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sábado, 27 de mayo de 2017

Reforma previsional… @dealgunamanera...

Reforma previsional…

Imagen: Guadalupe Lombardo

La reforma del sistema de jubilaciones que prepara el Gobierno contempla la segmentación de las prestaciones en tres niveles. El primero será de carácter universal y lo constituye la nueva pensión por vejez creada el año pasado con la ley de “reparación histórica”. Se empieza a cobrar a partir de los 65 años tanto en hombres como en mujeres, sin necesidad de aportes previsionales. El monto de ingresos equivale al 80 por ciento de la jubilación mínima.

© Escrito por David Cufré el sábado 27/05/2017 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciuad Autónoma de Buenos Aires.

En la práctica, este cambio constituye un deterioro notable para los adultos mayores respecto del estado de derechos que habían alcanzado con los gobiernos de Néstor y Cristina Kirchner, cuando se aprobaron distintas moratorias que les permitieron a más de 3 millones de personas saldar su deuda de aportes con la Anses –muchos no habían efectuado ninguno– y percibir como piso el haber mínimo. La diferencia es de más de 1200 pesos en este momento, ya que la jubilación mínima se encuentra en 6394 pesos y la pensión por vejez es de 5115 pesos.

Además, esta última no genera el derecho de pensión para los familiares del titular. En el caso de las mujeres, la modificación entraña un perjuicio sustancial porque implica un aumento de cinco años de la edad a partir de la cual pueden obtener ingresos, dado que con las moratorias podían jubilarse desde los 60 años y ahora tendrán que esperar hasta los 65 para cobrar la pensión por vejez. Es un recorte de gastos en línea con los reclamos de ajuste fiscal que el FMI y los mercados le formulan al Gobierno permanentemente.

Esta prestación será financiada por rentas generales. Los funcionarios de la Secretaría de Seguridad Social y de la Anses que diseñan el proyecto establecerían como línea de corte para la pensión por vejez un nivel de aportes previsionales inferior a los 15 años, aunque el número exacto todavía no está definido.

Esto significa que los hombres y mujeres que lleguen a los 65 años y queden por debajo de ese nivel de años de aportes tendrán la opción de pasar a cobrar automáticamente este beneficio, equivalente al 80 por ciento de la jubilación mínima, como se explicó más arriba. Sin embargo, la iniciativa les daría la posibilidad de mejorar esos ingresos al autorizar por ley que sigan trabajando y aportando más allá de los 65 años, sin que sus empleadores puedan forzarlos al retiro como ocurre en la actualidad. Todo lo que sumen por arriba de los 15 años de aportes –si finalmente fuera ésa la línea de corte– significaría un plus para su ingreso mensual, cuyo financiamiento saldría del régimen jubilatorio solventado con aportes y contribuciones.

Con esta medida, el Gobierno empezaría a correr los límites de la edad jubilatoria, haciendo caer en las espaldas de los trabajadores que padecieron la informalidad laboral o el desempleo la responsabilidad de trabajar más años para cobrar un haber más alto que la devaluada pensión por vejez. Para superar la resistencia empresaria, el Estado resignaría el cobro de contribuciones patronales por esos empleados cuando sigan trabajando más allá de los 65 años. De todos modos, estos puntos son aún materia de debate entre los funcionarios que trabajan en la reforma.

El segundo pilar del nuevo régimen jubilatorio, en tanto, seguirá siendo el sistema de reparto. La novedad en este caso viene por la modificación de la fórmula de cálculo para determinar el haber inicial de cada jubilado; es decir, lo que una persona empieza a cobrar cuando se retira. En lugar de los componentes actuales –PBU, PC y PAP–, se avanzaría con un esquema conformado por la prestación universal –la pensión por vejez– más el plus asociado a los años y al nivel de aportes al sistema. Un aspecto clave en este caso es si habrá un tope sobre la proporción del salario afectado a los aportes previsionales que sea más bajo que el actual.

Es una posibilidad, para incentivar a los trabajadores a realizar aportes voluntarios al tercer pilar del sistema y, sobre todo, para bajar la presión de gastos al Estado nacional, que pagaría a los nuevos jubilados haberes más bajos que los actuales.

El tercer pilar, en el proyecto en estudio, cumplirá la función de elevar los montos de las jubilaciones de aquellos trabajadores que hagan aportes voluntarios a este sistema. Estará constituido por cajas complementarias bajo un esquema también de reparto y, según dicen los funcionarios, no se baraja la posibilidad de volver a habilitar mecanismos de capitalización individual. Las cajas complementarias existentes –como las profesionales o de distintas actividades– o las que se creen ofrecerían a los trabajadores la administración de aportes voluntarios para mejorar sus jubilaciones.

El sistema financiero podría encontrar aquí una puerta para volver al negocio de la gestión de recursos previsionales. Por otra parte, fuentes del Gobierno sostienen que por ahora no se analizan cambios en la ley de movilidad jubilatoria, que va actualizando los haberes en marzo y septiembre de cada año.

Con esta división en tres pilares –universal, de reparto y complementario– se reproducirían en la tercera edad las diferencias salariales de la etapa activa, dándole un sesgo más marcado de diferenciación entre ciudadanos de primera –aquellos que pudieron completar los años de aportes para acceder a la jubilación plena, con haberes aún más altos para quienes realizaron aportes voluntarios– y de segunda, que deberían conformarse con la pensión por vejez.

En la Secretaría de Seguridad Social del Ministerio de Trabajo se reúnen un miércoles por mes el titular de esa dependencia, Juan Carlos Paulucci (un hombre que llegó al puesto de la mano de Gerónimo “Momo” Venegas), funcionarios de la Anses y de la AFIP, junto con delegados empresarios, sindicales (de la CGT, CTA y distintos gremios) y especialistas para debatir sobre los cambios que necesita el sistema jubilatorio.

Allí trascendió la posibilidad de que el Gobierno modifique también el régimen de autónomos y monotributistas en su aspecto previsional, unificando a esos sectores en una sola categoría. La “armonización” de las cajas jubilatorias provinciales con la nacional es otro de los objetivos del oficialismo. E

n varias provincias creen que ello implicará presiones del gobierno nacional para forzarlos a disminuir prestaciones y a subir la edad jubilatoria en línea con el régimen de la Anses. Gremios como el docente, a su vez, están alertas por si aparece la pretensión de las autoridades de modificar los estatutos especiales como el que tiene el sector.

Por otra parte, Paulucci informó en el último encuentro de esa comisión asesora que se creará otro cuerpo para elaborar un Código de la Seguridad Social. Sería un digesto de normas nacionales y provinciales. El funcionario indicó que fueron seleccionados para esa tarea dos ex camaristas de la Seguridad Social, Mabel Maffei de Borghi y Bernabé Chirinos, y el constitucionalista Félix Loñ.

La velocidad y profundidad de los cambios en materia de jubilaciones dependerá del resultado de las elecciones de octubre.

Una buena performance del oficialismo le dará margen para ir más a fondo. Como en los ‘90, las prestaciones de la seguridad social vuelven a estar en el centro de los planes de ajuste neoliberales.



domingo, 15 de julio de 2012

Hablemos de política... De Alguna Manera...

Hablemos de política...


En su primer discurso como reelecto secretario general de una de las cinco fracciones en que quedó dividido el movimiento sindical, Hugo Moyano corrió el último velo que ocultaba las motivaciones de su conducta del último año y medio: lejos de exponer una agenda gremial, describió un horizonte ya no sólo político sino electoral, en el que sus fuerzas restarían apoyo a la presidente CFK en los comicios legislativos de 2013. Moyano se hizo elegir con el 54 por ciento de los votos dibujados en su congreso de fantasía. Este mal no es exclusivo de su sector. El otro computa como propios a renunciantes, procesados y difuntos. El intento de incluir en esta nota un cómputo objetivo de las fuerzas respectivas fracasó, porque el Ministerio de Trabajo confesó que no existen registros oficiales, actualizados y confiables. 

Moyano también dio señales acerca del tipo de representación gremial que invoca, al elegir como acompañante en la secretaría adjunta de su agrupamiento al dirigente de los petroleros Guillermo Pereira; como vocal al secretario de la Asociación de Pilotos de Aviones, Jorge Pérez Tamayo y como secretario de prensa al dueño de una parada de diarios, Omar Plaini. 

Curiosa superposición de decisiones: en el mismo momento en que decide volcarse de lleno a la política, Moyano segmenta su representatividad gremial y se aventura en un terreno desconocido, seguido por los menos: camioneros, petroleros, pilotos y patrones quiosqueros integran el diez por ciento de la aristocracia obrera que resopla contra el gobierno porque debe pagar el impuesto a los ingresos de las personas. (Aristocracia obrera no es una descripción de Carlos Zannini sino de Carlos Marx). La solicitada que con la mejor intención inspiraron Plaini, Juan Carlos Schmid, Facundo Moyano y Héctor Recalde el miércoles decía que “apoyamos el modelo que comenzó en mayo de 2003 y que transformó una penosa realidad en cambios de enorme trascendencia como la liberación del FMI, el no endeudamiento, la política de derechos humanos, la defensa del mercado interno, las paritarias, el salario mínimo vital y móvil, la nacionalización de empresas públicas, de los recursos previsionales, la movilidad jubilatoria y un etc. importante. 

Pero ello no significa que no reclamemos por lo que falta, por la profundización necesaria, por el diálogo, las explicaciones sobre la coyuntura”. Estos buenos propósitos naufragan cada vez que Moyano compara a la presidente con la dictadura militar o atribuye las dificultades del gobernador bonaerense para pagar sus obligaciones a un golpe de Estado del mismo gobierno nacional al que Daniel Scioli no se cansa de agradecer su ayuda, que al menos le permitió pagar los sueldos. El dirigente de los albañiles (y ex personal civil de Inteligencia del Ejército) Gerardo Martínez, hizo un intento de último momento por evitar la fractura y propuso a Moyano prorrogar su mandato unos meses hasta alcanzar un acuerdo entre todos los sectores. Fracasó porque aquellos sindicatos comprometidos con el desguace del Estado en la década de 1990, como los electricistas de Oscar Lescano, los mercantiles de Armando Cavalieri y los paramédicos de Carlos West, no quieren saber nada con Moyano. 

Pero también Moyano declinó la propuesta con un argumento sorprendente: “Este gobierno no llega a fin de año”. Expresiones similares de deseos repite ante interlocutores más discretos el aún arzobispo de Buenos Aires pero ya no hombre fuerte de la Conferencia Episcopal, Jorge Bergoglio, enfurecido por las reformas progresistas al Código Civil propuestas por una comisión que encabezaron el presidente y la vicepresidente de la Corte Suprema de Justicia, Ricardo Lorenzetti y Elena Highton. La ratificación por la Autoridad Federal de Servicios de Comunicación Audiovisual de la fecha del 7 de diciembre para que las grandes cadenas se adecuen de una vez a la ley sancionada hace ya tres años, incentiva todas esas urgencias y calienta tapas de diarios y pantallas de televisión. 

El hombre clave en el entramado que organizó Moyano es el secretario de interior Gerónimo Venegas. Titular de la asociación de trabajadores con los más altos niveles de informalidad del país, Venegas perdió una caja de 500 millones de pesos cuando el Congreso sancionó la nueva ley de trabajo rural, que devuelve a los trabajadores del agro derechos históricos perdidos y encomienda al Estado verificar su cumplimiento, en lugar del contubernio entre el sindicato y los patrones que creó Menem al finalizar su gobierno. Venegas transmite a Moyano su obsesión por el esquema de caos social, vacío de poder y salida anticipada de la presidente, proyecto que el ex senador Eduardo Duhalde delineó aún antes de la primera elección de Cristina y que sus dispersos partidarios mantienen como utopía reaccionaria y módico consuelo ante las contrariedades de la dura realidad. 

Venegas es también el puente de Moyano con las cámaras patronales agropecuarias, que amenazan con nuevos lockouts y movilizaciones, ante las medidas impositivas que preparan los gobiernos provinciales y el nacional, según la precisa lección de economía política que Cristina le asestó a Scioli: “Muchas veces hay que discutir cuando uno administra en nombre del pueblo; tenés que enfrentarte muchas veces con intereses, siempre hay que optar, sobre todo en economía, porque en la economía, como lo saben los empresarios, nada es neutro, lo que se le da a uno es porque lo pone otro”. 

Scioli va comenzando a comprender que antes de 2015 viene 2013. En ese año podría librarse del tormento de la administración y encabezar la lista de candidatos legislativos del Frente para la Victoria, con la lealtad a la presidente que proclama cada vez que se enciende una cámara y por la cual ha sido candidato a tres cargos distintos en 2003, 2007, 2009 y 2011.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 14 de Julio de 2012.


domingo, 20 de mayo de 2012

¿Quién es peronista?... De Alguna Manera...

¿Quién es peronista?...


Hay pocas cosas tan peronistas como discutir quién es peronista. La semana pasada se publicó aquí un cálculo aproximado sobre la incidencia electoral de los distritos cuyos jefes participaron en el lanzamiento de la agrupación Juan Domingo, concebida como réplica disciplinaria de La Cámpora, y la de aquellos que en compañía del vicegobernador Gabriel Mariotto fueron recibidos por Cristina en Olivos, sin participación de ningún integrante del gobierno provincial, pese al pedido de asistencia que formuló el jefe de gabinete, Alberto Pérez. 

Hoy se ajustan los datos, según las cifras oficiales de la Justicia electoral: en Los Toldos estuvieron los intendentes de partidos que sumados reúnen a 217 mil electores y en Olivos los que gobiernan sobre más de dos millones. Nueve a uno, una catástrofe para Scioli, quien esta semana avanzó un paso en su ilusión de establecer un eje con el secretario general de la CGT, cuando su hijo y diputado nacional, Facundo Moyano, dijo que adhería al proyecto del gobernador. Pero la experiencia histórica, desde Cipriano Reyes hasta Augusto Vandor y Saúl Ubaldini, muestra que es tan difícil transmutar la organización sindical en poder electoral como el plomo en oro. Para colmo, Hugo Moyano aspira al mismo cargo que Scioli, como dejó en claro desde el discurso en River. En el triángulo entre Scioli, Moyano y Cristina también juegan los intendentes.

La comparación entre municipios que privatizaron la recolección de residuos según un modelo anacrónico, oneroso y dañino para el ambiente, que se lleva hasta el 40 por ciento de sus presupuestos, y aquellos que la realizan con medios propios (como Berazategui, José C. Paz y Córdoba desde la gestión del primer intendente Mestre) no deja lugar a dudas: bajan los costos y el empleo municipal deja de ser un seguro contra la desocupación para transformarse en una fuerza productiva. Además, organismos nacionales como el INTI y el Conicet han avanzado en un prototipo de usina de reciclaje, de presupuesto moderado y capaz de convertir los residuos en energía.

Desde el gobierno de una provincia quebrada, que depende del endeudamiento y de las transferencias del gobierno nacional es inimaginable que el proyecto de Scioli pueda concretarse contrariando la voluntad presidencial, ya sea que Cristina aspire a ser reelecta o a señalar un sucesor que preserve las líneas centrales de su gestión reparadora de la destrucción neoliberal y de expansión de derechos. Que este Delfín no puede ser Scioli volvió a evidenciarse en la discusión sobre la reforma impositiva. El aporte del impuesto inmobiliario rural a los ingresos provinciales en la privilegiada zona núcleo de la pampa húmeda no pasa del 2 por ciento. Las alícuotas son bajas, la valuación fiscal sobre la que se calcula es ridícula en relación con el precio de mercado de las tierras, el último revalúo data de 1955 y el gravamen se aplica sobre cada partida y no sobre el propietario, con lo cual ignora los fenómenos de concentración y carece de toda progresividad.

Hasta ahora se delinearon tres posiciones, que volverán a cotejarse mañana: la del resucitado Grupo Ahhh... donde radicales, progresistas, libertadores y duhaldistas de todo pelaje volvieron a alinearse con las cámaras patronales agropecuarias como en 2008; la del gobierno nacional que se negó a cualquier conciliación con los activistas que detrás del presidente de la Sociedad Rural, Hugo Biolcati, y del dirigente de los estibadores rurales Gerónimo Venegas, forzaron las puertas de la Legislatura; y la de Scioli, que impulsó la ley porque la necesita para pagar los sueldos y mantener la provincia en calma pero no se decide a ejercer las facultades que la ley impositiva ya le confirió para decretar el revalúo con su sola firma.

El aporte del inmobiliario rural a la provincia no pasaría de 300 millones de pesos al año, ya que la base de cálculo seguiría muy lejos del valor venal y además se incluyeron escalas que disminuirán la presión para los pequeños productores. En cambio sería unas siete veces mayor el incremento de recaudación por los impuestos sobre bienes personales. Es obvio que esto importa al Estado Federal, pero la provincia no puede de-sentenderse, ya que depende de las transfusiones que recibe de la Nación. Se verá si el campeón de Villa La Ñata atina a gambetear sobre esta estrecha baldosa.

Las costillas de Scioli

Partido
Padrón electoral
Saavedra
17.428
Colón
19.219
Trenque Lauquen
34.327
Benito Juárez
16.333
Guaminí
9.147
Capitán Sarmiento
11.105
Tres Lomas
6.110
Exaltación
21.062
Baradero
25.206
Lavalle
2.964
Roque Pérez
9.276
Salto
25.290
Pinamar
20.192
TOTAL
217.659
Fuente: Junta Electoral PBA.

Los visitantes de Olivos

Partido
Padrón electoral
General Rodríguez
55.027
General San Martín
318.462
José C. Paz
178.312
Navarro
12.707
Arrecifes
22.513
Avellaneda
277.271
Berazategui
223.347
Cañuelas
35.082
Lanús
376.987
Presidente Perón
49.253
Chacabuco
38.596
Chivilcoy
51.898
Pehuajó
31.541
Balcarce
36.401
Partido de la Costa
54.948
Bahía Blanca
231.485
Monte Hermoso
5.983
Azul
51.936
Tapalqué
7.578
TOTAL
2.059.327
Fuente: Junta Electoral PBA.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.


Luz y sombra...


Scioli entre Cristina, Biolcati, Moyano y los Intendentes.

La resistencia oligárquica, trasfondo de la controversia entre Nación y Provincia. Un gobierno blando con los poderosos y cruel con los débiles. Una delegación oficial llevó documentos, salud y planes a las cárceles visitadas por Mariotto. Pero los prisioneros siguen siendo rehenes del mecanismo perverso de prebendas y castigos implantado por un Servicio Penitenciario que conduce al ministerio de Seguridad. La villa como cárcel sin muros, el dilema entre Estado Penal o Estado Social.

© Escrito por Horacio Verbitsky y publicado en el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el domingo 20 de Mayo de 2012.