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domingo, 26 de septiembre de 2021

La desigual batalla de Cristina Kirchner contra la suma, la resta y la multiplicación… @dealgunamaneraok...

 La desigual batalla de Cristina Kirchner contra la suma, la resta y la multiplicación… 

Cristina Kirchner en Lomas de Zamora 

La Vicepresidenta acusó a Martín Guzmán de haber implementado un plan de ajuste. Pero la respuesta del ministro invalida el principal argumento de la carta que puso en crisis al Gobierno. 

© Escrito por Ernesto Tenembaum el domingo 26/09/2021 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

En diciembre del año pasado, Cristina Kirchner humilló a los ministros de Alberto Fernández. “Búsquense otro laburo”, les gritó, durante un acto en la ciudad de La Plata. En ese momento, todos los asistentes la aplaudieron menos uno: Juan Pablo Biondi, vocero y hombre de confianza del Presidente. Alguien fotografió la imagen televisiva donde se veía a Biondi de brazos cruzados. Inmediatamente Alicia Castro, la ex embajadora de CFK ante el régimen venezolano, marcó con un fibrón rojo al desobediente, difundió la foto marcada en sus redes y reclamó escarmiento. Meses después, como se sabe, Kirchner pidió la renuncia de Biondi: era a ella, en realidad, a quien le había parecido una insolencia que no la aplaudiera. Biondi, en estos días, se está buscando otro laburo. 

Esta semana dio comienzo otra historia similar. El jueves 16, la poderosa vicepresidenta emitió una carta donde acusaba al gobierno de Alberto Fernández de haber implementado un programa de ajuste. El ministro de Economía, Martín Guzmán explicó que estaba equivocada. Un ajuste implica que el Estado gaste menos que un año antes. Eso no ocurrió en la Argentina. La política fiscal ha sido muy expansiva. En agosto de 2021, por ejemplo, se gastó 66 por ciento más que el mismo mes del año anterior, una diferencia que supera con creces a la inflación. Al mismo tiempo, se redujo el déficit pero no por un ajuste del gasto sino por el crecimiento de los ingresos fiscales. Eso mismo hacía Néstor Kirchner en los buenos años de su mandato presidencial: achicaba el déficit por medio de la suba de ingresos. 

Dos días después de la aclaración de Guzmán, la cuenta de Twitter de Alicia Castro volvió a vibrar. “Estimado Martín Guzmán. Durante los 8 años que Cristina Kirchner gobernó exitosamente la Argentina, los que acompañó a Néstor Kirchner, los que fue diputada de la Nación y senadora; calculo que usted habrá estado haciendo el secundario y su master en EEUU. Si ella dice ajuste, ajústese”. Hay muchas evidencias de que el mecanismo de desgaste y castigo se ha puesto en marcha, desde hace mucho tiempo, contra Guzmán. Horacio Verbitsky empezó con ese proceso unos días antes de que conmoviera al país con el relato de su vacunación: lo acusaba de haber estudiado en la misma universidad que Ricardo López Murphy (sic). Esta semana, Andrés Larroque le reclamó a Guzmán que no sea amarrete. Larroque fue el mismo que pidió cambios de Gabinete pocas horas después de la derrota electoral. Máximo Kirchner justificó que no aprobaría el presupuesto de Guzmán con otra reflexión fascinante: “Una cosa son los números y otra el bolsillo de la gente”.

 

Martín Guzmán y Cristina Kirchner (Franco Fafasuli) 

El atrevimiento de Guzmán es muy contracultural. Nunca nadie, en un gobierno donde estuviera Cristina, se animó a sostener que la vicepresidenta estuviera equivocada en algo, aunque fuera tan evidente que estaba equivocada. Castro se ocupó de recordarle cómo son las cosas. “Si ella dice ajuste, ajústese”, escribió. En este esquema, todo lo que dice Cristina es correcto, por la mera razón de que lo dice ella, aun cuando diga que dos más dos es cinco, que es más o menos lo que dijo en este caso. Un militante -o un ministro- no está autorizado para tener ideas propias: sus ideas deben ser, siempre, las de la Jefa. Una semana atrás, la diputada cristinista Fernanda Vallejos lo dijo de otra manera: “Por la boca de Cristina se escucha la voz del pueblo”. Hay una leve reminiscencia a Jim Jones en algunas culturas políticas. 

El debate entre CFK y Guzmán generó, sin embargo, muchas reacciones dentro del esquema kirchnerista. El ministro no es el único preocupado por semejantes imprecisiones. El mismo día de la carta, el ex viceministro de Economía de Axel Kicillof, Emmanuel Álvarez Agis, emitió un informe donde explicaba que el gasto creció fuertemente en la Argentina durante el último año. Cristina en su carta había dicho que este Gobierno tiene más reservas que el suyo para enfrentar la presión cambiaria. Álvarez Agis explicó que en 2009 Cristina disponía de 45 mil millones de dólares de reservas que podía gastar para enfrentar la demanda creciente de dólares. Ahora, hay solo 9 mil millones. ¡Cinco veces menos! De esa magnitud son los errores de la Vicepresidenta. En el año 2016 CFK había elogiado a Álvarez Agis por sus informes críticos de distintas medidas del macrismo. Alfredo Zaiat, jefe de Economía de Página 12, tal vez el periodista más citado por Cristina, fue categórico: “Tiene razón Guzmán. No hubo ajuste”, declaró. No fueron los únicos. 

La relación de Cristina Kirchner con los números siempre fue complicada. Esa fue su principal diferencia con la gestión del fallecido Néstor Kirchner y, tal vez, explica por qué recibió una Argentina con indicadores pujantes en 2007 y la entregó exhausta en 2015. El ejemplo que mejor permite entender este problema es lo que ocurrió con la resolución 125. Esa medida reestructuró el esquema de relaciones políticas y humanas en la Argentina. Muchas familias y amistades se rompieron en ese momento. El peronismo se dividió. Cristina aplicó la terquedad que, hace pocos días, les reclamó a todos los funcionarios. 

En el año 2015, siete años después, durante la campaña electoral por la jefatura de Gobierno porteño, Cristina admitió que la resolución 125 tenía un problema de cálculos. En esa campaña, Martín Lousteau encabezaba una lista opositora. “Ahí está el que nos hacía mal los números de la 125, dijo Cristina. Durante sus ocho años de mandato, además, el gobierno manipuló las estadísticas oficiales, otro desprecio por los números, y por la realidad, que la Vicepresidenta nunca ha aclarado. 

Los problemas de Cristina con las matemáticas podrían ser un tema personal. Se trata, al fin y al cabo, de una limitación habitual en muchas personas. Pero resulta que la Vicepresidenta es la personalidad con mayor poder político dentro del Gobierno. Ni Fernández, ni Guzmán, ni nadie puede imponer su voluntad, en ningún sentido, si ella se opone. Entonces, esos errores se transforman en un problema para el país. Guzmán suma, resta y multiplica según los criterios tradicionales y, en base a eso, propone un plan. Cristina hace sus propios cálculos y le quiere imponer otro. La economía argentina se desplaza en un angosto desfiladero rodeado de abismos. ¿Qué le sucede a un auto que anda en zigzag, y por momentos a ciegas? En ese auto van subidos millones de argentinos. 

La situación de Guzmán, luego de su insolencia, es muy delicada. En parte, porque fue muy certero. Si no hubo ajuste, los argumentos de Cristina en su carta se desmoronan y pierde todo sentido el ataque más tremendo que sufrió un presidente democrático, desde 1983, por parte de su propio vicepresidente y del sector más poderoso del Gobierno, estaba mal fundamentado.

Hasta ahora, todas las peleas que dio Cristina desde el 10 de diciembre de 2019, terminaron igual: tarde o temprano impuso su voluntad. Si ella dice ajuste, al final, todos se ajustan. 

Cuando alguien poderoso se equivoca, es mejor no tener razón. 

E pur si muove.



  

martes, 18 de diciembre de 2018

El embajador argentino en Londres, Carlos Sersale, reconoció la soberanía de Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas... @dealgunamanera...

El embajador argentino en Londres, Carlos Sersale, reconoció la soberanía de Gran Bretaña sobre las Islas Malvinas.


© Publicado martes 18/12/2018 por el Diario El Sol de la Ciudad de Concordia, Provincia de Entre Ríos.

Lo hizo a través de su cuenta de Twitter, en la que se refirió a los funcionarios británicos designados por la corona como “máximas autoridades de la isla”, una designación que le corresponde al gobierno argentino debido a la disputa abierta por soberanía. Este hecho no solo es inédito porque ningún diplomático se había expresado de esa manera desde la usurpación de 1833 sino porque, además, “compromete la negociación de Argentina con el Reino Unido”, advirtió la exembajadora Alicia Castro.

La declaración que desató el escándalo diplomático, y sobre el cual el Palacio San Martín aún no se expidió, fue a propósito de la visita al Cementerio de Darwin del titular de Aeropuertos Argentina 2000, Eduardo Eurnekian, quien colaboró con el viaje a las islas de familiares de los soldados caídos en la guerra de 1982.
“Colaboración, agradecimiento y reunión cumbre en Malvinas: Eduardo Eurnekian fue recibido por las máximas autoridades de las islas”, escribió Sersale en su cuenta de Twitter, junto con una foto de Eurnekian abrazado al gobernador ilegítimo de Malvinas, Robin Christopher, y al embajador británico en la Argentina, Mark Kent. También estuvo Fergus Cliff, comandante de las Fuerzas Armadas de las islas, y Roger Spink, miembro de la Asamblea Legislativa malvinense. Todos designados por Londres.

Las ilegítimas “máximas autoridades” de la colonia británica a las que se refirió el embajador argentino fueron designadas por Londres y su reconocimiento por parte del embajador “sin dudas puede ser utilizado por la parte británica en futuras negociaciones” porque, de alguna manera, “afianza la presencia británica”, advirtió Alicia Castro, durante una entrevista por Radio 10.


“Hay que recordarle a Sersale que hay una provincia que se llama Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur, que es la que debiera ejercer la autoridad a nivel provincial” en el marco de país conducido por un gobierno federal, puntualizó la embajadora. 

Ante la larga lista de respuestas y repudios por su tuit, Sersale borró ese mensaje y lo reemplazó con otro en el incluyó la foto pero quitó la expresión de la discordia. 

A pesar de que el hecho podría haberse caracterizado como un error diplomático, Castro se refirió a una recurrencia de declaraciones similares que echan un manto de sospecha sobre la postura del gobierno de Mauricio Macri en la cuestión Malvinas, una situación colonial reconocida como tal por la ONU en 1965 y sobre la cual hay emitida 41 resoluciones que instan a ambas partes a negociar la soberanía pacíficamente. 

“Es impensable como un error porque Sersale es un viejo embajador de carrera” que conoce la relevancia del lenguaje diplomático, dijo y recordó que el propio canciller Jorge Faurie, había “cometido errores o cuestiones intencionales para favorecer a la parte británica”. Al respecto recordó cuando el titular del Palacio San Martín se refirió a los kelpers como “pueblo de las islas Malvinas”, siendo que ni la ONU los cataloga de esa manera debido a la vigencia de la disputa por soberanía. 

También recordó el acuerdo entre Argentina y Gran Brenaña firmado en diciembre de 2016 y denominado “Foradori-Duncan”, con el que “el gobierno está deliberadamente favoreciendo los intereses británicos porque la Argentina se comprometió a remover obstáculos para hidrocarburos, pesca y navegación”.

A esto le sumó los vuelos que se harán desde la Argentina hasta Malvinas y con los cuales, según Castro, “el país no gana nada” porque no lo hará la línea de bandera nacional, sino los de propiedad extranjera que opera en la Argentina.



lunes, 2 de enero de 2017

Islas Malvinas. Otra omisión y van... @dealgunamanera...

Desarrollo Social excluyó "por error de diseño" a las Islas Malvinas del mapa argentino…

Desarrollo excluyó "por error" a Malvinas del mapa argentino. Foto: Cedoc

La cartera de Stanley creó una tarjeta de salutación para Año Nuevo y generó el repudio del kirchnerismo y de los veteranos. El pedido de disculpas.


© Publicado el lunes 02/01/2017 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Ministerio de Desarrollo Social excluyó del mapa argentino a las Islas Malvinas en una tarjeta de salutación por el Año Nuevo, y generó el repudio de veteranos de la guerra de 1982 y de dirigentes del kirchnerismo, que acusaron al Gobierno de "ponerse del lado del usurpador".

"Que el 2017 nos encuentre unidos y en paz. Feliz año nuevo", indicó una tarjeta que la cartera a cargo de Carolina Stanley difundió en las redes sociales el sábado pasado, con una imagen de la Argentina pero sin las Islas Malvinas en el Atlántico Sur.

Gustavo Pirich, de la Asociación de Combatientes de Malvinas, criticó al Gobierno en diálogo con radio 10: "Me parece terrible, pero no es el único tema que nos preocupa con respecto a la soberanía", sostuvo. 

"El martes a las 17.30 hacemos una movilización a la Plaza de Mayo, porque nos parece que están avanzando muy fuertemente para remover todos los obstáculos que dificultan el desarrollo de los kelpers", criticó el veterano de la guerra de 1982.

La polémica por el afiche de Desarrollo Social se conoce un día antes de cumplirse 184 años de la ocupación británica del territorio insular. Desde la cartera conducida por Carolina Stanley señalaron: "Nuestras disculpas por el error del departamento de diseño en el saludo de fin de año". 

Por su parte, la ex embajadora ante el Reino Unido de la administración kirchnerista Alicia Castro sostuvo ante radio 10 que quedó "consternada por ver un mapa mutilado, podado. Normalmente lo hacen los británicos, pero nunca he visto que un Gobierno publique un mapa sin las Malvinas".

"Tiene que ver con la política de desmalvinización del Gobierno y la política de entrega. El acuerdo que firmaron en septiembre del año pasado (la canciller Susana Malcorra y su para británico para la región, Alan Duncan) plasma la voluntad y la pretensión británica de remover todos los obstáculos para el desarrollo económico de las Islas en lo que hace a exploración y explotación de petróleo, pesca y navegación", denunció.

Según Castro, el Gobierno argentino "concedió en ese acuerdo" lo que le pedían "los británicos cuando iba al Foreign Office. Ese era su deseo y es lo que ha concedido el Gobierno en un acuerdo", insistió.


En las redes sociales, usuarios que respondieron a la publicación de la cartera de Desarrollo Social hicieron hincapié en el hecho de que Puerto Argentino se llama, para los británicos, Port Stanley, el apellido de la titular de la cartera, Carolina Stanley.

Link:





martes, 31 de marzo de 2015

Para Lord Lucius Falkland deberían ser Malvinas… De Alguna Manera...

Para Falkland deberían ser Malvinas…

Facsímil de parte de la carta enviada por Lord Lucius Falkland a la embajadora en Londres, Alicia Castro.

El descendiente del hombre en cuyo honor los ingleses bautizaron a las islas escribió una carta a la embajadora Alicia Castro, en la que sostiene que tiene “la esperanza de alcanzar finalmente una solución pacífica” para el conflicto.

En medio de la escalada belicista británica en el Atlántico Sur, el apoyo a la causa Malvinas puede llegar de los rincones más insospechados. Descendiente de Anthony Cary, quinto vizconde de Falkland, en cuyo honor los ingleses bautizaron las islas en el siglo XVII, Lord Lucius Falkland envió a la embajadora argentina en el Reino Unido, Alicia Castro, una carta difundida ahora por primera vez, en la que califica de “piratería” la ocupación británica y apoya una salida negociada.

En marzo de 2013, vísperas del referendum convocado por el gobierno británico en las islas Malvinas, la embajadora Castro envió tres mil cartas e igual número de correos electrónicos a parlamentarios británicos, miembros del cuerpo diplomático, académicos y periodistas. Acompañado del documento “Las Naciones Unidas, la Cuestión Malvinas y el principio de libre determinación” y de una copia de la Resolución 2065 de la Asamblea General de la ONU, el mensaje de Castro dejaba en claro que Argentina respetaba la identidad y el modo de vida de los habitantes de las islas, pero era tajante respecto de la soberanía. “Son británicos, pero el territorio en el que viven pertenece a Argentina”, subrayaba la embajadora.

La carta reiteraba el llamado al diálogo entre los dos Estados, exigido “por la comunidad internacional por medio de 40 resoluciones de las Naciones Unidas desde 1965”. Una de las respuestas más sorprendentes de esta iniciativa fue la carta que recibió el 25 de marzo de 2013 del descendiente de Falkland. “Estoy completamente de acuerdo con lo que dice”, señalaba, tras agradecer el mensaje.

En su carta, Lord Falkland relataba la historia del nombre en inglés de las islas. “La conexión histórica de mi familia con las islas en el siglo XVII es curiosa y poco conocida o entendida aquí en Gran Bretaña. Mi antepasado tuvo un papel decisivo en la elaboración de un consorcio de inversionistas para tratar de recuperar valiosos restos de naufragios en la costa suroriental de América del Sur. Esto parece haber sido un esfuerzo semioficial a través de su alto cargo como Primer Lord del Almirantazgo y Tesorero de la Armada”, explicaba.

Esta búsqueda de tesoros perdidos en altamar en 1690 llevó al primer contacto británico con las islas.

“Las islas, que no tenían nombre, fueron entonces llamadas Islas Falkland por el líder de la expedición y creo que empezaron a aparecer como tales en las cartas de navegación marítima, ¡casi como piratería, me atrevo a sugerir!”, relata Lord Falkland.

La colonización de los mapas de navegación no le sirvió de mucho al antepasado de Lord Falkland, cerebro económico de la expedición. El famoso diarista del siglo XVII, el parlamentario Samuel Pepys, se refirió a él en términos claramente peyorativos. En marzo de 1694, el vizconde Falkland fue arrestado y enviado a la Torre de Londres por peculado (malversación de fondos), donde murió de viruela poco después, a los 38 años.

El futuro de las islas que otorgó a su nombre una módica inmortalidad británica tendría varias vueltas de tuerca en los siglos siguientes. La última, en estos días, es la decisión del gobierno de su majestad de invertir 180 millones de libras en la defensa de las islas ante lo que el secretario de Defensa británico Michael Fallon llamó una “fuerte amenaza” de Argentina. El canciller Héctor Timerman respondió que el gobierno argentino presentaría una denuncia ante el Comité de Colonización de Naciones Unidas –lo que ocurrió ayer– para “seguir demostrando que América latina y el Caribe han decidido ser una zona de paz”.

Las elecciones del 7 de mayo son el trasfondo de esta embestida británica, como indicó a Página/12 la embajadora argentina Alicia Castro. “Es sabido que la Argentina, que reclama el diálogo y la negociación, no constituye una amenaza bélica para los habitantes de las Islas Malvinas. En el contexto electoral, el gobierno conservador quiere agitar el fantasma de 1982 para reflotar la figura de Margaret Thatcher, quien –pudiendo evitar la guerra– prefirió asegurar con la victoria su rédito electoral. El Reino Unido sigue incumpliendo con la obligación que le impone el derecho internacional de buscar una solución a la controversia por la vía pacífica y diplomática”, dijo la embajadora.

El descendiente del quinto vizconde de Falkland coincide plenamente. “Personalmente tengo la mayor consideración para con Argentina, y junto con muchos otros, la esperanza de alcanzar finalmente una solución pacífica”, escribió en su misiva a la embajadora.

© Escrito por Marcelo Justo el martes 31/03/2015 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

domingo, 6 de mayo de 2012

Cabotaje… De Alguna Manera...

Cabotaje…

 Embajadora Alicia Castro y Canciller William Hague.

Con la Argentina bajo la influencia de sustanciales dosis de embriaguez nacionalista y con radicales y socialistas ya subidos al avión de Cristina Kirchner, es lícito ahondar en las peripecias de la llamada política exterior de este país, incluyendo la emboscada de Londres y el video en las Malvinas/Falkland. Ese combo sumerge de lleno a la Argentina en una alucinada atmósfera de épica patriótica. Amargo será el despertar, aunque no inmediato.

Alicia Castro, la embajadora argentina en Gran Bretaña, motorizó la idea, ejecutada con el habitual secretismo que fascina a este gobierno: tomar por sorpresa y desprevenidos a los británicos y obligarlos a “negociar”. ¿Cómo? Interpelar de manera intempestiva al canciller ya que el Foreign Office británico concede ruedas abiertas con preguntas al ministro, en este caso William Hague. Suprema exhibición de ignorancia, sazonada con torpe ingenuidad: pensaron que el país que resistió de pie la blitzkrieg alemana en la Segunda Guerra Mundial sería vulnerado por la astuta picardía de la pelirroja argentina. Noción despreciativa y fundante para un nacionalismo primitivo: los “piratas” son tontos y es posible acorralarlos con ingenio, cintura y malicia. Wait and see, amenazó Castro, después de diseminar ella misma desde su casilla de e-mail en Londres los recortes de la prensa británica que calificaron de “emboscada” lo que esta ex emisaria argentina ante Hugo Chávez denomina “interesante intercambio”.

Idea ortodoxamente kirchnerista: no nos compromete el contrato explícito de la diplomacia tradicional (un embajador acreditado ante un gobierno se comunica con dicha administración de manera directa y personal, o sea privada). Somos diferentes: operamos las relaciones con “movidas”, las actuamos. No se nos ocurriría ir a la guerra, entre otras razones porque no tenemos con qué, pero ¿acaso los militares de 1982 no invadieron las islas para obligar a negociar a los ingleses? Mismo patrón de conducta: audacia, genialidad creativa, hechos consumados. Con su amenaza de seguir desplegando acciones de guerrilla en Londres, Castro deja un saldo temible en una actividad en la que confianza y previsibilidad son esenciales.

En el caso del video, la Casa Rosada lo compró y divulgó pensando en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Guiño y gesto ganador: entrar por izquierda y grabar el spot como si ya hubiéramos “recuperado” el archipiélago. La hinchada ruge, emocionada. Aguante Argentina, vamos todavía. La guerra la perdimos, en la Cumbre de Cartagena nuestro reclamo no fue convalidado, pero al menos lo pusimos nervioso al canciller “de ellos”. Es un caso no sólo grueso en su esencial esterilidad; lo particularmente bochornoso es que no recurrieran a un veterano de guerra o un militante de la causa Malvinas, sino a alguien que admitió haber cobrado, como cualquier modelo o actor profesional, además de ser funcionario del gobierno porteño. Ni siquiera en eso las apariencias fueron cuidadas. Al igual que aquel spot de la campaña electoral del año pasado, con la científica supuestamente repatriada por el kirchnerismo, una vez más la voracidad desorbitada por los medios le jugó una fea al Gobierno: compraron un video comercial para airear la aparente epifanía de un patriota afiebrado de pasión nacional. Además, la chapucería; lo hicieron trepar sobre un monumento dedicado a otra guerra, una batalla librada en ese archipiélago desolado hace casi un siglo. Lo sublime muta en ridículo y lo solemne en agraviante, de nuevo se escucha, actualizada, la consigna galtieriana (“¡si quieren venir, que vengan!”) o el grito de guerra del corajudo Menéndez (“¡que traigan al principito!”).

Los publicitarios que sedujeron a la Casa Rosada no tenían idea de quiénes eran los muertos evocados por ese monumento sobre el que hicieron correr al conchabado atleta. El almirante Graf Maximilian von Spee era en 1914 comandante del escuadrón de la armada alemana en el Extremo Oriente, afectado al seguimiento del tráfico comercial y de transporte de tropas en el Atlántico Sur cuando comenzaba la Primera Guerra Mundial. Sus naves avanzaban rumbo a Puerto Stanley, para atacar la estación de radio de los británicos y aprovisionarse de carbón para sus naves. Ignoraban que un escuadrón británico, con dos temibles, veloces y flamantes cruceros, ya había atracado en la capital de las islas, junto a otros seis cruceros. El 8 de diciembre de 1914, la armada imperial alemana intentó atacar la posición, en la que imaginaban anclados buques japoneses. Gran error: los alemanes fueron devastados y cuatro de sus cruceros hundidos por la flotilla británica, incluyendo la nave insignia, el Scharnhorst, seguida de otros tres: Gneisenau, Nurnberg y Leipzig. Balance: diez marinos británicos muertos, 2.200 marineros alemanes hundidos a bordo de sus buques. El monumento en el que lo hicieron actuar al modelo evoca esa terrible tragedia naval ocurrida hace 98 años y que nada tiene que ver con la guerra de 1982.

El gobierno de la Argentina divulgó un video de propaganda de grosera rusticidad, con un modelo corriendo por calles y tierras despobladas de seres humanos, como si nadie viviera en las islas. El equipo de filmación no sabía qué grababa ni sobre qué escenario estaba. Maneras secretas y clandestinas tanto en Londres como en Puerto Stanley, pasión irresistible por las emboscadas, guerrilla de cartón para sorprender al enemigo.

El Gobierno procedió con la astucia de la vieja viveza criolla, esa dominante predilección por el marketing más chabacano que alienta la famosa “transgresión”, pero se vale de esos medios de comunicación que dice detestar, pero sobre los que construye su entera arquitectura política. Atajo irritante y provocador, mecanismo de cabotaje estéril, hoy, como en 1982, la Argentina elige engañarse a sí misma.

Lo pavoroso es que, con esta embriaguez expropiadora de YPF, la Argentina se quedó huérfana de oposición significativa. Raúl Alfonsín, como todos, quería que las Malvinas fuesen argentinas. Pero en 1982 no se subió al avión. Ese nacionalismo de los militares argentinos de hace treinta años revivió ahora con repentino nacionalismo petrolero del kirchnerismo, llevando de la mano a radicales y socialistas.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.



martes, 24 de abril de 2012

Su atención por favor... Aerolíneas Argentinas anuncia su vuelo a las Islas Malvinas... De Alguna Manera...

Presentaron al Reino Unido la propuesta para que Aerolíneas vuele directo a Malvinas...


De acuerdo a lo adelantado por la Presidenta argentina, la embajadora en Londres, Alicia Castro, propuso a la Cancillería británica que se reinicien negociaciones por los vuelos con las islas ya que apunta a “mejorar comunicaciones y calidad de vida de los habitantes de las islas".

La embajadora ante el Reino Unido, Alicia Castro, presentó hoy al gobierno británico una propuesta para establecer vuelos regulares directos entre el continente y las Islas Malvinas operados por Aerolíneas Argentinas, se informó oficialmente.
Asimismo, la diplomática argentina planteó que, de acuerdo con "la importancia que reviste la conservación de los recursos pesqueros del Atlántico Sur", se reinicien "negociaciones con el propósito de revisar el mandato de la Comisión de Pesca del Atlántico Sur".

Castro mantuvo en Londres una reunión con el Ministro de Estado de la Cancillería británica, Jeremy Browne, al que le presentó "sendas notas dirigidas al Ministro de Relaciones Exteriores británico, William Hague, referidas a servicios aéreos entre la Argentina continental y las Islas Malvinas y a la conservación de recursos pesqueros en el Atlántico Sur".

En marzo pasado, al inaugurar las sesiones ordinarias del Congreso, la presidenta Cristina Fernández había anunciado la intención del gobierno argentino de acordar con Gran Bretaña la programación de tres vuelos semanales al archipiélago, operados por Aerolíneas Argentinas y con salidas desde el aeroparque porteño Jorge Newbery.

Según indicó la Cancillería a través de un comunicado de prensa, "con relación a los servicios aéreos, la propuesta argentina se orienta a revisar la situación actual y al establecimiento de servicios regulares directos entre la Argentina continental y las islas Malvinas operados por Aerolíneas Argentinas".

"Ésta es una oportunidad para mejorar las comunicaciones y la calidad de vida de los habitantes de las islas", se agregó.

Asimismo, se resaltó que "el gobierno argentino reitera su determinación a resolver la disputa de soberanía existente sólo por medios pacíficos y diplomáticos y confía en que el gobierno británico se avenga a cumplir las numerosas resoluciones de Naciones Unidas sobre esta cuestión".

© Fuente: Agencia DyN.