Posta para los propios...
Ridi Paglieri... Beatriz
Paglieri. Dibujo: Pablo Temes.
Por qué el Gobierno se cree su relato y
conspira contra su propia fortaleza. Choques, apretadas y chicanas sucesorias.
Audaz como pocas, Beatriz Paglieri, dio una clase magistral
de periodismo militante. Por radio Nacional ordenó que no se informe sobre la
fuga de capitales porque no es cierto. Aseguró que “si fuera verdad, sería
grave”. El humorista Fernando Sendra le dio su merecido: dijo que Paglieri
tiene razón. Resistencia, Posadas y Paraná siguen en sus lugares. Ergo: no se
fugó ni una sola capital. Pero la realidad fue más cruel con la lugarteniente
de Guillermo Moreno. El Banco Central certificó que, en una semana, huyeron 464
millones de dólares. Salvo que Mercedes Marcó del Pont, como Clarín, mienta.
Lamentablemente, desde julio del 2007 se exiliaron 80 mil millones de dólares.
El autoengaño de estado es el principal problema de Cristina
Fernández. Esa coprofagia letal ya es bajada de línea para todos los
funcionarios. No se permiten identificar los verdaderos problemas y, por lo
tanto, eso los obliga a responsabilizar de todo lo malo que ocurre en el mundo
a los periodistas. Fabular desde la presidencia, es grave. Pero creerse sus
propias mentiras, es mucho peor. Es un virus peligroso que puede llevar al
Gobierno del estrellato a estrellarse. Es como navegar a ciegas.
Desde hace 9 años que tienen una excesiva atención puesta
sobre los medios. La Presidenta, en su discurso del 25 de Mayo, hizo un par de
alusiones a Jorge Lanata, aunque sin nombrarlo; abusó y sobreactuó sus
explicaciones sobre el inexplicable viaje a Angola y agradeció que no
existieran periodistas de investigación en 1810 porque “hubieran escrachado a
French y Beruti y hoy todavía estaríamos con el rey”.
No pudo disimular que le afectó la caricatura que hizo
Lanata en la tele y se justificó diciendo que “no estuvo bailando en una escola
do samba, eran mujeres revolucionarias”. Después exageró tanto el rol de los
negros angoleños en la lucha por nuestra independencia que cayó en desmesuras.
Llegó a decir que nosotros, los blancos, “desapareceríamos de la faz de la
Tierra” si hubiéramos pasado por los mismos sufrimientos. “¿Quién le contó a
los blancos que son superiores?”, se preguntó. Hitler, entre otros genocidas
instalaron eso, me hubiera gustado contestarle. Pero, ¿qué tiene que ver todo
eso con nuestro primer gobierno patrio? La Presidenta dedicó casi el 30% de sus
palabras a ese país africano y solo nombró a San Martín para explicar quién fue
Agostinho Neto.
Hasta se metió en la ciénaga del dólar. Ironizó sobre un
amigo de la familia que quiso convencer a su hijo Máximo para que comprara
dólares a 4,80 porque se iban a ir a 10 pesos. “No sé qué habrá hecho con esos
billetes”, relató con sorna. No es un tema sobre el que Cristina debería
bromear. No hay antecedentes en la historia de que un ex presidente como Néstor
Kirchner haya comprado 2 millones de dólares justo dos semanas después de la
quiebra de Lehman Brothers. Algunos sostienen que, encima, lo hizo con
información privilegiada, igual que José Alperovich y su padre.
Tiene que fingir demasiado la Presidenta cuando habla de
billetes. Nadie está obligado a declarar en su contra. En su homilía previa,
monseñor Fernando Maletti –el obispo de Bariloche que hizo una clara opción por
los pobres– fue crítico con quien “acumula riqueza para sí y no es rico ante
los ojos de Dios.” Fue el cierre de la parábola del rico insensato. Ya había
dicho con valentía que “no hay que caer en la acumulación egoísta de bienes”.
No fue dirigido a la Presidenta con la que el prelado simpatiza pero, Cristina,
¿se habrá dado por aludida? Porque aquí radica una de los flancos mas
inconsistentes del Gobierno. Eso de creer que “con dinero todo se puede
comprar”. Es algo que suele ocurrir entre quienes ganaron dinero fácil y
llegaron a un patrimonio de $70 millones. Mas aún si tuvieron estómago para
utilizar la usura y rematar casas de deudores hipotecarios. Eso los marca para
siempre. Valga el juego de palabras: no es gratis. Sufren una suerte de bulimia
monetaria. La codicia supera a la ideología. Chequera mata militante.
Y creen
que todos son de su misma condición. Tal vez por eso chocaron de frente con
Hugo Moyano, que no orina agua bendita ni es un monje franciscano. Pero
demostró que, por las buenas, pueden llegar a ser socios como lo fue con
Néstor. Pero que, por las malas y a los empujones, no se corre del medio
fácilmente. Al parecer, a Moyano lo excita más el combate que el aroma de los
dólares. O tal vez ya tenga suficientes. Pero hoy sería mucho más poderoso
económicamente de lo que es si no hubiese denunciado la repugnante coima de la
Banelco durante el gobierno de Fernando de la Rúa o el intento de comprar
sindicalistas con los fondos del APE como lo hizo en estas horas. Sin embargo
se plantó. No es una carmelita descalza: tiene un holding sindical que se
mezcla con sus recursos familiares y utiliza una metodología patotera, pero
enfrentó duramente al menemismo, nunca fue propatronal y ahora se convirtió en
el enemigo más poderoso que tiene este proyecto del que fue cofundador.
Esa extraña relación de amor-odio con el poderoso caballero
que es Don Dinero y la negación obsesiva de la realidad son los principales
conspiradores contra la fortaleza del Gobierno. Atacan al dólar como si fuera
una enfermedad y es sólo un síntoma. No pueden resolver lo que no se atreven ni
a nombrar: la alta inflación de estos años. Hay tres cifras que lo explican
todo. En los últimos 12 meses, para San Luis la inflación fue del 24%, en
Neuquén registraron 27% y para el INDEC, el 9,8%.
Si planifican con sus propias
falsedades, difícilmente acierten con el remedio adecuado. A veces parece que
Moreno, antes de dormir, piensa qué actividad puede perjudicar con sus
arbitrariedades espasmódicas. Ya afectó seriamente la industria frigorífica, la
siembra de determinados granos, el crecimiento y la producción, las ventas de
inmuebles, la yerba y ahora los viajes al exterior. Insista Moreno, vamos que
usted puede. Vaya por todo, como le pide Cristina. Juegue unos boletos a
ganador. La Presidenta ratificó que no existe la eternidad y que hay que
transferir la posta. En una de esas, Moreno, quién le dice… ¿Se imagina los
afiches? Moreno presidente, Paglieri, vice.
© Escrito por Alfredo Leuco y publicado en el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires elsábado 26 de Mayo de 2012.