Mostrando las entradas con la etiqueta Jonatan Viale. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Jonatan Viale. Mostrar todas las entradas

domingo, 23 de octubre de 2022

Las peligrosísimas imprecisiones y vaguedades de Mauricio Macri... @dealgunamaneraok...

 Las peligrosísimas imprecisiones y vaguedades de Mauricio Macri...



El ex presidente Mauricio Macri. Fotografía: Nicolás Stulberg.

En todas sus intervenciones, el ex presidente es muy enfático cuando se trata de despotricar contra el kirchnerismo y el populismo. Pero, ¿qué va a hacer cuando llegue al poder, si es que le toca? ¿Cuáles serán las medidas concretas?

© Escrito por Ernesto Tenembaum el domingo 23/10/2022 y publicado por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República Argentina. 

Hace muy poquito tiempo, apenas siete años, la sociedad argentina -o una enorme parte de ella- estaba cansada de 
Cristina Kirchner. En todos los estudios de opinión se expresaba una mayoritaria voluntad de cambio. Luego de un trabajo constante, valiente y muy esforzado, Mauricio Macri logró transformarse en la expresión política de ese deseo. Así, llegó a Presidente de la Nación. Algo parecido intenta ahora. En cada una de sus apariciones vocifera en contra del actual estado de cosas. Se trata de un método que ya le funcionó hace unos años. ¿Por qué no iría a funcionarle ahora que la voluntad de cambio es mucho más fuerte?

En aquel 2015, Macri también era bastante 
ambiguo respecto de lo que haría cuando llegara al poder. Casi nadie le preguntaba demasiado, porque la sociedad privilegiaba su necesidad de cambio. Y a él no le convenía ser muy preciso. Al fin y al cabo, el deseo de cambio unía desde Hugo Moyano hasta Elisa Carrió. Las precisiones, en cambio, podían dividirle al electorado. Sin embargo, había algo que tenía en claro: eliminaría el control de cambios -el famoso cepo- apenas asumiera. El “cepo” era un símbolo rechazado por los argentinos y el candidato se aprovechaba de eso para consolidar votos.

Mucha gente seria le advirtió que no lo hiciera. Los escépticos tenían argumentos muy razonables. Existía una demanda de 
dólares que había sido reprimida durante cuatro años. Si levantaba el cepo los dólares volarían y él tendría que tomar deuda a corto plazo y alto interés para cubrir el bache. Ese escenario sería explosivo. Ante cualquier inconveniente, habría una corrida. Macri respondía que él generaría la confianza necesaria para que eso no ocurriera.

Se confirmaron los peores vaticinios. No fue casualidad. Fue una 
catástrofe muy previsible. Había mucho material escrito sobre qué ocurre cuando se elimina livianamente un régimen de control de cambios. Solo era cuestión de escuchar a economistas diferentes a aquellos que creen que todo se resuelve con un “presupuesto equilibrado”, esos que el prestigioso director de Fiel, Fernando Navajas, describe como “monetaristas de una sola neurona”.

Dado ese antecedente, la pregunta es obvia: ¿la Argentina no estará por 
repetir esa experiencia? ¿Hay algún elemento que permita deducir que, esta vez, las cosas se están pensando con más seriedad?

Alfonso Prat-Gay, ministro de Economía de Cambiemos, juntos al ex presidente Mauricio Macri y al ex jefe de Gabinete Marcos Peña (AP)

En todas sus intervenciones, Macri es muy enfático cuando se trata de despotricar contra el kirchnerismo, denunciar la falacia de las ideas progresistas, luchar por lo que él define como libertad y contra el populismo. De esta manera, intenta interpretar, como en aquel entonces, el espíritu de la época. Pero, ¿qué va a hacer cuando llegue al poder, si es que le toca? ¿Cuáles serán las medidas concretas? ¿Cómo lo va a hacer?

En la gira mediática que hizo para presentar su libro, el ex presidente ofreció indicios preocupantes. En una entrevista con Jonatan Viale, Macri explicaba con soltura que la Argentina no puede vivir con tantos tipos de cambio, que así nadie va a invertir nunca y que en un país normal hay un solo tipo de cambio.

Cierto.

Viale entonces le preguntó:

-Si unificás el tipo de cambio quiere decir que vas a devaluar el oficial. O sea: si ustedes son Gobierno, ¿eso quiere decir que va a haber una devaluación?

Era una pregunta sencilla para un hombre con tanta experiencia. Se trataba apenas de responder con un monosílabo: sí o no. Tal vez con una aclaración posterior. La respuesta completa de Macri es muy ilustrativa de que algunos temas centrales no están resueltos.

-Primero hay que restablecer la confianza con una idea clara de lo que vamos a hacer…

Así arrancó: de la devaluación, nada.

--…Por eso el “para qué” (muestra la tapa de su libro titulado de esa manera)…¿Para qué vas a usar el poder? Para que se sepa que vamos a lograr en la Argentina tener un presupuesto sano. Eso significa que no vamos a gastar más de lo que ingresa…

¿Y el dólar, ingeniero? ¿Qué va a hacer con el dólar?

Para qué, el segundo libro de Mauricio Macri 

Sigue Macri:

--…Vamos a cobrar impuestos razonables. Vamos a hacer una emergencia laboral para que la gente pueda entrar al mercado en blanco. Hoy más de la mitad de la gente está en negro…

Eso, sin duda, es un problema. Pero no era la pregunta.

Continúa el candidato:

--…Acá siguen defendiendo el privilegio de unos poquitos dejando afuera a una mayoría de argentinos. Y vamos a tratar de tener una justicia ordenada porque nadie va a invertir en un país si un juez laboral saca un fallo que hunde a una Pyme. Y eso pasa todos los días. Entonces todas esas cosas las tenemos que arreglar…

A estas alturas ya era inútil tener la esperanza de que Macri iba a aclarar cómo unificaría el tipo de cambio.

Pero él seguía:

--…Dejame decirte una cosa. De vuelta, para la positividad. He viajado mucho por Medio Oriente. He viajado por los Estados Unidos, por Europa, en China mantengo las relaciones…

Ajá.

--…Todos siguen pensando, más después de la guerra, que una zona de paz como América Latina para proveerse de alimentos y energías es estratégica. Ahora: no están dispuestos a darnos más plata para que despilfarremos el dinero en corruptelas, no están dispuestos a poner plata en un país donde ellos, sus ciudadanos se ajustan el cinturón y nosotros no estamos dispuestos a pagar las tarifas que corresponden. Están dispuestos a financiar a un país con gente normal…

Macri hizo, como quien dice, un gran firulete pero evitó responder un planteo sencillo y definitorio. Si el cepo está mal, ¿va a 
unificar? ¿eso significa que va a devaluar? Es un problema complejísimo: si no unifica deberá seguir conviviendo con múltiples tipos de cambio; si lo hace la inflación puede ser tremenda. Por eso son necesarias más explicaciones. Algo más que eso al menos. Un pequeño esfuerzo que aclare, al menos, que entiende el problema, que reconozca que no basta con principios generales para gobernar.

-El levantamiento del cepo: ¿inmediato? ¿A mediano plazo?
—le preguntó Diego Shenkman unos días después.

Macri hizo una pausa.

-Va a depender de…de qué…de cuál es la situación de partida, de cuál es el apoyo externo que se va a tener, que va a ser poco…y además, de cuan profundo sea el…el…el…el vértice…o la fuerza fiscal, ¿no? Nosotros tenemos que lograr el equilibrio fiscal en el momento cero. No puede esperarse gradualmente. Eso tiene que ser desde el momento cero. Nosotros tenemos que decirle al mundo que nos curamos. No somos más borrachos.

Recorrida de Mauricio Macri junto al diputado Cristian Ritondo por San Nicolás

Pareciera ser, entonces, que si no hay dólares, Macri no levantaría el cepo. Pero, entonces, sería necesario explicar cómo se conseguirían esos dólares y en cuánto tiempo. Las cosas, como se ve, se empiezan a complejizar. No son tan sencillas. Al parecer, además, Macri vincula el levantamiento del cepo con el equilibrio fiscal. Si no hay déficit, eso generaría confianza y eso permitiría levantar el cepo. ¿Será así? Hay economistas muy serios que no ven una relación tan lineal entre ambas cosas. ¿No sería mejor explicarlo mejor?

Hay otro problema con las propuestas generales de Macri. Esta misma semana, el mundo se estremeció con la renuncia de 
Elizabet Truss como primera ministra británica, apenas 45 días después de haber asumido el cargo. Para conseguir su nombramiento, Truss propuso una drástica reducción de los impuestos, entre ellos, de los impuestos a las personas más ricas (“impuestos razonables”, en la jerga de Macri) y un “presupuesto equilibrado”. En un célebre debate, su competidor -el ex ministro de Finanzas conservador, Rishi Sunak- se burló: “Pero Liz, si haces eso, van a subir las tasas de interés y vas a mandar a la quiebra a miles de familia”. Liz no escuchó, como Macri en el 2015 al levantar el cepo y, al mismo tiempo, reducir las retenciones. Los mercados reaccionaron violentamente cuando percibieron los efectos fiscales del recorte de impuestos. Subió la tasa de interés. La libra se devaluó. Truss renunció.

Lograr un 
presupuesto equilibrado –mucho más en un marco de reducción de impuestos- es una operación muy sofisticada, que puede salir mal. Truss ahora, como Macri entonces, asumieron con una retórica pro mercado pero fueron abandonados, justamente, por los mercados. Si un gobierno recorta gastos puede ocurrir que provoque una recesión y que eso reduzca la recaudación. Así las cosas, no se reduciría el déficit: sería una medida dolorosa e inútil a la vez. Macri propone en su último libro abrir la economía y que las empresas que no puedan competir cierren. “Ya les dimos demasiado tiempo”, advirtió. “No puede ser que los argentinos paguen precios más altos porque las industrias son ineficientes”. Eso significaría que habría que importar lo que se dejaría de producir acá. Pero no hay dólares. ¿Y entonces?

Las 
imprecisiones vaguedades de Macri además, aparecen en todos los ámbitos. Macri explicó, por ejemplo, que hay que darles más facultades a las Fuerzas Armadas para que los “pseudomapuches” no interfieran con el desarrollo de Vaca Muerta. Es confuso: Vaca Muerta está viviendo en estos meses un proceso de crecimiento explosivo. Nadie está frenando eso. O sea, que mandaría militares para solucionar a tiros un conflicto que, al menos en los términos en que lo plantea, no existe.

Macri dijo que se pone a llorar cada vez que ve cómo los jóvenes argentinos se van al exterior. “Antes del 2019 se iban los narcos, ahora se van ellos”, dijo. Desde la dirección de Migraciones le respondieron con estadísticas concretas. Antes del 2015, emigraban 50 personas por día, ahora solo 18.

Tal vez esos números estén fraguados.

Puede ser que Macri tenga razón.

O no.

Pero, ¿Cuáles son sus números concretos?

Ninguno.

El libro que acaba de publicar Macri es un ejemplo muy elocuente de esas limitaciones. En la anteúltima página (258) se lee textualmente: “He dejado para el final el tema de la 
educación porque es el más importante de todos”. Pero le dedica apenas un párrafo de 10 líneas. Su experiencia en la presidencia de Boca Juniors, en cambio, mereció 80 páginas. Apenas diez páginas, en cambio, alcanzan para que Macri explique todo lo que hay que hacer en el país. En ningún lugar el libro da cuenta de las dificultades, de la complejidad de cada medida, de las posibilidades de que, aún con las mejores intenciones, todo termine con más inflación y más pobreza, como sucedió en su mandato anterior. Tal vez no tuvo ganas de dedicarle mayor esfuerzo. Seguramente le resultaban más atractivas las anécdotas que compartió con Riquelme, Palermo, Bianchi o el eterno ajuste de cuentas con su padre ya fallecido. Las páginas pasan y pasan. Macri está siempre en el centro de la escena como un líder inteligente, tolerante, humano, con capacidad de aprendizaje. Pero en ese recorrido el país, sus problemas, sus desafíos aparecen apenas como telón de fondo.

Mauricio Macri, ex presidente de la Nación

En este contexto, hay una oración que ubica a Macri en uno de los lugares más extremos de la historia del pensamiento capitalista. Javier Milei aún no llegó tan lejos. Los debates serios acerca de la participación del Estado en la economía han sido siempre muy complejos porque las economías capitalistas, en general, son mixtas. El ejemplo clásico para disuadir a las concepciones más opuestas a la participación estatal es el chileno, donde el Estado es el principal exportador de cobre. Sin embargo, es cierto que algunos teóricos consideran que el Estado solo debería tener cuatro funciones: salud, seguridad, justicia y educación. Macri va aún más allá que ellos. Escribe textualmente: “Pasar de la lógica de un Estado paternalista a uno que se ocupe solo de sus funciones esenciales como son la seguridad, la educación y la justicia requiere un apoyo profundo y un compromiso explícito por parte de los ciudadanos”. ¿No falta una de las funciones esenciales? ¿No se olvidó de la salud pública? ¿Cuál sería la propuesta concreta? ¿Qué se desmantelen todos los servicios de salud que brinda el Estado? ¿No merece un poquito más de desarrollo una idea tan novedosa? ¿Lo haría el primer día como sugiere que hay que hacer todo?

Durante una campaña electoral, es sencillo evitar respuestas complicadas y reemplazarlas por esloganes y banderas ideológicas. Si se quiere, es una de los elementos que se le atribuyen habitualmente al 
populismo, sea de derecha –como en este caso- o de izquierda. Se elige un enemigo real o ficticio y se lo ataca. Eso llena páginas y páginas de libros y minutos y minutos de entrevistas. El enemigo tal cosa y tal otra. Pero, después, llega el momento de gobernar y pasan cosas. Ahora, ¿no será al revés? ¿No ocurrirá que esas heroicas banderas se levantan como una cortina de humo para no tener que explicar demasiado lo que va a hacer?

En las últimas décadas, la Argentina ha pagado un costo muy alto por votar a personas que llegaban con discursos a favor de la justicia social y la distribución del ingreso, pero no sabían cómo alcanzar esos objetivos y provocaban un desastre. Y a otras que llegaban proponiendo construir una economía normal que asegurara la estabilidad y el crecimiento, pero tampoco tenían idea de cómo llegar hasta allí y provocaban otro desastre. Cada tantos años, los argentinos votamos a unos para sacarse de encima a los otros, o viceversa. Siempre con el mismo resultado.

Macri quiere volver al poder envuelto en banderas antipopulistas.

Pero cuando le preguntan qué va hacer con el dólar responde que ha viajado mucho por Medio Oriente.

Qué tranquilidad.


    

domingo, 5 de septiembre de 2021

El extraño caso del Ministro Quirós… @dealgunamaneraok...

El extraño caso del ministro Quirós…

Fuente: Instagram.

Único con barbijo. Su corrección extrema lo hace políticamente incorrecto. En el programa de Mirtha, mostró su estilo antigrieta: se negó a confirmar hechos que desconocía, rechazó teorías conspirativas, no adjetivó, aportó datos y evitó profundizar la polarización.

© Escrito el sábado 03/09/2012 por Gustavo Calvo y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.


Fernán Quirós es políticamente incorrecto. Incorrecto en el contexto de un país en donde los políticos son capaces de decir cualquier cosa para dañar al adversario. E incorrecto porque en plena campaña no es común que los dirigentes logren mantenerse al margen de la vorágine mediática que les exige frases contundentes en lugar de racionalidad e información.

 

Mesa incómoda. Un ejemplo de lo atípico que es el ministro de Salud de la Ciudad de Buenos Aires ocurrió el sábado anterior, en el programa de Mirtha Legrand. Quirós era el único funcionario presente. El resto de los comensales (Baby Etchecopar, Jonatan Viale, Pampita y la conductora) compartió durante toda la cena sus cuestionamientos al Gobierno y elogios al propio Quirós.

 

Otros opositores se hubieran regodeado con cada crítica al oficialismo para aprovecharla en beneficio propio o de su espacio. Este hombre, no. De hecho habló poco, se limitó a aclarar dudas sobre la pandemia y a aportar datos concretos. Se negó a dar por cierto, hechos que desconocía y evitó sumarse a teorías conspirativas sobre el origen del virus o a “los millones de muertos” que habría ocasionado el desmanejo del Gobierno.

 

Es esa corrección extrema la que lo vuelve políticamente incorrecto.

 

Cuando dijo en el programa que sobre la experiencia de la pandemia se requiere “construir el futuro, no olvidar y aprender de lo que ocurrió”, le reprocharon que no se podía hacer “borrón y cuenta nueva”. Cuando se afirmó que hubo negociados entre el Gobierno y Hugo Sigman, dueño del laboratorio Mabxience donde se elabora el principio activo de la vacuna AstraZeneca, aclaró que “la producción de Mabxience es muy buena, la limitación está en el fraccionado y envasado final en México”. Prefirió no contestar cuando Mirtha le preguntó “cuántas vacunas se robaron”. Cuando lo interrogaron sobre el Olivosgate, evitó compartir los calificativos del resto y se limitó a responder sobre “el valor de la palabra en el momento de gestionar una pandemia”. Frente a las duras acusaciones de la mesa a Ginés González García, solo dijo: “Es un gran constructor de equipos” y elogió su tarea en Isalud, la universidad fundada por el ex ministro. Y cuando respondió “realmente no tengo información” sobre irregularidades en la compra de vacunas, la conductora le preguntó si ocultaba algo.

 

Lo que hizo en ese programa es lo que hace ante cada entrevista. Y no se trata de que Quirós no sea crítico con el Gobierno. Se trata de que su estilo no resulta amigable para la grieta: no insulta, no grita, no se deja llevar por la opinión predominante en un debate, reconoce no saber cuándo no sabe, evita adjetivaciones, privilegia la información y acepta convivir con la incertidumbre que significa la pandemia.

 

No cree que se trate de malos políticos y de vacuidad mediática, sino de algo que anida en la sociedad.

 

Chico-delivery. Hace meses que estaba tentado a escribir sobre Quirós. Me inhibía el hecho de ser simplemente elogioso con un funcionario. Solo lo conocía por lo que veía y por un par de Zoom mediante los que les explicaba a las redacciones acerca del Covid.

 

Pero creo que entender quién es y qué piensa el hombre al que esta pandemia hizo célebre daría pistas para salir de esta polarización tóxica que nos impide convivir y crecer.

 

Fernán González Bernaldo de Quirós es el anteúltimo de diez hermanos. Su padre llegó de Galicia (como su abuelo almacenero) y, obligado a trabajar desde joven, se recibió de médico a los 30 años. La madre de Quirós era enfermera, hija de asturianos. De ahí viene, de una familia de clase media de Olivos a la que nunca le faltó ni le sobró demasiado.

 

La primaria la cursó en el Normal 8 de La Lucila y la secundaria en el tradicional San Juan el Precursor, de San Isidro, pero no pagó sus estudios por ser el sexto hermano que iba a ese colegio (“Nos hicieron descuento mayorista”).

 

Clase 62, terminó el Servicio Militar en diciembre de 1981: por cuatro meses no combatió en Malvinas. En 1983, mientras estudiaba en la Universidad de Buenos Aires, comenzó a trabajar en Night Service, la primera empresa de delivery del país y él fue un chico-delivery hasta que le robaron la moto. Para seguir estudiando, en tercer año de Medicina empezó a escribir libros para estudiantes. Egresó en 1987 con Medalla de Honor.

 

Además de décadas como docente y como médico del Hospital Italiano, en su CV se destaca una maestría en Dirección de Gobierno y Sistemas de Salud de la Universidad de Cataluña. En el Hospital Italiano creó una unidad gratuita que ofrecía políticas de gestión sanitaria a gobiernos. Allí tuvo un primer contacto con la gestión macrista. En 2015, se le encargó la puesta en valor y construcción de 160 Centros de Atención Primaria de la Salud. En 2019 lo designaron ministro.

 

Tiene una esposa epidemióloga y tres hijos de 25 (trabaja en marketing digital), 17 y 13.

 

Antigrieta. Su pensamiento es la encarnación de la antigrieta. El reconocimiento de décadas de decadencia producto de una incapacidad social para construir una mirada de Nación. No cree que solo se trate de malos políticos que son llevados de las narices por la vacuidad mediática, sino de una sociedad segmentada a la que esos políticos reflejan bien.

Viniendo de la ciencia, comprende que los sistemas de convivencia mutuamente excluyentes impiden aprender del otro. Por eso está convencido de que es imprescindible pasar de esa sociedad segmentada a una sociedad heterogénea en la que se respete y se valore la diversidad.

 

Más que en los políticos, su preocupación está en esta sociedad a la que considera simplista, categórica, etiquetista y dual. Considera que la grieta es ideal para una sociedad adolescente, que es el estadio en el que se tiende a simplificar la vida y se buscan lugares seguros de pertenencia. Los debates frívolos de esta campaña no harían más que reflejar esa suerte de “profundidad tuitera” de la que los políticos son su emergente.

 

Sabe que los sistemas de convivencia excluyentes impiden aprender del otro y crecer. Grieta y sociedad adolescente.

 

Parece optimista, pero no está seguro de si ya existe una mayoría social que esté dispuesta a pasar de la “heterocrítica a la autocrítica”. O sea, pasar del sentimiento autoindulgente de suponerse incomprendida a asumir los errores propios y los aciertos ajenos.

 

Hace un balance negativo del manejo del Gobierno de la pandemia: del bajo testeo y la extensa cuarentena inicial a la falta de una compra diversificada de vacunas desde el primer momento. Aunque cree que manejó bien el tema respiradores, los acuerdos políticos y el acompañamiento a las provincias.

 

Rara avis. Saber que detrás del sobrio experto que desde hace un año y medio explica con precisión los avatares del Covid existe un pensamiento filosófico más profundo, ayuda a entender su manejo mediático de la grieta. Aun ante las audiencias más polarizadas.

 

Desde ese lugar señala que el futuro es, por sobre todo, impredecible, y que por eso no sabe cómo seguirá su carrera en la función pública. Pero está claro que no descarta nada.

 

Hoy es un rara avis dentro de la política argentina. Sin embargo, su alta imagen positiva quizá esté representando el mensaje de racionalidad que una parte cada vez más importante de la sociedad tiene necesidad de escuchar.





jueves, 26 de marzo de 2020

#Coronavirus. Los desubicados de siempre... @dealgunamanera...

Los desubicados de siempre, el editorial de Jonatan Viale…

Jonatan Viale 

Hace dos meses que estamos en guerra. Y todavía muchos no lo entienden. No es una guerra del tipo tradicional. No hay dos bandos. No hay dos países enfrentados. No se pelea por diferencias religiosas. No se lucha por temas étnicos. No hay un problema ideológico. No está en juego la demarcación de límites. No es una batalla entre unitarios y federales. No es una invasión para quedarse con el petróleo del otro.

© Escrito por Jonatan Viale el martes 24/03/2020 y publicado por A24.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

Es una guerra que une, increíblemente, a toda la humanidad contra un enemigo foráneo, externo, desconocido, invisible, peligroso y letal.

Las armas no son ametralladoras, ni misiles, ni granadas, ni bombas. La única arma eficaz se llama aislamiento social. Es una guerra que nos expone en nuestra versión más humana, más primitiva, más instintiva, más temerosa.

Sin embargo, una vez más, aparecen los desubicados de siempre. Estela de Carlotto no entiende que la sociedad está en fase 'cooperación'. No quiere que nadie le politice el virus. No quiere escuchar sobre Macri o Cristina. No quiere que nadie ideologice el tema. No quiere que nadie meta la grieta. ¿Qué hubiera pasado si le tocaba a Macri ordenar una cuarentena masiva con las fuerzas armadas en las calles? Lo más probable es que Carlotto le hubiera dicho represor, milico, facho y reaccionario. Pero lo está haciendo Alberto Fernández. Y es lo que corresponde. Deberá comprender entonces la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo. Que no es momento de adjetivar, de comparar, de agredir, de descalificar.

Estar en fase 'cooperación' implica que los refractarios sufrirán la condena social. Lo mismo corre para el ministro de Seguridad de Santa Fe, que está sacando todos los boletos para ganarse una patada en el culo. Ahora se filtraron audios de WhatsApp donde habla con jefes policiales de la provincia.

Ya dijo que este es el virus de los chetos. Ya dijo que el narcotráfico en Santa Fe es 'estacional'. Ya dijo que se vino a Buenos Aires para que no lo caguen a tiros. Ahora dice que los intendentes son de 'cuarta categoría' y especuladores. Insisto, gobernador Perotti, siendo usted una persona inteligente, razonable, mesurada, dialoguista, moderada: ¿Cómo puede tener todavía a semejante cachivache como ministro de Seguridad? ¿Cómo esta persona despectiva y soberbia puede seguir manejando la seguridad de más de 3 millones de santafecinos?

Pero hay más desubicados que no entienden que la sociedad argentina está en fase de cooperación y no quiere chicanas ni violación del contrato social. Arturo Grisoni, dueño de 'El Nazareno', una tradicional marca de alfajores cordobeses posteó en Facebook: "El que quiera hacer cuarentena que la haga pero de por vida, acostado en una cama y con un suero para que no se tenga que levantar ni para ir a la heladera. Yo prefiero morir a estar un minuto encerrado. ¿Por el riesgo a qué? ¿A morir? Toda la vida estás en riesgo de morir desde que abrís los ojos a la mañana. A mí nadie me va a imponer cómo tengo que vivir. Y menos si no le debo nada a nadie. Las medidas contra el “virusito” a nivel país y a nivel mundo no tienen consistencia por ningún lado".

Más desubicados.... Hecho insólito en Tandil, lo descubrieron cuando intentaba ingresar a un country con la mucama escondida en el baúl. El infractor fue denunciado por los vecinos, que de inmediato alertaron a los guardias de la entrada.

Más desubicados... Uno de los directivos de Vicentin navegaba en su yate en plena cuarentena. Nardelli fue demorado por la prefectura cuando paseaba en su lujoso yate por el río Paraná y fue conminado a cumplir con el aislamiento social. Ya estaba imputado por el millonario préstamo irregular que obtuvo Vicentín durante el gobierno de Macri. Ahora enfrenta una nueva causa penal.

Más desubicados... Mirá lo que pasó esta mañana dentro de un colectivo de la línea 67 que circulaba por Recoleta. Una mujer tenía síntomas de coronavirus, se subió igual, no se quiso bajar y ahora obligó a 10 pasajeros más a entrar en cuarentena obligatoria.

Insisto: todo aquel argentino, famoso o anónimo, poderoso o humilde, rico o pobre, peronista o radical, kirchnerista o macrista, que no entienda que estamos en fase de cooperación y que estamos ante una guerra sufrirá la condena social.

La sociedad está sensible y no permite actos individualistas, ni caprichos que pongan en riesgo a la población. Lo mismo corre en el mundo ante líderes que no parecen estar a la altura.

No es el momento para líderes violentos. No es momento para gritos y agresiones. No es el momento de bravucones que construyen su liderazgo a través de enemigos. No es momento de grandes discursos. No es momento de pelear ni con la prensa, ni con la oposición, ni con fantasmas.

En momentos de crisis la gente prefiere líderes serios, fuertes, seguros pero sin delirios. Mientras Maduro, Trump, Bolsonaro, López Obrador se muestran ansiosos y contradicen los protocolos los jefes de estado que muestran responsabilidad Se lucen por contraste.

No hay genialidad en Alberto Fernández. Simplemente contrasta su sentido de la responsabilidad ante las patinadas de los demás.



martes, 21 de agosto de 2018

Carlos Menem afirmó que en su gobierno no hubo corrupción… @dealgunamanera...

Carlos Menem afirmó que en su gobierno no hubo corrupción…


Luego de mantenerse en silencio durante un largo tiempo, el senador nacional y ex presidente de la Nación Argentina, brindó una entrevista para la cadena de noticias CNN, en donde realizó un repaso de sus dos períodos como jefe de Estado, como así también sobre los recientes casos de corrupción que salpicaron al kirchnerismo.


© Escrito por Marcelo García el viernes 18/08/2018 y publicado por https://rapidiario.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

En ese sentido, y pese a ser el principal implicado en la causa por el contrabando ilegal de armas argentinas a Ecuador y Croacia, Carlos Saúl Menem consideró: En todos los gobiernos, salvo el mío, hubo corrupción”.

Asimismo el ex mandatario argentino negó haberse lanzado a la política para ser protegido por los fueros parlamentarios, condición que impide que sea detenido en el marco de las causas que tiene en su contra. Añadiendo sobre dicho tema Los fueros parlamentarios no me protegen y no quiero que me protejanQue se investigue todo lo que se quiera pero no me voy a valer de esos fueros para evitar esa investigación”.

Ya cambiando de tema, Menem también analizó a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner como presidente, calificándola con un 1 (uno), manifestando que ella y todo su gabinete fueron los principales responsables de la difícil situación que hoy le toca atravesar a la Argentina.              
    
Ya cambiando de tema, Menem también analizó a la gestión de Cristina Fernández de Kirchner como presidente, calificándola con un 1 (uno), manifestando que ella y todo su gabinete fueron los principales responsables de la difícil situación que hoy le toca atravesar a la Argentina.