YPF desde los ’90 como es "De Vido"...
La esposa de De Vido, Alessandra Minnicelli, fue
síndica de YPF cuando se vendió a Repsol y también durante la estafa a 30 mil
ex ypefianos. Los directores de YPF desde 2003.
Los vínculos entre el kirchnerismo y la YPF privatizada empiezan antes
del 2003. Durante los 90s, los actuales interventores Julio De Vido y Daniel
Cameron, el ministro de Planificación que no planificó y el secretario de
Energía que nos llevó a la crisis energética respectivamente, fueron “miembros
activos” -expresión literal del currículum de De Vido- de la Organización Federal
de Estados Productores de Hidrocarburos (OFEPHI). Cuando se privatizó YPF en
1992, Néstor Kirchner era el presidente de la OFEPHI, a la vez que secretario de Acción
Política del Consejo Nacional del PJ.
Alessandra,
tu síndica
Como parte de los acuerdos con el gobierno
nacional de Carlos Menem, la esposa de De Vido, Alessandra Minnicelli, fue
síndica suplente entre el 30 de abril de 1996 y el 14 de octubre de 1999.
Integró el directorio de YPF durante la venta a Repsol. También durante la
estafa a los ex trabajadores ypefianos. Como síndica representaba las acciones
del Estado nacional, los provinciales y el 10% que se le había otorgado a los
trabajadores por el Programa de Propiedad Participada (PPP) a principios de los
noventa. Pero esas acciones nunca fueron repartidas como se había prometido. En
la época en que la esposa de De Vido era síndica, el Estado nacional se las
apropió para inmediatamente venderlas en la Bolsa de Nueva York, lo que significó la primera
compra de acciones de Repsol en YPF. 4.677 trabajadores fueron obligados a
desprenderse de sus acciones y cobraron un valor menor al real, mientras que 30
mil ex ypefianos (despedidos durante los 90s, posteriormente al PPP) no vieron
un peso. La operación se hizo mediante el decreto 628/97 de Menem, con el aval
previo de una reunión del Directorio de YPF que realizó un prospecto en donde
se señalaba, falsamente, que se habían recabado las autorizaciones de los
trabajadores accionistas. Por tal motivo, Alessandra Minnicelli fue procesada
junto con otros funcionarios (el resto del directorio, Cavallo, Menem y otros)
en la Causa Penal
8568/99, acusada de ser corresponsable por “acción u omisión” de hechos
fraudulentos. A Miniccelli la defendió el estudio de Esteban Righi. Sobreseída
por el juez Bonadio en 2006, en 2007 la causa -y la imputación- fue reabierta,
y finalmente en 2011 la Sala I
confirmó el sobreseimiento, en un fallo dividido ya que un juez (Horacio
Cattani) votó por seguir la investigación. Los camaristas Eduardo Farah y
Martín Irurzun utilizaron un curioso argumento: “una mala administración no se
traduce en la comisión de un delito” aunque quede claro “la toma de decisiones
que, vistas a la distancia, indudablemente no fueron las más convenientes para
el universo total de los trabajadores de la empresa”.
Por lo tanto, aunque las acusaciones no se
hayan correspondido con tipificaciones penales, Farah indicó que “la eventual
exclusión de la responsabilidad penal no coarta la posibilidad de la existencia
de una responsabilidad política, civil o de otra naturaleza”.
Previamente al sobreseimiento, en 2001 la Corte Suprema
dictaminó en el “Caso Antonucci” que el 10% de las acciones debería haber
pasado a todos los trabajadores. En respuesta a ello, en 2002 el Congreso votó
una ley de indemnizaciones, cuya resolución y reglamentación ocurrió durante
los años 2003 y 2004, ya en plena gestión de Néstor Kirchner. Los ex ypefianos
criticaron los bajos montos allí fijados, a pagarse en bonos (negocio para
financieras y especuladores), y que además el cobro implicase la renuncia a
toda acción judicial, según determinó el decreto 821/04 firmado por Kirchner,
estableciendo incluso que el decreto pase por encima de las normas fijadas en la Ley de Contrato de Trabajo. La
crítica de los ex ypefianos prosiguió, no sólo por una cuestión indemnizatoria,
sino considerando todo el proceso de la venta de acciones como ilegal y nulo
-planteo que Kirchner eligió desoír. Dichas acciones volvieron a ser noticia estos
días por un fallo de la jueza Edith Cristiano del 23 de abril, bloqueando una
venta de acciones realizada por Repsol en 2011, dado el reclamo de 25 mil
trabajadores enrolados en la
Federación de Ex Trabajadores de YPF. En la compra de
acciones actual ningún funcionario hizo referencia a esta situación ni ningún
porcentaje se destina a los trabajadores.
Alessandra,
de regreso
Tal vez por el éxito de su desempeño como
síndica en YPF, además de haber sido funcionaria provincial (síndica también en
una empresa estatal), Néstor Kirchner la nombró en 2003 -y permaneció en el
cargo hasta diciembre de 2007- Síndica General Adjunta de la Sindicatura General
de la Nación
(SIGEN). Organismo de control que debería supervisar a su marido.
En la noche del 16 abril de 2012, día de la
intervención a YPF, la agencia EFE registró la salida del ministro de
Planificación en el intervenido edificio de Puerto Madero, aunque no estaba
solo. Alessandra volvió a YPF.
Dos
semanas antes, la pareja había recibido otro sobreseimiento, esta vez en una
causa por enriquecimiento ilícito. La Sala IV de Casación rechazó una apelación de otro
organismo de control, la
Fiscalía de Investigaciones Administrativas, por considerar
que no entraba en su competencia, sin entrar a responder la critica de no
haberse completado las medidas de prueba, en el previo sobreseimiento dictado
por el ex juez federal Octavio Aráoz de Lamadrid. Aquel dejó el cargo tras ser
imputado por recibir sobornos para beneficiar a Pedraza, en el caso del
asesinato del militante del Partido Obrero Mariano Ferreyra.
Los Directores del Estado en YPF entre
2003-2012
Durante
la venta de casi todas las acciones a Repsol en 1999, se modificó el estatuto
para que el Estado, mientras contase con al menos un acción -siguió con mil-,
tuviese un Director en YPF, quien ademas tendría derechos especiales y poder de
veto por ser la suya una “acción de oro” (Kirchner sin embargo declaraba
públicamente, todavía en 2007, que la acción de oro se había perdido). El
Estado podía nombrar un Director titular y otro suplente, pero nunca se ocupó
ese segundo cargo. También designa, mediante la SIGEN, a un síndico titular
y otro suplente.
A la
llegada de Kirchner al gobierno, el director estatal en YPF era Carlos Tempone,
amigo muy cercano de Eduardo Duhalde. El 11 de mayo de 2004 Kirchner designa
por el decreto 595/04 a Ernesto Dardis en su reemplazo. Dardis venía de ser un
funcionario de primer orden en Santa Cruz: desde 1991 Director Provincial de
Energía hasta el 2003, cuando escaló a Secretario de Producción del Ministerio
de Economía. Ya con el cargo en YPF, trabajó también como asesor ad-honorem del
ministro de Economía y Obras Públicas santacruceño.
Néstor
Kirchner designaba a un hombre de su riñón, que le respondía completamente.
Dardis declaraba por esa época que “el accionista es el Estado Nacional, yo
sólo soy el director designado por el accionista”.
Posteriormente,
Héctor Masnatta, un viejo cuadro peronista, ex juez de la Corte, funcionario de Menem,
constituyente en 1994 y consultor para la re-reelección de Menem, luego de
trabajar de asesor para Néstor Kirchner es nombrado por decreto el 28 de junio
de 2006 como Director de YPF.
En
marzo de 2007 Roberto Baratta, mano derecha de Julio De Vido, secretario de
Coordinación del Ministerio de Planificación, fue nombrado Director de YPF en
representación del Estado. En febrero de 2008 pasó a ocupar el cargo el
contador Santiago Carnero, ascendido en 2011 a superintendente de Entidades Financieras
y Cambiarias del Banco Central. En su reemplazo, en abril de 2011 Baratta
volvió al directorio.
La burguesía nacional en el Directorio de YPF
En el
directorio de YPF, además de los representantes del Estado y de aquellos
vinculados directamente a Repsol, los españoles nombraban todos los años
“directores independientes” y funcionaba también, de acuerdo a la Ley de Sociedades, un Comité
Auditor. En ambos espacios pasaron durante estos años grandes empresarios
locales, que nunca cuestionaron la política de Repsol. Algunos de ellos son:
Miguel Madanes, de Fate y Aluar, quien también fuera vicepresidente y
presidente de YPF entre 1995 y 1999. Luis Pagani de Arcor. Mario Vazquez,
director en varias sociedades como Telefónica, Santander, Mercado Libre, asesor
en la “reestructuración” de YPF a principios de los 90. El presidente y el
vicepresidente del Banco Hipotecario (banco que recibe prestamos a una tasa
ínfima por parte de la ANSES),
Eduardo Elsztain (grupo IRSA) y Mario Blejer respectivamente. Jorge Brito del
Banco Macro y presidente de la
Asociación de Bancos Privados de Capital Argentino (ADEBA).
Carlos De la Vega,
presidente de la
Cámara Argentina de Comercio (CAC). Alejandro McFarlane de
Edenor y Edelap, yerno de Hugo Anzorreguy, el ex jefe de la SIDE menemista.
Siempre, siempre
Pese a
la interpretación de los sueños a posteriori propuesta por la Doctora Fernández,
Néstor se oponía a la renacionalización. El accionar de sus representantes en
el Directorio de YPF durante 9 años siguió ese camino. Nunca criticaron la
gestión, por el contrario la alababan. Así fue hasta fines de 2011, recién este
año el director Baratta se opuso al giro de utilidades. La contradicción del
Relato no es sólo respecto a un pasado escondido sino en el mismo presente, con
el viceministro Kicillof afirmando que han sido “amigos de Repsol” cuando “iban
en la dirección adecuada”, mientras que la Ley votada indica que el vaciamiento fue
“progresivo” desde 1999.
Estos y otros hechos alertan sobre el futuro
de YPF, la capacidad del gobierno para solucionar la crisis energética y los
negocios y nuevos precios que habrá con la asociación de YPF a petroleras como la Exxon, Chrevon y Conoco
Philips.
©
Escrito por Lucas Tabaschek y publicado por plazademayo.com el viernes 4 de
Mayo de 2012.