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domingo, 5 de octubre de 2025

Crisis Libertaria - El oficialismo pierde el rumbo en plena campaña… @dealgunamanera...

 Crisis Libertaria - El oficialismo pierde el rumbo en plena campaña…

Mundos subterráneos. Dibujo: Pablo Temes.


Los casos Spagnuolo y Espert golpean la credibilidad de Javier y Karina Milei. La interna se desordena.


© Escrito por el Doctor Nelson Castro el sábado 04/10/2025 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina.

El Gobierno transita por un momento de tribulaciones continuadas. La zozobra parece no tener fin. A la compleja situación económica –el efecto Trump parece haberse diluido– se le agregan los problemas puntuales que golpean a protagonistas claves de su elenco. Los audios de Diego Orlando Spagnuolo hablando sobre coimas pedidas a la droguería Suizo Argentina para ser destinadas a Karina Milei horadaron la imagen de honestidad del Gobierno y tuvieron un efecto muy negativo sobre la performance electoral de La Libertad Avanza en las elecciones distritales del 7 de septiembre pasado para la provincia de Buenos Aires. 

Las consecuencias adversas del caso que, dicho sea de paso, muestra un escasísimo avance judicial, las sigue viviendo Karina Milei en carne propia: el miércoles pasado fue abucheada en el Movistar Arena por gente que le endilgaba el quedarse con el ya famoso “tres por ciento”. Hay dudas entre los propios. A esa saga se le ha sumado esta semana la del diputado José Luis Espert, cuya situación en la campaña y en la presidencia de la Comisión de Presupuesto de la Cámara baja se hace insostenible. Su falta de respuesta ante cada una de las diez veces que Pablo Rossi le preguntó en su programa de A24 sobre si había cobrado los también ya célebres 200 mil dólares provenientes de un pago de Fred Machado, acusado por la Justicia de los Estados Unidos por narcotráfico y lavado de dinero, y el posterior y malísimo intento de explicación dado el jueves por la noche, no hicieron más que hundirlo. Tampoco pudo responder en el mismo espacio al periodista Santiago Fioriti. La documentación publicada en diarios, difundida en radios y mostrada en todos canales de televisión y streaming demolió todos y cada uno de sus argumentos con una contundencia implacable. Los libertarios de la primera hora están furiosos. “Parecemos un equipo amateur. El papelón en los medios no tiene vuelta atrás. ¿Para qué se expuso? Él sabía que había fotos y videos. ¿No lo pensó?”, se preguntan por estas horas en el elenco violeta.

"Parecemos un equipo amateur. El papelón en los medios no tiene vuelta atrás. ¿Para qué se expuso?" 

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Por ello, el único camino posible que le queda a Espert para evitarle al Gobierno males mayores es bajarse de la campaña. Le va a ser imposible evitar hablar de este tema tan oscuro y sospechoso en cualquier lugar en el cual se presentare. La oposición –con razón– continuará asestándole golpes uno tras otro. Salvo un imponderable, que no se ve hoy en el horizonte, esto le pone también fin a su aspiración de ser candidato a la gobernación de la provincia de Buenos Aires.

El único sostén del “Profe”, como lo llama, proviene de Javier Milei. En el gabinete nadie lo quiere. Santiago Caputo no lo quiere: la hermana del Presidente, tampoco. Patricia Bullrich fue la primera en sostener públicamente que debía dar explicaciones más allá de algún intento posterior de bajar la intensidad. La ministra es experta en detectar el cambio de los vientos. Esto refleja también la nebulosa en la que está sumido el oficialismo todo. No hay directiva que se siga de forma orgánica, socavando –al mismo tiempo– la palabra del propio presidente. Cada uno dice lo que le parece y cuando le parece. Las contradicciones son enormes.

El Gobierno ha perdido el aura angelada que lo acompañó sorprendentemente durante los primeros 19 meses de gestión. Esa pérdida se refleja, entre otras cosas, en esa falta de timing y de adecuada evaluación de la realidad. Un ejemplo de ello lo dio en la media mañana del viernes el vocero presidencial, Manuel Adorni, cuando anunció un plan de mejoras para el Hospital Garrahan de 30 mil millones de pesos. ¿Hacía falta esperar que se revirtiera el veto presidencial al presupuesto para el hospital, para que saliera esa ayuda? ¿De quién fue la idea de maltratar sistemáticamente al personal que allí se desempeña? La motosierra que le fue útil en la construcción inicial hoy parece condenarlo.

Lo mismo se aplica para el caso de Mauricio Macri, a quien Javier Milei y su hermana maltrataron de todas las formas posibles. Resulta que ahora Macri adquiere un relieve muy importante como dador de gobernabilidad ante la eventualidad de un mal resultado electoral el próximo 26 de octubre. En ese sentido, el tema de la gobernabilidad fue un reclamo directo de las autoridades del Fondo Monetario Internacional que, a tales fines, le exigieron a Milei acuerdo con el expresidente y con los gobernadores que aún tienen afinidad con él y con quienes se peleó. Dentro del PRO la actitud colaborativa –una vez más– de su líder divide las aguas. Hay quienes sostienen que no tiene sentido “subirse a un avión que viene perdiendo altura y sin un motor”.

Del otro lado están los que tienen una mirada maquiavélica del asunto: “No es momento de venganzas infantiles. Milei sabe que no tiene margen de maniobra, esta vez su actitud deberá ser distinta o el barco se hunde”.

La realidad es todavía más exigente. La Libertad Avanza deberá cerrar acuerdos con los gobernadores luego del 26. Si alcanza un resultado ajustado o mínimamente favorable, necesitará de acuerdos variopintos para obtener una seguridad que el macrismo solo no le puede garantizar. Volveremos a ver al ministro Guillermo Francos conduciendo la ambulancia para socorrer a los heridos que se han quedado por el camino. El cachetazo de la política es una enseñanza que Milei no debería olvidar jamás.




 

 

 

 

domingo, 17 de julio de 2016

La política social del Gobierno... @dealgunamanera...

La relación entre Emilio Pérsico y Carolina Stanley...


El fundador de Quebracho y la ministra "aristocrática": un vínculo inesperado.

© Escrito por Santiago Fioriti el domingo 17/07/2016 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

–Pensé que me iba a encontrar con una concheta– dijo él.

¿Sí? Y yo pensé que vos eras un fundamentalista– dijo ella.

En el piso 14 del Ministerio de Desarrollo Social la charla arrancaba por un costado más bien prejuicioso, pero eso sólo duraría unos segundos. Era el primer diálogo a solas después de tres encuentros más grandes y que incluyó un asado.

Pero para entender el inicio de un vínculo inesperado, hay que hacer historia.

Emilio Pérsico siempre fue menos reconocido por su nombre que por su larga barba, espesa y bicolor como los bigotes de Charly García. Tres matrimonios, diez hijos, católico, misterioso y desconfiado, amigo de Papa Francisco y piquetero favorito en el mundo K, el líder del Movimiento Evita llegó a admirar tanto la figura de Kirchner que a su último varón lo llamó Néstor en homenaje. Milita desde los 14 años, tiene 67: debutó en la UES de La Plata como paso previo a la Juventud Peronista y más tarde se acopló a Montoneros. Estuvo exiliado en Suiza y España y regresó a la militancia activa en los noventa, cuando se erigió en uno de los fundadores de Quebracho, una agrupación violenta que cortaba calles, incendiaba locales y escrachaba embajadas. Alguna vez, ya alejado de Quebracho, le preguntaron si no se arrepentía de haber arrojado bombas molotov.

Para nada: “¿Quién no lo ha hecho en algún momento en Argentina?”.

Se refería principalmente a los años setenta, cuando la revolución parecía posible. Con ese mundo soñaba Pérsico cuando Guillermo “Willy” Stanley, un histórico del Citibank –que hoy comanda un poderoso fondo de inversión que maneja empresas como Havanna– llevaba al Saint Catherine School a Carolina Stanley, la actual ministra de Desarrollo Social de Mauricio Macri. Intima de María Eugenia Vidal, habituada desde chica a descansar en Punta del Este, 41 años, madre de dos hijos y esposa del ministro bonaerense Federico Salvai, Stanley es la carta de Mauricio Macri para ablandar a los referentes sociales más duros. La acusan de no conocer el Conurbano. Con Pérsico, sin embargo, parece que algún éxito tuvo.

El diálogo cara a cara entre la hija del banquero y el piquetero sorprende a propios y extraños después de una vida con mundos cruzados. A Pérsico, según contó él a varios integrantes del Movimiento Evita, le gustó que ella lo recibiera de jeans y sin maquillaje.

Esto es como la canción que canta Silvio Rodríguez –le dijo Pérsico a Stanley parafraseando “Ojos color sol”–: los banqueros de hoy construyen casas y regalan comida”. La alusión del piquetero a “Willy” Stanley era evidente, pero la ministra prefirió pasarla por alto. No le agradan las comparaciones: “Trabajé toda la vida en temas sociales”, suele afirmar.

Cuentan en los pasillos del edificio de Desarrollo Social que entre ellos hubo sintonía de entrada. “Yo no voy a dar de baja el plan Argentina Trabaja”, le anticipó Stanley apenas lo conoció. El piquetero le detalló cuáles eran sus inquietudes, dónde están las principales necesidades de los sectores vulnerables y qué situaciones no pueden esperar en el Conurbano profundo.

Cuentan también en el ministerio que la funcionaria mandó a ver si todas las situaciones que le había transmitido eran exactas y que no encontró alteraciones. Un dirigente que habla seguido con Pérsico revela esta historia: “Si él pide ladrillos para hacer hornos y al tiempo llega la gente del ministerio al lugar ve que están construidos. No solo eso: se encuentran con jóvenes que le están enseñando a hacer pan a los vecinos”. Cerca de Stanley aseguran que Pérsico “cree en la economía popular y lo respetamos. Vamos a poder trabajar bien juntos”. Pérsico lo ha explicado con términos menos edulcorados: “La burguesía nunca va a entender a los pobres porque camina sobre alfombras”.

La ministra y el piquetero han acordado algunas bases del trabajo: recorrer casa por casa las zonas más pobres y revelar el porcentaje de indigencia “real”; tratar las adicciones y mejorar la situación en fábricas recuperadas.

En sus confesiones a la ministra, Pérsico ha retratado: “A un pobre le das leche y comida y llegás al barrio y ves que la militancia construyó la mesa y las sillas para poder sentarse”. Stanley ha hecho lo suyo para mostrar sintonía: “Yo no reniego de las cooperativas. Es una palabra que hay que recuperar porque el kirchnerismo se la había apropiado”. Uno de los compromisos que tomó Stanley para el corto plazo fue enviar alimentos para 600 comedores bonaerenses. “Hay situaciones dramáticas”, asumen en el Gobierno.

La militancia de la agrupación que conducen Pérsico y Fernando “Chino” Navarro desprecia a Macri. “Se quiere comer a los pobres”, dicen. Para Pérsico esa discusión hay que darla, pero sin dejar de negociar. Es la diferencia con otros referentes kirchneristas. Luis D’Elía, con el que Pérsico caminaba a la par, lo ha acusado de perder “la dignidad”. Lo mismo piensa Martín Sabbatella. Se refieren, entre otras cosas, al acto que Pérsico compartió con Macri en la Confederación de Trabajadores de Economía Popular hace algunas semanas en Almirante Brown. Ese día se produjo la foto que ilustra esta página. Pero hubo otra más atractiva: la de Pérsico saludando a Macri. El Gobierno prefirió no difundirla: un gesto sutil para devolver gentilezas.