Exceso de euforia…
Ginger &
Fred’, Georgieva y Caputo. Dibujo: Pablo Temes.
El Gobierno
avanza ante una oposición dividida, pero no aparecen los fondos para levantar
el cepo.
© Escrito por Nelson Castro del
sábado 26/10/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, República Argentina.
La agenda política está claramente marcada por la centralidad del Gobierno. Y
eso abarca desde el cumpleaños de Javier
Milei hasta las medidas que se van anunciando casi a diario
con un ritmo y un efecto que son generadores de un gran impacto político. Esto
no es casualidad. Forma parte de una combinación entre gestión y una estrategia
de comunicación que se han ido perfeccionando con el correr de los meses. Esta
semana hubo una muestra acabada de ello.
Hubo clima de festejo el viernes
cuando se conoció que, por primera vez en cinco años, el
riesgo país cayó debajo de los 1.000 puntos . El guarismo exacto
fue 984. Hubo un factor muy importante que contribuyó fuertemente para esto:
fue la resolución del Grupo de Acción Financiera Internacional (GAFI) que por
medio de una votación anunció que la Argentina no había caído dentro de la
“lista gris” de países en materia de lucha contra el lavado de dinero y el
terrorismo. Para eso fueron muy importantes las gestiones que se hicieron
durante el tiempo del trabajo de los evaluadores. Esta evaluación había
comenzado el año pasado en el contexto del gobierno de Alberto Fernández que
daba pie a todas las sospechas. Por aquellos tiempos desde la Unidad de
Información financiera (UIF) trabajaban a destajo con el peso sobre sus
espaldas que implicaba la falta de certezas para alcanzar un resultado
positivo. Finalmente, la reforma de la Ley 25.246 sobre lavados de activos, las
modificaciones al Código Penal y a los plazos de presentación de los Reportes
de Operaciones Sospechosas (ROS), la creación de un Registro Único de
Beneficiarios Finales en la antigua AFIP, así como el Registro de Proveedores
de Servicios de Activos Virtuales por parte de la Comisión Nacional de Valores
(CNV) fueron algunos de los tópicos que resultaron determinantes para que el
país no cayera en la “lista negra”. De haber obtenido una calificación
desfavorable la llegada de inversiones y préstamos de organismos
internacionales sería hoy un imposible. “El trabajo que se ha hecho en los
últimos meses fue destacable. Pero de alguna forma el final del gobierno de los
Fernández ayudó a que el organismo tuviera una mirada más contemplativa con la
Argentina”, aseguró una fuente que conoce a la perfección el proceso.
La caída del riesgo país es
positiva. Pero el viernes cerró a 984, cuando el de Uruguay, por
ejemplo, es 92.
De todas maneras, hay que
considerar el largo camino que queda hasta llegar a un valor del riesgo país
que sea equiparable al de las naciones con economías más estables que la
nuestra. Para tomar solo un ejemplo, el riesgo país de Uruguay está en 92 puntos.
La diferencia es enorme. Luis Caputo tuvo una ardua tarea en
Washington buscando destrabar las negociaciones
con el Fondo Monetario Internacional con la esperanza de
acceder a nuevos fondos. Las reuniones con la directora gerente, Kristalina
Georgieva y con la número dos del organismo, Gita Gopinath, fueron muy buenas.
Sin embargo, la posibilidad de acceder a nuevos préstamos sigue, hoy en día,
bloqueada. Caputo señaló que no había ido a Washington a pedir dinero, sino a
contar. Más allá de esto, la realidad es que la Argentina sigue buscando los
fondos que necesita para levantar el cepo. Esos fondos, hasta el día de hoy, no
están. Preocupa en algunos analistas allegados al Gobierno el exceso de euforia
que se vive puertas adentro cuando todavía resta un largo camino por recorrer
para que la economía finalmente se ponga en marcha. En materia política los libertarios
han puesto manos a la obra para depurar nombres que llegaron infiltrados en las
listas. En realidad –a pesar de haberlo negado desde un comienzo– hubo cierto
grado de acuerdo con Sergio Massa que acercó nombres a las listas de La
Libertad Avanza pensando que su competidor final sería
alguno de los alfiles de Juntos Por el Cambio. Un error que se pagó caro. En
los últimos diez días el Gobierno arremetió contra el massismo y realizó tres
denuncias públicas vinculadas a la AFIP, AySA y el Enacom. El propósito es
terminar de una vez y para siempre con figuras cercanas al tigrense. En la
ex-AFIP y en el Ministerio de Economía ya se veían venir la motosierra
recargada. El recorte de cargos y la reestructuración del organismo recaudador
de impuestos dejó algunas perlitas que demuestran la inmoralidad del uso
político del Estado en beneficio propio: sueldos que superaban los 30 millones
de pesos y puestos que podían ser heredados por familiares de quienes los
ocupaban. Una verdadera beca que le costaba millones de pesos al Estado.
“Teníamos que dar una señal contundente de que la motosierra avanza sobre la
casta. Había dudas y reproches por el esfuerzo que está haciendo la gente para
acompañar este proceso. De ahora en más, no quedarán dudas de que vamos a
terminar con los privilegios de la clase política”, aseguró un diputado
libertario con entusiasmo indisimulable. A pesar de estos avances, todavía
queda en el oficialismo una tendencia a elegir y nombrar funcionarios con
prontuario más que currículum. Es el caso del nuevo titular de la Dirección
General Impositiva DGI, Andrés Edgardo Vázquez, un funcionario que dejó muchas
dudas por su actuación en la entidad recaudadora durante los años del
kirchnerismo. En plena pelea de los K con los medios de comunicación Vázquez
fue quien lideró el megaoperativo de la AFIP contra el Grupo Clarín en 2009.
Además tuvo bajo su órbita la vigilancia de los negocios de Cristóbal López y
Lázaro Báez –a quienes benefició haciendo la vista gorda– y quedó en la mira
judicial cuando se descubrió que tenía dos cuentas no declaradas en el exterior
con casi medio millón de dólares. La casta no se depura con más casta.
Los libertarios han puesto manos a la obra para depurar nombres de infiltrados que llegaron en las listas.
Para cerrar la semana, la nota la
dieron CFK y el gobernador Axel
Kicillof visiblemente distanciados por la pelea por la
conducción del partido justicialista. Ambos se mostraron juntos en el acto por
el 47° aniversario de Abuelas de Plaza de Mayo en el Teatro Argentino de La
Plata. Lejos de trabajar por la unidad, el encuentro fue de una frialdad tal
que hasta la propia Estela de Carlotto se sintió incómoda en medio de la
tensión entre ambos. El Gobierno también festeja el
desorden de una oposición que no cristaliza en líderes competitivos, pero no
debería olvidar que, el peronismo, tiene una capacidad de reconstrucción
inigualable. El exceso de confianza es un pecado que, a la larga, se puede
terminar pagando con votos.