Mostrando las entradas con la etiqueta Ruta del dinero K. Mostrar todas las entradas
Mostrando las entradas con la etiqueta Ruta del dinero K. Mostrar todas las entradas

lunes, 12 de noviembre de 2018

Cómo y por qué zafó Cristina… @dealgunamanera...

Cómo y por qué zafó Cristina…

Casanello, el nuevo Oyarbide.

A fines de agosto de este año, la Sala II de la Cámara federal porteña ordenó a Sebastián Casanello llamar a indagatoria a Cristina Kirchner en el marco de la causa conocida como la Ruta del Dinero K.

© Escrito por Christian Sanz el sábado 10/11/2018 y publicado por el Sitio Periodístico Tribuna de Periodistas de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La decisión de los camaristas Martín Irurzun y Mariano Llorens se dio después de una serie de pedidos de la Unidad de Información Financiera (UIF), de la Oficina Anticorrupción (OA) y del fiscal federal Guillermo Marijuan.

Casanello venía siendo reticente a llamar a declarar a la expresidenta, a pesar de todos los pedidos que se fueron acumulando al paso de los meses por parte de esos y otros organismos.

La evidencia se impuso a sus deseos y, finalmente, llamó a Cristina el 4 de septiembre. Todo se resolvió con un escrito, en el cual la otrora mandataria aprovechó para hacer lo que mejor sabe hacer: victimizarse.

“El fenómeno que vivimos tiene un carácter regional en Latinoamérica y ha sido calificado por el profesor Luigi Ferrajoli, uno de los máximos exponentes a nivel mundial del iuspositivismo crítico, como ‘una agresión judicial a la democracia’”, puntualizó Cristina, entre otras cuestiones.

Esas palabras parecen haber convencido a Casanello, quien decidió, en las últimas horas, dejarla fuera de la trama que investiga al testaferro kirchnerista Lázaro Báez. Dicho sea de paso: ¿No es curioso que la ruta del dinero “K” ya no tenga a ningún K bajo su órbita?

En realidad, lo que hizo el magistrado fue dictar “falta de mérito”, una figura que permite a los jueces lavarse las manos, ya que les permite sostener que no hay elementos para “condenar”, pero tampoco para “sobreseer” al acusado en cuestión.

Más allá de la furia que provocó esa decisión, era lo esperable por parte del magistrado. ¿Qué otra actitud podría haber tenido alguien que fue bendecido al calor del cristinismo en el siempre corrupto fuero Federal?

Para los menos memoriosos, gracias a los oficios del kirchnerismo, con apenas 37 años y sin antecedentes que lo justificaran, Casanello fue nombrado en 2012 al frente del Juzgado Federal N° 7, el mismo que subrogaba Norberto Oyarbide. Ironías del destino.

Hay un detalle no menor a ese respecto: el magistrado quedó último en la lista del Consejo de la Magistratura a la hora de concursar. Así y todo, fue elegido como titular del juzgado de marras. A dedo, claro.

Bautizado “Tortuga” por parte de Jorge Lanata, por su lentitud a la hora de avanzar contra los exfuncionarios del kirchnerismo envueltos en caso de corrupción, Casanello pactó con el Gobierno su propia impunidad a cambio de cerrar un expediente que preocupaba a Mauricio Macri: el de las escuchas ilegales.

Lo mismo hizo con Daniel Angelici, solo que en una causa por tráfico de influencia. En este caso, el juez sobreactuó su obsecuencia: ni siquiera llamó a declarar al presidente de Boca Juniors.

“Es el nuevo Oyarbide”, suelen decir en Comodoro Py. Y no se equivocan. Lo ocurrido con Cristina en las últimas horas, es prueba de ello.

Una digresión: ¿Cuál fue el papel que jugó Manuel Ignacio Izura, operador de Garavano, para que Casanello beneficiara a CFK?

Cristina respira aliviada en estas horas. Está casi segura de que quedará excluida de la “Ruta del dinero K”. Pobre ilusa, no sabe que la Cámara Federal ha decidido a aguar su repentino júbilo.



domingo, 29 de mayo de 2016

Judicializados... @dealgunamanera...

Judicializados...

Vienen por todo, Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes

Lázaro Báez y el pacto con Irán puede complicar a la ex presidenta, Cristina Fernández de Kirchner. Las tarifas, a Tribunales.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 29/05/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La reactivación de una causa intrincada tiñe de nubarrones el cielo de la cúpula de lo que fue el gobierno kirchnerista. Ello podría ser un golpe inesperado. Para comprender el derrotero, recordemos primero que la causa conocida como “Ruta del dinero K”, ha dado un giro sorprendente.

Leandro, el menor de los hijos de Lázaro Báez se presentó en la causa para recusar al juez   Sebastián Casanelo  alegando que la investigación estaba direccionada hacia su padre y el entorno familiar, sin ir más allá y profundizar en la posible participación de la ex presidenta Cristina Fernández de Kirchner y funcionarios jerárquicos de su gobierno.

Leandro Báez –de 26 años–, se apoyó en artículos periodísticos que dan cuenta del posible vínculo entre el juez y la ex presidenta, para dejar entrever que ése es el motivo por el que el magistrado intenta cortar el hilo por lo más delgado.

Una observación y dos conjeturas. La observación es que aquí nadie niega ningún delito. La primera conjetura es que Leandro Báez, mimado, impulsivo y cansado de los avatares por los que está atravesando su familia, se haya cortado solo en la jugada. La segunda, que se trate de una maniobra acordada para victimizar a su padre en una supuesta interna familiar, mostrarlo acorralado y preparar el terreno para que declare como arrepentido ante otro juez si es que la recusación de Casanello prospera.

Quienes deben decidir sobre la recusación del juez apodado “tortuga” son los jueces de la Sala II de la Cámara Federal integrada por Martín Irurzún, Horacio Cattani y Eduardo Farah. Este tribunal ratificó, en las vísperas del feriado del 25 de Mayo, la decisión de Claudio Bonadio de desestimar un planteo de nulidad presentado por Héctor Timerman en una causa por la aprobación del memorándum con Irán.

El expediente se había iniciado contra el ex canciller, la ex presidenta y los legisladores que aprobaron el memorándum. ¿Por qué se trata de una decisión central? En primer lugar por la gravedad de los hechos; en un audio que data del año 2012, difundido en el programa de nuestro colega Nicolás Wiñazki, se lo escuchó a Timerman admitir que Irán fue el responsable del atentado a la AMIA.

Lo peor del caso es que casi en paralelo, el entonces canciller negociaba el memorándum de entendimiento con ese país, algo incomprensible que puso de pie a casi toda la comunidad judía y que, en la presente causa, motivó el planteo de los denunciantes bajo el delito de “traición a la patria”.

En segundo lugar porque en su resolución, dos de los tres integrantes de la Sala II (Irurzún y Cattani), rechazaron las objeciones de la defensa de Timerman ratificando el planteo de Bonadio y subrayando, respecto de la denuncia original del fallecido fiscal Alberto Nisman que “la desestimación y el archivo de las actuaciones pueden reactivarse cuando –como en el caso– existen elementos no valorados anteriormente” y que serán materia de definición en la instrucción “las consecuencias de las nuevas hipótesis”, sin perjuicio de cuál sea el magistrado que siga interviniendo. Esto cobra importancia porque hay que recordar que Daniel Rafecas había archivado la causa. 

¿Bonadio podría tomarla? Eso sería una novedad respecto de la denuncia original del memorándum con Irán que, de reactivarse, se convertiría en un nuevo dolor de cabeza para CFK, Timerman y otros ex funcionarios K. En síntesis: Cristina podría volver a ser investigada y nada menos que por Bonadio.

Ahogo. La política tampoco da respiro, aunque en el Gobierno se consiguió oxígeno con los recientes anuncios del pago de las sentencias a los jubilados y el aumento en el mínimo imponible a los bienes personales que serán enviados al Congreso. El pago de las sentencias representa una reparación histórica a una injusticia cruel que se cometió contra más de dos millones de jubilados. Además de eso, la actitud del kirchnerismo de incumplir fallos refrendados por la Corte Suprema fue un agravio a la vigencia de la legalidad.

El blanqueo de capitales, en cambio, genera controversias y deja mal parado al ministro de Hacienda, Alfonso Prat-Gay, quien había criticado el blanqueo de CFK. “Parece hecho para beneficiar a muchos de los afectados por los Panamá Papers”, señala un conocedor de temas tributarios.

El tarifazo en el gas, que repercutió no sólo en la Patagonia sino también en el resto del país fue lo que marcó el ritmo de la semana y le trajo un dolor de cabeza al oficialismo. ¿Por qué se actuó con tan poca previsión? ¿Pragmatismo salvaje o error de cálculo? “Un poco de las tres cosas”, expresó un descontento miembro del oficialismo.

El ministro de Energía, Juan José Aranguren ha quedado muy golpeado y en la mira, aunque son varias las fuentes que aseguran que no le van a soltar la mano. El ministro les dijo a sus colegas que él mismo podía salir a dar las explicaciones; desfiló ante varios ministerios y el consenso general indicó que lo mejor sería guardarlo. La oratoria no es lo suyo.

Los que aún lo sostienen en el PRO aseguran que es un “excelente profesional técnico, pero del mundo corporativo, donde lo que prima es el resultado”. Hay quienes afirman haberle escuchado decir que “Argentina se ha quedado sin energía, ya no quedan reservas ni para luz ni para el gas”. Es cierto –reflexiona un diputado– “pero la paciencia de la gente tiene un límite y dentro de poco ya no le va a importar el desastre que dejó De Vido o las aventuras de Cristina. Quiere luz, gas y poder pagarlos”.

¿Qué ocurrió entonces? Es evidente que no se llegó a medir el impacto social de las medidas. Tampoco se realizó un tamiz exhaustivo de los casos especiales: zonas geográficas más sometidas al frío,  gente común con afecciones puntuales que las transforman en electrodependientes, etc. Se avanzó y luego vino el aluvión de quejas. Un error, según reconoce el oficialismo.

En ese contexto lo único que quedaba por hacer era poner en marcha un plan de contingencia destinado a lograr un control de daños. Por eso la conferencia de prensa del ministro del Interior, Rogelio Frigerio quien, junto a Aranguren anunció el tope a los aumentos. Los anuncios no bastaron y llegaron los amparos. La judicialización del tema prolongará el conflicto. En fin, un aprendizaje que le costará caro al Gobierno.

Producción periodística: Santiago Serra.

Contenido relacionado


domingo, 1 de mayo de 2016

Temporada alta… @dealgunamanera...


Temporada alta…

Paradoja Kingkoniana, Hugo Moyano. Dibujo: Pablo Temes

La economía y la Justicia marcan un punto bisagra. Las cartas que jugará el Gobierno. 

© Escrito por Nelson Castro el domingo 1º/05/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La batalla contra los holdouts es cosa del pasado. Al Gobierno  le ha llegado la hora de la verdad. A partir de este momento deberá demostrar que tiene un plan económico que le permita enfrentar los tres males que aquejan a la Argentina: la inflación, la caída de la actividad y el desempleo. Abril fue un mes duro para el bolsillo de los que menos tienen. Llegar a fin de mes se ha transformado para ellos en un desafío angustiante. Mauricio Macri lo reconoció en uno de sus discursos de la semana. Los despidos forman parte de ese universo que abruma a decenas de miles de trabajadores. En algunos casos como realidad y en otros como amenaza.

Hay empresas que frente a la caída de la actividad están suprimiendo turnos y anticipando vacaciones. En otros casos, se ha cortado la cadena de pago a proveedores, y sólo logran mantenerse con algo de holgura aquellas firmas de mayor espalda financiera. La construcción y el sector metalúrgico –acero y aluminio– son una muestra clara de este presente rico en altibajos. “Esperamos el camión con los materiales” –reclama un cliente a su proveedora–, del otro lado del teléfono la respuesta se repite una y otra vez: “El envío no será posible hasta que no cancelen los pagos adeudados.

Estamos descalzados hace tiempo”. La charla no termina allí, y el cliente argumenta que si no recibe lo solicitado o una prórroga para cumplir con los pagos adeudados, sencillamente buscará otro proveedor. El ejecutivo de ventas retruca elevando el tono de la conversación: “Si no buscamos juntos una solución me encargaré de que nadie en el mercado te brinde lo que estás necesitando”.

A Cristina le pesa cada vez más un pasado que la tuvo como activa protagonista.

La realidad dura y de consecuencias adversas para el oficialismo estuvo en la raíz de los dos hechos políticos más significativos de la semana; la movilización organizada por la totalidad de las centrales sindicales del país y la media sanción que le dio el Senado al proyecto presentado por la oposición para suspender los despidos por 180 días. Los dos hechos marcan el fin del período de gracia del que gozó el Gobierno hasta aquí. El acto de las CGT y las CTA fue fuerte. El tono de los discursos tuvo aire de advertencia: si la tendencia no cambia, lo que viene en breve es un paro nacional.

El escenario de ayer refleja las paradojas y la volubilidad de la vida política argentina. Hace poco más de seis meses, en ese lugar, Macri y Hugo Moyano compartieron un acto de la campaña electoral que fue criticado por la entonces CGT oficialista encabezada por Antonio Caló. La fotografía de lo que sucedió ayer demuestra que una vez más se ha cumplido el axioma que dice que cuando gobierna el peronismo, las organizaciones sindicales se dividen para unirse cuando quien ejerce el poder pertenece a un partido no peronista.

Además de lo antedicho, la derrota en el Senado tiene para el Gobierno un significado inquietante: marca el fin de una etapa en su relación con la oposición. Quedó claro que esta vez, los pedidos hechos a los gobernadores por parte del ministro del Interior, Rogelio Frigerio, no fueron efectivos. Resta saber si no pudieron, no supieron o no quisieron inclinar el voto de sus senadores hacia las posiciones del oficialismo. Lo cierto es que esto abre un espacio de duda acerca del acompañamiento que desde la Casa Rosada se espera hacia algunos de los temas sensibles que están en el ámbito legislativo. El que ahora descuella es el de la confirmación de los dos nombres postulados para ocupar las vacantes existentes en la Corte Suprema.

Las chances de lo que, hasta hace unos días, pareció ser una aprobación segura de los pliegos de Horacio Rosatti y de Carlos Rosenkrantz se desvanecieron. El jefe del bloque de senadores del Frente para la Victoria, Miguel Angel Pichetto, fue claro al respecto: “El Gobierno debe aún conseguir los votos para esas confirmaciones”.

Mientras tanto, la investigación judicial de la “ruta del dinero K” avanza a ritmo de novela de suspenso con ribetes hollywoodenses. Los desplazamientos del fiscal Guillermo Marijuan se hacen siguiendo casi al pie de la letra mucha de la información aportada por Leonardo Fariña. Quienes están al tanto de los movimientos del valijero señalan la forma meticulosa con la que va volcando al papel y en forma manuscrita la información que le hace llegar al juez federal Sebastián Daniel Casanello.

Lo notable es que muchas de esas cosas se van corroborando en la realidad. Es una realidad que no deja de asombrar. El nivel de enriquecimiento parece ser infinito.

Lo que viene va dejando de ser una incógnita. Lázaro es Néstor Kirchner. A Cristina le pesa cada vez más un pasado que no la tuvo como espectadora, sino como activa protagonista. Los antiguos socios y amigos la acorralan. Todavía resulta incierto aventurar hasta dónde avanzará la Justicia –cuya relación con el macrismo es poco profesional por falta de pericia política del PRO–.

En este escenario, la esposa de Lázaro Báez es hoy una espada de Damocles, que se ciñe sobre altos ex funcionarios kirchneristas; ha hecho saber que no hablará ante los medios. Nunca confirmó o descartó si lo hará delante de un juez. Los resultados de los allanamientos y el avance sobre su familia nos darán la respuesta.

Producción Periodística: Santiago Serra.

Contenido relacionado