miércoles, 5 de diciembre de 2012

Mario Pergolini y la Ley de Medios… De Alguna Manera...

Fuerte crítica de Mario Pergolini a la Ley de Medios…
 

Esta mañana, Reynaldo Sietecase y su equipo comenzaron un debate sobre la Ley de Medios en su programa Getap, en Vorterix Rock, al que se sumó Mario Pergolini, director de la radio.

Ácido, el ex Rock & Pop marcó su escepticismo a la normativa, y dejó entrever que, en su opinión, el mapa de medios no se va a desconcentrar.

“Vendo el auto, lo pongo a nombre de mi mamá y todo el mundo va a decir: ‘Ah no, está bien, el auto ya no es más de Mario’. Es ridículo pensar que esto es sensato”, lanzó el conductor y locutor en el aire de la 103.1.

“Esto es de tal, esto es de tal y esto es de tal, y un beso para todos. Todos sabemos quién está poniendo a nombre de quién, del primo, del hermano, de los amigos”, polemizó.

“¿Alguno cree que los grandes grupos se están desarmando? ¿Pensamos que Cristóbal López va a atomizar todas las radios que compró, que el Grupo Vila-Manzano se las va a pasar a gente que le haga competencia, que cualquier otro grupo lo va a hacer?”, cuestionó.

“¿Para qué hicieron todo esto? Para el espacio de publicidad, un gran detalle. Se olvidaron de Internet. Hay que ver en la historia cómo va a quedar. Lo que pasa ahora es una anécdota. ¿Vos creés que el mapa de medios se va a desconcentrar?“, se preguntó.

Lo insólito del caso, más allá de las críticas, es que Sergio Szpolski, empresario vinculado al oficialismo y vicepresidente ejecutivo del Grupo Veintitrés, grupo que edita la revista Veintitrés y los diarios El Argentino y Tiempo Argentino, además de poseer Vorterix, dejó un comentario en la noticia publicada en Clarin.com.

“Eso es lo que se dice verdadera pluralidad de voces dentro de un mismo grupo. Para los que no lo sabían Vorterix Rock es la FM del Grupo Veintitrés”, escribió el empresario.  

© Publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el martes 4 de Diciembre de 2012.


Mentirocracia... De Alguna Manera...


Mentirocracia...

Pepe Eliaschev

Prevalece en la Argentina una mezcla letal de mentira y chapucería. Farsantes, mitómanos y brutos mienten por diferentes razones, pero juntos son dinamita. Se ve todos los días en una sociedad delirante y turbo-recargada, ebria de fintas, plagada de imposturas y descompuesta de excesos. Los aparatos sindicales de docentes y empleados del subte son ejemplos vivientes. Son y actúan como lo hacen, gracias al marco político nacional que les permite hacerlo. Su casi total impunidad es avalada por el Gobierno. Docentes bonaerenses y empleados del subte porteño son funcionales a la Casa Rosada mientras les hagan daño a Daniel Scioli y a Mauricio Macri. En esa batalla, el Gobierno nacional se vale de lo que hay.

En la Capital, por ejemplo, el proyecto de ley elevado por Macri para hacerse cargo del subterráneo plantea que en caso de medidas de fuerza, los gremios deben garantizar el 90% de viajes en horas pico y 60% en horas normales. Para el ministro de Hacienda del GCBA, Néstor Grindetti, “no se pueden hacer cortes intempestivos sin avisar, sin dar tiempo para negociar. Cuando el transporte público se denomina esencial tiene algunos requisitos, que no eliminan el derecho de huelga. Hay que respetar y mantener bajo responsabilidad del concesionario y trabajadores un cierto nivel del servicio, sin cortarlo”. De inmediato, la réplica oficial no se hizo esperar. Expeditivo al servicio del Gobierno en el que resiste hace casi diez años, el ministro de Trabajo, Carlos Tomada, calificó de “amedrentamiento” antiobrero la iniciativa, porque “claramente es una intención de impedir el ejercicio de una huelga”. Para el jerarca, el subte “no es un servicio esencial en el sentido técnico que utiliza la Organización Internacional del Trabajo, porque hay otros medios alternativos para desplazarse”.

Por supuesto, no es así. España articuló en la reciente huelga general del 17 de septiembre, como en la previa del 29 de marzo, importantes servicios mínimos para metro (subte), tren y autobuses, garantizando entre 50% y 75% de los viajes en las horas punta y 20% el resto del día, con personal necesario para asegurar servicios mínimos y garantizar información y venta de pasajes. Nada del otro mundo; el trabajador tiene derecho a la huelga, pero el pueblo tiene derecho a viajar. El derecho a la huelga se garantiza en paralelo al derecho popular de circular y vivir. Los servicios de transporte son esenciales y no pueden ser dinamitados por reclamos sindicales.

Lo mismo sucede con la educación. Los paros eternos del gremio en la provincia de Buenos Aires ya son una plaga. Esencialmente castigan al pueblo, porque la educación estatal es la agredida y devaluada. Actúan con tanto cinismo como para armarse un obsceno puente turístico de cinco días. Pararon jueves y viernes, descansaron del paro sábado y domingo, y siguieron de largo el lunes, cuando –para peor– el país entero se paralizó para recordar una fecha histórica de seis días antes. ¿Estos argumentos son neoliberalismo puro y duro? ¿Tesis reaccionarias, gorilas y antiobreras? Buenas preguntas. Responderlas permite impugnar la mentirocracia asfixiante en que vivimos.

La nueva Constitución Nacional del Ecuador, de inspiración claramente socialista, fue aprobada con el 64% de los votos en el referendo del 28 de septiembre de 2008 y entró en vigor en octubre de ese año. El texto constitucional promovido por el presidente Rafael Correa fue redactado por una asamblea constituyente controlada por el oficialismo. En sus 444 artículos, la Constitución ecuatoriana sancionó reformas económicas socialistas y habilitó la reelección inmediata de Correa, reforzando el control estatal sobre la economía y otorgando más poderes al presidente. Correa ganó las elecciones de 2006 con casi el 57% de los votos y asumió en enero de 2007, proponiendo luchar “por una Revolución Ciudadana, consistente en el cambio radical, profundo y rápido del sistema político, económico y social vigente”. Fue reelecto en las elecciones de 2009, en las que recogió en la primera vuelta el 52% de los votos (porcentaje más alto de la historia ecuatoriana). Asumió su segundo mandato en agosto de 2009, flanqueado por Cristina Fernández, Evo Morales, Raúl Castro y Hugo Chávez.

En su Constitución, el Ecuador revolucionario proclama que el gobierno de Correa es “heredero de las luchas sociales de liberación frente a todas las formas de dominación y colonialismo” y declara su decisión de construir “un país democrático, comprometido con la integración latinoamericana –sueño de Bolívar y Alfaro–, la paz y la solidaridad con todos los pueblos de la tierra”. Pero en la Sección IIIª (Formas de trabajo y su retribución), el artículo 326 de la vanguardista Constitución ecuatoriana estipula explícitamente (numeral 15) que “se prohíbe la paralización de los servicios públicos de salud y saneamiento ambiental, educación, justicia, bomberos, seguridad social, energía eléctrica, agua potable y alcantarillado, producción hidrocarburífera, procesamiento, transporte y distribución de combustibles, transportación pública, correos y telecomunicaciones. La ley establecerá límites que aseguren el funcionamiento de dichos servicios”. Tienen prohibido hacer huelga médicos, enfermeros, recolectores de basura, maestros, personal judicial, bomberos, trabajadores de la energía eléctrica, agua y alcantarillado, petroleros, camioneros que distribuyen combustible, operarios del transporte público, y empleados de correo y telecomunicaciones.

Subrayo el verbo al que apelan los revolucionarios ecuatorianos: “se prohíbe”. Pero la Argentina cristinista está a la izquierda de todo eso: la Casa Rosada pregona huelga para todos y para todas, todo el tiempo, sin servicios mínimos de ningún tipo. Clasismo hiperburgués de la peor calaña: el “huelguismo” serial, ideología a la que adhieren estas conducciones sindicales de vanguardia avaladas por el Gobierno, sólo castiga a los chicos que se quedan sin clase y a sus padres. Es una praxis eminentemente reaccionaria y corporativa, al servicio de causas inconfundiblemente antipopulares. Dirán que el marco en el que se ejerce el derecho de huelga en España es posible porque a la derecha de Mariano Rajoy sólo está la pared. Vale, pero ¿y el Ecuador de Correa? Aliado principal de Chávez, no dudó en prohibir paralizaciones de tareas que en la asombrosa Argentina son rutina cotidiana. Chapoteamos en mentiras.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 1º de Diciembre de 2012.



Opinión e información… De Alguna Manera...


Opinión e información…

Verbitsky y abogados del CELS defendiendo a los periodistas incluidos en la demanda de Clarín.

Ante la demanda de Clarín por incitación a la violencia a funcionarios y periodistas, habiendo soportado personalmente juicios de funcionarios y alguna condena, luego revertida gracias a la defensa de los abogados del CELS en la Corte Interamericana, lo más fácil sería integrarme al coro de quienes se oponen a cualquier judicialización del periodismo. Pero no pienso así.

Yo creo que los periodistas no podemos pedir inmunidad judicial. Creo que debemos ser responsables por lo que escribimos y decimos. Y aunque no sea con pena de cárcel, debemos correr el riesgo de algún castigo judicial razonable por lo que comunicamos. Lo creo por el bien del periodismo.

Porque si existiera una especie de fueros permanentes y absolutos que nos dieran privilegios que no tienen ni los jueces ni los gobernantes, aparecerían más personas, de las que aún ya aparecen, usando nuestra profesión para extorsionar y hasta a veces directamente cometer delitos bajo el amparo de la libertad de prensa.

Es evidente que surgen cada vez más personas que sin relación con el periodismo compran medios para usarlos con otros fines, y cada vez hay más infiltrados en el periodismo que, como una célula anómala, pretenden arruinarnos desde dentro con la colaboración activa de diferentes gobiernos. Por eso, es imprescindible exigirnos a nosotros mismos respetar procedimientos verificatorios de la consistencia de las informaciones en los que coincide la gran mayoría de los manuales de periodismo.

También me parece un extremo sostener que a un periodista no se lo pueda citar de testigo en una causa. En este punto la sobreactuación casi cómica de la Sociedad Interamericana de Prensa refleja el clima de pérdida de autoestima periodística. La SIP salió a decir que “aun como testigos los periodistas no pueden ser forzados a aportar ningún tipo de información en la Justicia” porque la Declaración de Chapultepec establece que “no podrá obligarse a ningún periodista a revelar sus fuentes de información”. Es obvio que uno puede mantener en secreto su fuente pero igual ser un útil testigo.

Comparto con la mayoría de quienes esta semana alzaron la voz por el tema, que no se debe judicializar la opinión. La opinión y el debate son esenciales para la democracia. El periodista debe ser un cuestionador nato, un generador incesante de polémica, un problematizador de la realidad y no su naturalizador. Y es también válido que un periodista se pueda asumir como militante de la tarea de transformar la sociedad y no sólo describirla. Pero la implicación social no otorga impunidad para dar informaciones incorrectas o informaciones que no fueron debidamente verificadas como ciertas. Justamente, para que el conocimiento sea el instrumento de una praxis social emancipatoria debe ser verdadero.

Todos nos equivocamos; no quiero caer en esta columna en la misma exageración principista que critico. Gaston Bachelard, el prestigioso epistemólogo francés, sostenía que “el progreso del conocimiento requiere un proceso de rectificación incesante” que él denominó “primado teórico del error”. Llevado al nivel del periodismo, lo que merecería ser castigado en nuestra profesión no es la creencia equivocada de buena fe sino la real malicia.

Es lógico que muchos periodistas, no sólo los incluidos en la demanda, creyesen que la mayor difusión por TN de la huelga en Prefectura y Gendarmería demostraba que el Grupo Clarín alienta el crecimiento de cualquier problema que enfrente el Gobierno sin medir responsabilidades institucionales y eso merezca ser criticado públicamente.

Lo que no fue lógico fue sostener, como hizo el ministro Julio Alak, que la desaparición de Alfonso Severo, testigo en la causa por la muerte de Mariano Ferreyra, pudo ser producida “para amedrentar a la Presidenta para que el 7 de diciembre no se dé por cumplido el proceso de desinversión del Grupo Clarín”. Los modos “suposicionales”, como correctamente lo son en el caso de la opinión, se eximen de la dependencia entre la teoría y su comprobación empírica pero en realidad están sembrando información. Opinión e información deben ser claramente diferenciadas.

Una cita del libro Metodología de la investigación social y educativa: diferentes caminos de la producción de conocimiento, de Luis Rigal y María Teresa Sirvent, puede sernos útil a los periodistas: “La objetividad requiere no una fe ingenua en la neutralidad, sino un acuerdo interpersonal compartido acerca del tipo de normas de indagación y de reglas de racionalidad que garantizará que las teorías sean valoradas críticamente sin la intervención inoportuna de querencias subjetivas o de prejuicios personales. La objetividad se consigue cuando los participantes se revelan dispuestos a someter sus opiniones y preconcepciones a disposición de la inspección crítica y a tomar parte en discusiones y argumentaciones que sean abiertas e imparciales (es la dimensión intersubjetiva de la objetividad científica)”.

© Escrito por Jorge Fontevecchia y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 1º de Diciembre de 2012.



lunes, 3 de diciembre de 2012

7D, Comunicado del Diario Clarín... De Alguna Manera...


"Un desafío a las garantías constitucionales”

Con elocuente preocupación, el Grupo Clarín emitió un comunicado. Luego de que el titular de la AFSCA, Martín Sabbatella, hablara esta tarde acerca de la aplicación de la ley de medios de cara al 7D, el Grupo Clarín emitió un comunicado que denota la preocupación que afecta a sus cimientos.

Allí, el holding habla del ex intendente de Morón poniendo de manifiesto que este “volvió a insistir con el avance de oficio sobre licencias sin esperar ningún fallo judicial, pese a que la Corte Suprema dijo que esa situación implicaba ‘denegación de justicia’”.

Asimismo, Clarín asegura que Sabbatella “reconoció que a cuatro días del 7 de diciembre, el AFSCA, sin darle intervención a la oposición, habría cambiado los procedimientos de la Resolución 297/10 de dicho organismo, que reglamente el artículo 161 de la ley. De esta forma, se estarían modificando los plazos de adecuación vigentes, que otorgan 30 días más para la denominada ‘adecuación voluntaria’. Es evidente que esta modificación afecta los derechos adquiridos, el derecho de defensa y busca evitar que el fallo sobre la inconstitucionalidad llegue antes del avance de facto sobre las licencias”.

Y agrega:

-Pese a que Sabbatella sostuvo que el AFSCA quiere que se resuelva el juicio de fondo, toda la conducta estatal estuvo dirigida a demorarlo: lo demoró diez meses en 2010, lo demoró tres meses en 2012 con sucesivas maniobras para apartar jueces, y sigue buscando demorarlo hoy con presentaciones dilatorias en primera y segunda instancia.

-El funcionario reconoció que benefició a los grupos que no fueron a la Justicia, extendiéndoles un año el plazo de desinversión, que según dijo la Corte Suprema había vencido el 28 de diciembre del año pasado. Además, volvió a desconocer la composición accionaria de varios grupos y sus incompatibilidades con diversos artículos de la ley de medios, pese a las pruebas difundidas en estos días.

-En un desafío a las garantías constitucionales y para justificar un avance de hecho sobre las licencias, dijo que si el fallo de fondo determinara la inconstitucionalidad de los dos artículos impugnados, sólo habría derecho a una indemnización y no a la intangibilidad de las licencias, lo que implica una violación de todos los precedentes jurídicos, incluso de la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

-Repitió varias veces que la ley no afecta la libertad de expresión, cuando la Justicia jamás se pronunció sobre ello porque nunca falló sobre el tema de fondo. La mejor prueba de su afectación está dada por la colonización oficial del sistema de medios en estos últimos 3 años, donde prácticamente no quedaron radios y canales de TV fuera del control oficial".

La seguridad del Gobierno y la inseguridad de Clarín parecen anticipar cómo será la actuación de la Justicia. Al menos en primera instancia, con el juez Horacio Alfonso.

© Publicado por Tribuna de Periodistas el lunes 3 de Diciembre de 2012.


Alguien se preguntaba…

No voy a entrar en la discusión sobre si la ley de medios mejora o empeora la situación de la comunicación social.
 
Ese debate no lo tengo claro porque desconozco los alcances de la ley y su incidencia.
 
Quiero detenerme solo en un aspecto de esta pulseada política.
 
¿Quien paga los costos de un acto fallido?
 
En este momento estamos soportando los juicios de los bonistas que quedaron fuera del canje.
 
El juicio que inicio Repsol por la apropiación de YPF, y seguramente el juicio que el Grupo Clarín le hará al Estado por la segura apropiación de sus empresas, este o no el fallo a tiempo.
 
Los costos de estos dislates se pagaran cuando los integrantes de este gobierno ya no estén en el poder.
 
Pagaremos como siempre, los que contribuimos con nuestros impuestos, ya inventaran alguno, para servir la nueva deuda creada por capricho.
 
¿Como podría evitarse esto?
 
Seguramente si hubiera una ley que los haga corresponsables a los funcionarios que tomen esta medida a contrapelo de la ley. No hay otra.