domingo, 14 de junio de 2020

Ideología que atrasa… @dealgunamanera...


Oscuros nubarrones…

Cuidando la producción, Matías Kulfas. Dibujo: Pablo Temes

La Argentina parece condenada a una dirigencia llena de clichés y, por ende, pendular y carente de planificación.

© Escrito por Nelson Castro el sábado 13/06/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


La conferencia de prensa del lunes pasado, en la que el Presidente anunció la intervención y expropiación de la empresa Vicentin, amerita un análisis para entender su trama. Cuando comenzó a hablar del tema, el Dr. Alberto Fernández dijo “Vicentin”, pero cuando anunció la intervención, dijo "Grupo Vincentin". Luego repitió cuatro veces más “Grupo Vincentin”. Solo una vez dijo “Vicentin”.

Al ministro de la Producción, Matías Kulfas, se lo vio notablemente incómodo intentando explicar el porqué de la decisión. Nadie entendió por qué no estuvo allí el ministro de Agricultura, Luis Basterra, un cooperativista que conoce muy bien lo que pasa con la empresa y los cooperativistas.

Tampoco se comprendió por qué estuvo ausente en ese estrado el ministro de Producción, Ciencia y Tecnología de la provincia de Santa Fe, Daniel Aníbal Costamagna. Es difícil hacer una transformación de una compañía de noventa años sin consultar a las autoridades de la provincia en la que tiene su sede. Y para completar el espectro de lo inentendible, hay que decir que el gobernador, Omar Perotti, se enteró a través de la televisión. Otra ausencia fue la del sector privado cooperativo, que además de tener una presencia de décadas en Santa Fe –que es cuna del cooperativismo–, es acreedor de Vicentin. Es decir, estuvo la senadora Anabel Fernández Sagasti, que estaba trabajando en este malhadado proyecto –que es representante de la provincia de Mendoza–, y nadie de Santa Fe.

Dentro del gabinete nacional, más de uno quedó atónito. “Habíamos prometido otra cosa”, dijo uno de sus miembros más conspicuos, quien con un dejo de amargura, expresó: “Son las cosas de la señora”, en clara alusión a Cristina Fernández de Kirchner.
“Vamos a defender la soberanía alimentaria” fue una de las desafortunadas frases que pronunció el Presidente. Fue una de las cosas que se decían por parte del Gobierno durante el conflicto del campo por la Resolución 125. Por si alguien lo olvidó, eso sucedió hace 12 años.

A ello hay que agregar otra declaración inquietante del jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, quien en la semana fue prolífico en frases desafortunadas. “Hay muchas empresas concursadas, pero no las vamos a estatizar a todas” (sic). Nótese que no dijo no vamos a estatizar a ninguna más sino que no a todas.
Entre las empresas más endeudadas con el Banco Nación, figuran las siguientes:

- Molinos Cañuelas debe 20 mil millones de pesos. El 20% se lo adeuda al BNA. Y según las categorías del Banco Central, entra en el lote de las número 5, que son las “irrecuperables”.

- Compañía Argentina de Granos, dependiente del Grupo Navilli, debe 7.700 millones de pesos. El 40% es deuda con el BNA. Es Categoría 5.

- Ieasa (ex Enarsa) debe 11 mil millones de pesos. Es categoría 5.

- ARSA (Alimentos Refrigerados SA) es una empresa que Vicentin creó en 2016 como parte de su plan de expansión hacia nuevos rubros. Le compró a Sancor el negocio de yogures, postres y flanes por US$ 100 millones.

- Impsa metalúrgica de Pescarmona en Mendoza debe 3.800 millones de pesos y el 80% le corresponde al BNA. Es categoría 5.

¿Serán estas firmas las próximas a ser estatizadas?

Todo ha sido hecho de manera tan desprolija que hasta el mismísimo Guillermo Moreno salió a darle al Presidente una lección de derecho administrativo.

Hasta Guillermo Moreno le dio una clase de derecho administrativo al Presidente.

La reacción de la ciudadanía de Avellaneda y Reconquista debería ser para el Gobierno una advertencia. La designación del subinterventor, Luciano Zarich, también trae malos recuerdos. El colega Matías Longoni fue víctima de una patoteada por parte de Zarich, a quien mencionó en una investigación periodística en 2015 por la emisión de los Registros de Operaciones de Exportación (ROE) a empresas truchas.

Dato curioso: cuando Aníbal Fernández se sentía ya como gobernador de la provincia de Buenos Aires, hizo en el Teatro Argentino de La Plata la presentación de su futuro gabinete. Entre los postulantes a ocupar cargos estuvieron Zarich y el interventor designado, Gabriel Delgado.    

La situación de Vicentin y los préstamos que recibió por parte del Banco Nación tienen que ser investigados a fondo. Esa investigación debe incluir los préstamos otorgados a la empresa durante el kirchnerato.

El trasfondo de toda esta operación tiene de oscuros nubarrones toda la gestión de Alberto Fernández. La aparición de Eduardo Duhalde, criticando fuertemente al Presidente no es un dato menor. Como tampoco lo fue el de las críticas de Roberto Lavagna. Ambos son hombres de consulta de Alberto Fernández.

El hecho ha encendido las alarmas de todos los sectores empresariales con los que el Presidente se había reunido una semana atrás.

Las ideas que expresó tanto AF como la senadora Fernández Sagasti, en el sentido de buscar imponer la soberanía alimentaria forman parte de una concepción ideológica que atrasa, como la mayoría de las concepciones ideológicas del kirchnerismo y las de sus oponentes. La Argentina parece condenada a una dirigencia llena de clichés y, por ende, pendular y carente de planificación y previsibilidad. Esto incluye, obviamente, a parte de quienes integraron el gobierno de Mauricio Macri, de catastróficas consecuencias económicas y sociales.





Aislamiento social y privación del acceso a la Justicia… @dealgunamanera...

Aislamiento social y privación del acceso a la Justicia…

Corte Suprema de Justicia de la Nación

El abogado y querellante en la causa ESMA, Ariel Noli, analiza la parálisis del Poder Judicial decidido por la Corte Suprema de Justicia de la Nación y qué significa una privación del derecho de acceso a la Justicia.

© Escrito por el Doctor Ariel Noli (*) el sábado 13/06/2020 y publicado por Portal de Info Nativa Periodismo Nacional y Digital de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

Desde el 20 de marzo pasado, fecha en que el Poder Ejecutivo Nacional dispuso el ASPO (Aislamiento Social Preventivo Obligatorio), la Corte Suprema de Justicia de la Nación ha decretado un feria judicial extraordinaria, la cual se viene prorrogando en la medida que el Poder Ejecutivo prorroga el ASPO y que implica concretamente el cierre del acceso a los tribunales de la Nación.

Entiendo que ante dicha circunstancia la pregunta que corresponde hacerse es:
¿El acceso a la Justicia un servicio esencial? ¿Resulta razonable y/o lógico, sostener que uno de los Poderes del Estado resulta no esencial?

El acceso a la Justicia como servicio esencial

Entiendo que no cabe la menor duda que el acceso a la justicia resulta un servicio esencial. A mi parecer resulta una obviedad.

Sin embargo, no resulta menos obvio y no podemos dejar de señalar, que el acceso a la justicia de gran parte del pueblo argentino ya estaba vedado con anterioridad al Aislamiento Social Preventivo y Obligatorio.

No se entiende el motivo por el cual la sociedad acepta sin mayores resquemores que los Jueces nos digan que el acceso a la Justicia se encuentra cerrado por la pandemia de Covid – 19

Es más, haciendo un análisis más fino aún, llamar “Justicia” a los Tribunales argentinos, es un absurdo. JUSTICIA es otra cosa

No existe en la Argentina nada más alejado de la problemática del pueblo argentino que la “justicia” que imparten nuestros jueces.

No obstante lo señalado, en este caso, dejaremos para otra oportunidad esos debates sin dejar de manifestar que hay que tenerlos en algún momento y he de ceñirme al análisis de la situación de la “Justicia en cuarentena”, dado que ese alejamiento del Poder Judicial respecto de la problemática de gran parte del pueblo argentino se ha generalizado y hoy día abarca a todas y todos.

No existe argumento lógico y/o jurídico que pueda justificar la no esencialidad de uno de los tres Poderes del Estado.

Podemos válidamente discutir sobre distintas formas de gobierno, pero si entendemos que la forma de gobierno elegida por la Nación Argentina, como señala nuestra Constitución Nacional, es la representativa, republicana y federal, según mi parecer no podemos discutir la esencialidad de uno, o mejor dicho, de cada uno de los tres poderes del Estado.

Establecida la esencialidad y contrastando con la realidad objetiva de la situación actual del ASPO en la ciudad de Buenos Aires, debemos decir que resulta cuanto menos un absurdo que en la C.A.B.A. se encuentre a la fecha prácticamente todo habilitado a excepción del Poder Judicial, los colegios y las reparticiones del Estado.

Entiendo que resulta cuanto menos paradójico que se establezcan como excepciones al aislamiento, por poner algunos ejemplos, la venta de flores, las casas de juegos de azar o las jugueterías y no se establezcan como excepciones verdaderas actividades esenciales como el acceso a la justicia o la educación primaria que, en otro contexto, hasta habilitarían la intervención federal de una provincia.

Quiero dejar expresamente aclarado que lo señalado anteriormente no implica de ninguna manera una crítica al modo en que el Gobierno Nacional ha decidido enfrentar la pandemia de Covid – 19, esto es el ASPO.

Haciendo un análisis más fino aún, llamar “Justicia” a los Tribunales argentinos, es un absurdo. JUSTICIA es otra cosa

Sino una crítica concreta a las prioridades otorgadas a las excepciones previstas a dicho aislamiento y al “rotulado” por decirlo de algún modo de lo que son, o que no son, actividades esenciales.

Vale decir establecido que el acceso a la justicia resulta un servicio esencial para el pueblo en su conjunto, no se puede comprender que los Jueces se nieguen a prestarlo en debida forma.

Tampoco se comprende el motivo por el cual gran parte de la sociedad acepta sin mayores inconvenientes, que los Jueces se nieguen a garantizar el acceso a la justicia por la existencia de la pandemia.

Considero que la pregunta que la sociedad debería formularse es, ¿aceptaríamos que una enfermera o un médico nos dijera que no va a prestar el servicio de salud porque estamos en pandemia? ¿Aceptaríamos que un chofer de una línea de colectivos nos dijera que no va a prestar el servicio de transporte público porque estamos en pandemia? ¿Aceptaríamos que un conductor de ambulancias nos dijera que no va a prestar el servicio porque estamos en pandemia? Claramente no.

Pues entonces no se entiende el motivo por el cual la sociedad acepta sin mayores resquemores que los Jueces nos digan que el acceso a la Justicia se encuentra cerrado por la pandemia de Covid – 19

Otra discusión que deberíamos darnos en algún momento, es la razonabilidad que los jueces en promedio ganen arriba de $400,000 mensuales y los docentes o los trabajadores de la salud no alcancen en su gran mayoría a un 20% de dicho ingreso.

El acceso a la Justicia como resguardo de los derechos

La Argentina venía sumida en una profunda crisis económica previo a la pandemia. Las medidas sanitarias dispuestas por el Poder Ejecutivo indudablemente tienen como consecuencia no querida la profundización de dicha crisis económica, tal como pasa en todo el mundo.

Hoy el aumento desmedido e injustificado de precios, miles despidos, merma en el pago y pérdida del poder adquisitivo de salarios, argentinos que no llegan a obtener un plato de comida, son una realidad incontrastable.

Sostenemos que el acceso a la justicia resulta un elemento indispensable para el resguardo de los derechos de los trabajadores y el pueblo en su conjunto.

Las medidas adoptadas por el Gobierno Nacional intentando morigerar dichos efectos, tales como la imposición de la doble indemnización por despidos y la prohibición de despidos resultan medidas abstractas en tanto el acceso a la justicia le sea negado a los despedidos y/o a quienes les redujeron el salarios de hecho.

Es por ello, entre otras cosas, que sostenemos que el acceso a la justicia resulta un elemento indispensable para el resguardo de los derechos de los trabajadores y el pueblo en su conjunto.

Es que la realidad siempre supera a la teoría, y si bien en teoría en la argentina están prohibidos los despidos, la realidad cotidiana nos marca que los despidos existen y que las personas que se quedaron sin trabajo ( y como consecuencia de ello sin obra social en medio de la pandemia) no tienen acceso al reclamo judicial para hacer valer sus derechos, debiendo aguardar con absoluta desprotección para efectuar su reclamo, el fin de la pandemia o que la Corte Suprema de Justicia, se decida a dar cumplimiento de su obligación de garantizar el servicio de justicia.

Del mismo modo sucede con las víctimas del terrorismo de estado, que siguen esperando una reparación de la justicia a través de los juicios de lesa humanidad que hasta la fecha han quedado “paralizados” en su mayoría, o los miles de jubilados, que están a la espera de la resolución de sus ajustes previsionales.

El alejamiento del poder judicial en general, y de los jueces en particular, con las problemáticas sociales y populares, se viene acrecentando año tras año, pero desde el 20 de marzo de 2020 dicho alejamiento se ha convertido directamente en la negación del acceso del pueblo a la defensa de sus derechos ante los tribunales.

Será entonces el desafío del momento, lograr en lo inmediato la apertura de los tribunales y en el mayor corto plazo posible producir una reforma estructural del poder judicial que pueda acortar el alejamiento actual del poder judicial con las problemáticas sociales del pueblo argentino.

(*) Ariel Noli es abogado, querellante en la causa ESMA e integrante de la lista Mariano Moreno del CPACF. 




Malvinas: la extraña derrota… @dealgunamanera...

Malvinas: la extraña derrota… 


Hoy se cumple un nuevo aniversario de la rendición argentina en las islas, que se produjo el 14 de junio de 1982. Una mirada sobre el trasfondo de una tragedia histórica. 

© Escrito por Federico Lorenz el domingo 14/06/2020 y publicado por el Diario La Capital de la Ciudad de Rosario de Santa Fe, Provincia de Santa Fe de la Veracruz.

El 16 de junio de 1944, después de tenerlo cautivo y someterlo a torturas, los nazis fusilaron a Marc Bloch, miembro de la Resistencia francesa. Cayó en las afueras de Lyon, a manos de miembros de la Gestapo que comandaba Klaus Barbie, apodado el Carnicero. Había combatido en dos guerras mundiales, y es un modelo para generaciones de historiadores por la forma en la que concibió la disciplina.

Casi cuatro años antes, el 14 de junio de 1940, Bloch vivió un día de humillación y derrota: la entrada triunfal de los alemanes en París. Allí quedó su biblioteca, saqueada y malvendida por las fuerzas de ocupación. Me gusta imaginar que ese día germinó en la mente de Bloch un libro extraordinario: La extraña derrota. Un texto perturbador y riguroso, indignado y melancólico en el que el historiador hizo lo que mejor sabía hacer: se preguntó el porqué del estrepitoso fracaso de su país; indagó en sus causas históricas, políticas y morales. La derrota lo afectó con tanta fuerza que tituló la tercera parte de su libro Examen de conciencia de un francés.

Escribe Bloch: "Tarde o temprano vendrá el día, lo espero ardientemente, en que Francia verá florecer de nuevo, sobre su viejo suelo bendecido por tantas cosechas, la libertad de pensamiento y de juicio. Entonces se abrirán las carpetas ocultas; las brumas, que comienzan a tejer una malla de ignorancia o mala fe en torno al desmoronamiento más atroz de nuestra historia, se disiparán poco a poco". Para Bloch, ese desmoronamiento atroz fue la humillante derrota del país que amaba.

Reparé en una coincidencia de fechas en estos días grises: París cayó en manos alemanas un 14 de junio; las tropas argentinas en Malvinas se rindieron a los británicos en la misma fecha, pero en 1982. Lejos de mí comparar a la Argentina con Francia, como a tantos les gustó y les gusta hacer. Pero sí, en cambio, rescatar la invitación del acto intelectual de Marc Bloch: a la humillación de la derrota frente a un país extranjero, lo más evidentemente comparable, le debemos agregar en nuestro "examen de conciencia" el hecho de que la Argentina derrotada en 1982 era un país que había construido campos clandestinos de exterminio para su propia gente, y que a la conmoción de la rendición en las islas se agregó, socialmente, el reconocimiento de lo que había sucedido antes en el continente. Una doble herida al orgullo nacional que por comodidad hemos tendido a separar antes que a unir.

Sostiene Bloch: "Únicamente los verdaderos combatientes tienen derecho a hablar del peligro, del coraje y de las vacilaciones del coraje". Coincido: el irreductible espacio de la experiencia de los actores debe ser respetado. En cambio, no resigno mi derecho a hacer lo que hacen los historiadores: pensar críticamente para interpretar las consecuencias de la guerra y argumentar sobre la necesidad de estudiar nuestros vínculos con las islas y con la historia de esa región austral de otra manera.

A pesar de que la guerra sucedió hace más de treinta años, en ocasiones parecería que aún estamos conmocionados por la noticia de la derrota; que vivimos en el mismo clima de desconcierto de esos días tristes de junio de 1982, donde además muchos que hoy gritan "patria" bien alto eligieron mirar para otro lado ante el paso de los combatientes. La Argentina de 1982 vivía en una burbuja arrogante y autosuficiente. Miles cantaron en las plazas "tero/tero/ hoy les toca a los ingleses/ y mañana a los chilenos". Y esa algarabía escondió frustraciones y pérdidas, así como dificultó que se conocieran después los dramas familiares y personales que la guerra planteó a millares de compatriotas. 

Acusa Bloch: "Muchos errores de diversa índole, cuyos efectos se acumularon, condujeron a nuestros ejércitos al desastre. Por encima de todos ellos se yergue una gran carencia. Nuestros jefes o quienes actuaron en su nombre no supieron pensar esta guerra. Dicho de otro modo, el triunfo de los alemanes fue esencialmente una victoria intelectual, y eso fue quizá lo más grave”. Los vencedores “creían en la acción y en lo imprevisto. Nosotros habíamos hecho profesión de fe en el inmovilismo y en la tradición”. No quiero aquí hacer una revisión crítica de la guerra de Malvinas sino del espíritu con el que fuimos a ella y lo que hicimos después. Y quiero reivindicar el coraje cívico e intelectual del francés de reflexionar sobre las causas de la derrota de Francia, el país que amaba (“he nacido en ella, he bebido en las fuentes de su cultura, he hecho mío su pasado, solo respiro bien bajo su cielo”), mientras combatía por él en la clandestinidad.

Por supuesto que hay salidas más cómodas. Una es dejar las cosas como están (el “inmovilismo y la tradición”). Sólo que eso no permite pensar qué forma de país, qué forma de entendernos como nación –y en consecuencia, cuál es nuestro vínculo con las Malvinas y con sus habitantes– había fracasado allí como consecuencia de la decisión de un gobierno de facto, sí, pero que tuvo un amplio respaldo social. Un ejemplo de tales caminos es una circular del Ministerio de Educación del 15 de junio de 1982.

Mientras aún había muertos insepultos en las islas, ofrecía la clave para explicar la derrota:

• “El heroísmo es valor superior a la victoria”.

• “La ocupación del 2 de abril fue un acto de recuperación, como afirmación de derechos y no de provocación o agresión”.

• “Afirmación de la unidad latinoamericana”.

• “No buscamos la guerra sino la afirmación del derecho y la justicia”.

• “No hemos buscado ayudas ajenas a nuestra identidad nacional”.

• “La Argentina, reserva moral y cultural de Occidente”.

• “Es más difícil la entereza ante la adversidad que la celebración ante el triunfo”.

• “El sacrificio y el dolor nunca son estériles”.

• “No obstante Vilcapugio, Ayohuma, Huaqui y Cancha Rayada, la emancipación de las Provincias Unidas del Río de la Plata fue una realidad hecha de heroísmo y de coraje”.

• “La historia señala muchas noches aciagas precursoras de días venturosos y sus héroes no fueron únicamente los vencedores de batallas”.
• “La síntesis final es la unidad demostrada en la convivencia de juventudes, que superando todas las diferencias se redescubrieron en el verdadero sentir argentino”.

• “La recuperación de las Malvinas es sello de una profunda unión nacional. Esto es realidad demostrada y no euforia transitoria”.

Mucho de este documento, fechado en 1982, reconocería dataciones más recientes: la apelación a la unidad nacional lograda ante la recuperación de las islas, y reivindicada tras la derrota, es un tópico que atravesó los gobiernos desde 1982 hasta el presente. Y sin embargo, cada año el aniversario de la rendición en Malvinas debería obligarnos a pensar la patria de otra manera. Me pregunto hasta dónde hemos sido capaces de cuestionar este tipo de relatos por autocomplacientes, de relativizarlos por inexactos, de indagar qué posibilidades de pensar las tensiones de nuestra sociedad quemamos en el fuego sagrado del pasado intocable. El ministerio recomendaba equiparar la rendición en las islas con desastres que las fuerzas patriotas del siglo XIX supieron revertir. Ahora bien, ¿es posible hablar de la guerra de Malvinas en la misma clave que para las guerras de independencia con el terrorismo de Estado de por medio?

Es necesario despertar por completo a la idea de que fue una derrota, producida el 14 de junio de 1982, la que aceleró la recuperación de la democracia. ¿Podemos decir que allí comenzó el final de la dictadura, aunque los que murieron en Malvinas no buscaban ese fin, sin que nos midan con la vara sagrada del “verdadero sentir argentino”? Porque la precipitada salida de los dictadores se debe también a los muertos que descansan en Darwin. Identificados muchos de ellos, paradoja de paradojas, gracias a las mismas técnicas desarrolladas por el Equipo Argentino de Antropología Forense (Eeaf) para conocer la identidad de las víctimas de la represión ilegal.

La edición de La extraña derrota incluye el testamento de Marc Bloch, que concluye de esta manera: “Me he sentido toda la vida ante todo simplemente francés. Unido a mi patria por una tradición familiar ya dilatada, nutrido de su legado espiritual y de su historia, incapaz en realidad de concebir otra en la que pudiera respirar a gusto, la he amado mucho y la he servido con todas mis fuerzas (…) No he tenido la ocasión de morir por Francia en ninguna de las dos últimas guerras. Al menos puedo, con total sinceridad, rendirme el siguiente testimonio: muero como he vivido, como un buen francés”. Sin embargo, ese amor por su país no le impidió ejercer su crítica. Todo lo contrario: lo guió hacia ella, como el mejor aporte que podía hacer. 




sábado, 13 de junio de 2020

Una novela sobre los Lugones: Cuando la Ficción no lograr imponerse a la realidad… @dealgunamanera…

La espada y la palabra. Una novela sobre los Lugones: Cuando la Ficción no lograr imponerse a la realidad… 


La saga de la familia Lugones supone uno de esos dramas que, para el sentido común, están hechos a medida de una novela. Leopoldo Lugones, el poeta exquisito que alentó la primera dictadura militar argentina; su hijo homónimo, comisario y célebre torturador, y Pirí, la tercera generación, periodista y militante montonera víctima del terrorismo de Estado, parecen piezas de un rompecabezas que debería ser ajustado. La pregunta es qué puede aportar la ficción –en este caso la novela de Marta Merkin– en una historia que no necesita ningún agregado, ninguna invención, para hacerla atractiva o para interesar a los lectores.

© Escrito por Osvaldo Aguirre el domingo 21/11/2004 y publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Los Lugones, cuya acción transcurre entre 1968 y 1979, aborda esa novela familiar a partir de Pirí Lugones. La coprotagonista y por momentos conductora de la narración es Laura, en principio una estudiante secundaria que tiene como profesora de literatura a Emilia Cadelago, la ex amante secreta de Leopoldo Lugones.

La militancia política pone a Laura en contacto, por un lado, con Américo, un viejo anarquista que será su punto de apoyo cada vez que entre en crisis, y por otro con los intelectuales más importantes de la izquierda peronista. De manera didáctica, como si el texto apuntara a un lector que desconoce hasta lo más elemental, Emilia Cadelago relata sus amores con el poeta (se retoma la versión según la cual el romance fue interrumpido por la intervención policial de Leopoldo hijo) mientras Américo expone con igual claridad sobre el viraje ideológico de Lugones y los tormentos que practicaba su hijo en el sótano de la vieja Penitenciaría Nacional.

Laura aparece sobre todo como un testigo de lo que los otros, los personajes históricos, hacen y dicen: está fascinada con ellos y presencia casi sin hablar, casi sin moverse, los diálogos que sostienen sobre cuestiones políticas. Si bien tiene dudas respecto de la lucha armada, termina por convertirse en militante de Montoneros y del sector de prensa.

La masacre de Trelew, la asunción de Cámpora como presidente, la expulsión de los Montoneros de la Plaza de Mayo, el golpe militar de 1976 y otros acontecimientos del período en cuestión son resumidos, por lo general, a través de circunstancias conocidas, lo que deja una impresión de relato estereotipado.

Ciertos hechos desconocidos que se incorporan producen, paradójicamente, un efecto fuerte de irrealidad: la reunión en que Walsh habría dado a leer la “Carta a mis amigos” (uno de sus textos más divulgados, aquí reproducido), o el recitado que hace Paco Urondo de uno de sus poemas, son difíciles de creer no en función de los sucesos históricos sino de las condiciones de la propia ficción.

Al parecer, Pirí Lugones tuvo una participación importante en la ejecución de José Rucci, pero ese dato pasa sin recibir mayor desarrollo, lo mismo que la interesante sospecha de Laura respecto de que “los dos Lugones eran igualmente perversos, violentos y autoritarios”.

La interpretación de la historia que se propone, sin demasiada argumentación, parece en cambio abusiva: Leopoldo Lugones, a través del célebre texto que anunció “la hora de la espada” (1924), fue la musa inspiradora no ya de José Uriburu sino de todos los dictadores que le siguieron.

El poeta podría ser considerado una especie de autor intelectual del crimen de su nieta: enfrentada a la represión, poco antes de su secuestro, Pirí comprende que “la espada que su abuelo había levantado con arrogancia hacía más de cincuenta años era la misma espada de la que ella estaba huyendo”.

La ex periodista y ocasional escritora habría sido ejecutada un 17 de febrero, el mismo día, se dice, en que su abuelo se suicidó. La historia no registra esa “macabra coincidencia” –Leopoldo Lugones murió el 18 de febrero de 1938–, pero puede prescindir de ella para imponerse a la ficción.
 




Los Lugones. Una tragedia argentina
Marta Merkin
Sudamericana
250 páginas


Los Lugones narra la vida de tres generaciones de esta familia paradigmática de la Argentina.
Leopoldo, el poeta nacional; Polo, su hijo, oficial de la policía, torturador e inventor de la picana; y Pirí, nieta de Leopoldo e hija de Polo, militante de izquierda y luego integrante de Montoneros, que es secuestrada, torturada y asesinada durante el Proceso.
La novela comienza en la década del sesenta con dos personajes laterales a la trama: una antigua novia del poeta, que es profesora en un colegio secundario, y una de sus alumnas, una joven rebelde que empieza a militar políticamente, donde conoce a Pirí.
De ese modo ingresa la política a la novela. De la mano de estos dos personajes, Marta Merkin reconstruye la historia de los tres Lugones, escribiendo a la vez una apasionante novela de época. 




viernes, 12 de junio de 2020

Día de la Reafirmación de los Derechos sobre las Islas… @dealgunamanera…

El Gobierno envía tres leyes al Congreso con eje en las Malvinas

Alberto Fernández recibió en Olivos a Felipe Solá y Daniel Filmus para anunciar tres leyes vinculadas a Malvinas Foto: Presidencia

Los proyectos apuntan a la ampliación de la plataforma argentina para la exploración y explotación de hidrocarburos y minerales, mayores sanciones a la pesca ilegal y la creación de un consejo con la oposición, académicos y ex combatientes que avance en políticas de estado.

© Escrito por Mariano Beldyk el miércoles 10/06/2020 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad de Buenos de Aires, República de los Argentinos.


El Gobierno anunció el envío formal al Congreso de sus primeros tres proyectos de ley vinculados a la política exterior: la creación del Consejo Malvinas, el aumento de sanciones para la pesca ilegal y el nuevo mapa de la Argentina con la ampliación de la plataforma continental, tal como había anunciado el presidente Alberto Fernández el pasado 1 de marzo durante la apertura de sesiones ordinarias en el Congreso. Aunque se esperaba la presentación formal en un acto en la Quinta de Olivos con motivo del Día de la Reafirmación de los Derechos Argentinos sobre las Islas Malvinas, el anuncio mutó primero a un mensaje grabado y, finalmente, a un comunicado oficial de Presidencia.

"Trabajaremos incansablemente para potenciar el legítimo e imprescriptible reclamo por la soberanía”, había afirmado el Presidente ante la asamblea legislativa cuando señaló que “para esta tarea no alcanza el mandato de un Presidente, o de un Gobierno: exige una política de Estado, de mediano y largo plazo”. El canciller Felipe Solá y el secretario de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur de Cancillería, Daniel Filmus, presentaron las iniciativas por la tarde en la Quinta de Olivos junto al subsecretario de Pesca, Carlos Liberman.

Solá sostuvo que los tres proyectos “tienen como objetivo fortalecer nuestra presencia soberana, nuestra actividad económica y promover la memoria con hechos concretos, por los héroes de Malvinas y por otros que dieron la vida en la Antártida”. Desde el ministerio que comanda se trabajó a lo largo de estos meses. Los tres proyectos, ya firmados, provienen del Ejecutivo, pese a que había ya algunos vinculados a estas temáticas a cargo de legisladores, como el de la ampliación de la plataforma continental con la firma de la senadora Norma Durango.

Los tres proyectos “tienen como objetivo fortalecer nuestra presencia soberana, nuestra actividad económica y promover la memoria con hechos concretos", dijo Felipe Solá 

Acorde a la letra del “proyecto de ley sobre la demarcación del límite exterior de la plataforma continental argentina” que enviará el Ejecutivo, el objetivo es "consolidar los derechos de soberanía sobre los recursos del lecho y subsuelo" en línea con una política de estado en la que se trabaja en el marco de las Naciones Unidas y a lo largo de varias administraciones. La presentación argentina tuvo lugar el 21 de abril de 2009 con el propósito de demarcar el límite exterior de la plataforma continental más allá de las 200 millas.

"La adopción de la ley y la publicación de las coordenadas de la plataforma continental argentina incrementarán la seguridad jurídica para el otorgamiento de concesiones que tengan como finalidad la exploración y explotación de hidrocarburos, minerales y especies sedentarias para todo el Pueblo Argentino y las generaciones futuras", asegura el proyecto. Explica que "se han obtenido datos inéditos para el conocimiento del margen continental argentino, con el fin de que el trazado de ese límite sea el más beneficioso para el país respetando las fórmulas y restricciones previstas en la normativa internacional".

Por supuesto que dicho rediseño impacta directamente en el reclamo de soberanía sobre las islas Malvinas: "La inclusión de los puntos que refieren a la demarcación de la plataforma continental proveniente de las Islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur en el proyecto de Ley resulta imprescindible, y la eventual sanción de esta ley constituirá —ni más ni menos que— un nuevo acto de reafirmación de los derechos soberanos argentinos sobre tales áreas". El Gobierno reitera que tales derechos son inherentes, por el carácter ribereño del estado argentino, y no sujetos a su ejercicio efectivo.

"La adopción de la ley y la publicación de las coordenadas de la plataforma continental argentina incrementarán la seguridad jurídica para el otorgamiento de concesiones" 
  
A lo largo de sus fundamentos, la iniciativa hace un racconto de dos décadas de trabajo por parte de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), creada por ley N° 24.815 para nuclear al equipo científico, técnico y jurídico interministerial bajo la órbita de Cancillería—. El 11 de marzo de 2016, primero, y el 17 del mismo mes de 2017, luego, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de la ONU adoptó por consenso las recomendaciones sobre la presentación que hizo el país en 2009.

"Queda, de esta manera, finalizado el análisis de todos los puntos del límite exterior de la plataforma continental argentina a excepción de aquellas zonas sujetas a una disputa de soberanía con el Reino Unido, así como el sector que está regido por el Tratado Antártico", aclara la iniciativa.

Muy relacionado con este proyecto destaca la modificación al régimen de sanciones que fija la Ley 24.922 a la pesca ilegal en aguas argentinas, en base a montos de 1997, con una posterior actualización a los once años, que quedó muy lejos de desalentar su práctica. El proyecto busca no solo actualizar las multas sino también endurecerlas en base a unidades de valor relacionadas al monto del combustible —contemplando su actualización— y la restitución de los gastos del Estado.


A lo largo de sus fundamentos, la iniciativa hace un racconto de dos décadas de trabajo por parte de la Comisión Nacional del Límite Exterior de la Plataforma Continental (Copla), creada por ley N° 24.815 para nuclear al equipo científico, técnico y jurídico interministerial bajo la órbita de Cancillería—. El 11 de marzo de 2016, primero, y el 17 del mismo mes de 2017, luego, la Comisión de Límites de la Plataforma Continental (CLPC) de la ONU adoptó por consenso las recomendaciones sobre la presentación que hizo el país en 2009.

"Queda, de esta manera, finalizado el análisis de todos los puntos del límite exterior de la plataforma continental argentina a excepción de aquellas zonas sujetas a una disputa de soberanía con el Reino Unido, así como el sector que está regido por el Tratado Antártico", aclara la iniciativa.

Muy relacionado con este proyecto destaca la modificación al régimen de sanciones que fija la Ley 24.922 a la pesca ilegal en aguas argentinas, en base a montos de 1997, con una posterior actualización a los once años, que quedó muy lejos de desalentar su práctica. El proyecto busca no solo actualizar las multas sino también endurecerlas en base a unidades de valor relacionadas al monto del combustible —contemplando su actualización— y la restitución de los gastos del Estado. 

"Existe una vasta gama de intereses nacionales en juego, los cuales además deben apreciarse a la luz de la existencia de la disputa de soberanía con el Reino Unido"

Por último, la creación de un "Consejo Nacional de Asuntos Relativos a las Islas Malvinas, Georgias del Sur, Sandwich del Sur y los espacios marítimos circundantes" aspira a "constituir un espacio plural en el máximo nivel institucional, que diseñe y proyecte estrategias a mediano y largo plazo en el plano nacional, regional y global" y con una conformación "multipartidaria", que comprenda a distintos sectores sociales vinculados a la temática con el fin de forjar consensos políticos y sociales más allá de los cambios de gobierno. Parte de sus fines será también la proyección de estas ideas en el marco nacional e internacional con la participación de sus miembros en reuniones y seminarios referidos a la Cuestión Malvinas, en Argentina y el exterior.

Dicho consejo estará integrado por el o la Presidente/a de la Nación, el o la canciller y el o la secretario/a de Malvinas, Antártida y Atlántico Sur (SEMAS) —a cargo de la coordinación técnica, por parte del Ejecutivo. Además, habrá un legislador por cada uno de los tres bloques con mayor representación parlamentaria de Diputados y Senadores y el gobernador de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur. Y por último, incluirá a dos especialistas en Derecho Internacional, tres representantes del sector académico y científico con trayectoria en la materia y un representante de los excombatientes de Malvinas. Estos últimos seis miembros permanecerán en funciones por cinco años, con la opción de ser reelegidos. Todas las labores serán "ad honorem".

MB / DS