La vida es un tablero de ajedrez en donde los cuadros blancos son los días y los cuadros negros son las noches... Nosotros, somos las piezas que vamos de aquí para allá para caer al final en el cuadro de la nada... De Alguna Manera... Una Alternativa…
Aunque
suene obvio, estamos en un momento en el que convivimos
cuatro generaciones distintas en un mismo periodo de tiempo, pero eso trasladado al ámbito corporativo no es tan común y el reto para la
convivencia y la competencia es aún mayor. Se abre entonces el debate acerca de las políticas
que tienen las empresas en relación a la diversidad generacional.
Por este
motivo, la Directora de IDEA Diversidad Patricia Furlong explicó a este medio que, es necesario evaluar si“las preguntas tienen que ver con si es un tema que
se conversa dentro de la organización, si se visibiliza y se hay sensibilidad
respecto a la relevancia de poder ocuparse de este tema”. En este sentido,
desde cierto punto de vista organizacional se puede entender que no es tan
relevante este tema, pero quienes tiene más de "50,
55 o 60 años comienza la preocupación y son pocos los que pertenecen a este rango etario”.
Al mismo tiempo ocurre que las empresas valoran
y tienen en cuenta los intereses de cada rango etario. Por ejemplo, de aquellos
que están estudiando, sea su primera, segunda o tercera carrera. También de quienes están cerca
de la jubilación y tienen otros planes
para sus últimos años de empleabilidad.
“Hoy tenemos una expectativa de vida cada vez más larga, tenemos energía para
seguir trabajando y capacidades para mantenernos empleables por
más tiempo”, aseveró Furlong. Y luego añadió: “Estamos hablando de entender que a los 50 o
los 60 la vida todavía está en auge”, lo que
nos permite “sostener nuestros trabajos por más tiempos”.
En ese marco, una posibilidad que se abre para las franjas etarias más chicas y
más grandes es la de pertenecer al mundo laboral
generando diversidad en los equipos de trabajo, nutriéndose entre sí de
conocimientos, experiencias e inquietudes que generan una mixtura
provechosa para los trabajadores y para las compañías.
Si alguien se enoja, vamos a elecciones y es la sociedad la que define” dijo
Máximo Kirchner el viernes pasado en medio de la marcha del operativo clamor
que, con la excusa de una nueva conmemoración del “Día de la Memoria por la
Verdad y la Justicia” organizó La Cámpora, a la que nada le importó el reclamo
de Estela de Carlotto que no se utilizara el 24 con una finalidad
electoralista. Nada, absolutamente nada le importó a la agrupación que ahora
lidera Lucía Cámpora, sobrina nieta del expresidente Héctor J. Cámpora.
Esta afirmación del
diputado Kirchner representa una claudicación respecto de la exigencia de la
expresidenta en funciones de desplazar a Alberto Fernández y evitar una
interna.
Los voceros de esta campaña son no sólo el hijo de la vicepresidenta,
sino también Andrés “Cuervo” Larroque, quien una vez por semana concede reportajes
en los medios K y los medios públicos transformados en algo más parecido a una
topadora, para demoler la figura del primer mandatario.
De persistir en su
actitud, el Presidente le habrá asestado un duro golpe a Cristina Fernández de
Kirchner, quien está ejerciendo toda la presión que le es posible para que
Alberto Fernández decline su postulación a la Presidencia. Su criatura política
lo disfruta en silencio y se ilusiona con dejar sin opciones a su mentora. El
enfrentamiento es total.
Todo lo que viene
haciendo el Gobierno en materia económica es fallido. “Si tengo que devaluar,
renuncio”, se supo que dijo el ministro de Economía en medio de las presiones
para que así lo hiciera. Lo curioso es que hay devaluaciones todos los días. Y
son devaluaciones que ocurren no solo del dólar blue sino también del dólar
oficial. Forma parte del humo que vende Massa en su presumido papel de
“salvador” del Gobierno. La realidad lo viene castigando duro.
La medida adoptada esta
semana de obligar a los organismos públicos a pesificar sus bonos en dólares es
un manotazo de ahogado. Se sabe que el ministro de Economía consultó la medida
con CFK quien, obviamente, dio su visto bueno. Es una demostración que a la
vicepresidenta –una jubilada vip que con su doble pensión de privilegio se
lleva más de $ 9 millones– mide las cosas con doble vara. Nada que sorprenda.
Si esta medida hubiera
sido tomada por la oposición, la jubilada vip hubiera castigado a ese eventual
gobierno en palabras y acciones.
El país estaría incendiado. Para la colección
personal de los vaivenes del ministro de Economía quedan sus declaraciones
públicas de archivo: “Soy el único que puede ir a un centro de jubilados y
mirarlos a los ojos”. Habría que avisarle que esto ya no sería así.
Haga lo que haga el
Gobierno en materia económica dispone de un horizonte que no va más allá del
corto plazo. Cortísimo. La palabra clave es confianza. La polémica medida
fogoneada por Massa que incluyó la venta de títulos en dólares del Fondo de
Garantía de Sustentabilidad de la Anses –nadie escuchó a Fernanda Raverta
quejarse al respecto– es un ejemplo claro de que importa más el “quién” que el
“qué” o el “cómo”.
Un economista que conoce
al dedillo cómo piensan en el mercado lo describe así: “Técnicamente la medida
no fue incorrecta si lo que se busca es estabilizar los dólares financieros. El
problema es que nadie confía en los actores de este gobierno y todo lo que se
haga genera falta de confianza. En este contexto los efectos positivos resultan
efímeros. Con suerte se puede ganar un mes de tiempo” –sentenció.
Nada más se puede
esperar de un gobierno quebrado desde su génesis y que hoy ya no oculta el
descontrol de su mala praxis empujada por el todos contra todos. De arriba
hacia abajo y viceversa. No hay gestión. El plan se resume drásticamente a
aguantar.
Alberto Fernández está
decidido a perturbar a CFK con su candidatura. Ésta vive azuzándolo y
tratándolo de “pelotudo” en privado. Aníbal Fernández envió fuerzas federales a
la Provincia y le mojó la oreja a su par de Seguridad Sergio Berni y al propio
gobernador Axel Kicillof, quien teme que Nación descubra el descalabro y los
negocios que pululan entre las fuerzas bonaerenses.
La ministra de Trabajo
Kelly Olmos le asestó un duro golpe a Wado de Pedro luego de la discusión por
el otorgamiento de una suma fija a los trabajadores. Le dijo a su par de
Interior que mejor ponga la mirada sobre los sueldos que cobran los municipales
de la Provincia de Buenos Aires: “Es el sector salarial más retrasado”.
Teléfono para Kicillof.
Para aportar un nuevo
disparate a este verdadero todos contra todos, la vocera presidencial Gabriela
Cerruti, habló de “depurar” al periodismo y a la Justicia luego de los hechos
sucedidos durante la dictadura militar. Entre los sinónimos más comunes de ese
vocablo se encuentran: purificar, limpiar, eliminar. La portavoz con sus
comentarios y deseos de “depuración” no hace más que confirmar el enorme
componente fascista que anida en el corazón del kirchnerismo.
Son ellos o el enemigo.
Ellos son los mejores. Ellos son la Patria. El resto, somos objetos
prescindibles en el camino al sueño alocado del poder total. Una idea y una
fijación inaceptables para todo país que pretenda vivir en libertad y en
democracia.
Argentina le sumó a la fiesta del Mundial un
triunfo sobre Panamá y el gol 800 de Messi…
El seleccionado argentino
completó su primera fiesta post Mundial ante el multitudinario público que
colmó el renovado estadio Mas Monumental con un triunfo sobre el final ante
Panamá por 2 a 0 que tuvo como frutilla del postre el gol 800 en la carrera de su
capitán, Lionel Messi, en su séptimo intento de tiro libre de la noche.
Selecciones de Argentina y Panamá. Fotografía: ESPN
La
presunta desproporción entre el campeón del mundo y este conjunto panameño, que
vino a afrontar este compromiso con equipo alternativo, si bien se notó en la
jerarquía individual y colectiva, no se tradujo en el resultado y tampoco en
acumulación de situaciones de gol durante el primer tiempo.
Salvo un tiro libre
que rebotó en el palo izquierdo ejecutado por Lionel Messi, que antes de esa
acción terminó todo raspado en la rodilla derecha, sobre el cuarto de hora, no
hubo otras aproximaciones con riesgo real para el arco defendido por José
Guerra.
Obviamente que los
dirigidos por Lionel Scaloni hegemonizaron la posesión del balón, pero lo
manejaron en forma de abanico entre tres cuartos de cancha y el área rival, sin
generar filtraciones dentro de ella.
También y como
consecuencia, el arquero Emiliano Martínez nunca entró en contacto con el
balón, por lo que fue saludable para él que los "Dibu, Dibu" de los
hinchas argentinos se hubiesen producido antes del encuentro, ya que durante su
transcurso no había acción alguna que lo ameritara.
La fiesta no parecía
ser completa por entonces, pero a su vez tenía el atractivo que ofrece un
partido de fútbol jugado "en serio", con una oposición real para el
"homenajeado". Y eso intentó Panamá: no ser un simple partenaire.
Y a fuerza de
disciplina táctica, prolijidad y entrega, los centroamericanos hicieron olvidar
por un buen rato ese estado emocional que flotaba en los más de 80.000 hinchas
para reemplazarlo por una ansiedad creciente a la espera de algo también
"especial", como por ejemplo el gol 800 en la carrera de Messi.
Pero se fue el primer
tiempo sin nada de eso, y el segundo transitó por el mismo camino, De entrada
nomás Lionel Scaloni realizó tres cambios, dos más antes del cuarto de hora y
el sexto y último a los 23 minutos.
Es
decir que a esa altura del complemento habían variado el 60 por ciento de los
jugadores de campo que habían iniciado la final del Mundial de Qatar ante
Francia.
Pero esa persistencia
en el dominio argentino y un par de tiros libres de Messi que siguieron pasando
cerca del arco "rojo" fueron los que pintaron de colores tenues la
escenografía de la primera hora de la segunda etapa.
Hasta que en la
ejecución de su quinto tiro libre de la noche, Messi hizo rebotar nuevamente el
balón en un palo del arco de Guerra, pero en este caso y a diferencia del
primer tiempo, en el derecho. Y del rebote apareció el ingresado Thiago Almada
y su zurda para registrar su primera conquista oficial con la camiseta del
seleccionado argentino.
Por la misma vía
siguió intentando Messi inmediatamente llegar al 800, pero su sexto disparo se
fue por encima del travesaño.
Evidentemente esa
marca, que de extenderse a dos tantos más la elevaría a 100 con el seleccionado
mayor, y de ser tres le sumarían el 55to. "hat Trick" de su carrera,
parecía que iba a quedar para el próximo martes en el estadio Único Madre de
Ciudades, de Santiago del Estero.
Pero la película no
guionada no podía tener otro final que el que tuvo, cuando su zurda mágica
entró nuevamente en acción.
Y así, cuando
restaban apenas dos minutos para los 90, en su séptimo tiro libre clavó el
balón contra el ángulo superior izquierdo del arco de Guerra, y entonces
levantó sus brazos al cielo, fue nuevamente sepultado por sus compañeros como
en Qatar, y por fin pudo festejar el tanto 800 de su carrera y el 62do. de tiro
libre, superando por uno nada más y nada menos que a Diego Maradona.
La película, ya hecha
serie, como quedó dicho, tendrá más episodios, ya que el martes continuará en
Santiago del Estero.
Pero esa será otra
historia, una celebración más, ya en el interior del país, que volverá a
regocijarse con estos terceros campeones del mundo que viven de emoción en
emoción, con llantos a raudales como los exhibidos especialmente por
"Dibu" Martínez y Scaloni al momento de sonar el Himno Nacional.
Aunque no fueron los únicos. Los que no lloraron para afuera lo hicieron hacia
dentro. Pero nadie pudo quedarse al margen de la emoción de los campeones del
mundo.
-
Síntesis –
Argentina: 2
Emiliano
Martínez; Nahuel Molina, Cristian Romero, Nicolás Otamendi y Nicolás
Tagliafico; Rodrigo de Paul, Enzo Fernández y Alexis MacAllister; Lionel Messi,
Julián Álvarez y Ángel Di María. DT: Lionel Scaloni.
Panamá: 0
José
Guerra; Iván Anderson, Edgardo Fariña, Richard Peralta y Kevin Galván; Jiovany
Ramos, Irving Gudiño y Cristian Quintero; José Manuel Murillo, Alfredo Stephens
y Ronaldo Córdoba. DT: Thomas Christiansen.
Goles en el segundo tiempo: 32m. Almada (A) y
43m. Messi (A).
Cambios en el segundo tiempo: Al comenzar Víctor
Medina por Quintero (P), Omar Browne por Córdoba (P), Thiago Almada por Mac
Allister (A), Lisandro Martínez por Otamendi (A) y Lautaro Martínez por Julián
Álvarez (A), 14m. Paulo Dybala por Di María (A) y Leandro Paredes por Enzo
Fernández (A), 23m. Marcos Acuña por Tagliafico (A), Gilberto Hernández por
Fariña (P), Martín Morán por Gudiño (P) y Michael Casazola por Galván (P) y
31m. Miguel Camargo por Murillo (P)
Todos los años. Multitudinaria marcha a Plaza
de Mayo en 2022. Una manifestación que forma parte de la tradición popular
argentina. Fotografía: NA.
Para las argentinas y
los argentinos marzo es un mes con una carga de sentido político y cultural
notable, fundamentalmente porque se conmemora, el 24 de marzo, el Día Nacional
de la Memoria por la Verdad y la Justicia. La dictadura cívico-militar iniciada
ese día de 1976 fue el acontecimiento más dramático desde que somos un país
independiente.
Tenemos una historia lacerante, con elementos de violencia
importantes, fundamentalmente desde el golpe de 1930, pero también en épocas
anteriores, cuando ocurrieron genocidios como el de los pueblos originarios o
represiones como la Semana Trágica y los peones patagónicos. Sin embargo, la
dictadura de 1976 a 1983 es la etapa más trágica en todo sentido. Generó la
pérdida de 30.000 desaparecidos, robo de bebes y niños, tortura. Mediante el
terror y el miedo instrumentaron un modelo económico que mutiló nuestro sistema
productivo e instaló un sistema basado en la financiación. La «Ley de Entidades
Financieras» pergeñada por José Alfredo Martínez de Hoz, todavía vigente,
representa una rémora de esa política.
En ese
marco, el 24 actual es un acontecimiento democrático, político y cultural que
alcanza a la gran mayoría de la sociedad argentina, en forma transversal en
términos culturales, ideológicos y sociales, superando incluso la llamada
grieta y distintas identidades políticas.
Lo cierto
es que el 24 de marzo, con la lucha de madres, abuelas, hijos, se ha logrado
ideológica y culturalmente que una gran mayoría de la sociedad asuma la
convicción del «Nunca más». La consigna «Memoria, verdad y justicia» se ha
transformado en un signo de nuestro pueblo, adquiriendo carácter universal.
Por eso
esperamos que este 24 sea una vez más un gran pronunciamiento en las calles y
plazas a lo largo de toda la geografía del país, cargada de sentido y
contenido, en la que no solo se rinda homenaje a los desaparecidos y las
desaparecidas, sino que se consolide la idea de una democracia humanista y
solidaria con memoria, verdad y justicia, ya que no puede haber democracia
escondiendo crímenes y genocidios.
En
nuestro Centro Cultural de la Cooperación Floreal Gorini realizaremos esta
semana una actividad muy trascendente, junto con el Consejo Latinoamericano de
Ciencias Sociales (CLACSO), bajo el título «40-50-50 Memorias, Derechos Humanos
y Democracia: diálogos sociales a 40 años de la recuperación democrática en la
Argentina». El objetivo de estas jornadas no es solamente historizar la memoria
viva, sino desde allí y recordando los 50 años de los golpes de Estado de
Uruguay y de Chile, aunque lo primero es el 40, en representación del
aniversario de nuestra recuperación del sistema constitucional. Se trata de
repensar el presente y el futuro desde la perspectiva de la Argentina y el
continente.
Esteban
Echeverría decía que nada es más inútil que la historia si no se busca en ella
enseñanza. Es decir, estamos historizando, recuperando la memoria, pero como
sustento del debate de los tiempos por venir. Participarán personalidades
políticas y del mundo de la cultura de Uruguay, Chile, Perú y Colombia, habrá
talleres y debate y en la inauguración, el martes 21 a las 18 horas, además de
los mensajes institucionales de Karina Batthyány, directora ejecutiva de CLACSO
Uruguay y del que daré como director del CCC Floreal Gorini, brindará una
conferencia Manuela D’Avila, periodista, escritora, dirigente política y feminista
y gran personalidad política de Brasil. También presentaremos los libros
Malvinas en la geopolítica de América Latina, coordinado por Luis Wainer y
editado por el CCC, y una obra de Dávila, Siempre fue sobre nosotras,
presentada por la directora de CLACSO.
En un
momento tan difícil de la vida política en Argentina, en un año electoral
decisivo, en el que se dirimen dos proyectos políticos y económicos entre la
derecha y los sectores populares y progresistas, la idea de los derechos
humanos como algo compartido por las grandes mayorías progresistas es una de
las nutrientes decisivas y determinantes del proyecto popular. No hay que
olvidar, por citar solo una de las expresiones de esta naturaleza, que el
expresidente Mauricio Macri planteó en su momento, y reiteró esta semana, que
los derechos humanos son «un curro». Por lo tanto, no es una cuestión
circunstancial, sino de carácter ideológico y estratégico, que define con
claridad miradas y enfoques de proyectos de país contrapuestos.