domingo, 20 de abril de 2014

Hermes Binner: "Nuestra principal fortaleza es la ideología, y debemos respetarla"... De Alguna Manera...


Hermes Binner: "Nuestra principal fortaleza es la ideología, y debemos respetarla"...


Hermes Binner se resiste a trazar escenarios en función de hipótesis. Es su forma de esquivar definiciones sobre un posible acuerdo con el macrismo. A lo largo de una entrevista con La Nación en sus oficinas de Buenos Aires, evita descartarlo de manera tajante. Repite, en cambio, que el principal activo del Frente Amplio - UNEN, que se lanzará formalmente a la carrera electoral el próximo martes, es "la ideología común" de los ocho partidos que lo integran. Sí ahonda en los errores de la Alianza que el nuevo espacio no debería repetir y en las razones por las que, a diferencia del resto de los integrantes del frente, rechaza una reforma de la ley de las PASO que permita rearmar fórmulas después de las internas.

-¿En qué es este frente distinto de la Alianza?
-En que es un frente que va a consolidar una propuesta para la Argentina sumamente novedosa.

-¿Novedosa en qué sentido?
-En su constitución: toda la amplia gama del progresismo está representada en el espacio y en que viene con propuestas nuevas para resolver los viejos problemas del país.

-¿Qué errores no deberían repetir?
-Aprendimos muchísimo de la Alianza. Sobre todo de los errores derivados de la falta de utilización de un programa que no se aplicó. También del empecinamiento de querer sacar leyes cuando no teníamos los votos necesarios.

-Como con la reforma laboral.
-Por ejemplo.

-¿Cómo piensan entrar a la provincia de Buenos Aires?
-Recorriendo la provincia y reuniéndonos con las instituciones.

-¿El Partido Socialista está pensando en algún candidato?
-Hoy no. Está pensando en seguir construyendo un marco de integración de los sectores que integran el Frente Amplio-UNEN en paralelo a la constitución de un programa.

-¿Qué piensa de la posibilidad de sumar a dirigentes de Pro?
-No tenemos nada particular en contra de Pro. Sí creemos que nuestro frente tiene una fortaleza ligada al pensamiento y a la ideología que nos integra.

-Y más adelante, ¿descarta acordar con el macrismo?
-Es que no lo descartamos por ser el macrismo. Lo importante es por qué estamos nosotros reunidos. Estamos reunidos por la ideología, que nos permite tener un programa común. A las PASO vamos con los ocho partidos que integran el frente.

-¿Y si un acuerdo mejorara las chances del frente en una eventual segunda vuelta?
-Ahora vamos a pensar en la primera vuelta, en cómo hacemos para transitar el tiempo desde hoy hasta la primera vuelta. Porque hay situaciones económicas y sociales muy graves.

-Entonces, no lo descarta del todo.
-Pero usted me está planteando una hipótesis que hoy no está. Nosotros no nos manejamos sobre la base de hipótesis. Debatimos en función de las ideas y propuestas de todos los partidos que forman el frente y que hay que respetar.

-¿Por qué deberían elegirlo como el próximo presidente?
-Porque tenemos experiencia de gobierno y porque tenemos programa.

-Sigue pensando que no conviene cambiar la ley para armar las fórmulas después de las PASO?
-No hay que tocar la ley.

-¿Por qué no?
-Porque va a seducir a sectores que quieran aprovechar para hacer modificaciones.

-¿Cuál es su temor?
-Que la deroguen. El kirchnerismo tiene los votos para hacerlo.

-¿Sobrevive el frente con 16 meses de campaña por delante?
-Tenemos que trabajar por la consolidación.

-¿Qué viene después de la presentación del martes?
-Trabajar en el Congreso con posiciones que no sean divergentes.

© Escrito por Lucrecia Bullrich el Domingo 20/04/2014 y publicado por el Diario La Nación de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


18 de Abril, Día Mundial del Radioaficionado... De Alguna Manera...

18 de Abril, Día Mundial del Radioaficionado...


Cada año, el 18 de abril, los radioaficionados de todo el mundo celebran el Día Mundial del Radioaficionado.  Ese día, en 1925, la Unión Internacional de Radioaficionados fue fundada.


En 1913 se produjo el primer caso registrado de radioaficionados que ayudaron para proporcionar comunicaciones en caso de un desastre natural, durante las graves inundaciones en el medio oeste de los Estados Unidos.






¡Felices Pascuas de Resurrección y Transformación!... De Alguna Manera...

¡Felices Pascuas de Resurrección y Transformación!...

El Vive, celebra la Resurrección...

Es Pascua… Época de Transformación, de Cambio, de Esperanza…

Pascua significa Paso, de un lugar de Esclavitud a otro de Esperanza como Abraham hacia la Tierra Prometida. Como Jesús a la Vida Eterna y por su Resurrección.

Habría que meditar entonces…

¿Qué cambios estamos dispuestos a hacer?...

¿Qué pasos vamos a dar hacia la Esperanza, hacia la Transformación en un país mejor para todos, que, a veces, esté más cerca de lo que podemos ver?...

¿Qué Transformaciones, en ésta, nuestra vida, estamos dispuestos a afrontar?...

Desde nuestro espacio de labor profesional, proponemos que, en este tiempo de Pascua, revisemos las alternativas y cambiemos, tomemos la decisión de Transformar, a partir del pensamiento, el país donde queremos vivir.

¡Felices Pascuas de Transformación!


Los demonios, la verdad y la justicia… De Alguna Manera...


Los demonios, la verdad y la justicia…


Hace ya treinta años, la presentación del informe de la Comisión Nacional sobre la Desaparición de Personas (Conadep) al primer presidente de la democracia recuperada, Raúl Alfonsín, marcó un hito insoslayable que, en materia de derechos humanos, dividió en dos la historia y la vida política de la Argentina. En 1984, y por primera vez, el Estado convocaba a un grupo de ciudadanos a investigar las acciones aberrantes cometidas por ese mismo Estado durante un período determinado durante el cual habían sido avasallados todos los derechos. Desde ese momento, la consigna “Nunca Más” se convirtió en estandarte de la convicción de la sociedad de que esos hechos –las persecuciones políticas e ideológicas, la desaparición de personas, la tortura, el exterminio de toda disidencia– no deberían volver a repetirse.

Espejo de los tiempos y de la fragilidad institucional de la renaciente democracia, el informe Nunca Más, al tiempo que reveló las atrocidades cometidas por la dictadura para buena parte de una sociedad que –por temor o por indiferencia– había mirado hacia otro lado, también propuso –e instaló en el imaginario social– un discurso que de alguna manera terminaría transformándose en un obstáculo para la recuperación de la verdad de los hechos, la construcción de la memoria colectiva y, como consecuencia, el sometimiento a la Justicia de muchos de los responsables y partícipes del terrorismo de Estado. Ese discurso –basal de la teoría de los dos demonios– quedó sintetizado en dos párrafos del primer prólogo del Nunca Más, redactado por Ernesto Sabato: “Durante la década del ’70, la Argentina fue convulsionada por un terror que provenía tanto desde la extrema derecha como de la extrema izquierda, fenómeno que ha ocurrido en muchos otros países. Así aconteció en Italia, que durante largos años debió sufrir la despiadada acción de las formaciones fascistas, de las Brigadas Rojas y de grupos similares. 

Pero esa nación no abandonó en ningún momento los principios del derecho para combatirlo, y lo hizo con absoluta eficacia, mediante los tribunales ordinarios, ofreciendo a los acusados todas las garantías de la defensa en juicio; y en ocasión del secuestro de Aldo Moro, cuando un miembro de los servicios de seguridad le propuso al general Della Chiesa torturar a un detenido que parecía saber mucho, le respondió con palabras memorables: ‘Italia puede permitirse perder a Aldo Moro. No, en cambio, implantar la tortura’. No fue de esta manera en nuestro país: a los delitos de los terroristas, las Fuerzas Armadas respondieron con un terrorismo infinitamente peor que el combatido, porque desde el 24 de marzo de 1976 contaron con el poderío y la impunidad del Estado absoluto, secuestrando, torturando y asesinando a miles de seres humanos”.

La teoría de los dos demonios –compartida subterráneamente por buena parte de la clase política argentina– salía a la luz. El propio Alfonsín la había prefigurado con dos de sus primeras medidas de gobierno el 15 de diciembre de 1983. Una de ellas, el decreto 157, que ordenaba enjuiciar a los dirigentes de las organizaciones guerrilleras ERP y Montoneros. En el segundo decreto, el 158, se ordenaba procesar a las tres juntas militares que detentaron el poder en el país desde el 24 de marzo de 1976 hasta después de la guerra de Malvinas. 

En otras palabras, los dos demonios debían ser juzgados, con lo que se equiparaban –judicial y políticamente– las acciones de las organizaciones revolucionarias armadas con el plan sistemático de exterminio aplicado por la dictadura. Al mismo tiempo, se dejaba fuera de la acción judicial a los responsables del terrorismo de Estado previo al golpe del 24 de marzo, en una clara señal de cierre de filas de la corporación política. En la entrevista que, para esta edición de Miradas al Sur, Francisco Balázs realizó a cuatro de los cien trabajadores anónimos que tomaron los testimonios para el informe de la Conadep queda claro no sólo con la premura y la falta de recursos con que trabajaron sino también la firmeza de este grupo de jóvenes que amenazó con renunciar si el gobierno de entonces no hacía públicos –como era su intención inicial– los nombres de los represores que habían registrado.

Más allá de esto, el juicio a las juntas resultó ejemplificador en términos jurídicos e históricos. Ningún otro país latinoamericano de los que había sufrido dictaduras similares y contemporáneas a la Argentina había llegado –ni ha llegado aún– a tanto en el juzgamiento de crímenes de lesa humanidad. Pero, para el gobierno radical, ése era el límite. Juzgar a los máximos responsables y dejar afuera de la acción de la justicia a sus subordinados. En ese sentido, el levantamiento de Semana Santa de 1987 –tres años después de la presentación del informe de la Conadep– fue en algún sentido una puesta en escena. No se trata en absoluto de minimizar su importancia ni su peligrosidad para las instituciones. Pero queda claro que no fue determinante para la decisión del radicalismo para promover y aprobar en el Congreso las leyes de Obediencia debida y de Punto final. 

En La casa está en orden –un libro del que se reproducen algunos párrafos en esta edición de Miradas al Sur–, el ex ministro de Defensa de Alfonsín, Horacio Jaunarena, dice que el presidente radical había decidido avanzar con las leyes de impunidad antes de que se produjera el levantamiento carapintada. Con ambas leyes, las causas por los delitos cometidos por el terrorismo de Estado pasaron a dormir el sueño de los (in)justos, con la sola excepción de las relacionadas con la apropiación de menores. Los indultos decretados por Carlos Menem al principio de su mandato vinieron a completar la escena de la impunidad. Al “Nunca Más” le faltaba el soporte de la Justicia, lo que hacía tambalear también a la memoria y a la verdad.

La persistente resistencia de los organismos de derechos humanos, coronada por la decisión de Néstor Kirchner de impulsar la derogación de las leyes de impunidad, reabrió las puertas a la memoria, la verdad y la justicia para los crímenes cometidos por la dictadura. Una dictadura que recién en los últimos tiempos se define por su carácter completo y complejo: cívico-militar.

En ese camino, el prólogo a la edición del Nunca Más de 2006 –coincidente con el trigésimo aniversario del golpe del 24 de marzo– develó, por primera vez desde el Estado, la falacia de la teoría de los dos demonios. “Es preciso dejar claramente establecido –porque lo requiere la construcción del futuro sobre bases firmes– que es inaceptable pretender justificar el terrorismo de Estado como una suerte de juego de violencias contrapuestas, como si fuera posible buscar una simetría justificatoria en la acción de particulares frente al apartamiento de los fines propios de la Nación y del Estado que son irrenunciables”, dice allí. Y se añade: “Por otra parte, el terrorismo de Estado fue desencadenado de manera masiva y sistemática por la Junta Militar a partir del 24 de marzo de 1976, cuando no existían desafíos estratégicos de seguridad para el status quo, porque la guerrilla ya había sido derrotada militarmente. 

La dictadura se propuso imponer un sistema económico de tipo neoliberal y arrasar con las conquistas sociales de muchas décadas, que la resistencia popular impedía que fueran conculcadas. La pedagogía del terror convirtió a los militares golpistas en señores de la vida y la muerte de todos los habitantes del país. En la aplicación de estas políticas, con la finalidad de evitar el resurgimiento de los movimientos políticos y sociales, la dictadura hizo desaparecer a 30.000 personas, conforme a la doctrina de la seguridad nacional, al servicio del privilegio y de intereses extranacionales”.

La falsa ecuación de dos demonios enfrentados –la guerrilla y los militares– queda despejada por la de la complicidad estratégica de los verdaderos dos demonios: los militares genocidas y sus socios civiles, en sus patas empresariales, eclesiásticas y mediáticas. Esta semana, la declaración de la Asociación de Entidades Periodísticas Argentinas (Adepa) manifestando su “preocupación por el allanamiento realizado en la sede del diario La Nueva Provincia, hoy La Nueva, de Bahía Blanca”, en el marco del juicio por delitos de lesa humanidad que se le sigue a su director, Vicente Massot, es una muestra más de que –más allá de los avances realizados en los últimos años por la Justicia– hay muchos demonios civiles que siguen todavía al acecho. Libres. Y conspirando.

© Escrito por Daniel Cecchini el Domingo 20/04/2014 y publicado por Miradas al Sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


El misterio del vuelo MH370... De Alguna Manera...


El misterio del vuelo MH370...


¡Adivinador adivina / adivina adivinador! Así comienza una de las más hermosas canciones que compusiera María Elena Walsh. A poco más de un mes de la desaparición del Boeing 777/200 ER de Malaysia Airlines ocurrida el 8 de marzo pasado, lo único que oficialmente comunicaron las autoridades malayas es la caída del avión en el Océano Índico.

Lo demás pareciera tratarse de una adivinanza. ¿Por qué cambió de rumbo a poco de alcanzar la altura crucero y no llegó a Pekín? ¿Por qué no se declaró en emergencia? ¿Por qué no se comunicaron los pilotos con el control de transito aéreo? Si bien por estas horas la búsqueda de los restos del avión siniestrado y de su caja negra continúa en el Índico, esta historia y esta búsqueda tienen un principio. Por razones aun desconocidas se ocultó información valiosa y precisa que de haberse conseguido a tiempo hubiera permitido acercarnos más a la verdad y evitar adivinanzas, hipótesis y teorías conspirativas que tiñeron toda la información de los diarios y la televisión a escala global.

La confusión sobre el destino del vuelo MH370 que despegó en la madrugada del sábado 8 de marzo desde Kuala Lumpur rumbo a Pekín, con 227 pasajeros y 12 tripulantes a bordo, se disipó en parte en estos últimos 15 días. Hay algo ya confirmado: cayó en el Índico. Pero, más allá de este destino fatal, lo cierto es que tanto Malaysia Airlines como las autoridades aeronáuticas malayas ocultaron información valiosa desde el principio.

Veamos qué datos vitales dejaron de informar:

1. La empresa estatal malaya no informó que sus aviones carecían del servicio de información satélite Acars.

2. La autoridad aeronáutica escondió durante tres días información satelital Acars suministrada por la firma inglesa Inmarsat.

Ambos ocultamientos generaron que durante los primeros tres días, la búsqueda del Boeing por parte de los equipos de rastrillaje se convirtiera en una adivinanza.

¿Qué es el Acars? Se trata de un sistema satelital que hoy forma parte de la seguridad operacional aeronáutica y que permite el seguimiento en tiempo real de todos los sistemas operativos de un avión. Quien contrata y paga este servicio obtiene los datos reales del funcionamiento de turbinas, sistemas eléctricos e hidráulicos con el objetivo de optimizar la performance del avión y de prevenir fallos. Además tiene la ventaja de detectar fallas en pleno vuelo, permitiendo así que la tripulación informe a su base de destino que necesita cambiar una pieza o efectuar una reparación cuando aterrice. A través del Acars, mediante cálculos matemáticos, se puede conocer con un aceptable grado de certeza el curso o el lugar aproximado donde se encuentra un avión.

Malaysia Airlines no tenía contratado el servicio Acars, no sólo en el avión siniestrado sino en ninguna de las aeronaves de su flota. Lo grave fue que lo ocultó. Y, peor aún, sin importarles la angustia de los familiares de quienes viajaban en el avión y sólo para generar más intriga y misterio, la autoridad aeronáutica malaya ocultó información Acars durante los tres primeros días de búsqueda.

Es decir, un gobierno decidió ser cómplice y parte del silencio. La autoridad del país, Malasia, que debía sancionar y denunciar a Malaysia Airlines por operar sin la máxima seguridad operacional, eligió esconderse frente a las autoridades aeronáuticas de todos los países que comenzaron la búsqueda.

Las hipótesis. Así, con la información satelital escondida bajo una alfombra malaya, creció en primer término la hipótesis del secuestro a manos de dos pasajeros que abordaron el avión con pasaportes falsos. Eso fue creíble durante unos días, y se disipó cuando la propia Interpol aseguró que no había vínculos entre esas dos personas y grupos terroristas. 
Agotada la primera hipótesis, surgió la segunda, que aseguraba un posible cambio de rumbo del Boeing 777. Según la CNN, un militar malayo que pidió reserva de identidad daba a conocer un contacto radar con un avión comercial que presuntamente podría ser la aeronave siniestrada. La fuente militar y la CNN no revelaron las coordenadas precisas en la cuales el presunto avión habría sido detectado. Conclusión, esta segunda hipótesis duro menos que un contacto radar.

Ahora bien, ¿cómo se llegó a oficializar la noticia que confirmó el siniestro y que no había sobrevivientes si Malaysia Airlines nunca tuvo información satelital y la autoridad de aviación malaya ocultaba los datos satelitales de los cuales disponía? Respuesta: por distintos factores de presión internacional que no hicieron ni harán pública la presión ejercida.

¿Quiénes ejercieron presión?

1. Inmarsat. La empresa inglesa que brindó al Estado malayo la información satelital a través del sistema Acars. Se trata de una compañía considerada entre las más serias del mundo aeronáutico y en ese ambiente se la tiene como una empresa creada y controlada por las Naciones Unidas con sede en Inglaterra que además brinda información satelital marítima.

2. Boeing y Estados Unidos. El fabricante del B-777/200 siniestrado tiene y tuvo en todo momento información satelital y es el primer interesado en que los restos del avión aparezcan para comenzar la investigación imprescindible y así conocer qué sucedió con una de las aeronaves comerciales más seguras o la más segura que dio la industria aérea.

3. Rolls Roys. El fabricante inglés de las turbinas que impulsaban al Boeing de Malaysia Airlines y que monitorea en tiempo real el funcionamiento de todas las turbinas de su fabricación que funcionan en cientos de aviones alrededor del mundo.

4. China. El gigante asiático tenía a bordo del avión siniestrado 153 ciudadanos.

En la industria aeroespacial y en el ambiente aerocomercial nadie duda de que la información suministrada por estos cuatro actores es la que orientó la búsqueda y el rastrillaje aéreo y naval hacia el Océano Índico. El lugar de búsqueda hoy abarca un área de 57.923 kilómetros cuadrados, algo más que la superficie de Costa Rica, a 2.280 kilómetros al noroeste de Perth, en la costa occidental de Australia.

Aviones de la patrulla marítima australiana detectaron días pasados señales acústicas provenientes del fondo marino emitidas con la frecuencia que emiten las señales de rastreo que poseen las cajas negras. Luego de los estudios acústicos se confirmó que las mismas no tenían relación con el avión siniestrado.

A estas búsquedas se sumaron dos misiones por parte de un submarino no tripulado que tampoco tuvo éxito. Lo concreto es que, a más de un mes de la desaparición del avión, no se ha encontrado aún ni la caja negra, ni nada que pertenezca al Boeing 777/200 de Malaysia Airlines que permita iniciar la investigación para acabar con las hipótesis y las adivinanzas que tanto mal le hacen a la industria y principalmente a los familiares de las víctimas que el 8 de marzo pasado despegaron de Kuala Lumpur y no llegaron a Pekín.

© Escrito por Diego Dominelli el Domingo 20/04/2014 y publicado por Miradas al Sur de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.