Camino largo y tedioso
La campaña es un monólogo de la política rosquera,
que no tiene en cuenta los problemas de la gente.
© Escrito por Nelson Castro el sábado 01/07/2023 y
publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República
de los Argentinos.
Por si alguien lo dudaba, Cristina Fernández de Kirchner se encargó de aclararlo.
Lo dijo con todas las letras: su candidato no era Sergio Tomás Massa sino
Eduardo “Wado” de Pedro. No se dibujó en su rostro ninguna alegría a lo largo
de su extenso discurso en el Aeroparque Jorge Newbery el lunes pasado. Lo que
sucedió allí fue una muestra –otra más– de la hipocresía y carencia de límites
del kirchnerismo. Se utilizó con fines electoralistas un acto
vinculado a la memoria de las víctimas de los vuelos de la muerte ocurridos
durante la brutal última dictadura. La risa de Estela de Carlotto y del resto
de los allí presentes frente al avión que se utilizó para tirar a personas
vivas al Río de la Plata en el medio de la noche fue una aberración.
Quedó claro que la vicepresidenta debió ceder ante
la presión de los gobernadores peronistas que desesperaban ante la evidencia de
que la fórmula De Pedro-Manzur llevaba a Unidos por la Patria a una derrota catastrófica. Ninguno
de ellos estaba dispuesto a cambiar territorio por obediencia militante. CFK
tampoco se privó de hacer público esto, que la molestó mucho. A lo largo de sus
años en la cima del poder nunca había experimentado una situación similar. Ella
ya no decide en soledad.
Ningún
gobernador estuvo dispuesto a cambiar territorio por obediencia
militante a Cristina
La tiranía del dedito levantado y las largas
peroratas de maestra ciruela se están apagando. Fue una muestra cruel de su
real pérdida de poder, hecho del que culpa absolutamente a Alberto Fernández.
En su retroceso, sin embargo, la expresidenta está
dispuesta a dar batalla e intentar llevarse puesto a quien se interponga en su
camino. Massa ya la traicionó una vez. Aníbal Fernández se esmeró
en hacer público que podría haber una segunda vez si el exintendente de Tigre
llegara a la presidencia de la Nación. CFK piensa lo mismo.
Vive en un estado de alerta permanente. Por eso
estuvo activa en el armado de las listas y se preocupó de que Juan Grabois no bajara su precandidatura a la presidencia.
El objetivo es claro: canalizar a través de él la
disconformidad del kirchnerismo duro, al que la figura de Massa se le hace
totalmente indigerible. No es esa la única jugada destinada a esmerilarlo que
realizó la vice durante la semana.
La caída de Javier Milei
ha provocado una radicalización de las ideas y posturas de Patricia
Bullrich
Ahí hizo su entrada en escena el diputado Leopoldo
Moreau, quien, con aire vindicativo, afirmó que el condenado
exvicepresidente Amado Boudou estaba participando de las negociaciones del
equipo económico con el Fondo Monetario Internacional. Hubo furia en los
despachos del Ministerio de Economía, en donde se desesperaban enviando
mensajes a los medios y periodistas amigos con la desmentida de esta
información. “Nos quisieron colgar un salvavidas de plomo”, aseguraron fuentes
cercanas al ministro. Pero todavía hay más. Los massistas creen que la
vicepresidenta en funciones se regocija con la posibilidad de que les vaya mal
en una probable gestión. “Ni ella ni los suyos forman parte de la fórmula. Está
claro que fantasea con un escarmiento en la gestión. Agarrar esta papa caliente
no es para cualquiera y el fuego amigo es más peligroso que toda la oposición”,
remataron.
Por estas horas esa afirmación se corresponde
bastante con la realidad. Han pasado las principales fechas del calendario
electoral y ni siquiera la presentación de alianzas, el cierre de listas o los
actos de presentación de propuestas sirven para aplacar tanto desorden interno.
Los enfrentamientos y las peleas siguen a la orden del día en No tan Juntos por
el Cambio.
Ni siquiera el anuncio de la fórmula Massa-Rossi,
mucho más competitiva que la que había decretado CFK para ir a morir con los
suyos, los saca de la riña constante. Patricia Bullrich volvió a cruzar a
Horacio Rodríguez Larreta por sus intentos de ampliar la coalición acercándose
al peronismo y le recordó que, aunque intente pactar con ellos, “te van a
voltear igual”. Para el alcalde porteño ampliar Juntos por el Cambio aun incluyendo sectores del
peronismo no kirchnerista es un camino no negociable. “¿Cuál es la idea de
Bullrich, sostener y alimentar la grieta para llevarnos a un país dividido e
invivible?”, se preguntaron en el espacio larretista. Y acusaron a la
exministra de Seguridad de sobreactuar sus posturas halconizadas: “Patricia
encontró un nicho que le rinde y está impostando un personaje. Llevándolo al
extremo. Vamos a ver en las urnas qué tanto cala en el votante ese discurso”,
desafiaron.
La caída de Javier Milei en las encuestas también
ha traído como consecuencia una radicalización –aún más– de sus ideas y posturas.
Así las cosas, el camino hacia las elecciones se
está haciendo largo y tedioso. Se ha convertido en un monólogo de la política
rosquera, que no tiene en cuenta los problemas reales de la gente. Los
candidatos son los protagonistas de una serie por entregas con capítulos
trillados y carentes de propuestas. Qué difícil es construir un porvenir para
una Argentina cuya dirigencia todavía no ha dado muestras de madurez.
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