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domingo, 9 de junio de 2019

Masacre de José León Suárez: un brutal escarmiento… @dealgunamanera...

Masacre de José León Suárez: un brutal escarmiento…

Isaac Rojas y Pedro Eugenio Aramburu. Fotografía: CEDOC

El 9 de junio de 1956 estalla una rebelión armada peronista y se producen los fusilamientos relatados en la obra cumbre de Rodolfo Walsh, “Operación Masacre”.

© Escrito por Ángel Cabaña, Profesor y Licenciado en Historia. Ministerio De Educación De La Nación, el domingo 09/06/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El sábado 9 de junio de 1956, en varios puntos del país estalla una rebelión armada peronista, en la que participan civiles y militares. Convencido de que el movimiento contrarrevolucionario es poderoso, el gobierno militar implanta la ley marcial mediante el decreto N°10.362/56 que expresa: Todo oficial de las Fuerzas Armadas en actividad y cumpliendo actos de servicio podrá ordenar juicios sumarísimos con atribuciones de aplicar o no la pena de muerte por fusilamiento a todo perturbador del orden público”.

La rebelión armada –que no cuenta con el beneplácito de Perón– se lleva a cabo en un contexto de huelgas, sabotajes a la producción y desobediencia cívica contra los militares golpistas por razones vinculadas con la proscripción del movimiento peronista y el uso de sus símbolos, distintivos, lemas y canciones, el exilio de Perón y el secuestro del cadáver de Evita, el encarcelamiento y expulsión de sus trabajos de dirigentes y militantes peronistas, la redistribución de los ingresos que nuevamente perjudica a los asalariados.

En un departamento del partido de Vicente López un grupo de vecinos se habían juntado la noche del 9 de junio para esperar la revuelta; mientras, jugaban a las cartas y escuchaban por radio una pelea de box. De repente les cae la policía y se los llevan presos a la comisaría de San Martín. Ahí se enteran de la revuelta frustrada y de la ley marcial que no los alcanza porque es posterior a su detención. Sin embargo, los sacan de la comisaría y al llegar a los basurales de José León Suárez los hacen bajar de la camioneta policial. De siete, fusilan a cinco: Nicolás Carranza, Francisco Garibotti, Carlos Alberto Lizaso, Mario Brión y Vicente Damián Rodríguez. Dos se salvan: Juan Carlos Livraga y  Horacio Di Chiano. Un año después, el escritor y periodista Rodolfo Walsh con base en lo que le contaron los sobrevivientes, relata  en su libro Operación Masacre lo que sucedió en esa noche siniestra.


“¿Puedo volver al ajedrez? Puedo. Al ajedrez y a la literatura fantástica que leo, a los cuentos policiales que escribo, a la novela “seria” que planeo para dentro de algunos años y a otras cosas que hago para ganarme la vida y que llamo periodismo aunque no es periodismo. La violencia me ha salpicado las paredes, en las ventanas hay agujero de balas, he visto un coche agujereado y adentro un hombre con los sesos al aire, pero es solamente el azar lo que me ha puesto eso ante los ojos. Pudo ocurrir a cien kilómetros, pudo ocurrir cuando yo no estaba.”

A pesar de que el levantamiento había sido aplastado, el gobierno militar aplica la ley marcial.18 Militares y 9 civiles son fusilados: el jefe del movimiento, el general de división Juan José Valle – retirado desde la caída de Perón y condiscípulo de Aramburu en el Colegio Militar–  en la penitenciaría de la avenida Las Heras, y los demás en José León Suárez, La Plata, en Santa Rosa, provincia de La Pampa, en la Escuela de Mecánica del Ejército, en la Penitenciaría Nacional y en Campo de Mayo.

En cuanto al general Valle, con la promesa de que se respetará su vida dado que los fusilamientos se iban a interrumpir, en la mañana del martes 12 se entrega a las autoridades y queda recluido en el Regimiento de Palermo. Pero desgraciadamente, eso no ocurre. El general Pedro Eugenio Aramburu y el almirante Isaac Francisco Rojas deciden aplicar la ley marcial y asumen públicamente la responsabilidad de esta decisión, que justifican como indispensable para evitar reacciones similares.

Aramburu sigue la lógica de que si habían fusilado a suboficiales y a civiles, con qué argumentos se le puede perdonar la vida a quien había sido el cabecilla del movimiento, un general de la Nación; la ley es pareja para todos, se crea un pésimo antecedente. Por su parte, Rojas no está “de acuerdo con que se fusile a dos o tres subalternos más y que el general Valle escape a la sentencia máxima. Si ustedes disponen ahora el levantamiento de la ley marcial entonces salvan sus vidas todos los sediciosos, pero si continúa la ley marcial entiendo que el primero que debe ser pasado por las armas es el general Valle.”


A todo esto, miles de anti-peronistas se auto-convocan en Plaza de Mayo para apoyar al Presidente y Vicepresidente de la Nación y pedirles tolerancia cero para los rebeldes.

Después de enterarse de que iban a fusilarlo horas después de su detención, el general Valle escribe varias cartas, de las que transcribo algunos párrafos:

A su esposa: "Querida mía. Con más sangre se ahogan los gritos de libertad. He sacrificado toda mi vida para el país y el ejército, y hoy la cierran, con una alevosa injusticia. Sé serena y fuerte. No te avergüences nunca de la muerte de tu esposo, pues la causa por la que he luchado es la más humana y justa: la del Pueblo de la Patria…"

A su madre: "He honrado el apellido que heredé de mi padre, puedes estar satisfecha. Camina ahora más que nunca con la frente alta, sos la madre de un argentino que cumplió con su deber".

A su hija: Algún día a tus hijos cuéntales del abuelo que no vieron y supo defender una noble causa. No muero como un cualquiera, muero como un hombre de honor”.

Y al general Aramburu: Dentro de pocas horas usted tendrá la satisfacción de haberme asesinado (…) Entre mi suerte y la de ustedes me quedo con la mía. Mi esposa y mi hija, a través de sus lágrimas verán en mí un idealista sacrificado por la causa del pueblo. Las mujeres de ustedes, hasta ellas, verán asomárseles por los ojos sus almas de asesinos. Y si les sonríen y los besan será para disimular el terror que les causan. Aunque vivan cien años, sus víctimas les seguirán a cualquier rincón del mundo donde pretendan esconderse. Vivirán ustedes, sus mujeres y sus hijos, bajo el terror constante de ser asesinados. Porque ningún derecho, ni natural ni divino, justificará jamás tantas ejecuciones. La palabra “monstruos” brota incontenida de cada argentino a cada paso que da. Conservo toda mi serenidad ante la muerte. Nuestro fracaso material es un gran triunfo moral. Nuestro levantamiento es una expresión más de la indignación incontenible de la inmensa mayoría del pueblo argentino esclavizado. Dirán de nuestro movimiento que era totalitario o comunista y que programábamos matanzas en masa. Mienten. Nuestra proclama radial comenzó por exigir respeto a las instituciones y templos y personas (…).

Nosotros defendemos al pueblo, al que ustedes le están imponiendo el libertinaje de una minoría oligárquica, en pugna con la verdadera libertad de la mayoría, y un liberalismo rancio y laico en contra de las tradiciones de nuestro país. Todo el mundo sabe que la crueldad en los castigos la dicta el odio, sólo el odio de clases o el miedo. Como cristiano me presento ante Dios que murió ajusticiado, perdonando a mis asesinos, y como argentino derramo mi sangre por la causa del pueblo humilde, por la justicia y la libertad de todos, no sólo de minorías privilegiadas.

Espero que el pueblo conocerá un día esta carta y la proclama revolucionaria en las que quedan nuestros ideales en forma intergiversable. Así como nadie podrá ser embaucado por el cúmulo de mentiras contradictorias y ridículas con que el gobierno trata de cohonestar esta ola de matanzas y lavarse las manos sucias en sangre. Ruego a Dios que mi sangre sirva para unir a los argentinos. Viva la Patria”.

Se dijo que Aramburu rechazó un pedido de misericordia del Papa, el que había sido notificado por monseñor Manuel Tato, vía Susana, la hija del general, de dieciocho años de edad. También se dijo que la esposa del general Valle acudió a la residencia de Olivos para rogar a Aramburu por la vida de su esposo y que el edecán, luego de consultar, le respondió que el presidente se encontraba durmiendo.

Como había sido el gobierno peronista el que había promulgado el Código de Justicia Militar luego de derrotar la rebelión encabezada en 1951 por el general Benjamín Menéndez, la Revolución Libertadora decide eliminarlo… hasta que decide aplicarlo con el general Valle, por primera vez en el siglo XX.

Luche, luche, luche,
no deje de luchar,
que a todos los gorilas
los vamos a colgar.

La rebelión armada cívico-militar peronista contra los militares golpistas, y el brutal escarmiento “desperonizador” de la autollamada Revolución Libertadora, hacía recordar a las guerras civiles del siglo XIX, cuando la violencia se imponía a la tolerancia con los derrotados.

Testimonios fotográficos de aquellas páginas de nuestra historia argentina...







martes, 4 de junio de 2019

El zugzwang de Cristina… @dealgunamanera...

El zugzwang de Cristina…


La jugada de Cristina poniendo un candidato y reordenando todo el panorama político ¿es una jugada magistral –un zugzwang de ajedrecista– o es más bien una retirada fruto de un cálculo realista?

© Escrito por Américo Schvartzman el domingo 02/06/2019 y publicado por La Vanguardia de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ya han pasado algunas semanas del anuncio de Cristina Fernández de Kirchner que sacudió el panorama político electoral de la Argentina, obligando a los demás jugadores a reordenar sus movidas, en un proceso que aun no ha concluido. Quizás ahora que bajó la espuma de la “genial estrategia” –según sus acríticos seguidores– o del “paso en falso que le restará votos” –según los gurúes del macrismo–, se puede comenzar a analizar con mayor detenimiento la decisión y sus implicancias.

Por ejemplo, se puede retomar la primera impresión de zugzwang que produjo la jugada. Zugzwang es una situación que se da en el ajedrez, cuando un contrincante pone al otro en una posición en la que –haga lo que haga– solo puede empeorar sus chances. No llega a ser jaque mate aun, pero está prácticamente liquidado. (Hay un célebre cuento de Rodolfo Walsh, muy recomendable, de ese mismo nombre).

¿Por qué zugzwang? Porque, aunque en el ajedrez hay un solo jugador enfrente, en el particular escenario de la política argentina todos los actores principales se vieron obligados a rehacer estrategias y a mover sus piezas a riesgo de sufrir el jaque mate. Claro que esto no es ajedrez, es la vida y hay otras salidas. Y tal vez por eso, se puede pensar que la jugada no es algo magistral sino algo más parecido al criterio de “valor razonable”, esa estimación contable en la que ambas partes (comprador y vendedor) quedan moderadamente satisfechas, porque se toman en cuenta los beneficios y los riesgos de manera racional.

Los acríticos seguidores de la ex presidenta oscilaron entre la desazón por ver bajarse a su candidata, y la euforia voluntarista de estar presenciando “la genial estrategia”. Pero a los pocos días las señales de la realidad disiparon en parte esos vahos eufóricos: comenzaban a percibir que la acción no era tan “genial”, sino que más bien evidenciaba un registro realista de la propia debilidad: Cristina entendió que su nombre divide y no logra el consenso necesario para ganar.  Y en el mismo acto empezó a dibujarse con mayor claridad la panoplia de mensajes que encierra la elección de Alberto Fernández.

A los pocos días del anuncio, los más férreos seguidores de Cristina comenzaron a percibir que la acción no era tan “genial”, sino que más bien evidenciaba un registro realista de la propia debilidad: Cristina entendió que su nombre divide y no logra el consenso necesario para ganar.

Pongámoslo en forma de interrogantes: ¿Qué es más realista: imaginar a Alberto Fernández haciéndole la guerra al grupo Clarín, o negociando la paz con ellos? ¿Pensarlo atacando a las grandes corporaciones, o pactando una tregua beneficiosa “para todos” que brinde gobernabilidad? ¿Especular con Alberto haciendo lo posible para encarcelar a Macri o al contrario, dando “seguridad jurídica” a todos y todas (los denostados jueces pero también los empresarios de la “patria contratista”) a cambio del archivo de las causas contra Cristina? ¿Un Alberto presidente enfrentando al FMI o más bien acordando mejores condiciones para seguir siendo “pagadores seriales”?


Las respuestas realistas a estas preguntas explican también por qué pasados unos pocos días, al disiparse la polvareda del impacto inicial, se intuye cierta perplejidad con un dejo de tristeza entre la tropa que ya no celebra tanto el pretendido jaque mate y ha adoptado un gesto resignado, pero aún batallador. Porque, claro, lo principal es derrotar a Macri.

No obstante, en apenas una semana y adelantándose a los interrogantes retóricos aquí formulados, el candidato elegido por Cristina dejó definiciones preocupantes para quienes se empeñan en ver a una líder de izquierda en la ex Presidenta: primero fue la invitación a sumarse a otro “traidor”: el intento de seducir a Sergio Massa; enseguida, la respuesta en extremo mesurada frente a la legalización del aborto: “ir más despacio”. Casi de inmediato, la entrevista en la que renegó de la Ley de Medios Audiovisuales, por si fuera poco calificando a la comunicación como “un negocio” y no como un servicio público, y la apelación a terminar la guerra: “Dejen de disparar que conmigo la guerra se terminó”. En el medio, la no desmentida cena con Héctor Magnetto, el mandamás histórico del Grupo Clarín. Ahí nomás, la declaración sobre el FMI (“Hay que cumplir”, incluso con la deuda privada) y la divulgación de nombres de su equipo económico, que incluyen a Guillermo Nielsen, alguien que si bien formó parte del gobierno de Néstor Kirchner, fue también duro crítico de las gestiones de Cristina.

No ha habido hasta ahora reacciones públicas destacadas del kirchnerismo en relación con estas definiciones de Alberto Fernández. Definiciones que lo ponen más cerca de las perspectivas de Urtubey, Massa o el propio Macri que de las posturas sostenidas estos años por el extinto Frente para la Victoria, por Unidad Ciudadana, ahora Frente Patriótico o como se vaya a llamar de aquí en más. Sí hubo algunas justificaciones elaboradas desde adentro (como Verbitsky explicando que “para gobernar hace falta una coalición más amplia que para ganar la elección”). Pero solo ha salido a ponerle límites Graciana Peñafort, la abogada de la ex Presidenta en un par de causas y ex integrante de la AFSCA, el organismo que reemplazó al Comfer y que el macrismo disolvió para crear el Enacom. Peñafort le salió al cruce: “La comunicación no es negocio. Es un derecho humano fundamental”, le respondió por Twitter. Y añadió:  “Sé que en esto diferimos, pero más allá de esta discusión, te diría que los notifiques del fin de la guerra, porque para ellos la sigue y en estos días, te tiene a vos como rehén”.

¿Pidió permiso Peñafort para responder de esta manera? Más interrogantes: ¿Qué hará Cristina ante estas diferencias que, para muchos de sus seguidores, son de fondo? ¿Qué harán ellos y ellas ante esta acumulación de sapos a tragarse en tan pocos días? ¿Aceptarán todo lo que haga o diga Alberto? ¿Esperarán señales de Cristina para saber cuántos sapos más deberán engullir desde ahora? ¿O habrá una luz verde para protestar ante cada paso dudoso o decididamente insoportable del ungido?

¿Qué hará Cristina ante estas diferencias que, para muchos de sus seguidores, son de fondo? ¿Qué harán ellos y ellas ante esta acumulación de sapos a tragarse en tan pocos días? ¿Aceptarán todo lo que haga o diga Alberto?

Más allá de esas preguntas que pueden atormentar a una parte minoritaria del kirchnerismo, también se puede analizar que la jugada de Cristina es la mejor posible en un escenario en el que no todo es posible. Como alguna vez escribió Marx, los seres humanos eligen, pero no eligen las condiciones en las que actuarán. Y el escenario, al que Cristina contribuyó, indicaba que si no había modificaciones, la Argentina se encaminaba (quizás aun lo hace) a un cuatrienio muy árido: si cualquiera de los dos polos de la grieta termina imponiéndose en las elecciones, el panorama aparece como temible. No solo por el hecho de que cualquiera de ellos tendría a dos tercios de la sociedad en contra de entrada, sin esa “luna de miel” que suelen tener las gestiones que recién se inician, sino sobre todo por las severas dificultades de la economía: el dólar y la inflación imparables, vencimientos de deuda muy difíciles de afrontar, pérdida de productividad y empleos, y una sociedad que no parece tener más paciencia para ajustes.


Ese era el peor escenario en la mirada de Cristina porque se sabe que no hay populismo sin recursos. Algo había que cambiar. Y la jugada alteró el horizonte de posibilidades. Los signos de tranquilidad del dólar y la módica baja del riesgo país lo muestran: Alberto da garantías a los “mercados”, esa forma nominal que la prensa amable del establishment elige para referirse a los sectores dominantes de la sociedad argentina,  que hicieron negocios tanto con las dictaduras como con el menemismo, con el kirchnerismo como con el macrismo y están ya listos para hacerlos con Alberto.

Parece claro entonces que para el establishment, esta “genial jugada” es lo mejor que podía hacer Cristina después de los errores y los callejones sin salida a los que condujo a su propia gente en los últimos 12 años. Pero si se lo mira desapasionadamente también pareciera lo mejor para ella y, tal vez, la única jugada posible para habilitar algunas instancias que parecían impensables, por ejemplo:

– la habilita a mostrarse autocrítica sin haber hecho jamás un reconocimiento público de aquellos aspectos más negativos de su gobierno, los que su propio candidato calificó como “deplorables” (haberlo elegido es aceptar en los hechos que, al menos, ya no cree que hayan sido tan acertadas la 125, la pelea con “el campo”, el pacto con Irán, la presión sobre los medios –y no tanto la Ley–, la intromisión en la justicia, y demás cuestiones que precisamente motivaron el alejamiento de su gobierno de quien hoy es el candidato de Cristina…)

– le permite mostrar un gesto de grandeza ante las personas menos avispadas o “malpensadas”, sean o no sus seguidoras (el “renunciamiento”, aunque a cualquier persona informada le produzca vergüenza ajena la analogía con el histórico episodio protagonizado por Evita);

– le da chances de zafar de las causas judiciales (chances, no certeza: puede perder las elecciones, pero en ese caso sigue siendo senadora hasta 2026);

– ayuda a desactivar la tercera opción, o al menos debilitarla. Y no porque la decisión de poner a Alberto haya tenido como objetivo principal el de sumar votos, sino por otro fin que en parte se logró el mismo día: varios gobernadores que se suponían firmes en Alternativa Federal –ampliada con Lavagna y el socialismo, o no– ese mismo sábado cambiaron de bando: apenas conocida la noticia, Manzur, Bertone, Casas y Peppo, felicitaron a Alberto y se engancharon al nuevo tren.

Es cierto que el oficialismo se refuerza en un sentido: le alcanza con repetir hasta el hartazgo en sus medios adictos aquellos videos donde Alberto decía que el gobierno de Cristina era “deplorable”. La técnica 6-7-8. Porque, como dijo Lanata: “¿Cómo creer en un candidato que puteaba a su vice?”. (Pregunta que, por analogía, se le aplica también a él: “¿Cómo creerle a un periodista que escribe en el diario para el que juró que jamás trabajaría?”. Y así se puede seguir, aplicándola a casi toda la dirigencia política y socioeconómica del país). En cualquier caso, la técnica vale para todos: también están a mano los videos de Elisa Carrió diciendo que Macri es un delincuente, un contrabandista y de derecha. Claro que Carrió no es la candidata a presidenta de Macri ni él su vice. En ese juego, no parece que el gobierno pueda sumar, pese a la teoría duranbarbista de que son “los menos peores entre los males”.

Ahora ¿de verdad alguien cree que la postulación de Alberto es “el fin de la grieta” como dijeron algunos analistas? No parece. Las encuestas que se conocieron desmienten a los eufóricos pero también a Durán Barba, que ese sábado salió a decir que la movida no le suma a Cristina, sino le resta: muestran que la fórmula doble F tiene casi los mismos números que tenía Cristina, es decir que no mejora las chances del peronismo kirchnerista. Pero parece plausible suponer que sí le sumaría en la segunda vuelta: la mayoría de las personas que no quieren más a Macri en el gobierno sintieron alivio: desde aquel sábado tienen a quién votar en la segunda vuelta. Por eso la jugada es un reconocimiento de debilidad: es Menem en 2003 previniendo que no llega. Pero con la lucidez que Menem no tuvo de poner a alguien que le pague al FMI, no cuestione al mercado y haga el ajuste. Con rostro humano, pero ajuste al fin, que Cristina jamás haría. O –mejor no descartar nada– que quizás ahora cree que debe hacerse.

¿De verdad alguien cree que la postulación de Alberto es “el fin de la grieta” como dijeron algunos analistas? No parece. Las encuestas que se conocieron desmienten a los eufóricos pero también a Durán Barba.

Como sea, el corrimiento de Cristina afectó al macrismo, que de pronto perdió el principal espantajo que tenía para agitar. Aunque unos y otros quieran creer otra cosa, está claro que Fernández no es lo mismo que Fernández. Y no deja de ser paradójico: la noticia de que Cristina no será candidata a presidenta fue tan lamentada por macristas como festejada por kirchneristas. Singular aporía de la política argentina contemporánea.


Persiste un interrogante para el final: ¿acaso la movida de Cristina también la coloca a ella misma en posición de zugzwang? Lo dirá el tiempo.


viernes, 25 de marzo de 2016

La última carta de Rodolfo Walsh... @dealgunamanera...

La última carta de Rodolfo Walsh...


Algunas de las aseveraciones que Rodolfo Walsh hiciera en su carta a la Junta Militar no pudieron ni podrán ser mejor enunciadas en oportunidad y justeza de criterio. Allí, advirtió que los militares no derrocaban a un gobierno sino la posibilidad del pueblo de vivir en un proceso democrático. Observó además que los golpistas restauraban “la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación”. Dio cuenta también del plan sistemático de aniquilamiento y aseguró que la Dictadura “ha despojado a la tortura de su límite en el tiempo”. No se equivocó tampoco al denunciar que el gobierno militar no intervenía como árbitro entre “dos terrorismos” sino como “la fuente misma del terror”. Pero fue más certero aun al subrayar el hecho de que la dictadura contaba con el apoyo de poderosos grupos económicos, una pata civil, que venía a beneficiarse con la planificación de la miseria para todos los argentinos.

Walsh redactó este texto el 24 de marzo de 1977, a un año de instalada la Junta Militar. Por entonces, su hija Vicky, oficial montonera, se había suicidado junto a su pareja, cuando se encontraba acorralada tras un enfrentamiento con las fuerzas militares. Un día después de escrita la carta, mientras dejaba ejemplares de la misma en buzones de calle, fue encerrado por un grupo de tareas de la ESMA en las cercanías del cruce de las avenidas San Juan y Entre Ríos, barrio porteño de San Cristóbal. Walsh combatió y fue herido. Moriría en el campo de concentración, como asegurara al finalizar la carta, fiel al compromiso “de dar testimonio en momentos difíciles”. Sus secuestradores y asesinos, entre ellos Alfredo Astiz y Jorge Acosta, fueron sentenciados a prisión perpetua por el Tribunal Oral Federal n° 5 en octubre de 2011, acusados por la privación ilegal de la libertad, tormentos, robo de bienes y homicidio.
Fuente: Gregorio Levenson y Ernesto Jauretche, Héroes. Historia de la Argentina revolucionaria, Buenos Aires, Ediciones Colihue, 1998, págs.162-169.
© Publicado por www.elhistoriador.com.ar

Carta abierta de un escritor a la Junta Militar
1. La censura de prensa, la persecución a intelectuales, el allanamiento de mi casa en el Tigre, el asesinato de amigos queridos y la pérdida de una hija que murió combatiéndolos, son algunos de los hechos que me obligan a esta forma de expresión clandestina después de haber opinado libremente como escritor y periodista durante casi treinta años.
El primer aniversario de esta Junta Militar ha motivado un balance de la acción de gobierno en documentos y discursos oficiales, donde lo que ustedes llaman aciertos son errores, los que reconocen como errores son crímenes y lo que omiten son calamidades.
El 24 de marzo de 1976 derrocaron ustedes a un gobierno del que formaban parte, a cuyo desprestigio contribuyeron como ejecutores de su política represiva, y cuyo término estaba señalado por elecciones convocadas para nueve meses más tarde. En esa perspectiva lo que ustedes liquidaron no fue el mandato transitorio de Isabel Martínez sino la posibilidad de un proceso democrático donde el pueblo   remediara males que ustedes continuaron y agravaron.
Ilegítimo en su origen, el gobierno que ustedes ejercen pudo legitimarse en los hechos recuperando el programa en que coincidieron en las elecciones de 1973 el ochenta por ciento de los argentinos y que sigue en pie como expresión objetiva de la voluntad del pueblo, único significado posible de ese "ser nacional" que ustedes invocan tan a menudo.
Invirtiendo ese camino han restaurado ustedes la corriente de ideas e intereses de minorías derrotadas que traban el desarrollo de las fuerzas productivas, explotan al pueblo y disgregan la Nación. Una política semejante sólo puede imponerse transitoriamente prohibiendo los partidos, interviniendo los sindicatos, amordazando la prensa e implantando el terror más profundo que ha conocido la sociedad argentina.

2. Quince mil desaparecidos, diez mil presos, cuatro mil muertos, decenas de miles de desterrados son la cifra desnuda de ese terror.
Colmadas las cárceles ordinarias, crearon ustedes en las principales guarniciones del país virtuales campos de concentración donde no entra ningún juez, abogado, periodista, observador internacional. El secreto militar de los procedimientos, invocado como necesidad de la investigación, convierte a la mayoría de las detenciones en secuestros que permiten la tortura sin límite y el fusilamiento sin juicio. 1
Más de siete mil recursos de hábeas corpus han sido contestados negativamente este último año. En otros miles de casos de desaparición el recurso ni siquiera se ha presentado porque se conoce de antemano su inutilidad o porque no se encuentra abogado que ose presentarlo después que los cincuenta o sesenta que lo hacían fueron a su turno secuestrados.
De este modo han despojado ustedes a la tortura de su límite en el tiempo. Como el detenido no existe, no hay posibilidad de presentarlo al juez en diez días según manda una ley que fue respetada aun en las cumbres represivas de anteriores dictaduras.
La falta de límite en el tiempo ha sido complementada con la falta de límite en los   métodos, retrocediendo a épocas en que se operó directamente sobre las articulaciones y las vísceras de las víctimas, ahora con auxiliares quirúrgicos y farmacológicos de que no dispusieron los antiguos verdugos. El potro, el torno, el despellejamiento en vida, la sierra de los inquisidores medievales reaparecen en los testimonios junto con la picana y el "submarino", el soplete de las actualizaciones contemporáneas. 2
Mediante sucesivas concesiones al supuesto de que el fin de exterminar a la guerilla justifica todos los medios que usan, han llegado ustedes a la tortura absoluta, intemporal, metafísica en la medida que el fin original de obtener información se extravía en las mentes perturbadas que la administran para ceder al impulso de machacar la sustancia humana hasta quebrarla y hacerle perder la dignidad que perdió el verdugo, que ustedes mismos han perdido.

3. La negativa de esa Junta a publicar los nombres de los prisioneros es asimismo la cobertura de una sistemática ejecución de rehenes en lugares descampados y en   horas de la madrugada con el pretexto de fraguados combates e imaginarias tentativas de fuga.
Extremistas que panfletean el campo, pintan acequias o se amontonan de a diez en vehículos que se incendian son los estereotipos de un libreto que no está hecho para ser creído sino para burlar la reacción internacional ante ejecuciones en regla mientras en lo interno se subraya el carácter de represalias desatadas en los mismos lugares y en fecha inmediata a las acciones guerrilleras.
Setenta fusilados tras la bomba en Seguridad Federal, 55 en respuesta a la voladura del Departamento de Policía de La Plata, 30 por el atentado en el Ministerio de Defensa, 40 en la Masacre del Año Nuevo que siguió a la muerte del coronel Castellanos, 19 tras la explosión que destruyó la comisaría de Ciudadela forman parte de 1.200 ejecuciones en 300 supuestos combates donde el oponente no tuvo heridos y las fuerzas a su mando no tuvieron muertos.
Depositarios de una culpa colectiva abolida en las normas civilizadas de justicia, incapaces de influir en la política que dicta los hechos por los cuales son represaliados, muchos de esos rehenes son delegados sindicales, intelectuales, familiares de guerrilleros, opositores no armados, simples sospechosos a los que se mata para equilibrar la balanza de las bajas según la doctrina extranjera de "cuenta-cadáveres" que usaron los SS en los países ocupados y los invasores en Vietnam.
El remate de guerrilleros heridos o capturados en combates reales es asimismo una evidencia que surge de los comunicados militares que en un año atribuyeron a la guerrilla 600 muertos y sólo 10 o 15 heridos, proporción desconocida en los más encarnizados conflictos. Esta impresión es confirmada por un muestreo periodístico de circulación clandestina que revela que entre el 18 de diciembre de 1976 y el 3 de febrero de 1977, en 40 acciones reales, las fuerzas legales tuvieron 23 muertos y 40 heridos, y la guerrilla 63 muertos. 3
Más de cien procesados han sido igualmente abatidos en tentativas de fuga cuyo relato oficial tampoco está destinado a que alguien lo crea sino a prevenir a la guerrilla y a los partidos de que aun los presos reconocidos son la reserva estratégica de las represalias de que disponen los Comandantes de Cuerpo según la marcha de los combates, la conveniencia didáctica o el humor del momento.
Así ha ganado sus laureles el general Benjamín Menéndez, jefe del Tercer Cuerpo de Ejército, antes del 24 de marzo con el asesinato de Marcos Osatinsky, detenido en Córdoba, después con la muerte de Hugo Vaca Narvaja y otros cincuenta prisioneros en variadas aplicaciones de la ley de fuga ejecutadas sin piedad y narradas sin pudor. 4
El asesinato de Dardo Cabo, detenido en abril de 1975, fusilado el 6 de enero de 1977 con otros siete prisioneros en jurisdicción del Primer Cuerpo de Ejército que   manda el general Suárez Masson, revela que estos episodios no son desbordes de algunos centuriones alucinados sino la política misma que ustedes planifican en sus estados mayores, discuten en sus reuniones de gabinete, imponen como comandantes en jefe de las 3 Armas y aprueban como miembros de la Junta de Gobierno.

4. Entre mil quinientas y tres mil personas han sido masacradas en secreto después que ustedes prohibieron informar sobre hallazgos de cadáveres que en algunos casos han trascendido, sin embargo, por afectar a otros países, por su magnitud genocida o por el espanto provocado entre sus propias fuerzas. 5
Veinticinco cuerpos mutilados afloraron entre marzo y octubre de 1976 en las costas uruguayas, pequeña parte quizás del cargamento de torturados hasta la muerte en la Escuela de Mecánica de la Armada, fondeados en el Río de la Plata por buques de esa fuerza, incluyendo el chico de 15 años, Floreal Avellaneda, atado de pies y manos, "con lastimaduras en la región anal y fracturas visibles" según su autopsia.
Un verdadero cementerio lacustre descubrió en agosto de 1976 un vecino que buceaba en el Lago San Roque de Córdoba, acudió a la comisaría donde no le recibieron la denuncia y escribió a los diarios que no la publicaron. 6
Treinta y cuatro cadáveres en Buenos Aires entre el 3 y el 9 de abril de 1976, ocho en San Telmo el 4 de julio, diez en el Río Luján el 9 de octubre, sirven de marco a las masacres del 20 de agosto que apilaron 30 muertos a 15 kilómetros de Campo de Mayo y 17 en Lomas de Zamora.
En esos enunciados se agota la ficción de bandas de derecha, presuntas herederas de las 3 A de López Rega, capaces de atravesar la mayor guarnición del país en camiones militares, de alfombrar de muertos el Río de la Plata o de arrojar prisioneros al mar desde los transportes de la Primera Brigada Aérea 7, sin que se enteren el general Videla, el almirante Massera o el brigadier Agosti. Las 3 A son hoy las 3 Armas, y la Junta que ustedes presiden no es el fiel de la balanza entre "violencias de distintos signos" ni el árbitro justo entre "dos terrorismos", sino la fuente misma del terror que ha perdido el rumbo y sólo puede balbucear el discurso de la muerte. 8
La misma continuidad histórica liga el asesinato del general Carlos Prats, durante el anterior gobierno, con el secuestro y muerte del general Juan José Torres, Zelmar Michelini, Héctor Gutiérrez Ruíz y decenas de asilados en quienes se ha querido asesinar la posibilidad de procesos democráticos en Chile, Bolivia y Uruguay. 9
La segura participación en esos crímenes del Departamento de Asuntos Extranjeros de la Policía Federal, conducido por oficiales becados de la CIA a través de la AID, como los comisarios Juan Gattei y Antonio Gettor, sometidos ellos mismos a la autoridad de Mr. Gardener Hathaway, Station Chief de la CIA en Argentina, es semillero de futuras revelaciones como las que hoy sacuden a la comunidad internacional que no han de agotarse siquiera cuando se esclarezcan el papel de esa agencia y de altos jefes del Ejército, encabezados por el general Menéndez, en la creación de la Logia Libertadores de América, que reemplazó a las 3 A hasta que su papel global fue asumido por esa Junta en nombre de las 3 Armas.
Este cuadro de exterminio no excluye siquiera el arreglo personal de cuentas como el asesinato del capitán Horacio Gándara, quien desde hace una década investigaba los negociados de altos jefes de la Marina, o del periodista de Prensa Libre Horacio Novillo apuñalado y calcinado, después que ese diario denunció las conexiones del ministro Martínez de Hoz con monopolios internacionales.
A la luz de estos episodios cobra su significado final la definición de la guerra pronunciada por uno de sus jefes: "La lucha que libramos no reconoce límites morales ni naturales, se realiza más allá del bien y del mal". 10

5. Estos hechos, que sacuden la conciencia del mundo civilizado, no son sin embargo los que mayores sufrimientos han traído al pueblo argentino ni las peores violaciones de los derechos humanos en que ustedes incurren. En la política económica de ese gobierno debe buscarse no sólo la explicación de sus crímenes sino una atrocidad mayor que castiga a millones de seres humanos con la miseria planificada.
En un año han reducido ustedes el salario real de los trabajadores al 40%, disminuido su participación en el ingreso nacional al 30%, elevado de 6 a 18 horas la jornada de labor que necesita un obrero para pagar la canasta familiar 11, resucitando así formas de trabajo forzado que no persisten ni en los últimos reductos coloniales.
Congelando salarios a culatazos mientras los precios suben en las puntas de las bayonetas, aboliendo toda forma de reclamación colectiva, prohibiendo asambleas y comisiones internas, alargando horarios, elevando la desocupación al récord del 9%12 prometiendo aumentarla con 300.000 nuevos despidos, han retrotraído las relaciones de producción a los comienzos de la era industrial, y cuando los trabajadores han querido protestar los han calificados de subversivos, secuestrando cuerpos enteros de delegados que en algunos casos aparecieron muertos, y en otros no aparecieron. 12
Los resultados de esa política han sido fulminantes. En este primer año de gobierno el consumo de alimentos ha disminuido el 40%, el de ropa más del 50%, el de medicinas ha desaparecido prácticamente en las capas populares. Ya hay zonas del Gran Buenos Aires donde la mortalidad infantil supera el 30%, cifra que nos iguala con Rhodesia, Dahomey o las Guayanas; enfermedades como la diarrea estival, las parasitosis y hasta la rabia en que las cifras trepan hacia marcas mundiales o las superan. Como si esas fueran metas deseadas y buscadas, han reducido ustedes el presupuesto de la salud pública a menos de un tercio de los gastos militares, suprimiendo hasta los hospitales gratuitos mientras centenares de médicos, profesionales y técnicos se suman al éxodo provocado por el terror, los bajos sueldos o la "racionalización".
Basta andar unas horas por el Gran Buenos Aires para comprobar la rapidez con que semejante política la convirtió en una villa miseria de diez millones de habitantes. Ciudades a media luz, barrios enteros sin agua porque las industrias monopólicas saquean las napas subterráneas, millares de cuadras convertidas en un solo bache porque ustedes sólo pavimentan los barrios militares y adornan la Plaza de Mayo, el río más grande del mundo contaminado en todas sus playas porque los socios del ministro Martínez de Hoz arrojan en él sus residuos industriales, y la única medida de gobierno que ustedes han tomado es prohibir a la gente que se bañe.
Tampoco en las metas abstractas de la economía, a las que suelen llamar "el país",   han sido ustedes más afortunados. Un descenso del producto bruto que orilla el 3%, una deuda exterior que alcanza a 600 dólares por habitante, una inflación anual del 400%, un aumento del circulante que en solo una semana de diciembre llegó al 9%, una baja del 13% en la inversión externa constituyen también marcas mundiales, raro fruto de la fría deliberación y la cruda inepcia.
Mientras todas las funciones creadoras y protectoras del Estado se atrofian hasta disolverse en la pura anemia, una sola crece y se vuelve autónoma. Mil ochocientos millones de dólares que equivalen a la mitad de las exportaciones argentinas presupuestados para Seguridad y Defensa en 1977, cuatro mil nuevas plazas de agentes en la Policía Federal, doce mil en la provincia de Buenos Aires con sueldos que duplican el de un obrero industrial y triplican el de un director de escuela, mientras en secreto se elevan los propios sueldos militares a partir de febrero en un 120%, prueban que no hay congelación ni desocupación en el reino de la tortura y de la muerte, único campo de la actividad argentina donde el producto crece y donde la cotización por guerrillero abatido sube más rápido que el dólar.

6.
 Dictada por el Fondo Monetario Internacional según una receta que se aplica indistintamente al Zaire o a Chile, a Uruguay o Indonesia, la política económica de esa Junta sólo reconoce como beneficiarios a la vieja oligarquía ganadera, la nueva oligarquía especuladora y un grupo selecto de monopolios internacionales encabezados por la ITT, la Esso, las automotrices, la U.S. Steel, la Siemens, al que están ligados personalmente el ministro Martínez de Hoz y todos los miembros de su gabinete.
Un aumento del 722% en los precios de la producción animal en 1976 define la magnitud de la restauración oligárquica emprendida por Martínez de Hoz en consonancia con el credo de la Sociedad Rural expuesto por su presidente Celedonio Pereda: "Llena de asombro que ciertos grupos pequeños pero activos sigan insistiendo en que los alimentos deben ser baratos". 13
El espectáculo de una Bolsa de Comercio donde en una semana ha sido posible para algunos ganar sin trabajar el cien y el doscientos por ciento, donde hay empresas que de la noche a la mañana duplicaron su capital sin producir más que antes, la rueda loca de la especulación en dólares, letras, valores ajustables, la usura simple que ya calcula el interés por hora, son hechos bien curiosos bajo un gobierno que venía a acabar con el "festín de los corruptos".
Desnacionalizando bancos se ponen el ahorro y el crédito nacional en manos de la banca extranjera, indemnizando a la ITT y a la Siemens se premia a empresas que   estafaron al Estado, devolviendo las bocas de expendio se aumentan las ganancias de la Shell y la Esso, rebajando los aranceles aduaneros se crean empleos en Hong Kong o Singapur y desocupación en la Argentina. Frente al conjunto de esos hechos cabe preguntarse quiénes son los apátridas de los comunicados oficiales, dónde están los mercenarios al servicio de intereses foráneos, cuál es la ideología que amenaza al ser nacional.
Si una propaganda abrumadora, reflejo deforme de hechos malvados no pretendiera que esa Junta procura la paz, que el general Videla defiende los derechos humanos o que el almirante Massera ama la vida, aún cabría pedir a los señores Comandantes en Jefe de las 3 Armas que meditaran sobre el abismo al que conducen al país tras la ilusión de ganar una guerra que, aun si mataran al último guerrillero, no haría más que empezar bajo nuevas formas, porque las causas que hace más de veinte años mueven la resistencia del pueblo argentino no estarán desaparecidas sino agravadas por el recuerdo del estrago causado y la revelación de las atrocidades cometidas.
Estas son las reflexiones que en el primer aniversario de su infausto gobierno he querido hacer llegar a los miembros de esa Junta, sin esperanza de ser escuchado, con la certeza de ser perseguido, pero fiel al compromiso que asumí hace mucho tiempo de dar testimonio en momentos difíciles.

Rodolfo Walsh. - C.I. 2.845.022
Buenos Aires, 24 de marzo de 1977.

Referencias:

1 Desde enero de 1977 la Junta empezó a publicar nóminas incompletas de nuevos detenidos y de "liberados" que en su mayoría no son tales sino procesados que dejan de estar a su disposición pero siguen presos. Los nombres de millares de prisioneros son aún secreto militar y las condiciones para su tortura y posterior fusilamiento permanecen intactas.

2 El dirigente peronista Jorge Lizaso fue despellejado en vida, el ex diputado radical Mario Amaya muerto a palos, el ex diputado Muñiz Barreto desnucado de un golpe. Testimonio de una sobreviviente: "Picana en los brazos, las manos, los muslos, cerca de la boca cada vez que lloraba o rezaba... Cada veinte minutos abrían la puerta y me decían que me iban hacer fiambre con la máquina de sierra que se escuchaba".

3"Cadena Informativa", mensaje Nro. 4, febrero de 1977.

4 Una versión exacta aparece en esta carta de los presos en la Cárcel de Encausados al obispo de Córdoba, monseñor Primatesta: "El 17 de mayo son retirados con el engaño de ir a la enfermería seis compañeros que luego son fusilados. Se trata de Miguel Ángel Mosse, José Svagusa, Diana Fidelman, Luis Verón, Ricardo Yung y Eduardo Hernández, de cuya muerte en un intento de fuga informó el Tercer Cuerpo de Ejército. El 29 de mayo son retirados José Pucheta y Carlos Sgadurra. Este último había sido castigado al punto de que no se podía mantener en pie sufriendo varias fracturas de miembros. Luego aparecen también fusilados en un intento de fuga".

5 En los primeros 15 días de gobierno militar aparecieron 63 cadáveres, según los diarios. Una proyección anual da la cifra de 1500. La presunción de que puede ascender al doble se funda en que desde enero de 1976 la información periodística era incompleta y en el aumento global de la represión después del golpe. Una estimación global verosímil de las muertes producidas por la Junta es la siguiente. Muertos en combate: 600. Fusilados: 1.300. Ejecutados en secreto: 2.000. Varios. 100. Total: 4.000.

6 Carta de Isaías Zanotti, difundida por ANCLA, Agencia Clandestina de Noticias.

7 "Programa" dirigido entre julio y diciembre de 1976 por el brigadier Mariani, jefe de la Primera Brigada Aérea del Palomar. Se usaron transportes Fokker F-27.

8 El canciller vicealmirante Guzzeti en reportaje publicado por La Opinión el 3-10-76 admitió que "el terrorismo de derecha no es tal" sino "un anticuerpo".

9 El general Prats, último ministro de Ejército del presidente Allende, muerto por una bomba en setiembre de 1974. Los ex parlamentarios uruguayos Michelini y Gutiérrez Ruiz aparecieron acribillados el 2-5-76. El cadáver del general Torres, ex presidente de Bolivia, apareció el 2-6-76, después que el ministro del Interior y ex jefe de Policía de Isabel Martínez, general Harguindeguy, lo acusó de "simular" su secuestro.
10 Teniente Coronel Hugo Ildebrando Pascarelli según La Razón del 12-6-76. Jefe del Grupo I de Artillería de Ciudadela. Pascarelli es el presunto responsable de 33 fusilamientos entre el 5 de enero y el 3 de febrero de 1977.

11 Unión de Bancos Suizos, dato correspondiente a junio de 1976. Después la situación se agravó aún más.

12 Diario Clarín.

13 Entre los dirigentes nacionales secuestrados se cuentan Mario Aguirre de ATE, Jorge Di Pasquale de Farmacia, Oscar Smith de Luz y Fuerza. Los secuestros y asesinatos de delegados han sido particularmente graves en metalúrgicos y navales.

14 Prensa Libre, 16-12-76.

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