domingo, 20 de mayo de 2012

Van por Scioli…De Alguna Manera...

Van por Scioli…

¿Con pito y cadena...? Daniel Scioli. Dibujo: Pablo Temes.

Cristinismo feroz. Asfixia política y económica. Ahora buscan abrirle un frente judicial: ¿lo quieren preso?

Cuánto falta para que el cristinismo denuncie ante la Justicia a Daniel Scioli? ¿En qué momento la Presidenta ordenará dar la batalla final para que el gobernador recorra los tribunales hasta ser procesado por un juez con camiseta partidaria? ¿Cuál es la hora señalada para que algún miembro de la agrupación La Verbitsky, o su comandante en jefe, publique el “carpetazo” acusador de los servicios de inteligencia?

Esta guerra arrancó mucho antes y a mayor velocidad que la prevista. ¿Qué pasó? Cristina se está quedando sin proyectiles. Y los misiles que dispara para sobreactuar la gesta de Malvinas o expropiar la YPF que antes ayudó a privatizar tienen un impacto fugaz. La imagen positiva de CFK que cae al mismo ritmo que se desacelera la economía los puso en alerta. El colmo fue comprobar, amargamente, que Scioli no sufre el mismo deterioro.

Encima, en estas horas hubo tres opiniones contundentes contra la re-reelección: Hermes Binner, Ricardo Lorenzetti y hasta Eugenio Zaffaroni, que llegó a decir que el pueblo se cansa de los personajes y que “reelección” es mala palabra para los argentinos. Funciona esta ecuación: menos posibilidades de reelección, más se fortalece el operativo contra Scioli, que aparece como el único que tiene igual o mayor intención de voto que Cristina. Por eso abrieron las compuertas de los ataques.

Primero le vaciaron de poder la Legislatura y designaron como capo al camporista José Ottavis. Colocaron a Gabriel Mariotto para que le respire en la nuca y encabece la desestabilización con pedidos de informes que ni los opositores se atrevieron. Golpearon sobre Ricardo Casal, al que acusan de ser un empleado de la maldita policía. Se turnaron para fustigarlo Sergio Berni, Nilda Garré y Martín Sabbatella, entre otros. Los textos domingueros de Verbitsky intentan voltear al ministro más protegido por Scioli y, por ahora, no lo logran. Casal y Berni llegaron a empujarse frente a la TV como si fueran a cabecer un córner para ver quién anunciaba un operativo antidroga exitoso.

Ahora van por todo, tal como mandó la Presidenta. Dispararon en la línea de flotación mediática del ex motonauta. Sacaron de la cancha audiovisual a Daniel Hadad y después anunciaron en forma obscena por boca de Aníbal Fernández que el gobernador debía rendir cuentas de su lealtad a Cristina porque les pone publicidad a los medios que “ hablan bien de Scioli y nos critican y nos putean a nosotros”. Sincericidio quilmeño. No entienden cómo es que Scioli mantiene tan alta su imagen. Sospechan que es gracias a la energía positiva que les chupa a sus artistas amigos como los Pimpinela, Susana Giménez, Mirtha y Ricardo Montaner, entre otros. Quieren dinamitar esos recitales o encuentros para la tele.

Ahora iniciaron la etapa de la asfixia económica. Cerrarle el grifo de los fondos y que se las arregle como pueda con los intendentes. Quieren ver cómo hace para que no se le incendie la provincia aunque no ignoran el riesgo de que el viento empuje las llamas más cerca de la Plaza de Mayo que de La Plata. Ottavis, que pasó del llano a la vicepresidencia de Diputados, fracasó a la hora de sacar la ley de reforma tributaria. Apareció inexperto y creyó que agrediendo a los radicales y a los socialistas iba a convencerlos de que dieran quórum. Fiel al estilo K, quiso conseguir por violación lo que sólo se puede conseguir por seducción. Guapo para perder, dijo que la UCR “traicionó una vez más su tradición popular”. Jugó fuerte el vecino de Nordelta. Pero perdió los dos primeros partidos por goleada. Hay que decir que Mariotto no lo ayudó demasiado con las graves denuncias de corrupción que hizo. Sugirió que hasta su llegada al Parlamento provincial las leyes salían porque circulaban valijas por debajo de la mesa. Fue suficiente para que los opositores no quisieran aprobar nada a libro cerrado. Y para que la esposa de Carlos Kunkel, la jefa del bloque de senadores, Cristina Fioramonti, quedara en falsa escuadra. Ella hace cuatro años que ocupa esas bancas. O no se enteró de que había valijas voladoras, y por lo tanto falló en el control de la transparencia o fue parte de esa transa.

A la luz de lo que pasó con Esteban Righi, Daniel Rafecas y cada vez más con Scioli, parece que es más peligroso ser un aliado racional de CFK que un claro adversario. Se castiga más a los moderados que a los enemigos. Eso disciplina, pero también genera resentimiento.

El último manotazo lo dio Hernán Lorenzino, quien formalmente figura como ministro de Economía. Empujó a Scioli para que sacara el impuestazo por decreto y pagara él solito el costo de pelearse con los productores rurales a la vera de las rutas. Para que tuviera su propia Resolución 125. Rápidamente salieron a informarle que eso era imposible e ilegal. Scioli es prudente pero no come vidrio. La Presidenta también necesita los casi 3 mil millones que podrían recaudar por la vía del Impuesto a los Bienes Personales.

Se fueron cumpliendo todos los pasos del plan sistemático para sacar de la cancha a Scioli. Hasta ahora no tuvieron éxito. Faltan dos etapas más que profundizan el embate. La primera es utilizar los servicios prestados por Héctor Icazuriaga y armar una causa que lleve a Scioli a un procesamiento como el de Macri. Los expedientes que se preparan son variados: la basura, la Bonaerense, Boldt y el juego, los espectáculos masivos que organiza, la acusación por la protección que le brindan los grandes medios, y no descartan algún tema personal. Los sabuesos no descansan. Espían y escuchan a Scioli como nunca.

La gran pregunta que estremece a los argentinos con memoria es qué harán si nada de esto funciona. En los 70 apelaban a la justicia revolucionaria, a los fierros y a la violencia. Nadie cree ni quiere que la tragedia se repita ni como comedia. Ni que el infantilismo irresponsable se imponga. Pero a veces les hacen olfatear tanta sangre a los tiburones que los muchachos van y muerden desesperados. De última, es una tarea militante. Lo hacen por la patria. Y por Ella.

© Escrito por Alfredo Leuco y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 19 de Mayo de 2012.



Riesgo país y sus buitres... De Alguna Manera

El mayor riesgo país sería creerles…

Los bonos en dólares son la herramienta utilizada por quienes buscan fugar dinero en forma clandestina. Imagen: Guadalupe Lombardo

Tras la expropiación de YPF, las calificadoras llevaron el índice riego país a más de 1.000. Un viejo fantasma volvió a la city y al escenario político. Mientras los bonos en dólares se pagan hasta un 30 por ciento por encima de su valor de rescate, las calificadoras le suben el riesgo país como si sus títulos de deuda fueran bonos basura. ¿Por qué?

En las últimas semanas volvió a hablarse en los medios de un concepto que parece arrancado de la penosa historia política y económica de los ’90, “el riesgo país”. Y si reapareció, lógicamente, es porque se lo asoció a un alza que para algunos merecía convertirse en noticia: superó los 1000 puntos. Es decir que, a los ojos de “los inversores extranjeros”, el país vuelve a ser una plaza riesgosa, de improbable recuperación de la inversión, y más aún de los créditos que se le otorgaran. ¿Cuánto tiene que ver esa sensación transmitida por las calificadoras y los medios con la realidad económica del país? ¿Cuánto tiene que ver la intencionalidad de quienes buscan obstaculizar determinadas acciones del Gobierno para cambiar reglas de juego aún vigentes desde la época de la convertibilidad? En definitiva, volver a hablar del riesgo país elevado, ¿significa que el país volvió al pasado o que volvieron al escenario los actores que antes agitaban esos mismos fantasmas?

La reaparición de este viejo y conocido fantasma está rodeada, como no podía ser de otro modo, de misterios. El primero tiene que ver con su propia génesis. El nivel de “riesgo” que le corresponde a cada país tiene que ver con el diferencial de tasas entre un título de deuda pública de “riesgo cero” (de cobrabilidad absolutamente segura) y la tasa que se le asigna al país que se está buscando “medir”. El bono de riesgo cero está definido por convención: es el título de la deuda de largo plazo de la Reserva Federal de Estados Unidos. Es el organismo encargado de imprimir los dólares, por lo cual el incumplimiento de compromisos de pago en esa moneda resulta inverosímil, casi imposible. Casi, porque el año pasado Estados Unidos estuvo a punto de declararse en default porque el Congreso no le autorizaba a seguir endeudándose y la emisión de dólares (para capitalizar a bancos defondados durante la crisis) ya había llegado a un límite intolerable.

A pesar de las circunstancias, el bono de deuda de la Fed sigue siendo el considerado de riesgo cero. Como medida para contrarrestar la crisis, la tasa de ese bono está en uno de sus más bajos niveles históricos, en el 0,5 por ciento anual (medio punto de interés al año, 50 centavos de dólar por cada 100 dólares prestados). Es un dato cierto, exacto, público. En cambio, la tasa que se le asigna al país al que se le “mide” el riesgo es mucho menos preciso. Para eso están las grandes consultoras, como Standard and Poors y Moody’s, que dirán cuál es el riesgo de cada país en función del valor de mercado de sus bonos de deuda, pero también ponderando la “solvencia” macroeconómica y la de su gobierno, la “voluntad” de pago de su deuda y “la capacidad potencial de generar divisas”.

Entre los numerosos bonos de deuda soberana que emite Argentina, se toman los que pagan el vencimiento en valor dólar para compararlo internacionalmente. Cuando un país está en crisis y hay una fuerte presunción de que no va a pagar su deuda, estos bonos caen a un valor irrisorio porque es como una brasa caliente, que nadie quiere tener en sus manos cuando se declare el default. Un especulador lo podría tomar a la mitad de su valor sólo porque se arriesga a que, si se cobra, recibirá el doble de lo que invirtió (100 por ciento de ganancia). Ese diferencial entre la renta reclamada para aceptar el bono y la que paga un bono seguro (el de Estados Unidos) es lo que se denomina “riesgo país”.

Hasta aquí, todo bastante razonable y técnico. Cuando Argentina hacia fines de los ’90 era visto como país caminando por el desfiladero y con los ojos vendados, los bonos de deuda soberana se ofrecían por monedas, por al altísimo riesgo de default, y el “riesgo país” trepaba a 2000, 3000 o más puntos. Quienes preveían el default no se equivocaron: ocurrió en 2002. Pero hoy, sin la trampa de la convertibilidad, Argentina cumple sus compromisos y los bonos, curiosidad del destino, cotizan en el país con un “premio” del 20 o el 30 por ciento del valor nominal de rescate: entre 5,40 y 5,80 pesos por dólar nominal.

Si el riesgo país se tomara en función de este valor del mercado local (Buenos Aires), hoy resultaría negativo: el inversor está comprando a 5,40 lo que el Gobierno promete pagar 4,47 más un 7 por ciento anual. ¿Qué pasa con esos mismos títulos, por caso el Boden 2017, denominado en dólares, en el mercado de Nueva York? Hasta hace un mes, se llegó a pagar (en dólares) hasta un 8 o un 9 por ciento por encima de la par (por encima del valor de rescate que ofrecía el Gobierno). Conforme a ese parámetro, al menos, el bono argentino resultaba para el inversor más seguro o confiable que el bono estadounidense. Nadie habló entonces –las consultoras, menos– de un riesgo país cero o negativo para Argentina. ¿Cómo es posible que, en menos de un mes, el tema se convirtiera en noticia, pero justamente en el sentido contrario?

Es sabido que en Buenos Aires estos bonos denominados en dólares están siendo utilizados por quienes pretenden transferir dinero sin declararlo al exterior, mediante una operación que la jerga financiera llama “contado con liqui” (por “operación local al contado con liquidación en el exterior”): compra del título en pesos acá y venta del mismo título inmediata en el exterior para su cobro en dólares. Como esa fuga de divisas no se puede declarar, quien la hace no puede comprar los dólares en el mercado formal, y está dispuesto a pagar una diferencia porque seguramente será más lo que gane por sacar del país lo que obtuvo con malas artes. Eso justifica el alto precio local de los bonos en dólares.

Mientras tanto, lo que sucedió en el exterior (Nueva York) fue que los Boden 2017 empezaron a bajar de precio y en pocas semanas pasaron de cotizarse 8 por ciento sobre la par a un valor del 15 por ciento de descuento respecto de su valor nominal. La regla dice: baja el precio de mercado del bono, sube el riesgo país. El inversor extranjero reclama un precio mayor por “prestarle” al Gobierno (comprar un título de deuda). En este caso, paga 85 en vez de 100 (el mencionado 15 por ciento de descuento de la cotización) para obtener un interés del 7 por ciento. Es decir, está reclamando una tasa de retorno tres veces mayor. ¿Eso es equivalente a una suba del riesgo país a un índice 1000? Para nada, es una caída de la calificación totalmente desproporcionada respecto de lo que reflejan los mercados. Pero entre ambos “castigos”, el del mercado y el de las calificadoras, hay más de un punto de contacto.

Hay un dato objetivo: el valor de los bonos argentinos en Nueva York empezó a caer a partir de que se conoció la decisión del Gobierno de recuperar YPF, enviando al Congreso el proyecto de expropiaciones de acciones en propiedad de Repsol. Menos certero resulta indicar por qué cayeron los bonos, si fue por percepción de mayor riesgo de parte de los inversores, o por un manejo intencional de algún sector económico-financiero que tiró abajo el precio para sancionar la decisión del Gobierno. El mercado de bonos argentinos en Nueva York es muy reducido y todo es posible.

El otro dato objetivo es que las calificadoras reaccionaron inmediatamente a estos movimientos y comenzaron a subir el índice de riesgo país, pero de modo más acelerado o amplificado respecto de lo que se observaba en el mercado. Otra vez el mismo interrogante respecto de las motivaciones: ¿fue por percepción de que empeoraban las condiciones generales para la inversión en Argentina o fue una acción concertada con grupos económico-financieros con intenciones políticas? Con los antecedentes de estas consultoras internacionales, también todo es posible.

Estos son los sucesos que escoltan el reingreso del riesgo país en el escenario. Un escenario en el que predomina la disputa entre los grupos financieros aún dominantes en la economía mundial (pero en crisis) y gobiernos que buscan quitarse de encima las restricciones impuestas con el neoliberalismo. El riesgo país es una de las herramientas con las que se ejerció el dominio sobre las políticas económicas de los países dependientes, condicionando lo que podrían o no hacer en función del “humor de los mercados”. En la actualidad, por propia voluntad, el gobierno nacional no toma crédito en el mercado financiero mundial, por lo cual la suba del “riesgo país” no encarece, como en los ’80 y los ’90, el costo que paga por endeudarse. Es más una sanción política que económica, que tendrá mayor o menor peso en función de la legitimidad que se conceda a las calificadoras que determinan ese riesgo país.

© Escrito por Raúl Dellatorre y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.



Republiqueta... De Alguna Manera...

Republiqueta…

Guillermo, El Noble. Secretario Moreno. Dibujo: Pablo Temes.

Horrores Oficiales. El Gobierno comete graves errores políticos, económicos e institucionales. Los riesgos.

Es la economía, estúpido”, fue la ya legendaria frase que Bill Clinton transformó en su caballito de batalla durante la campaña que lo llevó a la presidencia de EE.UU. en 1992. Esa frase cobra vigencia en nuestro presente. Y este presente desnuda en forma paulatina la dimensión de la crisis económica que comienza a sentirse y que se ve potenciada por el empecinamiento de la Presidenta en negarla. Esta idea de que todo se podía solucionar aplicando la metodología de Guillermo Moreno, lejos de traer soluciones lo único que logra es hacer predecibles los problemas de un mañana de incertidumbre. Moreno, ministro de Economía en funciones, aglutina a buena parte del gabinete en su contra. Las renuncias de cuatro secretarios del Ministerio de Industria son producto del hartazgo de gente consustanciada con el proyecto K que se cansó de asistir con impotencia a los desaguisados de Moreno, siempre apoyados por Cristina. 

La falta de protagonismo del ministro de Economía, Hernán Lorenzino, es consecuencia de una intrascendencia patética. Allí los aportes técnicos los hace alguien a quien Moreno poco aprecia, el viceministro Axel Kicillof. En esta semana se conocieron sus ideas sobre el desdoblamiento del mercado cambiario, que generaron una apresurada desmentida desde el oficialismo. Como lo han reflejado los hechos, muchas de las desmentidas del Gobierno han terminado de ser confirmadas por la realidad. Las muy pocas fuentes que conocen lo que pasa en el círculo áulico de la Presidencia confirman que la idea del desdoblamiento cambiario le fue acercada a CFK. De hecho, así es como funciona hoy el mercado cambiario.

“No va a pasar nada raro”, dijo la Cristina Fernández refiriéndose al dólar, en uno de los “Aló Presidenta” de la semana. Sin embargo, a juzgar por lo que se observó en algunos bancos, el número de quienes no le creyeron va en aumento. De ahí que la cantidad de depósitos en dólares que se están retirando de las cuentas bancarias va en aumento, así como también la demanda de cajas de seguridad. ¿Cuál es el problema de fondo que ha llevado a esta situación? El creciente déficit fiscal. La respuesta es simple; la solución, no.

Entre los pagos correspondientes a la deuda externa y las necesidades de una mayor importación de combustibles, el Gobierno tiene una necesidad mayúscula de dólares que hoy no están en la cantidad suficiente para cubrir los requerimientos del momento. Por eso es que el cerrojo sobre las operaciones es casi total. Así y todo, el drenaje de la divisa norteamericana sigue un curso imparable. El cerrojo complica el desempeño de la economía y la vida de la gente. La existencia de un dólar paralelo al oficial de creciente valor y con una brecha que aumenta es el epifenómeno de esta circunstancia de impredecible evolución.

En este marco, la situación fiscal de las provincias agrega un factor más de inquietud política. El viernes se conoció un dato que inquieta: los giros de fondos de la Nación a las provincias fue el más bajo de los últimos años. A la cabeza de las afectadas está la provincia de Buenos Aires. De ahí la necesidad imperiosa de Daniel Scioli de aprobar la reforma tributaria y crear nuevos impuestos. Es una necesidad compartida con la Nación. En las protestas que el campo viene llevando adelante contra esa iniciativa, el núcleo principal es el referido a los impuestos que aspira a llevarse el Gobierno nacional y que están incluidos en el paquete que deben tratar los diputados bonaerenses la semana entrante. Sobre la aprobación de esta ley hay expectativa en las intendencias. En muchas de ellas ya se verifica un atraso significativo del pago a sus respectivos proveedores. La gota que derramaría el vaso sería la imposibilidad de pagar los sueldos de sus empleados.

Para Scioli, la semana que pasó terminó un poco más tranquila de lo que la empezó. Su declaración, en la que reconoció sus aspiraciones presidenciales para 2015, impactó en la Casa Rosada. Fue ese un misil que le estaban reclamando los intendentes del peronismo que no quieren ver atada su suerte a los caprichos de la Presidenta, hoy encarnados por el vicegobernador Gabriel Mariotto y por La Cámpora.

En las huestes del gobernador se vivían con euforia las reacciones producidas por sus expresiones. Lo primero que allí confirmaron fue que hay mucha gente dentro del peronismo dispuesto a acompañarlo, señal inequívoca del poco afecto que despierta el kirchnerismo. Nadie puede asegurar cómo seguirá esta historia.

La situación judicial por la que atraviesan Mauricio Macri y Amado Boudou es un ejemplo contundente de la realidad política que se vive. El jefe de Gobierno de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires tiene un procesamiento dictado por el controvertido juez federal Norberto Oyarbide y confirmado en fallo unánime por la Sala I de la Cámara Federal. En su momento, Macri buscó la recusación del Dr. Oyarbide, maniobra en la fracasó ya que le fue denegada. Así las cosas, el próximo paso procesal habrá de ser el juicio oral y público, lo que es muy bueno, porque allí es donde se exhibirán las pruebas que serán la base de la sentencia a través de la cual se establecerá definitivamente y a la vista de todos, la culpabilidad o la inocencia de Macri.

Veamos ahora lo sucedido con Boudou en el escandaloso caso de tráfico de influencias destinado a obtener el levantamiento de la quiebra de la ex Ciccone Calcográfica, al que se le ha agregado la causa por enriquecimiento ilícito. Como se recordará, tras un silencio de dos meses desde que se ventiló el caso de la ex Ciccone, el vicepresidente, por indicación de Fernández de Kirchner, acusó al juez federal Daniel Rafecas, al fiscal Carlos Rívolo y al entonces procurador general de la Nación, Esteban Righi. A poco menos de dos meses de la recordada pseudoconferencia de prensa, el éxito de la estrategia del vicepresidente es evidente, ya que los doctores Rafecas y Rívolo fueron apartados del caso y Righi renunció. 

Esta diferente realidad se resume en el siguiente apotegma: para el kirchnerismo, todo; para sus opositores, en cambio, la ley. Triste realidad que aleja a la Argentina del ideal promisorio de una república y la acerca a la penosa dimensión de una republiqueta.

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 19 de Mayo de 2012.


Alfajores de Arroz... De Alguna Manera...

El alfajor de arroz tiene más grasas totales que un alfajor tradicional...

Mordeme. Los nutricionistas se resisten a darlo como parte de una dieta. Pero sabe bien y su consumo crece.

Estudio Exclusivo. Es el último boom de los kioscos y es muy consumido por quienes buscan cuidarse de las calorías extra. Pero el único beneficio real es que viene en porciones muy pequeñas.

Arroz inflado, un poco de dulce de leche, una mínima cobertura de chocolate; parece una golosina simple, al paso, que no engorda, ideal para dietas o meriendas apuradas. Además, con el agregado de la tradición argentina del alfajor. Sin embargo, según expertos en nutrición no hay que abusar porque sigue siendo una golosina y no tiene las ventajas, por ejemplo, de cualquier fruta, incluso las estigmatizadas como “gordas”, como la banana.

Un informe de la Fundación Daat (“Inteligencia para el tratamiento de la obesidad y la diabetes”) exclusivo para PERFIL mostró las debilidades de la golosina de arroz  (cuya marca Chocoarroz”, de Delilight, amenaza con convertirse en un genérico): mostró que estas golosinas tienen más grasas totales por unidad que un alfajor –aunque pesan la mitad– y tienen apenas un poco menos de calorías. El único beneficio que brindan como parte de una dieta es el hecho de que su tamaño es menor. De hecho, un alfajor  tradicional pesa entre 45 y 50 gramos, contra los 25 a 30 gramos de un alfajor de arroz.

Viviana Baranchuk, encargada del estudio, remarcó que la principal sorpresa del informe que lideró: “Nos llamó la atención que las grasas saturadas sean iguales a las del alfajor, con prácticamente la misma cantidad de colesterol”.

Baranchuk contó que dejó de recomendar la golosina porque no da saciedad y tiene demasiadas calorías si se piensa en dietas hipocalóricas o personas que quieran mantener su peso, o aprender a comer. “En todo caso”, continúa Baranchuk, “el chocoarroz es una buena colación para una vez al día, a la que no habría que sumarle una barrita de cereal porque se aumenta mucho la ingesta calórica”. Hay que elegir, remarca: o una o la otra, y no más de una vez al día, o a media mañana o a media tarde, pero nunca combinadas.

Como fuera, lo cierto es que el consumo del alfajor de arroz ha explotado y ha logrado convertirse en uno de los éxitos de quiosco del último lustro, lo más nuevo desde la invención de las barritas de cereales hacia fines de los años de 1990: un cálculo del periodista Alfredo Sainz en su blog cifró en 3 millones las unidades que se venden por mes, a un promedio de unos $4. PERFIL consultó a las empresas que las fabrican y venden –aproximadamente media docena– y a sus consultoras de comunicación, pero se negaron a participar en esta nota.

Método. El estudio se hizo con 28 unidades en total (10 barritas de cereal, 4 barritas de cereal light, 7 chocoarroz y 7 alfajores), a partir de la información del rotulado, es decir, sin análisis químico del contenido, y se hizo un promedio de cada categoría. Lo bueno para hipertensos es que el “choco” tiene menos sodio que sus competidores. En calorías, están casi igual a los alfajores; y casi no tienen fibra. Ahí aparece el problema: poseen las mismas grasas o más que un alfajor.

Numéricamente, la golosina de arroz tiene 19,3 gramos de grasas totales, contra 17 gramos de un alfajor, 13,3 gramos de una barrita de cereal y apenas 4,6 gramos de una barrita de cereal light.

Claro que también hay expertos que creen que en el fondo no conviene ninguna (ver aparte) y hay que volver a lo no envasado.

Silvio Schraier, presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, dijo: “No aconsejo ningún producto de estos, si me lo pregunta mi paciente le diré que sí pero no se lo recetaré. El humano puede vivir sin golosinas. Sólo si es muy importante para alguien lo autorizo, pero sin excederse si se trata de dietas de 1.200 calorías diarias”.

 “Siempre es mejor una fruta”

El presidente de la Sociedad Argentina de Nutrición, Silvio Schraier –quien no participó del estudio de Daat–, señaló con reparos que el alfajor de arroz con chocolate es una buena opción como golosina porque es la de menor cantidad de calorías, pero remarca que este hecho no autoriza a comerlo de forma ilimitada.

Y agregó: “La banana no es mala palabra, se puede comer una por día, lo mismo el turrón”. Para Schraier, “el hecho de que un alimento sea light no quiere decir que no engorde sino que tiene un porcentaje menor de calorías o sal o grasa. El clásico turrón tiene más o menos las mismas calorías que una barrita, pero en el imaginario colectivo el turrón engorda y la barrita no. Lo mismo pasa con el chocoarroz. Toda la vida es mejor una fruta, siempre que se pueda hay que elegir un alimento que además de bajas calorías aporte vitaminas o proteínas”.

Y concluyó: “Una fruta convencional, una manzana de 150 gramos, puede tener más calorías que un chocoarroz, 150 calorías. Pero se trataría de una fruta del tamaño de una pelota de tenis”.

Las dietas, CFK y  el chocolate

No hemos hecho ningún estudio en profundidad sobre la golosina de arroz. Sí es algo que se escucha habitualmente en el ambiente de médicos especialistas en nutrición el hecho de que es un producto con muchas grasas. Se supone que la Anmat regula y eso debería estar todo perfectamente verificado y explicitado en las etiquetas. Tienen 80 calorías, es decir que es como una barrita. Y cuando pasan de las 100 calorías es debido a la cobertura símil chocolate, que puede ser más grasa. Esta semana la presidenta de la Nación, Cristina Fernández, me nombró. Debo decir que el hecho de que la Presidenta me vea habitualmente es un honor para mí, independientemente de la ideología política. Me honra. Su expresión fue de broma y me eligió a mí como referente. Me quedo con esa parte. Dijo que la dieta no debe ser aburrida, estoy de acuerdo. Es algo que yo mismo digo todo el tiempo. Pero es que uno imagina que la dieta es así, algo restringido, que hay que cuidarse. Es cierto, pero también es cierto que la dieta deber ser placentera. Yo me sentí gratamente sorprendido por su sentido del humor.

Una vez, nos encontramos en una inauguración, con ella y con Néstor Kirchner, y bromearon con que tenían momentos en que comían medialunas y me veían a mí en la tele y les daba culpa. Fue la única vez que estuve con ellos.

A pesar de que no se vincula con las golosinas quiero aprovechar este espacio para referirme a mi supuesta cercanía con el PRO. A mí me contrató la Ciudad para una tarea técnica, vinculada a la salud de la gente. Es un trabajo por tres meses, y después se verá el impacto. Pero mi idea no es entrar a la política, soy un técnico, y puedo trabajar para Macri o para Pilar o para Malvinas Argentinas.

Alberto Cormillot.  

© Escrito por Martín De Ambrosio y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.

Metamorfosis… De Alguna Manera...

Metamorfosis…

Metamosrfosis dibujo de Pablo Picasso.

Mucho antes de ahora, ya proliferaba la traición. Desde los meses posteriores a la caída de Perón, entre fines de 1955 y comienzos de 1956, la velada o casi explícita imputación recorría los caminos de la patria. Hasta el fugaz (abril 1954/septiembre 1955) vicepresidente de Perón, Alberto Tesaire, era etiquetado así. El vocablo alcanzó luego fornida vigencia en las turbulentas aguas del peronismo. El pacto entre Perón y Frondizi para las elecciones de 1958 procreó infinitas acusaciones de ese género. La serie siguió inexorable, año tras año. En 1965, Perón mandó a su mujer, Isabelita, a la Argentina para disciplinar y castigar a los traidores. Surgieron las fracciones “de pie junto a Perón”, mientras los que marchaban por su cuenta eran tildados de colaboracionistas o, más tenuemente, participacionistas.

Augusto Vandor, el poderoso capo metalúrgico que había participado junto a la plana mayor de los sindicatos del golpe de 1966 contra el gobierno radical de Illia, fue asesinado en 1970, por traidor. Antes de matar luego a su sucesor, los Montoneros coreaban: “¡(José) Rucci, traidor, a vos te va pasar lo mismo que a Vandor!”. Y cumplieron. Ya en pleno baño de sangre previo a 1976, numerosos dirigentes sindicales fueron asesinados por la guerrilla montonera, mientras que bandas criminales de la Triple A liquidaban a centenares de militantes revolucionarios, especialmente los que se definían como peronistas. Unos y otros, Montoneros y Triple A, llamaban traidores a sus víctimas. Pero hasta los propios gobernadores peronistas (Miguel Ragone, Jorge Cepernic, Alberto Martínez Baca, Ricardo Obregón Cano y Oscar Bidegain) fueron derrocados con la anuencia de Perón, y por ser considerados traidores.

La estigmatización de traidores se diluyó hasta comienzos del siglo XXI, pero renació en 2003. La idea de que no hay perdón para los responsables del crimen de deslealtad floreció con los gobiernos de los Kirchner. En nueve años han desfilado por los elencos del Ejecutivo personas que una mañana despertaron anoticiadas de que ya no contaban con la aprobación del monarca. ¿Quién se acuerda de los ministros iniciales, en los que aparecían peronistas como Gustavo Beliz, Alberto Iribarne y Roberto Lavagna? Dueño de un acceso íntimo y total al entonces presidente Kirchner, a quien sirvió al pie de la letra, Alberto Fernández se convirtió en 2008 en paria irremediable, depositario de todas las condenas.

Uno a uno siguen cayendo los muñecos. Martín Lousteau fue la gran esperanza blanca durante breves meses, hasta que lo eyectaron a la intemperie sin remilgos, convertido en blanco móvil. Lavagna fue aceptado como legado necesario de Eduardo Duhalde, pero desde 2006 en adelante se convirtió en un fantasma para el nuevo poder, como si su gestión de cuatro años decisivos nunca hubiera existido.

Cuando la acusación de traidor no es explícitamente verbalizada, los kirchneristas sumergen en el sótano del ostracismo a figuras de las que se desprenden como pesos muertos. ¿Quién le reconoce algo hoy al inesperado secretario de Cultura José Nun, un intelectual que vino de la izquierda no peronista y al que nunca le dieron la hora, hasta que lo echaron?

El Diccionario de la Lengua Española de Espasa-Calpe define la traición como violación de la fidelidad o lealtad “que se debe”. Traición es, en efecto, antónimo de lealtad, pero la definición de este atributo presupone obediencia a una persona, no a un programa. Néstor Kirchner le fue leal a Duhalde entre 2002 y 2003, pero cuando pudo giró 180º y se convirtió en su ejecutor. Nadie pestañeó cuando el aval de Duhalde a Kirchner era todavía reciente y Cristina se subió a un atril para calificar al caudillo bonaerense de capo mafia, el “padrino” de la política criolla, con el que ella nada tenía que ver.

Es el mismo procedimiento que produce hastío en su inmutable perpetuación, esa rutina de acuchillar hoy al socio de ayer, fusilándolo con el escarnio de “traidor”, como lo revelan los casos de Hugo Moyano y Daniel Scioli. Es una ignominia severa, porque al que traiciona le cabe la imputación de enemigo de la patria. El Poder Ejecutivo categoriza de esa manera a quienes se diferencian del Gobierno. Ahí está Scioli, teniendo que aguantar, tras ser elegido como candidato a vicepresidente en 2003 por Kirchner, que un ex dirigente del Partido Comunista le cuente los glóbulos de cristinismo en sangre. ¿Qué son sino ‘traidores’ Gabriel Mariotto, verdugo de Scioli, y Omar Viviani, apóstata de Moyano? En la ofuscada retórica del actual oficialismo argentino, nada más alevoso y pérfido que pensar con la propia cabeza y resistirse a las ignominias de la obsecuencia debida.

Además, desde el kirchnerismo ha germinado otra corriente, paralela a la que nutren los desembarcados del buque del Estado resignados al silencio vitalicio, estupefactos y sin comprender por qué les mostraron la puerta de salida, como Rafael Bielsa y su sucesor, Jorge Taiana. Cuando se evalúa el espesor de los dos primeros cancilleres del kirchnerismo y se lo compara con el del actual, Héctor Timerman, se advierte que la Casa Rosada premia la obediencia y el silencio, jamás el mérito o el talento.

Otro ejemplar del zoológico de los traidores, tal como los define el kirchnerismo, es el indescriptible Sergio Schoklender, que gozó de prebendas, favores y privilegios hasta que una madrugada amaneció como la criatura kafkiana de Metamorfosis, convertido en asqueroso insecto. La propia encubridora de aquel Schoklender, Hebe Pastor de Bonafini, se hace hoy buches con la palabra traidor. Su lengua implacable e incansable etiqueta de esa manera a gente muy de izquierda que, tras haber estado a su lado durante años, se negó a dejarse violar por la retórica incendiaria de “las madres”, como Vicente Zito Lema, Herman Schiller y ahora Osvaldo Bayer. Horrible sendero de cuchilladas traperas y amnesias repulsivas, la cosmogonía de la traición como razón de Estado desnuda la obscenidad de una época.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 19 de Mayo de 2012.



¿Quién es peronista?... De Alguna Manera...

¿Quién es peronista?...


Hay pocas cosas tan peronistas como discutir quién es peronista. La semana pasada se publicó aquí un cálculo aproximado sobre la incidencia electoral de los distritos cuyos jefes participaron en el lanzamiento de la agrupación Juan Domingo, concebida como réplica disciplinaria de La Cámpora, y la de aquellos que en compañía del vicegobernador Gabriel Mariotto fueron recibidos por Cristina en Olivos, sin participación de ningún integrante del gobierno provincial, pese al pedido de asistencia que formuló el jefe de gabinete, Alberto Pérez. 

Hoy se ajustan los datos, según las cifras oficiales de la Justicia electoral: en Los Toldos estuvieron los intendentes de partidos que sumados reúnen a 217 mil electores y en Olivos los que gobiernan sobre más de dos millones. Nueve a uno, una catástrofe para Scioli, quien esta semana avanzó un paso en su ilusión de establecer un eje con el secretario general de la CGT, cuando su hijo y diputado nacional, Facundo Moyano, dijo que adhería al proyecto del gobernador. Pero la experiencia histórica, desde Cipriano Reyes hasta Augusto Vandor y Saúl Ubaldini, muestra que es tan difícil transmutar la organización sindical en poder electoral como el plomo en oro. Para colmo, Hugo Moyano aspira al mismo cargo que Scioli, como dejó en claro desde el discurso en River. En el triángulo entre Scioli, Moyano y Cristina también juegan los intendentes.

La comparación entre municipios que privatizaron la recolección de residuos según un modelo anacrónico, oneroso y dañino para el ambiente, que se lleva hasta el 40 por ciento de sus presupuestos, y aquellos que la realizan con medios propios (como Berazategui, José C. Paz y Córdoba desde la gestión del primer intendente Mestre) no deja lugar a dudas: bajan los costos y el empleo municipal deja de ser un seguro contra la desocupación para transformarse en una fuerza productiva. Además, organismos nacionales como el INTI y el Conicet han avanzado en un prototipo de usina de reciclaje, de presupuesto moderado y capaz de convertir los residuos en energía.

Desde el gobierno de una provincia quebrada, que depende del endeudamiento y de las transferencias del gobierno nacional es inimaginable que el proyecto de Scioli pueda concretarse contrariando la voluntad presidencial, ya sea que Cristina aspire a ser reelecta o a señalar un sucesor que preserve las líneas centrales de su gestión reparadora de la destrucción neoliberal y de expansión de derechos. Que este Delfín no puede ser Scioli volvió a evidenciarse en la discusión sobre la reforma impositiva. El aporte del impuesto inmobiliario rural a los ingresos provinciales en la privilegiada zona núcleo de la pampa húmeda no pasa del 2 por ciento. Las alícuotas son bajas, la valuación fiscal sobre la que se calcula es ridícula en relación con el precio de mercado de las tierras, el último revalúo data de 1955 y el gravamen se aplica sobre cada partida y no sobre el propietario, con lo cual ignora los fenómenos de concentración y carece de toda progresividad.

Hasta ahora se delinearon tres posiciones, que volverán a cotejarse mañana: la del resucitado Grupo Ahhh... donde radicales, progresistas, libertadores y duhaldistas de todo pelaje volvieron a alinearse con las cámaras patronales agropecuarias como en 2008; la del gobierno nacional que se negó a cualquier conciliación con los activistas que detrás del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, y del dirigente de los estibadores rurales Gerónimo Venegas, forzaron las puertas de la Legislatura; y la de Scioli, que impulsó la ley porque la necesita para pagar los sueldos y mantener la provincia en calma pero no se decide a ejercer las facultades que la ley impositiva ya le confirió para decretar el revalúo con su sola firma.

El aporte del inmobiliario rural a la provincia no pasaría de 300 millones de pesos al año, ya que la base de cálculo seguiría muy lejos del valor venal y además se incluyeron escalas que disminuirán la presión para los pequeños productores. En cambio sería unas siete veces mayor el incremento de recaudación por los impuestos sobre bienes personales. Es obvio que esto importa al Estado Federal, pero la provincia no puede de-sentenderse, ya que depende de las transfusiones que recibe de la Nación. Se verá si el campeón de Villa La Ñata atina a gambetear sobre esta estrecha baldosa.

Las costillas de Scioli

Partido
Padrón electoral
Saavedra
17.428
Colón
19.219
Trenque Lauquen
34.327
Benito Juárez
16.333
Guaminí
9.147
Capitán Sarmiento
11.105
Tres Lomas
6.110
Exaltación
21.062
Baradero
25.206
Lavalle
2.964
Roque Pérez
9.276
Salto
25.290
Pinamar
20.192
TOTAL
217.659
Fuente: Junta Electoral PBA.

Los visitantes de Olivos

Partido
Padrón electoral
General Rodríguez
55.027
General San Martín
318.462
José C. Paz
178.312
Navarro
12.707
Arrecifes
22.513
Avellaneda
277.271
Berazategui
223.347
Cañuelas
35.082
Lanús
376.987
Presidente Perón
49.253
Chacabuco
38.596
Chivilcoy
51.898
Pehuajó
31.541
Balcarce
36.401
Partido de la Costa
54.948
Bahía Blanca
231.485
Monte Hermoso
5.983
Azul
51.936
Tapalqué
7.578
TOTAL
2.059.327
Fuente: Junta Electoral PBA.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.


Luz y sombra...


Scioli entre Cristina, Biolcati, Moyano y los Intendentes.

La resistencia oligárquica, trasfondo de la controversia entre Nación y Provincia. Un gobierno blando con los poderosos y cruel con los débiles. Una delegación oficial llevó documentos, salud y planes a las cárceles visitadas por Mariotto. Pero los prisioneros siguen siendo rehenes del mecanismo perverso de prebendas y castigos implantado por un Servicio Penitenciario que conduce al ministerio de Seguridad. La villa como cárcel sin muros, el dilema entre Estado Penal o Estado Social.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.

sábado, 19 de mayo de 2012

Las pilas... De Alguna Manera...

Todo sobre las pilas...

Una pila recargable puede sustituir hasta 300 descartables.

De alto potencial contaminante, estas unidades electroquímicas exigen cuidados. Precauciones y consejos para su descarte.

La energía compactada en una pila permite escuchar música, operar a distancia equipos electrónicos y mantener en funcionamiento otros aparatos como cámaras fotográficas y teléfonos celulares. Cuando esa energía se extingue, tiramos la pila a la basura.

Ese acto en apariencia inofensivo representa un serio problema, pues las pilas contienen sustancias de elevada toxicidad que amenazan nuestra salud. Por ello, es importante que usted tenga esta información acerca de las pilas y elija las alternativas que hoy existen para frenar este problema.

Qué son

Una pila es una pequeña unidad electroquímica, contenida en una caja cuadrada o cilíndrica con dos terminales que representan los polos positivo y negativo. Sus componentes químicos se transforman en energía, y ésta hace funcionar a los aparatos. 

Cómo contaminan 

Las pilas comunes están compuestas por materiales pesados, mercurio, cadmio. Y si, cuando se acaba el período útil, las arrojamos al tacho de desperdicios, seguramente terminarán en un basural.

La lluvia lava los restos de las pilas y arrastra el mercurio, que se abre paso a través de la tierra hasta que encuentra la napa subterránea de agua y la contamina.

Como el agua de la napa está siempre en movimiento, termina volcándose en los ríos y así llega al mar. Actualmente, buena parte de los mares del planeta están contaminados.

A la vez, el agua contaminada se fija en la carne de los peces y enferma al hombre cuando la consume. Pero, curiosamente, el mercurio no afecta a los peces. No es el único problema.

Hay otros problemas que, como no tienen prensa, la gente ignora, como el peligro que suponen las pilas para los chicos de entre 3 meses y 5 años. Juguetes con pilas deben tener colocado el tornillo de seguridad en la tapa que cierra la caja donde se alojan las pilas. Así se evita que el niño abra la tapa y saque las pilitas. De esta manera evitamos que se la trague. 

Existen estudios que muestran que 35 por ciento de la contaminación por mercurio es ocasionada por las baterías que se incineran con la basura doméstica.


Para tener una dimensión del problema de contaminación, basta mencionar que una sola pila botón (como las que utilizan los relojes) puede contaminar 6,5 millones de litros de agua, la misma cantidad que tiene la pileta olímpica.

Variedades

Hay dos tipos de pilas, las primarias y las secundarias. Las primarias son las pilas desechables, cuyos componentes químicos, al convertirse en energía eléctrica, ya no pueden recuperarse. Las pilas secundarias son las que se pueden recargar. 
 ¿Por qué es conveniente utilizar pilas recargables? Una pila recargable puede sustituir hasta 300 desechables. 

Componentes & daños

La exposición a sus químicos puede provocar cáncer. Estudios médicos han demostrado que el consumo constante de alimentos contaminados con mercurio puede provocar cambios de personalidad, pérdida de visión, memoria, sordera o problemas en los riñones y pulmones.

En embarazadas, el mercurio puede acumularse en la placenta y provocar daño en el cerebro y en los tejidos de los neonatos, especialmente sensibles a esta sustancia.

Por otra parte, respirar cadmio produce lesiones en los pulmones y, cuando se ingiere, generalmente se acumula en los riñones. El efecto adverso más común de exposición al níquel en seres humanos es una reacción alérgica. Entre el 10 y 15 % de la población es sensible a él. Algunas personas que son sensibles a este metal sufren ataques de asma luego de períodos de exposición. La exposición a niveles muy altos de manganeso durante largo tiempo ocasiona perturbaciones mentales y emocionales, y provoca movimientos lentos y faltos de coordinación. 

Tiempos 

 ¿Por qué las pilas no se deben dejar mucho tiempo dentro de los aparatos? Después de cierto tiempo, los componentes de las pilas comienzan a oxidarse, deshaciendo su empaque. Estas sustancias, al estar en contacto directo con los aparatos, terminan por "quemarlos" y echarlos a perder. Se recomienda quitar las baterías a los aparatos que no van a ser usados por lapsos prolongados.

¿Por qué no se debe de perforar una pila? Los componentes de la pila, en su mayoría tóxicos, si son sacados de la envoltura o empaque antes de oxidarse, pueden quemar o corroer las superficies con las que tengan contacto. Además, pueden lastimar seriamente la piel humana. 

¿Por qué no se deben quemar? Algunas pilas pueden explotar al entrar en contacto con el fuego. En otros casos, los componentes de las pilas entran en combustión y liberan gran cantidad de contaminantes al aire. 

¿Cómo sustituir su uso? Lo más recomendable es disminuir su consumo utilizando baterías recargables. Sin embargo, lo mejor es evitar comprar aparatos que requieran de pilas para funcionar. Existen un sinfín de productos que utilizan energía solar, muchos de ellos son juguetes, relojes, radios, lámparas, ventiladores, calentadores, etcétera. Además, la corriente generada por cada pila es 450 veces más cara que la generada para la corriente eléctrica. 

¿Es mejor utilizar pilas "piratas"? No. Las pilas de origen ilegal o "piratas" contaminan más que otras, debido a que su tiempo de duración es muy corto, por lo que se desechan rápidamente. Se calcula que en un año se consumen más de 300 millones de pilas de origen ilegal, lo cual podría dar una dimensión de la cantidad de materiales tóxicos que producen. 

¿Las pilas y baterías que se utilizan en los celulares también contaminan? Sí. Cada año se consumen 75 toneladas de baterías de telefonía inalámbrica; 18 % del contenido de estas baterías es cadmio y 20 % es níquel, por lo que se calcula que cerca de 28,5 toneladas de residuos peligrosos son generados anualmente por las baterías de los celulares. 

Se estima que, en la Argentina, se consume un promedio de 10 pilas por persona por año. Cuando se agotan, en general finalizan en la basura común, aunque lo ideal sería la recogida selectiva de las pilas usadas en contenedores específicos y su tratamiento adecuado, constituyendo la solución más lógica y más respetuosa con el ambiente.

Ecovolta contesta

Ecovolta es un emprendimiento argentino, una ONG ambientalista, que aconseja desechar las pilas usadas en lugares de recolección y, en el caso de no saber dónde hacerlo, explica clos pasos a seguir:

Guarda tus pilas usadas en botellitas de plástico (500 cm3) con su tapa, que son las botellitas de gaseosa o agua mineral. 

Se reciben hasta dos botellitas por persona. 

Todos aquellos que tengan más de 2 botellitas, comunicarse al 4381-0808. Junto con las pilas, solicitan una donación (www.ecovolta.org.ar) para poder seguir con sus acciones y conservar el agua que tenemos. 

Con las pilas usadas y los materiales donados se fabrica el ECOBANCO. Una vez terminado, el ECOBANCO es donado a una escuela. 

Dato importante

No se reciben pilas sueltas, en cajas, en recipientes de plástico que no sean botellas de 500 cm3, en recipientes metálicos, en botellas o recipientes de vidrio.

Recolección

Sólo los viernes, de 17 a 18, en Perón 1140, a dos cuadras del Obelisco. Sólo los jueves, de 10 a 12, en Uruguay 740

Aires OHM, lunes a viernes, de 9 a 19, y sábados, de 10 a 12, en Paraná 119 (preguntar por Guillermo EXCLUSIVAMENTE). 

© Escrito por Juan Martín Ravettini (*) y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el miércoles 17 de Mayo de 2012.

(*) El autor de la nota es licenciado en Comercio Internacional e investigador de medio ambiente, http://www.facebook.com/QUERECICLO; www.quereciclo.com.ar, en construcción.


Dólar... De Alguna Manera...

Dólar...

Moreno. Con su intervención, la brecha con el dólar oficial hizo que el "blue" vuelva a ser negro.

Lector, el dólar va a aumentar, las tarifas van a aumentar, los subsidios van a bajar y los sueldos en dólares van a bajar. Lo opinable es sólo cuándo eso irá sucediendo.

El Gobierno no sólo sabe que eso es inevitable sino que le conviene que así sea, porque de otra forma su modelo (como cualquier otro) no sería sustentable.

El Gobierno usa a Moreno como asustador en distintos eventos sabiendo que lo puede hacer sólo durante cierto tiempo (los cucos, como los fantasmas, aterrorizan sólo por breves períodos). Y también Moreno sabe que él no puede disciplinar al mercado y que sólo puede hacer creer que lo disciplina (por eso los modos y los gritos  siempre sobreactuados de teatralidad). Su servicio al Gobierno es ganar tiempo para que la realidad emerja cuando no parezca impuesta por el mercado, aunque siempre lo sea y lo único que hayan hecho fuera aguantar un poco más. Pero cada vez le cuesta más cara esa posposición, porque a Moreno le pasa lo mismo que a los magos: descubiertos sus trucos, producen menos efecto.

Cuando Cristina públicamente le dijo: “Moreno, usted es un príncipe al lado de los italianos” –que habían allanado calificadoras de riesgo–, todos los participantes, incluido el propio Moreno, lanzaron una carcajada, porque la ironía destacaba lo opuesto, con todos los sinónimos que el diccionario tiene para innoble: bajo, ruin, vulgar, indecoroso; calificativos que fueron festejados porque no caen sobre los fines que serían nobles sino apenas sobre los medios.

¿Se acuerda, lector, cuando hace pocos meses el aumento del precio del dólar paralelo fue achacado al dueño del Banco Macro, Jorge Brito, por haber especulado comprando dólares? ¿O por la misma causa, al hoy enjuiciado Pedro Blaquier? Ambos ya cayeron en desgracia; sin embargo, el dólar sigue subiendo.

No era lógico que el precio del dólar fuera lo que menos creciera en la Argentina de los últimos años. Como no es lógico que los servicios públicos cuesten ridículamente menos que en el resto del mundo. Como no es lógico que los sueldos promedio en dólares de muchas actividades en Argentina sean el doble que en España o Italia. Y lo que no es lógico no dura. Es cuestión de tiempo.

Una progresiva devaluación del peso que no se trasladara (o se trasladara poco) a los precios internos, es decir a la inflación, sería ideal para el Gobierno y hasta una verdadera panacea. Le resolvería los problemas de competitividad de los exportadores, eliminaría la necesidad de dedicar tanta energía a la “policialización” del dólar, aumentaría el superávit comercial bajando las importaciones y subiendo las exportaciones, aumentaría el superávit fiscal incrementando los ingresos públicos por más ganancias del Banco Central con sus reservas, y por recibir más pesos por las mismas retenciones (además de hacerlas más justas porque hace unos años el Gobierno las explicó como una compensación de una política cambiaria de dólar alto por la cual el Estado pagaba el costo de comprar más dólares que los que precisaba y esterilizar luego con bonos).

Si no fuera conveniente devaluar –con pocos costos inflacionarios–, no le pediría Estados Unidos a China que sobrevalúe su moneda o el ministro de Economía de Brasil no se hubiera quejado de la guerra de monedas, donde los países desarrollados devalúan para sobrevaluar las monedas de los países emergentes y reducirles su competitividad.

Para progresivamente devaluar sin que se traslade a precios internos, habría que enfriar la economía. Si la gente consume menos, los precios terminarán subiendo menos. Y precisamente eso es lo que está haciendo el Gobierno. Enfrió la economía para frenar los aumentos de salarios colocándoles a las paritarias un techo que terminó por estar no debajo del 20%, pero no mucho más arriba. Si no enfriaba, y con la inercia que veníamos, las paritarias hubieran sido mayores del 30%. Y ahí sí, cualquier devaluación por arriba del promedio hubiese retroalimentado la inflación a más del 35%.

Con paritarias cerradas en el 22% de promedio y un enfriamiento del consumo, las expectativas de inflación podrían llegar a contenerse y, en un contexto así, se podría aumentar el precio del dólar oficial cosechando sus beneficios y limitando sus costos inflacionarios.

De cualquier forma, la brecha del 25% entre el dólar oficial y el paralelo irá produciendo efectos similares a una devaluación oficial del peso. Y ya lo produjo en gran parte de los actores económicos cuyos precios tienen algún componente internacional, quienes calculan el valor de reposición de sus materias primas importadas –o nacionales pero exportables– asumiendo que el precio del dólar oficial futuro será como el del paralelo actual. Entonces, ¿por qué el Gobierno no aprovecharía esta oportunidad de cosechar las ventajas de un costo ya producido?

A este Gobierno le gusta  mostrarse más heterodoxo de lo que es. Se hacen los locos, pero no lo son tanto.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 18 de Mayo de 2012.


La bicicleta de Audi... De Alguna Manera...

Audi presentó su bicicleta electrónica...

  
Armazón, brazo giratorio y ruedas hechas de carbono están en línea con el principio de diseño ultra ligero de la marca alemana. El prototipo presentado en Austria combina un manejo eléctrico y poder muscular. Fotos.

La automotriz alemana Audi presentó una máquina deportiva muy inspiradora, la bicicleta electrónica Wörthersee de Audi en Wörthersee, Carinthia (Austria).

El prototipo combina un manejo eléctrico y el poder muscular.

El jefe de diseño, Wolfgang Egger, comenta: “Como bicicleta electrónica de alto rendimiento para ciclismo deportivo y ejercicios, presenta las competencias básicas de Audi de diseño, ult ra, e-tron y conexión.”

Creador. El jefe de diseño de Audi, Wolfgang Egger y la novedosa bicicleta.

La bicicleta electrónica Audi Wörthersee hizo su primera gran aparición en la Gira Wörthersee de este año, la 31er. reunión para fanáticos de Audi, VW, Seat y Skoda; el ciclista de pruebas, Julien Dupont, y el especialista en terrenos, Petra Bernhard, mostrarán sus proezas y habilidades en ciclismo callejero.

El dinamismo óptimo de la bicicleta prototipo se ve claramente a primera vista. “Al desarrollar la bicicleta electrónica Wörthersee de Audi, nos inspiramos en principios de diseño para carreras de motociclismo”, explica Hendrik Schaefers, uno de los diseñadores en Concept Design Studio Munich.

“La bicicleta electrónica parece increíblemente precisa, altamente emocional y estrictamente funcional. En verdad, el esfuerzo en el diseño se enfocó en su función como máquina deportiva. Todos los elementos de diseño están de ese modo alineados con las características técnicas.”, concluye el experto.

El armazón ligero presume un bajo centro de gravedad y un volumen general compacto. De este modo, la bicicleta electrónica es magníficamente ágil en los límites del manejo deportivo.

La batería de iones de litio está incorporada en el armazón y necesita 2,5 horas para cargarse por completo. En las largas giras de ensayo, sólo se requirieron de algunos simples pasos para quitar la batería y reemplazarla con una ya cargada.

© Fuente: Audi AG. Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos AIres el jueves 17 de Marzo de 2012.


Las fotos: