martes, 8 de mayo de 2012

Juegos Olímpicos 2012 y el spot de Zylberberg... De Alguna Manera...

Un proyecto estatal que pone en riesgo otro: 
el del éxito deportivo...


El spot de Zylberberg. Poner en primer plano de conflicto a los atletas para reclamar por Malvinas desoye el plan central: que nos vaya bien en los Juegos.

En 1968, los norteamericanos Tommie Smith y John Carlos ganaron las medallas dorada y de bronce en los Juegos Olímpicos de México. A la hora de la premiación, los dos caminaron hacia el podio serios y con las manos cruzadas en la espalda, como escondiéndolas.

Luego de recibir las medallas y a la hora del himno norteamericano, los dos sorprendieron al mundo al mostrarse descalzos, con la cabeza gacha, bufanda negra al cuello y el puño derecho en alto, cubierto con un guante de cuero negro en señal de apoyo al Black Power. Llevaban bien visible, además, un emblema relacionado con organizaciones de derechos humanos.

La reivindicación del movimiento antisegregacionista no les salió gratis. No sólo los echaron de la Villa Olímpica, sino que les resultó muy difícil ganarse la vida al regreso a su país. Es más, algún dirigente insinuó la chance de quitarles las medallas, disparate que, por suerte, no prosperó. En tiempos en los que la Primavera de París y la masacre de Tlatelolco aún estaban frescas, no había espacio para tamaño gesto de rebeldía.

Muchos consideran al episodio como un antes y un después en las pautas de aquellas manifestaciones que el COI tolera, y aquellas que considera inaceptables. Al respecto, se sabe del adoctrinamiento que se hace a las autoridades olímpicas de los países para que pongan en caja a sus atletas, si es que aún quedase alguno o inadvertido u obstinado.

Desde el sentido común, la sensibilidad y un necesario sentido de la solidaridad, cuesta poner en discusión la legitimidad del reclamo de Smith y Carlos. Sin embargo, para el universo olímpico –entonces con líderes institucionales siniestros, mucho más que hoy, cuando el que manda está rotulado como un dirigente de los deportistas– los atletas pueden equivocarse en lo deportivo y hasta violar las más básicas normas del juego limpio; jamás salirse de la huella de una masa de músculos que no es conveniente ni que piense ni, mucho menos, que se comprometan.

El rigor es sólo para los deportistas; es decir, para los únicos indispensables en esta celebración, ya que la historia de los Juegos está infectada por fuertes expresiones político-ideológicas de grupos de naciones que hirieron grave al olimpismo sin recibir ni una mínima sanción.

De tal modo, mientras ni quienes boicotearon Moscú 1980 –con Estados Unidos a la cabeza–, ni quienes lo hicieron con Los Angeles 1984 –con la Unión Soviética a la cabeza– fueron castigados por el Comité Olímpico, a Carlos y a Smith el calvario no les terminó con la expulsión de la Villa: tardaron no menos de cinco años en conseguir estabilizar un trabajo y una vida en sociedad dentro de los Estados Unidos. Dato accesorio: segundo en aquellos 200 metros históricos fue el australiano Peter Norman. El también pidió usar el mismo emblema que sus rivales arriba del podio: nadie lo sancionó. Para la historia quedó esta reflexión de Carlos, cuando se lo acusó de haber mancillado el espíritu olímpico con su actitud “politizada”: “¿Por qué tenemos que usar el uniforme de nuestro país? ¿Por qué tocan nuestros himnos? ¿Por qué tenemos que ganarles a los rusos? ¿Por qué los alemanes del Este quieren derrotar a los del Oeste? ¿Por qué no podemos usar todos el mismo uniforme y sólo identificarnos a través de números? ¿Qué ha pasado con el ideal olímpico del hombre enfrentándose al hombre?”

Esta historia no sólo es real sino que es de muy fácil acceso. La mayoría de los historiadores olímpicos han hablado de ella. Y de sus consecuencias. Mucha gente en la Argentina –deportistas, hinchas, periodistas, dirigentes y funcionarios– la conocen. Y saben que romper ciertas normas del olimpismo, por justo que sea el reclamo, trae consecuencias deportivas graves. Por encima de la mesa y por debajo de ella.

La semana deportiva terminó deformada e impregnada por la explosión mediática del spot realizado en Malvinas con un jugador de hockey, Fernando Zylberberg, como protagonista. Se podrá discrepar sobre muchas cosas al respecto –calidad artística, oportunismo, mensaje– y coincidiremos sobre el derecho afectivo e histórico argentino sobre el Archipiélago. Pero hay hechos concretos que no se pueden discutir.

La idea no fue hecha PARA el Gobierno, sino que el Gobierno se la quedó después de que la descartaran, al menos, cuatro empresas diferentes.

La filmación realizada en Malvinas, al no tener autorización oficial, genera el mismo reclamo que cualquier filmación hecha de tal modo en territorios que exigen aval al respecto. Me consta, personalmente, todos los trámites que hubo que hacer para grabar durante el último año y medio en, al menos, cuatro viajes distintos en territorio británico. Lamentablemente, hoy por hoy, Malvinas es territorio británico.

Fernando es un excelente jugador, de larguísima trayectoria, con más de 220 partidos internacionales; representó a la Argentina en todos los torneos de seleccionados que se puedan jugar y fue una pieza importante en la clasificación lograda en Guadalajara. Además, es un bastión en la lucha por mantener al club Comunicaciones en poder de sus socios. Otro reclamo legítimo e inatendido por gran parte de la clase política. Pero no sólo no es el capitán del equipo, como se repite torpe y desinformadamente, sino que es improbable que viaje a Londres. De tal manera, poner, como en el spot, que es “Atleta Olímpico Argentino Londres 2012” es incorrecto. E innecesario: bastaba con el detalle de que es atleta olímpico: jugó tanto en Sydney 2000 como en Atenas 2004.

Ya en un escenario un poco más discutible, llama la atención que nadie haya advertido sobre las consecuencias que puede traer para la delegación argentina –no ante los británicos sino ante el COI– los episodios de este tipo. Jamás minimizaría el derecho argentino al reclamo por un territorio que considera propio, pero alguien debería explicar que esto puede traer problemas para otro proyecto estatal: el de tener una buena participación en los Juegos. Dicho de otro modo, si se trata de “malvinizar” los Juegos, parecería terminal pero más coherente boicotear las competencias que poner en primer plano de conflicto a los deportistas.

A propósito de lo deportivo, Zylberberg quedó hace pocos días fuera de la lista que viajará a un torneo preparatorio en Malasia. Y en el entorno del seleccionado se da por hecho que sus chances de ir a los Juegos son casi nulas. ¿Nadie pensó en consultar al entrenador Pablo Lombi qué planes tenía para Fernando antes de convocarlo a Malvinas y encima dar por sentado que estará en Londres? Se sabe que las decisiones de Lombi son sólo deportivas, pero hubiera sido mejor evitar dejar abierta la puerta a las sospechas y a eventuales presiones para llevar o no al protagonista de la historia.

Esto, finalmente, se encuadra en otra situación que empieza a sobresalir respecto de nuestra delegación olímpica.

El proyecto del Enard puede ser muy valioso si: a) se lo sostiene como un proyecto irrenunciable y a largo plazo (nunca menos de dos o tres ciclos olímpicos más); y b) se lo convierte en algo más que un emisor de cheques de fondos generados con el cobro de un extra en la facturación de los celulares de todos y empezamos a comprometernos a fondo con otras necesidades de los atletas. Aclaro que no hay cuestionamientos a la utilidad de ese proyecto elogiado casi unánimemente por deportistas, que ven mejorar sus posibilidades a partir de un mayor apoyo a sus planificaciones.

Sin embargo, cumplir con la prometida ayuda al transporte de Paula Pareto de Tigre a La Plata, lograr que los botes de remo para el Preolímpico salgan de la aduana en tiempo y forma, liberar del puerto bicicletas, lanchas, jabalinas y otros insumos retenidos aún hoy –en algunos casos, tan tarde que parece casi estéril hacerlo– son algunas de las necesidades básicas incumplidas. Entiéndase bien: estos insumos fueron comprados con dinero del pueblo, recaudado por un organismo creado con parte fundamental del mismo Estado que impide que esos elementos estén a la mano.

Evitar estos episodios hubiera sido una buena señal de compromiso con las necesidades de los atletas. Resguardar de desgastes y eventuales problemas a Zylberberg, al seleccionado masculino de hockey y, eventualmente, a la delegación olímpica argentina ante un incuestionable reclamo de soberanía, también lo hubiera sido.

© Escrito por Gonzalo Bonadeo y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.


Cemento peronista... De Alguna Manera...

Cemento peronista... 

Néstor Kirchner en bandera de fútbol, en el Congreso por YPF.

La estatización del 51% de YPF reavivó el disgusto del antikirchnerismo con la mayoría de los dirigentes de la oposición. Les reprochan que sus discursos sean duros contra el Gobierno pero luego voten a favor gran parte de sus principales leyes. Y que dejen toda la iniciativa política al oficialismo.

El foco de esta crítica recae sobre el panradicalismo: la UCR, el socialismo y sus aliados del Frente Amplio Progresista, y los legisladores residuales de la Coalición Cívica/ARI sin Carrió. No es casual que la crítica institucional proviniera del macrismo y la defensa la asumiera Alfonsín. Macri no pudo hacer una alianza electoral nacional en 2011 porque dentro del radicalismo perdió el ala más conservadora (en distintos grados Aguad, Sanz y Cobos), sector al que le gustaría sumar al PRO para las elecciones de 2013.

Además de las del macrismo, se suman críticas –muchas veces con igual o mayor dureza que contra el oficialismo– de quienes no soportan al kirchnerismo y se ponen impacientes en la búsqueda de cualquier alternativa que le haga frente sin importar que provenga de la derecha o la izquierda.

Como el peronismo pudo privatizar YPF en los 90 y reestatizarla ahora, suponen que poco importa que la oposición venga del progresismo o del conservadurismo, con tal de que venga.

Pero es equivocado percibir sólo contradicciones entre aquella privatización y esta estatización. Como entre el Perón de los cincuenta y el de los setenta, o entre los dos sectores armados del peronismo que se enfrentaron también en los setenta. Hay una unidad de acción en la trama de los gobiernos peronistas que es invisible para muchos y evidente para todos los que votan sistemáticamente al PJ.

Hay un cemento peronista que une los ladrillos que privatizaron y reestatizaron YPF. Ese cemento es más valorado por muchos argentinos que los propios ladrillos. Y ese cemento está hecho de acción y ejecutividad. De un vitalismo que es la causa de Menem o Kirchner y no su consecuencia.

En los discursos sobre YPF en el Congreso, el jefe de los diputados kirchneristas, Agustín Rossi, citando a Scalabrini Ortiz, explicó de qué está hecho ese cemento: “No somos agua de estanque, no queremos pudrirnos, por eso siempre avanzamos”.

Pero para avanzar continuamente no se puede hacerlo siempre en la misma dirección. Y el peronismo se encarna en cada época en lo que es posible para ese ciclo del país. En los 90 no había un contexto mundial afín al keynesianismo, había caído el comunismo, la Academia de Suecia no otorgaba el Premio Nobel a economistas como Joseph Stiglitz o Paul Krugman, y los países en vías de desarrollo sufrían malos términos de intercambio entre sus exportaciones e importaciones porque los precios de las materias primas eran bajos.

En ese contexto, la única forma de aumentar el gasto público era con deuda y venta de activos. No son pocos los extranjeros que sostienen que los argentinos siempre se las arreglan para salir ganando (aunque no sin consecuencias). Primero, al tomar dinero de los extranjeros en forma de préstamos y ventas de activos para luego hacer default y no devolver los préstamos y reestatizar los activos pagando mucho menos o nada. El argumento de que gran parte de ese dinero se lo llevó la corrupción o benefició sólo a un determinado círculo, tanto en los primeros años de los 90 como en estos últimos del kirchnerismo, no se compadece  con el 50 y 54% de votos que obtuvieron Menem y Cristina Kirchner en sus reelecciones.

Los políticos venden felicidad presente, no futura –cuidado Moreno con los faltantes de antidepresivos por sus trabas a la importación– y la oposición no encuentra un proyecto alternativo que pueda ofrecer mayor suma de felicidades presentes.

A la vez, la oposición está dividida en dos sectores difícilmente reconciliables: el conservador de Macri y el progresista de la mayoría del panradicalismo. El sector conservador tiene el problema de que está a contramano de la historia, cuyo espíritu de época se inclina hacia el progresismo. El sector progresista sintoniza con el momento pero queda opacado por un Gobierno que ocupa ese mismo espacio ideológico. Como en tantos ámbitos, las cosas son una sombra de las ideas para unos; y para otros, las ideas son afecciones del alma.

Si se quiere que algo nuevo emerja, a veces hace falta una emergencia. Para que la oposición tenga futuro, el kirchnerismo debería hacerse conservador y dejar vacío el espacio del progresismo al panradicalismo o fracasar con un progresismo profundizado, recreando en la sociedad deseos de lo contrario, la esperanza de Macri.

Ninguna sociedad cambia mientras le va bien y todas lo hacen cuando les va mal. Europa, Estados Unidos y Latinoamérica muestran en cada elección el mismo comportamiento.

Queda la apuesta de Scioli a que la sociedad no quiera ni tanto cambio ni tanta continuidad y ser en 2015 el plan B de un kirchnerismo resignado a la homeopatía.

Hay una diferencia entre hacer algo y dar lugar a algo. Quien abre una ventana  y con ello refrigera una habitación no hace el viento que entra por la ventana sino que da lugar a que baje la temperatura. En la política hay ejemplos comparables: Menem o Cavallo no hicieron los 90 ni los Kirchner, Moreno y Kicillof, lo actual. Afuera había un clima  que hacía posible –abriendo la ventana– cambiar la temperatura interior. Pero no hicieron ellos el clima. El kirchnerismo, en los 90, no podría haber practicado esta política y el menemismo no podría haber realizado la actual en su época. Más allá de las batallas de relatos, los climas se descubren, no se inventan.

Cuando hay conflicto entre nuestro sistema de creencias y la realidad, cambiamos nuestras creencias. Fue siempre así. Esto vale también para los otros: Repsol fue hiperagresiva la década anterior, cuando España era el país estrella de las finanzas y se convirtió en “reposol” cuando la crisis española le multiplicó el costo del crédito.

El imperio de lo real estructura nuestra manera de pensar. Cualquier cosa puede ser semejante a otra si nos esforzamos lo suficiente.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 5 de Mayo de 2012.


Caloi... De Alguna Manera...

Caloi...






Ojos con lágrimas...


Estimado Clemente:

Te pido por favor que le digas a tu viejo lo mucho que lo admiraba (perdón, lo admiro).

Que le hagas saber que su filosofía de la vida era maravillosa. Simple, directa, sin vueltas, como son las grandes cosas de la vida.

Que le agradezcas de mi parte los gratísimos momentos que nos hizo vivir a todos nosotros de tu mano (¡Qué paradoja!)

Que hagas extensiva esa admiración a tus primos, Bartolo y su tranvía, la mulatona, el hincha de Camerún.

Mi corazón se encuentra opaco y apagado en este día. Imagino que este momento estará compartiendo una mesa de café en alguna nube al lado del Negro Fontanarrosa, de Oski, y de tantos grandes dibujantes que dio este país.

Recuerdo sus profundos espacios televisivos, desde dónde nos enseñaba todas las corrientes del mundo de las artes visuales.

Tengo el orgullo de haber estado en una de sus tiras en referencia a mi trayectoria como pintor, que atesoro con todo mi corazón.

Muchas gracias por todo maestro Caloi, te vamos a extrañar.

© Escrito por Pablo Temes. Pintor, dibujante y diseñador gráfico. Editor de arte del diario PERFIL.



domingo, 6 de mayo de 2012

Preguntas sin respuesta... De Alguna Manera...

Preguntas sin respuesta...


Exclusivo dialogo secreto de la Iglesia con Videla sobre el asesinato de los detenidos desaparecidos. Videla le confesó a la Iglesia Católica en 1978 lo que recién hizo público 34 años después: que los detenidos-desaparecidos habían sido asesinados. La Comisión Ejecutiva le transmitió el pedido de Massera de informar sobre el tema. Videla respondió que era imposible, por las inevitables preguntas sobre cada asesinato, el responsable y el destino de los restos. Un diálogo sobrecogedor, contenido en una minuta para el Vaticano que se conserva en el archivo secreto del Episcopado.

La política de desaparición forzada de personas que el ex dictador Jorge Videla acaba de admitir en varios reportajes y ante la justicia fue reconocida en 1978 ante la Comisión Ejecutiva de la Iglesia Católica. Videla dijo que le gustaría brindar la información pero que en cuanto se comunicara que los detenidos-desaparecidos habían sido asesinados comenzarían las preguntas acerca de quién mató a cada uno, cuándo, dónde y en qué circunstancias y qué destino se dio a sus restos. La respuesta a esas preguntas sigue pendiente 34 años después. En el diálogo con el periodista Ceferino Reato, quien anuncia que no importa “tomar partido a favor o en contra del entrevistado”, Videla dice que la desaparición de personas no se debió a excesos o errores sino a una decisión de la pirámide castrense que culminaba en él. Pero también da a entender que la imposibilidad de informar sobre los desaparecidos obedece a que la información nunca estuvo centralizada, que cada jefe de zona sólo sabía lo sucedido en su jurisdicción y que muchos han muerto. 

“Los listados eran la puerta a un debate que conducía a la pregunta final: ¿Dónde están los restos de cada uno?, y no teníamos respuestas para ese interrogante, con lo que el problema, al dilatarse, se agravaba día a día y aún persiste.” Pero en su reunión con la Iglesia Católica Videla habló con mayor franqueza, como se hace ente amigos: dijo que “el gobierno no puede responder sinceramente, por las consecuencias sobre personas”, un eufemismo para referirse a quienes realizaron la tarea sucia de matar a quienes habían sido secuestrados y torturados y se encargaron de que desaparecieran sus restos. Al elegir esa política que Videla calificó de cómoda, porque eludía las explicaciones, la Junta Militar puso bajo sospecha a la totalidad de los cuadros de las Fuerzas Armadas y de Seguridad, algo que recién comenzó a disiparse con la reapertura de los juicios, donde con las garantías del debido proceso se establecen las responsabilidades que la Junta ocultó. 

Hasta hoy se han pronunciado 253 condenas y veinte absoluciones, lo cual muestra que en democracia nadie está condenado de antemano y que puede ejercer su derecho a defensa. En el documento secreto sobre este diálogo, que el Episcopado conserva en su archivo, la afirmación de Videla sobre la protección a quienes cumplieron sus órdenes criminales está agregada a mano por el cardenal Raúl Primatesta, que presidía la Conferencia Episcopal y que fue acompañado en la reunión por sus dos vicepresidentes, Vicente Zazpe y Juan Aramburu. 

En abril de este año la jueza Martina Forns, titular del juzgado federal Nº 2 en lo Civil y Comercial y Contencioso Administrativo de San Martín interrogó a Videla en forma exhaustiva, a solicitud del abogado Pablo Llonto, quien representa a Blanca Santucho, hermana del jefe del ERP abatido en julio de 1976 por un pelotón del Ejército, y cuyos restos nunca fueron entregados a la familia. Un paso previsible en la investigación es solicitar a la Iglesia Católica acceso a los documentos que atesora sobre el tema. El que contiene las explicaciones de Videla lleva el número 10.949, lo que da una idea del volumen de la información que el Episcopado sigue manteniendo en secreto. Está guardado en la carpeta 24-II del Archivo de la Conferencia Episcopal. La Iglesia Católica eligió silenciar el contenido de la conversación en la que Videla les reveló que todos los desaparecidos habían sido asesinados. A continuación, la historia de ese encuentro público pero de contenido secreto.

Carta al cardenal

El 10 de abril de 1978, el diario Clarín tituló su página 3 “El presidente de la Nación almorzará hoy con la cúpula del Episcopado”. Emilio Fermín Mignone, cuya hija Mónica Candelaria había sido secuestrada en mayo de 1976, redactó sin pausa tres densas carillas a un solo espacio y las envió con un mensajero a la sede de la Conferencia Episcopal. También esa carta se conserva en el archivo secreto que el Episcopado guarda en su sede de la calle Suipacha, en la carpeta titulada “Personas detenidas y desaparecidas, 1976-1983”. Mignone escribió que a dos años y medio del golpe, era indudable que la desaparición forzada de personas constituía “un sistema y no excesos aislados”. 

El fundador del CELS describió ese sistema: el secuestro, el robo, la tortura y el asesinato, “agravado con la negativa a entregar los cadáveres a los deudos, su eliminación por medio de la cremación o arrojándolos al mar o a los ríos o su sepultura anónima en fosas comunes”. Y se realizaba en nombre de “la salvación de la ‘civilización cristiana’, la salvaguardia de la Iglesia Católica”, colocando “como valor supremo la denominada ‘seguridad colectiva’ sobre cualquier otro principio o valor, incluso los más sagrados”. Añadió que “sobre la mentira nada perdurable puede fundarse”. Mignone insistió en la necesidad de que el gobierno informara “cuál ha sido la suerte de cada ‘desaparecido’, la inmensa mayoría de los cuales, todos lo sabemos y también los obispos, han sido arrestados por organismos de las Fuerzas Armadas o de Seguridad. Y esto, monseñor, es lo que le pedimos que ruegue, exija, obtenga del Presidente de la República esta mañana”.

La desesperación y el odio

Mignone decía que la desesperación y el odio iban ganando muchos corazones y que las exigencias de justicia impedirían cualquier intento de evolución democrática pese a que muchos dirigentes políticos, ansiosos por subirse al barco oficial, querrían echar un manto de olvido sobre lo ocurrido. También le informó a Primatesta que en marzo Emilio Massera le había dicho que la Armada exigía que se diera a conocer la suerte de cada desaparecido y preso no declarados, pero que el Ejército se oponía. “Nos pidió que solicitáramos a usted, al señor nuncio, a monseñor Tortolo, que insistieran ante el Presidente y comandante en Jefe del Ejército en el mismo sentido.” 

Mignone no ignoraba las tensiones internas en la Junta Militar y no experimentaba la menor simpatía por ninguno de sus integrantes. Pero trataba de explotar esas contradicciones para abrir una brecha en el muro de silencio sobre el destino de su hija y de miles como ella. También advirtió a Primatesta que la táctica del silencio, de la que el Episcopado participaba por sus propias razones, no era admisible. “El Pueblo de Dios necesita participar y ser informado. Necesitamos conocer lo que el Episcopado expresa al gobierno en sus comunicaciones. De lo contrario de nada sirven.”

Un diálogo franco

Al día siguiente, Zazpe le informó a Mignone que la Comisión Ejecutiva le había transmitido a Videla “todo lo que dice su carta”. Dijo que habían sido “tremendamente sinceros y no recurrimos a un lenguaje aproximativo” pero le advirtió, como si se tratara de una accesoria cuestión técnica, que había una “divergencia con su carta” acerca de la publicidad o reserva de esta entrevista. “En esta ocasión volvió a recurrirse a la reserva.” Primatesta informó luego a la Asamblea Plenaria que los obispos le plantearon a Videla los casos señalados en su carta por Mignone, de presos que en apariencia recuperaban su libertad pero en realidad eran asesinados; que se interesaron por sacerdotes desaparecidos, como Pablo Gazzarri, Carlos Bustos y Mauricio Silva, y por otros detenidos de los que pidieron la libertad y/o el envío al exterior. Pero el desarrollo completo de la reunión sólo está contenido en una minuta preparada por la propia conducción episcopal para informar al Vaticano y que nunca fue publicada. Primatesta, Zazpe y Aramburu la redactaron en la sede de la Conferencia Episcopal al terminar el almuerzo antes de que los detalles se desvanecieran en su memoria. 

El gobierno negaba que hubiera presos políticos porque todos los detenidos eran “delincuentes subversivos y económicos”, incluso los sacerdotes arrestados. Las desapariciones de personas eran obra del terrorismo para desprestigiar al gobierno, que compartía las inquietudes de los obispos. Los tres agradecieron a Videla por haber reconocido la existencia de excesos en la represión pero dijeron que no conocían que se hubiera castigado a los responsables, que era otra de las reflexiones de Mignone. En un clima que Aramburu describió como cordial, Primatesta lamentó que Videla no pudiera tomar “todas las medidas que quisiera”, con lo cual lo exculpaba de los hechos por los que le reclamaban. En un tono lastimero, Videla dijo que no era fácil admitir que los desaparecidos estaban muertos, porque eso daría lugar a preguntas sobre dónde estaban y quién los había matado. Primatesta hizo referencia a las últimas desapariciones producidas durante la Pascua, en San Justo, “en un procedimiento muy similar al utilizado cuando secuestraron a las dos religiosas francesas”. La minuta redactada al concluir el almuerzo reconstruye la réplica textual de Videla ante la solicitud: “El presidente respondió que aparentemente parecía que sería lo más obvio decir que éstos ya están muertos, se trataría de pasar una línea divisoria y éstos han desaparecido y no están. Pero aunque eso parezca lo más claro sin embargo da pie a una serie de preguntas sobre dónde están sepultados: ¿en una fosa común? En ese caso, ¿quién los puso en esa fosa? 

Una serie de preguntas que la autoridad del gobierno no puede responder sinceramente por las consecuencias sobre personas”, es decir los secuestradores y asesinos. Primatesta insistió en la necesidad de encontrar alguna solución, porque preveía que el método de la desaparición de personas produciría a la larga “malos efectos”, dada “la amargura que deja en muchas familias”. Videla asintió. También él lo advertía, pero no encontraba la solución. Este diálogo de extraordinaria franqueza muestra el conocimiento compartido sobre los hechos y la confianza con que se analizaban tácticas de respuesta a las denuncias que ambas partes sentían como una amenaza. Primatesta también habló “sobre la actitud de alguna Fuerza Armada que urgía la publicación de las listas de presos, v.g. el almirante Massera”. En realidad, Mignone le había escrito que la lista de presos no tenía valor alguno, porque los familiares la conocían, y lo que Massera reclamó fue una lista de detenidos-desaparecidos. Videla se alzó de hombros. Aunque presidía la Junta y el gobierno, no tenía todo el poder y había fuerzas que no controlaba, dijo. Las actitudes de los eclesiásticos tenían sutiles matices. Zazpe preguntó: “¿Qué le contestamos a la gente, porque en el fondo hay una verdad?”. Según el entonces arzobispo de Santa Fe, Videla “lo admitió”. Aramburu explicó que “el problema es qué contestar para que la gente no siga arguyendo”, lo cual parece una fiel interpretación del propósito de Massera. 

Los jefes del Ejército y de la Armada descargaban su responsabilidad, cada uno en el otro, y la Iglesia les seguía el juego. Según Aramburu, cuando Videla repitió que “no encontraba solución, una respuesta satisfactoria, le sugerí que, por lo menos, dijeran que no estaban en condiciones de informar, que dijeran que estaban desaparecidos, fuera de los nombres que han dado a publicidad”. Primatesta explicó que “la Iglesia quiere comprender, cooperar, que es consciente del estado caótico en que estaba el país” y que medía cada palabra porque conocía muy bien “el daño que se le puede hacer al gobierno con referencia al bien común si no se guarda la debida altura”. Tal como le dijo Videla al primer periodista que lo entrevistó, el español Ricardo Angoso, “mi relación con la Iglesia Católica fue excelente, muy cordial, sincera y abierta”, porque “fue prudente”, no creó problemas ni siguió la “tendencia izquierdista y tercermundista”. Condenaba “algunos excesos”, pero “sin romper relaciones”. Con Primatesta, hasta “llegamos a ser amigos”. Sobre el conflicto interno, que Videla llama guerra, “también tuvimos grandes coincidencias”. Zazpe murió en 1984, Aramburu en 2004 y Primatesta en 2006. Pero los documentos sobre ese diálogo entre amigos siguen hasta hoy en el archivo secreto del Episcopado.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado por el Diario Página/12 el domingo 6 de Mayo de 2012.


YPF, de JRV a CFK... De Alguna Manera...

YPF, de JRV a CFK...


La declinación de YPF comenzó con la decisión de endeudarla para adquirir armamentos. Esa hipoteca llegó a los 6000 millones de dólares en el año previo a la ocupación de las Islas Malvinas, cuando presidía YPF el ex general Carlos Suárez Mason.

Es cualquier cosa menos casual que YPF haya sido vendida a Repsol por Carlos Menem, el mismo presidente que indultó y puso en libertad a Videla y Suárez Mason, y expropiada por CFK, durante cuya presidencia fue condenado Videla a reclusión perpetua. 

La reapertura de los juicios, asumida como eje de su política por Néstor Kirchner en 2003, fue el prerrequisito sin el cual no hubiera sido posible para el presidente y su esposa enfrentar a los acreedores externos, los organismos financieros internacionales, la oligarquía diversificada, los grandes medios, los bancos que se habían apoderado del sistema previsional y, ahora, los financistas españoles que vaciaron YPF. 

La designación en el directorio de YPF de Eduardo Basualdo, quien investigó antes y más a fondo que nadie las transformaciones regresivas impuestas a partir del golpe, es otro acto de coherencia de Cristina. Mientras, Videla sigue rumiando en la cárcel sobre la “guerra justa, en los términos de Santo Tomás”, que aún cree haber encabezado. Y la Iglesia que lo acompañó mantiene en secreto los documentos que anticiparon en tres décadas la confesión del dictador.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado por el Diario Página/12 el domingo 6 de Mayo de 2012.


El spot que todavía resuena... De Alguna Manera...

El spot que todavía resuena...

 "Honremos la memoria de los muertos ayudando a sus familias a tener una tumba donde ir a llorarlos", solicitó el canciller.

El canciller Héctor Timerman difundió un comunicado en respuesta al ministro de Defensa británico, Philip Hammond, quien criticó el spot publicitario realizado por el gobierno nacional, en el que se retoma el reclamo por la soberanía de las Islas Malvinas a partir de lo que será la competencia en los Juegos Olímpicos de Londres. "Hammond ha exigido que la Argentina se arrepienta por haber dicho en un spot publicitario que nuestros atletas se entrenan en suelo argentino para competir en suelo inglés. Debería saber que el mundo es más seguro cuando se usa la creatividad que cuando se bombardean poblaciones civiles en países independientes", denunció Timerman. Además, recordó que el primer ministro británico, David Cameron, aún no respondió el pedido de la Argentina para que la Cruz Roja puede identificar a todos los soldados caídos en el archipiélago.

"El señor Philip Hammond es un adversario de temer. Ocupa el cargo desde el cual en 1922 se agredía a 458 millones de personas que vivían bajo el dominio colonial del Reino Unido, Sus dominios ocupaban el 20 por ciento del planeta. En ese porcentaje se encontraban, y aún continúan, nuestras Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur", criticó Timerman en el comunicado.

Y agregó: "Me imagino que desde que asumió su cargo el señor Ministro de Defensa Hammond estará muy ocupado controlando cuantos soldados británicos envía a las guerras que ha declarado pero, no dudo, que en algún momento habrá tenido tiempo para leer a la escritora Margaret Atwood, nacida en una de sus antiguas colonias, quien en 1993 en la novela La Novia Ladrona (The Robber Bride) da un consejo que su gobierno debería considerar: La guerra es lo que sucede cuando fracasa el lenguaje".

"El Reino Unido con su obcecada decisión de violar las resoluciones de las Naciones Unidas ha hecho fracasar el lenguaje en demasiadas oportunidades. Un país que no posea las armas nucleares que despliega Gran Bretaña en forma secreta por los mares del mundo no puede imaginar resistir 39 resoluciones de las Naciones Unidas exigiendo que se siente a negociar con la Argentina el fin de la situación colonial que atraviesan lo territorios denominados la 'Cuestión Malvinas'", resumió el canciller.

Además, Timerman señaló que "con su actitud, Gran Bretaña continúa demoliendo el sistema multilateral que nació de los horrores de la Segunda Guerra Mundial basado en la igualdad entre las partes. ¿Si Gran Bretaña, miembro del Consejo de Seguridad, viola las resoluciones votadas por los demás miembros tiene derecho a exigir que otros países las cumplan? Sólo le quedan las armas. Sólo le queda seguir sumando víctimas para cada vez tener que 'honrar' más muertos".

Y destacó: "Le recuerdo al señor ministro que el primer Ministro David Cameron aun no ha respondido al pedido de la República Argentina realizado a la Cruz Roja de mediar para que se permita identificar a los muchos soldados argentinos y británicos que se encuentran sepultados en tumbas sin nombres en el territorio ilegalmente ocupado por sus fuerzas armadas. Honremos la memoria de los muertos ayudando a sus familias a tener una tumba donde ir a llorarlos".

El titular de la cartera de Relaciones Exteriores ironizó el reclamo de Hammond al señalar que "no deja de tener cierto humor negro que el ministro de defensa británico haya elegido la cadena de televisión Sky News para exigir disculpas por la creatividad de mostrar, en forma pacífica, que aún existe el colonialismo. Campaña a la que ha sumado a varios diarios en Australia, Estados Unidos y el Reino Unido que, al igual que Sky News, tienen la peculiaridad de tener como accionista al señor Rupert Murdoch. El mismo Murdoch cuyos periodistas robaron mails, pincharon teléfonos y pagaron por información de artistas y miembros importantes de la oposición política a su gobierno".

"El nuevo aliado del gobierno británico, el editor que, sin vergüenza, publicaba mails robados de las artistas contando sus vidas privadas dice que los "Argies" bailamos sobre las tumbas británicas. ¿Que dirá el pueblo inglés sobre lo que está haciendo su gobierno al enviar a sus pobres a pelear las guerras de los ricos mientras siguen sumergidos en la peor crisis económica de las ultimas décadas?", concluyó el documento.

© Publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.

La Señora... De Alguna Manera...

La Señora…

Cristina Fernández llora mientras su hija le coloca la banda presidencial en diciembre del año pasado. Foto: Marcos Brindicci. Agencia Reuters

Tras la expropiación de YPF a Repsol, la presidenta de Argentina, que no celebra Consejo de Ministros, goza de un periodo de hegemonía arrolladora entre sus seguidores.

La Señora no celebra Consejos de Ministros ni concede reportajes, entrevistas ni conferencias de prensa en Argentina. Pero La Señora pronuncia dos, tres y hasta cuatro discursos a la semana. Un día lo hace con motivo de la inauguración de la planta faenadora y exportadora de pollos de la empresa Coto, en Esteban Echeverría; otro, durante la inauguración del Patio Malvinas Argentinas en la Casa Rosada o con la ampliación de la planta de Pirelli, en Merlo; o con la inauguración de una escuela secundaria en San Antonio de Areco; o al comenzar el acto de licitación de un nuevo complejo hidroeléctrico sobre el río Santa Cruz… por poner solo ejemplos desde el pasado 20 de abril. Llega entre aplausos, provoca más aplausos y se despide entre besos y aplausos.

En una de esas alocuciones puede anunciar la expropiación de YPF a Repsol, como ocurrió el lunes 16 de abril. Aunque también puede terminar hablando con una barra de chocolate en la mano de las excelencias de la marca Milka, como aconteció la semana anterior, cuando se especulaba con el anuncio de la expropiación. O puede referirse a lo divino y lo humano, como hizo en diversas alocuciones durante los cinco meses anteriores a la expropiación. En ese periodo pronunció 100 veces la palabra subsidio y se refirió en 186 ocasiones al crecimiento del país durante los nueve años de Gobierno kirchnerista -“el período de crecimiento más largo de sus 200 años de historia”. Sin embargo, la inflación, que el Gobierno cifra por debajo del 10%, aunque casi todos los analistas independientes la sitúan por encima del 20%, solo ha merecido 11 menciones. Y en una de ellas sentenció: “Nuestro modelo es un modelo de crecimiento, no de metas de inflación”.

Los discursos pronunciados desde el 9 de noviembre de 2011 podrían ocupar más de 600 folios a doble espacio. Pero aún así, los caminos de La Señora son inescrutables. Incluso para muchos de sus ministros. Ellos tampoco suelen conceder entrevistas y cuando se refieren a ella en privado, hablan con sumo respeto de La Señora.

Muchos periodistas del país actúan como kremlinólogos avezados en el arte de interpretar cada gesto, cada silencio. Si Cristina Fernández calló y no defendió durante varias semanas al vicepresidente Amado Boudou, investigado por supuesto tráfico de influencia por la Justicia, era porque lo estaba dejando caer. Y por eso lo saludó fríamente durante el discurso de inauguración del año legislativo del 1 de marzo. En los mentideros peronistas se comentaba que el hijo de La Señora, Máximo Kirchner, le tenía la cruz hecha a Boudou desde que se enteró de que el vicepresidente se refería a ella como La Gorda. Parecía que Boudou estaba sentenciado. Pero resultó que no. El vicepresidente compareció un buen día ante la prensa sin admitir preguntas y arremetió contra el juez que lo investigaba y contra el jefe de fiscales. A los pocos días, el jefe de fiscales dimitió y el juez fue relevado del caso. La Señora, sin decir una palabra, había inclinado su brazo protector hacia Amado Boudou.

“Los caminos de La Señora son inescrutables. Incluso para muchos de sus ministros”

Ese brazo fue volviéndose más poderoso a medida que iba quedando atrás el accidente ferroviario del 22 de febrero en el que murieron 51 personas. Eran gente humilde, que se levantaba cada mañana para viajar apelotonados en unos trenes desvencijados cuya gestión había sido confiada por diversos Gobiernos peronistas a los hermanos Cirigliano, quienes mantenían excelentes relaciones con Néstor y Cristina Fernández de Kirchner. En medio de la tragedia, la presidenta no solo no acudió adonde se encontraban las víctimas y sus familiares sino que desapareció durante seis días de los medios de comunicación social. Su ritmo de discursos por semana se frenó. Y cuando apareció ante las cámaras fue para decir: “No esperen de mí jamás, ante el dolor de la muerte, ante la tragedia, la especulación de la foto o del discurso fácil, porque sé lo que es la muerte y sé lo que es el dolor y no tolero a los que quieren aprovecharse de tanta tragedia y de tanto dolor. No esperen de mí actos demagógicos ni facilistas”.

Al día siguiente, el 29 de febrero, invitó a otro acto público a Mónica Braña, una viajera que iba en el último vagón del tren y que, al no resultar herida, socorrió a otros accidentados.

-Levántate Mónica para que te vean, vení, vení…, le pidió la presidenta. Esta chiquita, en medio del drama, del dolor terrible, yo la vi y la reconocí en fotos y le pedí a Alicia [Kirchner, ministra de Desarrollo Social]: “Quiero conocerla”. Dos diarios, creo que fueron el diario Popular y Página 12 los que la sacaron cuando llevaba en camillas… Primero, no la querían dejar pasar, primero la echaban. Se plantó como nos plantamos las mujeres y dijo: ‘Yo me quedo acá, me quedo a ayudar’ y se quedó a ayudar y a sacar a los heridos y estuvo todo el tiempo ayudando ahí como corresponde.

La Señora evitó así la demagogia fácil sobre el dolor y se despidió respondiendo de forma indirecta a las críticas que había recibido por su ausencia de seis días tras el accidente:

-Quiero decirles que mañana no voy a hablar en público, pero igual voy a seguir siendo presidenta y voy a gobernar. Porque he observado que parece ser que solo soy presidenta cuando hablo en público y la verdad, que una es presidenta las 24 horas, los 365 días del año.

"Quiero decirles que mañana no voy a hablar en público, pero igual voy a seguir siendo presidenta y voy a gobernar"

Conforme pasaban los días, el accidente de tren quedaba atrás y el caso de YPF le restaba protagonismo a las investigaciones judiciales sobre el vicepresidente. Durante cuatro meses, los gobernadores de las diez provincias petroleras se movieron al ritmo que les marcaba La Señora, revirtiendo contratos a Repsol a medida que se les conminaba desde la Casa Rosada. El presidente de la compañía, el español Antonio Brufau, llamaba a la puerta de la Casa Rosada, pero La Señora, que semanas antes había recibido al cantante Roger Waters y al actor Sean Penn, no le respondía.

-Ministros y gobernadores te dicen que a La Señora le gusta esto o no le gusta lo otro- se quejaba Brufau pocos días antes de la expropiación-. Pero cuando les preguntas si han hablado ellos mismos con La Señora, resulta que no. Que casi nadie habla con ella. Sólo su hijo Máximo y Axel Kicillof [viceministro de Economía].

La Señora también despacha con su secretario Legal y Técnico Carlos Alberto Zannini. “Es mi alter ego jurídico nada más, no crean esas cosas que dicen por ahí, y discutimos bastante jurídicamente porque por ahí nos peleamos. Él tiene una visión y yo tengo otra”, confesó ella en un discurso. Y también recibe al jefe de todos los espías, al director de la Secretaría de inteligencia, Héctor Icazuriaga. “Este Gobierno ha invertido mucha plata en espionaje”, señala un dirigente próximo al líder sindicalista Hugo Moyano.

Entre sus votantes no se lleva a mal que la presidenta no celebre Consejos de Ministros ni atienda a los periodistas. Habla uno de los más reconocidos kirchneristas, el filósofo José Pablo Feinmann: “La pregunta sobre las reuniones de Gabinete apunta a decir que estamos en presencia de un caudillaje. Una respuesta podría ser que se reúne en otros lados, con otra modalidad. Mi crítica sería que debiera reunirse con su Gabinete, pero solo para sacarse una foto y destruir una metodología de desprestigio. Es impensable que no consulte a nadie, que gobierne sola. Lo cierto es que hay gente muy brillante en su equipo. Acá está gobernando una gran generación argentina a la que yo pertenecí, que fue la del setenta, la generación masacrada por la dictadura. Menem hacía reuniones de Gabinete y vendió todo el país”.

"Ha votado a Cristina la misma clase media que la detesta. Les recuerda a Eva Perón. Le decían La Yegua como a Cristina"

“En cuanto a la ausencia de conferencias de prensa”, continúa Feinmann, “no me había dado cuenta. Pero si llegara a concederlas tendría a toda la prensa en contra, sería un escándalo. Aquí ningún periodista opina lo que él opina, sino lo que sus empresas le dicen que opinen. Acá los periodistas son combatientes de los intereses de sus empresas. A mí me parece más importante el hecho de que después de un discurso salga y toque a la gente, antes que dar una conferencia de prensa a periodistas que están claramente comprados por sus empresas. Uno ya sabría lo que le va a preguntar cada periodista. Ellos no se han ganado una conferencia de prensa. Además, este país está en estado de debate, sin necesidad de esos periodistas. Yo hago en este país en el canal Encuentro un programa que se llama Filosofía aquí y ahora y fui a varios colegios de Barcelona donde impartían las lecciones con mi programa. Yo nunca creí que en este país iba a poder dar un programa de las torturas, incluso de las torturas del peronismo. Ese programa lo hago porque está este Gobierno”.

Hay millones de personas que piensan igual que Feinman. Gente convencida de que los Kirchner han logrado que la política no viva subordinada a las exigencias de los mercados, como en Europa. Gente orgullosa de que un Gobierno haya legalizado el matrimonio entre homosexuales y de que bajo su mandato se hayan juzgado a los militares de la dictadura. Cristina Fernández ganó las presidenciales de 2011 con un 54% de los votos, más que el 51% de Raúl Ricardo Alfonsín en 1983, mucho más que el 48% de Fernando de la Rúa en 1999, más que el 47% de Carlos Menem en 1989 y más que el 49,9% de Ménem en 1995; muchísimo más que el 22% con que Néstor Kirchner ganó en 2003 y más que el 45% que sacó ella misma en 2007.

“En este país, diez años atrás, la gente hacía cola en la Embajada de España para ir allá”, señala Feinmann. “De ese país quebrado, arruinado, que pedía que todos los políticos se fueran… estamos en la situación inversa. Ahora es Europa la que está en graves problemas y la Argentina está en una época de crecimiento. Y ha votado a Cristina la misma clase media que la detesta. Ella les recuerda a Eva Perón. A Evita le decían La Yegua y cuando convalecía de cáncer, pintaban viva el cáncer. A Cristina también le dicen eso y le llaman La Yegua. Lo cual expresa un enorme resentimiento machista. Debe ser muy agraviante para muchos argentinos descerebrados estar en presencia de una mujer que les demuestra que es más inteligente que ellos. Y quizás molesta sobre todo a las mujeres burguesas, porque se ponen en competencia con ella. Las peluquerías se han transformado en un residuo de chismes obscenos e impúdicos sobre la presidenta. Hablan con resentimiento porque no tienen su logos, porque no son lindas, como es ella, y porque jamás van a ser Cristina, presidenta de la República. No obstante, esa clase media vota con el bolsillo. Este Gobierno les garantiza una excelente gestión y lo que más ama nuestra clase media: la casa, el auto nuevo, la casa en el campo y las computadoras para los niños. Sin esa gente, no se explica el 54% de los votos”.

Por si no le bastara a la presidenta con el 54%, el decreto de expropiación de YPF ha sido aprobado en el Congreso argentino con el mayor respaldo de diputados y senadores conseguido durante los nueve años de Gobierno kirchnerista. Y uno de los grandes partidos opositores, la Unión Cívica Radical, ha quedado inmerso en peleas internas a raíz de la expropiación.

“El decreto de YPF ha sido aprobado con el mayor respaldo de diputados y senadores en nueve años de Gobierno”

Cristina Fernández tiene muchos motivos para estar contenta. Pero se le sigue quebrando la voz en los discursos cuando se le viene la imagen de Él. Él no es Dios, ni Juan Domingo Perón, ni el general San Martín, libertador de Argentina. Él es su “compañero de toda la vida”, Néstor Kirchner. Y a menudo, cuando ella lo menciona desde algún estrado, los jóvenes de La Cámpora, la asociación que lidera su hijo Máximo, le cantan: “Néstor no se murió, Néstor no se murióooo. Néstor vive en el pueblooo, ¡la puta madre que lo parióooo!” Aunque la construcción de la canción pudiese inducir a la confusión, casi todo el mundo en Argentina da por sentado que la madre aludida es un posible enemigo que pudiera haberse alegrado con la muerte de Kirchner.

Ha transcurrido más de año y medio desde su fallecimiento en octubre de 2010. Pero La Señora sigue vistiendo de negro, en un país donde no es nada frecuente el luto ante la muerte de un familiar.  Algunos amigos de la presidenta sostienen que a ella no le agrada que se hable de este tema. ¿Lo afronta como un ataque ante el supuesto uso populista del dolor? No se sabe.

Tras la expropiación de YPF, a La Señora solo le puede nublar el horizonte el hecho de que el líder peronista Hugo Moyano saque a los sindicalistas a protestar en la calle, a reclamar un salario por encima del 25% de la inflación. La semana pasada, La Señora no invitó a Moyano al acto masivo que celebró en el Estadio porteño de Vélez. Y con eso, quedó dicho todo. “Nosotros hemos visto entrar y salir a muchos presidentes”, señala un dirigente cercano a Moyano. “La Señora actúa ahora como una diosa. Pero le convendría saber algo que cualquier sindicalista aprende muy pronto: antes de iniciar una lucha uno tiene que medir sus fuerzas y saber cómo puede terminarla”.

© Escrito por Francisco Peregil y publicado por el Diario El País de Madrid, España el domingo 6 de Mayo de 2012.

François Hollande... De Alguna Manera...

El socialista Hollande venció a Sarkozy y es el nuevo presidente de Francia...
 
François Hollande al llegar al centro de votación. Foto: AFP

El presidente saliente Nicolás Sarkozy reconoció la derrota. Hollande gobernará el país galo por los próximos cinco años.

El candidato socialista François Hollande obtuvo este domingo la victoria en el balotaje y se consagró como presidente de Francia. Según los primeros datos, habría obtenido cerca del 52% de los votos.

Nicolás Sarkozy reconoció rápidamente la derrota y le deseó buena suerte a Hollande en un multitudinario acto.

"Siento una gran emoción al ver millones y millones de franceses que eligieron el cambio, dando el voto a Francois Hollande", dijo esta noche Segolene Royal, candidata socialista derrotada en 2007 y ex esposa del mandatario electo.

Hollande "nunca se desvió de su línea, y los franceses pueden darle confianza", agregó Royal, en los estudios del canal de televisión France 2.

"La situación es difícil, y necesitaremos de todos para volver a poner en vista al país, para dar a Francia lo que necesita, principalmente justicia", agregó.

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.

CKF... Último servicio… De Alguna Manera...

Ultimo servicio…
YPFCFK Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

Una frase presidencial heló la sangre de los cristinistas pollerudos. Por qué dice no a la re-re.

La Presidenta anunció que quería dar “sus últimos servicios a todos los argentinos” y a los cristinistas que se cuelgan de sus polleras se les heló la sangre. Hubo un murmullo en e l Salón de las Mujeres de la Casa Rosada. Varios lo interpretaron como la confirmación de que CFK no pretende forzar la reforma constitucional para intentar la re-reelección. El párrafo textual fue el siguiente: “Tenemos que hacer una empresa moderna, competitiva, profesionalizada, alineada con los intereses del país y también con los de la joven generación que la debe conducir, bajo la dirección política de alguien no tan joven como es esta Presidenta, pero que sinceramente quiere dar sus últimos servicios a todos los argentinos”.

Fue el gran comentario de los pasillos. Muchos habían olfateado un tufillo raro en las declaraciones de Hebe de Bonafini que fueron en el mismo sentido. El párrafo textual fue el siguiente: “No creo que tenga que seguir Cristina, aunque sí quiero que continúe este proyecto nacional y popular. Hay mucha gente piola en el kirchnerismo, muy interesante para que sea presidente de este país y que por ahí no la conocemos tanto y son fantásticas”.

Todavía falta mucho y no hay nada definido. La hora de la verdad será la medianoche de las elecciones legislativas de 2013. Contará los porotos y, con el nuevo escenario, la Presidenta tomará la decisión más importante de los próximos años. Seguramente aumentará la cantidad de diputados y senadores. Se renovará la elección de 2009 donde el kirchnerismo sacó el 29%. Así que todo lo que saque por encima de ese porcentaje se reflejará en el crecimiento de sus bloques. Es cierto que un comicio de medio tiempo produce una mayor atomización y si cada uno vota con su corazón y no hace uso del voto útil como en una presidencial, tal vez baje bastante del 54%. Pero si logra un nada fantasioso 40%, por ejemplo, tal vez consiga los dos tercios de los legisladores para declarar la necesidad de la reforma constitucional. Esa noche, Cristina tendrá la mesa de arena adelante y el balance de sumas y saldos. Ese momento además mostrará si hubo algún candidato que haya mostrado uñas de guitarrero para las ligas mayores. ¿Máximo o Alicia Kirchner? ¿Axel Kicillof? No sobran.

Son especulaciones que corresponde hacer después de lo que dijeron Cristina y Hebe, y después de comprobar que la Presidenta es, por lejos, el mejor cuadro político de estos tiempos. No hay en la oposición ningún dirigente de su talla y el único que podría acercársele por imagen positiva, intención de voto y experiencia de gobierno es Daniel Scioli.

Aquí es donde se dividen las aguas. Cristina hoy es la única persona que tiene prohibido presentarse nuevamente como candidata presidencial. La Constitución no se lo permite. Pero la historia de los Kirchner demuestra que nunca se detuvieron frente a esas minucias. Ya lo hicieron en Santa Cruz y lo pueden volver a hacer. Si se pudo se puede, diría Pino Solanas. Modificaron la Carta Magna al solo efecto de permitir la reelección de Néstor y desde entonces es una de las tres provincias argentinas donde un gobernante puede seguir en el poder indefinidamente.

Si la Presidenta decidiera abdicar y entregar el mando, se desataría la batalla por la sucesión. El esfuerzo físico y psicológico de ella ha sido muy grande. La viudez y la responsabilidad la llevaron al límite de sus posibilidades. Tal vez por eso sugiere que en el 2015 se vuelve a Calafate, su lugar en el mundo y la capital de la impunidad.

¿Se destruirá el Frente para la Victoria en ese caso? Es impensable que Scioli pueda representar ese espacio que, desde el acto de Vélez, ya no lo conforman la CGT, el PJ y un sector de los intendentes del Conurbano. La vanguardia que Cristina no quiere que se convierta en patrulla perdida (para utilizar sus palabras) son los muchachos de La Cámpora, el Movimiento Evita, el Frente Transversal y la Corriente que conducen Máximo y Andrés Larroque, Emilio Pérsico, Edgardo Depetri y Agustín Rossi. Ese es el primer círculo que se completa con algunos funcionarios como Carlos Zannini, Héctor Icazuriaga, Guillermo Moreno y Axel Kicillof.

El que más herido salió de este último embalaje fue Amado Boudou. Judicialmente está imputado pero será salvado con la misma metodología que la causa Skanska, tal como anticipó Juan Manuel Abal Medina. Pero políticamente fue herido de muerte. Ni sus propios compañeros le creen. Su última audacia fue presentar un escrito donde afirma insólitamente que fue víctima de una conspiración de Righi, Rafecas y los medios hegemónicos. La impecable e inconclusa investigación de Carlos Rívolo mostró que el vice está flojo de papeles por donde se lo mire y que el delito de negociaciones incompatibles con la función pública está casi probado. En respuesta, Boudou estuvo alardeando de lo que carece y sobreactuando con la fe de los conversos. Abrazo de gol con Ricardo Forster en Vélez, del brazo y por la calle con Bonafini casi día por medio y una despedida guevarista en el escenario de Foz de Iguazú, en un encuentro de dirigentes sindicales latinoamericanos: “Hasta la victoria siempre”. Pablo Miceli, el jefe de la CTA opositora, lo contó con vergüenza ajena. Solo le falta decir “Proletarios del mundo, uníos”. ¿La Mancha de Rolando sabrá los acordes de La Internacional?

Los tiempos se aceleran y el sciolismo está alistando la tropa a pesar de Scioli. El no aparece en los encuentros con todo el peronismo no kirchnerista que se mueve más de lo que se conoce. Su estado mayor encabezado por Alberto Pérez va a todos lados. Hugo Moyano y su gente; José Manuel de la Sota y los suyos, y un centenar de ex funcionarios emigrados o expulsados del kirchnerismo (Alberto Fernández, Alberto Iribarne y Julio Bárbaro encabezan la lista) se comunican regular y reservadamente para tratar de articular el post-cristinismo. Los favorece la bronca por el aumento del endeudamiento de provincias y municipios, la fuga de dólares, las irracionales trabas a la importación, la desaceleración del crecimiento y la recaudación, y la fuerte caída de la inversión. Pero nadie se apura a pegar el salto. Ninguno come vidrio y todos esperan que mueva Cristina.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.


Cabotaje… De Alguna Manera...

Cabotaje…

 Embajadora Alicia Castro y Canciller William Hague.

Con la Argentina bajo la influencia de sustanciales dosis de embriaguez nacionalista y con radicales y socialistas ya subidos al avión de Cristina Kirchner, es lícito ahondar en las peripecias de la llamada política exterior de este país, incluyendo la emboscada de Londres y el video en las Malvinas/Falkland. Ese combo sumerge de lleno a la Argentina en una alucinada atmósfera de épica patriótica. Amargo será el despertar, aunque no inmediato.

Alicia Castro, la embajadora argentina en Gran Bretaña, motorizó la idea, ejecutada con el habitual secretismo que fascina a este gobierno: tomar por sorpresa y desprevenidos a los británicos y obligarlos a “negociar”. ¿Cómo? Interpelar de manera intempestiva al canciller ya que el Foreign Office británico concede ruedas abiertas con preguntas al ministro, en este caso William Hague. Suprema exhibición de ignorancia, sazonada con torpe ingenuidad: pensaron que el país que resistió de pie la blitzkrieg alemana en la Segunda Guerra Mundial sería vulnerado por la astuta picardía de la pelirroja argentina. Noción despreciativa y fundante para un nacionalismo primitivo: los “piratas” son tontos y es posible acorralarlos con ingenio, cintura y malicia. Wait and see, amenazó Castro, después de diseminar ella misma desde su casilla de e-mail en Londres los recortes de la prensa británica que calificaron de “emboscada” lo que esta ex emisaria argentina ante Hugo Chávez denomina “interesante intercambio”.

Idea ortodoxamente kirchnerista: no nos compromete el contrato explícito de la diplomacia tradicional (un embajador acreditado ante un gobierno se comunica con dicha administración de manera directa y personal, o sea privada). Somos diferentes: operamos las relaciones con “movidas”, las actuamos. No se nos ocurriría ir a la guerra, entre otras razones porque no tenemos con qué, pero ¿acaso los militares de 1982 no invadieron las islas para obligar a negociar a los ingleses? Mismo patrón de conducta: audacia, genialidad creativa, hechos consumados. Con su amenaza de seguir desplegando acciones de guerrilla en Londres, Castro deja un saldo temible en una actividad en la que confianza y previsibilidad son esenciales.

En el caso del video, la Casa Rosada lo compró y divulgó pensando en los Juegos Olímpicos de Londres 2012. Guiño y gesto ganador: entrar por izquierda y grabar el spot como si ya hubiéramos “recuperado” el archipiélago. La hinchada ruge, emocionada. Aguante Argentina, vamos todavía. La guerra la perdimos, en la Cumbre de Cartagena nuestro reclamo no fue convalidado, pero al menos lo pusimos nervioso al canciller “de ellos”. Es un caso no sólo grueso en su esencial esterilidad; lo particularmente bochornoso es que no recurrieran a un veterano de guerra o un militante de la causa Malvinas, sino a alguien que admitió haber cobrado, como cualquier modelo o actor profesional, además de ser funcionario del gobierno porteño. Ni siquiera en eso las apariencias fueron cuidadas. Al igual que aquel spot de la campaña electoral del año pasado, con la científica supuestamente repatriada por el kirchnerismo, una vez más la voracidad desorbitada por los medios le jugó una fea al Gobierno: compraron un video comercial para airear la aparente epifanía de un patriota afiebrado de pasión nacional. Además, la chapucería; lo hicieron trepar sobre un monumento dedicado a otra guerra, una batalla librada en ese archipiélago desolado hace casi un siglo. Lo sublime muta en ridículo y lo solemne en agraviante, de nuevo se escucha, actualizada, la consigna galtieriana (“¡si quieren venir, que vengan!”) o el grito de guerra del corajudo Menéndez (“¡que traigan al principito!”).

Los publicitarios que sedujeron a la Casa Rosada no tenían idea de quiénes eran los muertos evocados por ese monumento sobre el que hicieron correr al conchabado atleta. El almirante Graf Maximilian von Spee era en 1914 comandante del escuadrón de la armada alemana en el Extremo Oriente, afectado al seguimiento del tráfico comercial y de transporte de tropas en el Atlántico Sur cuando comenzaba la Primera Guerra Mundial. Sus naves avanzaban rumbo a Puerto Stanley, para atacar la estación de radio de los británicos y aprovisionarse de carbón para sus naves. Ignoraban que un escuadrón británico, con dos temibles, veloces y flamantes cruceros, ya había atracado en la capital de las islas, junto a otros seis cruceros. El 8 de diciembre de 1914, la armada imperial alemana intentó atacar la posición, en la que imaginaban anclados buques japoneses. Gran error: los alemanes fueron devastados y cuatro de sus cruceros hundidos por la flotilla británica, incluyendo la nave insignia, el Scharnhorst, seguida de otros tres: Gneisenau, Nurnberg y Leipzig. Balance: diez marinos británicos muertos, 2.200 marineros alemanes hundidos a bordo de sus buques. El monumento en el que lo hicieron actuar al modelo evoca esa terrible tragedia naval ocurrida hace 98 años y que nada tiene que ver con la guerra de 1982.

El gobierno de la Argentina divulgó un video de propaganda de grosera rusticidad, con un modelo corriendo por calles y tierras despobladas de seres humanos, como si nadie viviera en las islas. El equipo de filmación no sabía qué grababa ni sobre qué escenario estaba. Maneras secretas y clandestinas tanto en Londres como en Puerto Stanley, pasión irresistible por las emboscadas, guerrilla de cartón para sorprender al enemigo.

El Gobierno procedió con la astucia de la vieja viveza criolla, esa dominante predilección por el marketing más chabacano que alienta la famosa “transgresión”, pero se vale de esos medios de comunicación que dice detestar, pero sobre los que construye su entera arquitectura política. Atajo irritante y provocador, mecanismo de cabotaje estéril, hoy, como en 1982, la Argentina elige engañarse a sí misma.

Lo pavoroso es que, con esta embriaguez expropiadora de YPF, la Argentina se quedó huérfana de oposición significativa. Raúl Alfonsín, como todos, quería que las Malvinas fuesen argentinas. Pero en 1982 no se subió al avión. Ese nacionalismo de los militares argentinos de hace treinta años revivió ahora con repentino nacionalismo petrolero del kirchnerismo, llevando de la mano a radicales y socialistas.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 6 de Mayo de 2012.



El Ingeniero Miguel Galuccio... De Alguna Manera...

Ahora, lo difícil…

 'Pepe Premium' Miguel Galuccio. Dibujo:Pablo Temes.

Pasada la épica expropiadora, llega el momento de conducir la petrolera. ¿Podrá o lo dejarán a Galuccio?

Crónica de una épica que no fue. Así podría titularse todo el proceso que culminó con la nacionalización del 51% de las acciones de YPF que estaban en manos de Repsol. Por eso, la puesta en escena del debate en la Cámara de Diputados formó parte de esta necesidad permanente del Gobierno de hacer del relato casi la esencia misma de su gestión. Y, paradójicamente, es la exposición de ese relato la que deja a la intemperie las indiscutibles contradicciones del kirchnerismo. El Gobierno tiene todo el derecho de decidir la expropiación de una empresa cuando entiende que hay tras de ello una cuestión de interés público. Hacía muchos años que había razones objetivas para proceder a la nacionalización de YPF. El accionar de Repsol fue devastador. El artículo 17 de la Constitución Nacional contempla esta circunstancia y expresa claramente cómo proceder en situaciones como éstas. Y es en esa inobservancia de lo establecido por la Constitución donde la Presidenta ha cometido un error cuyas consecuencias no serán gratuitas.

La Argentina nunca debió haber privatizado una empresa de la importancia estratégica de YPF. La complicidad de Néstor y Cristina Kirchner con ese modelo no necesita ya de mayor comprobación. Por eso, el lienzo con el rostro de Néstor Kirchner que, tras la aprobación de la ley de expropiación hizo caer La Cámpora desde los palcos de la Cámara de Diputados, no se corresponde con la verdad histórica.

La renacionalización de YPF, disfrazada de ideología, tuvo una causa fundamental: la imposibilidad de hacer frente a los costos que el creciente déficit energético hoy le significan al país.

Viene ahora lo más difícil: la gestión. La designación al frente de YPF del ingeniero Miguel Galuccio, una luminaria del mundo del petróleo, ha generado elogios unánimes. He ahí un acierto de la Presidenta. Para la gestión de Galuccio la incógnita tiene que ver con el nivel de apoyo político con que contará. Se sabe que el nuevo funcionario ha puesto condiciones exigentes para dotar de independencia a sus decisiones. Ojalá se las respeten. Galuccio debe remontar una cuesta empinada. Por estas horas, hay ansiedad en el Gobierno por cerrar acuerdos con algunas de las grandes petroleras internacionales que puedan ser anunciados con bombos y platillos. Ello no será fácil.

Con todo, el principal problema energético que tiene la Argentina es el gas, que es el elemento del cual se nutre la industria y por cuya falta muchas plantas quedan expuestas a una realidad, ya crónica, de cortes en los meses de otoño y de invierno. De ahí la expectativa que genera la existencia del pozo de gas shale de Vaca Muerta, considerado el tercero en importancia en el mundo después de los existentes en China y en los Estados Unidos. La real posibilidad de explotación de este recurso va a depender de tres factores primordiales: el impacto ambiental, la necesidad de utilizar grandes volúmenes de agua y el requerimiento de grandes inversiones.

Un capítulo aparte de todo este proceso de renacionalización de YPF lo merece la oposición, que parece empecinada en su derrotero de declinación imparable. En la Argentina hay opositores pero no hay oposición. Nadie allí acierta a encontrar la fórmula que permita anudar algún tipo de consenso mínimo sin el cual les será imposible construir una estructura con capacidad de oponerse al Gobierno, no ya por el hecho mismo de enfrentarlo sino por el de la necesidad que tiene toda democracia de generar alternativas. Hasta el mismo Gobierno se beneficiaría con ello. La crisis que la nacionalización de YPF ha producido en la UCR es la que corresponde a un partido carente de figuras con capacidad de liderazgo.

Por todo esto es que el Gobierno se siente imbatible. “Podemos hacer lo que queremos”, se ufana una voz que habita en las entrañas del poder que, con algún grado de sensatez, agrega que “esa falta de límites es, a la vez, un problema, por las tentaciones que genera”.

En medio de esta euforia, comienzan a aflorar los números de la economía, los que marcan que las señales de alerta se vienen incrementando. El cerrojo que, con acuerdo de la Presidenta, Guillermo Moreno mantiene sobre las importaciones, ha empezando a horadar la fortaleza de la economía argentina. Por otra parte, las dificultades que las provincias van teniendo para lograr financiamiento ha vuelto a poner en vigencia la idea de las cuasimonedas –en buen criollo, bonos– como instrumento de pago. Habrá que ver cómo se maneja esta delicada situación. El Gobierno cubre el rojo de sus cuentas fiscales sacando plata de cuanta caja puede. Es una potestad que las provincias no tienen. Los gobernadores despotrican pero lo hacen en la voz más baja posible. Saben que si son escuchados por la Presidenta, serán sujeto de represalias y se quedarán sin fondos, sin gestión, sin presente y sin futuro político.

Estas cosas aún no son percibidas por una gran parte de la sociedad. Por lo tanto, el Gobierno sigue de fiesta. Para corroborarlo ahí está Amado Boudou, el hombre que, a pesar del escándalo de la ex Ciccone, siempre ríe. A propósito de esto: dos relevantes figuras del mundo del derecho, que supieron ocupar cargos de relevancia en la magistratura, fueron lapidarias al decir que con los elementos que son del dominio público, la situación del vicepresidente es, desde el punto de vista del proceso judicial, de una gran endeblez; con jueces verdaderamente independientes su citación a declaración indagatoria sería un hecho.

Como parte de la fiesta está el nuevo chisporroteo con Gran Bretaña por la disputa de soberanía sobre las islas Malvinas. Ahí están pues, el entredicho entre la embajadora Alicia Castro y el ministro de Relaciones Exteriores británico William Hague, sumado al resonante impacto producido por la publicidad filmada por el capitán del equipo argentino de hockey sobre césped, Fernando Zylberberg. En el Gobierno están exultantes con la repercusión interna de estos episodios. Increíblemente, nadie allí parece darse cuenta de que, en los hechos, con estas acciones se logrará sólo una cosa: que las Malvinas estén cada día un poco más lejos.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado de Mayo de 2012.