hay otro al que le está yendo bien, que es campeón, que ascendió a Primera, que fue el máximo anotador de la B Nacional y que es el goleador de 2014 (ver aparte). “A La Mona lo hice un poquito hincha de Huracán. Le tomó aprecio al equipo y hace fuerza para que me vaya bien porque me quiere mucho. El vio todos nuestros partidos y sufrió muchísimo en la Copa Argentina y el final del torneo”, cuenta Ramón Abila, 9 del Globo, que desborda amor y pasión por el rey del cuarteto.
-¿Qué significa la Mona para vos?
-¡Es Dios! Para nosotros, los cordobeses, es Dios. Yo lo voy a ver a los bailes desde siempre, pero tuve la suerte de conocerlo mediante un amigo cuando ya jugaba en Instituto. Para mí fue un honor. Y de ahí pasamos a hablarnos cada tanto, y a comer asados y compartir ensayos.
-¿Le gusta el fútbol?
-Es muy futbolero, y sabe mucho. Además ve todos los partidos porque tiene que estar al tanto de cómo les va a los equipos cordobeses porque a él lo siguen hinchas de los clubes de la provincia y por eso tiene que saber si uno ganó, si perdió, si ascendió... Es un apasionado.
-¿Lo pudiste ver después de ser campeón y del ascenso con el Globo?
-El domingo pasado estuve con él, en Margarita, cuando dio el último recital de fin de año. Me felicitó por todo lo que logramos y me dijo que nunca bajara los brazos. Siguió a Huracán en todo este tiempo. Sufrió muchísimo con la final de la Copa Argentina.
-¿Cantaste?
-¡Noooo, jaja! Una sola vez lo hice con él. Me llamó cuando salimos campeones y ascendimos con Sarmiento, que también fui goleador, y me invitó al show que hizo por sus 45 años. Imaginate lo que fue eso para mí, ¡Me estaba llamando mi ídolo! Fue increíble porque además estaban Carlitos Tevez, que había sido campeón con el Manchester City, y el Hachita Ludueña, campeón con el Santos Laguna.
-¿Y cómo fue eso?
-Soy mejor picándosela a los arqueros que cantando, ja. Canto porque me gusta mucho su música, pero sinceramente no tengo chances. Aunque le pongo muchas ganas, eh.
Wanchope, apodado así por Paulo César Wanchope, delantero de Costa Rica que el mismo día que le hizo dos goles a Alemania en el Mundial de 2006, Abila también mojó en Instituto, nació hace 25 años en Remedios de Escalada, un pueblo de Córdoba Capital.

“Empecé en Unión Florida a los seis años. ¡Era arquero! Pero después me aburrí porque yo quería correr con la pelota, así que me fui arriba”, dice el punta al que el Globo le compró el pase en algo así como tres millones de pesos. “Ya a los 15 años arranqué a jugar en la Liga local y ahí sí que me mataban a patadas. Eran todos tipos de 35, 40 años y yo apenas de 15. Pero me destacaba igual”, avisa.
-Tenés una forma particular de definir, ¿te sirvió ser arquero de chico?
-Era muy pibe, pero creo que sí. Pasa que también miro mucho fútbol y observo a los delanteros y a los arqueros: dónde se la juegan más, qué mano les queda más lejos, etc.
-Si te digo “los cagones no hacen historia...”
-Ja, es una de mis frases, la dije después de ganar la Copa Argentina. Esa y “Plata y miedo nunca tuve”, son mis maneras de manejarme en la vida.Siempre digo que prefiero estar al límite a pasar desapercibido. Me gusta mi manera de definir, me gusta inventar cosas, chilenas, tijeras y eso.
-Kudelka dijo, riéndose, que el mejor jugador del Globo no fuiste vos porque “las metió todas después de que me fui”.
-¡Y tiene razón! No se me dio antes. Me dolió mucho la manera en la que se fue Frank porque sé qué clase de persona es. Es una lástima que no la metiéramos antes. Por suerte, en el último tramo sí. El equipo es como que se acomodó y nos empezaron a salir las cosas. Pero Kudelka no merecía irse así.
No todas son buenas en la vida de Abila, lamentablemente. Agustín tiene un año y ocho meses, es el hijo de su hermana, y sufre fibrosis quística, una enfermedad hereditaria. “Mi sobrino la está peleando como un campeón, pero es una situación delicada la que estamos viviendo en la familia. Hay que ayudarlo a él y a los nenitos”, cuenta y ya mismo se puso en campaña debido a que está armando una movida para dar una mano. “Queremos hacer partidos a beneficio y ayudar a los chicos con esta enfermedad, ya que además los tratamientos son caros”, dice. Y cierra: “Con estas cosas te das cuenta de que lo que vale es otra cosa, es la salud de un bebé. Esto sí es de vida o muerte, no el fútbol”.

© Escrito por Nicolás Migliavacca el miércoles 31/12/2014 y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




domingo, 21 de diciembre de 2014

Antonio Mahamed 2014... De Alguna Manera...


"Es casi imposible que vuelva como técnico a Huracán"…

Mohamed celebró como loco el ascenso del Globo y la obtención de la Liguilla con el América de México, pero avisó que no regresará a Patricios como DT: "Que me insulte mi gente me duele mucho. Voy a envejecer siendo presidente del club".
No la pasó bien Mohamed cuando regresó al club, en 2013. Su sueño de ascenso quedó truncado en muy poco tiempo: sucedió que de las primeras diez fechas perdió siete partidos, el Globo pareció quedar afuera de todo y se tuvo que ir luego de la derrota contra Brown (A), en el Ducó. Claro, la bronca copó la escena y, sin dudas, uno de los que la ligó fue él, quizá el último ídolo que queda en el barrio. "Fue un error haber vuelto de esa manera, no estaba empapado en la B Nacional. Había estado muchos años afuera. Tomé una decisión con el corazón, pero a veces el corazón te falla. Y me salió mal... 

Es casi imposible que vuelva como técnico a Huracán", dijo Tony en Por Siempre Globo, lunes y viernes, de 13 a 14.30 en FM 105.9. Y agregó: "Porque si en todo caso en otro club me va mal y me insultan, o me dicen cosas, no me importa: no es mi equipo. Pero que mi gente me insulte a me duele mucho. Es una decisión tomada para la tranquilidad mental y la salud de mi familia".
-¿Y como dirigente?
-Eso sí, va a ser mi manera de envejecer. Ayudando al club desde otro lado. Siendo presidente, aportando mis ideas y todo lo que tengo planeado para el club. Aunque claro, si tengo el apoyo de la gente, ¿no? Igual estamos hablando de acá a diez años. Por ahora quiero ser ayudando con mi familia en lo que son las Infantiles y el Baby Fútbol.
-¿Cómo viviste el ascenso del Globo?
-Estaba en la charla técnica porque nosotros ese día jugábamos la final para ser campeones. Y cuando salimos de ahí, había empatado Mancinelli. Después llegamos al estadio y como había 100.000 personas se cortaron todas las comunicaciones. Igual, antes de entrar al campo de juego mi hijo me dijo que habíamos ganado 4-1 y nos abrazamos. Salí más motivado a la cancha.
-¿Pensás que este es el momento de sentar cabeza en Primera?
-Creo que es el momento de disfrutar, que la gente disfrute de esta alegría. Si se quiere abarcar todo junto ahora puede ser un error. Hay que planificar objetivos claros y saber dónde quiere estar parado Huracán en junio. Hay que asentarse en Primera. Eso clave. Además porque si pasa eso, el año que viene también puede entrar a la Sudamericana y la Libertadores.
-Las Copas...
-Es hermoso vivir eso. Los que tenemos 40 y pico siempre vivimos las malas. Por eso ahora jugar una Libertadores es algo único. Estoy esperando a febrero para ir a Perú con mis hijos a ver al Globo (NdeR: juega el partido de ida de repechaje contra Alianza Lima).
-¿Apuzzo debe seguir en el banco?
-Si Néstor quiere ser el técnico, tiene que serlo. Nadie se lo merece más que él. Entonces debe tomar la decisión, asumir la responsabilidad y hacerlo. Lo tiene bien ganado. Agarró a Huracán en un momento muy complicado y logró cosas importantes.
-¿Pensás que todo esto es mérito de Nadur?
-Sin dudas, esto también es de él. Ahora es momento de disfrutar. Y Nadur también, es el número 1. Puso mucho dinero y hace de todo por Huracán. Estos logros son todos de él... La pasó mal el viejo.

© Escrito por Nicolás Migliavacca el viernes 19/12/2014 y publicado por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Un quemero se va campeón…


Domingo inolvidable para Mohamed: tras el ascenso de Huracán, su América dio vuelta la serie contra Tigres y se llevó el título en México. Deja el club "por dignidad", porque ya habían elegido sucesor hace unas semanas.

Campañón el del Turco Mohamed en México. Un domingo inolvidable: después de ver ascender por TV a su querido Huracán, como cuando era DT en 2007, logró que el Azteca coreara por él con el título del América. El gigante mexicano, con Paolo Goltz y Sambueza en el equipo, le ganó 3-0 a Tigres (Nahuel Guzmán y Damián Álvarez) y se consagró, tras perder 1-0 en la ida.

Había que ver al Turco eufórico, filmando los festejos, abrazado con todos sus jugadores. 



El año pasado llegó a semis y ahora fue campeón, pero se va. Inédito: los dirigentes habían elegido sucesor mientras jugaba el torneo, el Turco supo toda esa historia y se fue "por dignidad". Quería despedirse a lo grande, con la vuelta número 12 del América, y tuvo su domingo inolvidable. Campeón... y además ascendió el Globo.

© Publicado el lunes 15/12/2014 por el Diario Deportivo Olé de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.