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lunes, 18 de enero de 2016

Nelson Castro sobre Víctor Hugo Morales... @dealgunamanera...

Nelson Castro se solidarizó con Víctor Hugo Morales...

Nelson se solidarizó con Víctor Hugo Morales...

Nelson Castro cuestionó el despido de Víctor Hugo: "Es una mancha negra para la democracia". El periodista, que compartía emisora con el uruguayo, lamentó su abrupta salida.

© Publicado el martes 12/01/2016 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El periodista Nelson Castro se solidarizó con su colega de Radio Continental, Víctor Hugo Morales tras el despido que hizo la emisora del relator uruguayo.

"Con Víctor Hugo Morales no compartimos nada en temas de visión política, nos separa un abismo de diferencia. Pero esto es lo importante porque la fuerza de la democracia es la pluralidad y la presencia de distintas voces", señaló el columnista de Perfil.

"Su ausencia representa una mancha negra para la democracia argentina, como la puede representar la de cualquier otro que piense diferente", afirmó el autor de Enfermos de Poder.

Además, Castro advirtió que le causa "dolor" ver que hay gente que se alegra con el hecho. "Me produce un impacto y una profunda pena que Víctor Hugo no esté más en Continental", remarcó en su programa de esa emisora.

"Me ha producido mucha pena ver que hay gente contenta con la salida de Víctor Hugo del micrófono de Continental. Me da pena porque está marcando lo que ocurre en Argentina que es la dificultad para aceptar el pensamiento del otro", agregó el conductor.

Pasó en Del Plata. En 2009, la radio de Electroingenería no le renovó el contrato a Nelson Castro y ni siquiera lo dejaron despedirse de los oyentes. En ese entonces, Víctor Hugo se solidarizó con su colega: "Creo que para Nelson debe ser también un alivio no tener que trabajar para una radio comprada por gente del gobierno”.

Yo vivo rezando para que esto no siga avanzando, porque sé que esta gente va por todo y sobre todo por los medios", dijo por ese entonces. "Es una desgracia, hasta yo me siento amenazado. Estoy muy triste con el negocio que se está haciendo con el mundo de los medios de comunicación", remarcó.

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sábado, 2 de noviembre de 2013

Gobierno vs. Multimedios y la "Democratización del poder…" De Alguna Manera...


Gobierno vs. Multimedios y la democratización del poder…


En la Argentina sin información, campea la conjetura y el rumor. Por eso, perturba que lo mismo que defiende la Corte en su fallo, la transparencia, opaque lo que debiera ser luminoso, la consagración de los Derechos.

Y como de conjeturas se trata. ¿Por qué el fallo no se dio a conocer antes de las elecciones, el gran momento que tiene una sociedad para mirarse a sí misma, preguntarse hacia donde quiere ir y en consecuencia elegir con la mayor información posible a quienes va a delegar su confianza para que tomen decisiones en su nombre? Lo que puede interpretarse como prudencia antes de las elecciones se convierte en imprudencia post electoral ya que resulta imposible sustraerse al hecho político de que el fallo se dio a conocer cuando apenas comenzábamos a indagar sobre la manifestación electoral de la ciudadanía. Y en las vísperas de que celebremos la continuidad democrático. Todo un símbolo que no es patrimonio de ningún gobierno y sí mérito de todos los argentinos que finalmente entendieron que el único antídoto al autoritarismo es una auténtica cultura de Derechos.

De la lectura inicial sobre el resumen del fallo que difundió la Corte, se infiere que la mayoría de los jueces deslindó la responsabilidad constitucional en el Congreso que sancionó la ley y al reconocer los derechos de propiedad del Grupo Clarín lo mando, sin decirlo, a negociar con el gobierno. A la par, como fundamento constitucional, libera y legitima los valores de libertad, igualdad e independencia que defendimos a lo largo de todos estos años en los que fue tan difícil no quedar entrampados en la guerra simbólica que hizo de la pelea con Clarín, la “madre de todas las batallas”.

En términos de intereses es probable que haya perdido el grupo Clarín, pero en cuestión de valores, vale advertir que ahora es cuando más debemos exigir, en la justicia si es el caso, en la política y en el debate público para que el gobierno cumpla con todo lo que también sostiene el fallo del máximo tribunal.

A lo largo de estos cuatro años, vividos por el oficialismo como una mora con la democracia, se violaron y violan todos los principios con los que la Corte sustentó el fallo. Ni la distribución de la pauta oficial es ecuánime, ni el AFSCA, la autoridad de aplicación de la ley es independiente del gobierno, hasta el Defensor del público (no del ciudadano) es un defensor del gobierno y los medios públicos sirvieron para conseguir lo que el fallo de la Corte condena: la propaganda de un gobierno. La inequitativa distribución de la pauta oficial multiplicó la propagadora oficial y convirtió en empresarios periodísticos a quienes jamás mostraron un compromiso con la función social de los medios de comunicación, o entraron, siquiera a una redacción. Y lo que es más grave, utilizaron todo el poder del Estado para matar la reputación de los periodistas críticos, se burlaron de los artistas díscolos o los políticos opositores. Si no que lo diga Casero, el más reciente fusilamiento mediático que al igual que las manifestaciones de desprecio al resultado electoral desnudan una concepción de poder autoritaria.


Si como dice el fallo de la Corte, la libertad de expresión es la madre de todas las libertades y se debe garantizar el derecho de la sociedad a ser informada como parte del debate público, ahora más que antes debemos reclamar el respeto a nuestro derecho a disentir, que los medios públicos dejen de incitar al odio, tal como condena el Pacto de San José de Costa Rica. Ahora ya no son los jueces los que están en mora con la democracia como se escuchó decir a más de un defensor del gobierno. Quien está en mora con la democracia es el mismísimo gobierno que invoca a los derechos humanos pero no respeta los derechos ajenos.

Es cierto que la legitimidad constitucional de una ley surge de la votación mayoritaria del Congreso, pero cuando un gobierno abusa de su poder a expensas de subordinar al Parlamento y domesticar a la justicia, las instituciones y el poder mismo caen en la ilegalidad porque lo que es ilegitimo es el ejercicio del poder. De modo que a cuatro años de sancionar la ley que prometía democratizar la palabra, está ya en la hora de que empecemos a democratizarse el poder.

© Escrito por Norma Morandini, periodista, escritora, vicepresidente de la Comisión de Medios del Senado, el viernes 1º/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 26 de octubre de 2013

Casero... De Alguna Manera...


Casero...

Por Youtube, el artista pide derecho a réplica a 6,7,8.

Cuando uno se da cuenta de las reglas del juego, el juego se destruye. Se podría decir que eso hizo Casero: descubrió que el juego del kirchnerismo consistía en asustar a todos los que pensaran distinto bajo la amenaza de acusarlos de apoyar a la dictadura y de ser enemigos del pueblo. Entonces, fue directamente a sobreactuar lo opuesto para terminar, con ironía, develando el juego K. Sería algo así como la terapia de la prescripción del síntoma que promueve la Escuela de Palo Alto para tratar la neurosis.

La cuarta aparición pública de Casero, que es su segundo video en YouTube, donde termina tarareando la música de Los Muppets y diciendo “informó Lex Luthor”, el archienemigo de Superman, podría indicar eso. Me río de ustedes, los provoco, señores de 6,7,8, TVR y Duro de domar.

Y lo logra porque los productos de Gvirtz fueron mucho más moderados, sumado a que los de Szpolski directamente no se metieron cuando se hubieran cansado de hacer tapas en el pasado. Es cierto también que el contexto es otro –cada vez se les anima más gente– y no hubieran reaccionado igual hace varios años.

Pero no pareció el mismo Casero en sus anteriores apariciones. La primera, en la radio con Lanata, fue un hombre que justificaba su impulso de haber enviado un tuit crítico a Cabandié concentrado en su caso personal: el de quien descubrió que aquel que creía su padre no lo era, algo que inhibe la polémica porque se pueden discutir los pensamientos pero nunca los sentimientos.

En la segunda aparición, también con Lanata pero en la televisión, y quizás en consonancia con el marco de ese programa, aparece mayormente el Casero polemista. Y ya en los dos videos de YouTube emerge totalmente el desafiante, el que retando a duelo a Gvirtz, productor de los programas oficialistas, reta a duelo al relato kirchnerista. Casero comienza triste (“yo viví”, “yo sentí”) y termina alegre y sobrador (“yo me la banco”).

El Casero más argumentativo, el de la televisión con Lanata, ataca la cuestión central de la puntuación en el análisis del discurso. Un clásico de la teoría de la comunicación, donde un cambio en la puntuación cambia todo el significado, y que Gregory Bateson popularizó con la rata del laboratorio diciendo: “He logrado domesticar a mi experimentador, cada vez que apoyo la palanca él me trae comida”.

El kirchnerismo pone el punto en 1976 y allí comienza su historia, Casero corre el punto hacia atrás e incluye a la Triple A y la guerrilla de los 70, la misma historia para él comienza antes.

Los primeros seis minutos de ese reportaje con Lanata, Casero tiene una lógica argumentativa coherente, pero cuando vuelve sobre el tema de su padre que no era su padre, su cara se transforma y entra en una confusión donde tiene razón Carlotto en que su discurso se convierte en delirante, probablemente afectado por emociones personales atravesadas por el Edipo, la crisis de la mediana edad, cuestiones generacionales y hasta eventuales condensaciones de Cabandié con su hijo, al que pareciera describir como filo kirchnerista, y de él mismo con Cabandié por haber sido educado por un padre falso. Serían huellas de esas emociones frases como “vos callate, que no sabés nada”; “vení, enseñame lo que es la dictadura”; “es difícil explicarles a los jóvenes”; “yo soy abuelo, tengo 50 años, pronto 51”. La diacronía es múltiple porque es cierto que Cabandié vivió los efectos de la dictadura pero no la dictadura y que el ADN con el que Casero descubre que su padre era otro nada tenía que ver con la causa de las Abuelas de Plaza de Mayo, demostrando, como decía Freud, que el inconsciente es atemporal.

Pero Casero se recupera volviendo a atacar con maestría el relato K al denunciar que replica lo mismo que critica porque durante la dictadura se defenestraba materialmente al crítico mientras que en la era K se lo defenestra simbólicamente, con correctivos difamatorios de los medios de Gvirtz y Szpolski, lo que genera otra forma de vivir coaccionado y con miedo.

El uso de la palabra “correctivos” mediáticos por parte de Casero apela al destino de las pulsiones que Freud explicaba muy bien terminando en su contrario: sadismo-masoquismo, por ejemplo. Ciertos setentistas o sus herederos quedaron impregnados del mal que combatían. “Cuanto más se enardecen conmigo, más me recuerdan a los militares”, agregó.

Aunque no tanto como el de Cabandié, los dos videos de YouTube de Casero llamaron mucho la atención por la misma causa: no hablaban sólo de su experiencia personal sino que fueron una metáfora de un conflicto latente en todos.

Pero Casero cae en el mismo error en que un cambio de puntuación cambia todo el significado, en su caso el del kirchnerismo, y a partir de la 125. El sostiene que al comienzo de la era K simpatizaba con el Gobierno pero que todo cambió el día que D’Elía maltrató a Fernando Peña, porque allí comprendió que para los K “si no te gusta el modelo nacional y popular sos un oligarca hijo de puta”. 

Pero el problema ya venía de antes porque defenestrar al otro, ser maniqueo, aplicar la lógica de amigo-enemigo y ser agresivo fue siempre un sello del kirchnerismo, que ya traía desde su gobernación en Santa Cruz, nada más que en los primeros años no se lo quería ver porque el Gobierno era útil en otros planos.

Casero, con el desparpajo narcisista de los artistas, dice las mismas verdades que a veces sólo se atreven a decir los locos y los niños. Lo bueno es que cada vez menos gente tenga miedo a repensar un tema tabú.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el viernes 25/10/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Los videos