Crisis Libertaria - El oficialismo pierde el rumbo en plena campaña…
Mundos
subterráneos. Dibujo: Pablo Temes.
Los casos Spagnuolo y Espert
golpean la credibilidad de Javier y Karina Milei. La interna se desordena.
"Parecemos un equipo
amateur. El papelón en los medios no tiene vuelta atrás. ¿Para qué se expuso?" 
Hoy más que nunca Suscribite
Por ello, el único camino posible que le queda a Espert para evitarle al
Gobierno males mayores es bajarse de la campaña. Le va a ser imposible evitar
hablar de este tema tan oscuro y sospechoso en cualquier lugar en el cual se
presentare. La oposición –con razón– continuará asestándole golpes uno tras
otro. Salvo un imponderable, que no se ve hoy en el horizonte, esto le pone
también fin a su aspiración de ser candidato a la gobernación de la provincia
de Buenos Aires.
El único sostén del “Profe”, como lo llama, proviene de Javier Milei. En
el gabinete nadie lo quiere. Santiago Caputo no lo quiere: la hermana del
Presidente, tampoco. Patricia Bullrich fue la primera en sostener públicamente
que debía dar explicaciones más allá de algún intento posterior de bajar la
intensidad. La ministra es experta en detectar el cambio de los vientos. Esto
refleja también la nebulosa en la que está sumido el oficialismo todo. No hay
directiva que se siga de forma orgánica, socavando –al mismo tiempo– la palabra
del propio presidente. Cada uno dice lo que le parece y cuando le parece. Las
contradicciones son enormes.
El Gobierno ha perdido el aura angelada que lo acompañó
sorprendentemente durante los primeros 19 meses de gestión. Esa pérdida se
refleja, entre otras cosas, en esa falta de timing y de adecuada evaluación de
la realidad. Un ejemplo de ello lo dio en la media mañana del viernes el vocero
presidencial, Manuel Adorni, cuando anunció un plan de mejoras para el Hospital
Garrahan de 30 mil millones de pesos. ¿Hacía falta esperar que se revirtiera el
veto presidencial al presupuesto para el hospital, para que saliera esa ayuda?
¿De quién fue la idea de maltratar sistemáticamente al personal que allí se
desempeña? La motosierra que le fue útil en la construcción inicial hoy parece
condenarlo.
Lo mismo se aplica para el caso de Mauricio Macri, a quien Javier Milei
y su hermana maltrataron de todas las formas posibles. Resulta que ahora Macri
adquiere un relieve muy importante como dador de gobernabilidad ante la
eventualidad de un mal resultado electoral el próximo 26 de octubre. En ese
sentido, el tema de la gobernabilidad fue un reclamo directo de las autoridades
del Fondo Monetario Internacional que, a tales fines, le exigieron a Milei
acuerdo con el expresidente y con los gobernadores que aún tienen afinidad con
él y con quienes se peleó. Dentro del PRO la actitud colaborativa –una vez más–
de su líder divide las aguas. Hay quienes sostienen que no tiene sentido
“subirse a un avión que viene perdiendo altura y sin un motor”.
Del otro lado están los que tienen una mirada maquiavélica del asunto:
“No es momento de venganzas infantiles. Milei sabe que no tiene margen de
maniobra, esta vez su actitud deberá ser distinta o el barco se hunde”.
La realidad es todavía más exigente. La Libertad Avanza deberá cerrar
acuerdos con los gobernadores luego del 26. Si alcanza un resultado ajustado o
mínimamente favorable, necesitará de acuerdos variopintos para obtener una
seguridad que el macrismo solo no le puede garantizar. Volveremos a ver al
ministro Guillermo Francos conduciendo la ambulancia para socorrer a los
heridos que se han quedado por el camino. El cachetazo de la política es una
enseñanza que Milei no debería olvidar jamás.











