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jueves, 13 de noviembre de 2025

Así es el nuevo Volkswagen Golf GTI 50º Aniversario... @dealgunamanera...

Así es el nuevo Volkswagen Golf GTI 50º Aniversario, el GTI  más rápido jamás fabricado…

Volkswagen Golf GTI Edición 50. Fotografía CEDOC.

A 50 años del nacimiento del primer GTI, Volkswagen celebra la historia de su ícono deportivo con una edición conmemorativa.

© Publicado el lunes 10/11/2025 por la Revista Parabrisas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Volkswagen conmemora casi 50 años de historia del legendario GTI con una edición especial que marca un nuevo hito en la saga: el Golf GTI 50º Aniversario, el modelo más potente y veloz de la gama hasta el momento. 

El nuevo Golf GTI 50º Aniversario desarrolla 325 CV de potencia, lo que representa 25 caballos más que el GTI Clubsport, y una suspensión rebajada 15 mm respecto del Golf convencional. 

Está equipado con un eje delantero MacPherson, eje trasero multibrazo y control de suspensión adaptativo DCC. De serie, calza llantas “Queenstown Red” de 19 pulgadas, que aportan un toque distintivo y celebran el espíritu GTI.



Para los más puristas, Volkswagen ofrece el paquete Performance “GTI 50º Aniversario”, que eleva aún más el carácter deportivo del modelo. Incluye neumáticos semislicks Bridgestone Potenza Race, llantas forjadas “Warmenau Black”, un sistema de escape Akrapovic de titanio y un chasis rebajado otros 5 mm, con una caída delantera ajustada a -2°.

Estas mejoras reducen el peso total en unos 30 kilos y aumentan la precisión dinámica. El piloto oficial Benjamin Leuchter demostró su potencial al marcar un tiempo de 7:46.13 minutos en Nürburgring, la vuelta más rápida lograda por un GTI de serie en el mítico “Infierno Verde”.

El Golf GTI 50º Aniversario presenta detalles exclusivos que combinan nostalgia y modernidad. Los asientos deportivos tapizados con diseño tartán en tonos verde oscuro remiten a las primeras generaciones del GTI, mientras que los cinturones rojos y el volante forrado en microfibra ArtVelours con el emblema “GTI 50º” refuerzan el ADN deportivo.


En el exterior, el modelo incorpora logos GTI 50º en el alerón y en los retrovisores, junto a detalles en negro brillante, techo pintado en ese mismo tono y una franja lateral con degradé negro-rojo que acentúa su perfil dinámico.

El Golf GTI 50º Aniversario estará disponible en Europa con un precio base de 56.980 euros, mientras que el paquete Performance opcional podrá adquirirse por 4.315 euros adicionales. 

Las primeras entregas están previstas para el primer trimestre de 2026, marcando el inicio de una nueva etapa en la historia de uno de los deportivos más emblemáticos del mundo.



lunes, 27 de octubre de 2025

Día 687: Es el antikirchnerismo, estúpido… @dealgunamanera...

 Día 687: Es el antikirchnerismo, estúpido…


Día 687: Es el antikirchnerismo, estúpido. Fotografía: CEDOC

El miedo a la inestabilidad económica, un patrón recurrente del voto argentino, volvió a hacerse presente. Esta vez, el gobierno de Javier Milei articuló su estrategia sobre tres ideas fuerza: “kirchnerismo”, “inestabilidad” y “caos”.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el lunes 27/10/2025 y publicado por el © Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.


Esta columna de hoy también podría titularse como: “El kirchnerismo leyó mal a Ernesto Laclau". O, lo que decía Peter Drucker: “Se muere de éxito”, por aquello que dio resultado y se profundiza hasta lograr opuesto, en este caso la polarización. Pero comencemos con nuestro título.

En 1992, durante la campaña en la que Bill Clinton derrotó a George W. Bush padre, un asesor de Clinton, James Carville colocó carteles internos en las oficinas demócratas con los ejes de campaña. 1) Cambio vs. más de lo mismo. 2) No olvidar el sistema de salud. 3) Es la economía, estúpido. Este último apuntaba a que el problema de la gestión republicana se centraba en los dramas cotidianos de las personas en relación con económico. Esta frase pasó de ser un recordatorio interno y quedó instalado en la historia política internacional. Parafraseándola, podemos intentar explicar el triunfo libertario de ayer con: “Es el kirchnerismo, estúpido”.

La histórica recuperación luego de la derrota bonaerense de 14 puntos de La Libertad Avanza (LLA) en provincia de Buenos Aires, la mayor de todas las sorpresas de anoche, se puede explicar por varios factores, pero evidentemente lo más importante es que los ocho puntos que subieron los libertarios entre septiembre y ayer, fueron impulsados por un antiperonismo y más particularmente, un antikirchnerismo muy profundamente arraigado en la sociedad, inclusive en el bastión del peronismo, que es la provincia de Buenos Aires.

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Es decir, en las elecciones bonaerenses de septiembre hubo un 61% de participación y ayer fue a votar un 68%. Es decir, hay un 7% de personas votaron ayer y no en septiembre. Esas personas, masivamente fueron a votar por LLA, asustados por la potencial vuelta del kirchnerismo que se dedujo luego del importante triunfo de Fuerza Patria por catorce puntos. Esto llevó a LLA de 33% a 41%. El peronismo, por su parte, perdió 261 mil votos que probablemente se dispersaron en varias listas, el voto en blanco y el nulo que juntos sumaron un 4%.

Quien anticipó esta tendencia en este mismo programa fue Cristian Buttié, director de CB Consultora, siendo el único de los consultores que ubicada al oficialismo por encima del 40%. "La elección de provincia de Buenos Aires despertó un interés en ese segmento que no estaba yendo a votar, que no está enamorado de Milei. Pero al ver 14 puntos de diferencia a favor del peronismo, define ese votante apático cuál es su mal mayor y su mal menor en esta elección. Y ese votante está definiendo si va a votar. Si va a votar, acompañar a La Libertad Avanza porque su mal mayor es que se caiga el Gobierno y vuelva el kirchnerismo. Entonces, ese es el vector que hay que seguir de cerca", había anticipado en Modo Fontevecchia.

¿Cuánta crueldad y miseria puede tolerar la sociedad en nombre del antiperonismo?

La simplificación de la política como una actividad agonística donde la clave reside en la correcta elección de los enemigos fue una estrategia que pudo ser útil para Néstor Kirchner en 2003, permitiéndole confrontar y aumentar su escaso 20% inicial de votos hasta el 40%. Sin embargo, esta tesis resulta una estrategia deficiente para el peronismo en su conjunto, ya que en Argentina el antiperonismo es una fuerza mayor que el peronismo, y el sistema electoral incluye balotaje.

El kirchnerismo revivió el antiperonismo que Carlos Menem había logrado licuar en los años 90 con su corrimiento hacia la derecha. En la actualidad, el voto a favor de LLA se interpreta en gran medida como un voto contra el kirchnerismo. La idea de que "Sin Cristina no se puede, con Cristina no alcanza" ha evolucionado a la conclusión de que "Con Cristina no se puede".

Esta polarización fue auto-producida y la estrategia de Cristina Fernández de Kirchner de intentar cruzarla nominando a Daniel Scioli, luego a Alberto Fernández, y finalmente a Sergio Massa, no logró trascender el hecho de que cualquier candidato en alianza con ella termina siendo percibido como kirchnerista. El "pase de magia" de nominar a Alberto por haber sido crítico funcionó una vez, pero el truco ya no funcionará.

El problema electoral para el kirchnerismo no se resume únicamente en el 41% obtenido por LLA, sino en que el peronismo de Tucumán y el Frente Cívico de Santiago del Estero no son kirchneristas, y que más del 7% de los votos de Provincias Unidas es directamente antikirchnerista.

Aunque el kirchnerismo representa aproximadamente un 20% de los votos, sin los cuales el peronismo iría dividido y no llegaría a un balotaje, este dilema es aprovechado por fuerzas opositoras como LLA y, anteriormente, por Mauricio Macri. Además, se observa un corrimiento del electorado hacia la derecha, lo cual ya se había manifestado con la victoria de Sergio Massa sobre el kirchnerismo en la provincia de Buenos Aires en 2013, y con Macri en 2015.

El miedo es una emoción que se puede manipular en el terreno político si se realiza una lectura adecuada del contexto para identificar los temores de los ciudadanos. A partir de esto, se crean estrategias políticas que utilizan la propaganda para incitar al voto popular. La manipulación del miedo no es nueva en la cultura occidental, ya que desde la retórica se posicionó como un elemento esencial que un orador debía usar para conmover y ganar al auditorio. 

A través del tiempo, el miedo ha ganado espacio en la política, permitiendo la emergencia y difusión de imaginarios sociales dominantes en las ciudades. Estos imaginarios pueden incluir la inseguridad, la violencia o las situaciones experimentadas en los espacios públicos, aunque sus categorías varían según el lugar y evolucionan con el tiempo. 

Mientras que en el pasado se usaban figuras como el demonio o las brujas, hoy los prototipos de miedo difieren de acuerdo con cada país o cultura. En la cultura moderna, quienes buscan instrumentalizar el miedo se valen de los medios de comunicación, pues estos desempeñan un papel fundamental al producir y difundir información saturada de imágenes sobre, por ejemplo, la delincuencia urbana. 

El miedo político se entiende como el temor de la gente a que su bienestar colectivo resulte perjudicado -como el miedo al terrorismo, el crimen o la descomposición moral- o la intimidación ejercida por el gobierno. Además, es un tipo de miedo que emana de la sociedad y tiene consecuencias directas sobre ella. 

La naturaleza del miedo hace que las personas sean vulnerables a la manipulación, tanto individual como colectivamente. Los políticos conocen esta estrategia y utilizan los medios para fortalecer los discursos de miedo y alcanzar sus objetivos, a menudo mediante tácticas como el pánico moral. 

El voto del miedo es el acto de sufragar motivado por una serie de temores, amenazas, intimidaciones e incertidumbres sobre el presente y el futuro de una colectividad determinada. Para incitarlo, a los votantes se les suele plantear un dilema de pánico mediante discursos que advierten que, si ganan los candidatos opositores, se podría desestabilizar el Estado, poniendo en riesgo la paz, el bienestar, el progreso, la seguridad o los valores. Por lo tanto, se invita a votar para evitar esa desestabilización. 

Un ejemplo analizado es la campaña de reelección de George W. Bush en Estados Unidos en 2004, donde el miedo fue un elemento fundamental. Aunque los votantes expresaron que Bush no había sido eficaz en la economía y temían por el futuro económico del país -lo que inicialmente los inclinaba hacia el demócrata John Kerry-, el factor decisivo terminó siendo el miedo a la seguridad nacional y al terrorismo. Dado el ambiente tenso por el atentado del 11 de septiembre, se encontró que el presidente Bush generaba más confianza en el manejo del terrorismo, lo cual incidió directamente en el resultado final. 

En consecuencia, las emociones son fundamentales en el campo político, con una hegemonía sobre lo racional, y el miedo se utiliza como instrumento para persuadir a los votantes. La psicología política se ocupa de guiar estos temas, abordando la propaganda y las decisiones políticas basadas en emociones.   

Por ejemplo, en Argentina, un patrón de comportamiento electoral históricamente significativo se basa en el miedo a la inestabilidad económica. Este fenómeno se manifestó por primera vez en las elecciones de 1995 como el "voto cuota". En ese momento, a pesar de los efectos negativos de la convertibilidad, que ya venía demostrando pérdida de empleo, y la crisis del "efecto tequila", el temor a perder la estabilidad impulsó a las personas endeudadas por créditos y compras, como electrodomésticos o autos, a votar por la continuidad de la política económica del menemismo. 

Esta dinámica se repitió en 1999, cuando la coalición de la Alianza, compuesta por el radicalismo, parte del peronismo con Chacho Álvarez, que llevaba como presidente a Fernando de la Rúa, ganó las elecciones. Solo logró el triunfo presidencial asegurando que mantendría la convertibilidad y no devaluaría la moneda. El desafío político en aquel contexto era lograr votar a favor de la economía, pero al mismo tiempo manifestarse en contra de la corrupción.  

Hoy en día, este mismo fenómeno se estaría repitiendo, aunque con una nueva denominación: el "voto estabilidad". Ante este escenario, la oposición se enfrenta al desafío de encontrar un candidato que esté dispuesto a prometer la continuidad de dicha estabilidad económica. Su estrategia de éxito, además de ese mensaje, dependería de que el desgaste del oficialismo por la acumulación de casos de corrupción termine por afectar su base de apoyo y se creen las condiciones para votar a favor de la economía y en contra de la oposición, como sucedió dos veces en los noventa.   

El Gobierno logró conectar un conjunto de ideas fuerza: “kirchnerismo”, “inestabilidad” y “caos”. Para eso, contó con la ayuda inestimable de Estados Unidos y probablemente la amenaza de Donald Trump de que si perdía Milei, retiraría su apoyo terminó pesando más que el antiimperialismo en sangre de nuestra sociedad. Operó generando miedo y terminó definiendo a un sector que entendió que el triunfo del kirchnerismo significaba un estallido cambiario y un aumento de la inestabilidad política y económica. Algo que se expresó luego de las elecciones en la provincia de Buenos Aires. 

Otro de los datos es el magro resultado de Provincias Unidas.

En Córdoba, el cordobesismo, liderado por Juan Schiaretti, cayó frente a LLA con una diferencia de casi 14 puntos (42,39% para LLA frente a 28,28% para el exgobernador). La división del voto provincial con Natalia De La Sota (más del 8%) no es suficiente para explicar la magnitud de la derrota.

En Santa Fe, la vicegobernadora Gisela Scaglia obtuvo un pobre 18,66%, quedando tercera detrás de LLA (40,69%) y Fuerza Patria (28,69%), a pesar de su alta imagen positiva. 

En otros distritos, los candidatos de la coalición en la Provincia de Buenos Aires tuvieron un magrísimo resultado: Florencio Randazzo obtuvo el 2,5%, por debajo de candidatos que no tenían un partido importante detrás. En Ciudad de Buenos Aires, Martín Lousteau cosechó el 6%. Lo mismo sucedió en los espacios provinciales afines en Santa Cruz (poco más del 15%), Jujuy (19,52%) y Chubut (20%), que perdieron frente a LLA y/o el kirchnerismo.



La liga de gobernadores que se había expresado como una oposición racional y sensata no logró ser la expresión del sector que no está de acuerdo ni con el gobierno de Milei, ni volver al kirchnerismo. Ahora, estos gobernadores están en serio problemas. Por un lado, serán convocados por el Gobierno para apoyar las reformas estructurales. Si se oponen decididamente y siguen en su rol opositor, pueden correr el riesgo de enfrentarse con parte de su propio electorado que ayer votó por LLA y no recibir los fondos coparticipables necesarios para afrontar sus gestiones.  

Por el otro lado, si los mandatarios provinciales son demasiado condescendientes con el Gobierno, corren el riesgo ser absorbidos por LLA y que les suceda lo mismo que al PRO. Hoy, el macrismo teme por su bastión, la Capital Federal. Luego del triunfo de Patricia Bullrich con el 50% de los votos, Jorge Macri debe estar pensando mucho en su futuro como jefe de Gobierno porteño y la posibilidad de caer ante Bullrich, que como se admite off the record, quiere su lugar al frente de la Ciudad. 

Volviendo a los gobernadores y parafraseando el dilema hamletiano hoy deben pensar: “Ser oficialista u opositor, esa es la cuestión”. Probablemente, repitan la misma táctica, acompañar con matices ahora y esperar internamente, un nuevo cambio del viento político, algo que como pueden ver en este país se da bastante a menudo.  

Hablando de dramas shakesperianos, se viene uno muy fuerte dentro del peronismo. Cristina Kirchner ya le está pasando la factura a Axel Kicillof por desdoblar la elección y generar este miedo a la vuelta del kirchnerismo. Desde los intendentes cercanos al gobernador se quejaban de la conformación de las listas y la falta de representación territorial, algo que debe haber afectado en los 260 mil votos de diferencia entre septiembre y octubre. Por primera vez, en las cuasi-provincias La Matanza y Lomas de Zamora, que tienen más habitantes que muchas provincias, no tuvieron un solo candidato local en las listas a diputado nacional.


Además, el gobernador bonaerense podría recriminar que el miedo a la vuelta del kirchnerismo se centra fundamentalmente en la figura de Cristina Kirchner y que es ella la que bloqueó toda renovación posible. En definitiva, siguiendo con este diálogo hipotético entre Kicillof y Cristina, si el problema es adelantar la victoria bonaerense y generar una reacción por el miedo, si hubiese victoria en octubre, tal vez el miedo hubiera operado hacia 2027. Mejor que la derrota ocurra ahora y se genere la renovación. 

Este problema de concepción que analizamos en el kirchnerismo se expresó con nitidez en dos postales de ayer. Por un lado, Cristina se mostró bailando en su balcón sin entenderse exactamente lo que festejaba, una imagen que probablemente motivó a millones de personas a votar por LLA por la idea de ver a Cristina festejando en su balcón. Militantes de La Cámpora compartían el video con frases como “al final Cristina tenía razón, esto recién empieza”. Como si Cristina estaba festejando que tiene un argumento para derrotar en su pelea interna con Kicillof y en su mente, si se vuelve a hacer todo lo que dice “la jefa”, el triunfo del peronismo en 2027 estaría asegurado.

Demostrando que kirchnerismo y antikirchnerismo son dos caras de la misma moneda con pésimo gusto funerario la militancia libertaria festejaba cantando “saquen al pingüino del cajón”, otro triste momento de la política argentina a 15 años de la muerte de Néstor Kirchner.

Los libertarios si entendieron algo que el kirchnerismo no: que justamente el triunfo explica que “Cristina no tiene razón”, no sobre el desdoblamiento o no de una elección local, si no sobre su la posibilidad de kirchnerismo como alternativa de poder. Un tuit de la abogada y periodista Natalia Volosin que es contundente al respecto. “Les ganaron con corridas, corrupción, operaciones y candidatos chorros, narcos, desconocidos o analfabetos. Si no entienden que el problema no es el Gobierno, sino la oposición, en 2027 Milei va a arrasar”, escribió. 


Mayra Mendoza: "Cristina tenía razón"


En el fondo el problema es que hay un 60% de la sociedad que se opone a Milei, pero el peronismo representa solo la mitad de esta mayoría. La segunda mitad se divide en múltiples listas que ninguna alcanza los dos dígitos y no representan ningún proyecto de poder, pero tampoco quieren tener que ver nada con el kirchnerismo.

Gran parte de la derrota del peronismo se centra en que Cristina apuntó por su hijo, Máximo Kirchner, o por figuras de pura cepa como Wado de Pedro. Las discusiones con el resto del peronismo dieron lugar a soluciones de compromiso que no expresaron una renovación y la batalla interna los consumió tanto que terminaron haciendo una campaña completamente vacía, esperando que la sociedad los vote simplemente para castigar a Milei. Hoy la oposición está en crisis. Representa al 60% de la gente que fue a votar ayer, pero no tiene un proyecto claro de alternativa de poder a Milei.

Mención aparte merece que si el abstencionismo, más el voto en blanco y el nulo, fueran representados por una suerte de frente electoral, hubiesen sacado cerca de 35%, es decir más que el peronismo. Esta fue la elección nacional legislativa con menos participación desde la vuelta de la democracia. ¿Vendrá de este sector que no fue a votar el apoyo a un nuevo fenómeno político? No lo sabemos, lo que sí sabemos es que el peronismo no los motiva.

El miedo es la palabra clave para entender esta elección y miedo también de quienes no se sienten representados por el Gobierno y entienden que los rasgos más autoritarios y crueles de Milei pueden ser acrecentados por esta victoria. Esperemos no sea así.


Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi. 
TV/LT




miércoles, 8 de octubre de 2025

Día 660: Milei, miente, miente, y nada de lo tuyo quedará… @dealgunamanera...

Día 660: Milei, miente, miente, y nada de lo tuyo quedará…

Día 660: Milei, miente, miente y nada de lo tuyo quedará. Fotografìa: CEDOC

Para habitar la misma realidad que el resto de los argentinos, Javier Milei debería confrontar su tendencia a presentar al país como un éxito económico y a su gestión como “el mejor gobierno de la historia”. Quizás necesita mentirse para sostener la ilusión de su propio relato.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el martes 07/10/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

Es mundialmente conocida la frase del propagandista nazi Joseph Goebbels“Miente, miente, que algo quedará”. Goebbels fue el arquitecto de un aparato de propaganda tan monstruoso como eficiente, que sirvió para convencer a millones de personas de las teorías conspirativas más absurdas y de las mentiras más flagrantes.

Tras la derrota militar de Alemania en la Segunda Guerra Mundial, los juicios de Núremberg y la política activa de derechos humanos de la comunidad internacional, se puede decir que, durante la segunda mitad del siglo XX y el principio del siglo XXI, no quedó nada de Goebbels y sus mentiras. Inclusive ahora, durante el auge de la extrema derecha, este tipo de organizaciones tiene que esconder sus vínculos con las ideas nazis, como sucede con Alternativa por Alemania.

En el caso de Javier Milei, salvando las enormes distancias, sí es cierto que podemos hacer un paralelismo en la utilización permanente de la mentira como herramienta de construcción de sentido. Al igual que Goebbels, Milei, si sigue mintiendo y mintiendo como lo hace, no quedará nada de la hegemonía que supo construir y que se empieza a desmoronar por todos lados.

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A diferencia del siniestro Goebbels es probable que el presidente padezca mitomanía y precise mentirse a sí mismo creyendo lo que dice. Desarrollaremos en profundidad ese desorden mental en esta columna que permite explicar, por ejemplo, por qué dice “sacamos a 12 millones de personas de la pobreza”, entre otras. Pero primero vayamos a algunas evidencias.


Este lunes vimos a un Presidente en otra realidad. Cantando a los gritos mientras la economía se sostiene en base al endeudamiento externo y asediado por múltiples casos de corrupción, con la renuncia de su principal candidato en el distrito más grande del país renunciando por vínculos con el narcotráfico. Probablemente esta capacidad de Milei para asilarse y construir una realidad paralela sea en parte lo que lo ha ayudado a llegar hasta acá. Pero se puede mentir mucho tiempo a pocas personas, a muchas personas poco tiempo, pero no a muchas personas mucho tiempo.

Tras naturalizar como sociedad las terribles inconsistencias y mentiras de Milei, la caída de José Luis Espert, quién nos mintió abiertamente en reiteradas ocasiones, hizo notar más las mentiras del propio Milei y después de sintetizarlas, explicaremos cómo se encuadra en lo que se denomina efecto Baader Meinhof. Espert dijo primero que no tenía relación con Fred Machado, que solo le había aceptado una vez un vuelo para presentar el libro. Luego, dijo que en realidad voló 35 veces a diferentes lugares. Luego, dijo que lo del pago de los 200 mil dólares era una “operación de Grabois” y que no había pruebas, era solo un papel de una contabilidad paralela.

Luego, cuando apareció el documento del Bank of America con la transferencia que había cobrado de una empresa minera que no era de Machado, luego que si era de Machado. Siguiendo a eso, dijo que sí había estado en la pileta de Machado. Desde el 2021 venía diciendo que no tenía ninguna relación con este narcotraficante y llegamos en 2025 a que estuvo en su pileta, viajó con él en 35 vuelos, recibió dinero de su empresa y todo lo que nos falta por descubrir.

De hecho, hace minutos un par de horas habló Machado en Radio Rivadavia y reconoció haberle “hecho un aporte de campaña a Espert por 200 mil dólares”. El acusado de narcotráfico recordó de la siguiente manera el pedido de Espert y cito textualmente: “¿Che, no me podés hacer un aporte monetario porque estamos en bolas?”.

Fred Machado habló tras la renuncia de José Luis Espert a su candidatura a diputado nacional: "Lo ayudé con unos mangos, me dio lástima"

El efecto Espert, el efecto del descubrimiento de una cadena de mentiras, nos hace ver las mentiras de todo el Gobierno en genera y del presidente en particular. De hecho, este fenómeno tiene un nombre. El efecto Baader-Meinhof, también conocido como ilusión de frecuencia o sesgo de recurrencia, es un fenómeno cognitivo fascinante: ocurre cuando se aprende algo nuevo —una palabra, una idea, una persona, un símbolo— y, de pronto, esto se empieza a ver por todos lados.

No es que antes no existiera, sino que la atención ahora está entrenada para detectarlo. El cerebro, que no puede procesar todo lo que percibe, filtra la realidad constantemente; al aparecer algo nuevo que considera relevante, lo marca como importante y comienza a priorizarlo.

El nombre “Baader-Meinhof” viene de un caso curioso. En 1994, un lector del diario St. Paul Pioneer Press escribió al periódico contando que había escuchado mencionar por primera vez a la organización terrorista alemana Baader-Meinhof. Y luego, en cuestión de días, el nombre volvió a aparecer en todos lados. A partir de ahí, los psicólogos adoptaron el término popular para describir ese tipo de experiencia.

Las mentiras e inconsistencias de este Gobierno estuvieron ahí, pero ahora hay mucha más pregnancia para procesarlas y desarticularlas. Vamos a hacer un racconto de algunas de las veces en las que Milei nos dijo una cosa y luego lo contrario. Realmente es impactante.

Algo que no es tan conocido es su cambio de opinión del kirchnerismo. En 2019, en una entrevista en Canal 26, Milei dijo: "Esto te va a sorprender, pero en términos históricos, Cristina Fernández de Kirchner es la mujer más importante en la historia de la política argentina. Fue dos veces presidente". En esa ocasión habló del entonces mandatario Alberto Fernández y sostuvo: "Tengo una excelente opinión acerca del Presidente. Es muy inteligente y extremadamente pragmático, digno de todo peronista".


Javier Milei y Cristina Kirchner en la asunción presidencial de 2023.

En otro reportaje, incluso defendió al kirchnerismo. Muy enojado, dijo: "Podés decir lo que quieras del kirchnerismo, pero la deuda la pagó y pagó los intereses". En contraste, en la apertura de sesiones del Congreso el 1 de marzo del 2024, expresó: "Cristina ha sido responsable de uno de los peores gobiernos de la historia".

Con los propios también tuvo esa actitud. Recordemos los cambios de opinión sobre Patricia Bullrich ya no en años, si no en semanas. "Sigue siendo una montonera tirabombas que tiene las manos manchadas de sangre", dijo antes de las elecciones generales de octubre del 2023. Luego, antes del balotaje, declaró: "Bullrich ha sido exitosa combatiendo la seguridad. La tenemos que llamar".

¿Entienden que entre que Milei dijo que era una terrorista con las manos manchadas de sangre y que había que incorporarla al Gobierno porque había sido una buena ministra de Seguridad pasaron tres meses?

El ministro Luis Caputo también fue objeto de polémica entre Milei del pasado y el Milei del presente. "Caputó se fumó 15 mil millones de dólares irresponsablemente", dijo el Presidente en 2018. EN la actualidad, lo define como “el mejor ministro de economía de la historia”. Increíble como no se ruboriza. Puede decir una cosa y lo contrario.

Recientemente las redes se llenaron de comparaciones entre lo que Milei decía de su nuevo candidato bonaerense Diego Santilli y lo que dice ahora. "El chanta de Santilli es un pésimo candidato", dijo en 2023. Ahora, lo describe como "alguien que sabe de seguridad" y que "ya ganó en la provincia de Buenos Aires".

El Presidente también mintió sobre los planes de dolarización antes de la campaña. "Hoy es factible dolarizar. Podríamos hacer transacciones en dólares", dijo en una entrevista con Alejandro Fantino en 2023. Se podía dolarizar con el dólar a 320 pesos. Tenía un acuerdo para hacerlo en el que le iban a dar 10 mil millones de dólares, ya estaba todo arreglado. Luego, Milei asume y no hace nada de todo esto, de hecho, hizo una enorme devaluación de 118%. ¿Qué pasó con que se podía dolarizar con el dólar a 320 pesos?

Realmente es increíble que todo este material haya estado publicado y hasta hace poco tiempo a una importante cantidad de la población no le haya bastado para tratar de comprender la cantidad de mentiras. Para tratar de entender esto hay que tomarlo desde las ciencias políticas, la psicología y otras teorías trasversales a varias disciplinas.

Euforia, incidentes y omisión total de Karina: lo que no se vio de la presentación del libro de Milei

En La mentira en política (1971), Hannah Arendt analiza cómo la falsificación deliberada de la realidad se volvió una herramienta estructural del poder moderno. A partir del caso de los Papeles del Pentágono, muestra cómo los gobiernos fabrican “mundos ficticios” para sostener su narrativa, y advierte que el mayor peligro no es la mentira misma, sino la erosión de la verdad como base del juicio público y de la vida política democrática.

Es decir, las constantes mentiras de los políticos no solo destruyen su credibilidad, si no que en algún punto destruyen el propio concepto de verdad. En ese sentido, se puede analizar como el auge del posmodernismo, el cuestionamiento a los grandes relatos y la post verdad son la causa de personajes como Milei. Evidentemente fue avanzando un cinismo base en la sociedad en la que la mentira es tolerada.

Ahora, Milei en particular no es como cualquier político mentiroso. Realmente puede decir cualquier cosa y lo contrario en cuestión de meses con la misma vehemencia y emoción. De defender el kirchnerismo a los insultos a atacarlo a los gritos. La misma emoción con un contenido antagónico. Nosotros no podemos diagnosticar porque no tenemos matricula de psicólogo o psiquiatra, pero reúne las condiciones de un mitómano.

La mitomanía es un trastorno psicológico caracterizado por la tendencia patológica a mentir de forma compulsiva o sistemática. El término fue introducido por Ernest Dupré en 1905 para describir a individuos que mienten no por beneficio inmediato, sino por una necesidad interna de fabular o deformar la realidad. Según Dupré, el mitómano no busca engañar para obtener ventajas, sino para sostener una identidad idealizada o escapar de una realidad que le resulta insoportable.

Sigmund Freud interpretó el fenómeno como una expresión del deseo inconsciente: la mentira sería una forma de “cumplimiento del deseo” donde el sujeto transforma su frustración en relato. En esta línea, la mitomanía se vincula con mecanismos de defensa como la negación y la proyección.

Por su parte, Jean Bergeret Jacques Lacan abordaron la mitomanía como un síntoma del narcisismo patológico: el mentiroso crea una versión mejorada de sí mismo para sostener una frágil estructura del yo. Lacan señaló que el mitómano “miente para existir en la mirada del Otro”, es decir, su mentira no busca solo convencer, sino ser reconocida como verdad por los demás.

Itai Hagman, sobre el show de Javier Milei en Movistar Arena: "Puede hacer esto porque, en algún punto, ya no gobierna"

Autores contemporáneos como Paul Ekman y Robert Feldman diferencian la mentira común, instrumental y consciente, de la mitomanía, donde el sujeto llega a creer en sus propias invenciones. En este sentido, la mitomanía no es solo una conducta, sino una distorsión persistente del vínculo con la verdad, que puede aparecer en contextos neuróticos, narcisistas o incluso psicopáticos.

Entre el mentiroso instrumental y el mitómano hay un territorio ambiguo, donde la mentira deja de ser solo una herramienta y empieza a convertirse en una forma de habitar el mundo. Este “mentiroso intermedio” no miente por compulsión total ni por cálculo frío, sino para mantener en pie una identidad frágil. Paul Ekman lo describe como alguien que empieza creyendo sus propias mentiras para reducir la disonancia cognitiva entre lo que dice y lo que hace. De a poco, su mentira se vuelve una especie de refugio narrativo: una historia que lo protege del fracaso, de la vergüenza o de la falta de amor.

Robert Feldman lo llama self-deceiver (o autoengañador en su traducción al español): no busca manipular, sino sostener su autoestima en contextos donde la verdad lo dejaría desnudo. En este nivel, la mentira funciona como una prótesis emocional: repara lo que el yo no puede tolerar.

Lacan diría que el sujeto no miente “a” los otros, sino “a través” de los otros, intentando que su ficción sea reconocida como verdad. Y Bergeret advierte que en estas personalidades narcisistas compensatorias el límite entre la verdad y la invención se vuelve maleable, según la necesidad de conservar una imagen consistente ante los demás.

En términos clínicos, este tipo de mentiroso representa la frontera viva entre el narcisismo funcional y la mitomanía estructural: no ha perdido el contacto con la realidad, pero necesita deformarla para sobrevivir en ella. Probablemente nuestro Presidente esté más cerca de este caso, aunque esto lo decimos para tratar de analizar la situación política, sin tener los elementos para un diagnóstico, pero es necesario dotarnos de algunas herramientas de la psicología porque el peso de personalidades como las de Milei en las situaciones políticas es determinante.
 

Javier Milei presentó su nuevo libro con un show musical en el Movistar Arena este lunes 6 de octubre.

Milei ayer que cantaba en el Movistar Arena estaba en plena deformación de la realidad. Mientras su gobierno se desmorona y está asediado por varios frentes, se dedica a festejar nadie sabe que de una manera patética.

Pinocho, de Carlo Collodi, cuenta la historia de una marioneta de madera tallada por Gepetto, un carpintero pobre que sueña con tener un hijo. Un hada azul da vida a Pinocho y le promete que podrá convertirse en un niño de verdad si demuestra ser bueno, valiente y sincero. Sin embargo, su curiosidad y desobediencia lo llevan por caminos peligrosos: se une a malos compañeros, cae en trampas y cada vez que miente, su nariz crece.

A lo largo de sus aventuras, donde es engañado por el Gato y el Zorro, convertido en burro y tragado por una ballena, Pinocho aprende a distinguir entre el placer inmediato y la responsabilidad. Cuando finalmente arriesga su vida para salvar a Gepetto, el hada lo recompensa transformándolo en un niño real.

Para vivir en la misma realidad que todos nosotros, Milei debe enfrentar lo mismo que Pinocho, su tendencia a la satisfacción inmediata creando una realidad paralela en la que el país es un éxito económico y su Gobierno “el mejor de la historia”. Milei debe enfrentar la realidad y trabajar codo a codo con el resto de los sectores políticos y productivos del país para estabilizar la terrible situación en la que estamos.

Es probable que la suerte de su Gobierno esté echada y no haya más libertarios en el próximo periodo presidencial, pero un presidente alejado de la realidad nos puede hacer mucho daño. Hay que poder construir una transición ordenada hacia la siguiente etapa política de la Argentina.

Producción de texto e imágenes: Matías Rodríguez Ghrimoldi

TV / LT