Presentan el primer coche autónomo nacional: cómo funciona, cuánto costó
y cuándo podría salir a la calle
Tuneado. El vehículo es un Ford Fusion
Hybrid 2017. Viene de fábrica con un sistema drive-by-wire que permite controlar
por computadora los comandos del auto. Le sumaron sensores y software IA..
Es único en Latinoamérica. Se
trata de un Ford Fusion, Hybrid modelo 2017 que fue
intervenido por la empresa DataSpeed. Los algoritmos desarrollados por los
investigadores permiten que el cerebro del auto reciba datos de cámaras de
video, un radar y un GPS sofisticado, y maneje el volante, el motor y los
frenos del auto, siguiendo un circuito predeterminado. El proyecto fue
desarrollado por el Laboratorio de Inteligencia Artificial y Robótica (Linar)
de la Universidad de San Andrés. Uno de los principales objetivos es contribuir
al desarrollo de la inteligencia artificial en el país.
© Escrito por Enrique Garabetyan
el sábado 04/11/2022 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de
Buenos Aires, República Argentina.

Esta semana, por primera vez, un vehículo autónomo cuyo “software” de
manejo está siendo íntegramente desarrollado en Argentina, por ingenieros e
investigadores locales, exhibió en público sus actuales habilidades
conductivas: recorrió media docena de circuitos con curvas, zanjas y
obstáculos, en un predio cerrado. Todo eso llevando pasajeros y un conductor
que, en ningún momento de la prueba, tocó el volante o los pedales. El único
“comando” dado por un humano fue un “enter”, generado desde el teclado de la
computadora de control, ubicada en el asiento trasero. Este paso es, apenas, el
inicial. Los desarrolladores esperan tener rodando por las calles del GBA, en
los próximos dos años, una miniflotilla de vehículos autónomos, con un nivel de
autonomía intermedio (nivel dos).
“Nuestro proyecto es avanzar en el desarrollo de los algoritmos y la
puesta a punto del “cerebro” necesario para que un vehículo autónomo pueda
circular en calles y rutas argentinas, un entorno que no necesariamente es el
mismo que los vehículos encuentran en otros países, con otras culturas de
manejo”, le dijo a PERFIL el ingeniero Ignacio Mas, investigador del Conicet y
coordinador de Linar (Laboratorio de Inteligencia Artificial y Robótica) que
funciona de la Universidad de San Andrés (UdeSA). En ese centro de estudios un
equipo de una decena de investigadores, docentes y alumnos de diversas carreras
trabajan en vehículos autónomos capaces de “adaptarse” y responder a la demanda
local.
Según explicó Mas, este desarrollo pionero se enfocó en dotar a un auto
Ford Fusion Hybrid importado, que ya trae de “fábrica” una sofisticada
computadora, de una serie de sensores “extra” que incluyen un radar tipo Lidar,
media docena de cámaras de video y un GPS de alta precisión (un centímetro).
Pero, lo más importante, fue que al auto le agregaron un “cerebro” informático
(una computadora potente) con un software desarrollado en Argentina, que se
ocupa de recibir la información que captan los sensores, integrarla y
analizarla para poder tomar decisiones de conducción. Luego debe darles las
órdenes electrónicas precisas al volante, motor y frenos para que el auto
cumpla el recorrido precargado por sus programadores, sin llevarse nada por
delante y transportando a sus pasajeros en forma segura.
Nacional. Un detalle sobre el que Mas puso énfasis en la presentación es
que los algoritmos que controlan a un vehículo autónomo, que todas las grandes
automotrices del mundo están explorando, no son todos iguales. “Deben ser
capaces de ‘interpretar’ el entorno específico de cada país, y también la
particular idiosincrasia de sus conductores, peatones y demás circunstancias de
calle. En cada geografía los protagonistas reaccionan en forma diferente”,
dijo.
Por eso mismo, si alguna vez Argentina quiere tener en sus caminos
autos, pickups y camiones capaces de asistir a sus conductores, tomando incluso
el control total del vehículo, el “cerebro” electrónico debería ser
“localizado”. “Aunque estas tecnologías se desarrollan mayormente en países del
Primer Mundo, si queremos que funcionen bien en América Latina tendremos que
adaptarlas a nuestro entorno”, dijo el experto del Conicet.
“Este es, apenas, el primer paso”, adelantó Roberto Bunge, director del
Departamento de Ingeniería y director de la carrera de Ingeniería en
Inteligencia Artificial de la Universidad de San Andrés. “Hasta ahora nuestro
auto autónomo se probó en un circuito cerrado y controlado.
Pero la idea es que vayamos mejorando el software y los algoritmos de
inteligencia artificial de manera que el auto pueda ir reconociendo los objetos
que “ve” (peatones, semáforos, ciclistas, otros autos, etc.), predecir su
comportamiento y poder tomar decisiones de manejo seguras, en el tiempo
apropiado”. El proyecto demandó una inversión, hasta ahora, cercana a los US$
250 mil, que aportó media docena de sponsors del Linar. Y los responsables del
laboratorio contaron que quieren quedarse con este único ejemplo: ya están
planificando sumar otro vehículo, posiblemente una camioneta, para seguir
desarrollando soluciones de conducción autónoma, capaces de transportarnos por
las ariscas calles argentinas.
Adiós a los buses
y camiones con chofer.
Si bien al pensar en vehículos autónomos la primera imagen son autos sin
chofer, lo cierto es que es muy posible que los primeros transportes de este
tipo no sean autos sino camiones. La razón es simple: según cálculos del
Departamento de Transporte de Estados Unidos, la cantidad de carga transportada
en camión aumentó, en la última década, un 56%. Y se espera que prácticamente
se duplique en los próximos 25 años.
Con esa demanda en alza, no es raro que las empresas piensen en
vehículos que necesiten menos, o prescindan, de los camioneros. Por eso avanzan
las soluciones que apuntan a camiones SAE nivel 4, un nivel de tecnología de
conducción autónoma que incluye la automatización de la conducción para que el
vehículo pueda realizar todas las tareas de conducción, en situaciones
específicas, sin esperar que una persona intervenga. Como resultado, el
vehículo continúa funcionando de manera automática aun si el conductor (si hay
uno en la cabina) no reacciona.
Más allá de las protestas que esto genere, sin duda es una posibilidad:
vale recordar que el primer prototipo de camión autónomo lo presentó, en 2014,
la empresa Daimler, con su Mercedes-Benz Future Truck.