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sábado, 30 de agosto de 2014

Agustina y Nicole C., la otra cara de la “novia de”… De Alguna Manera...


Agustina y Nicole C., la otra cara de la “novia de”…


El vicepresidente, Amado Boudou, siempre complicado. Las internas con el kirchnerismo duro -que aceptó con reservas su llegada a la Rosada, pero jamás lo integró a sus filas-, los dos procesamientos que a su pesar lleva a cuestas, la decena de causas en su contra por supuesta defraudación al Estado (tiene, al menos, dos por este cargo), falsificación de documentos en la venta de su auto, enriquecimiento ilícito, gastos irregulares en viajes oficiales y durante su paso por Anses, y el inabarcable caso Ciccone, complican al funcionario.

Ahora, es N.C. quien le quita el sueño y no, no se trata de Nicolás Ciccone.

N.C. es Nicole C. Nicole C. es, según trascendió en las últimas horas en las redes sociales, Agustina Kämpfer, pareja de Amado. La Colorada, acaso una de las “mujeres de” más bellas del Gabinete nacional, copó el mundo 2.0 con la difusión de un desnudo fotográfico que habría realizado en 2004 con el fotógrafo Walter Bosque, cuatro años antes de convertirse en “la novia de”.

Nicole, que es Agustina, la “Segunda Dama” de la Nación, sube escaleras, posa alrededor de un piano, pierde la mirada en el aire. A diferencia de otras producciones de Bosque, la de Nicole es “cuidada”. Algo barroca, etérea, las imágenes la muestran con un négligée semicaído y perlas. Ahora sabemos hasta cómo se depilaba en esos años…
Nada del otro mundo. A calmarse, fieras, que las fotos tampoco son pornografía pura. Eróticas, hasta un punto. Y Kämpfer no fue la primera.

En junio, el príncipe Carlos Felipe de Suecia anunció su compromiso con Sofia Hellqvist, una exstripper. Las fotos de la modelo, apenas tapada por una serpiente, todavía circulan por los medios y webs de ese país.

Otro fue el caso de la británica Sally Bercow. En 2011, la esposa del presidente de la Cámara de los Comunes, John Bercow, salió en tapa del London Evening Standard envuelta en una sábana. Con las casas del Parlamento de fondo, contaba cómo la política había cambiado la vida sexual de la pareja.

La realeza española tiene lo suyo también. Mucho antes de que Letizia Ortiz llegara al trono, cuando era una periodista inquieta y republicana viviendo en México, posó en algunas fotos para el pintor cubano Waldo Saavedra. El artista realizó un mural que sirvió para ilustrar la tapa de “Sueños líquidos”, uno de los discos más conocidos del grupo Maná.

Como Bosque ahora, Saavedra negó, años después, que el torso desnudo del álbum fuera de Letizia. Ella sólo sirvió de “inspiración”.

Vida real. Si bien es cierto que la atención sobre la Colorada llegó tras el noviazgo con Boudou, la exbartender y actual periodista y empresaria supo capitalizar cada oportunidad que apareció en su camino y su desenfado resultó fundamental.

La mesura que se le impuso cuando llegó a la vidriera K no le impidió ir a “respirar” con el gurú Sri Sri Ravi Shankar, tan resistido por los medios oficialistas, tocarle el culo a su novio en una votación ni compartir en las redes sociales, cual turista recién llegada, sus participaciones en actos oficiales en el exterior.

A Kämpfer le sobra tanto desparpajo como inteligencia, al punto que supo encantar hasta a la presidenta Cristina Fernández de Kirchner. En plena celebración del FpV por la victoria electoral de octubre, la mandataria pidió que subiera al escenario: “Vení linda. ¡Miren qué novia linda que tiene Boudou!”.

Con el avance de la causa Ciccone -y otra que los une por supuesto enriquecimiento ilícito- la pareja bajó gradualmente su perfil. Hasta julio… Pocos días después del procesamiento de su pareja por los delitos de cohecho pasivo y negociaciones incompatibles con la función pública, se despachó en Twitter sobre el fallo del juez Ariel Lijo. “Vivo la vida real, esa q no tiene perfiles apócrifos, dde nadie le desea la muerte a nadie, se acuerdan?”, clamaba Agustina en su cuenta.

Un mes después, la aparición de la apócrifa Nicole C. vuelve a complicar, aunque no sea más que en la imagen pública de los dos personajes. El escándalo, que será efímero, nos deja unas pocas conclusiones: la confidencialidad de ciertas producciones no existe y siempre, pero siempre, un collar de perlas agrega distinción allí donde para algunos no la hay.

© Publicado el Sábado 16/08/2014 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. Fuente: Télam. 



 

domingo, 13 de julio de 2014

Amado decime que se siente… De Alguna Manera...


Euforia y problemas


Amado decime que se siente… Amado Boudou. Foto: Pablo Temes


La Selección aúna y alegra a la sociedad argentina. Pero los deseos K chocan con realidades complejas. 

La selección nacional está a pasos de hacer historia en Río de Janeiro. El campeonato mundial de fútbol está a punto de terminar. A estas horas, hay un asunto excluyente: el partido entre la Argentina y Alemania en el Maracaná. Los triunfos obtenidos por el equipo dirigido por Alejandro Sabella hicieron revivir las emociones de aquellas otras conquistas de 1978 y 1986. Las escenas de júbilo y de unidad de una sociedad ávida de alegrías fueron el común denominador de cada victoria del equipo argentino. Son las mismas escenas de júbilo y unidad que se vivieron en cada uno de los países que tomaron parte del certamen cuando sus selecciones ganaron. El Mundial se ha transformado en un acontecimiento planetario que impacta por igual a todas las sociedades a las que, por un momento –y sólo por ese momento– une e iguala. Los sentimientos nacionales emergen con una fuerza irrefrenable: se canta el Himno con emoción y se lucen las camisetas con los colores de la bandera nacional con orgullo. Claro que mañana, todo esto habrá ingresado al pasado de nuestras vidas.

Una de las enseñanzas de este Mundial es que, a pesar de los triunfos que llevaron a la Selección hasta la final, la realidad tuvo una presencia implacable y dejó sin cobertura a todos los que desde el oficialismo se ilusionaron con la idea de que los goles de Messi, Di María e Higuain, o los penales atajados por Romero, serían un bálsamo que pondría a cubierto al Gobierno de las penurias que hoy padece. Es lo que, al fin y al cabo, pasa siempre. En 2002, la selección de Brasil obtuvo por quinta vez la Copa del Mundo, a pesar de lo cual, José Serra, el candidato oficialista de aquel entonces –gobernaba Fernando Henrique Cardoso–, fue derrotado por quien fue su oponente, Luiz Inácio Lula da Silva.

“Amado, de ahora en más, cada día será peor para vos”. Esas fueron las palabras que uno de sus colaboradores más estrechos le dijo al vicepresidente poco después de conocerse el procesamiento dictado por juez federal Ariel Lijo en la causa por la supuesta apropiación de la empresa Ciccone. A modo de confirmación de esa predicción certera, el bloque de senadores del Frente para la Victoria ha firmado esta semana el certificado de defunción política de Amado Boudou. Como lo reconoció en el reportaje que concedió ayer a La Nación el senador Miguel Angel Pichetto, jefe de la bancada oficialista, debió pedirle al vicepresidente que no presidiera la sesión en la que se trató y aprobó el proyecto de ley de inmunidad para los bancos centrales extranjeros. Tuvo que hacerlo en razón de una cuestión de Estado. La crónica recoge que para obtener la mayoría especial que se requería a los fines de tratar el proyecto sobre tablas, Pichetto habló con su par del radicalismo, Gerardo Morales, quien le señaló que la única forma de lograrlo era sin Boudou presidiendo la sesión.

Morales, quien en su condición de jefe de bancada no tiene límite de tiempo para hablar durante el debate, amenazó con recordar los puntos principales del dictamen del juez. En el primer intento por disuadir al vicepresidente, Pichetto fracasó. Terció entonces la senadora Gabriela Michetti, de muy buen trato con Juan Zabaleta, secretario de Boudou. La gestión de Michetti fue exitosa y el vicepresidente no bajó al recinto.
 
Lo del miércoles, durante el acto de conmemoración del aniversario de la declaración de la independencia, dejó a las claras el proceso de caída libre en el que se encuentra el vice. Su presencia en el palco incomodó a todos. El que nada pudo hacer para disimularlo fue el ministro del Interior y Transporte, Florencio Randazzo. Se entiende: Randazzo viene mostrando un ascenso persistente en las encuestas. Lo que menos quiere es verse mezclado con un individuo a quien, como varios de sus colegas, desprecia. Boudou está convencido de que el ministro es uno de los por él llamados “machos del off”.

La sobreactuación de Boudou en el discurso que pronunció el 9 de Julio fue penosa. Según reveló WikiLeaks, la embajadora Wilma Martínez despachó un cable el 5 de noviembre de 2009, en el que consignó, entre otras cosas, las siguientes: “Durante la entrevista, Boudou se manifestó abiertamente pronorteamericano, aunque agregó que debe cuidarse de no manifestarlo en público”; “Boudou dijo que le gusta esquiar todas las temporadas en Aspen y surfear en las playas del área de San Diego”; “también se describió como un fanático del fútbol americano y habló más inglés de lo que hemos visto hasta ahora, aunque claramente se siente más cómodo en español”. Por eso, escucharlo decir en su pieza oratoria –si es que así se puede llamar al desvaído parloteo del vicepresidente– que “en otras épocas teníamos ministros que iban a Washington a sacarse fotos en la alfombra roja” y que “hoy tenemos ministros que van a plantear las necesidades del país, con toda la voluntad de pago, pero no lo vamos a hacer a expensas del pueblo”, hizo recordar la famosa frase de Groucho Marx: “Estos son mis principios, pero si no le gustan, puedo cambiarlos”.

En el vuelo que los traía de vuelta a Buenos Aires desde Tucumán, la tensión era indisimulable. “Boudou abordó el avión exultante. Nadie sabía qué festejaba”, señala una voz del kirchnerismo allí presente. “Al fin y al cabo, es un disc jockey”, murmuró entonces uno de los ministros que compartieron ese viaje, que se hizo interminable e insoportable. Al parecer, Boudou y Randazzo quedaron sentados en la misma fila, sólo separados por el pasillo. La tensión fue in crescendo. Por eso muchos funcionarios prefirieron abrir sus tablets y los diarios para enfrascarse en lecturas aisladoras.

En el kirchnerismo, nadie sabe a ciencia cierta hasta cuándo Cristina Fernández de Kirchner tolerará esta situación que afecta no sólo a su gobierno y a ella, sino también a quienes vayan a ser sus candidatos en 2015. De hecho, la semana que comienza le genera un verdadero problema, ya que debe viajar el miércoles a Brasilia para tomar parte de la trascendente reunión del grupo Brics, integrado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica. Por lo tanto, Boudou quedará a cargo de la presidencia de la Nación. ¡Qué bochorno!

Producción periodística: Guido Baistrocchi.

© Escrito por Nelson Castro el Sábado 12/07/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


sábado, 7 de abril de 2012

Por qué Boudou... De Alguna Manera...

Por qué Boudou...

 Moto, Esquí, Golf y Guitarra. Al Vicepresidente le gusta todo. Tanto deseo es noventista y, al menos en la superficie, poco kirchnerista. Carne de cañón.

Es el más menemista. El muestra lo que otros kirchneristas disimulan. Es más, le gusta mostrar. Mientras Víctor Hugo Morales se fue de Puerto Madero porque comprendió que no era coherente con la imagen pública que se iba construyendo, Boudou se mudó a otro departamento más grande del mismo barrio. Sólo aprendió a repetir algunas palabras, como esbirros. No tiene la inteligencia para soportar su soberbia sin grandes costos. “Seré el mejor vicepresidente de la historia”, había prometido.

Se confunde. Cree que si Cristina puede usar un Rolex de oro y carteras Louis Vuitton, eso lo habilita a él a esquiar, jugar al golf, andar en Harley-Davidson, tener una novia veinte años menor, vivir en Puerto Madero y seguir siendo nacional y popular. También Cristina compró departamentos en Puerto Madero pero ella es viuda y por ahora no los habita.

Es desprolijo. Pero lo es por soberbio: “Fui sobreseído en 18 causas”, dijo. Se creyó impune. “Soy el vicepresidente electo por mayor cantidad de votos de la historia”. Pensó que tenía el anillo de Giges. El que permitía a su poseedor cualquier injusticia sin castigo. El que Platón usó como ejemplo para sentenciar que si pudiéramos obrar sin consecuencias todos seríamos injustos.

El no hizo nada peor que Ricardo Jaime, o que Claudio Uberti en el Valijagate, o Fulvio Madaro en Skanska. Y ninguno está condenado. Pero no es lo mismo ser secretario de Transporte, titular del Occovi o del Enargas, que ser vicepresidente. No es lo mismo ser la mano derecha de un ministro –todos de De Vido– que compartir la fórmula con la Presidenta. Boudou pensó que era para su bien, pero es para su mal.

También para mal de la Presidenta. Boudou es kirchnerismo sin careta. Lo que todos harían si fueran invisibles, como Giges con su anillo. Ser invisibles para el poder es que no existan periodistas.

También para mal de la Presidenta porque revela otro defecto propio: elige vicepresidentes con parámetros extraños. Cosecha lo que siembra. Ella misma es quien termina cayendo en el agujero de la nada que buscó. Ya no es: “¡Mirá el vicepresidente que me elegiste, Néstor!”. Es un estilo paranoico que da de frente contra lo que huye.

Es todo exceso: ¿Vandenbroele tenía que ser monotributista? ¿Había que llamar Old Fund a ese fondo vacío de trayectoria? El departamento viejo de Boudou, ¿no podría habérselo alquilado a otro? En el departamento nuevo de Boudou, ¿tenía que aparecer como propietario quien prestó la plata para levantar la quiebra de Ciccone? Sólo quien se ceba creyéndose un maestro en crear terceros-pantallas puede caer en tantos excesos de autoconfianza.

Su propio relato en su conferencia sin prensa fue un exceso. Una catarsis. Un ejemplo de asociación libre propio de un hablar fluido e inconexo del inconsciente. Aquello de que cuando pienso, no soy; y cuando no pienso, soy. Cuando se calcula y ordena lo que se dice, se reprime. Cuando el discurso es desordenado, hay más posibilidades de desnudar lo real.

Está muy dicho que al contar sus conversaciones con el presidente de la Bolsa, Adelmo Gabbi, se autoincriminó por no haber denunciado un intento de extorsión o coima. Pero además confesó lo más importante: ser el actor principal de dejar a Boldt sin Ciccone. Un perfecto acting-out. Un clásico sincericidio.

Su problema no es la cárcel. Tráfico de influencias no es fácil de probar y sus penas son menores que las de soborno. Nunca alguien de un gobierno nacional ha sido condenado por tráfico de influencias. Y es cierto que el propio Vandenbroele ya había declarado en el juzgado que pagaba por cuenta de su amigo e inquilino de Boudou los gastos del departamento de la polémica. Pero su problema es la opinión pública. El juez, al ordenar el allanamiento, resignificó ese mismo dato existente. El gesto del juez fue leído como una simbólica acusación que volvió a darle otro valor a todo lo demás que ya también se sabía.

Es probable que haya pesado en el ánimo del juez el verse en la tapa de PERFIL del domingo pasado diciendo que aún “no había pruebas”. Y algo, entonces, había que hacer. Pero el problema de Boudou no es Rafecas en Comodoro Py. Es Rafecas en los diarios y en los canales de noticias. Por eso su resentimiento mediático.

Podría Boudou terminar demostrando que actuó “conforme a derecho”. Sin que haya pruebas que demuestren que hubiera procedido ilegalmente. Pero igualmente Boudou ya perdió. La opinión pública no precisa que esté documentada la conexión directa entre él y Vandenbroele para tener la convicción de que están conectados. No hace falta ser Freud o Jung para no creer en las casualidades. Y menos en tantas casualidades.

La condena pública a Boudou ya le llegó. El mejor testigo en su contra fue él mismo. Su conferencia fue una confesión. Hay quienes ya le atribuyen intenciones de amenaza al propio Gobierno. “Si caigo yo, los arrastro a todos.” ¿Quién lo habrá asesorado?

Como Narciso, se ahogó en el agua de su espejo.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el viernes 6 de Abril de 2012.



domingo, 11 de marzo de 2012

Efecto boomerang... De Alguna Manera...

Efecto boomerang...

'Unplugged'. ¿Hace falta que te diga quién es? Dibujo: Pablo Temes

Caso Boudou. Explicaciones que más que aclarar, oscurecen. El vicepresidente y Echegaray realimentan la crisis.

“Es notable ver cómo se desgarran la piel desde los comunicados, las solicitadas, las declaraciones, etc. Evidentemente no miden el riesgo al que se exponen cada vez que hablan.” La frase, dicha por una fuente judicial que sigue al detalle el caso Ciccone, Boudou y compañía, resume, a su vez, el verdadero zafarrancho que en el Gobierno está causando este caso. Por eso es que la Presidenta ordenó que el Gobierno salga al rescate del vicepresidente, tarea nada sencilla por cierto. Es que Amado Boudou está en el centro de una tormenta que se ha realimentado fuertemente. En menos de siete días el vicepresidente pasó de decir en el programa “goebbeliano” 6, 7, 8 que no iba a hablar del caso, porque eso equivalía a convalidar el armado de una mentira de los medios que no responden al Gobierno, a explayarse sobre el affaire a través de distintos reportajes que transitó con notable comodidad, a los que encima después debió salir a enmendar, ya que varias de sus afirmaciones fueron desmentidas por la realidad. 

Como parte de esas “aclaraciones que oscurecieron” que no coincidían con los hechos, Boudou tuvo que salir a reconocer que era mentira que no hubiera tenido nada que ver en el visto bueno que la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) dio para el levantamiento de la quiebra de la ex empresa Ciccone Calcográfica, acción que fue el puntapié inicial para esta maniobra –altamente sospechosa de fraudulenta– de la fabricación de billetes de cien pesos que, a causa del impacto público negativo que está teniendo su difusión, está por ahora congelada.

La decisión de defender a Boudou fue tomada por la Presidenta en la noche del miércoles, después de su “Aló Presidente” con el que inauguró la galería de los ídolos populares en la Casa Rosada. Como parte de esa defensa, se le ordenó al titular de la AFIP, Ricardo Echegaray, montar una conferencia de prensa destinada a quitarle envergadura a la participación del vicepresidente en el proceso que llevó al levantamiento de la quiebra de la empresa de los hermano Ciccone. En su exposición, Echegaray señaló que la participación de la AFIP no había sido algo inhabitual ya que había habido otras 350 empresas a las que se benefició echando mano de un mecanismo similar. 

Hasta ahí las cosas iban bien. Pero todo eso se desmoronó de un soplo cuando un colega preguntó, con tino, si en todos los otros casos se había verificado la misma intervención por parte del entonces ministro de Economía, Amado Boudou. La respuesta –que no sorprendió– de Echegaray fue rotunda: “no”. Y con esa respuesta todo el andamiaje defensivo de la figura del vicepresidente, trabajosamente elaborado durante 48 horas, se vino abajo. Claro que todo ese embrollo en el que se metió el administrador de la AFIP no terminó ahí; su exposición y las acusaciones de evasión impositiva, emisión de facturas “truchas” y sellos apócrifos que hizo contra la empresa Boldt son delitos por los que hay también causas abiertas contra Ciccone. Pero eso Echegaray no lo dijo. ¿Acaso lo olvidó?

Para empeorar las cosas, también las solicitadas de parte de la empresa. Fueron dos. En la primera de ellas Guillermo Reinwick, que firma como el principal accionista de The Old Fund SA, poseedora del 70% de la Compañía de Valores Sudamericana (CVS), actual nombre de Ciccone, señala que Alejandro de Paul Vandenbroele es director a cargo de la presidencia de dicha empresa. Curiosamente Reinwick, que es yerno de Tadeo Ciccone y figura como deudor impositivo en la provincia de Buenos Aires, señaló que demoró la respuesta a las denuncias por hallarse de vacaciones en el Uruguay (sic). 

Las cosas, evidentemente, no han ido bien ya que el jueves 1° de marzo Alejandro Vandenbroele publicó su propia solicitada en la que se presenta como presidente de la Compañía Sudamericana de Valores. Todo esto es llamativo, ya que Vandenbroele figura en la AFIP como trabajador autónomo categoría T1, lo que significa que no podría tener ingresos superiores a los 15.000 pesos anuales. ¿Será eso lo que cobra como presidente de CVS?

Aún falta saber varias cosas. Una de ellas –fundamental– es quiénes son los reales propietarios de la empresa The Old Funds, que fue la que aportó los fondos para el levantamiento de la quiebra de Ciccone. Como ya se adelantó en esta columna, uno de los que tuvo activa participación como aportante fue Jorge Brito, el presidente del Banco Macro –a quien hasta hace poco se lo apodaba “el banquero del poder”–, decisión por la que su socio de entonces, Eduardo Ceballos, decidió alejarse del banco.

Lo más duro para Boudou es que, más allá de lo que vaya a suceder en el ámbito judicial, para cuya comprensión es importante tener en cuenta que la maniobra de la contratación de la ex Ciccone con el objeto de fabricar billetes de cien pesos no se concretó, está claro que los hechos que se vienen denunciando a través de la investigación periodística son ciertos, circunstancia que al vicepresidente lo deja mal parado.

El pedido de juicio político que ha hecho la oposición no tiene ninguna posibilidad de prosperar, pero los que dentro del Gobierno a Boudou lo quieren tanto como a la nada, no hacen nada por ocultar el placer que les produce verlo en este trance que socava sus ambiciones políticas.

Con todo, Boudou no es el único problema que enfrenta el Gobierno en estos días. La discusión en comisión del proyecto de ley de reforma de la Carta Orgánica del Banco Central de la República Argentina ha dejado al desnudo los problemas económicos de Kirchner. La confesión clara que hizo la presidenta del Banco, Mercedes Marcó del Pont, fue una confirmación de esa situación. “Es esta reforma o el ajuste fiscal”, reconoció la funcionaria.

A Juan Pablo Schiavi, el inefable ex secretario de Transporte de la Nación, lo echó la realidad. Cuesta creer que a la Presidenta le haya llevado tanto tiempo darse cuenta de ello y pedirle la renuncia recién dos semanas después de sucedida la tragedia de Once que, con su saga de 51 muertes, enluta nuestro presente. Nadie sabe por qué laberíntico proceso la Presidenta eligió como nuevo secretario a Alejandro Ramos, intendente de reconocida gestión en la localidad santafesina de Granadero Baigorria, que no tiene ninguna experiencia en el complejo campo del transporte público. 

Lo ocurrido en la ceremonia de su asunción no dejó de llamar la atención. El punto más impactante sucedió cuando, al ser pronunciado el nombre de Juan Pablo Schiavi, la concurrencia prorrumpió en aplausos. Fue, al fin y al cabo, una muestra de indiscutible desprecio a los 51 muertos y los centenares de heridos que dejó la tragedia de Once que, a la manera de un karma, habrá de cargar por siempre sobre su espalda el gobierno de Cristina Fernández de Kirchner.

Producción periodística: Guido Baistrocchi

© Escrito por el Doctor Nelson Castro y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 10 de Marzo de 2012.

sábado, 3 de marzo de 2012

Verás que todo es mentira... De Alguna Manera...

Habló Boudou: “Está bien que la Justicia investigue, solo les digo que es mentira”...

Amado Bouduou. Vicepresidente en ejercicio de funciones.
El Vicepresidente se refirió al “Caso Ciccone” en 678. Luego de que se conocieran las denuncias por supuestos delitos de lavado de dinero y negociaciones incompatibles con la función pública contra el vicepresidente Amado Boudou, salió hoy a negar las acusaciones por el caso Ciccone y aseguró que "son todas mentiras".

"Es una mentira, entonces no puedo contestar una mentira permanente, que es una agenda que nos quieren imponer", aseguró Boudou en el programa 6,7,8 de la Televisión Pública.

También aprovechó para explicar el silencio que mantuvo a lo largo estos días y para acusar a los medios de haberle dado trascendencia al caso, mientras que comparó su situación con la del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, procesado por el caso del espionaje en el ámbito de la Ciudad y que sin embargo, para Boudou, "no tiene cobertura mediática".

"Hay que fijarse la diferente vara entre un jefe de Gobierno que está procesado y no mueve nada y otro caso que no es nada y que está todo los días en la tapa de los diarios", dijo.

"La verdad es que repiten los textos y le cambian el titulo, tratan de mantener un tema sin novedad. Es la búsqueda de crear un clima. Si uno constata las diferencias entre los titulares y el texto ya es una mentira", indicó Boudou. "Ha sido muy dañino para el país guiarse por la agenda mediática”, agregó.

"Está muy bien que la Justicia investigue, todo se va a ir conociendo a medida que avancen los distintos actores. Solo les digo que es mentira", sostuvo el ex ministro de economía.

El fiscal federal Carlos Rívolo, pidió en los últimos días informes a entidades estatales sobre las gestiones realizadas para controlar la mayor imprenta de la Argentina, la ex Ciccone Calcográfica, habilitada para imprimir documentos y papel moneda y supuestamente beneficiada por Boudou.

© Publicado por Tribuna de Periodistas el miércoles 29 de Febrero de 2012.

http://www.periodicotribuna.com.ar 




Infografía de la gestión del ex Ministro de Economía por la empresa Ciccone Calcográfica...


© Publicada por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos AIres el sábado 10 de Marzo de 2012.