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domingo, 21 de agosto de 2022

Discursos vacíos… @dealgunamaneraok...

 Discursos vacíos… 

El índice Alberto. Dibujo: Pablo Temes.

El discurso hueco de la dirigencia vernácula está más allá de cualquier intento de pragmatismo. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 20/08/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de las/os Argentinas/os.


Alberto Fernández transita estos días por las tristes aguas de la intrascendencia política. El jueves participó de un seminario de cierre de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (Celac) con expresidentes de América Latina y España. Se lo vio junto a José Luis Rodríguez Zapatero, José “Pepe” Mujica, Ernesto Samper y Vinicio Cerezo. Un seleccionado de otra época. Tampoco tiene aprobación absoluta en ese pintoresco club de amigos. Daniel Ortega sostuvo que “da vergüenza estar en la Celac”, presidida por el jefe de Estado argentino, y aseguró que Fernández “tiene secuestrados” a los venezolanos del avión y que la Argentina parece “un distrito de los EE.UU.”.

También cantó en la inauguración de un jardín de infantes en La Rioja. Los libros de comunicación política señalan que en momentos de alta popularidad un mandatario puede someterse a situaciones poco convencionales para mostrar cercanía con su electorado y compartir momentos de distensión. Lo supo hacer Carlos Menem en su momento de apogeo. Este no sería el caso de AF. Tampoco lo fue cuando decidió terminar desparramado en la arena de Mar de Ajó luego de intentar atajar un penal a un niño de ese balneario del Partido de la Costa. Hace tiempo que el Presidente perdió el rumbo y ya no interpreta señales. La centralidad de Sergio Massa terminó de descolocarlo. 

Se acabaron las fichas

“El error del embajador argentino en los Estados Unidos, Jorge Argüello –que trató a Massa de ‘presidente’ en el Council of the Americas– fue mucho más que un acto fallido, fue una muestra de cómo se vive la realidad puertas adentro del nuevo circuito de poder del oficialismo”, se sinceró un peronista que supo respaldar al primer mandatario en los comienzos de su gestión. 

La vacuidad del discurso de la dirigencia política vernácula está más allá de cualquier intento de pragmatismo serio. “No hay que tener vergüenza de sentarse con la oposición”, dijo el ministro de Economía. “Hay que hacer una coalición”, afirmó, por su parte, Horacio Rodríguez Larreta. La pregunta es simple: ¿hay hoy algún gesto en esa dirección por parte de oficialistas y opositores? La respuesta es contundente: no. 

“Si lo van hacer, háganlo ya”, dijo el embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, en una muestra de sentido común que, por lo visto, molestó particularmente al kirchnerismo. Las refutaciones y descalificaciones a Stanley por parte de la inefable portavoz del Presidente, Gabriela Cerruti, y del “vocero” de Cristina Fernández de Kirchner, Andrés “Cuervo” Larroque, demuestran, primero, que no entendieron nada, y segundo, que tampoco les interesa tener una real comprensión de la verdadera causa de la tragedia argentina.  

Las contradicciones del discurso y del accionar del oficialismo alejan las posibilidades de generar la confianza que Massa necesita para avanzar con la implementación de las medidas que sustentan su plan “vamos viendo”. “¿A quién debemos creerle: al ministro, que busca acercarse a los Estados Unidos, o a Larroque, que llamó al embajador Stanley “Braden”, o al Presidente, que defiende a Cuba, Nicaragua y Venezuela?”, se preguntaba en la calurosa tarde del viernes en Washington una voz desde el Departamento de Estado.

Un gobierno sin rumbo

El adelanto del pago de Ganancias a las grandes empresas es una medida altamente controvertida que demuele el discurso filodesarrollista del ministro. El rechazo por parte de las entidades empresariales a la resolución RG5248/2022 dispuesta por la AFIP expone dos aspectos claves: la voracidad fiscal y la imprevisibilidad. 

El tarifazo aplicado a los servicios públicos ha dejado expuestas tres características que hacen a la esencia del kirchnerismo: la improvisación, el relato y la necesidad de crear un enemigo.

La improvisación se vio en las confusas explicaciones que ha venido dando la flamante secretaria de Energía, Flavia Royón. Su frase: “No sé cómo son las cosas acá”, dicha durante la presentación de los aumentos, exime de mayores comentarios.

La apelación al relato la hizo Malena Galmarini cuando, ante una pregunta precisa que le hizo nuestro colega de TN y Canal 13 Gonzalo Aziz, le respondió –intentando corregirlo– que no era un “tarifazo” sino una “redistribución de subsidios (sic)”.

La necesidad de crear un enemigo a quien culpar por el ajuste dio pie a la andanada de escraches –siempre repudiables– a “ricos y famosos” no afines al Gobierno por pagar tarifas subsidiadas que, en verdad, nunca pidieron. No hubo reproche, en cambio, para los “ricos y famosos” afines al kirchnerismo, que también pagaban tarifas subsidiadas. 

A pesar de haber sido invitado, Massa no participó de la reunión de gobernadores oficialistas que Axel Kicillof organizó en La Plata. Lo que hubo allí fueron temores por los efectos del ajuste tarifario y los giros de fondos para la obra pública. 

Mezquindades

Tanto fue el ruido que produjo lo allí hablado entre asado y empanadas, que Kicillof tuvo que salir a hacer declaraciones, ayer por la mañana, diciendo que de ninguna manera intentan marcarle la cancha al ministro. 

“No aclare, que oscurece”, habría que señalarle al gobernador bonaerense.

En medio de todo esto, está la situación judicial de Cristina Fernández de Kirchner, cuyo futuro es sombrío. Esto también tendrá efectos colaterales sobre la gestión de Massa. La creciente campaña contra la Justicia que se viene organizando desde La Cámpora es un indicio de la preocupación que existe en el oficialismo al respecto de este asunto de alto voltaje jurídico y político. 

Las presentaciones del fiscal Diego Luciani han tenido un impacto inesperado para CFK y quienes la defienden. El cúmulo de pruebas que exhibieron los fiscales –junto al doctor Luciani trabaja el doctor Sergio Mola– sorprendió a más de uno. 

Fueron evidencias desconocidas hasta ahora, y de una gran contundencia, sobre la fenomenal maquinaria de corrupción pergeñada por Néstor Kirchner y ejecutada, desde el momento mismo de su llegada al poder, tanto por él como por la vicepresidenta, a quien hay que recordarle las palabras del papa Francisco: “La corrupción la pagan los pobres”.



   

martes, 8 de marzo de 2022

Cuestión de forma y Fondo... @dealgunamaneraok...

Cuestión de forma y Fondo...

Imbancable, Mauricio Macri

La política local actúa como si nada tuvieran que ver con la realidad que padecen millones de argentinos.


© Escrito por Nelson Castro el sábado 05/03/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


En su discurso del 1º de marzo ante la Asamblea Legislativa el presidente Alberto Fernández evitó dar precisiones sobre el contenido del proyecto de ley, para avalar el acuerdo alcanzado con el Fondo Monetario Internacional. Tampoco dio precisiones sobre la fecha de ingreso a Diputados para comenzar los trámites de comisiones para su tratamiento. Sabía que aún no contaba con los detalles técnicos finales y, mucho menos, con el aval del bloque del Frente de Todos Contra Todos.

Finalmente el proyecto ingresó el viernes pasado el mediodía luego de incluir una modificación muy precisa a pedido de la oposición. El primer artículo donde el Ejecutivo pide la aprobación de la refinanciación de la deuda –que tiene consenso más o menos general– contaba, además, con dos anexos que detallaban las medidas de política económica que el Gobierno se comprometió a tomar para garantizar el cumplimiento de las exigencias del Fondo Monetario. La oposición pidió separar esos anexos del artículo primero e incluirlos en otro. La razón de este cambio es puramente política: están de acuerdo en refinanciar la deuda para evitar el default, pero no quieren apoyar con su voto el plan de ajuste diseñado por el Gobierno que incluye tarifazos a los servicios de luz y gas, reducción del déficit y cambios en la política monetaria. 

“Todos sabemos que habrá ajuste, las palabras de Alberto no las creyó nadie, empezando por los legisladores de su propio espacio. Hasta que no tengamos los detalles no vamos a avalar este proyecto. Con los artículos de la ley por separado, podemos votar la refinanciación de la deuda plasmada en el punto uno y no dar nuestro apoyo a los anexos del artículo dos” –señaló un diputado de la oposición. En ese espacio en el que tampoco faltan las disidencias no están dispuestos a ser los verdugos de la sociedad cuando ni siquiera el oficialismo tiene los votos necesarios para aprobar el proyecto de ley que refrende el acuerdo.

La división interna en el Frente de Todos contra Todos está en pleno desarrollo. Los videos críticos del acuerdo que La Cámpora ha comenzado a hacer circular en los últimos días dan idea de la envergadura de esa disputa con aires de riña. Es una disputa de la que, en silencio, participa –e impulsa– Cristina Fernández de Kirchner. Hay que tener en cuenta que esto que se está viendo es el recrudecimiento de un entuerto que viene desde el comienzo mismo de la gestión de AF.

Uno de los blancos principales de críticas del kirchnerismo es el ministro de Economía, Martín Guzmán, a quien le objeta haber llegado a este acuerdo que implica validar esta deuda contraída durante la Presidencia de Mauricio Macri a la que califican de “ilegal”.

El relato oficialista sobre el acuerdo da idea de las dificultades que asoman en el horizonte. Uno de los puntos del acuerdo se refiere a la necesidad de reducir el déficit. Una de las consecuencias de esta medida será el tarifazo que incluye un aumento de 20% de la tarifa social. La segmentación anunciada será otro dolor de cabeza. Cada vez que se intentó hacerlo hubo problemas.

Se plantea un nivel de inflación imposible de alcanzar en el futuro inmediato porque, además, el tarifazo en sí es una fuente de inflación.   

Sergio Massa se apresuró a ceder para cumplir los deseos de sus rivales políticos a sabiendas de que la pelea en el recinto será voto a voto. Nadie tiene asegurado nada. “La televisión evitó mostrarlo, pero en el discurso de apertura de sesiones cuando el Presidente se refirió al acuerdo con el Fondo solo aplaudió la mitad del bloque del FdT. La otra mitad bajó la mirada y se encargó de transmitir su desagrado en línea con los deseos de Máximo y CFK”–recordó una fuente parlamentaria.

Los que han hablado con el hijo de la ex presidenta en funciones lo han escuchado criticar con extrema dureza el acuerdo.

En su pensamiento sigue vigente la idea de aumentar las retenciones a las exportaciones agropecuarias y de prorrogar el impuesto a la riqueza, medidas que fracasaron. Desde este punto de vista el diputado es coherente con lo que es el kirchnerismo.

Ni oposición ni oficialismo tienen los votos definidos. “La modificación del primer artículo de la ley es un artilugio para lavar culpas. Hay algunos diputados de JXC que están más apurados por votarle el proyecto al Gobierno que los propios oficialistas y la experiencia muestra que una vez votado el proyecto en general, el resto es fulbito para la tribuna.” –Se quejó una alta fuente del núcleo más duro. Así las cosas, ésta es la radiografía de Juntos por el Cambio: los halcones del PRO profundizan su rechazo al proyecto, los más moderados van por la abstención. Dentro de la UCR y la Coalición Cívica la opción sería votar a favor en la general y abstenerse en los artículos que sostienen las medidas para cumplir las metas del Fondo. Nadie quiere ser el padre del ajuste.

La interna de No tan Juntos por el Cambio recrudeció de manera significativa en la semana.

El episodio de levantarse e irse de las bancas durante el discurso del Presidente ante la Asamblea Legislativa generó enojos de alto voltaje. Uno de los enojados fue Mauricio Macri, cada vez más activo, quien estalló en reproches contra todos los que no abandonaron sus bancas.

Quedó reconfortado con el gesto del nuevo embajador de los Estados Unidos, Marc Stanley, quien lo fue a visitar a su casa de Acassuso. En el pensamiento de Macri sigue vigente la idea de competir por la Presidencia en 2023.    

Como habrá apreciado el lector, todo lo que emana de la política vernácula es pelea.

Actúan y hablan como si nada tuvieran que ver con la realidad que padecen millones de argentinos para quienes el diario vivir es una constante penuria.