Algunos le tienen miedo
al Papa…
El presidente de la Conferencia Episcopal dice que es “absolutamente
mentiroso” decir que el viaje a Chile fue un fracaso. El obispo Oscar Ojea
critica duramente la cobertura del viaje de Francisco.
Para Oscar Ojea, “existe una decisión de escamotear su mensaje”.
© Escrito por Washington Uranga el domingo 21/08/2017 y
publicado por el Diario Página/12 de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
De regreso de Chile, donde acompañó al Papa en su viaje pastoral, el obispo
Oscar Ojea, presidente de la Conferencia Episcopal Argentina, se mostró molesto
con la presentación que los medios de comunicación han hecho de la gira papal.
“Todo lo que tiene que ver con presentar la visita como un fracaso por la falta
de gente es absolutamente mentiroso” aseguró el obispo en diálogo con
Página/12. A su juicio la estadía de Francisco en Chile fue “sumamente
positiva, una verdadera fiesta, una fiesta popular”.
Respecto de la forma como se informó sobre la gira papal el obispo de San
Isidro dijo tener la sensación de que “algo estaba armado” y “mi impresión es
que existe una decisión de escamotear el mensaje del Papa”. Sensiblemente
preocupado Ojea afirmó que “al Papa se le tiene miedo, se le tiene miedo a su
liderazgo y a su capacidad de aglutinar a las personas en torno a sus ideas y a
su figura”.
“Yo lo viví desde adentro” dijo el obispo, y “puedo dar testimonio de los
alcances extraordinarios de la presencia de Francisco, de su vínculo con la
gente, lo que se disfruta. Sin embargo, agregó, “hay personas que escamotean
los temas como si hubiese un mandato de no ponderar demasiado al Papa. Siempre
aparece un ‘pero’... es como si existiera la decisión de no dejarlo crecer”.
Interpelado acerca de los motivos de esta situación Ojea insistió en el hecho
de que el Papa reúne multitudes detrás de sí. “¿Quién junta tanta gente hoy en
cualquier país de América Latina?”, se preguntó. “Yo vi multitudes no solamente
en los actos, sino en las calles. Decir que hubo poca gente es una visión
miope. Yo viví una fiesta, una fiesta popular”, subrayó.
Respecto de las críticas y las objeciones que se han formulado al Papa
durante su reciente gira, el obispo Ojea aseguró que “no se deja pasar el
mensaje de Francisco, se lo escamotea, se lo esconde y, mientras tanto, se pone
el foco en si el Papa saludó o no al presidente electo Sebastián Piñera o si es
pertinente o no que alguien tenga que esperar mucho tiempo en una calle para
ver al Papa pasar”.
Ojea aceptó referirse también a las críticas que el Papa recibió de parte
de algunos católicos que reclamaban la destitución del obispo de Osorno, Juan
Barros, acusado de complicidad con abusos contra niños, niñas y jóvenes
cometidos por el sacerdote Gustavo Karadima. Bergoglio pidió públicamente
perdón por el tema, recibió a las víctimas, pero se mostró molesto con quienes
acusan a Barros señalando que se trata de “una calumnia” y que no existen
pruebas contra el obispo. Ojea dijo a este diario que “es cierto que en
Santiago se reunió un grupo de unas cincuenta personas que se manifestaron con
una pancarta pidiendo la destitución de Barros, pero este fue un tema que si
bien tuvo gran presencia mediática no alcanzó ninguna repercusión popular”. Y
razonó que “siendo esta una cuestión tan particular, con este sesgo informativo
se pretende poner en jaque todo lo que ha trabajado Francisco y ha trabajado la
Iglesia respecto de tolerancia cero en relación a los abusos. Es un tema
doloroso, difícil, en el cual el Papa ha tenido posiciones muy claras. En el
caso particular del obispo Barros no existen pruebas judiciales que lo incriminen”.
El obispo de San Isidro admitió que en ciertos sectores de la sociedad
chilena existe malestar con la Iglesia, lo que llevó incluso al Papa a admitir
en su reunión con los obispos que el solo hecho de presentarse con ropa
eclesiástica puede hacerle pasar un mal momento a algunos sacerdotes en ciertas
ocasiones. “Pero esta es la realidad” habría dicho Francisco en esa ocasión,
pidiendo además a los obispos que “acepten esta realidad cultural y también la
carga que significa para la Iglesia llevar sobre sus espaldas los errores
cometidos en el pasado”.
Retomando su argumentación respecto del manejo que se hace del mensaje de
Francisco, el obispo Ojea sostuvo que “siempre que hay algo importante en el
mensaje papal, inmediatamente tiene que ser contrastado con algo malo, con algo
negativo. No quieren dejarlo avanzar demasiado. Todo lo que tiene que ver con
el mensaje a futuro, con la dignidad, se corre”. Según el Presidente de la
Conferencia Episcopal “es verdad que es incómodo hablar de las explotaciones
mineras en América Latina, es incómodo decir ante las mujeres detenidas que es
preciso recuperar la dignidad, es incómodo defender los derechos de los pueblos
originarios. Es incómodo pero el Papa lo hace y da un mensaje sobre estos temas
que son incómodos para muchos”.