Estado y señores feudales…
Iconografía. Dibujo: Pablo Temes
El peronismo le ha hecho mucho daño a la imagen que
gran parte de la población tiene de la organización estatal.
© Escrito por Nelson Castro el sábado
21/01/2024 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
El penduleo de la política argentina es la base de su fracaso. Ese
penduleo la ha hecho imprevisible y extravagante. La conjunción de estos dos
factores, representa un obstáculo muy fuerte para el desarrollo de los
proyectos a largo plazo, que requiere cualquier nación para prosperar. Lo
imprevisible de la Argentina no necesita de mayores explicaciones. Lo
extravagante, tampoco.
En el caso argentino, lo extravagante refiere a la repetida y aburrida
polaridad entre mercado y Estado. Esta discusión centrada en que lo uno excluye
a lo otro, ya fue saldada en la historia por los hechos.
Una nación, para organizarse como tal, necesita Estado. Es un concepto
que consagra la Constitución Nacional y que hace al ordenamiento institucional
sobre el que gira la vida de un país. El Presidente es un poder del Estado, al
igual que el Congreso y el Poder Judicial. Por lo tanto, Javier Milei es parte del Estado. Sus ministros y
secretarios son parte del Estado. Los legisladores –tanto los de Libertad
Avanza, como los de las otras fuerzas políticas, son parte del Estado. Y, del
mismo modo, lo son los miembros de la Justicia. Asimismo, son el Estado las
escuelas y universidades públicas, los hospitales públicos, el Ejército, la
Armada, la Fuerza Aérea, la Policía Federal. Las policías provinciales, la
Gendarmería, la Prefectura Naval, la Policía de Seguridad Aeronáutica y un
largo etcétera de organismos e instituciones de gran importancia para la vida
de la comunidad.
El peronismo le ha hecho un enorme daño a la imagen y el concepto que un
porcentaje importante de la sociedad tiene del Estado. Es producto de la
concepción que sus dirigentes tienen y aplican en su vida. Para la mayoría de
la dirigencia del justicialismo, el Estado no es un instrumento para servir a
los otros sino todo lo contrario. El Estado es el modus vivendi de muchos de
ellos que se sienten no como administradores de la cosa pública sino como
dueños. Esto se exacerba en las provincias con gobernadores que se sienten
señores feudales en las que el que tiene el poder maneja todo. Al ejemplo tan
consabido de Gildo Insfrán se le puede añadir perfectamente el de La Rioja,
cuyo gobernador, Ricardo Quintela –el de la renuncia frustrada– acaba de imponer una cuasimoneda, el Bacade (Bono de Cancelación de Deudas) que
ya generó el rechazo de los empleados públicos. En La Rioja funcionan las
siguientes empresas estatales: Agroandina; Agroarauco; Aguas Riojanas; Alfa;
Agrogenética Riojana; Bodegas y Fincas de Aminga; BR Servicios Financieros;
Caudillos Riojanos; Cerámica Riojana; Cerdo de Los Llanos; Colonia Cunícola
Riojana; Dripsa; Edelar; Elargas; Energía y Minerales; ERSA; EMSE; Federal
Riojana; Fogaplar; Frutos de San Nicolás; Granjas Riojanas; Hortícola Riojana;
Internet para Todos; Kayne; La Rioja Telecomunicaciones; La Rioja Vitícola;
Ledlar; Parque Eólico Arauco; Puertas Del Sol; Riodeco; Rioja Bus; Rioja Vial;
Textil del NOA;Triángulo del Sol; Vallesol; Vidrios Riojanos; Vivero Del Oeste
Riojano y Vivero San Gabriel.
Es decir, el gobierno de la provincia maneja toda su economía y eso le
da poder sobre todo. Ese Estado, no sirve.
El kirchnerismo ahondó esa concepción de que el poder significa la
apropiación del Estado. Néstor Kirchner usaba los dineros públicos para hacer
política, o sea, campaña. Cristina Fernández de Kirchner dio otro ejemplo de
ello al usar los aviones de YPF para desplazarse ilimitadamente desde Buenos Aires a
El Calafate y viceversa.
La apropiación del Estado por parte de los gobernantes lleva a dos
consecuencias: la primera es su sobredimensionamiento; la segunda, la
corrupción.
¿Significa todo esto que el Estado debe dejar de existir? La respuesta
es contundente y clara: no. Uno de los errores más grandes que cometió Carlos
Menem durante sus gobiernos –en los que la corrupción también se enseñoreó– fue
el cierre de los Ferrocarriles.
La Argentina tenía la red ferroviaria más extensa de toda Latinoamérica.
Hoy el tren es valorado en todo el mundo como un medio seguro, barato para el
transporte. En Europa se construyen nuevas redes por los beneficios económicos,
sociales y ambientales que produce el ferrocarril. Al Estado hay que hacerlo
eficiente. Y eso es posible. He ahí el ejemplo del Invap, que pone a la
Argentina a la vanguardia del desarrollo y las innovaciones científicas y
tecnológicas.
Lo que la Argentina necesita es una reformulación de su Estado, no su
destrucción. La reducción del fenomenal número de gerencias que tenía
Aerolíneas Argentinas es un buen ejemplo de ello.
La ley ómnibus lo enfrenta a Milei con la realidad
política del presente. No tiene poder en el Congreso para imponerla como él
quisiera. La única manera es la negociación. Y en la negociación, el
oficialismo debió conceder modificaciones. Por ello la necesidad de extender
las sesiones extraordinarias hasta el 15 de febrero. La privatización de YPF
pasó al olvido, como pasó al olvido el cierre del Banco Central y la
dolarización.
El objetivo de déficit cero que se propone el Gobierno es inobjetable.
Sin ese equilibrio el combate contra los muchos males de la economía argentina
no tiene otro destino que el fracaso. El interrogante es cómo lograrlo. Esa es
una discusión que deberían promover todas las fuerzas políticas que han
fracasado en sus sucesivos gobiernos. Si así lo hicieren demostrarían tener la
honestidad intelectual que les ha faltado a la mayoría de ellos a lo largo de
estos cuarenta años de democracia.
La negociación por el proyecto de ley encierra un dato que es clave: en
uno de sus artículos se promueve la aprobación del DNU. Esto es importantísimo
para el Gobierno. Hay que recordar que el DNU necesita ser aprobado sólo por
una de las dos Cámaras del Congreso. Para el oficialismo es fundamental
alcanzar ese objetivo.
En el ámbito judicial, el Gobierno viene perdiendo hasta aquí la batalla
contra la dirigencia sindical por la reforma laboral. El Procurador del
Tesoro, Rodolfo Barra, apostaba a que el reclamo judicial de las
organizaciones sindicales fuera tratado por el fuero Contencioso
Administrativo, ámbito que conoce muy bien y con el cual tiene contactos
fluidos.
Eso no ocurrió y las presentaciones discurrieron por el fuero laboral,
que fue colonizado a lo largo de los años por las distintas corrientes del
peronismo. Habrá que ver qué ocurre en febrero cuando la Corte Suprema entre en
acción. No fue el único revés sufrido por el Gobierno: en el tema de las
jubilaciones y de las prepagas hubo situaciones similares.
La economía, mientras tanto, refleja la incertidumbre por la cual
atraviesa este presente de la Argentina. La evolución del valor de las
diferentes variantes del dólar alternativo es una de sus consecuencias. La
cotización bursátil del contado con liquidación (CCL) subió 50% en menos de
treinta días, alcanzando un precio récord de $1.300. El dólar oficial
congelado y las tasas de interés negativas generan una ampliación de la brecha
cambiaria, que irreversiblemente lleva la inflación hacia arriba. El miércoles
la CGT, la CTA y otros paran. No se dan cuenta que a la Argentina le hacen un
gran daño y a Milei, un gran favor.
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