lunes, 29 de abril de 2013

Yuta... De Alguna Manera...


Yuta…  

¿Qué pensará Axel?...

Llamó al adusto policía. Le pidió que actuara. Iba y venía. Hacía que hablaba por su celular. Se sentaba. Se ponía de pie. Daba órdenes. Apuntaba con el índice. Corbata con nudo corazón, trabita para ajustarla a la camisa, mirada pretendidamente incendiaria, retrato arcaico; era la imagen de una época lejana. Le importaba mucho que la policía actuara, ya, sin demoras. Se conducía como jefe de la Mazorca ordenando pronta represión. A su lado, verlo a Axel Kicillof daba un poco de vergüenza y mucha tristeza. Cabizbajo, el profesor Kicillof empequeñecía ante la exuberante exhibición de fuerza de su jefe. Nunca se vio con tanta claridad el vasallaje abyecto de un intelectual voluntarioso y soberbio, domado por los modales cuarteleros de un comisario rústico y explosivo.

El desembarco de Guillermo Moreno, llevando como cachorro silencioso a Kicillof, la noche del jueves 25 en la asamblea de accionistas del Grupo Clarín fue una clase maestra del modo de operación de quienes gobiernan la Argentina desde hace nueve años y 11 meses. Cada vez que el desaforado Moreno se dirigía a la mesa que conducía la asamblea, aludía a su supuesta condición de propietario de la empresa. “Nosotros tenemos”, “nosotros somos dueños de”; sus ametrallamientos retóricos evocaban el sueño dorado de la confiscación.

Impresionan el rictus y el recurso policial, el pedido a los uniformados para que intervinieran. ¿Razones? El pobre viceministro Kicillof habría sido destratado. El otro integrante del patibulario trío, Daniel Reposo, un mediocre esperpento bochado por mentiroso e incapaz cuando Cristina quiso designarlo procurador general de la Nación, en lugar de Esteban Righi, ministro del Interior del presidente Héctor Cámpora en 1973, se quejaba de que habían “atentado” contra él.

Esa noche en la asamblea del Grupo Clarín fue una foto rotunda de los ribetes mussolinianos que hoy se advierten en la conducta de los jerarcas la Casa Rosada. Desencajado, histérico, incoherente, el zar Guillermo Moreno me hizo acordar a ese policía italiano que Gian Maria Volonté interpretó magistralmente en Indagine su un cittadino al di sopra di ogni sospetto (“Investigación de un ciudadano libre de toda sospecha”), la inolvidable película de Elio Petri estrenada en 1970. Patán, gesticulante, rudimentario pero inconsolablemente policíaco, Moreno no es Moreno. Moreno es los Kirchner, un poco sobreactuado tal vez, pero exponente fiel de esa estirpe de poder grueso y beligerante esculpida en la ventosa Santa Cruz desde hace un cuarto de siglo.

Kicillof, que desde sus años dorados en las aulas del Colegio Nacional de Buenos Aires ha quemado sus pestañas leyendo a Marx, parecía entre embelesado y preocupado. Convertido en “che pibe” de Moreno, recibió una clase de ejercicio del poder en condiciones de extrema rusticidad, como si el secretario de Comercio Interior lo hubiese arrastrado diciéndole “vení pibe, te voy a enseñar cómo se hacen las cosas; acompañame, que esta noche te demuestro cómo nos llevamos puesta a la Corpo y hago que encima se mueran de miedo, vas a ver, vení conmigo…”.

Afuera de la asamblea empresaria, la ciudad hervía.

Veintidós grupos de tareas, cada uno de los cuales no contaba con más de veinte ejecutores, desarrollaban su anunciado plan de colapsar Buenos Aires, demencial forma de reclamar por el espacio público. Debidamente instruida por la Casa Rosada, la Policía Federal participó integralmente de los bloqueos de esquinas y barrios, con su proverbial eficacia para que nada ni nadie perturbara el objetivo de enloquecer a millares de personas que pretendían cumplir con sus rutinas.

Imposible, colapsada, caótica, intransitable, la Buenos Aires de cada día se ha convertido ya en aquella Ciudad Gótica de Batman en la que el Guasón atrapa al poder, suelta a los presos de las cárceles y desencadena el mal total. La idea es hacer imposible a la ciudad de Buenos Aires, atormentarla con una dieta cotidiana de trampas y seudoprotestas. Uno de los 22 piquetes custodiados por la Policía Federal cortó calles reclamando, por ejemplo, la restitución del monumento de los caciques de la cordillera, supuestamente desplazado del Parque los Andes.

Pero ni Moreno ni la Federal pudieron evitar la epifanía ya legendaria de Hernán Lorenzino, huyendo de una periodista griega que le preguntaba por la inflación. Los países y los pueblos siempre encuentran momentos y circunstancias paradigmáticas. Los regímenes en el poder también terminan registrados por frases imborrables. El “me quiero ir” del ministro de Economía de Cristina Kirchner es y será la luz de la verdad profunda. Sincericidio o acto fallido, adquiere el valor del no retorno. Entre los alaridos de Moreno contra el Grupo Clarín, su insistente pedido de intervención a la policía, los grupos de tareas pudriendo la vida de la Ciudad con unos “cortes” que hacían recordar las acciones callejeras de las “milicias” en la Argentina de 1973-1976 y la fuga de Lorenzino, que se vio y escuchó en todo el mundo, los triunfos legislativos del oficialismo para armar una Justicia ya totalmente adicta o al menos castrada, se hizo evidente la taciturna verdad de un ocaso, que no será precipitado pero tampoco evitable.

El pasado muerto se resiste a tomar nota de su deceso. Los países cambian sin darse cuenta de que esas transformaciones sólo aguardan ser certificadas. Cuando a los que mandan se les desfleca la tropa en la propia costra de funcionarios importantes, es porque el final ha comenzado, aunque tarde, a concluir.

© Escrito por Pepe Eliaschev el domingo 28/04/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


domingo, 28 de abril de 2013

“El dólar también se quiere ir”… De Alguna Manera...


“El dólar también se quiere ir”…

 EL FOBICO Y EL PSICOTICO. La huida de Lorenzino y el ataque de Moreno son dos caras de un estado alterado unidas por la bipolaridad. Kicillof, con la boca abierta.

Ese fue el título principal de la tapa de Perfil de ayer: “El dólar también se quiere ir”. Y con él los pesos de quienes todavía pueden ahorrar. Y quizá, más allá de las apariencias, sea el propio Ejecutivo, y no los miembros de la Corte Suprema, el que también se quiera ir.

Pocas veces coincidió tan desafortunadamente para el Gobierno el contraste bipolar entre la imagen fóbica de Lorenzino, huyendo ante el periodismo, y la psicótica de Moreno, enfrentando al mayor empleador de periodistas durante su asamblea de accionistas. Arrastrando con él a un tan incómodo como ido Axel Kicillof (mordía la birome con gesto extraño), viceministro de Economía y autor del único plan cambiario alternativo con que cuenta el Gobierno, justo mientras el dólar paralelo no paraba de subir: 8% en la última semana, 100% desde el cepo cambiario.

Economistas claramente distanciados del kirchnerismo, como Martín Redrado, pronostican que llegaremos a las elecciones de octubre “con muletas” pero sin cambios económicos. Una brecha entre el dólar oficial y el paralelo, que ya alcanzó el 80%, pone en dudas esos vaticinios.

El plan B de Kicillof preveía un desdoblamiento de la cotización del dólar para que la devaluación del tipo de cambio oficial ($ 5,18) continuara con un ritmo que no retroalimentara la inflación, acompañándola; mientras también hubiera otros dólares intermedios hasta alcanzar el dólar libre ($ 9,34) dependiendo tanto de la oferta y la demanda como de cuestiones de estrategia macroeconómica.

El mejor ejemplo sería el caso de la brasileña Vale, a la que si le permitieran invertir sus dólares, que trae del exterior para las obras de infraestructura a $ 9, y luego exportar su potasio a un valor intermedio entre el dólar oficial y el paralelo, podría revisar su decisión de irse del país.

El caso de Vale ilustra el parate inversor que al mismo tiempo genera enfriamiento general de la economía y no ayuda a las soluciones de largo plazo en torno a la inflación. Si se facilitara que la inversión externa ingresase a un dólar financiero, se podría reactivar la economía y bajar el precio del dólar paralelo porque muchos considerarían nuevamente competitivos los precios de inversión en Argentina.

Es cierto que un tipo de cambio desdoblado es una muleta, y lo ideal siempre sería contar con un único valor, pero el grado del problema cambiario que enfrenta ahora nuestra economía reclama por lo menos parches, si es que una política económica totalmente diferente fuera hoy inviable electoralmente para el Gobierno. Y si en el futuro les encontrasen progresivamente solución a los desajustes económicos que produjeron, las diferentes cotizaciones del dólar irían confluyendo en un valor único intermedio entre los 5 pesos del oficial y los 9 actuales del paralelo.

El domingo pasado Perfil publicó los negocios que el kirchnerismo hizo crecer continuando la política de un tipo de cambio muy competitivo de Lavagna, y que luego mató al pasar a un valor del dólar más parecido al del último Cavallo durante la convertibilidad (ver “Las canchas de paddle K” en http://e.perfil.com/negocios-y-el). Reconocer un valor del dólar más alto podría hacer volver a crecer la economía. Aquello a lo que tanto teme el Gobierno quizá sea su solución.

Pero más allá de la discusión sobre si llega o no a las elecciones de octubre, sin desdoblar en serio el mercado cambiario, menos discutibles son las pocas posibilidades de llegar a 2015 sin cambiar nada. Los datos del INDEC son el mejor ejemplo, el paso del tiempo hace que la mentira mejor armada se vaya haciendo indisimulable. Que salarios (u otra forma de ellos) aumenten al 20% anual mientras el INDEC registra aumentos de precios del 10% hace que a lo largo de los años se llegue a que las estadísticas deban sostener que ya no hay pobres en el país o indigentes en la provincia de La Rioja, como acaba de suceder.

Queda la hipótesis mencionada en estas columnas sobre qué partes de la reforma judicial y sus derivaciones en la Ley de Medios, condenadas a ser declaradas anticonstitucionales y previsibles derrotas políticas, más que un ataque mal planificado, sean una defensa de un Gobierno que “también se quiere ir” y apunta a sostener su relato victimizándose: “Luchamos pero las corporaciones burguesas no nos dejaron”.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el domingo 28/04/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.



Aída Bornik... Q.E.P.D. De Alguna Manera...


Aída Bornik...

Aída Bornik.

Aída Bortnik, guionista de “La Historia Oficial” entre otras importantes películas, murió ayer a los 75 años, informó el Diario Clarín. Bortnik nació en Buenos Aires el 7 de enero de 1938 y desde 1972 se desempeñó como autora de guiones de televisión, cine y teatro.

Fue autora del guión de “La historia oficial” de 1985, nominada a los premios Oscar por Mejor Guión Original y ganadora del Oscar y del Globo de Oro.

Trabajó como periodista en Primera Plana y La Opinión, entre 1967 y 1976, cuando debió exiliarse en España. También escribió para Siete Días, y Panorama, y fue una autora de libros de cuentos.

Sin embargo, explotó toda su creatividad en el cine, donde fue la escritora de los guiones de “La tregua” (1974, nominada al Oscar), “Crecer de golpe”, “Volver”, “Pobre mariposa”, “Gringo viejo”, “Tango feroz”, “Caballos salvajes” y “Cenizas del paraíso”, además de “La historia oficial”, una de sus obras maestras.

En 1986 se convirtió en la primera escritora latinoamericana en ser designada miembro permanente de la Academia de Artes y Ciencias Cinematográficas de Hollywood, que entrega los Oscars.

Bortnik daba talleres de guión en su casa junto al director Juan José Campanella, otro ganador de un Oscar por “El secreto de sus ojos”. El propio cineasta confirmó la noticia del fallecimiento de la gran guionista argentina en Twitter.

“Hoy falleció Aída Bortnik. Guionista de ‘La Historia Oficial’ entre muchas otras. Uno de mis grandes maestros de la vida“, afirmó.

© Publicado el domingo 28/04/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.




"Mente brillante, escritora exquisita, progresista tenaz, amiga leal. Se fue Aída Bortnik.

Aída luchó contra la dictadura, ante todo por ética. Lo hizo con coraje y con un arma tóxica: su máquina de escribir.

Si “morir es un error”, como decía un escritor español, Aída Bortnik acaba de cometer un error gravísimo."

© Rodolfo Terragno.



Premio Iris Internacional en España a Jorge Lanata... De Alguna Manera...

Premio Iris Internacional en España a Jorge Lanata...


Jorge Lanata recibió el premio Iris Internacional de la Academia de Televisión de España, y se lo dedicó a Liliana Parodi, gerente de programación de América TV, quien recomendó al periodista para el galardón.

El conductor de Periodismo para Todos destacó el hecho de haber sido nominado “por alguien de la competencia”, y dedicó además el premio, concedido por los profesionales de la televisión de España por su “denuncia permanente” de la clase política corrupta y por su defensa de los más débiles, a María Ovando, la mujer que protagonizó una de sus historias en PPT en el 2012.

Ovando, una mujer misionera, con 12 hijos y analfabeta, estuvo en la cárcel 20 meses cuando tras morir su hija “por falta de atención médica”, la enterró al pie de un árbol en el camino al hospital, recordó el periodista.

“La entrevistamos en la cárcel y con una campaña nacional salió en libertad“, añadió Latana, quien espera, “como otro gran premio“, la carta que Ovando le prometió cuando aprenda a leer y escribir.

El premio señala que Lanata es uno de los iconos del periodismo argentino, “no solo por el compromiso y la entrega con la que ha trabajado” a lo largo de toda su trayectoria profesional, sino por la “originalidad, el talento y la creatividad” que ha desplegado en los medios, según la Academia.

© Publicado el viernes 26/04/2013 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Premio Iris Internacional en España a Jorge Lanata.


El periodista Jorge Lanata recibió en el día de hoy 25 de abril de 2013 el premio Iris Internacional que otorga la Academia española de Televisión por su trayectoria y por las denuncias a la clase política que realiza en el programa "Periodismo para Todos".

Al pisar tierras españolas, Lanata realizó duras críticas a la gestión de la presidenta Cristina Fernández.

"El Gobierno nacional habla para la izquierda, pero gobierna para la derecha. El gobierno de los Kirchner ha armado un aparato de prensa fenomenal. Cristina es autoritaria, tiene el 80% de los medios de Argentina y está intentando controlar la justicia", aseguró el conductor de PPT.

Y agregó: "Kirchner dedica dinero público a ese aparato de propaganda que no ve nadie. Ese 80% de medios no tiene el 80% de audiencia".

Por otro lado, hizo un apartado para empresas españolas: "Devastaron Argentina con una actitud muy pirata, aunque es cierto que la expropiación de Repsol fue irregular".


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