Julio María Sanguinetti, sobre el papa Francisco:
"Diluye las esperanzas de un mundo que esperaba reformas éticas"…
El Papa
Francisco y José MAría Sanguinetti
El ex presidente uruguayo sostuvo que el Sumo Pontífice
"navega en medio de extrañas contradicciones". Analizó el rol del
líder de la Iglesia en la actualidad.
© Publicado el miércoles 14/02/2018 por el Diario Digital Infobae de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
El ex presidente uruguayo Julio María Sanguinetti analizó
en una columna para el periódico español El
País el rol del papa Francisco como líder político en la
actualidad.
"El papa Francisco (…) navega en medio de extrañas
contradicciones: a cada rato desciende de la universalidad de
su posición a minúsculos combates políticos de un inexplicable provincianismo
argentino, al tiempo que no oculta
la raíz populista-peronista que el historiador italiano
Loris Zanatta reveló no bien fue ungido", comenzó el ex mandatario.
También recordó
que el pontífice avaló de un "modo
desconcertante a la señora Hebe de Bonafini, líder de las
Madres de Mayo y ferviente kirchnerista, que ha degradado una noble causa con
su radicalismo y la corrupción de la entidad que dirige".
Sanguinetti
recordó que Bonafini "celebró el
atentado contra las Torres Gemelas, en tiempos en que llamaba
fascista al entonces cardenal Bergoglio. Cuando
este llegó a Papa la recibió ostentosamente, para que en la
puerta vaticana despotricara con violencia contra el presidente (Mauricio)
Macri, el compatriota electo por su pueblo, al que por entonces había recibido
con una frialdad tan notoria que asombró al mundo".
"El hecho es que ahora, en el mismo instante en que la señora de Bonafini
se resistía a acatar un mandato judicial, pudo ella leer una carta de Su
Santidad en que le decía: 'No hay que tener miedo a las calumnias. Jesús fue
calumniado y lo mataron después de un juicio dibujado con calumnias. La
calumnia solo ensucia la conciencia y de quienes la arroja'. La destinataria pudo regodearse comentando en la
televisión: 'Casi no me compara con nadie…'".
El ex jefe de Estado uruguayo recordó que
Francisco no cosechó muchos aplausos en
Chile y que en Perú,
donde le fue mejor, trató muy bien al presidente peruano Kuczynski, quien
pasaba muy malos días por su indulto a Fujimori. "Allí fue ideológicamente bien claro: 'Se estaba
buscando un camino hacia la Patria Grande, y de golpe cruzamos hacia un
capitalismo liberal inhumano que hace daño a la gente'".
En una palabra
—dice Sanguinetti— "con Cristina Kirchner, Correa, Dilma, Evo y Maduro,
íbamos hacia la Patria Grande bolivariana que hoy solo
sustenta el venezolano… En cambio, habla de un 'liberalismo
inhumano' que ¿quién sostiene hoy? ¿Acaso el gradualista Macri, que
trabajosamente va enderezando a la Argentina con el cuestionamiento de muchos
economistas liberales? ¿El traidor Lenín Moreno, que ha impedido la monarquía
de Correa? ¿Piñera, que ya fue presidente y no desmontó la obra social de los
gobiernos de la Concertación?", se pregunta.
Y agrega: "Su
populismo ha sido reiteradamente expresado, cuando se indignaba porque 'todo
entra dentro del juego de la competitividad', como si fuera posible superar la
pobreza en una economía incomunicada. O abjurando del 'mercado libre, la
globalización, el crecimiento económico o el consumo'. Por cierto, se ha negado
reiteradamente a entender el valor social y democrático del desarrollo de las
'clases medias', y hoy por hoy
diluye las esperanzas de un mundo, creyente o no, que esperaba reformas éticas que
superaran la condenación anacrónica de los divorciados o del uso de
anticonceptivos, que ayudan a que la maternidad sea algo querido y no una
fatalidad a la que resignarse".
Por último,
Sanguinetti afirmó que, como ciudadano, "desearía
que ayudara a defender la libertad individual, los sistemas democráticos y una
economía moderna que —regulada por reparadoras leyes sociales— genere riqueza
para poder distribuir. Es desde ese ángulo que lamento que los
Gobiernos, aun socialdemócratas, no encuentren esa voz de apoyo para luchar
contra la pobreza mediante un real desarrollo, basado en la productividad, bien
lejos de la demagogia que condena a los pobres, como ocurre en la doliente
Venezuela de hoy".
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