Intrascendentes…
PROTOCOLO PRO.
Patricia Bullrich. Dibujo: Pablo Temes.
El mundo no habló de Macri pos G20. Y pasamos de Trump-Xi, a Bullrich y si
desdoblan en Provincia.
© Escrito por Nelson
Castro el sábado 08/12/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad
Autónoma de Buenos Aires…
El glamour y el impacto
de la cumbre del G20 ya es historia. El caleidoscopio con las imágenes
del espectáculo del Teatro Colón que hizo llorar a Mauricio Macri, de Donald
Trump, de Vladimir Putin, de Angela Merkel y de Emmanuel Macron en la Casa
Rosada, en el complejo de Costa Salguero o por las calles y las parrillas de
Buenos Aires forman parte del pasado. Es verdad que los ojos del mundo
estuvieron atentos a lo que sucedía por estos lares. De hecho, la foto de la
cena compartida por Trump y Xi Jinping en el suntuoso hotel Hyatt dio la vuelta
al mundo. Pero ese mismo mundo ignoró a la Argentina. Nada hubo en los grandes
medios que le concediera a Macri algún protagonismo importante en el transcurso
de esas 48 horas de frenesí. No quiere decir que no lo haya tenido sino que es
otra muestra –una más– de la poca trascendencia que tiene la Argentina
como país.
La semana que pasó, por
lo tanto, tuvo otro tono. Fue el tono propio de la realidad por la que transita
nuestro presente, siempre abundante en situaciones de conflictividad. En este
contexto, el Gobierno apuró la implementación de una nueva norma en el tema de
la seguridad. El resultado fue la resolución que otorga mayores facultades a la
Policía Federal. Por la manera como se implementó esta medida, surge la
evidencia de que el Gobierno no consultó a nadie. Es decir, la improvisación. Y
ese nadie incluye a los socios de la coalición oficialista. Esa conducta del
Presidente muestra que el PRO se ha adueñado de Cambiemos. Y eso genera
problemas. Es una de las causas –la principal– por la cual Emilio Monzó no
competirá por la renovación de su banca el año próximo.
Todos a casa.
Monzó se ha cansado de
decirles al Presidente y al jefe de Gabinete, Marcos Peña, que tienen que
entender cómo es la política, en la que el vínculo humano pesa. “Es hasta algo
humillante tener que explicar cómo es el vínculo humano, más allá de las redes
sociales. En Cambiemos llegan las 8 de la noche y cada uno va para su casa, no
hay relación humana, no hay nada y eso se siente”, confiesa una voz allegada al
actual presidente de la Cámara de Diputados.
Hay un dato que se
conoce poco y que ilustra sobre la importancia de su gestión en el armado de
Cambiemos allá por sus albores. Fue Monzó quien, a través de un verdadero
trabajo de pinzas a lo largo de 2014, logró juntar a Macri y a Carrió. La
primera reunión que mantuvieron fue en febrero de 2015 y tuvo lugar en el
departamento de Monzó que está ubicado en Montevideo y Libertador, y fue a la
vuelta de su domicilio –en la plaza frente al Patio Bullrich– donde se hizo la
primera foto que se sacaron juntos.
Monzó y Carrió
anduvieron muy bien cuando al principio el presidente de la Cámara de Diputados
fue postergado por Macri, que se inclinó por seguir la línea de la “Ceocracia”
sostenida por Peña y sus adláteres, Mario Quintana y Gustavo Lopetegui. Eso
duró poco. Cuando Monzó intentó implementar una línea de apertura de Cambiemos
hacia otras expresiones del arco político Carrió lo “colgó” y adhirió a cerrar
el espacio.
Mesa chica.
El hecho político más
importante de la semana fue la cena de reconciliación que el radicalismo
organizó con la mesa chica de Cambiemos. A la tenida gastronómica en la
parrilla Don Julio solo faltó María Eugenia Vidal debido a que una de sus hijas
tenía el acto de graduación de la escuela. Se habló mucho sobre si es
conveniente adelantar o no las elecciones en la provincia de Buenos Aires.
Merodeó allí un temor
nuevo: que Cristina Fernández de Kirchner vaya de candidata a gobernadora y
apoye a nivel nacional a un candidato a presidente que surja de la unión de
todo el peronismo. Esa alternativa ha encendido alarmas en el interior de
Cambiemos. Si Vidal va colgada de Macri, el miedo de ella es que como a
Cristina le va mejor en la Provincia que a Macri, cualquier candidato que vaya
colgado de la espalda de Cristina les gane a los dos. Si bien Vidal mide mejor
que cualquiera, el problema es que Macri la hunda. Por eso se está evaluando el
adelantamiento de las PASO y de la elección a gobernador para separarlas de la
elección nacional.
Monzó –que en la cena habló poco porque lo tenía a Peña sentado justo enfrente–
fue uno de los que sostuvo la necesidad de anticipar las elecciones. Ese fue un
motivo más de confrontación con el jefe de Gabinete, que quiere que vayan todos
juntos.
Cordobazo.
Se habló mucho de Córdoba,
porque no hay candidato definido de Cambiemos. Se expusieron ahí dos
alternativas: la de Frigerio, quien propone hacer una interna en la que
compitan varios, y la de Peña, que no quiere primarias por el desgaste que
implica esa elección y porque, aun cuando se hiciese, no va a alcanzar para
posicionar al candidato. Por eso el jefe de Gabinete piensa que el método ahí
es hacer encuestas, medir y elegir como candidato a quien resulte estar mejor
posicionado.
Entre bifes, chorizos y
achuras, fueron varios los comensales que reconocieron que a la gestión de
Macri se la ve mal en todo el país, por lo que la decisión de desdoblar no se
va a estirar mucho más de febrero. El liderazgo del Presidente está cuestionado
socialmente y hacia adentro de Cambiemos. Esta es una realidad que se verbaliza
poco. Se lo ve políticamente debilitado. El G20 le dio un día de calma en los
mercados. Fue solo un día porque hoy el riesgo país está en 729 puntos. Es una
realidad que no se puede ocultar. El destino de la Argentina sigue siendo la
incertidumbre.
Producción periodística:
Lucía Di Carlo.
(Fuente: www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos defender nuestra propiedad intelectual. Robar nuestro contenido es un delito, para compartir nuestras notas por favor utilizar los botones de "share" o directamente comparta la URL. Por cualquier duda por favor escribir a: perfilcom@perfil.com