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domingo, 26 de septiembre de 2021

La desigual batalla de Cristina Kirchner contra la suma, la resta y la multiplicación… @dealgunamaneraok...

 La desigual batalla de Cristina Kirchner contra la suma, la resta y la multiplicación… 

Cristina Kirchner en Lomas de Zamora 

La Vicepresidenta acusó a Martín Guzmán de haber implementado un plan de ajuste. Pero la respuesta del ministro invalida el principal argumento de la carta que puso en crisis al Gobierno. 

© Escrito por Ernesto Tenembaum el domingo 26/09/2021 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

En diciembre del año pasado, Cristina Kirchner humilló a los ministros de Alberto Fernández. “Búsquense otro laburo”, les gritó, durante un acto en la ciudad de La Plata. En ese momento, todos los asistentes la aplaudieron menos uno: Juan Pablo Biondi, vocero y hombre de confianza del Presidente. Alguien fotografió la imagen televisiva donde se veía a Biondi de brazos cruzados. Inmediatamente Alicia Castro, la ex embajadora de CFK ante el régimen venezolano, marcó con un fibrón rojo al desobediente, difundió la foto marcada en sus redes y reclamó escarmiento. Meses después, como se sabe, Kirchner pidió la renuncia de Biondi: era a ella, en realidad, a quien le había parecido una insolencia que no la aplaudiera. Biondi, en estos días, se está buscando otro laburo. 

Esta semana dio comienzo otra historia similar. El jueves 16, la poderosa vicepresidenta emitió una carta donde acusaba al gobierno de Alberto Fernández de haber implementado un programa de ajuste. El ministro de Economía, Martín Guzmán explicó que estaba equivocada. Un ajuste implica que el Estado gaste menos que un año antes. Eso no ocurrió en la Argentina. La política fiscal ha sido muy expansiva. En agosto de 2021, por ejemplo, se gastó 66 por ciento más que el mismo mes del año anterior, una diferencia que supera con creces a la inflación. Al mismo tiempo, se redujo el déficit pero no por un ajuste del gasto sino por el crecimiento de los ingresos fiscales. Eso mismo hacía Néstor Kirchner en los buenos años de su mandato presidencial: achicaba el déficit por medio de la suba de ingresos. 

Dos días después de la aclaración de Guzmán, la cuenta de Twitter de Alicia Castro volvió a vibrar. “Estimado Martín Guzmán. Durante los 8 años que Cristina Kirchner gobernó exitosamente la Argentina, los que acompañó a Néstor Kirchner, los que fue diputada de la Nación y senadora; calculo que usted habrá estado haciendo el secundario y su master en EEUU. Si ella dice ajuste, ajústese”. Hay muchas evidencias de que el mecanismo de desgaste y castigo se ha puesto en marcha, desde hace mucho tiempo, contra Guzmán. Horacio Verbitsky empezó con ese proceso unos días antes de que conmoviera al país con el relato de su vacunación: lo acusaba de haber estudiado en la misma universidad que Ricardo López Murphy (sic). Esta semana, Andrés Larroque le reclamó a Guzmán que no sea amarrete. Larroque fue el mismo que pidió cambios de Gabinete pocas horas después de la derrota electoral. Máximo Kirchner justificó que no aprobaría el presupuesto de Guzmán con otra reflexión fascinante: “Una cosa son los números y otra el bolsillo de la gente”.

 

Martín Guzmán y Cristina Kirchner (Franco Fafasuli) 

El atrevimiento de Guzmán es muy contracultural. Nunca nadie, en un gobierno donde estuviera Cristina, se animó a sostener que la vicepresidenta estuviera equivocada en algo, aunque fuera tan evidente que estaba equivocada. Castro se ocupó de recordarle cómo son las cosas. “Si ella dice ajuste, ajústese”, escribió. En este esquema, todo lo que dice Cristina es correcto, por la mera razón de que lo dice ella, aun cuando diga que dos más dos es cinco, que es más o menos lo que dijo en este caso. Un militante -o un ministro- no está autorizado para tener ideas propias: sus ideas deben ser, siempre, las de la Jefa. Una semana atrás, la diputada cristinista Fernanda Vallejos lo dijo de otra manera: “Por la boca de Cristina se escucha la voz del pueblo”. Hay una leve reminiscencia a Jim Jones en algunas culturas políticas. 

El debate entre CFK y Guzmán generó, sin embargo, muchas reacciones dentro del esquema kirchnerista. El ministro no es el único preocupado por semejantes imprecisiones. El mismo día de la carta, el ex viceministro de Economía de Axel Kicillof, Emmanuel Álvarez Agis, emitió un informe donde explicaba que el gasto creció fuertemente en la Argentina durante el último año. Cristina en su carta había dicho que este Gobierno tiene más reservas que el suyo para enfrentar la presión cambiaria. Álvarez Agis explicó que en 2009 Cristina disponía de 45 mil millones de dólares de reservas que podía gastar para enfrentar la demanda creciente de dólares. Ahora, hay solo 9 mil millones. ¡Cinco veces menos! De esa magnitud son los errores de la Vicepresidenta. En el año 2016 CFK había elogiado a Álvarez Agis por sus informes críticos de distintas medidas del macrismo. Alfredo Zaiat, jefe de Economía de Página 12, tal vez el periodista más citado por Cristina, fue categórico: “Tiene razón Guzmán. No hubo ajuste”, declaró. No fueron los únicos. 

La relación de Cristina Kirchner con los números siempre fue complicada. Esa fue su principal diferencia con la gestión del fallecido Néstor Kirchner y, tal vez, explica por qué recibió una Argentina con indicadores pujantes en 2007 y la entregó exhausta en 2015. El ejemplo que mejor permite entender este problema es lo que ocurrió con la resolución 125. Esa medida reestructuró el esquema de relaciones políticas y humanas en la Argentina. Muchas familias y amistades se rompieron en ese momento. El peronismo se dividió. Cristina aplicó la terquedad que, hace pocos días, les reclamó a todos los funcionarios. 

En el año 2015, siete años después, durante la campaña electoral por la jefatura de Gobierno porteño, Cristina admitió que la resolución 125 tenía un problema de cálculos. En esa campaña, Martín Lousteau encabezaba una lista opositora. “Ahí está el que nos hacía mal los números de la 125, dijo Cristina. Durante sus ocho años de mandato, además, el gobierno manipuló las estadísticas oficiales, otro desprecio por los números, y por la realidad, que la Vicepresidenta nunca ha aclarado. 

Los problemas de Cristina con las matemáticas podrían ser un tema personal. Se trata, al fin y al cabo, de una limitación habitual en muchas personas. Pero resulta que la Vicepresidenta es la personalidad con mayor poder político dentro del Gobierno. Ni Fernández, ni Guzmán, ni nadie puede imponer su voluntad, en ningún sentido, si ella se opone. Entonces, esos errores se transforman en un problema para el país. Guzmán suma, resta y multiplica según los criterios tradicionales y, en base a eso, propone un plan. Cristina hace sus propios cálculos y le quiere imponer otro. La economía argentina se desplaza en un angosto desfiladero rodeado de abismos. ¿Qué le sucede a un auto que anda en zigzag, y por momentos a ciegas? En ese auto van subidos millones de argentinos. 

La situación de Guzmán, luego de su insolencia, es muy delicada. En parte, porque fue muy certero. Si no hubo ajuste, los argumentos de Cristina en su carta se desmoronan y pierde todo sentido el ataque más tremendo que sufrió un presidente democrático, desde 1983, por parte de su propio vicepresidente y del sector más poderoso del Gobierno, estaba mal fundamentado.

Hasta ahora, todas las peleas que dio Cristina desde el 10 de diciembre de 2019, terminaron igual: tarde o temprano impuso su voluntad. Si ella dice ajuste, al final, todos se ajustan. 

Cuando alguien poderoso se equivoca, es mejor no tener razón. 

E pur si muove.



  

jueves, 29 de octubre de 2020

Cristina invita al acuerdo pero el que tiene que pagar es Alberto… @dealgunamanera...

 Cristina invita al acuerdo pero el que tiene que pagar es Alberto…

Alberto Fernández y Cristina Fernández
 

Entre el 9 de Julio y el 27 de octubre, algo pasó. En vísperas del aniversario de la muerte de Néstor Kirchner, Cristina Fernández decidió jugar una carta que no estaba en sus planes hace unos meses y convocar a un acuerdo con todos los sectores para resolver el grave problema de la economía bimonetaria. Así desandó el camino que había insinuado cuando llamó a no confundirse y recomendó la nota de Alfredo Zaiat que apuntaba contra la derecha empresaria de Clarín y Techint, dos días después de aquel acto de Alberto Fernández en Olivos.

 

© Escrito por Diego Genoud el miércoles 28/10/2020 y publicado en la Plataforma Digital de Actualidad y Noticias El Canciller de la Ciudad Autónona de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Cristina ya había invitado a la confección de un contrato social en la presentación de “Sinceramente”, en campaña y hace más de un año. Pero esta carta no puede ser leída como un regreso a esos postulados porque lo que cambia es el lugar de enunciación: la vicepresidenta ya no habla como alternativa a un macrismo decadente sino desde la debilidad de la propia crisis que atraviesa a su gobierno. Aunque pueda argumentar que, buenas o malas, las decisiones las toma Fernández, el proyecto del Frente de Todos es el que empieza a ver comprometidas sus chances de prolongarse en el tiempo y tiene por delante meses de alta incertidumbre. Por eso, CFK dice que el problema que no pudo saldar durante su gestión y Mauricio Macri agravó con un endeudamiento suicida y la eliminación de todo tipo de controles no es ideológico, ni de izquierda ni de derecha. Ahora es el peronismo el que lo sufre. 

Difícil de ejecutar en una Argentina desigual que tiene un océano de perdedores y pocos actores dispuestos a ceder algo, el gran acuerdo que Cristina propuso en público puso a todo el país político a girar una vez en torno a su palabra y a su figura. Pero llega unos días después de otro movimiento, más discreto, que cerca de Fernández se encargan de destacar. El almuerzo que el Presidente mantuvo en la residencia de Olivos con Paolo Rocca y Luis Betnaza, escoltado por Martín Guzmán y Eduardo De Pedro. La presencia del ministro del Interior en el encuentro que pareció iniciar un acercamiento con el establishment es exhibida en Casa Rosada como prueba de que Cristina avala el entendimiento con los miserables de ayer, según la definición que el propio Alberto prefiere desligar ahora de los atributos del dueño de Techint. Sin embargo, Rocca no fue a plantear consensos trascendentales para eludir el precipicio sino a reclamar por la deuda que Macri no le pagó desde el Estado después de beneficiarlo como a nadie en Vaca Muerta, con la resolución 46. 

Abierta a interpretaciones de todo tipo, la convocatoria de la expresidenta parte del reconocimiento de una situación en la que el oficialismo no puede resolver la crisis y los optimistas de ayer ahora dicen que la corrida se estaba llevando puesto al gobierno. 

Se piense como se piense, algo parece evidente: CFK no está nada conforme con el balance ejecutivo de su criatura electoral y busca evitar que la fragilidad se acentúe junto con la brecha. Quiere preservar el poder que le costó recuperar y no le sirve ver como la presión devaluatoria y la evaporación del peso erosionan cada día la legitimidad del gobierno. Su suerte política y personal también está en juego. 

La carta del 27 de octubre llega en un momento en el que la inestabilidad persiste, los peores pronósticos se propagan y se discute -dentro y fuera del peronismo- hacia dónde y con quién intentará el pancristinismo salir de la postura defensiva. Los disconformes con el funcionamiento del gobierno se quejan de que el loteo de cargos estratégicos entre distintas facciones agrava la debilidad porque no son pocos los que “están pensando en su baldosa y en cómo quedar bien con el del frente”. 

Con intervenciones y la licitación de un bono atado al dólar, Martín Guzmán empieza a desplegar su juego y a lograr resultados de corto plazo no exentos de riesgo, camino a un sendero de menos emisión y más ajuste fiscal. El ministro precisa de un rebote fuerte en una economía que la pandemia hundió en su tercer año de recesión, pero la eliminación del IFE y la reducción del alcance del ATP se inserta en un mapa donde la caída de ingresos se conjuga con el aumento de la desocupación y la pobreza. Mientras tanto, en el sindicalismo que ayer avaló el reformismo permanente de Macri hoy resurgen propuestas de crear empleo flexible al estilo de la UOCRA como única vía para recuperar puestos de trabajo. Pura austeridad, ese repertorio debería discutirse en un acuerdo social a mediano plazo si no fuera porque la urgencia sigue mandando y la mayoría ya no tiene margen para ceder. No es el mejor ambiente para llegar a diciembre. 

La oposición se juega a un escenario de mayor volatilidad y dice que el gobierno ya perdió las riendas de una situación delicada. Afirman que los anuncios no tienen impacto duradero y no alcanzan para moldear las conductas de nadie porque está en cuestión la capacidad oficial para enfrentar la corrida. Sólo en ese punto se unen los diagnósticos de Cristina con la de sus detractores más rabiosos, que no quieren ningún acuerdo. A los dos lados de la polarización, convergen en que la falla está en el vértice del Poder Ejecutivo. “Alberto le dice a todos los que quieren escuchar y para gobernar la Argentina hay que decirle al 75% de la gente lo que no quiere escuchar”. Raro eslabón perdido entre el kirchnerismo y el peronismo, Fernández lidera un gabinete que parece en las antípodas del cristinismo que se llevaba todo por delante y, aún equivocado, insistía hasta el final. Ahora las señales confunden a casi todos y la camiseta pesa como nunca. 

Empoderado para un acuerdo sin garantía de éxito, el Presidente debe entenderse con factores de poder que creyeron en Macri, lo sostuvieron hasta el final y lo abandonaron sólo por la ineficacia probada para lograr sus objetivos. El establishment le va pedir a Fernández que pague el costo político del pacto que su socia acaba de estimular, con un giro más concreto que el del género epistolar. 

“Tiene que poner la seña, dejar algo para que le crean”, dicen. A Guzmán le quedan dos semanas largas por delante hasta que, el 10 de noviembre, aterrice la nueva misión del Fondo y comience a borronearse el primer acuerdo de todos, a firmarse con los soldados de Kristalina. Mientras algunos se juegan a que el organismo de crédito se ofrezca como salvoconducto del peronismo para llegar a marzo, otros recuerdan que Macri lo tuvo todo y le duró nada, frente a una corrida que le arruinó su futuro. En el gobierno afirman que es posible firmar un nuevo programa en diciembre y acordar un cronograma de desembolsos que le de aire al Presidente. 

Pero los patriotas del mercado dicen que el FMI no tiene margen para prestar mucho, salvo que el pancristinismo se decida avanzar por el camino de una ortodoxia sin culpa. La encrucijada sigue sobre la mesa: sólo que ahora Cristina le puso su firma, en busca de evitar otro desenlace traumático.




 

domingo, 25 de noviembre de 2018

Campo de batalla… @dealgunamanera...

Campo de batalla…


El G-20 en Buenos Aires. Diez años de cumbres y el papel pasivo de Argentina con Macri. Debilitada la cooperación internacional y el multilateralismo, con un escenario estructural de disputa entre Estados Unidos y China, el rol del G-20 se ha desdibujado. El gobierno de Macri no comprendió antes ni comprende ahora esos cambios de la situación mundial.

© Escrito por Alfredo Zaiat el domingo 25/11/2018 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En 2008, el mundo capitalista occidental estaba al borde del abismo por la peor crisis económica desde el crac del ‘30 del siglo pasado; diez años después, el riesgo a otra gran debacle financiera global está latente, pero el escenario económico mundial es otro. Avanzan el proteccionismo, el nacionalismo y el rechazo a los inmigrantes en los países centrales, está debilitado el multilateralismo, se ha reposicionamiento el FMI como auditor de economías periféricas y es abierta e incierta la disputa entre las potencias Estados Unidos y China. 

En ese contexto se desarrollará el viernes y el sábado próximos la cumbre del G-20 en Buenos Aires. Ni antes, cuando desembarcó en la Casa Rosada, ni ahora, con casi tres años de gobierno, el macrismo pudo entender que el mundo económico y político ha cambiado y que ya no es el de los noventa, cuando la caída del Muro de Berlín prometía el progreso constante con el libre comercio y la expansión de las finanzas globales. Con esa desorientación, Mauricio Macri será anfitrión de un G-20 devaluado, con varios líderes mundiales que se recelan mutuamente y que descreen de la utilidad de este tipo de cumbres.

El saldo para Macri de la millonaria inversión para organizar la cumbre que reúne a la Unión Europea y a 19 países, además de a los principales organismos internacionales (FMI, BM, OMC, OIT), será la acumulación de fotos con esos líderes en encuentros bilaterales y, fundamentalmente, tendrá la oportunidad de hacer gala de sus sosos comentarios futboleros.

Una x una

El G-20 comenzó como un foro de ministros de Finanzas y presidentes de bancas centrales. Fue creado el 25 de septiembre de 1999 en una reunión de ministros de Finanzas del G-7. En 2008, la crisis financiera obligó a que sea una cumbre de presidentes. Está compuesto por la Unión Europea y 19 países: Alemania, Arabia Saudita, Argentina, Australia, Brasil, Canadá, China, Corea del Sur, Estados Unidos, Francia, India, Indonesia, Italia, Japón, México, Reino Unido, Rusia, Sudáfrica y Turquía.

El recorrido de los documentos finales de las cumbres de presidentes del G-20 sirve para comprender cómo ha cambiado el tablero mundial en diez años, el giro en el foco de interés de las potencias, las modificaciones de las preocupaciones económicas y el crecimiento de China como gran potencia que ha provocado la reacción de Estados Unidos.

2008, noviembre, Washington: El documento final convoca a “restablecer el crecimiento global y alcanzar las reformas necesarias en los sistemas financieros mundiales”. Dice que la crisis fue provocada porque los actores del mercado buscaron rentabilidades más altas sin una evaluación adecuada de los riesgos. Para señalar que “hace falta una respuesta más amplia de las autoridades basada en una mayor cooperación macroeconómica para restaurar el crecimiento, evitar contagios negativos y apoyar a las economías de los mercados emergentes y en vías de desarrollo”. Indica que “aplicaremos reformas que fortalecerán los mercados financieros y los regímenes regulatorios para evitar futuras crisis”.

2009, abril, Londres: Establece que los acuerdos alcanzados constituyen “un programa adicional de 1,1 billones de dólares de apoyo para restaurar el crédito, el crecimiento y el empleo en la economía mundial. Vamos a emprender una ampliación fiscal concertada y sin precedentes, que salvará o creará millones de empleos que de otro modo se habrían destruido y que, para finales de año, representará 5 billones de dólares”.

2009, septiembre, Pittsburgh: Observa la necesidad de avanzar en una transición desde la crisis a la recuperación, para pasar la página de una era de irresponsabilidad y adoptar un conjunto de políticas, regulaciones y reformas para satisfacer las necesidades de la economía mundial del siglo XXI. Indica que “en abril (de 2009) nos enfrentábamos al mayor reto de la economía mundial en nuestra generación. La producción mundial se estaba reduciendo a un ritmo no visto desde la década de 1930. El comercio caía en picada. Los puestos de trabajo estaban desapareciendo rápidamente. A nuestra gente le preocupaba que el mundo estuviera al borde de la depresión. Nuestra respuesta contundente ha servido para frenar el peligroso desplome de la actividad mundial y para estabilizar los mercados financieros”.

2010, junio, Toronto: Fue la primera cumbre del G-20 en su nueva función de foro principal de cooperación económica internacional. Se empezaba a alejar el miedo de una catástrofe económica global, aunque con prevenciones por el impacto de la crisis. Por eso dice que “nuestros esfuerzos realizados hasta hoy han dado buenos resultados. El estímulo fiscal y monetario otorgado, sin precedentes y coordinado globalmente, está jugando un papel notable contribuyendo a restaurar la demanda privada y el crédito. Estamos adoptando acciones decididas para incrementar la estabilidad y fortalecer nuestros sistemas financieros”.

2010, noviembre, Seúl: El peor momento de la crisis ya había pasado, entonces las potencias intentan retomar la agenda tradicional. El documento final promueve “políticas macroeconómicas, incluyendo de consolidación fiscal, donde sea preciso, para asegurar una recuperación sostenida y sostenible e incrementar la estabilidad de los mercados financieros, en particular avanzando hacia tipos de cambios más determinados por el mercado, incrementando su flexibilidad para reflejar los fundamentos económicos subyacentes y absteniéndonos de adoptar devaluaciones competitivas”.

2011, noviembre, Cannes: Las potencias abandonaron el cronograma de dos cumbres, para limitarla a una por año. El optimismo relativo del año anterior se abandona para concentrarse en la situación económica de la Zona Euro. El FMI vuelve a ocupar un papel central en la supervisión e intervención en la crisis. El documento final señala que, “desde nuestra última reunión, la recuperación mundial se ha debilitado, particularmente en los países avanzados, dejando el desempleo en niveles inaceptables. Las tensiones en los mercados financieros se han incrementado debido principalmente a los riesgos soberanos en Europa. Persisten los desequilibrios globales”. Se seguía planteando la necesidad de la regulación y control del sistema financiero, en especial del mercado de derivados, y se afirma que “estamos comprometidos a proteger nuestras finanzas públicas y el sistema financiero global de los riesgos planteados por los paraísos fiscales y jurisdicciones no cooperativas”.

2012, junio, Los Cabos: Se desarrolló en el contexto de un nuevo deterioro de los indicadores económicos a nivel mundial. A la profundización de la crisis con epicentro en la Unión Europea, se sumó la desaceleración de las economías emergentes. La Declaración de Los Cabos establece como objetivo central la promoción del crecimiento fuerte, inclusivo, sostenido y balanceado, y la creación de empleo.  Estados Unidos empieza a argumentar que los desbalances globales están ligados a la desleal intervención de China a través de sus políticas cambiarias (por la subvaloración de su moneda).

2013, septiembre, San Petersburgo: A pesar de que el G-20 se dedica a la discusión de asuntos vinculados con el crecimiento económico y la promoción del desarrollo, esta cumbre estuvo marcada por el debate acerca de una posible acción militar internacional, liderada por Estados Unidos, contra el gobierno sirio de Bashar al-Assad. En el documento final de los jóvenes del G-20 se instaba a sus líderes políticos a incluir el tema de los fondos buitre. Propusieron condenarlos por ser un potencial peligro para futuras reestructuraciones de deudas. Estados Unidos vetó esa parte de la declaración.

2014, noviembre, Brisbane: Por primera vez en la historia del G-20 la cuestión de la reestructuración de deudas soberanas fue planteada en el comunicado final. A la vez, seguía predominando el discurso anti proteccionismo, cuando afirma que “el comercio y la competencia son potentes motores de crecimiento, de un mejor nivel de vida y de la creación de empleo”. Empieza a ganar terreno la idea de la austeridad como solución a los profundos desequilibrios económicos.

2015, noviembre, Antalya: En esta cumbre se empieza a consolidar la tendencia de declaraciones de buenas intenciones, generales y de reiteración de objetivos para impulsar la inversión, el comercio y el empleo. Afirma que “la OMC es la columna vertebral del sistema multilateral de comercio y debe seguir desempeñando un papel central en la promoción del crecimiento económico y el desarrollo”. En línea con la cumbre anterior, se reafirma “el progreso alcanzado en la implementación de cláusulas de acción colectiva y pari passu fortalecidas en los contratos internacionales de bonos soberanos, los cuales contribuirán al orden y la predictibilidad de los procesos de reestructuración de deuda soberana”. Esta idea fue presentada por Argentina e incorporada en el documento final.

2016, septiembre, Hangzhou: Empiezan a prevalecer criterios generales en el tono de los documentos. Se insiste en la necesidad de reforzar programas para el crecimiento y defender la globalización, además de promover una economía mundial abierta. También aborda la crisis migratoria y de refugiados, la lucha contra el terrorismo y el cambio climático.

2017, julio, Hamburgo: Fue la primera cumbre con la participación de Donald Trump en el marco donde Estados Unidos decide abandonar el Acuerdo de París contra el calentamiento global, mientras el resto de los líderes se comprometieron a aplicarlo. Comienza a ocupar más espacio en la agenda el tema de la migración, promoviendo que sea “ordenada, regulada y segura”, y reconociendo el derecho de cada país a defender sus fronteras. El giro en materia económica queda reflejado en el rechazo al proteccionismo, pero convalidando “instrumentos legítimos de defensa comercial” ante “prácticas injustas”, que es la posición de Estados Unidos frente a China.

Buenos Aires

En este recorrido de contenidos de los documentos finales del G-20 se observa cómo ha ido cambiando el foco de interés de las potencias. Cuando estalla la crisis internacional en 2008 se realiza la primera cumbre de presidentes, con las potencias desesperadas por el riesgo de una debacle global. En Buenos Aires, diez años después, habrá una cumbre que no tiene un objetivo medular, sino tratar de brindar un marco para acomodar disputas bilaterales y contener las presiones proteccionistas.

El temario propuesto por la Argentina (el país anfitrión es el responsables de los ejes de la convocatoria) es poco sustancial (el futuro del trabajo, infraestructura para el desarrollo, un futuro alimentario sostenible y perspectiva de género). Es la manifestación de la visión internacional del macrismo, que no pretende transitar el desafío de pensar la problemática internacional, sino ser simplemente un actor subordinado a las potencias, en especial a Estados Unidos.

Una interesante charla que tuve hace varios meses con el profesor de Relaciones Internacionales en la Universidad Di Tella Juan Gabriel Tokatlian sirve para reflexionar acerca de la política exterior de Argentina y de su relación con Estados Unidos. Le pregunté cuál es el beneficio para el país de que el gobierno de Macri tenga un alineamiento subordinado a Estados Unidos. Su respuesta fue la siguiente:

–El Gobierno se compone de una elite que cree que algunas de las recetas del menemismo funcionaron. Pero desconoce el nivel de financierización que ha habido en el mundo y que no es posible volver a los ‘90. Ese mundo no existe. No son sofisticados intelectualmente. Tienen una lógica de interrelación entre el mundo político y el mundo económico más propia de los ‘90, que tampoco existe hoy en la dinámica interna doméstica dentro de los Estados Unidos. Entonces optan por la tercera vía, que es la de creer que los temas de seguridad van a ser la carta que abrirá esas otras puertas económicas. Entonces buscan el sendero para ver cómo llegar al Comando Sur, a la DEA, al FBI. Esto muestra ignorancia”.

–¿Sólo ignorancia? –le mencioné.

–Además de ignorancia, tuvieron una visión muy optimista del mundo, de la globalización, del libre mercado, del flujo de inversiones, de la atracción que significaba la llegada de un gobierno distinto a la Argentina, del fin de eso que llaman populismo. Cuando el optimismo se junta con la ignorancia, el saldo es un cóctel catastrófico. Lo que les queda es sobreactuar. Entonces, pasamos de la ignorancia y el optimismo a la ingenuidad y el voluntarismo. Eso es leer muy mal a los Estados Unidos”.

Agregaría, no solamente a Estados Unidos.



domingo, 26 de noviembre de 2017

Gracias Pichetto, no te hubieras molestado… @dealgunamanera...

Gracias Pichetto, no te hubieras molestado…


El costo de las Lebac duplica el monto de la poda de jubilaciones. La nueva fórmula de movilidad es peor que la versión inicial del Gobierno. La modificación de la movilidad le permitirá a la Anses desembolsar 100 mil millones de pesos menos en jubilaciones. El Banco Central emite deuda con Lebac que devengará intereses por un total de 210 mil millones de pesos en este año.

© Escrito por Alfredo Zaiat (alfredozaiat@gmail.com) el Domingo 26/11/1950 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El stock de Lebac es de 1,2 billones de pesos. Es deuda emitida por el Banco Central que devengará intereses por un total de 210 mil millones de pesos en este año. Es una suma extraordinaria que alimenta lo que se denomina déficit cuasi fiscal. Este espacio de especulación entregado al mercado financiero por el titular del Central, Federico Sturzenegger, es atendido con recursos públicos y está fuera del radar del ajuste que el gobierno quiere que sea aprobado en el Congreso. Ese recorte no alcanza al mundo de las finanzas. La mira fue dirigida hacia el sistema previsional y de seguridad social. El objetivo que planteó el ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, es “ahorrar” unos 100 mil millones de pesos, disminuyendo las jubilaciones y las asignaciones (familiares y la AUH). Para conseguirlo, el gobierno presentó un proyecto de ley para modificar la fórmula de movilidad de las jubilaciones que significa una fuerte poda en el haber, que luego fue retocada por iniciativa del senador Miguel Angel Pichetto, cuyo resultado es también una fuerte poda en el haber. Este aporte para facilitar la aprobación del proyecto ha sido tan entusiasta que el saldo puede ser peor para los jubilados que la versión oficial.

La relación entre el monto del déficit generado por las Lebac y la reducción del dinero que la Anses destinará a pagar jubilaciones sirve como referencia para exhibir la escala de prioridades en la gestión del gobierno de Cambiemos. No significa que si se dejase de pagar tantos intereses de Lebac ese dinero podría ir a los bolsillos de los jubilados. Esta comparación sólo deja al descubierto que en la obsesión por el ajuste de las cuentas fiscales, el gobierno eligió arremeter contra los jubilados y cuidar los privilegios del mundo de las finanzas.

Fórmula Pichetto

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca, tardó apenas 15 minutos en aceptar la fórmula Pichetto, luego que el senador facilitador de la tarea del gobierno en la Cámara Alta hiciera un discurso muy crítico de la propuesta oficial que modifica la actualización de las jubilaciones. Fue la puesta en escena para permitir la inmediata adhesión del gobierno, que el ministro Dujovne agradece. Con el esquema del 70 por ciento de evolución de la tasa de inflación y el 30 por ciento de variación del salario formal privado (RIPTE), el “ahorro” previsional puede ser mayor al presupuestado por Hacienda. Si es más elevado, significa que los jubilados recibirán un ingreso aún más recortado.

En el suplemento económico Cash de esta edición, el especialista en materia previsional Miguel Angel Fernández Pastor ofrece un par de datos que demuele la fórmula Pichetto: en los 21 primeros meses del gobierno de Macri, el RIPTE creció 59,08 por ciento, mientras que la inflación lo hizo en 71,3 por ciento. Unos simples cálculos revelan que la muy desfavorable versión oficial para los jubilados es mejor que la fórmula Pichetto:

La propuesta del gobierno era un ajuste trimestral por inflación y un insignificante aporte adicional del 5 por ciento del PIB real en junio de cada año. En el acumulado de esos 21 meses, el aumento hubiera acumulado 71,3 por ciento más 0,15 por ciento (el 5 por ciento de la variación del PIB del 3 por ciento: 0,15 por ciento. Las caídas de PIB no se calcularían, según la versión oficial, entonces el retroceso de 2016 no contaría). El saldo sería 71,45 por ciento.

Con el esquema de actualización Pichetto para ese período, el aumento hubiera sido 67,63 por ciento. Casi cuatro puntos porcentuales menos que la versión inicial.

El 70/30 perjudica a los jubilados, más en un gobierno conservador como el de Cambiemos que tiene como objetivo explícito que el salario suba menos que la inflación. Para las paritarias 2018 ya envió el mensaje a través de medios oficialistas de que pretende un alza del 10 por ciento, variación que se ubica por debajo de la estimación de inflación.

Esta es la fórmula que la mayoría de los gobernadores avalaron en el dictamen en el Senado, conversado en apenas cuatro horas sin abrir el espacio a la consulta de especialistas. La comparación con un solo trimestre entre una y otra fórmula de rebaja de las jubilaciones, además de que entrega una diferencia insignificante, no es correcta. En un período más prolongado, como el mencionado arriba, el saldo del nuevo acuerdo es más desfavorable para el jubilado.

El pacto además avala que se aplique la actualización con seis meses de retraso, pues el ajuste de marzo del año próximo será con la inflación del trimestre julio-septiembre de este año. Es otra disposición que perjudica a los jubilados puesto que la nueva fórmula sería retroactiva. La presente movilidad se devenga en el semestre julio-diciembre, lo que implica que a esta altura esta casi completa, pero en el proyecto de ley se la descarta para que en marzo de 2018 se utilice la nueva. Esto implica que en lugar de un aumento de las jubilaciones del 12 al 13 por ciento, el ajuste sería de 5,2 por ciento (con la versión oficial) o de 5,7 por ciento (con la fórmula Pichetto). 

Las jubilaciones perderían así unos 7 puntos porcentuales, deteriorando su poder adquisitivo y brindando el “ahorro” previsional que el gobierno busca. Al haber mínimo de 7246 pesos se le podaría 455 pesos del aumento. Como precisó David Cufré en el Panorama Económico en la edición de ayer de este diario, la jubilación mínima quedaría en 7660 pesos en lugar de los 8115 pesos que hubieran correspondido.

Bicicleta

Mientras en el Congreso empezó el debate del proyecto oficial para recortar jubilaciones y asignaciones (familiares y AUH), la bicicleta financiera sigue rodando a velocidad. El viernes la paridad cambiaria terminó la semana con una caída de diez centavos, para ubicarse en 17,69 pesos, el mismo nivel que hace dos meses. Ese retroceso fue explicado por operadores de la city por el ingreso de dólares a la plaza local para aprovechar las muy elevadas tasas de interés que regala el Banco Central con las Lebac.

El último reporte del balance cambiario del Banco Central indica que las inversiones de cartera de no residentes (capitales extranjeros especulativos) sumaron en forma neta 420 millones de dólares en octubre pasado, siendo uno de los meses de más ingresos del año. Esos fondos fueron destinados a colocaciones en pesos, detalló la entidad monetaria, para aprovechar la renta que ofrece la tasa de interés en moneda local. La consultora macrista Elypsis calculó que el inversor que canjeó dólares por pesos en enero de 2016 y fue renovando ese capital en Lebac hoy tiene acumulado una ganancia en dólares del 17 por ciento. Es una rentabilidad extraordinaria de la bicicleta de las Lebac. Como ilustra la prensa internacional, Argentina se ha convertido en un paraíso financiero para el capital especulativo.

La emisión de esos títulos de deuda en pesos de cortísimo plazo es utilizada por el Banco Central con el doble propósito de desalentar la compra de dólares al tiempo de retirar pesos del mercado con el esquivo objetivo de bajar la inflación. No consigue ni uno ni otro objetivo. Pero igual sigue con esa política seduciendo a los inversores con tasas de interés elevadas, que tuvieron su pico del 38 por ciento en marzo de 2016 y hoy se ubican casi en el 30 por ciento anual. Esas tasas han invitado a inversores extranjeros a participar del negocio que se denomina currency carry trade sobre el peso argentino: ingresar dólares a la plaza local, luego venderlos y con los pesos obtenidos comprar Lebac, para que en un plazo determinado recomprar más dólares con el capital e intereses de esa inversión en pesos. 

Esta estrategia monetaria y cambiaria que recibe críticas de economistas de diferentes vertientes ideológicas tiene un costo altísimo para las cuentas públicas, en este caso las del Banco Central. Desde diciembre de 2015, la deuda con Lebac aumentó 245 por ciento y devengó intereses por más de 310 mil millones de pesos. Sólo en este año sumarán 210 mil millones de pesos. Esta cifra más que duplica el monto que el gobierno quiera “ahorrar” en el sistema previsional recortando aumentos de las jubilaciones.

Trabajadores

Sin tocar las ganancias privilegiadas del mundo de las finanzas, la administración Cambiemos arrastra del cuello a un grupo de gobernadores para impulsar una reforma que no sólo castiga a los jubilados, sino que avanza sobre derechos previsionales de trabajadores activos. Instala la suba de la edad de jubilación, para hombres y mujeres, en los 70 años, y pretende disminuir el cálculo del haber inicial del futuro jubilado. 

Fernández Pastor indica que en el artículo segundo del proyecto de ley se establece que los salarios con que se efectúa el promedio de ingresos del que surgirá el haber inicial de los futuros jubilados ya no se efectuará por la fórmula de movilidad, sino por el índice combinado aplicado para la actualización de las sentencias en la Ley de Reparación Histórica (inciso b, artículo 5 ley 27.260) que, como es reconocido por el propio gobierno, implica una quita muy importante. El especialista previsional señala que en el mencionado artículo se especifica que la actualización de los salarios se efectuará por el índice de Remuneración Imponible Promedio de los Trabajadores Estables (RIPTE). ¿Qué significa esto? Si los salarios disminuyen, los trabajadores que quieran jubilarse tendrán un haber inicial más bajo del que surgiría aplicando la ley de movilidad. En base a la evolución de la inflación y el RIPTE desde diciembre de 2015, cifras detalladas arriba, hoy la pérdida acumulada es de 12,22 puntos porcentuales en apenas dos años.

Modificar la movilidad jubilatoria para atarla a la evolución de la inflación, disminuir la tasa de sustitución (la relación entre el último salario del trabajador con el haber inicial como jubilado) y elevar la edad jubilatoria son las recomendaciones del FMI al gobierno argentino, incluidas en el informe de noviembre de 2016, y que pasaron a formar parte de la reforma previsional. 

No deja de ser notable como la Alianza Cambiemos decidió empeorar la calidad de vida de los jubilados, con el aval de gobernadores, siendo que se trata de su núcleo electoral más intenso. La apuesta oficial es que el cambio de clima político les permita naturalizar la reducción de las jubilaciones hasta pensar que no tiene costos afirmar que son muy elevadas, mientras le sigue ofreciendo al mercado financiero la rentable fiesta especulativa de las Lebac.



domingo, 4 de septiembre de 2016

Industricidio… @dealgunamanera...

Industricidio…


Hace 40 años hubo un suicidio colectivo impactante. Cientos de miembros de una secta murieron tomando una pastilla de cianuro en la jungla de Guyana. Hombres, mujeres y niños, seguidores del líder espiritual Jim Jones, quedaron atrapados del fanatismo de construir un mundo ideal. Un sector importante del empresariado, especialmente algunas de sus primeras figuras, están actuando como esos fieles de la secta Templo del Pueblo. Existen potentes señales de alerta que no están atendiendo ni actuando en consecuencia debido a que por ahora predomina el fanatismo ideológico neoliberal como barrera a lo que consideran los peligros del populismo. Se quejan de la amenaza de las importaciones de China o del nivel del tipo de cambio pero no cuestionan las bases de una política económica que los está castigando con tenacidad.

© Escrito por Alfredo Zaiat el domingo 04/09/2016 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


La producción industrial descendió 7,9 por ciento en julio respecto al mismo mes del año anterior; la construcción bajó 23,1 por ciento interanual en julio; la venta de combustibles retrocedió 3,5 por ciento en el primer semestre, y el gasoil, insumo vinculado a la producción, lo hizo en 12,4 por ciento. Estas y otras varias estadísticas referidas al sector productivo son terribles, con caídas similares o superiores a las registradas en la crisis 2002. Insistir con la muletilla “la herencia recibida” es a esta altura una licencia poética en la reiterada partitura proporcionada a los funcionarios y voceros oficiosos por parte del departamento de propaganda y realidad virtual de la jefatura de Gabinete. La realidad no se puede tapar pese a que no se haga tapa en los grandes medios oficialistas.

Recesión, tarifazo y apertura importadora es el camino hacia el suicidio de gran parte de la industria y el comercio, con muchos de sus miembros transitándolo convencidos que de ese modo alcanzarán el paraíso de libertad sin populismo y exagerados derechos laborales. Coloquios, seminarios, jornadas empresariales buscan alimentar la creencia que siendo parte activa de la secta neoliberal los podrá depositar en la sociedad que idealizan, sin trabajadores que quieren mejorar su poder adquisitivo y sin un Estado que quiere cobrar impuestos al capital.

Es tal el grado de alienación de esa feligresía que se han convencidos que sus actuales males es por la pasada bonanza que disfrutaron con políticas intervencionistas. Uno de esos exponentes es Teddy Karagozian, dueño de TN & Platex, la principal fábrica de hilados del país, que ha paralizado gran parte de su producción por la caída de la demanda interna y el aumento de importaciones. El empresario textil culpa de esa situación a los elevados salarios de sus trabajadores y a los “incendios” dejados por el anterior gobierno que la actual gestión está “apagando”. Así es más fácil entender lo que pasó en la colonia Jonestown.


Los más fieles colaboradores del reverendo convocan a tener esperanzas, que el futuro será mejor con inversiones que llegarán aunque ahora están demoradas y que el sufrimiento de hoy asegurará la bienaventuranza de mañana. Quien lo expresó sin pudor fue el ministro de Finanzas y Deshacienda, Alfonso Prat Gay, cuando convocó a aceptar el destino del sacrificio con el espíritu Jim Jones al afirmar que “muchos de los que han perdido el trabajo conocen que este era el único camino”. 

El papel opaco de Prat Gay en el gabinete de Mauricio Macri explica la llamativa devaluación de la palabra del ministro encargado de la economía, un área clave de un gobierno. Dijo que no iba a trasladarse a precios la devaluación; que la inflación de este año sería del 20 al 25 por ciento; que bajaría el déficit fiscal; que la emisión de nuevos bonos serían para rescatar los cupones PIB pero esos dólares ya se utilizaron para financiar la fuga; que lo peor ya pasó y el segundo semestre comienza la recuperación; que la inflación no es un problema. Tantas equivocaciones en el diagnóstico, en la gestión y en el pronóstico hubiera derivado en incomodidad política en cualquier otro ministro de Economía.

Indicadores.

El fuerte retroceso de la industria del 7,9 por ciento en julio fue el peor registro desde agosto de 2002, según la serie histórica del Indec, cuando bajó 8,5 por ciento. Por la recesión y sin perspectivas de una recuperación sustancial, la utilización de la capacidad instalada de la industria es muy baja. El desagregado sectorial muestra que la siderurgia cayó 14,2 por ciento de forma interanual, la fabricación de insumos de la construcción, 11,6; la producción automotriz, 12,2; y la industria textil bajó 2,6 por ciento, con lo cual comenzó a recortar el insólito 8 por ciento de suba en lo que va del año dibujado por la nueva gestión del Indec (el índice industrial de la neoliberal FIEL anota estancamiento textil -cero por ciento– en siete meses del año). 

Con despidos, suspensiones, caída de la demanda interna e incremento de importaciones, quienes desembarcaron en el Instituto para profesionalizar la provisión de estadísticas públicas han presentado un comportamiento del sector textil que ni los más fanáticos empresarios oficialistas del sector textil estarían en condiciones de avalar.

El Sindicato de Comercio comenzó a negociar la paritaria del segundo semestre informando que se han cerrado 6500 locales a nivel nacional en lo que va del año. El Instituto de Trabajo y Economía Germán Abdala destacó que la economía sigue en caída al precisar que luego de un segundo trimestre con un descenso de 3,2 por ciento, el Índice de Actividad que elaboran marcó una contracción de 5,4 por ciento en julio, superando incluso el retroceso del mes anterior de 4,5. Esta dinámica económica refleja que la recesión no se está atenuando sino que se profundiza, estimando el ITE que la caída del PIB en este año sería superior al 2 por ciento.

Mientras que del análisis Consumer Thermometer que realiza mensualmente Kantar Worldpanel se desprende que el consumo en julio frenó su descenso en un sorprendente giro respecto al reporte anterior, la evaluación de la consultora de consumo masivo CCR advierte acerca de una caída del 3,4 por ciento respecto al mismo mes del año anterior. El relevamiento de CCR está en línea con el saldo negativo en términos reales de la recaudación impositiva vinculada al consumo interno de ese mes y del siguiente. El pronunciado deterioro del consumo se verifica también con el recorrido de los precios de la canasta básica de alimentos con alzas del 5,6 por ciento en supermercados en agosto, según el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz. 

El IPC Indec de agosto será garabateado a la baja descontando el tarifazo de gas por el freno dispuesto por la Corte Suprema de Justicia. Especialistas en la materia sugieren hacer el recálculo del índice en el mes que el Instituto computó el aumento, y no en el de la sentencia judicial. La conducción del Indec prefiere en cambio ponerse al servicio de la campaña electoral del gobierno de construir expectativas positivas, ilusoria herramienta de política económica para revertir la actual fase recesiva.


Los índices de producción industrial, consumo y actividad económica difícilmente seguirán marcando variaciones negativas tan pronunciadas en los próximos meses. Como por ahora no hay indicios de que la recesión se convierta en depresión, la supuesta mejora será simplemente por una cuestión estadística: la comparación interanual será contra meses de menor actividad. 

Esos números servirán para la construcción de la estrategia oficial de que la situación está mejorando. Podrán presentar que la economía ya tocó fondo y que ha comenzado la recuperación. Lo cierto es que el deterioro sociolaboral con incremento del desempleo y el achicamiento de la economía sin motores de impulso, con apertura, costos en alza y presiones crecientes sobre el tipo de cambio, está definiendo una situación de ahogo en muchos de los sectores productivos y comerciales.