Las cartas sobre la
mesa…
En pantalla. Milei y
Bullrich, en nombre de Macri, escenificaron el acuerdo en los estudios de una
señal de noticias. Fotografía: Enrique García Medina.
El triunfo de la
fórmula Sergio Massa-Agustín Rossi, de Unión por la Patria (UxP), por una
diferencia importante en la primera vuelta de las elecciones presidenciales se
ha transformado en el hecho más determinante del escenario político con vistas
al momento decisivo del 19 de noviembre.
© Escrito por Juan Carlos Junio el lunes 30/10/2023 y publicado por la Revista Acción de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.
El electorado derrotó a
la variante de la derecha clásica representada por Patricia Bullrich (Juntos
por el Cambio), aunque ella había incorporado elementos de odio y violencia de
su circunstancial competidor, c.
Así es que se generó
una situación de crisis de la alianza de JxC que desnudó el accionar dual del
expresidente Mauricio Macri, quien desde el inicio actuó a favor de su fuerza
preferida, La Libertad Avanza (LLA).
Los acontecimientos
demostraron que Macri llevó a la derrota primero al jefe de Gobierno porteño,
Horacio Rodríguez Larreta, y luego a Bullrich, para terminar abrazado a la
variante de ultraderecha.
A partir de ahora, los
socios Macri y Milei se proponen llevar a la práctica la estrategia que viene
de un fracaso: derrotar al kirchnerismo. Lo cierto es que la crisis de JxC está
en pleno proceso y se esperan eventuales reacciones de diversos sectores,
particularmente del núcleo radical y sus bases, teniendo en cuenta que fueron
agredidos abiertamente, tanto por Milei como por Macri, sus actuales dirigentes
así como sus símbolos históricos, particularmente Raúl Alfonsín.
Negacionismo y
confusiones
Luego del abrazo en un
set de televisión entre Bullrich y Milei, perdonándose los gravísimos agravios
en que habían incurrido, ahora se proponen transformar al candidato libertario
en presidenciable. Es esta una suerte de misión imposible teniendo en cuenta el
conjunto de erráticas declaraciones formuladas por Milei, su candidata a
vicepresidenta Victoria Villarruel, y otros referentes del espacio sobre los
temas más diversos: privatización de jubilaciones y pensiones, dinamitar el
Banco Central, eliminación de todo tipo de subsidios, arancelamiento de la
educación pública, compra y venta libre de órganos humanos y entrega de los
recursos naturales, incluyendo mares y ríos. Pero esto no es todo, Milei
también afirmó que el cambio climático no existe, propuso la libre portación de
armas y la eliminación de las leyes de protección al trabajo. Corona este
conjunto de planteamientos el desprecio de nuestra democracia a partir de la
reivindicación de la dictadura videlista y de la negación de los 30.000 desaparecidos.
Queda claro entonces que Milei es Macri y que la propuesta se sustenta más allá
de lo confuso en el modo de formular la línea ideológica esencial, que es la de
un ultraneoliberalismo presentado con un lenguaje primitivo con el cual aspira
a mostrarse como un antisistema que destruirá todo lo perimido de la «casta
política» y sus fracasos económicos.
Todo indica que el
poder económico concentrado privilegiará el apoyo a la fórmula Milei-Villarruel
ya que sus tradicionales posturas antiperonistas y antipopulares son las que
siempre terminan primando. Además de su temor a que un gobierno de signo popular
comprometa su predominio en el manejo de la economía y pueda alterar sus
elevados márgenes de ganancias.
Por su parte, UxP y sus
candidatos afirman la unidad del conglomerado que los apoya y ahora se proponen
ampliar su base de sustentación y de alianzas.
De lo que no cabe duda
es que el escenario no está definido y que más allá de la crisis de identidad
de la alternativa conservadora, una gran parte del resultado lo definirá la
militancia en la medida que se comprometa masivamente por convencer a la ciudadanía
acerca del sentido de su voto. A 40 años de una crucial elección, aquella que
el 30 de octubre de 1983 marcó el inicio de la recuperación de las
instituciones constitucionales, los argentinos y las argentinas nos jugamos una
vez más los derechos conquistados y por conquistar en una elección. La
democracia, su vigencia plena, requiere del compromiso militante cotidiano de
los ciudadanos y las ciudadanas.