martes, 19 de enero de 2016

Conocé los faros argentinos… @dealgunamanera...

Conocé los faros argentinos…


Distribuidos a lo largo del litoral marítimo argentino, podrán ser visitados por turistas y público en general.

© Publicado el martes 19/01/2016 por Gaceta Marinera de las Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires.



Los faros ubicados a lo largo de nuestro litoral marítimo argentino dependen del Servicio de Hidrografía Naval (SHN), organismo del Ministerio de Defensa. Durante este verano, como es costumbre, los diversos faros podrán ser visitados de forma libre y gratuita por turistas, lugareños y público en general.

De diferentes estructuras, los faros alumbran el camino de los navegantes preservando la vida humana y la integridad de las embarcaciones. A pesar de los enormes adelantos tecnológicos en materia de ayuda a la navegación, estas incansables señales luminosas continúan siendo vitales para quienes surcan las aguas argentinas. 

Junto con su función primaria como guías marítimos, permiten además una interacción permanente con las comunidades de las que forman parte y se constituyen en puntos de atracción para actividades científicas, educativas, recreativas y deportivas de la comunidad en general.

Los interesados en visitarlos y profundizar conocimientos acerca de su funcionamiento y la vida de sus torreros, pueden acercarse los días viernes, sábados y domingos de 09:00 a 12:00 y de 14:00 a 19:00



Como parte de la visita a los predios de los faros, el público podrá remontarse a fines del siglo XIX y comienzos del siglo XX, al escuchar las diversas historias de los lugares, anécdotas y recuerdos de la época, vividos en relación a estas estructuras de apoyo a la navegación y los hombres que las mantienen en permanente servicio.


A su vez, los visitantes contarán con el apoyo del personal de suboficiales del Departamento Balizamiento del SHN, que prestan servicios allí. Los predios que pueden visitarse son:

Provincia de Buenos Aires: Faros Punta Médanos, Querandí, Punta Mogotes, Quequén, Claromecó, Recalada a Bahía Blanca, El Rincón y Segunda Barranca. 



Provincia de Río Negro: Faro Río Negro. 


Provincia de Chubut: Faro Punta Delgada 

Provincia de Santa Cruz: Faros Cabo Blanco y Cabo Vírgenes.





¿Cuánta verdad entra en el sinceramiento?... @dealgunamanera...

¿Cuánta verdad entra en el sinceramiento?...


El develo me desvela: ¿Cuánta verdad estamos dispuestos a tolerar frente al proceso de sinceramiento que vive nuestro país? Los velos se caen y desnudan todo lo que no se quiso ver. Desde la falsificación de los datos de las estadísticas oficiales a los nombramientos en la administración pública, desde la ideologización de los temas y problemas del país, “lo nacional y popular” para disfrazar el despojo de los recursos y engordar lo único que verdaderamente fue institucionalizado en la década pasada, la corrupción. Una práctica instalada y consagrada.

© Escrito por Norma Morandini el sábado 10/01/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En nombre de la intervención estatal se vació al Estado y se lo despojó de sus mejores profesionales, en general los menos obedientes. Se estatizó el discurso, pero las funciones fueron privatizadas al dejarla en manos de terceros, empresas amigas del Gobierno, o universidades dispuestas a encubrir esa distorsión.

¿Cómo el Estado puede regular o limitar a las corporaciones con clientes electorales, sin competencia ni idoneidad. Cuando esas organizaciones suelen ser más poderosas que los mismos estados y contratan a los mejores, los más preparados y capaces? Una cuestión de sentido común que desmiente las teorías de soberanía del relato que dominó la década.

La corrupción copó el Estado para delinquir y mató a centenas de nuestros compatriotas por el desdén, la irresponsabilidad y la codicia de los funcionarios que lejos de servir se sirvieron de la incredulidad o el autoengaño de buena parte de los argentinos que creyeron vivir una gesta histórica a tarjetazos de 12 cuotas y una eficaz maquinaria de propaganda oficial.

Fueron años en los que se hizo creer que la unanimidad política es garantía de gobernabilidad. Cuando, en realidad, se desmontaron los  controles, se acobardó a los jueces, adoctrinó a los periodistas, los espías del Estado fueron utilizados para la extorsión política, periodística o judicial. La sociedad se fue resignando, una parte, convencida de buena fe y otra, como sucedió siempre, aislada en su egoísmo personal o grupal.

Las mendaces declaraciones de todo tipo, los engaños y autoengaños pueden considerarse la infraestructura sobre la que se apoyó lo que simplificamos como “el kirchnerismo”. De todos los autoengaños, el que me quita el sueño es el que menos entiendo. ¿Cómo pudo ser que muchas personas de buena fe y, tal vez, mucha culpa no reconocida, hayan podido creer que el compromiso con los derechos humanos comenzó con la orden presidencial para descolgar el cuadro de Videla en la pared? Cuando en realidad ese gesto develó esa odiosa tradición argentina de hacer desaparecer lo que molesta, no se soporta y se busca aniquilar. Nunca entender, persuadir, conquistar domesticar o cambiar.

Tal vez porque resulta más fácil destruir que la laboriosidad del día en la construcción a largo plazo de la vida compartida, que es contradictoria, plural y cambiante como la vida misma. Pero sobre todo, demanda coraje para mirar de frente nuestros defectos y carencia. Sin la victimización de poner las culpas ajenas y la responsabilidad que cada uno de nosotros tuvo y tiene en lo que hoy padecemos.

La mentira política comienza a desmontarse, pero no habíamos imaginado su descomunal dimensión. Vale preguntar ¿cuánta verdad está dispuesta a tolerar una sociedad que fue complaciente, creyó “el relato”, se autoengañó y como otras veces en su historia contemporánea, a la hora de la verdad, llega tarde y por eso niega el espejo que le devuelve el rostro de su humillación y vergüenza? De la respuesta que nos demos, tal vez, encontremos el indicio del
 devenir.

Es menos grave autoengañarse que negar la realidad. Pero los seres humanos siempre podemos volver a empezar. Ese es el triunfo de la esperanza sobre la experiencia y la imaginación de un mejor porvenir. Una tarea de todos.




lunes, 18 de enero de 2016

Nelson Castro sobre Víctor Hugo Morales... @dealgunamanera...

Nelson Castro se solidarizó con Víctor Hugo Morales...

Nelson se solidarizó con Víctor Hugo Morales...

Nelson Castro cuestionó el despido de Víctor Hugo: "Es una mancha negra para la democracia". El periodista, que compartía emisora con el uruguayo, lamentó su abrupta salida.

© Publicado el martes 12/01/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El periodista Nelson Castro se solidarizó con su colega de Radio Continental, Víctor Hugo Morales tras el despido que hizo la emisora del relator uruguayo.

"Con Víctor Hugo Morales no compartimos nada en temas de visión política, nos separa un abismo de diferencia. Pero esto es lo importante porque la fuerza de la democracia es la pluralidad y la presencia de distintas voces", señaló el columnista de Perfil.

"Su ausencia representa una mancha negra para la democracia argentina, como la puede representar la de cualquier otro que piense diferente", afirmó el autor de Enfermos de Poder.

Además, Castro advirtió que le causa "dolor" ver que hay gente que se alegra con el hecho. "Me produce un impacto y una profunda pena que Víctor Hugo no esté más en Continental", remarcó en su programa de esa emisora.

"Me ha producido mucha pena ver que hay gente contenta con la salida de Víctor Hugo del micrófono de Continental. Me da pena porque está marcando lo que ocurre en Argentina que es la dificultad para aceptar el pensamiento del otro", agregó el conductor.

Pasó en Del Plata. En 2009, la radio de Electroingenería no le renovó el contrato a Nelson Castro y ni siquiera lo dejaron despedirse de los oyentes. En ese entonces, Víctor Hugo se solidarizó con su colega: "Creo que para Nelson debe ser también un alivio no tener que trabajar para una radio comprada por gente del gobierno”.

Yo vivo rezando para que esto no siga avanzando, porque sé que esta gente va por todo y sobre todo por los medios", dijo por ese entonces. "Es una desgracia, hasta yo me siento amenazado. Estoy muy triste con el negocio que se está haciendo con el mundo de los medios de comunicación", remarcó.

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Buenas tardes, tristeza… @dealgunamanera...

Buenas tardes, tristeza…

Las palabras vuelven a las conversaciones, las artes, las esquinas y las plazas.

Las palabras no dan abasto con tanto dispositivo y dejan de ser ellas mismas. No les queda otra que recurrir a las nuevas máscaras: los emoticones.

© Escrito por María Álvarez el martes 12/01/2015 y publicado por el Diario Perfíl de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 


Ayer fui a la plaza con una amiga y su hijo de cuatro años, Martín. El sol estaba bajando y el aire era fresco, esas tardes de enero en Buenos Aires son únicas. Apenas llegamos, Martín, con un afilado radar infantil, se sumó al festejo de un cumpleaños desconocido y se puso a jugar carreras y a patear todo tipo de pelotas. Nosotras, cada tanto, interrumpíamos los dilemas amorosos, laborales y domésticos para disfrutar con la pandilla de niños, que parecían amigos de toda la vida.

El sol bajó y el cumpleaños empezó a desconcentrarse ante un partido que terminó. Como pudo, cada padre convenció a su hijo y fueron saliendo del espacio verde enrejado. Martín volvió con la remera mojada y los cachetes rojos de felicidad, y se sentó en el banco. Nosotras seguimos hablando, buscando llegar a esas conclusiones teóricas, tan difíciles de seguir en la práctica, que de a poco se fueron diluyendo con la luz y nos dejaron a los tres en un silencio de motores y pájaros.

“Mamá… Estoy triste”, largó Martín de la nada, y rompió la magia de la tarde. Mi amiga le acarició la cabeza y buscó un pañuelo de papel para secarle el pelo transpirado. Los miré. La frase, además de romper la tarde, me había roto el corazón. Puse el foco en mi amiga con ojos aterrados de sorpresa, pregunta y preocupación. Ella me devolvió la mirada, todavía fregando al chico con papel, y me tranquilizó, sonriente: “Es la nueva moda, por todo dice estoy triste”.

Quedé un poco angustiada con la falsa alarma. Como siempre, quise saber un poco más. “¿Por qué estás triste, Martín?”. “Estoy triste”, repitió. “¿Pero sabés por qué? ¿Cómo es la tristeza?”, insistí. Puso los ojos grandes y se sentó para reflexionar. “Sí”, dijo firme, “como en la película”. Mi amiga, que había aprovechado esos minutos para seguir pensando en sus cosas, subtituló a su hijo y aclaró, despreocupada: “Intensamente”.

Ah, sí, Intensamente, la película de Disney que muchos críticos cuentan entre las mejores del año pasado. Esa que los padres defienden porque habla de sentimientos, en donde Alegría no puede ser si no hay familia, amigos, goles, una casa grande y linda. Como si la familia, por ejemplo, fuese una fuente de felicidad por default. Pero ojo que Tristeza también puede ayudar, siempre que no tire tan abajo.

Y por ahí andan Miedo, Ira y Asco, que no se dejan conocer demasiado ni entendemos bien qué pito tocan. Intensamente, sí, claro, esa película que le pone cara a las emociones.

Ahora me voy muy atrás en el tiempo. En los principios del teatro griego, los actores usaban máscaras para transformarse en personajes, anular las individualidades y evitar cualquier tipo de confusión. De ahí viene el símbolo de las dos caretas flotando: la tragedia y la comedia. Pasaron los años y los actores se fueron sacando las máscaras, aceptando el precio de la confusión y explorando las posibilidades del rostro humano. Así, el arte de la actuación dejó de ser binario y se volvió complejo, en el mejor sentido, expresando aquello que no se puede nombrar con una sola palabra como alegría o tristeza.

Las pobres palabras, esas que hoy no dan abasto con tanto dispositivo y dejan de ser ellas mismas para ser ppio, ok, tkm, xq?, ntp, salu2. Llenas de impotencia, mutiladas, no les queda otra que recurrir a las nuevas máscaras: los emoticones. Ellos vinieron a hacer el trabajo sucio y transmiten cerveza o corazón, bronca o tren, mientras las palabras vuelven a las conversaciones, las artes, las esquinas. Esas caritas nos remontan al pasado, cuando la sonrisa era lo bueno y la mueca lo malo. No hay que generar dudas, mejor lo plano, sin matiz o sutileza. Como si habláramos con números. Pulgar arriba, pulgar abajo, aplausos, músculos, uno o varios, besito, guiño.

Todo autoabastecido en una pequeña imagen: carita llorando. El emoticón vino a poner un límite, a cerrar. En cambio las palabras abren, son exigentes, confunden y demandan; las palabras escritas necesitan frases, las habladas necesitan un tono. En su mundo, no todo es tan simple como la tristeza o la alegría de los emoticones y la película de Disney. Esa que marcó tanto a Martín. Esa que le enseñó que el aburrimiento, el cansancio, las ganas de ver televisión o el hambre pueden llamarse simple y solamente Tristeza.







Copa Ciudad de Buenos Aires. San Lorenzo 1 vs. Huracán 3... @dealgunamanera...

En la Costa mando yo…


Huracán venció por tres a uno a San Lorenzo de Almagro y de esta manera se quedó con la Copa Ciudad de Buenos Aires.

© Publicado el domingo 17/01/2016 por el Departamento de Prensa del Club Atlético Huracán de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Ante una multitud que se acercó en plena temporada vacacional hasta el estadio mundialista José María Minella el elenco dirigido por Eduardo Domínguez demostró madurez, dinamismo y sacrificio en la tercer presentación del verano y fue superior a un equipo veloz pero que no supo aprovechar las opciones de gol que tuvo y que con un desgaste significativo se quebró frente a la eficacia y desequilibrio de los delanteros Quemeros.

Cuando faltaban cinco minutos para la finalización de la primera parte, un tiro libre magistral de frente al arco ejecutado a la perfección por Daniel Montenegro se incrustó en la red de Sebastián Torrico y desató el delirio de la parcialidad de Parque Patricios. Con la ventaja mínima en el marcador, se fueron al descanso.

En la segunda etapa, el Globo sacó una diferencia aún mayor gracias a las apariciones de Cristian Espinosa y Mariano González quienes formaron parte esencial del segundo y tercer gol respectivamente. González eludió a dos hombres y cambió de frente para Espinoza que de primera puso el centro a ras del suelo que esperaba Ramón Ábila quien tras hacer pasar de largo a Torrico, definió en soledad.

Finalmente, el “7” Bravo ensayó un sólo espectacular que concluyó en el rebote que terminó por definir el partido y marcar el tercer gol del encuentro más allá del posterior descuento de cabeza del Cuervo.

Huracán consigue una victoria que sirve de empuje emocional, ayuda a tomar confianza, descontractura las dolencias típicas de una pretemporada y demuestra que así como en el barrio, el Globo dice “En la costa mando yo”.

San Lorenzo: 1 

Sebastián Torrico; Julio Buffarini, Juan Mercier, Matías Caruzzo, Emmanuel Mas; Franco Mussis; Pablo Barrientos, Leandro Romagnoli, Sebastián Blanco; Héctor Villalba y Martín Cauteruccio. Director técnico: Pablo Guede.

Huracán: 3 

Marcos Díaz, José San Román, Mario Risso, Federico Mancinelli, Luciano Balbi; Mauro Bogado, Mariano González, Patricio Toranzo; Daniel Montenegro; Cristian Espinoza y Ramón Ábila. Director técnico: Eduardo Domínguez.

Goles: en el primer tiempo, a los 44 minutos, Montenegro (H). En el segundo tiempo, a los 7 minutos, Ábila (H) y, a los 11, Caruzzo (SL), en contra; a los a los 33, Facundo Quignon (SL).

Cambios: en el segundo tiempo, a los 12 minutos, Facundo Quignon (SL) por Romagnoli; a los 18, Diego Mendoza (H) por Ábila; a los 23, Enzo Kalinsiki (SL) por Barrientos y Rodrigo Tapia (SL) por Caruzzo; a los 26, Alejandro Romero Gamarra (H) por Montenegro; a los 31, Ezequiel Miralles (H) por Toranzo; a los 36, Lucas Villarroel (H) por Espinoza y, a los 41, Alejandro Melo (SL) por Cauteruccio.

Incidencia: en el segundo tiempo, a los 39 minutos, fue expulsado Blanco (SL).

Arbitro: Jorge Baliño.

Estadio José María Minella.

Fotos: Daniel Méndez
 










jueves, 7 de enero de 2016

Año nuevo con sorpresas… @dealgunamanera...

Año nuevo con sorpresas…

"Basta de arbolitos". Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

Curiosamente, no fue el dólar la preocupación del final de 2015. Inundación, prófugos y una nueva oposición que se va armando.

© Escrito por Manuel Mora Y Araujo el martes 05/01/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En la Argentina el año nuevo con nuevo gobierno no siempre se asocia a expectativas tranquilas. Nuestros años nuevos, y la temporada veraniega que los acompaña, suelen ser políticamente complicados. Este de 2016 venía bien, con un gobierno nuevo dotado de energía y espíritu activo, y con las oposiciones y las corporaciones obstruyendo poco. Hasta que estalló lo inesperado: la fuga de los presos de la cárcel de General Alvear con su secuela de violencia y su carga de inquietantes ramificaciones políticas y mafiosas. Sin hablar del drama de una parte del país que se encuentra bajo el agua y con perspectivas inciertas de retornar a la normalidad.

del drama humano, el problema de las inundaciones remite en las percepciones de mucha gente de la ausencia de una política medioambiental. Es un problema universal y no sólo argentino, y como en muchos otros países, también entre nosotros tiende a ocupar un lugar marginal en la agenda política. Pero la problemática ambiental, fuera de agenda, reaparece este fin de año en la política no sólo por el impacto de las inundaciones sino además porque la ex presidenta Cristina de Kirchnercritica al presidente Macri por estar influido por la viuda de Douglas Tompkins, a raíz del tema de las represas hidroeléctricas en Santa Cruz –que es por sí mismo un tema de política pública, y no uno menor–. La contraposición entre desarrollo y medio ambiente como tema opositor.

La seguridad, el medio ambiente, las represas hidroeléctricas, no parecían estar entre los mayores ejes temáticos de esta transición política. Su irrupción en la agenda tal vez contribuya a instalarlos. Y son, si se quiere, una buena señal, porque son problemas que el país arrastra. Este año nuevo, la inflación, los salarios, el tipo de cambio, podrían habernos arruinado la fecha, pero no fue así. Por el contrario, y más allá del impacto de la suba de precios en diciembre, ha prevalecido un clima de expectativas positivas.

Un observador impresionístico no deja de advertir que para estas fiestas volvieron a verse en las góndolas de los supermercados de los barrios pudientes los consabidos fideos italianos y algunos otros productos importados, lo que no significa nada pero en la Argentina es una señal de “buen clima” de consumo de las clases medias. El tipo de cambio no se espiralizó; el ajuste no estalló.
Dentro y fuera del país la situación política argentina despierta más interrogantes que certezas.

Siendo todavía escasos los hechos, las palabras adquieren mayor significado. Al presidente Macri le hace un gran favor, sobre todo en el ámbito internacional, la inusitada y desubicada reacción del gobierno de Venezuela; ante el mundo, y hasta en nuestra América Latina más “bolivariana”, le suma a Macri y le resta a Maduro. Del mismo modo, algunos de nuestros conocidos libretistas nacionales y populares no paran de sorprender. Días atrás, José Pablo Feinmann publicó en Página/12 una pieza notable por el compendio de ideas reaccionarias que combina, acusando a Macri de serla máxima expresión de la deshumanizada modernidad capitalista y a la vez de someterse acríticamente a las enseñanzas del gurú hindú Sri Sri Ravi Shankar. No se entiende qué puede tener eso de particularmente malo, aun si fuese cierto; para Feinmann es inconsistente.

Mauricio Macri, quien asumió el mando con una referencia a Arturo Frondizi, debe estar desorientado con adversarios que lo acusan de estar influido por un líder ecologista o por un líder espiritual. Si Macri esperaba ser atacado por neoliberal, ahora puede dormir tranquilo.

Hasta ahora, no. El gobierno nacional podrá verse exigido por la situación económica y social; eso lo veremos en los próximos meses, pero no ha sucedido hasta ahora. Podrá verse sorprendido por acontecimientos como los de estos días; pero todavía es temprano para arriesgar pronósticos acerca de sus habilidades para capear temporales. De cómo se desarrollen los hechos en esos frentes dependerá, en buena medida, la suerte de este gobierno. Pero también dependerá de cómo se organicen y posicionen los grupos políticos opositores. Y al respecto, el año nuevo comienza con buenos vientos para el Gobierno.

La propensión del gobierno de Macri a hacer uso de los DNU abre un gran signo de interrogación. Tal vez termine concluyéndose que es una respuesta pragmática a necesidades coyunturales; tal vez, que responde a una estrategia política. Hay que esperar para ver. Mientras tanto, el vasto espacio peronista entra en una etapa de redefiniciones. Se entiende que Cristina de Kirchner tratará de mantener el liderazgo, pero no está todavía dicho si se tratará de un liderazgo combativo –como los antikirchneristas suponen– o articulador –como le gustaría al peronismo moderado–. Además, ese liderazgo ¿tenderá a fortalecerse o a diluirse con el paso del tiempo? Más allá de algunas obvias posturas típicamente opositoras, el peronismo exhibe estos días una amplia gama de matices; seguramente será implacable ante eventuales errores del Gobierno, pero no está dicho que será homogéneamente inflexible y destructivo a toda costa. Para muestra hay algunos botones: en el plano de las palabras, declaraciones del senador Urtubey, o la plataforma expuesta con claridad meridiana por Gustavo Marangoni en La Nación del pasado miércoles.

En el plano de los hechos, el bastante sorprendente experimento del municipio de La Matanza –con más población que muchas provincias–, que concentra en la nueva gestión de gobierno local a un alto número de funcionarios de las gestiones nacional y provincial anteriores.

No se descarta que termine sorprendiendo un tipo de peronismo “orientado a la gestión”, que intente desafiar al macrismo a competir en ese terreno donde se suponía que no encontraría competencia alguna. Tal vez la nueva oposición se muestre también pragmática y empuje para la actualización de la agenda de las políticas públicas, que en nuestra Argentina habitualmente es definida por las circunstancias o por las ideologías y no por las estrategias.

Feliz año nuevo.