sábado, 14 de marzo de 2020

Enrique Vázquez: "La Argentina es inmoral"… @dealgunamanera...

Enrique Vázquez: "La Argentina es inmoral"…


De larga trayectoria en el periodismo radial y audiovisual, Enrique Vázquez es un periodista "de los de antes": crítico, polémico y frontal. La aparición de "El osario de la rebeldía", su último libro donde describe la mitología criminal en Campo de Mayo durante la última dictadura militar, sirve como excusa para dar inicio a esta entrevista con Sudestada, donde otras discusiones quedan abiertas: qué es el periodismo militante, qué pasó con el viejo periodismo de los ochenta y qué significa ser alfonsinista hoy.

© Escrito por Walter Marini y publicado en el Nº 285 de la Revista Sudestada, Edición Mayo/Junio 2016, de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Tiene 63 años y lleva más de cuatro décadas ejerciendo el periodismo. Cordobés de nacimiento, hincha de Instituto y alfonsinista confeso –aunque nunca se afilió al radicalismo–; Enrique Vázquez fue director de la carrera de Comunicación Social de la UBA entre 1986 y 1989.

Con momentos importantes en su carrera, en gráfica fue parte de la mítica revista Humor, en televisión supo conducir un muy buen ciclo llamado Vidas hechas vidas, en radio tuvo muchos programas con su productora "El árbol y el bosque".

Hoy conduce Otra cosa, de lunes a viernes a las 18 por AM 570. El año pasado publicó El osario de la rebeldía. Campo de Mayo. De Roca a los Kirchner, donde describe el campo de concentración más grande montado por la última dictadura militar –por donde pasaron 5 mil personas y apenas sobrevivieron cuarenta y tantos–, y el que todos eligen mirar para otro lado, ya que además sintetiza la génesis doctrinaria del Ejército Argentino desde su fundación.

En esta entrevista con Sudestada, Vázquez habla de los crímenes de Campo de Mayo, del pasado y el presente del periodismo, del extraño vínculo entre kirchnerismo, peronismo y radicalismo, y de su visión del país.



–¿Cómo surgió el proyecto de investigación para El osario de la rebeldía?
Se dieron muchas casualidades conducentes. La primera se remonta a 2004, cuando un grupo de Testigos de Jehová se presenta en un consultorio jurídico gratuito que tenía dos veces por semana la Asamblea Permanente por los Derechos Humanos en la zona norte del Gran Buenos Aires. Por esa época, ya estaban los resarcimientos económicos para familiares de desaparecidos que primero había firmado Carlos Menem y que se extendieron en los albores del kirchnerismo, cuando se ampliaron a personas que hubieran estado privadas de su libertad, o hubieran sufrido algún tipo de persecución.

En este caso, estas personas se habían presentado a realizar el servicio militar obligatorio durante la dictadura y fueron sometidos a vejámenes de todo tipo. De ahí que pedían que la Asamblea los patrocinara. En ese momento, los integrantes de la Asamblea me lo comunican diciendo: "acá hay algo nuevo, distinto a todo".

Los Testigos de Jehová conocían el lugar donde tenían a las embarazadas en Campo de Mayo, veían salir mujeres que iban en fila con una soga hacia un retrete donde había ropa de bebés, pañales, y a ellos los obligaron a construir cunitas para los chicos: llegaron a hacer alrededor de cincuenta. Ahí estaba la relación entre embarazadas y nacimientos en cautiverio. Luego aparece el representante de la Asamblea en Escobar, el Dr. Eduardo Ramallo, con la noticia de que se había presentado el primer testigo ocular, que en realidad era algo sotto voce en ese municipio, esto de los enterramientos masivos.

Ese testigo era Guillermo Catalino Romero, y presentó la denuncia en los Tribunales en 2005. A partir de ahí, pensé que era inevitable: Testigos de Jehová más testigo ocular que nos lleva a otros testigos, ya que en ese momento señala que los maquinistas del tren aminoraban la marcha cuando pasaban por la estación Maquinista Savio, uno de los lugares donde hay fosas.

–¿Cómo fuiste armando el rompecabezas de la investigación?
–En 2007 hice un programa para la TV Pública con esos Testigos de Jehová, que a su vez me vincularon con otros que habían estado en Campo de Mayo, lo que me llevó a otros testigos, que fueron aquellos que realizaron la colimba allí. Para mi sorpresa, me encuentro con un tipo que fue conscripto y además estuvo preso, Eduardo Cagnolo.

Él me cuenta que haciendo la colimba se junta con otros soldados que tenían ciertas inquietudes intelectuales ideológicas. Pero otro soldado escucha y los denuncia. Una noche, en una ronda de mates le tiraron la lengua, y con la psicosis que había en ese momento le preguntaron qué haría si los guerrilleros atacaban, y él marcó los puntos débiles que veía en la guarnición. Ahí lo denunciaron por esa hipótesis de ataque a Campo de Mayo. Se comió un garrón, lo detuvieron, y es ahí cuando vio personas vivas, entre ellos a los dirigentes del PRT-ERP Domingo Menna y Roberto Santucho –prácticamente muerto–, y también a la hija de David Viñas en cautiverio.



–¿Qué sucedió a partir de la publicación del libro?
Aparecieron más conscriptos de la época, que ahora se agruparon creando una entidad. Incluso se pusieron en contacto con un enfermero que estaba en la maternidad del Campo, un tipo que quedó desquiciado psicológicamente y que brinda un testimonio espeluznante porque integraba grupos de tareas y además atendía a las parturientas. Y luego me llegó una información documental fabulosa, que son las fotografías aéreas que tomaba la dirección de catastro de La Plata: las fotos están seriadas, y ahí ves las fosas nítidamente marcadas...

(La nota completa en la edición gráfica de Sudestada)



En la presentación del libro con Eduardo Aliverti en Marca de Radio por la A.M. 910 (La Red)





viernes, 13 de marzo de 2020

Pandemia, Conciencia, Solidaridad... @dealgunamanera...


PANDEMIA, CONCIENCIA, SOLIDARIDAD...


A riesgo de ser antipático, una pequeña reflexión a partir de las noticias y varios comentarios que me encuentro por aquí. Es mi opinión, por supuesto, pero es la que va a organizar mis acciones, por la cuestión básica de que en una emergencia sanitaria le tengo que hacer caso a los que saben.
Es decir, tengo que confiar, para que de ese modo confíen en mí. Soy padre, profes. Tengo menores a cargo, que dependen de mí. Y están nuestros pares, y los mayores. ¿Cómo no esforzarme por estar a la altura?

Y estar a la altura, significa cumplir las normas sanitarias que diseñaron personas mucho más preparadas que yo.

Resulta que un virus que aún no conocemos bien vino a recordarnos que somos mortales. También llegó para mostrarnos la importancia del Estado, la educación, las consecuencias de desinversión en esos territorios. Hay que ser tremendamente corto de miras para centrarse en eso ahora.
Que si es desde hace cuatro años, o desde hace más tiempo. Quién sabe si alguno de los que se mete con eso ahora no será un infectado o un fallecido después. Priorizar dónde poner el foco, eso creo. Sobreactuaciones que distraen, y que seguimos como cardumen.

El virus vino para mostrar cómo el poder social traducido en el dinero da impunidad: muchos de los casos de personas que se niegan al aislamiento son personas de recursos, con plata, que acaban de llegar de un viaje por placer o trabajo. Son la materialización del sistema en el que vivimos, sería raro que hubiera sucedido otra cosa. Hasta dónde ese individualismo derrama sí que no es una pregunta menor.

Lo cierto es que no serán los únicos. El egoísmo y la desaprensión son transversales a las clases. Esencializar conductas es fascista. Así de sencillo. Entonces, en cambio, habrá que prestar atención a lo siguiente: a la desinformación se agregará un importante desprecio por las normas, que ya existe socialmente. Las normas preventivas que solo son entendidas como control, como un avance sobre nuestros derechos, cuando también son formas de convivencia legitimadas socialmente y sostenidas por los poderes del Estado. Más aún, son las formas que tenemos para proteger a los más débiles. Eso es el Estado.

Es una pena que esté cerrada la Biblioteca Nacional, que se restrinjan los encuentros públicos, que probablemente estemos un tiempo sin clases. Que no podamos ir al cine, a un recital, vaya a saber a dónde más. ¡Que no nos podamos ir de viaje! ¡Hay que ser tan egoísta para pensar así! Millones de compatriotas no tienen idea de lo que es eso. Y dependen en cambio de que cumplamos unas reglas sencillas, y las que vayan surgiendo...

Las medidas actuales y las que se vayan a agregar no son tomadas para naturalizar el control, la vigilancia. Resulta que a veces los controles, por vía del Estado, son la forma de ser solidarios. La solidaridad se aprende, a veces, de esta manera: cuando un virus te recuerda que sos mortal. Es cómodo, además: ni siquiera te tenés que comprometer, solamente cumplir tu parte.

La actual crisis pandémica nos recuerda la cantidad de palabras, conceptos y políticas que con el rótulo general de autoritarismo y control los “progresistas” le hemos regalado a los “autoritarios”. El enorme individualismo que a veces puede solaparse, como otro virus, en la defensa de las libertades individuales. Seas “progre” o no.

Creo que todo esto es una enorme posibilidad de afilar las armas, eso sí, mientras afrontamos la pandemia y nos cuidamos. Es probable que inconscientemente le tengamos un miedo enorme a la introspección, sea que tengamos que estar aislados, o no.

Tal vez ya lo estábamos.

Del muro de Federico Lorenz. Facebook 13/03/2020



miércoles, 11 de marzo de 2020

Coronavirus: adultos mayores y población en riesgo… @dealgunamanera...

Coronavirus: consejos para adultos mayores y población en riesgo…

Cuidados. Fotografía: Matthias Zomer / Pexels

Mientras se confirman los primeros casos de COVID-19 en Argentina, el Ministerio de Salud y PAMI dieron a conocer recomendaciones para prevenir el contagio.

© Publicado el sábado 07/03/2020 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Mientras las autoridades confirman una lista creciente de pacientes con coronavirus (COVID-19) en Argentina, el Ministerio de Salud de la Nación y el PAMI reiteraron la importancia de extremar los cuidados en adultos mayores, uno de los grupos más afectados por el virus.

Este sábado se conoció la noticia de la primera víctima mortal de coronavirus en la Ciudad de Buenos Aires: se trata de un hombre de 64 años que estaba internado en el Hospital Argerich en un área de aislamiento, a la espera de un diagnóstico confirmado.

Según trascendió, el virus complicó otras enfermedades anteriores que padecía. Falleció esta madrugada, el resultado del hisopado positivo para coronavirus llegó poco después del mediodía.

El hombre había viajado a Francia y regresado a Argentina el 25 de febrero, sin síntomas aparentes de estar incubando la enfermedad. Tres días después, presentó somnolencia, falta de apetito, fiebre, tos y dolor de garganta. El 5 de marzo asistió al servicio de Guardia del Hospital Argerich. Por su cuadro de salud (diabetes, hipertensión, problemas respiratorios y renales) y ante la posibilidad de haber contraído el virus COVID-19, fue internado en ese centro de salud, aislado de otros pacientes.

De acuerdo con organismos internacionales, la tasa de mortalidad por coronavirus es relativamente baja: oscila entre el 0.9 y 2 por ciento de los enfermos, en base a franjas etarias y condiciones de salud preexistentes. En el caso de la población inmunodeprimida y adultos mayores, la tasa llega al 13 por ciento. Los más afectados son aquellas personas con patologías cardíacas y respiratorias.

¿Cómo deben cuidarse los adultos mayores de 65 años?
Las autoridades sanitarias recomiendan reforzar la prevención de infecciones respiratorias: lavado de manos frecuente con agua y jabón, cubrirse la nariz y la boca con el pliegue codo o usar un pañuelo descartable al toser o estornudar, ventilar los ambientes, limpiar frecuentemente las superficies y los objetos que se usan con frecuencia.

Además, sugieren:

  • Minimizar las actividades sociales, fundamentalmente lugares cerrados con concurrencia importante de personas.
  • Consultar a un médico de forma inmediata ante la presencia de fiebre y síntomas respiratorios (tos, dolor de garganta o dificultad respiratoria).
  • No automedicarse ni subestimar ninguna manifestación clínica.
  • Recibir la vacuna antigripal y el esquema secuencial contra el neumococo según recomendaciones nacionales. Si bien no previene el coronavirus, reduce las chances de contraer otras enfermedades respiratorias que podrían ser igualmente peligrosas para ese grupo.
  • Al toser o estornudar, cubrir boca y nariz con la parte interior del codo o utilizando un pañuelo descartable.
  • Evitar contacto directo con personas que tengan enfermedades respiratorias.
  • En caso de ser posible, postergar viaje a áreas de transmisión de coronavirus.
  • En el caso de personas residentes en instituciones para personas mayores, se recomienda evitar las visitas de personas con síntomas respiratorios y quienes hayan estado en lugares de transmisión viral en los últimos 14 días.

    Recomendaciones de la Organización Mundial de la Salud





martes, 10 de marzo de 2020

Sobre el Aborto Legal, Seguro y Gratuito... @dealgunamanera...

No soy neutral…


Mi nombre es Cecilia Ousset. Soy católica, médica, especialista en tocoginecología, madre de cuatros hijos. Trabajo actualmente en el Sistema de Salud privado, aunque me formé y trabajé en el Sistema Público en la Ciudad de Mendoza.

Nunca estuve y tal vez no estaré de acuerdo con el aborto en sí; es por esa razón que nunca me hice un aborto y tampoco se lo hice a nadie; a pesar de conocer la técnica perfectamente y ser muy buena (perdón por no ser modesta), en la realización de legrados.

Muchísimas veces tuve que hacer legrados en el Hospital para “terminar” abortos clandestinos. Mi récord personal son dieciocho legrados en una guardia.

Vi morir mujeres (a veces madres de varios chicos), que pasaron lamentablemente sus últimos minutos lúcidas conmigo y una policía preguntándole “quién le había realizado el aborto porque era un delito”. Sinceramente, nunca jamás escuché a alguna decir el nombre del que o la que había cobrado por sus inexpertos servicios.

Recuerdo esas guardias donde armábamos las partes fetales en la mesita quirúrgica para asegurarnos de que no le quede nada adentro a la madre. Siempre la parte más difícil de sacar del útero era la cabeza, porque al ser redonda, rodaba cada vez que la quería “atrapar” con la pinza. Estas mujeres se enteraban tarde del embarazo e intentaban el aborto con más de doce semanas de gestación.

Muchas veces esas chicas estaban en mal estado clínico y con el útero o el intestino destrozado.

Esas mujeres que ingresaban mintiendo que “habían levantado un fuentón con la ropa de los chicos” y habían empezado a sangrar, eran para mí y mis compañeros de guardia, el inicio de una jornada violenta, y la suma de esas jornadas deben haber herido mi alma profundamente: Abortos con perejil, con agujas de tejer, con permanganato de potasio, con Oxaprost en cantidades insuficientes. Todos servicios pagados en la medida de las paupérrimas posibilidades al inexperto o inexperta del barrio. La mayoría eran mujeres jóvenes, pobres, algunas con otros hijos; que llevaron el dolor, la fiebre, el olor a podrido y el secreto del nombre del “abortero” hasta la tumba.

Estoy segura que es la primera vez que me expreso sobre todo esto. Creo que algunas veces lloré en la intimidad de mi casa y en los brazos de mi esposo. Pero no por el dolor de esas chicas, sino por la impresión que me había dejado el hecho de haber terminado esos “trabajos” con la mayor objetividad y pericia posible.

Esas chicas fueron objeto. En todo momento fueron deshumanizadas y juzgadas.

Como lo que habían hecho era ilegal, eran repudiadas desde que entraban al hospital hasta que se iban (vivas, muertas o con una causa judicial).

¡Estoy tan arrepentida de no haberlas comprendido, de no haberlas amado, de no haberlas acompañado amorosamente en un momento tan terrible! Estoy tan arrepentida de haber tenido mi cerebro y mi alma tan limitada decidiendo quién tenía más o menos moral y quién merecía más o menos mi respeto!. Estoy tan arrepentida que siento que las palabras para expresarme todavía no se inventaron.

Después comencé mi práctica privada. Y ahí empecé a ver la otra cara de la moneda.

Las chicas que me pedían un aborto “porque mi mamá me va a matar”, “porque quiero terminar mis estudios”, “porque se borró mi novio”, “porque me van a correr del trabajo y mi marido se fue de la casa”, “porque soy catequista y esto es inadmisible…”.

Siempre intenté con la palabra y el respeto de que sigan con su embarazo, buscando alguna salida. Porque muchísimas veces después de un aborto, hay arrepentimiento y dolor. Pero claro, cada uno tiene sus momentos de desesperación y sencillamente se iban (y se siguen yendo), a cualquier otro médico que les practique un aborto seguro en una clínica que les permite después seguir vivas para llorar, confesarse, y tener más hijos con una pareja continente o en una mejor situación emocional o económica.
Lo sé porque a esos partos yo misma los asisto.

Lo sé porque vuelven conmigo a los controles porque aprendí a no juzgar sino a acompañar.

Por todo eso, por dieciocho años en la práctica ginecológica, por mujer, por católica, por trabajar permanentemente mi interior para lograr la coherencia y abandonar en la mayor medida posible la hipocresía, digo: QUIERO ABORTO LEGAL, SEGURO Y GRATUITO para todas las mujeres que se encuentren en una situación desesperante e íntima.

Me repugna un país donde después de un aborto las ricas se confiesen y las pobres se mueran, donde las ricas sigan estudiando y las pobres queden con una bolsa de colostomía, donde las ricas hayan tapado la vergüenza de su embarazo en una clínica y las pobres queden expuestas en un prontuario policial.

La discusión no es aborto sí o aborto no. Eso lo dejemos para las discusiones de los creyentes y para tomar nuestras decisiones personales.

La discusión en el Congreso de la Nación es si esta sociedad desea que entre las mujeres que indefectiblemente se van a practicar un aborto, se pueden lograr las mismas seguridades clínicas para hacerlo. Para que las pobres no sean mujeres de segunda o tercera categoría. Para que las pobres también sigan vivas para arrepentirse, confesarse, tener un hijo con una pareja continente o en una mejor situación económica o emocional. Para que la sociedad sea menos hipócrita y haya en la realidad de la muerte, un poco más de amor.

Texto: Dra. Cecilia Ousset
Foto ilustrativaColectivo Manifiesto
Publicado el miércoles 13/06/2018 por La Tinta en Facebook. 




lunes, 9 de marzo de 2020

Mucho Ruido. Discursos y circunstancia… @dealgunamanera...

Mucho Ruido. Discursos y circunstancia…

En reparación... Dibujo: Pablo Temes

La economía, entre renegociación de la deuda y la falta de inversión, se vuelve cada vez más compleja. Enojo eclesial por el tema aborto.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 08/03/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El análisis de la semana política debe incluir ineludiblemente el discurso de apertura de las sesiones ordinarias del Congreso que Alberto Fernández pronunció el domingo pasado ante la Asamblea Legislativa y su circunstancia. Tres aspectos principales sobresalieron: 

Primero: la acertada decisión del Presidente ordenando que no hubiera barras en las galerías y palcos del recinto, y así como también la de pedirle al aparato del PJ que evitara la realización de una movilización masiva.

Segundo: el discurso, que evitó las descalificaciones personales de los opositores y en el que al ex presidente al que más se nombró fue a Raúl Alfonsín. De hecho, por el tono en que el doctor Fernández lo leyó y en varios de sus párrafos, las reminiscencias a los discursos del ex presidente Alfonsín obraron como un bálsamo nostalgioso que se esparció por todo el recinto de la Cámara de Diputados.

Tercero: la falta absoluta de anuncios concretos en materia económica.

No todo lo que reluce es oro. El tema económico va desplegando poco a poco su complejidad. La renegociación de la deuda –tanto privada como con el Fondo Monetario Internacional– viene complicada. Los días de mutuo encantamiento entre el Gobierno y la cúpula directriz del FMI parecen ser cosa del pasado. El calificativo de “inusual” que el organismo internacional utilizó para calificar la forma en que el Gobierno está negociando conlleva una connotación que no es precisamente positiva. Las cosas se han endurecido en esta semana por parte del Fondo. Hay que tener en cuenta un dato significativo: una parte importante de su directorio no está de acuerdo con la posición pro acuerdista de la directora gerente, Kristalina Georgieva. Tan dura es esa oposición que en una reunión que hubo en Washington se le hizo saber a Georgieva que su postura iba en contra de los reglamentos del FMI.

El ministro de Economía, Martín Guzmán, cuya tarea excluyente es ocuparse de la renegociación de la deuda, sigue a pie juntillas su estrategia, para la cual cuenta siempre con la ayuda de Joseph Stiglitz.

Mientras así corren los días, en el ámbito interno todo sigue muy parado. La reunión del Presidente con los empresarios en el Consejo Interamericano de Comercio y Producción dejó sentimientos encontrados que llevaron a algunos de sus asistentes a sostener que “por suerte está Alberto”, porque si no todo sería peor con “controles de precios más duros y retenciones aún mayores para las exportaciones de trigo”.

Junto con la renegociación de la deuda externa está la de la deuda interna. Y allí se evidencia que en algunas áreas del Ministerio de Economía hay una preocupación creciente por los errores cometidos. Eso no hace más que generar dudas acerca de la real capacidad del país para evitar el default.

Todo esto genera un impacto negativo en los mercados. Por eso, casi todos los agentes económicos están en una actitud de esperar y ver, porque no se aprecia el atisbo de una recuperación sostenida que estimule la toma de personal, o la apertura de una línea de producción. No se habla en esos ámbitos de invertir en plantas nuevas, sino de reabrir las plantas que están cerradas. La capacidad ociosa en la Argentina es ridículamente alta.

Los sectores productivos no encuentran los incentivos para movilizar la inversión. Mientras esté latente el default, el valor de los activos argentinos con default es un precio y sin default es otro.

Cuando se entra en default, los activos valen un 30% menos que el valor actual. La construcción cayó 13,6%. Es una caída fenomenal de un motor clave de la economía que no es gran consumidor de dólares. 

El Gobierno está concentrado en la deuda; tiene el 90% de su energía ahí y está dejando de actuar en otros sectores. Y eso es un error. La caída de la recaudación fiscal –10 puntos menos porcentuales que la inflación– debería ser una importante señal de alarma.

Si el Gobierno no genera expectativas positivas ni confianza, todo lo demás seguirá atravesado por la duda de la realidad. Y la realidad es que caen el empleo, el consumo y la construcción. Para revertir eso, la gente tiene que pensar que mañana va a estar mejor, entonces puede gastar en los rubros  electrodomésticos o textiles, que están en caída también.

Los idus de marzo. En esta semana en que la llegada del coronavirus dejó mal parado al Gobierno que, nadie sabe por qué, se empecinó durante varias semanas en negar que la pandemia llegaría a estas orillas, han hecho irrupción dos conflictos: uno, con el campo, por el aumento de las retenciones a la soja; el otro, con la Iglesia, por el proyecto de ley de legalización del aborto.

Las bases ruralistas están hoy marcando el paso de esta disputa con el Gobierno. Buena parte de la dirigencia de la Mesa de Enlace pretendía mantener abiertos los canales de diálogo con el Gobierno. Pero terminó prevaleciendo el mal humor de los pequeños y medianos productores. Ese es un universo donde la presión impositiva se siente con agobio.

Esta situación representa un desafío para Alberto Fernández. ¿Tendrá la muñeca de la que careció en 2008 para no regenerar aquel escenario de conflicto terminal que tanto daño le hizo al país? Sus primeras declaraciones –“negociamos, pero ellos siempre quieren ganar”, dijo– no han sido muy auspiciosas. Y si lo que viene está impregnado del espíritu de dichos como el del amanuense de Cristina Fernández de Kirchner, senador Oscar Parrilli –“nos sentimos orgullosos de que nos ataquen”, expresó–, el resultado será el mismo de aquel conflicto ocurrido por causa de la resolución 125, promulgada el 11 de marzo de 2008.

Por su parte, la Iglesia realiza hoy su primera manifestación masiva en contra del aborto. La elección del lugar no es casual: la Basílica de Luján.

En la cúpula del Episcopado hay un malestar creciente contra el Presidente. Se vive ahí un clima denso. La iniciativa de AF ha sido tomada por varios de ellos como una traición al papa Francisco. Y mucho más después de su gesto de asistir –el 5 de febrero pasado– al encuentro de economistas en el que se sentó y habló en favor de la Argentina ante Kristalina Georgieva.  Uno de los más enojados es el arzobispo de La Plata, monseñor Manuel Víctor “Tucho” Fernández.

Monseñor Fernández es un obispo del riñón de Francisco. “El hambre es un problema gravísimo que requiere atención urgente. No había ninguna necesidad de sacar el tema de la legalización del aborto con esta premura”, se le escuchó decir con tono de inocultable disgusto.

Tanto es su enfado que el lunes el arzobispo no asistió a escuchar el desvaído discurso que pronunció el gobernador Axel Kicillof ante la Asamblea Legislativa de la provincia de Buenos Aires. No se perdió nada importante. Su ausencia, en cambio, habló.




domingo, 8 de marzo de 2020

116 años de presencia argentina ininterrumpida en la Antártida… @dealgunamanera...

116 años de presencia argentina ininterrumpida en la Antártida…


El A.R.A. Bahía Agradable (A-23) y el A.R.A. Almirante Irizar (Q-5)

Hoy, Día de la Antártida Argentina, se conmemora la inauguración, el 22 de febrero de 1904, del Observatorio Meteorológico en la Isla Laurie, Orcadas del Sur, que luego sería la base antártica Orcadas, hito histórico que marcó el inicio de la permanencia ininterrumpida de nuestro país en la Antártida, que ya lleva 116 años.

© Publicado el sábado 22/02/2020 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Argentina es el país que cuenta con mayor tiempo de permanencia en la Antártida y es hoy también el país que más bases tiene en el continente: seis permanentes y siete temporarias –que sólo abren en verano–. 

A través de la Campaña Antártica de Verano (CAV), cuya logística está a cargo del Comando Conjunto Antártico –y en la cual se destacan el rompehielos A.R.A. Almirante Irizar (Q-5) y helicópteros Sea King embarcados, más lanchas EDPV–, se contempla el abastecimiento general y recambio de personal que se desempeña en un contexto de condiciones náuticas, meteorológicas y glaciológicas severas y cambiantes que exigen capacitación específica.



En diciembre de 2019 el Tratado Antártico celebró los 60 años de su firma. 

Este instrumento ha generado normas específicas que hoy integran el «Sistema del Tratado Antártico», por el cual la Antártida es un continente dedicado a la paz y a la ciencia por medio de la cooperación internacional, y tiene a la protección del medioambiente como uno de sus pilares.

Junto con las actividades logísticas y científicas, Argentina coopera con programas antárticos de otros países, está comprometida con el cuidado del medioambiente y el mantenimiento de la paz. 

También cumple con la responsabilidad SAR (búsqueda y rescate) en materia de seguridad náutica y de salvaguarda de la vida humana en el mar.