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lunes, 7 de agosto de 2017

Verdades alternativas… @dealgunamanera...

Verdades alternativas…

El ministro Nicolás Dujovne, en su despacho. Fotografía: Facundo Iglesias.

La verdad está ligada circularmente a los sistemas de poder que la producen y la mantienen, y a los efectos de poder que induce y que la acompañan; los medios de comunicación.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 06/08/2017 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El cuadro del muralista del movimiento Pablo Siquier en el despacho del ministro de Hacienda, Nicolás Dujovne, se reflejaba sobre la mesa mezclándose con su cara durante el reportaje largo que publica hoy este diario. Reflejo también del movimiento que está sucediendo en la economía. Movimiento con una dirección ascendente para algunos y descendente para muchos otros, que de alguna forma se expresará en las elecciones del próximo domingo.

También representa el deseo de cambio del ministro porque, por primera vez, se cambiaron los cuadros de ese despacho, por el que pasaron Lavagna, Cavallo, Sourrouille, Martínez de Hoz, Aldo Ferrer o Alsogaray, entre tantos otros. Hijo de padres arquitectos y coleccionistas de arte, Dujovne solicitó que el Fondo de las Artes enviara a préstamo distintas obras.

En el reportaje, el lector podrá comprobar cómo todos los ministros de Economía, y éste ahora de Hacienda, explican que se hace todo bien. Pero a cada información positiva o prometedora de Dujovne, muchos argentinos tienen para demostrar en su propia vida cotidiana consecuencias de lo contrario. ¿Cuál es la verdad?

La verdad no es lo uno sino lo múltiple. No sucede sólo una cosa en cada momento sino varias simultáneamente.

No hay una sola verdad, nuestra actual economía es un buen ejemplo de “verdades alternativas”, parafraseando a Kellyanne Conway, la consejera del presidente Trump, quien defendió las particulares visiones del actual gobierno norteamericano calificándolas de hechos alternativos (alternative facts).

“Régimen” de la verdad. 

Para Nietzsche, “no hay hechos, hay interpretaciones”. No sucede una sola cosa en cada momento sino varias, y cierto periodismo o un ministro pueden elegir contar unos hechos verdaderos y la oposición otros, sin faltar a la verdad aunque se contradigan. La verdad no es lo uno sino lo múltiple. Para Hegel, “la verdad (única) es el delirio báquico en el que cada miembro se entrega a la embriaguez”.

Podría decirse que una concepción verticalista de la verdad como se escucha en los programas de Navarro en C5N y Radio 10, o bastante a menudo desde los medios tradicionales, busca sujetar al sujeto en su verdad.

En Verdad y poder, Foucault sostuvo que “la verdad es una conquista de la voluntad del poder”. Que “cada sociedad tiene su régimen de verdad, su política general de la verdad: es decir, los tipos de discurso que ella acoge y hace funcionar como verdaderos; los mecanismos y las instancias que permiten distinguir los enunciados verdaderos o falsos, la manera de sancionar unos y otros; las técnicas y los procedimientos que son valorizados para la obtención de la verdad; el estatuto de aquellos encargados de decir qué es lo que funciona como verdadero”. Entendiendo como verdad al conjunto de “procedimientos reglamentados por la producción, la ley, la puesta en circulación y el funcionamiento de los enunciados”. En el caso de los ministros, ese procedimiento reglamentado son las estadísticas y las representaciones matemáticas.

La verdad está ligada circularmente a los sistemas de poder que la producen y la mantienen, y a los efectos de poder que induce y que la acompañan; los medios de comunicación, entre ellos: cuando C5N muestra el florecimiento del trueque como en la crisis de 2002 pero ahora cambiando ropa usada por comida, no está mintiendo. Tampoco miente Dujovne cuando detalla la lista de lo que está mejor.

Grieta. 

Al terminar el reportaje, le pedí a Dujovne salir al balcón de su oficina. Enfrente teníamos la Casa Rosada y le pregunté si cuando la mira desde su escritorio no le teme a la idea de un Macri yéndose en helicóptero al estilo de De la Rúa, como azuza la oposición. Su gesto de incomodidad se puede ver junto con su respuesta en el video

Pero hay que reconocer la cordialidad de Dujovne que, habiendo sido columnista de medios, aceptó prestarse a todos los requerimientos, como mostrar el baño donde Felisa Miceli dejaba las bolsas con dinero, registrado también en otro video.

Como parte de esta serie de reportajes a fondo durante el proceso electoral 2017, hay en todos un bonus track en video para su versión web. El video del reportaje del domingo pasado, donde Alejandra Gils Carbó mostraba su casa, mereció tantos comentarios insultantes que terminó siendo otro buen síntoma de hasta dónde la polarización está afectando a nuestros lectores. 

Los bonus track en video para la versión web de estos reportajes incomodan a mentes muy estructuradas

En compensación, después del reportaje a la procuradora también recibí mails de distintos fiscales, algunos confirmando los dichos de Gils Carbó sobre los traslados de fiscales y aclarando que no eran de Justicia Legítima, y otros explicando exactamente lo contrario. ¿Mienten algunos fiscales o dicen todos la verdad?

Estos reportajes tendrán como propósito desafiar a cierto grupo de lectores, incomodándolos al sacarlos de su zona de confort, donde el mundo se divide entre buenos totalmente buenos y malos totalmente malos. Pero sin abdicar de la búsqueda de la verdad como equilibrio entre esas diferentes verdades.
En su Historia conjetural del periodismo, Horacio González escribió: “La filosofía de las décadas recientes vino a refutar la suposición de que el periodismo sería el disciplinado registro de lo que los hombres por imprudencia o cariño llaman realidad”. Y criticó el “pensar los acontecimientos despojados de todo predicado como si una única cosa estuviera ocurriendo siempre debajo de nuestras narices”.

Suceden varias, es verdad, y el buen periodismo consiste en reflejarlas –todas– con el mayor grado de honestidad. González también cita la noción de Ludwig Wittgenstein sobre lo que es un “hecho” como aquello que existe (sólo) cuando hay disposición a percibirlo. Perfil trata de percibir las múltiples acciones que se producen simultáneamente para poder mostrarles a sus lectores la multiplicidad de hechos y verdades.



sábado, 16 de julio de 2016

La "burra" de Margarita... @dealgunamanera...

La ex Presidente Cristina Fernández de Kirchner me calificó de “burra”.

CFK demandó a Margarita Stolbizer por calumnias e injurias. Foto: Big Bang News

Me hizo gracia por lo novedoso. Me habían dicho muchas cosas (merecidas o no), nunca Burra. Enseguida acepté el lugar donde me había puesto, confirmando que seguramente no sé todo lo que debería y me gustaría saber. Tampoco sé todo lo que sí ella sabe y también me gustaría saber.

© Escrito por Margarita Stolbizer el domingo 10/07/2016 y publicado en Facebook.

 Pero volví a dormir tranquila por el deber cumplido. Yo ni siquiera había hecho otra denuncia. Mi escrito apenas pedía al fiscal que se investiguen las cuentas y cajas donde podría haber ido a parar parte del dinero acumulado, de la misma manera que la justicia busca inmuebles y sociedades para saber de ellos la legalidad o ilegalidad de su origen.

Será el fiscal quien investigue y el juez quien califique la existencia del delito.

Pero volviendo a lo que quería decir: no me inquieta que me digan burra, porque nunca me dijeron que me quedaba con lo ajeno. Algunos amigos me han pedido que lo diga más directo: prefiero que me acusen de "burra", nunca me han dicho "chorra".

El insulto (si de eso se tratara) vino cargado de nervios y temores.

Tengo claro que le he tocado donde más le duele: no es el corazón. Es la fortuna. Porque mis acciones le obligaron a sincerar lo que había hecho con la plata. Y peor aún para su práctica retórica: le puse en evidencia contradicciones y mentiras, lo que tiene, lo que esconde y también el uso de los beneficios que para el caso le reportara acogerse al levantamiento del cepo cambiario que durante mucho tiempo ella había dispuesto, no perdiendo ocasión para denostar a aquellos que, en defensa propia frente a la inflación (siempre en ascenso, nunca reconocida) aspiraban a comprar o ahorrar un dólar.

Entonces, ahora que yo he reconocido que me falta el saber que Usted sí tiene, Sra. ex presidente, le pido que me explique, para que yo pueda tener los conocimientos que me faltan:

- ¿Cómo han hecho para gobernar usted y su marido durante 12 años y medio pudiendo disfrutar de extraordinarios ingresos, superávit, tasas de crecimiento y poder político, y sin embargo dejarnos más de 12 millones de personas en condición de pobreza?

- ¿Cómo se puede desendeudar un país para que la deuda haya sido luego más grande que la que teníamos antes?

- ¿Cómo han hecho para alcanzar un patrimonio en blanco superior a los 100 millones con sueldos de funcionarios públicos en la Argentina durante más de 20 años?

- ¿Cómo se hace para enriquecer a algunos pocos empresarios beneficiados con contrataciones con el Estado mientras tantos otros, especialmente pequeños y medianos, se han fundido, han perdido sus emprendimientos y achicado sus capitales?

- Quisiera que me explique por qué sus hoteles eran administrados por un empresario contratista del Estado y por qué razón como jefa del Estado aceptó que la empresa del Estado, Aerolíneas Argentinas, contratara su propio Hotel Alto Calafate.

- ¿Por qué razón constituyeron una sociedad (Los Sauces SA) que solamente tuvo como clientes a Lázaro Báez y a Cristóbal López, que les depositaron sumas millonarias por alquileres? ¿No tenían ellos suficientes inmuebles para alquilar a otros propietarios? ¿No tenían ustedes otras personas o empresas a quienes alquilar sus inmuebles?

- ¿No podrían haber dejado de hacer negocios a costa del estado mientras estuvieron ocupando cargos por mandato de la voluntad popular?

- Por favor, ¿podría explicarme cómo se hace para incrementar una fortuna de manera tan abrupta? ¿De dónde sacaron los millones que hoy tienen invertidos o guardados?

- En su primera carta luego de mi presentación, ha reconocido usted los movimientos bancarios y el aprovechamiento del levantamiento del cepo cambiario para comprar dólares. ¿Dónde estaba entonces mi error al denunciar la existencia de sus plazos fijos y cuentas? ¿De dónde obtuvo su hija Florencia un depósito de más de 65 millones?

- ¿Podría, por favor, explicarme por qué su gobierno dejó de cobrar a Cristóbal López (sí Señora, el mismo que le pagaba el alquiler por sus inmuebles) 8.000 millones que evadió a la AFIP? ¿No había nadie en esa oficina que pudiera mirar lo que pasaba?

- Y cuándo eligió a Amado como su Vicepresidente, y todas las veces que lo ratificó y defendió sin importar su procesamiento por quedarse con la máquina de fabricar billetes, ¿eso significaba que usted también era parte del negocio?

- ¿Se acuerda de la valija de Antonini que venía con plata para su campaña electoral? ¿Por qué nadie habrá pasado a reclamar los cientos de miles de dólares que traían? Qué lástima que nunca hayamos tenido ninguna explicación de esto ni de los traficantes de efedrina que también aportaron al financiamiento de su campaña.

- Aquel sobre con los dólares en el baño de Felisa Miceli, ¿serían de ella o para cruzarlos a la Casa Rosada? ¿Y los de Néstor comprados en un día una sola operación?

Seguramente podría preguntarle mucho más. Y con sus respuestas yo sería mucho menos burra. Sus respuestas me darían a mí una sabiduría que no tengo y al pueblo argentino explicaciones que necesita desde hace tiempo. Y que tal vez no estemos tan lejos de conseguir.


sábado, 18 de junio de 2016

Pornográficos e hipócritas… @dealgunamanera...

Pornográficos e hipócritas…

Historia. A los lectores de este diario no debería sorprenderles el caso López. El primer título ya denunciaba sus actos. Fotos: Cedoc

La necesidad de ver una imagen a pesar de las alertas. Fue necesaria una foto del pequeño cuerpo sin vida de Aylan para que tomáramos nota del drama de los refugiados. Fue necesaria una imagen del hijo de Lázaro Báez en una financiera para que asumamos el dinero que lavó el kirchnerismo. Fue necesario el reality de José López para consagrar la cleptocracia ejecutada en la década dilapidada.

© Escrito por Javier Calvo el sábado 18/06/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Las alertas no sirvieron de nada. O, siendo justos, de poco. Buena parte de la sociedad argentina que respaldó a Néstor y Cristina en los últimos doce años no quiso, no pudo o no supo ver la obsesión K por el dinero. Desde el Estado y la actividad privada hubo frente a esa dinámica, como mínimo, participación o tolerancia. En un puñado de casos, tal vez más de los que suponemos, implicó algún tipo de renunciamiento.

De los tantísimos aspectos increíbles que tiene el caso López, uno es el de la antigüedad. El ex secretario trabajó un cuarto de siglo junto a Kirchner, De Vido y Cía. desde los tiempos en los que gobernaban Río Gallegos. Allí probaron el modelo de obra pública “exitoso” que luego ampliaron a Santa Cruz y la Argentina.

Convengamos en que tampoco inventaron nada. El tradicional “roban pero hacen” del peronismo nació casi desde la fundación misma del movimiento, en los años 40 y 50, con inocultable tufillo antiperonista. Ciertos herederos partidarios de Perón, como Menem, sofisticaron el saqueo de la mano de las privatizaciones y también de las obras. La patológica desmemoria nacional permite que algunos de los emblemas de los 90 ahora analicen por TV la corrupción K. Y algún analista avispado e influyente les endilgue a los K poco menos que inventarla, lo mismo que eso de comprar jueces o espiar ilegalmente, como si el menemismo no hubiera existido.

Debe ser tranquilizante socialmente echarle la culpa de todo al kirchnerismo. Eso expía las responsabilidades de todos los demás. ¿Dónde estaban o estábamos todos los demás? Empresarios. Sindicalistas. Jueces. Gobernadores. Legisladores. Intendentes. Iglesia. ONG. Organismos de derechos humanos. Medios de comunicación. 

¿Qué hicimos mientras un grupo de bandoleros liderados por Néstor Kirchner fabricaba negocios y aprovechaba el aparato del Estado para financiar sus políticas y bolsillos? Ahora muchos se golpean sacando pecho y muchos otros reclaman explicaciones inútiles.

Esta nota se acompaña por viejas tapas de Perfil, para mostrar dónde estábamos, aunque saliéramos sólo los domingos y luego también los sábados.

El título principal de la primera edición de este diario en su regreso a la calle, el 11 de septiembre de 2005, denunció que el ministro de Justicia de entonces, Horacio Rosatti, renunciaba por no avalar sobreprecios en la construcción de cárceles. El autor de la nota, un tal Jorge Lanata. El mismo que tiempo después reveló la existencia de la bolsa de dinero en el baño de Felisa Miceli, ministra de Economía. Perfil también difundió el primer escándalo de obra pública, conocido como caso Skanska. O el dinero negro con facturas truchas para la campaña presidencial de Cristina Fernández de Kirchner. O la mafia de los medicamentos, también con desvíos a bancar la carrera electoral K.

Mientras hacíamos eso, sufríamos duras represalias económicas y periodísticas. Al mismo tiempo que otros medios colegas miraban para otro lado y hacían acuerdos con el Gobierno. Hasta que les tocó a ellos. Ante un cambio de ciclo, se corre el riesgo de que vuelvan a la misma práctica.

El destino de aquel primer título de tapa en el regreso de Perfil abriga, sin embargo y pese a esta catarsis escéptica, una metáfora esperanzadora. El funcionario que se negó a los sobreprecios y renunció acaba de recibir la aprobación del Senado para asumir en la Corte Suprema. Y el que lo apretaba para que firmara está preso, tras revolear bolsos con dólares en un convento de madrugada.


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martes, 1 de enero de 2013

Felisa Micheli, la nota que la llevó al banquillo... De Alguna Manera...


La nota que la llevó al banquillo...

Felisa Micheli. Dibujo: Pablo Temes

El 24 de junio de 2007, PERFIL reveló el sorprendente descubrimiento de una bolsa con dinero en el baño del Ministerio de Economía. Fue el inicio de un proceso que, cinco años después, terminó con la condena a Felisa Miceli.

El misterioso hallazgo en el baño de la ministra.

La mujer de la bolsa.

“La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios.
Cuando lo manda el destino no lo cambia ni el más bravo, si naciste pa’ martillo del cielo te caen los clavos. La vida te da sorpresas, sorpresas te da la vida, ay Dios.”

De la canción Pedro Navaja, de Rubén Blades.

El pasado martes 5 de junio, poco después de las seis de la mañana, cuando la temperatura era bastante menor a los diez grados promedio de la jornada, losados hombres de la Brigada de Explosivos del Cuerpo de Bomberos de la Policía Federal subieron por el ascensor del hall de ingreso de Hipólito Irigoyen 250 hasta el quinto piso. Como en un aburrido paso de comedia, al abrirse la puerta los esperaba el mayordomo, dispuesto a hacer de cicerone en una recorrida que los tres conocían de memoria. Miguel Lezcano es morocho y macizo, y lleva 33 años viendo pasar ministros de Economía en esas cumbres del poder donde todos sueñan quedarse para siempre. Cuando la rutina guía los pasos, el valor de lo extraordinario se multiplica; las personas miran sin mirar, sobrevuelan la escena hasta que, de golpe, un animal les salta encima.

Las visitas matinales de la Brigada son de rutina y se realizan todos los días desde 1978, cuando el ex ministro José Alfredo Martínez de Hoz temía que le pusieran una bomba.

Ninguno de los tres va a olvidarse jamás de la mañana del 5 de junio: aún hoy el recuerdo les aparece durante el sueño, en medio de una conversación, durante un viaje en colectivo.

El mayordomo y los policías comenzaron su recorrido desde la recepción hacia la oficina privada de Felisa Miceli, a la que se accede luego de pasar por la de Mariela Pía Santarelli Goñi, su secretaria (ver croquis adjunto).

El sitio parece un juego de cajas chinas: un despacho deriva a otro, más privado aún, y decorado con gusto más atento; del despacho privado de unos cuarenta metros a una especie de living, más íntimo, con un baño al que sólo accede Felisa o, claro, personas de su íntima confianza. Cuando los policías revisaron el lavabo con automático desdén, dieron con una bolsa de plástico que a lo lejos adivinaron pesada: estaba llena de billetes. De haber sido máquinas, éste hubiera sido el momento en el que la pantalla comenzaba a titilar. Pero eran personas, e hicieron un largo y pesado silencio.

En el baño de Felisa Miceli, por accidente, la Policía acababa de descubrir una bolsa de plástico con 250 mil dólares. Para ser exactos: con 140.000 dólares, 50.000 euros y 100.000 pesos, o sea, un total exacto de 241.000 dólares.

Doscientos treinta y nueve mil seiscientos treinta y un dólares americanos. Los subordinados del comisario Arturo Martínez sugirieron labrar un acta, como en efecto sucedió. El acta luego “desapareció” de la Brigada. La secretaria de Felisa llamó de inmediato a otra de sus secretarias (que, como el living, es “más íntima”) y desde el teléfono Mariela ordenó casi a los gritos y con prepotencia que no debía quedar rastro alguno del hallazgo. El cono de silencio sobre el hecho pudo mantenerse con relativo éxito: el arquitecto Rubén Pierro, director técnico operativo del Ministerio, jefe del mayordomo Lezcano y responsable de una caja chica realmente bastante grande, estuvo al poco tiempo al tanto de todos los detalles, especialmente preocupado por la existencia de copias administrativas del acta policial. Los miembros de la custodia de la ministra, que ocupan una oficina dentro del edificio de Hipólito Yrigoyen, también llegaron a enterarse de los detalles del hecho, que fue confirmado a PERFIL por dos fuentes directas. La preocupación de Pierro por las copias no es menor: es la vía más rápida para la extorsión. ¿Se podrá realmente garantizar que no existieron? ¿Cuántas fotocopiadoras dispuestas a dejar constancia hay entre el trayecto del Ministerio de Economía y la Brigada de Explosivos?

¿YO, SEÑOR? PUES ENTONCES ¿QUIEN LO TIENE?

No hay nada peor que una grieta en un secreto garantizado. Cuando el agua empieza a filtrarse la desesperación es tal que el secreto se torna evidente. El miércoles 20 al mediodía, PERFIL ubicó al ordenanza Miguel Lezcano, quien ingresó en la administración pública en tiempos de José Ber Gelbard. Llevaba uniforme azul, un handy en la cintura y un pin que dice “Ministerio de Economía”. Pasa la mayor parte del día en la cocina del quinto piso. Pero le alcanza para enterarse de todo, y aquella mañana del 5 de junio fue testigo directo de la apertura de la bolsa.

PER FIL: Buenas tardes, quería hablar con usted en privado…

LEZCANO: No, no. Hablemos acá, dale. No hay problema.

P: Mire que es un tema delicado.

L: (sonriendo): Dale, dale.

P: Sabemos que el martes 5 a la mañana una brigada de Bomberos encontró en el despacho de la ministra una bolsa con 250.000 dólares.

La actitud de Lezcano cambió en un segundo, dio dos pasos atrás y se ubicó detrás de unos molinetes. Extendió los brazos y alcanzó a mirar de reojo a las seis recepcionistas que atienden en el hall.

L (gritando): ¡Nooo! Vos no entendés. Yo trabajo acá hace 33 años. ¡Soy discapacitado! (volvió a mirar a las recepcionistas). ¡Soy ciego, sordo y mudo!

P: Pero, Lezcano, sólo queremos saber…

L: No, no. No entendés. Gracias, gracias, me voy. Me voy.

Y se fue. Nunca más volvió a atender los llamados de PERFIL. Pocos minutos antes del incidente con Lezcano, PERFIL intentó comunicarse con el director operativo, arquitecto Pierro, que devolvió nuestra llamada combinando una cita en su oficina. Diez minutos después, Pierro llamó cancelando el encuentro

ARQUITECTO PIERRO: Disculpame, pero es imposible. Estoy ocupado.

PERFIL: Es sólo un momento, pocos minutos.

AP: No…además, ¿cómo llegaron hasta mí? ¿Cómo saben...?

P: Bueno, tenemos fuentes...

AP: No puedo, no puedo.

P: Tal vez mañana, en otro momento. Podemos hablar por teléfono, pero no creo que sea lo mejor…

AP: Por teléfono, no.

P: Quizá lo mejor sea que nos veamos afuera del Ministerio…

AP: Bueno, eso puede ser. Mañana lo llamo.

El llamado, obviamente, nunca se produjo y luego de varios cruces el arquitecto Pierro dijo, a través de su secretaria, que: “No conoce ninguna información al respecto”.

El sábado a las 8.30 de la mañana llamé al vocero de Miceli, Silvio Robles:

— ¿Qué? –me contestó.

—Que había un bolso con 239.631 dólares.

—No…, mirá, yo no sé nada. A mí no me cuentan todo, ¿Entendés? Hay cosas de las que ni me entero. Dejame llamarla… en un rato. Y te llamo.

A la hora del cierre de esta edición, el vocero Robles no se había comunicado con ninguno de mis teléfonos, con los que, por supuesto, cuenta.

Decidí irme a dormir.

© Escrito por Jorge Lanata y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 29 de Diciembre de 2012.