Memoria, Verdad y Justicia...
Videla no tiene entidad, no está vivo ni muerto... Sus palabras hacia los desaparecidos en Argentina...
El 24 de marzo de 1976 el
entonces Teniente General Jorge Rafael Videla encabezó el golpe de Estado que
pisoteó la soberanía popular iniciando la dictadura militar más sangrienta de
nuestra historia. Argentina se integraba así al gigantesco campo de
concentración en que se convirtió el cono sur de América Latina, donde no se
respetaron los derechos de más de 180 millones de mujeres y hombres, ni
siquiera el más elemental, que es el derecho a la vida.
Ante un país
desintegrado, debilitado institucionalmente, los intereses de la administración
republicana de los Estados Unidos y de las fuerzas armadas junto a los sectores
más retrógrados de la vida nacional, impusieron a sangre y fuego su objetivo de
reestructurar la sociedad y el Estado de forma de establecer una nueva
distribución del ingreso que favoreciera a los sectores económicamente
dominantes.
La drástica reducción de
la participación del asalariado en la renta nacional fue acompañada de la
deserción del Estado en su rol como prestador de servicios sociales e
instrumento reparador de las desigualdades. Se impuso así una política
económica neoliberal de marginación y exclusión, un modelo económico pensado
para expoliar a nuestro pueblo y saquear a la Nación.
Las previsibles
resistencias que el modelo provocaría hicieron que el asalto al poder fuera
acompañado de una represión sin antecedentes, y de una sistemática violación a
los derechos humanos. El terrorismo de Estado, instrumento al servicio de esa
atroz doctrina, arrojaría así el trágico saldo de decenas de miles de
argentinos torturados, vejados y asesinados a sangre fría. El asesinato de
mujeres embarazadas, niños y jóvenes revela la magnitud de este verdadero
genocidio.
Ante la muerte de Videla,
y a 37 años del funesto episodio que iniciaría la hora más larga y más negra de
nuestra historia, recordamos con dolor aquellos momentos en que nuestro pueblo
sufrió el oprobio de la dictadura, y seguimos reclamando Memoria, Verdad y
Justicia.
El dictador Videla murió
en una cárcel común condenado por la Justicia y la sociedad, una lección para esta
generación y las generaciones futuras para que el NUNCA MÁS sea por siempre
realidad.
© Escrito por Rubén Giustiniani, Senador Nacional, el sábado
18/05/2013 y publicado en: http://rgiustiniani.blogspot.com.ar