Tarde o temprano…
Macri quisiera elecciones ya, y Scioli
demorarlas. La apuesta oficial y los cargos en el PRO.
En ambos
frentes políticos hacen cuentas y ven correr los minutos. Mauricio Macri
querría que la elección fuera hoy. Daniel Scioli, en cambio, no. Según fuentes
cercanas al gobernador bonaerense, al día de hoy la ventaja del macrismo sobre
el sciolismo ronda los 8 puntos.
En el equipo naranja dan por hecho que
recuperarán 4 puntos de aquí al ballottage, lo que los pone a tiro de una
elección reñida hasta el último minuto. “Creo que la Presidenta realmente
quiere que gane Scioli, pero ya sabemos que no podemos contar con Aníbal –cuyo
pacto de silencio le duró tan sólo dos días–, ni con los ‘pibes’ de La Cámpora.
Las designaciones de Julián Alvarez y de Juan Ignacio Forlón en la Auditoría
General de la Nación (AGN) fueron una vergüenza”, se sinceró la fuente, cuyo
pensamiento –salvo por lo de la jefa de Estado– es compartido por otros dentro
del oficialismo.
En verdad,
conviven en el seno del FpV dos campañas: una es la de su candidato; la otra,
la de Cristina Fernández de Kirchner. Por eso, en el entorno del gobernador de
la provincia de Buenos Aires son varios los que están convencidos de que muchas
de las acciones de la jefa de Estado tienen un único origen: su deseo de que
Scioli no gane.
“Cristina
quiere que gane Macri para así poder transformarse en la jefa de la oposición,
para lo cual aspira a concentrar el mayor poder posible”, confiesa con bronca
indisimulable otra voz que emerge desde las entrañas del sciolismo.
No hace
falta ser muy perspicaz para darle a esa aseveración visos de verosimilitud. En
sus últimas apariciones públicas, abundantes en extravagancia y desenfreno, la
Presidenta se la pasó hablando de ella, de Néstor Kirchner, del proyecto –su
proyecto–, mientras que a Scioli casi no lo nombró.
En este contexto, no deja
de llamar la atención la impenitente sumisión del candidato, quien recién en
estos días salió a reconocer varios de los graves problemas económicos que el
kirchnerismo le dejará al próximo gobierno, sea quien fuere el ganador del
ballottage. Se sabe que eso molesta no sólo a la Presidenta sino también a su
ministro de Economía, el cada vez más devaluado Axel Kicillof.
Pero no es
sólo eso lo que afecta la campaña de Scioli –a quien se lo ve enojado y tenso–,
basada en generar miedo hacia Macri. También la complica la clara voluntad de
la jefa de Estado de avanzar sobre la Justicia con el objetivo de asegurarse no
sólo impunidad sino también la posibilidad de complicar al próximo gobierno,
algo que se ha visto intensificado en los últimos días.
Para ello
cuenta con dos organizaciones que están a su disposición: una es La Cámpora; la
otra, Justicia Legítima. Del seno de estas dos organizaciones están saliendo
los militantes que aspiran a ocupar fiscalías, juzgados y organismos de
control. Un bochorno.
Dificultades.
En el PRO, por su parte, las cosas no son tan sencillas. Confían en un
resultado favorable pero, en simultáneo, no dejan de señalar una preocupación
creciente por el estado en que recibirán las cuentas públicas y por la escasez
de reservas del BCRA. Por eso no todos sus economistas “estrella” están
desesperados por hacerse cargo del Ministerio de Economía.
Tiene lógica: el
puesto podría convertir a su ocupante en un fusible descartable en caso de que
las cosas no saliesen como será deseable.
Rogelio
Frigerio, que por estas horas está descartado como futuro ministro, es
disputado por diferentes sectores del macrismo no sólo en un eventual gobierno
de Macri sino también en el ámbito de la Ciudad y de la provincia de Buenos
Aires.
Carlos
Melconian –hay quien dice haberle escuchado un real interés en ser ministro–
suena para el BCRA; otro nombre que se tanteó como “ministeriable” para evaluar
la reacción de los mercados fue el de Alfonso Prat-Gay. De ahí que desde el
oficialismo salieron a pegarle con el video con sus expresiones –lamentables–
que Cristina Fernández de Kirchner presentó en su “Aló Presidenta” del viernes
en el Polo Tecnológico.
Más allá de
las pretensiones de estos y otros protagonistas, lo cierto es que, con las
reservas por el piso y la llegada de dólares no tan inmediata, en el PRO están
estudiando las mejores alternativas para salir del cepo al dólar y unificar el
tipo de cambio. ¿Cuál será el valor real para alcanzar el equilibrio de la
divisa estadounidense?
Esa es una pregunta que aún no tiene respuesta ni para
Macri ni para Scioli, quien ayer generó confusión al decir que con él en el
sillón de Rivadavia el dólar estaría a menos de 10 pesos. En realidad, fue un
reconocimiento de que el cepo durará por un tiempo. En el macrismo se habla de
$13 con oscilaciones.
En el FpV hay dos campañas cruzadas: la de
Scioli y la de Cristina.
Otro de los
temas que han comenzado a ocupar la agenda de los equipos de Cambiemos es la
necesidad de buscar nombres para cubrir las tres administraciones y el gabinete
que formará parte de una eventual presidencia de Macri. Es por eso que el
equipo que acompañará a María Eugenia Vidal no se conocerá hasta después de las
elecciones. “Sería una señal tranquilizadora para el elector mostrar el equipo
y variedad de nombres en lo inmediato, pero es algo que no parece posible hasta
terminado el ballottage”, reconoce una voz clave del frente opositor.
Por ahora,
los de amarillo disfrutan este presente no sin tensión –la elección no está
definida–, recordando que el deseo de los sciolistas pasa por una nueva versión
del “ni-ni”: ruegan para que no haya ni cadenas de la Presidenta ni nuevas
medidas ideadas por el inefable y “profesoral” Kicillof.
Producción
periodística: Guido Baistrocchi, con la contribución de Santiago Serra.
© Escrito por Nelson Castro y publicado el domingo 08/11/2015 por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
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