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domingo, 29 de enero de 2023

Qué berreta… @dealgunamaneraok...

 Qué berreta…


Coincidencias sonoras, ¿Berretta o beretta? Dibujo: Pablo Temes

El Gobierno no para de hacer papelones: Celac, Corte, peleas... 

© Escrito por Nelson Castro el sábado 28/01/2023 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Berreta: adj. coloq. Arg. De mala calidad. Éste es el significado que aparece en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua de una palabra que define a la perfección al desmembrado elenco de politicastros que hoy están a cargo de la administración del país.

En efecto, comenzando por el mismísimo Alberto Fernández, todo lo que exhibe el actual gobierno es berreta. Es berreta lo que dice y es berreta lo que hace. Un botón de muestra de ello fue la intrascendente reunión de la Comunidad de Estados de Latinoamérica y el Caribe (Celac).

Muy en off, algunos de los que acompañaron a Luiz Inácio “Lula” Da Silva no pudieron evitar la sorpresa al palpar el nivel de tensión interna y desorganización que se vive dentro del Gobierno. El hip-hop que hubo alrededor del frustrado encuentro entre el presidente del Brasil y la vicepresidenta de la Argentina fue propio de un reality. CFK exigía que Lula la visitase en su despacho del Congreso, mientras que el mandatario brasileño pretendía que, por razones de seguridad y logística, el encuentro se realizara en el Hotel Sheraton en el que se alojaba. En cambio, no hubo tal disputa con el expresidente uruguayo José Mujica, a quien Lula visitó en su chacra ubicada a las afueras de Montevideo. El kirchnerismo podrá armar el relato que crea conveniente para explicar el desaire; lo único cierto es que la reunión no se produjo. 

Argentina sigue siendo rehén de gran parte de una dirigencia política que solo busca proteger su interés. 

No fue muy distinta la impresión –decididamente mala– que se llevaron los empresarios que acompañaron al presidente brasileño. “Todo lo que pudimos ver del gobierno argentino es poco serio”, dijo uno de ellos que representaba el parecer de varios de sus colegas. 

Una de las iniciativas que generó sorna en la delegación brasileña fue la de la moneda común, a la que se pretende bautizar con el nombre de “Sur”. Hay que recordar que ya en tiempos de los presidentes Raúl Alfonsín y José Sarney hubo un intento similar. La moneda común se iba a llamar “Gaucho” y la memoria nos trae al presente un hecho contundente: esa iniciativa murió antes de nacer. 

Enojos. Ahora sabemos que el ministro del Interior, Eduardo “Wado” de Pedro se enojó con AF porque no lo invitó a la reunión de Lula con las organizaciones de Derechos Humanos. Como hubiera dicho el inolvidable Antonio Carrizo, De Pedro ha ingresado al club de los ofendidos y humillados. 

El episodio escaló y tuvo ribetes novelescos. La ministra de Desarrollo Social, Victoria Tolosa Paz, le exigió a De Pedro que se defina: “o estás adentro o estás afuera”, en referencia a la “falta de códigos” de los que critican siendo parte del Gobierno. Lo curioso es que Tolosa Paz se definía a sí misma en público y en privado como “la más albertista de los kirchneristas y la más kirchnerista de los albertistas”. 

El episodio continuó subiendo de tono y personajes de segunda línea de la provincia de Buenos Aires cercanos a Axel Kicillof –que ni siquiera valen la pena mencionar– volvieron a cruzar a la ministra para ver si elevaban su propia estima interna y ganaban algunas líneas en los diarios.   

Desde el inicio de este Frankenstein que es el gobierno nacional cada uno tuvo que salir a explicar de qué lado estaba. En palabras de Diego Latorre en sus tiempos de futbolista del club de la Ribera: “Un Cabaret”. 

Reculando en chancletas

Otro papelón. Desde su génesis todo fue contra natura. El tiempo se encargó de confirmarlo. Berreta también fue la primera reunión de la Comisión de Juicio Político que tuvo lugar el jueves último y lo será todo el proceso en ese sentido. Iniciativa que sólo encuentra explicación en la desesperación del kirchnerismo por intervenir el Poder Judicial para cooptarlo.

Sus mentores saben perfectamente que no tienen los votos necesarios para avanzar en la Cámara de Diputados con semejante disparate. Sin embargo, condenarán al país a la parálisis legislativa extendiendo este proceso tanto como sea posible para mantenerlo vivo en vísperas electorales.

La maniobra no está destinada a sumarle votos al oficialismo; más bien a sostener el frágil equilibrio interno para tirarle un hueso a la militancia dura. Un show que le saldrá muy caro a nuestro país que se verá sometido a una discusión estéril y dejará en segundo plano los problemas y necesidades reales de los ciudadanos argentinos. La disociación con la realidad es total. 

“No saben qué decir cuando se les recuerda que esta Corte tuvo su origen en los inicios de la presidencia de Néstor Kirchner. Se les queman todos los papeles y responden con chicanas y agresiones. Estamos obligados a debatir en un proceso que ni siquiera debería existir y eso lo vamos a recordar en cada una de las reuniones”, se quejó un diputado de Juntos por el Cambio al retirarse de la escena por los pasillos del Congreso. 

Otro indicador de la intrascendencia del proceso fue la ausencia de los principales cronistas de exteriores y periodistas acreditados en el Congreso dentro de la sala A del edificio anexo al palacio legislativo donde se reunió la Comisión. Curiosamente en la sala contigua acondicionada con unos banners que hacían referencia al convite, un puñado de canales de televisión afines al oficialismo hacía desfilar a los diputados kirchneristas ante sus cámaras para garantizar la difusión. 

Si en este primer encuentro que debió ser informativo y reglamentario no faltaron los insultos, las bajezas y la falta de respeto, lo que vendrá será aún peor.

La Argentina sigue siendo rehén de gran parte de una dirigencia política que busca proteger sus intereses sin el más mínimo decoro e interés por la Nación.




     

domingo, 20 de febrero de 2022

Gobierno. Sin conexión con la realidad... @dealgunamaneraok...

 Sin conexión con la realidad

“Solo le pido a Dios...” Alberto Fernández. Dibujo: Pablo Temes.

La falta de un plan económico serio para combatir la inflación es uno de los vacíos que arrastra este gobierno.  

© Escrito por Nelson Castro el sábado 19/02/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.



La vorágine por la que transcurre la realidad de la Argentina es tal, que lo estrepitoso que ocurre en un día cualquiera es superado por un hecho de un estrépito aun mayor que sucede al día siguiente. El 3,9% de inflación de enero parece haber ocurrido hace meses. Como todos los lectores saben, el dato se conoció a principios de la semana que pasó.

La inflación proyectada por el Gobierno para todo 2022 tiene un piso del 40% y nadie oculta que será varios puntos más alta. Las principales consultoras privadas la ubican en torno al 60%. La quita de subsidios a la energía, el aumento de los servicios públicos, el mencionado índice de precios al consumidor del mes de enero del 3,9% –pero con una ponderación de casi 5 puntos para el rubro alimentos– pulverizan los cálculos oficiales. Pero hay algo más triste: la falta de reacción y la contaminación ideológica de las pocas ideas que circulan por el Frente de Todos contra Todos. Al mismo tiempo que se conoció la inflación del primer mes del año, la portavoz de la Presidencia, Gabriela Cerruticonfirmó que el Gobierno planea la creación de una Empresa Nacional de Alimentos. ¿El objetivo? Fijar precios de referencia.

¿Suena conocido? Control de precios; precios máximos; precios cuidados; congelamiento de precios, y una larga lista de iniciativas con destino de fracaso que demuestran que no se puede alcanzar resultados distintos haciendo siempre lo mismo. Al fracaso que, de prosperar la iniciativa de este engendro nacido de mentes que atrasan todos los días un poco más, habrá que agregarle la oleada de corrupción que traerá consigo. La Empresa Nacional de Alimentos será una caja más de la cual se servirá el kirchnerismo duro para sus “negocios”.

La falta de un plan económico serio con medidas de fondo para combatir la inflación es uno de los vacíos que arrastra este gobierno desde el comienzo de su gestión.

“El acuerdo con el FMI traerá un ajuste inevitable, pero me atrevo a decir que la propia impericia local empoderó al Fondo para que venga a imponer un plan más o menos lógico para frenar la emisión y los excesos de la macro cometidos por este gobierno”, aseguró un economista de consulta, quien con una buena cuota de sentido común –de la que a diario demuestra carecer Alberto Fernández– agregó: “Si el acuerdo incluye los desembolsos proyectados, los niños cantores del oficialismo ya no podrán repetir que el gobierno de Macri accedió a un préstamo descabellado porque la historia para los Fernández es bastante similar”.

La cercanía de un acuerdo con el Fondo Monetario Internacional es un catalizador que agudiza las peleas dentro del oficialismo. Nadie sabe a ciencia cierta qué va a suceder cuando el entendimiento deba ser sometido al Congreso para su aprobación. La indicación –en verdad, debería decirse la orden– de Cristina Fernández de Kirchner de que el proyecto se trate primero en la Cámara de Diputados y no en el Senado es una muestra clara de su poca o nula voluntad de darle respaldo político a esta iniciativa del Presidente, clave para el devenir de la economía argentina. Surge en medio de tanta disputa un interrogante de significativo peso político: ¿Qué hará Axel Kicillof?   

Al respecto de este acuerdo, hay que tener en cuenta la decisión política del gobierno de Joe Biden de apoyarlo. La trastienda de este apoyo es abundante en complejos vericuetos por los que han debido moverse activamente los pocos funcionarios que tienen una cabal comprensión de cómo funciona el mundo. Entre ellos, uno de los que han tenido una tarea más dura, ha sido el embajador argentino en los Estados Unidos, Jorge Argüello. Enmendar los desaguisados de AF y su troupe no ha sido –ni será– una tarea fácil.

El 10% de la provincia de Corrientes está siendo devorado por el fuego. El ministro de Ambiente, Juan Cabandié, sobrevoló la provincia a más de veinte días de desatado el desastre. Las acusaciones cruzadas con la Nación demuestran que la incapacidad reinante es una de las causas del desastre. Cabandié es un militante político de La Cámpora sin ninguna experiencia en la materia. Es un error de la mayoría de los gobiernos ocupar con cargos políticos carentes de pericia técnica los ministerios, secretarías o subsecretarías vinculadas al cuidado del medioambiente. 

El rabino Sergio Bergman, que comandó esa cartera entre diciembre de 2015 y septiembre de 2018, tampoco la tenía. La improvisación y los favores políticos son hoy una condena que hipoteca el futuro y la riqueza natural de nuestro país. Ayer fueron los incendios en el sur –en donde todavía persisten algunos focos ígneos–, hoy es Corrientes y mañana podrá ser cualquier otro lugar. El accionar será siempre el mismo.

Mientras tanto el presidente Alberto Fernández, que evidentemente no tiene el pulso de la dimensión de la tragedia que ya llegó a los medios internacionales, se paseó por Mar de Ajó y se puso a atajar penales en la playa con un grupo de chicos en un balneario público. En lugar de mostrar empatía, preocupación y acciones concretas por el avance del fuego, optó por quedar desparramado en la arena demostrando –una vez más– su pasión por hacer el ridículo. “Fue un momento de distensión que compartió con chicos locales y turistas del lugar. No se le puede criticar cada cosa que hace. Eso también lo humaniza y lo conecta con la gente”, dijeron cerca de su entorno, aunque admitieron que “probablemente no fue el momento más oportuno”. Es que, junto al gobernador bonaerense, Axel Kicillof, y la diputada Victoria Tolosa Paz, el jefe de Estado celebró los resultados de la temporada 2022 en una recorrida por el Partido de la Costa.

Estas “bajadas a territorio” –como se las llama– se hacen respondiendo a un plan cuidadosamente diseñado donde nada resulta auténtico. A juzgar por los resultados, el Presidente y sus asesores deberían repensar detenidamente estas iniciativas. Alguien debería recordarle a AF que del ridículo nunca se vuelve.