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domingo, 27 de febrero de 2022

Alberto Fernández y Rusia... @dealgunamaneraok...

Ideología e impericia...


Plaza Roja (1985). Dibujo: Pablo Temes

El ataque ruso a Ucrania volvió a desnudar el combo ya habitual de errores del Gobierno.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 26/02/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Cada paso que da el Gobierno es peor que el anterior y sumerge a la Argentina en una situación de incomodidad autoinfligida por el presidente Alberto Fernández y la falta de pericia técnica de su equipo de gobierno tanto en el frente interno como de política internacional.

No se puede quedar bien con Dios y con el diablo endulzando sus oídos con discursos opuestos en un lapso de tiempo menor a 20 días. Ni siquiera hace falta recurrir a los archivos para poner en evidencia las contradicciones convertidas en papelones que están a la orden del día.

La invasión de Rusia a su vecina Ucrania dejó al primer mandatario preso de sus palabras y complicó la relación con los Estados Unidos, en medio de los intentos del ministro de Economía, Martín Guzmán, por cerrar un acuerdo con el FMI.

En política no está mal sentarse a dialogar con todos los líderes que tienen vínculos con el país; lo que no se puede hacer es salir a decir livianamente cualquier cosa. “¿Algún miembro del Frente de Todos va a cerrar la puerta de entrada que generosamente le abrió Alberto Fernández a Vladimir Putin?”, preguntó con sorna uno de los líderes de la oposición.

Escenario complejo. El pasado martes 22 de febrero, el Presidente de la Federación Rusa anunció que reconocía la independencia de las autoproclamadas repúblicas separatistas de Donetsk y Lugansk y envió tropas de “resguardo” a la zona. La situación en esa región es compleja. La mayoría de la población es rusa, hecho que dio pie a una conflictividad permanente. La relación entre ucranianos y rusos no es buena. De hecho, hay una norma que prohíbe el uso del idioma ruso.

Los conflictos deben encontrar en la negociación diplomática el cauce de la solución. Claramente, esa realidad de las dos regiones separatistas ha sido la excusa para el lanzamiento de la invasión. La dimensión del ataque demuestra que ése no es el principal problema ni el principal objetivo de Putin.

El autócrata ruso pretende instaurar en Ucrania un gobierno que le responda no sólo para alejar la posibilidad de cualquier acuerdo con la OTAN, sino también para tener a Ucrania bajo su puño con el argumento de que ello es clave para la seguridad nacional de Rusia.

El ejercicio de la memoria nos retrotrae al corazón mismo de la Guerra Fría. Con argumentos similares, cada uno de los bandos en pugna justificó la caída de gobiernos que no les resultaban afines.

Indulgencia oficial. El primer comunicado de la Cancillería argentina (más parecido a un formulario pro forma que a un texto elaborado con precisiones y fundamentos par expresar una condena de la invasión)habló de “situación en Ucrania” y omitió mencionar a Rusia.

La primera referencia a la invasión que hizo Alberto Fernández luego del tibio comunicado de Cancillería no fue mucho mejor. En un tuit publicado en su cuenta oficial en la tarde del 24 de febrero se puede leer: “Lamento profundamente la escalada bélica que conocemos a partir de la situación generada en Ucrania. El diálogo y respeto a la soberanía, la integridad territorial, la seguridad de los Estados y a los derechos humanos garantizan soluciones justas y duraderas a los conflictos”.

En pleno bombardeo, el Presidente habló de “escalada bélica” y, nuevamente al igual que Cancillería, de “situación generada en Ucrania”. Aún cuando el propio Putin ya había salido en cadena nacional a anunciar el ataque, fue cuidadosamente resguardado por el presidente argentino. ¡Bochornoso!

Fuentes del Gobierno aseguraban pasada la mitad de la semana que “Alberto y Cafiero tuvieron reuniones permanentes” y que “dado el equilibrio que se debía mantener en estos temas, había que ir con pie de plomo”. Un ex embajador que conoce al dedillo el paño aseguró: “No se trata de errores no forzados, el país sentó una posición y un alineamiento ideológico con Rusia que 24 horas más tarde no pudo sostener para no dañar aún más su vínculo con los Estados Unidos y complicar el acuerdo con el Fondo. Por eso Sergio Massa tuvo que salir enérgicamente a condenar el ataque y enviar señales positivas a Washington”.

La actitud de Massa tuvo un objetivo claro: ponerse a resguardo de los vaivenes y las inconsistencias del kirchnerismo en pos de mantener viva la llama de su proyecto futuro que –es preciso no olvidarlo– es alcanzar la Presidencia de la Nación.

Como siempre, el estrépito mayor lo ha generado el silencio de Cristina Fernández de Kirchner. ¿Hubiese permanecido en silencio si en lugar de la invasión a Ucrania ordenada por Putin hubiera habido una invasión dispuesta por Joe Biden a Cuba, Nicaragua o Venezuela, países cuyos gobiernos inquietan a los presidentes estadounidenses, sean demócratas o republicanos?

Lo que viene. Quita de subsidios y ajuste: la pelea que se pospone en el Congreso.

“Tal como están las cosas el ajuste lo pagará la gente. No hay ninguna garantía respecto al voto en el Congreso de los diputados del FdT. Por eso todo se retrasó”, explica una fuente parlamentaria que reconoce la grieta interna por el acuerdo con el FMI.

La sorpresa es que algunos aliados e integrantes de No tan Juntos por el Cambio  tampoco están tan seguros de votar a favor. “No se trata de salvarle o no salvarle las papas al Gobierno, es evidente que el ajuste llegará en los próximos meses y, con el actual contexto internacional, la suba de precios del petróleo, el trigo y el maíz, disparará la inflación aún más”, explicaron cerca de un legislador.

Se esperaba que el acuerdo ingresara por la mesa de entrada de la Cámara de Diputados el viernes. El jueves por la tarde, el presidente del cuerpo anunció que eso no ocurriría.

Desde varias usinas del kirchnerismo se confirmó esa filtración argumentando la real causa de la no entrada del acuerdo: el 25 de febrero es el aniversario del nacimiento de Néstor Kirchner.

“El problema del poder es cómo lograr un uso responsable de él sin caer en la irresponsabilidad y la indulgencia” (Robert Kennedy)






lunes, 24 de febrero de 2020

No fueron “conductas inapropiadas” fue GENOCIDIO… @dealgunamanera...

No fueron “conductas inapropiadas” fue GENOCIDIO…


Se requiere urgente rectificación de los dichos presidenciales. 

© Publicado el domingo 23/02/2020 por la Liga Argentina por los Derechos Humanos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.  

Según la Agencia Oficial de noticias Telam (bajo la presidencia de Bernarda Llorente), cable del 21/2/20; en el contexto de la despedida de un grupo de soldados que viajan a una misión de la ONU: “El presidente Alberto Fernández remarcó que el país cuenta con "Fuerzas Armadas totalmente integradas a la sociedad” y, en ese sentido, consideró que "toda la Argentina debe dar vuelta una página, una página que nos distanció mucho tiempo por la inconducta de algunos", en referencia a la última dictadura militar”.

Denominar “conductas inapropiadas de algunos” a lo que fue un Plan Sistemático de Exterminio, planificado y ejecutado bajo la supervisión y conducción del gobierno de los EE.UU. que procuraba el dominio total de la región en el marco de la llamada Guerra Fría contra el comunismo constituye un claro acto de negacionismo, de esos que el propio Presidente proponía sancionar jurídicamente hasta hace unos pocos días. 

Así como no pensamos discutir la cifra de los treinta mil compañeros desaparecidos, tampoco pensamos reabrir debates política, jurídica y académicamente saldados: son treinta mil, fue genocidio y hay presos políticos. 

Reclamamos la inmediata rectificación por parte del Presidente de los dichos sobre las conductas inapropiadas que nos agravian de manera directa (en la Liga militamos compañeras y compañeros que somos sobrevivientes al Genocidio, abogadas y abogados que durante más de doce año luchamos contra la impunidad estatal y una nueva generación que creció en política de la mano de la lucha por Memoria, verdad y justicia) y como parte de un enorme colectivo plural de millones que derrotamos el dos por uno y todas las políticas negacionistas de Macri y sus cómplices civiles y militares.

Banalizar los hechos del genocidio con “conductas inapropiadas de algunos” y pretender resolver problemas bien complejos como es el de las relaciones de la sociedad con los aparatos estatales armados confronta con las tradiciones de lucha democráticas y de defensa de los derechos humanos que sostenemos desde 1937, y que nos proponemos honrar en estos días.











sábado, 7 de junio de 2014

La confesión... De Alguna Manera...


La confesión...


Se me hace cuento.

–He perdido otro grupo de amigos –me comentó mi amigo Herbert–.

“Estaban arreglando las sedes para ver el Mundial. Casas, picadas, familias; cotejando tamaños de televisores, mujeres más o menos molestas, edades de los niños, barrios aledaños… Y de pronto no pude más: confesé. No me gusta ver el Mundial. Me aburre el fútbol. No tengo el menor interés en ver los partidos, ni siquiera de Argentina. Hace veinte años podía ver un Boca-River; una final del Mundial, un partido definitorio de Argentina. 

Pero como dice Cacho Castaña en Septiembre del 88: “No sé qué pasó, no sé cómo fue…”. Pero me hinché las pelotas, paradójicamente. No me interesa. No le encuentro sentido. Escucho a la gente en los bares deduciendo sobre fútbol y me parece una farsa. No distingo ninguna relación entre las jugadas y los comentarios. Escuché las mismas acotaciones durante cuarenta años con cientos de equipos distintos. Todos los partidos son iguales, todas las apostillas vanas. Pero mis amigos me habían visto saltar de alegría por un gol, alentar hasta quedarme afónico, pedir cambios e insultar al televisor. Fingía, les expliqué. No me movía un pelo. Impostaba la pasión. Les hacía creer que me entusiasmaba igual que ellos, para no quedarme solo. Como ese libro sobre el "subcomediante" Marcos: La genial impostura”.

–Dijiste la verdad –apunté– Ahora sos como un monoteísta en la Antigüedad. Los demás tienen imágenes para adorar, emociones, sentidos. Vos les estás diciendo que todo eso no tiene ningún valor. No les alcanza con que no los quieras convencer. El sólo hecho de haberlo dicho te va a marginar. Estás solo como un perro.

– ¿Por qué los judíos no se confiesan? –preguntó extemporáneamente Herbert.

– ¿Qué haríamos sin la culpa? –repregunté.

–Nicolás me preguntó si era gay. Después de que confesé que ya no me gustaba ver fútbol, me preguntó si era gay. Pero no sólo no soy gay, soy un caballero. En el Mundial 2010 argumenté una gripe y falté a Argentina-Alemania. Salí a caminar solo por la ciudad. Buenos Aires parecía arrasada por una bomba neutrónica. No había ni mendigos. Una mujer estaba arrodillada junto a su auto, con una rueda pinchada. 

Era Mabel. Durante años, fue nuestra musa imposible en la oficina. Personal jerárquico, en todos los sentidos. Evanescente, furtiva, portentosa: inaccesible. Pero quien fuera que debiera auxiliarla, no llegaba. Me acerqué. Fue la primera y única vez en mi vida que usé un cricket. Por suerte encontré un hotel por horas abierto, el conserje estaba clavado al televisor y ni miró el billete que le daba. Cuando le pedí el vuelto me regresó el mismo billete. No me cobró. Éramos los únicos huéspedes y, en lugar de escuchar los gritos de las habitaciones vecinas, escuchábamos los gritos sordos de angustia por el partido; aunque apagados, caían desde las ventanas de los edificios linderos. 

Y las imprecaciones del conserje. Pero eso nunca lo conté. Hubiera revelado que no tenía gripe; y mancillado la reputación de Mabel. Es la primera vez que lo cuento.

–Podríamos decir que los que ganan, no cuentan la historia –reflexioné.

–Esa frase de que la Historia la escriben los que ganan es una fantochada –replicó Herbert–. 

Los españoles derrotaron a los aztecas, pero ya no hay ningún libro que defienda a los conquistadores. De hecho, al pobre Colón lo tienen de aquí para allá. Flavio Josefo, el gran derrotado, contó la historia de Massada, no los romanos que la conquistaron. Los norteamericanos ganaron la Guerra Fría, ¿Conoces algún académico que hable a favor de Truman, de Eisenhower, de Nixon? Pero finalmente, de algún modo misterioso, se impone la verdad. No el relato del vencedor o del derrotado, sino la versión acorde a los diez mandamientos: Caín mató a Abel. X robó. H mintió. Sobre las ruinas de todas nuestras pretensiones, sólo queda la verdad. Pero… vos lo dijiste: la verdad los hará solos.

© Escrito por Marcelo Birmajer el Sábado 07/06/2014 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.