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domingo, 12 de noviembre de 2017

En defensa de idiotas útiles y estúpidos progresistas... @dealgunamanera...

En defensa de idiotas útiles y estúpidos progresistas (I)

Acusadores. Carrió, Lanata y Pablo Sirvén. Fotografía: CEDOC/PERFIL

Esta semana volvió a agregar su contribución a la elocuencia prosaica tan de moda en los medios y las redes Elisa Carrió.

Esta semana volvió a agregar su contribución a la elocuencia prosaica tan de moda en los medios y las redes Elisa Carrió, al calificar de progresismo estúpido a quienes no compartían su punto de vista durante un debate parlamentario del que se fue acaloradamente.

La progresista estúpida de Carrió en el debate en Diputados era Margarita Stolbizer, quien insiste en no alinearse con alguno de los dos grupos en pugna de la grieta, y en ella significa a todas las personas no K que no son pro Macri. A los ojos de Carrió, Stolbizer es estúpida también porque prefiere pagar el precio de la insignificancia electoral a sumarse a la ola amarilla, que cuenta hoy con el apoyo de la mayoría. Un planteo que, aunque no sea populista, es igualmente demagógico que el del kirchnerismo en sus primeros años.

Carrió fue progresista, como muchos periodistas que se han corrido a la derecha


Cuando Néstor Kirchner era presidente, les decía a periodistas como Ernesto Tenembaum, que se resistían a sumarse acríticamente al relato mayoritario de época, que se quedaban en la cosa chiquita del periodismo y no en lo grande de la política. Estúpidos que se conformaban con ser periodistas o ser progresistas y no se daban cuenta de que lo que importa es ganar, y bastante menos cómo se lo hace.

Estúpidos progresistas que se preocupan por la libertad de expresión de medios con ideologías contrarias a las propias, de medios con los que no están de acuerdo o incluso por la libertad de expresión de aquellos que fueron sus adversarios y hasta los combatieron con formas que un progresista estúpido nunca usaría.

Idiotas útiles, como fuimos calificados por columnistas de los diarios La Nación y Clarín quienes firmamos una solicitada en defensa del diario Página/12. Escribió Pablo Sirvén en Twitter el 16 de octubre: “Firmar una solicitada por Verbitsky una semana antes de las elecciones no es síndrome de Hubris, sí de Estocolmo. Perón diría: ‘idiotas útiles’”. Antes, el 25 de junio, ya había titulado “Cristina se apalanca en idiotas útiles” una columna en La Nación que comenzó diciendo: “La fascinación de los medios de comunicación con Cristina Kirchner es inversamente proporcional a la simpatía que le tienen”.

Y en su columna de Clarín titulada “La mafia tiene buena prensa”, Lanata calificó a los firmantes de la solicitada en defensa de Página/12 como “casi todos kirchneristas, un par de independientes, algún ingenuo y muchos idiotas útiles”.

Estúpidos progresistas e idiotas útiles que se preocupan porque la ministra Patricia Bullrich no separó provisoriamente al responsable de Gendarmería ante la desaparición de Maldonado mientras que sí se hizo con Gómez Centurión ante una denuncia tampoco probada, para reponerlo al frente de la Aduana una vez que se hubiera comprobado falsa, demostrando que a Macri le preocupa enviar a la sociedad mensajes de que estará más preocupado por cualquier delito económico que por posibles delitos de integrantes de alguna fuerza de seguridad mientras cumplan órdenes del Estado.

Discrepo totalmente con la línea editorial del diario La Nación en materia de derechos humanos pero valoro que no nos llame “idiotas útiles” o “estúpidos progresistas”, probablemente porque su posición fue siempre la misma y no tiene la furia del converso.

Dos de sus últimos editoriales reflejan esa línea. En el del 31 octubre titulado “Gendarmería: las cosas por su nombre”, escribió: “Desde los primeros momentos, la ministro de Seguridad, Patricia Bullrich, fue fuertemente atacada cuando apoyó incondicionalmente a la Gendarmería a sus órdenes, aun cuando muchos sostienen que habría sido una buena medida desafectar a los gendarmes involucrados hasta tanto se clarifican los hechos” (...) “Nos preguntamos si quienes produjeron tanto daño y dolor, de modo artero o equivocado, no deberían expresar públicamente: ‘Perdón Gendarmería’”.

Un progresista cree que, por el contrario, se hubiera mejorado la valoración social de la Gendarmería y se hubieran ahorrado ataques a muchos de sus integrantes y al propio Gobierno si se hubiera desafectado transitoriamente a quienes condujeron el operativo y se hubiera colocado al frente de la comunicación al ministro de Justicia, Germán Garavano, más sensible y ponderado.

Las defensas no pueden ser “incondicionales”, como elogia La Nación de Bullrich, y no se le debe pedir “perdón Gendarmería” como no se debe castigar a las Fuerzas Armadas o de seguridad como instituciones por el mal proceder de algunos de sus integrantes. Alfonsín, un verdadero progresista, nunca acusó a las fuerzas de seguridad sino a los hombres que las deshonraban. Hay posibilidad de mala praxis en todas las instituciones y profesiones cuyo juzgamiento no denigra a la institución sino que la fortalece, potenciándola cuando se prueba su inocencia. 

Y en el editorial del 9 de noviembre titulado “Una comisión que se arroga derechos que no tiene”, se refiere a la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, a la que el Gobierno supone cooptada por el kirchnerismo y, en su paranoia, cree que hasta Amnistía Internacional es K porque cobijó al hermano de Maldonado, olvidándose de que Amnistía fue la que más luchó contra el cercenamiento de los derechos humanos en la ex Unión Soviética.

Quien no envejece bien se vuelve recalcitrante porque sus ideas dejan de progresar


Al igual que Leandro Despouy, ex representante especial para Derechos Humanos de la Cancillería, la ex ministra de Relaciones Exteriores Susana Malcorra no habría renunciado principalmente por los problemas de salud de su marido, sino también porque no quería ser la defensora internacional de una posición que no comparte sobre los derechos humanos y sus organismos internacionales.

El progresismo y el periodismo están ligados no sólo en Argentina: en Estados Unidos, más del 70% de los periodistas adhiere al Partido Demócrata, por lo que muchos de nosotros somos al mismo tiempo idiotas útiles y estúpidos progresistas.


En defensa de idiotas útiles y estúpidos progresistas (II)

Se cruzaron Fernando Iglesias y María O´Donnell. Fotografía: CEDOC

Nuestra más importante función es ayudar a la audiencia a superar sus propios prejuicios amortiguando así la fuerza embrutecedora del cono del silencio.

La agresividad aumenta el rating, la violencia oral atrae en Twitter o frente a un micrófono. La altisonancia y el insulto agregan contundencia cuando lo que se expresa carece de ella. Es barato porque requiere menos esfuerzo cognitivo que una idea demoledora.

Que personas muy formadas y con recursos intelectuales de sobra apelen a la oratoria vulgar propia de otros géneros discursivos se explica por el veneno que sigue introduciendo en la sociedad la grieta y la ansiedad que genera en comunicadores y políticos (cada vez más la misma profesión) la hiperinmediatez de las redes sociales y el minuto a minuto de la televisión.

En la columna precedente se analizó la calificación de Carrió de estúpido progresismo a quienes se oponían a su posición, principalmente la diputada Stolbizer, y que los periodistas Lanata y Sirvén llamaron idiotas útiles a los colegas que firmamos una solicitada en defensa de Página/12.

Ser apodado el D'Elía de Macri ofendió al diputado electo que hizo de lo tajante su sello

Continúa ahora con otra persona que escribió en las publicaciones de Editorial Perfil, Fernando Iglesias, en su caso columnista de la revista Noticias hace una década, que nos envió a Gustavo González, a Edi Zunino y a mí este mail: “Queridos ex amigos: Es para comentarles que la actual forma de hacer periodismo de Perfil también me parece desastrosa. Lo hago ahora, que todavía no soy funcionario. Hay que caer muy bajo para lo de ‘el D’Elía del PRO’”.

La “actual” forma de hacer periodismo de Perfil es la misma de una década y dos atrás, cuando coincidíamos con Carrió, Lanata, Sirvén e Iglesias en criticar a cada gobierno mientras estaba en poder y no sólo al anterior, que ya se había ido.

Iglesias se ha dedicado a la política y logró, con una retórica provocadora, instalarse como vocero confrontativo de Cambiemos en los medios. Y gracias a esos servicios, ser candidato a diputado, electo en octubre y en ejercicio a partir de diciembre. Pero no fue Perfil la que lo calificó de “D’Elía del PRO” sino que surgió de la polémica por Twitter que se citó en la nota de Perfil.com: “Todo comenzó con un mensaje del usuario David Vincent (@davidvincent97) que tuiteó: ‘Qué desastre el programa de O’Donnell’”. 

Minutos más tarde, provocando como suele hacer en Twitter, Iglesias agregó: “‘El programa de’ está de más”, para dejar en claro que le parecía un desastre todo lo que hace la autora de numerosos libros de investigación. “Señor diputado electo de Cambiemos ¿por qué agrede así?”, preguntó O’Donnell. Un comentarista (@lecalo37) salió a defenderla y le dijo: “Porque es el D’Elía de Cambiemos”, a lo que ella agregó: “Un poco sí”. Iglesias arremetió: “No es una agresión. Es una opinión. Creo que tu forma de hacer periodismo es desastrosa. La vara de Africa por doce años. La de Suiza, hoy”, dijo, para cuestionar las críticas de O’Donnell hacia el show mediático que se montó sobre la detención de Amado Boudou.

María O’Donnell, como Romina Manguel o Reynaldo Sietecase, entre tantos otros, integran el grupo de periodistas que en los medios audiovisuales enfrentan la grieta en su propia audiencia. Es más fácil para los periodistas de gráfica, que no estamos expuestos a los llamados de los oyentes o al rating minuto a minuto de la televisión, sentirnos menos influidos por el fanatismo del momento.

Hasta en programas como Animales sueltos, cuando Fantino comenzó a criticar a Aranguren por los Paradise Papers esta semana, el rating le bajó a la mitad. Pero lo que más les duele a los periodistas son las críticas personales que reciben en las redes sociales, donde los insultan y acusan ante la menor diferencia con el gobierno de Cambiemos. Si por firmar una solicitada los propios colegas califican a sus pares de idiotas útiles, lo que dice la gente amparada en el anonimato no tiene límite.

La autocensura que están generando en los periodistas las críticas inmediatas que recibe su trabajo en las redes sociales está llevando al paroxismo la espiral del silencio descripta por la politóloga alemana Elisabeth Noelle-Neumann a fines de los 70, cuando era la televisión el medio de masas. El temor al aislamiento hace a las personas reprimir sus ideas y adaptarlas al pensamiento predominante. Los vibrantes activistas del relato de época enmudecen al resto ejerciendo una forma de control social sobre los que opinan distinto, disciplinando a la mayoría, que se rinde frente a la fuerza superior del “clima de opinión”.

Si Hubris fue la teoría de ciencias sociales con Cristina, el cono del silencio lo es con Macri

Como sucede hoy con las lecciones de medio turno con Macri y sucedió en 2005 con Kirchner y en 1993 con Menem, cuando se percibe que el gobierno será reelecto dentro de dos años y tendrá seis años más en el poder, la espiral ascendente hace que las ideas de una minoría suban y se conviertan en mayoría aplastante por la autocensura de las demás. Esto fue así desde la aparición de la televisión y se potencia ahora con las redes sociales.

Las redes sociales facilitaron la creación de la mayor policía ideológica de todos los tiempos porque con retuiteos se puede linchar mediáticamente a cualquier periodista en pocas horas. Un periodismo que no pueda ser crítico de su gobierno o sobre determinados temas tabú no podrá cumplir una de sus funciones esenciales. Me refiero a un periodismo ponderado y no al fanático de lo opuesto, que en su exageración se transforma en un espectáculo poco verosímil que, al caer en lo cómico, se hace intrascendente, como sucede en algunas radios y canales de noticias.

Los periodistas debemos desarrollar una piel más resistente a los insultos y críticas personales porque el actual ecosistema comunicacional hace estrellas mediáticas a quienes construyen con la diatriba su notoriedad.

Nuestra más importante e insustituible función es ayudar a la audiencia a superar sus propios prejuicios y a mantener ejercitada su mente con ideas que contradigan sus creencias, amortiguando así la fuerza embrutecedora del cono del silencio.


domingo, 19 de junio de 2016

La libretita K… @dealgunamanera...

La libretita K…

Amén. Julio De Vido. Dibujo: Pablo Temes.

Néstor cooptaba intendentes con fondos que repartía López. Qué busca Lázaro.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 19/06/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Una de las tareas a las que dedicaba más tiempo Néstor Kirchner durante la primera presidencia de su esposa fue el análisis de las necesidades de fondos para obra pública que tenían los municipios de los principales distritos electorales del país. Una vez concluido ese análisis, el ex presidente en funciones llamaba a sus intendentes para asegurarles la asignación directa del dinero en cuestión, cuyo monto anotaba en una libreta con tapas de hule. El funcionario encargado de instrumentar esos pagos era el secretario de Obras Públicas, José López, persona de trato diario y directo con el matrimonio Kirchner.

De los muchos casos de desmanejos de fondos públicos en los que estuvo involucrado el entonces Ministerio de Planificación Federal que conducía Julio De Vido y la Secretaría de Obras Públicas a cargo de su segundo, José Francisco “Josecito” López, uno de los más emblemáticos fue el programa Misión Sueños Compartidos, destinado a la construcción de más de 4.500 viviendas con fondos públicos a un costo para el Estado de $ 1.300 millones.

Ambos funcionarios eran los responsables de la operatoria de financiamiento, es decir, de la distribución de ese dinero, según consta en un informe de la Auditoría General de la Nación cuando estaba a cargo de Leandro Despouy. Esa auditoría dejó al descubierto datos sorprendentes que hoy cobran nueva relevancia.

El menú de irregularidades incluye la contratación directa de la Fundación Madres de Plaza de Mayo (FMPM), destinada al desarrollo del programa y a la ejecución de obra, la ausencia total de controles del Estado sobre el seguimiento de los trabajos y el cumplimiento de las reglas de los empleadores para con la mano de obra aplicada, la deficiente calidad de las viviendas, falsificaciones de firmas y documentos y las aprobaciones de obras sin los requisitos mínimos indispensables.

Tanto a López como a De Vido, responsables finales del control en sus respectivos cargos, se les “escapaban” millones de pesos que quedaban en el camino.

El caso del “ingeniero López”, como lo llama la ex presidenta en su increíble y desafortunada carta, ha producido una implosión de consecuencias imprevisibles dentro del Frente para la Victoria y del peronismo. La misiva de Cristina Fernández de Kirchner ha dejado perplejos a muchos de sus seguidores. En la mayoría del peronismo se vive un tembladeral. Resulta curioso apreciar cómo hay quienes se encuentran sorprendidos. La corrupción durante los años del kirchnerato “no fue magia”; por el contrario, tuvo una ejecución planificada.

A esos fines, el kirchnerismo actuó como una banda en la que tanto su jefe, Néstor Kirchner, como el resto de sus  integrantes procedían de Santa Cruz. El ex presidente dejó su impronta no sólo por haber sido su ideólogo sino también por haber determinado su modus operandi. De ahí la aparición repetida en cada uno de los episodios con que la realidad nos impacta cada día de cajas fuertes, bolsos, bolsas y valijas llenas de billetes, principalmente dólares y euros. Desde Antonini Wilson a Báez.

Hablando de Lázaro –en medio de un mediático operativo fogoneado por él mismo y otros sectores interesados–, pidió a la Sala II de la Cámara Federal presentarse ante el tribunal en lo que se presumía sería un aporte de pruebas de lo anteriormente dicho por su hijo Leandro en relación con el posible vínculo del juez Casanello con la ex presidenta que derivó en un pedido de recusación del juez.

En esa audiencia del lunes 6, Báez sorprendió por la pobreza de sus argumentos y ni siquiera hizo mención a los datos aportados por el abogado de su hijo menor, Santiago Viola. Es decir, no referenció aquel vínculo. El martes 7, los abogados de Leandro Báez se presentaron  en queja ante la Cámara observando que el tribunal “no había indagado lo suficiente al padre de su defendido y que en esas condiciones no se había podido explayar”.

En realidad, los miembros del tribunal Martín Irurzun, Horacio Cattani y Eduardo Farah habían tomado todos los recaudos para que Báez pudiera dar detalles, pero no lo hizo. Los abogados avisaron que “tendrían que presentar un escrito” para ampliar aquella declaración. El escrito finalmente llegó el viernes 10 en forma de carta  de puño y letra por el propio Lázaro Báez. Carta que se filtró a los medios  y que sostenía que Báez había visto a Casanello en la quinta de Olivos.

La misiva estaba certificada por el agente penitenciario pero los jueces observaron un detalle no menor: la caligrafía era a simple vista, completamente distinta a la del primer escrito presentado por el zar de la construcción en tiempos de la era K. Estaba igualmente certificada que la anterior lo que podría haber pasado es que el primer escrito haya sido redactado por alguno de sus abogados, lo que evidenciaría una estrategia más que una palabra espontánea del investigado.

El abogado Santiago Viola confirmó que la segunda misiva fue escrita delante suyo de puño y letra por Lázaro. Primera duda despejada. Pero ¿porque el empresario recurrió al abogado de su hijo para presentar un escrito tan delicado y no acudió a sus propios letrados?

En los tribunales arriesgan dos hipótesis: la primera sostiene que lo hizo porque el “incidente de recusación no fue presentado por Báez padre y sus abogados sino por su hijo y Viola”; la segunda hipótesis tiene más adeptos y sostiene que “Báez ya no confía en sus abogados”. “Podría ver en ellos la mano del cristinismo”, dicen fuentes cercanas a la causa.

Por su parte, los jueces han decidido avanzar con pie de plomo. “Este partido se juega día a día”, sostienen allegados. El tribunal informó a los letrados de los Báez que podrían hacer una nueva presentación de manera escrita u oral para brindar más detalles sobre los posibles vínculos de Casanello. ¿Por qué? Porque en la carta que trascendió a los medios sólo se describe vagamente un encuentro en Olivos con fecha aproximada entre el juez de instrucción y la presidenta y, para colmo, en la misiva Báez dice: “Ustedes –en referencia a los camaristas– tienen todos los medios para corroborar lo dicho”. Sin embargo, fuentes inobjetables aseguran que “ni Leandro Báez ni su abogado tienen pruebas y no tienen la potestad de mover nuevas fichas porque Lázaro tiene sus propios abogados”. Esta información ya está en poder de la Cámara.  

Si es una coartada de Báez para mover al juez, el tiempo se le acaba para acreditar prueba; si dice la verdad, en Comodoro Py lo esperan hasta el lunes o martes inclusive. “El poder corrompe y el poder absoluto corrompe absolutamente”, dijo Lord Acton. El kirchnerismo le dio la razón.

Producción periodística: Santiago Serra.





jueves, 13 de febrero de 2014

Informe de la Auditoría contra las Madres por "Sueños Compartidos"


Sueños Compartidos...


El organismo comandado por Leandro Despouy dio a conocer los millonarios números del caso Schoklender. La Auditoría General de la Nación emitió un duro informe en el que revela una serie de irregularidades en la construcción de viviendas llevadas a cabo por la fundación Madres de Plaza de Mayo a través del Programa “Sueños Compartidos” gerenciado por los apoderados de la institución, los hermanos Sergio y Pablo Schoklender cuyo accionar se encuentra bajo la mira de la justicia federal a cargo del juez Marcelo Martínez Di Giorgi por supuesta asociación ilícita y millonarios desvíos de fondos.

La AGN llevó a cabo un relevamiento en base a datos recabados y documentación que facilitó el titular del juzgado federal N° 8 en base a un pedido que la oposición realizara en el Congreso de la Nación cuando saltó a la luz esta presunta estafa a los fondos públicos.

Los auditores se remitieron a la construcción de viviendas 4757 viviendas por $1295 millones de pesos durante el período 2005 a 2011 en el que se detallan la asignación, gestión y aplicación de los fondos públicos nacionales transferidos o abonados en forma directa o a través de otras jurisdicciones, provinciales o municipales, a la Fundación Madres de Plaza de Mayo.

El presidente de la Auditoría, Leandro Despouy expuso hoy ante sus pares en detalle las “irregularidades e ilegalidades detectadas” a través de un power point que facilitó la aprobación de este informe que ya se encuentra en manos de la Justicia federal.

Irregularidades. 


Hubo ausencia de control del Gobierno Nacional, la Contratación Directa vulneró principios de las contrataciones públicas y facilitó la discrecionalidad en el manejo de fondos públicos, se advirtieron deficiencias en las rendiciones de cuentas, la Fundación no cumplió sus responsabilidades como Empleador, y el abandono de la Fundación Madres de Plaza de Mayo como constructora afectó la ejecución del Programa - Julio de 2011.

Además, explica el informe que se verificaron deficiencias en los aspectos legales, técnicos y de gestión, que afectaron los resultados tanto en la cantidad como la calidad de las viviendas además de denuncias de falsificación de documentos públicos.

“La falta de mecanismos de adjudicación de las viviendas previamente definidos para los destinatarios de ellas, otorgando posesión a titulo precario, da lugar a arbitrariedades, clientelismo y a la utilización de criterios disímiles de cada jurisdicción… y la precariedad en la tenencia es el común denominador en las obras donde se produjo la entrega de viviendas”, detalla el lapidario informe.

Desvío de fondos.  


El informe especifica que se detectaron pagos a personas físicas y jurídicas por un monto de $ 52.149.460. Entre esos pagos, Sergio Schoklender recibió $23.189.924 millones de pesos, su empresa constructora Meldorek S.A $4.010.409, su hermano Pablo $13.334.540, Antártica Argentina S.A $ 3.736.300, Ipticket S.R.L $3.503.896 y otros fueron beneficiados por $ 4.374.390.

Explican los auditores que existiría un faltante de $42 millones de pesos, monto cuyo ingreso no ha podido constatarse a las cuentas corrientes del Programa “Sueños Compartidos”.

Además, se detectaron pagos a personas físicas, en forma sistemática, con cheques por sumas inferiores a $ 50.000 cobrados por ventanilla, por un monto total de $ 30.000.000. Sin embargo, una sola persona cobró la suma de $ 4 millones mediante 85 cheques. Las mismas personas han operado cuentas de la Fundación, por lo que podría tratarse de empleados de la entidad o tener alguna vinculación contractual, señalan los auditores.

Además, se hallaron pagos a funcionarios públicos, tanto de nivel nacional como provincial, que tenían responsabilidad de control y aprobación de gestiones relacionadas con las obras realizadas por la FMDPM por una suma de $ 225.000.

Conclusión técnica.  


Se convinieron 4757 viviendas y se terminaron 822 con una inversión total de $1295 millones de pesos de los cuales se invirtió $ 541 millones. Estos datos arroja un saldo de 30 % de viviendas terminadas con un 70 % de fondos ejecutados.
El informe publicado en la página de la Auditoría General de la Nación fue suscripto por todos los auditores que conforman el cuerpo que controla los fondos del estado nacional. 

© Escrito por Natalia Aguiar el Miércoles 12/02/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 19 de octubre de 2013

Un accidente, cincuenta informes y muchas dudas... De Alguna Manera...


Hay dinero que se quedó en el cajón de Jaime y Schiavi…

Leandro Despouy sobre Once: “Hay dinero que se quedó en el cajón de Jaime y Schiavi”

El titular de la Auditoría General de la Nación, Leandro Despouy, no se privó este sábado de opinar acerca del nuevo accidente ocurrido en el tren Sarmiento, del cual quedó como saldo la friolera de 80 heridos.

El funcionario habló con el programa de radio que Christian Sanz conduce por MDZ Radio, Políticamente Incorrecto. Allí, aseguró que la entidad a su cargo realizó no menos de 50 informes, tanto sobre transporte de pasajeros como ferrocarriles de cargas. Aunque comparó la situación con lo sucedido el 22 de febrero de 2012, Despouy se mostró cauto al asegurar que se van a esperar las auditorias técnicas.

De todos modos, calificó el sistema ferroviario vernáculo como “una cosa tétrica”, al tiempo que recordó que “ha habido una enorme inversión por parte del Estado”. A ese respecto, dijo que los entonces concesionarios de TBA, los hermanos Cirigliano, recibieron más de tres mil millones de pesos en nueve años.

E insistió en trazar un panorama desolador respecto a los trenes, en el cual aparecen diez años de “desmantelamiento ferroviario de Menem”, a los cuales le siguieron diez años donde se vieron “desvíos y fondos que no se aplicaron para mantenimientos”, sino para prebendas.

En tal sentido, Despouy sentenció: “No se entiende cómo el Estado pudo entregar tanto dinero sin controlar”. Y recordó que para otorgar un subsidio hay que controlar qué se hizo con el subsidio previo.

Más adelante, el titular de la AGN reveló que “desde 2004 —y antes— veníamos diciendo, y sin embargo el Estado no tuvo el más mínimo cuidado”. Según el funcionario, los informes elevados al Ejecutivo nacional mostraban que podían suceder tragedias como la sucedida hoy.

No obstante, Despouy advirtió que “también mostramos que había descontrol en los fondos que se entregaban a TBA”.

En ese marco, advirtió que la CNRT también hizo observaciones y multas, las cuales jamás se aplicaron. “Ese dinero se quedó en el cajón de (Ricardo) Jaime y luego de (Juan Pablo) Schiavi”, agregó.

Sin embargo, el titular de AGN dijo que, desde que esta Florencio Randazzo, “se nota que se han llevado a cabo algunos emprendimientos, no hemos evaluado la dimensión”. No obstante, aseguró que no han sido lo suficientemente eficaces.

Luego, aseveró que, en su momento, la entidad que comanda hizo un informe sobre la compra de material ferroviario a España y Portugal. “Es para ir y detener al que lo hizo (…) Se compró material que no era ni chatarra”.

Y recordó que el entonces transportador “dijo que no podía cargar eso: ni como chatarra sirve (…) Es una burla, no es una compra”.

Finalmente, Despouy puso el foco en la sospechosa “actitud de entregar fondos a empresas que nunca dieron una respuesta adecuada”. Y dijo: “Eso solo cabe cuando el funcionario de Estado tiene un interés que no es el de mejorar el subsidio”.

Y culminó: “Se puede suponer, esperar, que hay otro interés. Sobre todo cuando la calidad del servicio es pésima”.

Escuchá la entrevista a continuación:



© Publicado por la Redacción de TDP el sábado 19/10/2013 y publicado por Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.