domingo, 23 de diciembre de 2012

Triciclos Speed Limit... De Alguna Manera...



Es una solución económica, práctica y de fácil uso para el traslado de mercadería, productos o herramientas dentro del radio urbano. Es un vehículo con las prestaciones de un utilitario o pick up, pero con el costo y la operatividad de una motocicleta. Ideal para moverse en el tránsito rápidamente, sin problemas de estacionamiento y con la mecánica de una motocicleta que lo hace fácil y económico de mantener.

SP500

Motor
300 cc a carburador
Refrigeración
Por agua
Arranque
Eléctrico y patada
Embrague
Discos
Velocidades
5
Reversa
si
Frenos traseros
Tambor
Frenos delanteros
Tambor
Freno de mano
Si
Suspensión delantera
Amortiguador hidráulico y resorte
Suspensión trasera
Elásticos y amortiguador
Llantas
chapa
Medidas de caja de carga
125 x 170 cm
Capacidad de carga
350 kg máximos
Barandas laterales
Rebatibles
Baranda trasera
Rebatible


SP1000






SP1000 construccion

Motor
300 cc a carburador
Refrigeración
Por agua
Arranque
Eléctrico y patada
Embrague
Discos
Velocidades
5
Reversa
si
Frenos traseros
Tambor
Frenos delanteros
Tambor
Freno de mano
Si
Suspensión delantera
Amortiguador hidráulico y resorte
Suspensión trasera
Elásticos y amortiguador
Llantas
chapa
Medidas de caja de carga
125 x 230 cm
Capacidad de carga
350 kg máximos
Barandas laterales
Rebatibles
Baranda trasera
Rebatible





sábado, 22 de diciembre de 2012

Los saqueos y el deber de los medios de trabajar con responsabilidad... De Alguna Manera...


Los saqueos y el deber de los medios de trabajar con responsabilidad...


Los saqueos que se vivieron estos últimos días en diversos lugares del país, fueron toda una prueba de fuego para la redacción de Tribuna de Periodistas. Es algo similar a lo vivido durante las manifestaciones populares del 13S y el 20N. ¿Cómo cubrir la noticia con sobriedad y mesura? ¿Cómo hacer para que no se nos escape ningún detalle de lo sucedido?

Para llevar adelante la laboriosa tarea se trabajó con rigor extremo, a través de lo que se iba comentando a través de las redes sociales, agencias de noticias y otros medios, pero chequeando cada una de las cosas que se decían. Fue una experiencia reveladora: el 80% de los supuestos saqueos que se denunciaron en Twitter eran falsos, acción obviamente pensada para generar una acción psicológica negativa e incitar el “efecto contagio”.

Ello nos obligó a verificar todos y cada uno de los comentarios que llegaron a esta redacción, descartando los rumores sin sustento. Al mismo tiempo, hicimos la cobertura más completa que se haya visto, con lujo de detalles de lo sucedido y las mejores fotos.

También hicimos varios análisis que incluyeron comparaciones (y diferencias) con lo ocurrido en 2001. Es decir, se ofrecieron a los lectores todos los elementos como para que pudiera sacar sus propias conclusiones. Al mismo tiempo, desmentimos lo que se decía que ocurriría a nivel oficial: que se impondría un estado de sitio desde el Gobierno.

Como puede verse, trabajamos con enorme responsabilidad, diciendo lo que había que decir, y de la manera que había que hacerlo. Y refutando los chimentos sin sustento. Algunos lectores se enojaron porque desmentimos incidentes no sucedidos y porque negamos lo del estado de sitio. “De esa manera benefician al gobierno”, comentaron varios en nuestro portal, incitando a contar la realidad a medias.

Hacerlo hubiera sido irresponsable, tanto periodística como humanamente, y es algo que se encuentra en las antípodas del espíritu de TDP. El sello distintivo de este portal es la honestidad y esperamos que esto haya sido una lección, no solo para nuestros periodistas, sino también para nuestros lectores.

© Publicado por Tribunade Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 22 de Diciembre de 2012.



El diablo es uno solo... De Alguna Manera...


Diciembres...


Los saqueos de ayer (“robos organizados”, según arrancaron en calificar los zócalos de los canales de noticias adictos al kirchnerismo) mostraron, una vez más, cómo frente a un mismo hecho cada uno ve lo que quiere ver. Todos los gobiernos, tanto el nacional como los provinciales y municipales donde se produjeron saqueos –esto alineó a Abal Medina, Scioli y Massa–, coincidieron en negar que se tratara de hechos espontáneos sino de “algo orquestado”. El kirchnerismo atribuyó los saqueos a Moyano, a un sector de ATE y a Gastronómicos. En Bariloche, a las internas políticas de Río Negro alrededor de Pichetto y el gobernador Weretilneck. Además, hubo saqueos en decenas de localidades. El diablo es uno solo pero tiene mil rostros, decía la Iglesia medieval.

Ese pensamiento responde a las necesidades de quienes gobiernan: “Yo no tengo la culpa”, “no es por hambre o necesidad”, “son marginales, delincuentes, vándalos”; pero nunca “el pueblo”, como sí habría sido en 2001.

Al revés, y también en sintonía con sus necesidades, los opositores sostienen que los saqueos demuestran que hay mucha pobreza y que la economía del Gobierno fracasó. Pino Solanas, quien además de líder del FAP fue director de la película Memoria del saqueo (por el de 2001), opinó que “cuando se niega la realidad, se producen estos estallidos (por los de ayer); más allá de que detrás de los saqueos pudiera haber alguna intencionalidad política, esta clase de manifestaciones, como las que se produjeron en 2001, tiene profundas causas sociales porque hay gente que está empujada por la necesidad”.

No es verdad que haya sido sólo pueblo hambriento en 2001; hace 11 años también se robaron electrodomésticos durante los saqueos. Ni tampoco, como sostiene el Gobierno, que hayan sido sólo vándalos los que ayer y anteayer asolaron supermercados de todo el país.

El dilema del Gobierno es que puede encarcelar a “vándalos” pero no puede reprimir al “pueblo” sin que su discurso caiga en una contradicción mortal. Nuevamente, otro esfuerzo semántico del Gobierno. Si se repitieran estos hechos, tendría que resignificar el año 2001.

Algo similar sucedió en otro diciembre, el de 2010, con la ocupación del Parque Indoamericano: en aquella oportunidad, la culpa fue atribuida a activistas del Frente Darío Santillán. Pero ahora se produjeron saqueos en tantos lugares que obligan a conjeturas más complejas que echarles la culpa a los dirigentes sindicales que realizaron la movilización a Plaza de Mayo el miércoles pasado y el paro un mes atrás.

Más allá de que las condiciones sociales y políticas son totalmente diferentes a las de los países de la Primavera Arabe, no puede subestimarse la importancia que tienen los celulares y las redes sociales a la hora de promover y luego coordinar acciones masivas (más aun en las violentas que en las pacíficas), herramientas que parcialmente no existían en 2001 o no estaban disponibles aún para los sectores de menos recursos. Hoy es mucho más fácil producir contagio viral y se precisa menos caldo de cultivo para una reacción en cadena.

Esto no quita sustento a la idea de que los saqueos fueran promovidos por una vanguardia de activistas que abrieran el camino para que todos los demás se animaran. También en la pacífica manifestación anti K del 8N hubo organizadores y promotores, pero la convocatoria no habría sido tan masiva si no hubieran existido otras causas concurrentes. Dos sectores de niveles sociales muy diferenciados y formas aun más distintas de actuar que comparten celulares y redes sociales para organizarse, y movimientos sin líderes.

Efecto contagio. Otro factor es la imitación sin costo. Personas que ven por televisión que sus vecinos están robando y la policía no los reprime se suman a los saqueos. Los expertos en seguridad explican que la mente de quien delinque hace cálculos como si fuera un comerciante: pondera costos y beneficios. Si el riesgo de robar fuera cero, la proporción de la sociedad dispuesta a robar sería muchísimo más alta. Las penas en todos los sistemas disciplinarios tienen como destinatario no sólo al castigado sino también a quienes, observándolo, reprimen su impulso delictivo al ver los riesgos que deben soportar.

Aquí, el Gobierno enfrenta uno de los núcleos duros de la ideología: quienes creen que si no hubiera necesidad prácticamente no habría delito, y quienes creen que si no hubiera castigos siempre habría muchos robos sin importar la abundancia de que se disfrute.

La barra brava de Boca, durante la manifestación por “el Día de La 12” en el centro de la Ciudad de Buenos Aires hace pocas semanas, también aprovechó la masividad para saquear comercios y lo que encontraba a su paso. Ahí, la culpa se les atribuyó a Macri y la Metropolitana por dejar una “zona liberada”. Pero la cuestión de fondo es la misma. Thomas Hobbes, el famoso filósofo autor del Leviatán, sostenía que el hombre es el lobo del hombre y que sin el monopolio de la fuerza por parte del Estado la guerra de todos contra todos es inevitable.

El lobo es inspirador de varias metáforas; la otra es la de la fábula de quien, para preocupar, anunciaba falsamente que venía el lobo, para que cuando viniera de verdad nadie le creyera. Cada vez que un hecho con reminiscencias de 2001 irrumpe, el masivo cacerolazo del 8N o estos masivos saqueos, quienes no quieren al Gobierno pronostican el comienzo del fin del kirchnerismo, y luego las situaciones se distienden y nada cambia. Ojalá que el lobo verdadero no venga nunca más y encuentre a la democracia descreída.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 22 de Diciembre de 2012.