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sábado, 17 de abril de 2021

Gira Europea de Martín Guzmán… @dealgunamaneraok...

 Gira Europea…

Sputnik V: Martín Guzmán irá a Moscú para negociar la fabricación de la vacuna en Argentina. 

El ministro de Finanzas francés, Bruno Le Maire, y el ministro de Economía argentino, Martín Guzmán. Fotografía: Ministerio de Economía

El viaje a Rusia se da luego de que visitara en Francia a su par galo, Bruno Le Maire, y al presidente del Club de París, Emmanuel Moulin. 

Luego de mantener varias reuniones en París, el ministro de Economía Martín Guzmán viajará a Rusia, en otra escala de su gira europea. En Moscú el ministro argentino no tratará solo temas vinculados al FMI y la deuda, sino que además negociará con el gobierno de Vladimir Putin la fabricación de la vacuna Sputnik V en Argentina. 

Guzmán se reunirá en Moscú con la asesora presidencial Cecilia Nicolini, para profundizar la relación “estratégica” con Rusia, explicar las negociaciones con el FMI y avanzar en la posibilidad de poder fabricar la vacuna Sputnik V en nuestro país. 

Pero antes, hoy en Francia, el ministro argentino se reunió con su par francés, Bruno Le Maire, y con el director general del Tesoro y presidente del Club de París, Emmanuel Moulin. 

La inflación de marzo fue de 4,8%, la más alta en lo que va del año. 

Este viernes por la mañana el jefe de Hacienda argentino estuvo con Le Maire, a quién le dio detalles sobre la marcha de las negociaciones con el FMI y con el Club de París, y hablaron sobre las relaciones entre los dos países y del trabajo en el G20 para favorecer una mayor estabilidad y sustentabilidad global. 

Además, ambos coincidieron en avanzar en políticas tributarias que resuelvan el tema de la elusión fiscal a nivel internacional. 

Guzmán tuvo un encuentro "muy constructivo" con el ministro de Economía y Finanzas de Italia. 

"Siempre es muy valioso el diálogo con mi par de Francia con quien seguimos edificando consensos sobre las relaciones de Argentina con el FMI y el Club de París, uniendo esfuerzos por un multilateralismo más sano para el mundo. Gracias Bruno Le Maire por tu compresión y el apoyo de siempre", afirmó Guzmán al finalizar el encuentro. 

Encuentro con el Club de París 

La reunión con el presidente del Club de París se dio luego de su visita a su par francés. 

Con Moulin acordó trabajar con el fin de que la Argentina pudiera cumplir con sus deudas de manera sostenible. 

Viaje a Moscú 

Por otra parte, en Rusia, además del tema de la vacuna, el ministro Guzmán se reunirá con su par de finanzas ruso, Anton Siluanov, y con funcionarios de la cancillería. 

En medio de la gira europea, Guzmán se reunió a solas con el papa Francisco 

El objetivo de estas reuniones es disponer de más reglas a nivel global para que haya un aumento de la liquidez en el mundo de la que se puedan beneficiar los países de ingresos medios. 

La visita de Guzmán a Francia se da en el marco de una gira europea para hablar de la renegociación con el FMI y la deuda con el Club de París, entre otros tópicos. 

© Publicado el sábado 17/04/2021 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.






domingo, 7 de febrero de 2021

Vacunación. Un largo y sinuoso camino… @dealgunamanera...

 Vacunación. Un largo y sinuoso camino…

 

Dura Lex, Sed Lex. Dibujo: Pablo Temes. 

Los millones de dosis anunciadas para enero no se sabe cuándo llegarán. Solo se sabe que se hará un uso político. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 06/02/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


La publicación del artículo de Denis Lugonov y colaboradores con los datos de la fase III de la investigación de la Sputnik V en el último número de la muy prestigiosa revista médica The Lancet aportó la información auditable que estaba faltando sobre la vacuna rusa.

Contrariamente a la interpretación con aires futbolísticos que hizo el Gobierno acerca del significado de la publicación, el artículo de marras es de una enorme importancia para aportar los datos necesarios acerca de la seguridad de la Sputnik V que, desde hace meses, reclamaban no solo los especialistas de la Argentina, sino también del mundo.

 

Lamentablemente, el uso político que el gobierno de Vladimir Putin hizo de la vacuna, comenzando por el anuncio hecho en agosto pasado de que Rusia tenía la vacuna –cuando en realidad lo que había era el comienzo de la investigación–, pasando por la decisión de nombrarla Sputnik –en una clara alusión a la competencia contra los Estados Unidos en tiempos de la Guerra Fría– y el lanzamiento del inóculo antes de que fuera auditado por organismos de reconocimiento internacional, generó dudas y sospechas, tal cual lo señala el artículo de opinión firmado por Ian Jones y Polly Roy publicado también en la última edición de The Lancet. Se habla allí de las críticas que recibió la vacuna motivadas por “un apresuramiento inapropiado, los atajos y la falta de transparencia en la información”.

 

En este marco generado por la muy buena noticia que significa que la Sputnik V tenga ahora la auditabilidad de la que carecía, es absolutamente increíble ver cómo, con sus marchas y contramarchas, el Gobierno acabó por transformar esa buena nueva en fuente de problemas porque, lo que ahora se sabe es que los millones de dosis de la vacuna rusa anunciadas en forma reiterada por el Presidente para enero no estuvieron y tampoco se sabe cuándo van a estar. Por eso la negociación a toda prisa con China por una de sus vacunas.

 

Lo que sí se conoce es la intención del Gobierno de hacer un uso político de la vacunación. Esa es una de las razones principales que da aire a la discusión acerca de la postergación de las primarias abiertas, simultáneas y obligatorias (PASO). Sin la épica de la vacunación, una gran parte del oficialismo enfrenta con temores el desafío electoral. Es una visión que comparten varios gobernadores peronistas y dos opositores: Gerado Morales de Jujuy y Gustavo Valdés de Corrientes. La postura de La Cámpora es absolutamente opuesta. Sin las PASO sus posibilidades de avanzar con su proyecto de poder se caen.

 

Es insólito ver cómo el Gobierno se expone –una vez más– a una verdadera  contradicción, porque el argumento de suspender las PASO a causa de la pandemia implica reconocer lisa y llanamente que el plan de vacunación anunciado por el Presidente no se cumplirá.   

 

Echale nafta al fuego. “Estamos generando conflictos por falta de respuestas con mayor cintura política. Los dichos de Pietragalla y Cafiero sobre Formosa fueron un error. Son temas para bajarlos de los medios con declaraciones equilibradas. El silencio y la ratificación de Donda fueron en la misma dirección. Y ahora la postulación de un ex abogado de Cristina y Parrilli para la Cámara Federal porteña y de Ramos Padilla para un juzgado con competencia electoral es volver a acelerar en temas muy delicados”, decía en tono de queja una voz de la estrecha cercanía de Alberto Fernández.  

 

“Esa costumbre de echarle nafta al fuego nos termina perjudicando a todos. Es bien propia del kirchnerismo duro pero esta semana Santiago Cafiero entró en el juego. Es muy difícil hacer equilibrio cuando desde el otro lado de la coalición te presionan y tildan de blando”, concluía la misma fuente con indisimulable fastidio.

 

Estas son algunas muestras de lo que dejó la semana. Veamos cada caso: ante la grave situación que atraviesan los formoseños como resultado de las restricciones impuestas por Gildo Insfrán –“un amigo”, según el Presidente– Amnistía Internacional elevó la voz de alerta. El secretario de Derechos Humanos viajó a la provincia y declaró que las denuncias tenían intencionalidad política y que “en los centros de aislamiento tenían buena comida y aire acondicionado”. Santiago Cafiero redobló la apuesta: “No necesitamos que nos vengan a decir lo que tenemos que hacer con los derechos humanos” para luego por orden del Presidente tener que volver sobre sus pasos y recibir a la cúpula de la organización.

 

El avance sobre la Justicia es, hasta aquí, imparable. El Senado designó a Alejo Ramos Padilla como titular del Juzgado Federal 1 de La Plata. Ramos Padilla ha demostrado especial sensibilidad para intentar obstruir el avance de la causa de los cuadernos que afectan a Cristina Fernández de Kirchner y varios de sus secuaces.

 

No solo eso, intentó sentar un peligroso precedente para el trabajo de los periodistas a través del procesamiento, luego revocado por la Cámara Federal de Mar del Plata, de nuestro colega Daniel Santoro. En su nuevo cargo, Ramos Padilla tendrá competencia electoral en la provincia de Buenos Aires, distrito clave para los planes del kirchnerismo. Además, el Ejecutivo cometió un nuevo gesto obsceno. Envió al Senado el pliego de Roberto Boico –que fue abogado de CFK y Oscar Parrilli– para que pueda ocupar un lugar en la Cámara Federal porteña.

 

“Les interesa que Boico entre lo antes posible a la Cámara Federal porque interviene en casos de corrupción. La misma donde el oficialismo ya reincorporó a Eduardo Farah por decreto de AF. Boico no fue cualquier abogado de Cristina, fue su letrado en la causa del memorándum con Irán”, dijo un experimentado juez que supo sufrir los embates del oficialismo. No obstante surge una pregunta: ¿puede un abogado que defendió a alguien acusado de un delito ser, a la vez, juez de esa causa? ¿No debería ser esta circunstancia un motivo de excusación del magistrado en cuestión? Y si así no lo hiciere, ¿no debería ser recusado?

 

El tema judicial cobra creciente preponderancia para la ex presidenta en funciones. En la semana que comienza se aguarda el fallo en la causa de la ruta del dinero K que involucra a Lázaro Báez. Sería una sorpresa una sentencia absolutoria. Eso es lo que preocupa a Cristina Fernández de Kirchner. Ese es el motivo principal por el cual buscó regresar al poder. Y es el motivo por el cual necesita hacer realidad el sueño de retenerlo para siempre.

 

Producción periodística: Santiago Serra.






domingo, 10 de enero de 2021

Marchas y contramarchas. El sin rumbo del Gobierno… @dealgunamaneraok...

El sin rumbo del Gobierno… 


El “cuco” soviético... Vladimir Putin. Dibujo: Pablo Temes

Vive el Frente de Todos una tensión interna cada vez más fuerte. Como diría Borges, no los une el amor sino el espanto. 

© Escrito por Nelson Castro el domingo 10/01/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de los Buenos Aires, República de los Argentinos.  


Iba a ser un toque de queda. Eso era hasta el miércoles por la noche. El jueves al mediodía, desde la Jefatura de Gabinete se encargaron de señalar con insistencia que no iba a ser un toque de queda, sino una restricción nocturna a la circulación de la gente y a la actividad de bares, cafés, restaurantes, cines, teatros y lugares de diversión y entretenimiento. Finalmente, lo que en síntesis expresa el Decreto 4/2021 es que deja al libre albedrío de cada gobernador, gobernadora y el jefe de Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires la adopción de medidas de restricción.

 

La entrelínea del texto es fácil de deducir: la mayoría de los gobernadores le advirtieron al Presidente que la medida de una restricción estricta es de imposible cumplimiento en la Argentina. Una cantidad enorme de la población no está dispuesta a acatar esas disposiciones y un número progresivo de mandatarios provinciales no tienen voluntad de embarcarse en un intento que de antemano saben fracasará y les generará un riesgoso costo político en este año electoral. “Jamás en la conducción política hay que obligar a nadie, hay que persuadir a todo el que se pueda” es una frase acuñada por el general Perón. El Gobierno ha perdido el poder de persuasión, pero no solo sobre los mandatarios provinciales o de CABA, sino –principalmente–sobre un porcentaje creciente de la ciudadanía. Nadie quiere, pues, exponerse al ridículo de tomar una medida que, a la vista de todos, sea incumplida con actitud desafiante por mucha gente.


Es indudable que las aglomeraciones y las reuniones sociales en las que se incumplen las normas de forma obscena representan un peligro epidemiológico y sanitario. Hay gran confusión en estos días que lleva a muchos a no diferenciar entre las necesidades de cuidado que impone inexorablemente la pandemia y las decisiones y actitudes del Gobierno. Anida en muchos la idea de que obedecer las tres exigencias fundamentales de esta cuarentena –uso de barbijo, higiene de las manos y distanciamiento social– representa una concesión al Gobierno. Esto es un sinsentido. El cumplimiento de las normas no tiene como objetivo satisfacer a las autoridades, sino el de protegernos. Lamentablemente, todos los días el Gobierno hace cosas que dañan su credibilidad y autoridad.

 

La confusa conferencia de prensa que en la mañana del viernes dieron el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero; el ministro de Turismo, Matías Lammens; y la viceministra de Salud, Carla Vizzotti, hizo de la confusión un monumento. “Estoy tratando de descifrar qué quisieron decir. Estas declaraciones son contraproducentes porque no las entiende nadie y queda todo librado a las interpretaciones propias. Lo de Vizzotti fue la marcha de San Lorenzo. No termina de quedar claro qué nivel de obligatoriedad pretenden”, señaló uno de los destacados infectólogos que suelen ser consultados por el Presidente.

 

Vacunas, vacunatorios y vacunados. 


Un cable de la agencia de noticias ANSA del 18 de diciembre cita a una fuente del Fondo de Investigación para el Desarrollo de Rusia, en el que se anuncia que se presentó el pedido de autorización para la administración de la Sputnik V en toda Europa. La noticia es muy importante. Nótese que ya han pasado tres semanas y la autorización aún no llegó. No significa eso que no vaya a lograrlo. Lo que representa es una significativa diferencia con los presurosos tiempos que aquí se tomó la Anmat para recomendar su uso.

 

El tema de la distribución de la vacuna en la provincia de Buenos Aires también generó quejas. En el Conurbano, el reparto fue equitativo y completado en tiempo y forma. No ocurrió lo mismo en el interior. Se cumplió con la cantidad, pero hubo demoras de diferente índole.

 

El episodio acaecido en Olavarría muestra cómo la pequeñez política enturbia todo. 

 

El gobierno provincial priorizó almacenar y vacunar en centros médicos gestionados por la provincia. A pesar de que Olavarría cuenta con freezers y cámaras de frío de probada efectividad en su banco municipal de leche, las Sputnik V fueron al Hospital Provincial Oncológico de esa localidad.

 

Ahora la Justicia está investigando qué originó la pérdida de la cadena de frío. Desde el Ministerio de Salud bonaerense se habla de sabotaje, hecho de por sí grave que está investigando el fiscal general del Departamento Judicial de Azul, Marcelo Sobrino. Una fuente calificada que conoce el hospital de Olavarría sostiene que la falla eléctrica es una hipótesis probable ya que se instalaron allí los nuevos equipos de frío para conservar las dosis que debieron haberse probado una y otra vez para verificar que las viejas conexiones eléctricas y los circuitos soporten la nueva carga dinámica. Esto no fue así.

 

Para colmo de males y, por capricho de la gestión provincial de Salud, el viernes último llegaron a Olavarría las 450 dosis nuevas de refuerzo y fueron a parar nuevamente al Hospital Provincial Oncológico de Olavarría. Todo una pintura de los berrinches de la gestión Kicillof.

 

Internas en el Frente. 


“Es cierto, el Presidente está cansado. Pero está cansado porque mientras sus funcionarios administran, él mismo se encarga de mantener el equilibrio de la coalición gobernante. No es fácil sostener el humor de los propios cuando una señora los golpea y les dice que se vayan a su casa”. Quien habla, un importante dirigente del peronismo bonaerense, agrega: “Además los funcionarios cuestionados son honestos. Del otro lado de la coalición, ¿pueden decir lo mismo?”.

 

El gobierno de Alberto Fernández tiene un problema de gestión y de comunicación. CFK no hablaba con nadie. Detestaba –y detesta– a los periodistas, con excepción de aquellos que la elogian. AF habla con casi todos. Eso es bueno. Lo malo es que muchas veces –cada vez más – lo que dice es contradictorio, confuso y con mala información. La comunicación política no es un juego.

 

El problema de gestión es insolucionable por el loteo de los ministerios, la decisiva participación de CFK y la dependencia psicológica del Presidente.

 

El Frente de Todos atraviesa un momento de fuerte tensión interna. Los mantiene unidos la necesidad de ganar las elecciones de octubre próximo. Paradojalmente se aplica también para el oficialismo la inmortal frase del poema Buenos Aires de Jorge Luis Borges: “No nos une el amor, sino el espanto”.

 

*Producción periodística: Santiago Serra.






domingo, 27 de diciembre de 2020

Entre Rusia y china… @dealgunamaneraok...

La 'épica de la vacuna' 


Ginestroika, Ginés González García. Dibujo: Pablo Temes

El gobierno pierde oportunidades todos los días de poder evacuar con inteligencia las dudas que aún genera la Sputnik V. 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 26/12/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Si alguien se ilusionó con la idea de que el gobierno no haría uso político de la vacuna contra el coronavirus y el complejo proceso de vacunación que nos espera, sepa ya que se equivocó. El único consuelo -si así se lo puede llamar- que le quedará a los defraudados en su buena fe es que no es sólo aquí que se ven esas conductas deplorables. En Chile, el presidente Sebastián Piñera no dudó en aparecer al lado de los envoltorios que albergan y protegen a la vacuna BNT162b2, nombre técnico de la vacuna de Pfizer/BioNtech.

 

Una de las circunstancias más insólitas acaecidas esta semana fue que esa vacuna -la de Pfizer/BioNtech- terminó siendo la primera en ser aprobada por la Administración Nacional de Medicamentos, Alimentos y Tecnología Médica (ANMAT). Es decir, se aprobó una vacuna que el gobierno no adquirió. Esto, que es algo absolutamente incoherente, tuvo una lógica: “hubiese sido insólito haber aprobado la Sputnik V en 2 días y tener congelada la de Pfizer que había presentado toda la documentación hacía 20 días- , señaló en estricto off un profesional de carrera de la ANMAT, en donde el miedo a hablar por parte de quienes son críticos del operativo Sputnik V es fenomenal.   

 

“Hay que comenzar a vacunar antes de fin de año”, fue la orden que bajó desde lo alto del poder. Semejante apuro nada tiene que ver con el aumento sostenido de casos que se viene dando en el AMBA sino con una razón mucho más vana: el Presidente no quería verse desmentido otra vez por la realidad.

Sus promesas incumplidas sobre fechas, cantidades y procedencias de las vacunas son uno de los tantos hechos que devaluaron el valor de su palabra y su investidura. Alberto Fernández había dicho que se comenzaría a vacunar en diciembre. Habló de millones de dosis. Finalmente serán 300.000.

 

Según refirió el ministro de Salud, Ginés González García, la vacuna de Pfizer no está disponible porque la compañía pone como condición que sus contratos sean rubricados por el presidente de cada país. Los funcionarios argentinos -a diferencia de lo que ocurrió en Chile y en México- creyeron que eso no era necesario. El hecho es absolutamente contradictorio con el discurso del oficialismo cuando afirma que lo primero es el bien común. Privilegiar la firma de AF por sobre el bienestar de millones de personas que podrían beneficiarse de los efectos protectores es, al menos, egoísta.

 

Es también curioso observar cómo el gobierno pierde oportunidades todos los días de actuar en forma inteligente en pos de evacuar las dudas que aún genera la Sputnik V. Habría sido una actitud criteriosa y útil haber convocado a personalidades destacadas en el campo de la inmunología y la infectología para compartirles los documentos científicos acerca de la vacuna proveniente del Instituto Nikolai Gamaleya. Hubiese servido, también, para aunar criterios con la oposición e investir al proceso de vacunación de un verdadero sentimiento de mancomunión. ¿Por qué no se hizo? ¿Hay algo que no se pueda o no se quiera mostrar?

 

Las vacunas y el caso Kreckler. Un hombre que conoce los detalles del funcionamiento de la cancillería y mantiene vínculos intensos con China describió con lujo de detalles lo sucedido con el embajador Juan Carlos Kreckler. “Una negociación de este tipo no es responsabilidad de un embajador.” Efectivamente, el representante diplomático no participa de manera directa en la diligencia sino que la acompaña buscando facilitar los encuentros y trabajando en los puntos de concordia entre las partes. Por lo tanto, es un sin sentido endilgarle la responsabilidad de cerrar el acuerdo o de intentar boicotearlo.

 

El corrimiento de Kreckler no ha tenido nada que ver con la negociación por la vacuna china. Ese argumento fue la excusa perfecta para desplazarlo.

 

Era un secreto a voces que Kreckler tenía la embajada partida en dos. Tanto es así que casi no cruzaba palabra con Sabino Vaca Narvaja, representante especial para la Promoción Comercial e Inversiones. Por si eso fuera poco, tenía una muy mala relación con el canciller Felipe Solá.  Evidentemente, el embajador había abierto demasiados frentes juntos. “Pero una cosa es segura: él no era el elegido para ocupar ese cargo.

 

La ex presidenta en funciones, Cristina Fernández de Kirchner, quería a Sabino Vaca Narvaja desde el comienzo” señala la voz que conoce la vida interna del Ministerio de relaciones Exteriores. Sabino Vaca Narvaja, cuyo hermano, camilo, es el padre de Helena, producto de su relación sentimental con Florencia Kirchner, es un conocedor por estudios del país asiático al que le falta la experiencia y el aplomo necesarios para estar al frente de una embajada de semejante envergadura.

 

Por eso, y a los fines de que se fuera fogueando y adquiriendo práctica, le crearon el cargo de pomposo nombre que se mencionó renglones arriba. “El asunto de la vacuna china resultó ser la excusa perfecta para terminar con Kreckler y coronar a Vaca Narvaja aunque en los papeles podría figurar otro nombre”, concluyó la fuente.

 

Argentina tiene una excelente relación con China. De hecho entre junio y julio se aprovisionó allí de insumos médicos de primera necesidad para la lucha contra el Covid. Pero no estaba entre sus candidatos para adquirir la vacuna.

 

Desde el principio se negoció con Pfizer y Astra Zeneca. Ni con China ni con Rusia. Se sabía que la cantidad de dosis que aportaría Pfizer sería insuficiente. La gran apuesta era Astra Zeneca cuyo incidente metodológico en la investigación la retrasó. Esto complicó los planes del gobierno.  

 

Inquieta y disgustada ante la falta de resultados con ambos proveedores, la ex presidenta en funciones pateó el tablero e inició la aventura rusa. Su foto con el embajador ruso, Dmitry Feokstistov, graficó ese momento. CFK estaba furiosa con los funcionarios del gabinete y con el mismísimo Alberto Fernández.

 

Pero, como había poca información sobre la Sputnik V, paralelamente se trabajó en un pre acuerdo con el gobierno de Xi Jingpin Ping que fue mucho más prudente en el manejo de anuncios respecto a una posible vacuna.

 

Pero China nunca fue la prioridad y Kreckler terminó siendo víctima del desorden de la política doméstica que ha demostrado, una vez más, que CFK manda y AF obedece.





domingo, 20 de diciembre de 2020

Papelón oficial. La Vacunagate… @dealgunamanera…

La Vacunagate 


La revolución rusa, Vladimir Putin. Dibujo: Pablo Temes

Trastienda de las idas y vueltas en torno a las vacunas antiCovid. Más interna en el Gobierno.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 19/12/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


El 10 de diciembre pasado el presidente Alberto Fernández anunció que el Gobierno había firmado el acuerdo con Rusia para adquirir la vacuna Sputnik V y que, en consecuencia, se podría inmunizar a 10 millones de personas entre los meses de enero y febrero próximos. Agregó, además, un dato clave: dijo que él sería el primero en aplicarse la vacuna rusa cuando llegue al país “para que nadie tenga miedo”. Alberto Fernández tiene 61 años y padece trombofilia. 

 

No es un dato menor para inferir que, en la planificación del gobierno, los adultos mayores - que conforman uno de los grupos de riesgo más significativos por su cuantía- iban a ser de los primeros en recibir la vacuna. La propia asesora presidencial Cecilia Nicolini había asegurado en declaraciones que realizó a los medios el 3 de noviembre que se iba “a priorizar a los grupos de riesgo, al personal sanitario y a las fuerzas de seguridad”.

 

En su anuncio de hace 10 días, el Presidente, que estuvo acompañado por el ministro de Salud, Ginés González García, aseguró que el gobierno preveía aplicar la inyección a 300.000 personas antes de fin de año. Y dijo que su administración contaría “con las dosis suficientes para poder vacunar entre enero y febrero a 10 millones de argentinos y argentinas”.

 

Solo una semana después el presidente de Rusia, Vladimir Putin, afirmó que “las vacunas que están circulando entre la población general están destinadas a personas de un determinado grupo de edad, y las vacunas aún no han llegado a personas como yo”. El presidente ruso tiene 68 años.

 

¿El Dr. Fernández sabía que la Sputnik V aún no era apta para mayores de 60 años? Todo indica que sí, debido a la información que le llega desde Moscú vía la delegación que encabeza la viceministra de Salud, Carla Vizzotti.

 

“Hubo una apuesta concreta y meditada respecto de la vacuna Rusa. Se tomó una decisión. Pero también se negociaba con otras. No se puede ideologizar una vacuna o una política de salud pública pero lo cierto es que quienes impulsaron esta decisión fueron funcionarios afines a la línea más dura del kirchnerismo como el ministro de salud de la provincia de Buenos Aires, Daniel Gollán. También la Dra. Vizzotti se dejó llevar por esta corriente y el ministro Ginés no tuvo el peso suficiente para detener esa movida”, dijo una voz del gobierno que conoce las internas del Instituto Patria.

 

“Hay una clara interna en Salud tan dura como en las otras áreas. CFK, Kiciloff y Gollán no están conformes con el rendimiento de Ginés. Va a terminar pagando los platos rotos porque la presión para que asuma Gollán es enorme” – concluyó la susodicha fuente.

 

Dudas y más dudas. Con el tiempo  las dudas se han incrementado, muestra de una singular falta de cuidado en el manejo y difusión de la información  sobre la vacuna. El 14 de diciembre el Centro Nacional de Epidemiología y Microbiología de Gamaleya y el Fondo Ruso de Inversión Directa anunciaron que la Sputnik V había alcanzado un 91,4% de eficacia en el último punto de control de los ensayos clínicos de la fase III, según el tercer análisis provisional. De esa conferencia se desprenden dos observaciones: no hubo ninguna referencia a que la vacuna no era aún recomendable para los mayores de 60 años y no hay constancia de que la experimentación haya incluido la fase 3.

 

En Clinicaltrial.gov se informa que la fase 3 de la Sputnik V, que incluye a 40.000 voluntarios, comenzó el 7 de septiembre y tiene como fecha para completar los estudios primarios el 1 de mayo del año próximo. Es decir que la fase 3 no está completada.

 

En otra publicación del mismo portal se habla también que la fase 2 se va a completar el 31 de diciembre e incluye sólo a 110 voluntarios de más de 60 años. Por lo tanto según lo aparecido en ese sitio, que hace un listado de la información científica existente sobre todas las vacunas contra el Covid-19, el último día del año se sabrán los resultados de la fase 2, no los de la 3.

 

Teniendo en cuenta que en el gobierno insisten en que ese dato ya les era conocido, cabe preguntarse: ¿Por qué entonces no se lo hizo público? ¿Por qué el Presidente anunció que, no bien llegara la vacuna a la Argentina, él sería el primero en vacunarse? ¿Por qué dijo hace unos meses que Rusia le había enviado las dosis con cada uno de los componentes de la vacuna que decidió no aplicársela para no tener ningún privilegio respecto del resto de la ciudadanía, siendo que la Sputnik V todavía no había completado la fase 3?

 

El engorro por el affaire de las vacunas no concluye aquí. El episodio concerniente a la vacuna de Pfizer es de una grisura que se profundiza según pasan los días. Pfizer fue la primera vacuna que presentó la documentación respaldatoria de sus investigaciones ante el ANMAT. El hecho generó un anuncio sonoro del Ministro de Salud, Dr. González García. Ello ocurrió el 2 de diciembre pasado. 


Se habló, además, de una cantidad de alrededor de 700.000 dosis que estarían disponibles hacia fines de este mes. Hay que recordar que esta es la única vacuna de cuya investigación multicéntrica participó la Argentina que fue, además, la que aportó la mayor cantidad de voluntarios. Y no sólo eso: el artículo de referencia que dio cuenta de todos los detalles de la investigación, publicado en el prestigiosísimo

 

The New Journal of Medicine, tiene como primer autor al destacado pediatra argentino Fernando Polack. Eso da idea de la calidad y la envergadura de la investigación desarrollada en nuestro país. ¿Qué sucedió, pues, para que finalmente no haya habido ningún tipo de acuerdo para la provisión de la vacuna? ¿Cuáles fueron las demandas inaceptables que pidió Pfizer? ¿Qué cosas diferentes hicieron para acordar con Pfizer países con gobierno de tan disímil orientación ideológica como los de Chile, México y China?

 

Mientras tanto, la ex presidenta en funciones mandó a “laburar” a los ministros que no hacen lo que ella quiere. Y ayer Eduardo Valdés, un vocero de Alberto Fernández, ya avisó cuáles son las áreas en capilla: salud, política y comunicaciones. Es una confirmación contundente de que Cristina Fernández de Kirchner manda y el Presidente obedece.






domingo, 8 de noviembre de 2020

Ensalada rusa… @dealgunamanera…

Una vacuna, muchas dudas… 

La "revolución rusa", Vladimir Putin. Dibujo: Pablo Temes 

Con sus idas y vueltas, el Gobierno montó un auténtico aquelarre, innecesario e inentendible, en torno a la Sputnik V.


Las dos condiciones fundamentales que debe cumplir una vacuna son eficacia y seguridad. Nada importa si es rusa, china, inglesa, alemana o estadounidense. Las vacunas carecen de ideología política. Es lamentable, pues, que la mala política haya hecho su irrupción en esta desesperada lucha contra el Covid-19 que impacta al mundo entero. Y esto ha ocurrido tanto en Rusia como en los Estados Unidos. Se sabe que Donald Trump presionó fuertemente a los organismos científicos de su país para que aprobaran una vacuna antes de la elección con la evidente intención de apropiarse de ese logro y utilizarlo como recurso en la campaña electoral.

 

Por la misma vereda viene caminando Vladimir Putin. Ya el nombre de la vacuna devela esa intencionalidad. Llamar a la vacuna Sputnik V significa traer al presente aquel penoso y desgraciado tiempo de la Guerra Fría. El Sputnik fue la primera nave espacial que orbitó la Tierra en 1957 en tiempos en que la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas se disputaba con los Estados Unidos la supremacía sobre el mundo.

 

La vacuna rusa es motivo de controversia desde el mismo momento en que Putin la anunció. En realidad, lo que hizo fue comunicar el registro de una vacuna en investigación.

 

Falsamente dio a entender que ya estaba lista y que no tenía necesidad de atravesar la Fase 3, clave para la aprobación de cualquier vacuna. No bien se conoció la noticia, en los ambientes científicos se comenzó a buscar información referida a la investigación, hecho que derivó en una experiencia ciertamente decepcionante. La búsqueda en las distintas revistas científicas de referencia internacional fue un fiasco. Nada había que diera algún indicio serio de la experimentación en curso.

 

Recién hace unas semanas apareció en la edición online del 4 de septiembre de The Lancet, una de las publicaciones médicas más prestigiosas del mundo, un artículo sobre la seguridad y eficacia de la vacuna rusa, firmado por los doctores Logunov, Dolzhikova, Zubkova y colaboradores, cuyo título en inglés es: “Safety and immunogenicity of an rAd26 and rAd5 vector-based heterologous prime-boost COVID-19 vaccine in two formulations: two open, non-randomised phase 1/2 studies from Russia”.

 

El artículo mereció una carta de respuesta muy crítica de un grupo de científicos revisores, integrado –entre otros– por los doctores Enricco Bucci, Konstantin Andreev, Anders Björkman, Rafaele Adolfo Calogero, Ernesto Carafoli y Piero Camici.

 

Hechos y datos.

 

El 11 de agosto pasado Vladimir Putin anunció que los organismos de regulación de Rusia habían aprobado la vacuna contra el Covid-19 desarrollada por el Instituto Gamaleya de Investigación en Epidemiología y Microbiología dependiente del Ministerio de Salud Pública de ese país. La Organización Mundial de la Salud reaccionó con sorpresa ante el anuncio debido a la ausencia de datos correspondientes a la Fase 3.

 

Este apuro por aprobar la vacuna motivó la renuncia a su cargo en el Comité de Ética del Ministerio de Salud de Rusa del profesor Alexander Chuchalin, quien, al hacerlo, señaló que él era muy crítico de los dos científicos que estaban al frente de la investigación, el profesor Alexander Gintsburg, director del Instituto Gemaleya, y el profesor Sergei Borisevich, coronel médico y destacado virólogo del Ejército Ruso. “¿Han ustedes pasado por todos los pasos necesarios de aprobación requeridos por la legislación de la Federación Rusa y la comunidad científica internacional? Ese trabajo no ha sido hecho y así se ha violado uno de los axiomas clave de la medicina “primero no dañar”, dijo contundentemente el profesor Chuchalin.  

 

¿Cuáles son las críticas puntuales que el equipo revisor de The Lancet realizó a la investigación sobre la vacuna? Son fundamentalmente cuatro. Veamos:

 

  1. Falta de datos numéricos de cada uno de los individuos que participaron en la investigación relacionados a la evolución de sus niveles de linfocitos T CD4 y CD8. Para explicarlo con simpleza, esos linfocitos son células que tienen un papel muy importante en el sistema inmunitario.
  2. Falta de claridad en la comparación entre los niveles de anticuerpos de un grupo de 4.187 habitantes de Moscú seleccionados por haberse contagiado el coronavirus y haberse recuperado, y los 72 voluntarios que recibieron la vacuna.
  3. Falta de precisión en cuanto a la fecha en la que cada uno de los 72 voluntarios ingresó al estudio. Esto es importante porque para el desarrollo de anticuerpos se considera que es necesario que transcurran 42 días desde el momento de la inoculación de la vacuna. La crítica es muy puntual. Las fechas que se mencionan de incorporación de los “voluntarios” van desde el 18 de junio hasta el 3 agosto. Teniendo en cuenta que el artículo se publicó el 4 de septiembre, esa precisión es clave.
  4. No está claro si la información del artículo de Lugonov y colaboradores es un estudio de las dos fases que componen la Fase 1 o si lo es de Fase 1 y Fase 2.

Como se ve, las críticas son muy puntuales y significativas. Tanto es así que al comité de revisores del trabajo de Logunov les llamó la atención que una revista del prestigio de The Lancet lo haya publicado.  

 

Estos son los datos duros de lo que se sabe de la vacuna rusa hasta hoy.

 

Si esto resulta de por sí ya nebuloso, el Gobierno, con sus idas y vueltas, terminó haciendo un fenomenal aporte a la confusión general. El viaje secreto a Moscú –que después no fue secreto– de la secretaria de Acceso a la Salud de la Nación, Carla Vizzotti; el Dr. Alberto Fernández hablando el lunes de los 25 millones de dosis que se comprarán; la vocería presidencial afirmando que, en realidad, iban a ser 10 millones de dosis; el ministro de Salud, Ginés González García, aclarando luego que se comprarán solo si son aprobadas por la Anmat; unos diciendo que la vacunación será obligatoria; otros, que no; un comunicado de prensa insólito del Fondo Ruso de Inversión Directa en el que asevera que “las encuestas en la Argentina muestran una muy favorable recepción de su vacuna”, hecho que desmienten todas las muestras de opinión que se vienen realizando aquí.   

 

En fin, un verdadero aquelarre inentendible e innecesario. Es el peor escenario posible para una situación con el dramatismo del presente. Ojalá la vacuna rusa sea una gran vacuna porque el mundo va a necesitar de la disponibilidad de todas las que sean aprobadas por ser eficaces y seguras. Para saberlo, hace falta la experimentación científica documentada. Es lo que hasta aquí le falta a la vacuna rusa cuya única certeza por el momento es la duda.