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miércoles, 30 de junio de 2021

Chau Salmoneras. Tierra del Fuego aprobó la primera ley del mundo que prohíbe los criaderos de salmón... @dealgunamaneraok...

Tierra del Fuego aprobó la primera ley del mundo que prohíbe los criaderos de salmón...

 


Tierra del Fuego aprueba la ley para prohibir los criaderos de salmón. Fotografía: RewildingArgentina. 

Con esta medida, Argentina se convierte en el primer país en tomar una decisión de tal magnitud en cuanto al cuidado del ambiente. A lo largo de los años, las empresas salmoneras se han visto envueltas en numerosos escándalos relacionados a los escapes, mortandades y el uso indebido de antibióticos.

© Publicado el miércoles 30/06/2021 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. Fuente: Rewilding Argentina.

 

La legislatura fueguina aprobó por unanimidad este 30 de junio el proyecto de ley que prohíbe la salmonicultura en Tierra del Fuego, actividad que amenaza no solamente al ambiente sino a la salud y la economía de la provincia.

 

La ley, promovida por el legislador Pablo Villegas del Movimiento Popular Fueguino, puso a la Argentina en los ojos del mundo, posicionando al país como el primero en tomar una decisión de tal magnitud en cuanto al cuidado del ambiente.

 

“La sanción de esta ley es una clara y contundente definición institucional que destaca la importancia que tiene para los fueguinos, la protección y conservación de nuestros recursos naturales, del patrimonio genético de nuestros seres vivos y de su ambiente para un desarrollo económico sostenible”, resaltó el legislador Villegas.

 

La salmonicultura es la siembra y cosecha intensiva de salmónidos bajo condiciones controladas para fines comerciales. En este tipo de producción, se engorda a los salmones en “jaulas flotantes” ubicadas normalmente en bahías y ordos a lo largo de las costas, una técnica que se originó en Noruega a nales del año 1960. La cría intensiva de salmones en jaulas solamente es posible en un determinado tipo de ecosistema (frágil, prístino, de aguas frías y sumamente ricas en biodiversidad) lo cual generó en los últimos años una presión extrema en los lugares donde su desarrollo es viable.

 

 

Entre las consecuencias de la salmonicultura, se encuentran las mortandades de salmones masivas, la intensicación de blooms de algas tóxicas (como la marea roja), la introducción de especies exóticas, la alteración de los ecosistemas y pérdida de fauna local, la generación de zonas “muertas” y el enmallamiento de mamíferos marinos. A lo largo de los años, las empresas salmoneras se han visto envueltas en numerosos escándalos relacionados a los escapes, mortandades y el uso indebido de antibióticos.

 

En Argentina, el único lugar viable para este tipo de emprendimientos son las prístinas aguas del Canal Beagle en Tierra del Fuego. Estas aguas, además de concentrar el 50% de los bosques de macroalgas que existen en el país, son uno de los grandes sumideros de carbono del planeta y “hotspot” de biodiversidad.

 

David Alday, representante de la comunidad Yagán, armó“Es un hito tremendo el que han logrado del otro lado del Canal. Nosotros conseguimos sacar las salmoneras y ustedes lograron que no haya salmonicultura, esto tiene un gran impacto para nosotros, es una señal y un respaldo a nuestra comunidad y territorio indígena y al archipiélago”, y resaltó: “Queremos que en Chile esto se sepa, que del último lugar del planeta se ejecutó un hito contra una industria tan destructiva como la salmonicultura”.

 

 

La industria no fue para nada bien recibida por los habitantes de Tierra del Fuego, que junto a comunidades vecinas chilenas, como la comunidad Yagán de la ciudad de Puerto Williams, diversas organizaciones ambientales y la marca de ropa outdoor Patagonia, reconocida por su activismo ambiental, se hicieron escuchar a través de diferentes acciones y varias manifestaciones.

 

La salmonicultura hubiese representado una amenaza para la economía de la provincia ya que en Ushuaia, la mitad de las familias dependen del turismo una actividad que no podría convivir con el impacto ambiental de la industria. En pocas palabras, esta ley es un ejemplo del cuidado de un modelo económico y productivo sostenible, que respeta tradiciones culturales y prácticas artesanales que generan puestos de trabajo genuinos”, manifestó David López Katz, residente de Tierra del Fuego y miembro del equipo de Sin Azul No Hay Verde de la Fundación Rewilding Argentina.

 

En mayo de 2019, los legisladores Mónica Urquiza (hoy vicegobernadora de Tierra del Fuego) y Pablo Villegas presentaron un proyecto de ley provincial para prohibir la salmonicultura en Tierra del Fuego. El proyecto fue reingresado a la Legislatura este año por Pablo Villegas y ahora, nalmente, se logró su aprobación. Villegas quien celebra la sanción de la ley y el trabajo en conjunto con todos los legisladores comenta: “Es una apuesta a favor de la vida y de actividades económicas- como el turismo - que en los hechos es generadora de trabajo local y de un derrame económico que favorece y beneficia a diversos sectores sociales. El mensaje es claro: que si trabajamos con la cabeza y el corazón, con convicción, compromiso, pasión y responsabilidad, los logros suceden, que decirle No a las salmoneras es posible.“

 

El mundo gastronómico también demostró un rechazo generalizado a la industria. Francis Mallmann, chef referente y militante de la causa, expresó: “Haber estado embarcado en el canal del Beagle con los descendientes de nativos que durante miles de años cosecharon frutos de este lugar prístino, y poder mantenerlo como está, suma respeto por nuestras tradiciones y un planeta más sano”.

 

 

Y agregó: “Creo que estamos cerca de un cambio radical en la industria de las salmoneras. Los muy jóvenes están más juntos que nunca. Hay un hilo conductor ético que los une sin fronteras. Nos están enseñando que tienen ambiciones muy diferentes a las nuestras: para ellos lo más importante es el planeta. Obcecados y fuertes, paso a paso cambiarán el rumbo de destrucción. Para ellos el planeta debe ser una sola huerta sustentable, cuidada con responsabilidad por todos.”

 

También se rerió al respecto Narda Lepes, reconocida chef argentina, quien hace tiempo sacó al salmón de su cocina y también lucha hace tiempo contra la industria: “Tenemos el diario del lunes, teniendo un lugar tan valioso para nosotros, ¿se lo vamos a dar a una industria que está en decadencia en el mundo? No, tenemos la posibilidad del pescado argentino, de nuestro mar, de pesca sustentable y de defender la industria pesquera nacional”.

 

Por su parte, Estefanía Gonzalez, Coordinadora de Océanos de Greenpeace Andino, explicó: “Creemos que esta decisión va a ser una señal para que en Chile esta industria tenga también un n denitivo. Para que se entienda que los mares patagónicos son un patrimonio único y tienen que ser protegidos. Es un tremendo triunfo de la ciudadanía, que estuvo desde el día uno denunciando, aportando información cientíca de primer nivel para nalmente demostrarles a las autoridades provinciales la importancia de transformar esto en ley.”


Al preguntarle cómo le gustaría ver al Canal Beagle y al mar patagónico en 30 años, David Alday reflexionó: “En 30 años veo al archipiélago abundante en especies, rodeado de parques nacionales, potente, con una visión y un mensaje poderoso al mundo de cómo debemos cuidar y mantener nuestra naturaleza. Nos veo navegando, libres, el pescador artesanal haciendo su trabajo de siempre y sobre todo un Onashaga sin interrupciones, sin nada que obstaculice el paisaje. Siendo optimista, esta zona es un gran ejemplo para el universo. Acá no se pelea por una comunidad sino los efectos positivos de estas decisiones a nivel global.

 

AG / Rewilding Argentina / DS

 




domingo, 27 de diciembre de 2020

Brexit. Las Islas Malvinas quedaron fuera del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Reino Unido… @dealgunamanera...

 Las Malvinas quedaron fuera del acuerdo comercial entre la Unión Europea y el Reino Unido… 


El Gobierno endurece su política sobre las Islas Malvinas Fotografía: Cedoc Perfil. 

El territorio usurpado a la Argentina perderá los beneficios de poder vender sus productos al bloque regional.

© Publicado el sábado 26/12/2020 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 


El acuerdo comercial entre Gran Bretaña y la Unión Europea (UE) de cara al Brexit, que comenzará a regir el 1 de enero, dejó afuera a las Islas Malvinas, que de esta manera perderán los beneficios de los que gozaban para vender sus productos al bloque regional.

 

El acuerdo para terminar de concretar la salida de Gran Bretaña de la UE excluyó a los Territorios de Ultramar que posee el país administrado por el primer ministro Boris Johnson, entre ellos las islas sobre las cuales la Argentina mantiene su reclamo de soberanía.

 

La exclusión implica que la producción de las Malvinas perderá los beneficios comerciales para su ingreso a los países de la UE, por lo que comenzará a pagar aranceles y podría tener restricciones a la venta.

 

Sin actos oficiales, Alberto Fernández ratificó el reclamo por Malvinas por Twitter

 

Esto afectaría especialmente a los ingresos que hasta ahora tuvo la administración de las islas por las licencias de pesca otorgadas a naves extranjeras, los cuales representaban alrededor del 50% de su recaudación fiscal anual.

 

La exclusión de las Islas Malvinas del nuevo acuerdo comercial había sido planteada por la Argentina a las autoridades de la Unión Europea, por lo que el país podría verse beneficiado con un cambio de estrategia respecto del reclamo de soberanía sobre el archipiélago.

 

En noviembre pasado el canciller Felipe Solá mantuvo una reunión con la representante de la UE en la Argentina, Aude Maio Coliche, y una veintena de embajadores de los países miembro del bloque, a quien solicitó que no reconocieran la soberanía británica sobre las islas en la negociación por el Brexit.

 

El objetivo de la Argentina era precisamente que las exportaciones desde las Islas Malvinas a Europa no tuvieran beneficios arancelarios, lo cual finalmente se concretó con el nuevo acuerdo.

 

El objetivo de la Argentina era que las exportaciones desde Malvinas a Europa no tuvieran beneficios arancelarios, lo cual se concretó con el nuevo acuerdo.

 

En su mensaje de Navidad a los isleños, el primer ministro Johnson había advertido que la UE "fue absolutamente intransigente en cuanto a excluir la mayoría de los Territorios de Ultramar de las negociaciones comerciales de este año" y aclaró que los isleños "no han sido olvidados o dejados de lado".

 

"Este Gobierno va a estar junto a ustedes pase lo que pase. Esto incluye ayudarlos a administrar el cambio que se viene cuando el período de transición post-Brexit concluya a fines de este mes", afirmó Johnson.

 

Fuente NA

 

CP






domingo, 13 de octubre de 2019

Islas Malvinas. Cooperación Antártica. ¿A qué costo?...

Cooperación Antártica. ¿A qué costo?...

Mapa político de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Ni aun en nombre de la más alta ciencia Argentina puede distraerse de su obligación jurídica, política e histórica de reivindicar sus derechos sobre las islas.

© Escrito por Jorge Argüello, ex embajador de Argentina ante la ONU, el domingo 11/10/2019 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


Hace unas dos semanas, el 26 de septiembre pasado, el Reino Unido registró en el puerto de las islas Malvinas a su nuevo y flamante buque de investigación antártica, el RSS Sir David Attenborough, que lleva el nombre de uno de los divulgadores científicos más reconocidos del mundo. Este buque, dependiente del British Antarctic Survey, realizará tareas de cooperación e investigación conjunta con nuestro país en la Antártida.

Hasta allí todo suena noble y encomiable. Salvo por un detalle.

El Attenborough está registrado como nave en las islas Malvinas y enarbola la bandera del ilegítimo gobierno de las islas. Conforme el derecho del mar, el vínculo entre un buque y su bandera es un ejemplo claro del ejercicio de la soberanía estatal.

Londres, al registrar el barco en Malvinas, produce un hecho político; la afirmación de su pretendida soberanía sobre un territorio en disputa con Argentina, situación reconocida por la comunidad internacional.

La controversia antártica. La Antártida configura hoy uno de los principales reservorios mundiales de agua dulce y minerales. Desde 1961, el Tratado Antártico establece el uso exclusivo del continente blanco para fines pacíficos, con libertad de investigación científica y un compromiso de intercambio de información al respecto.

El Tratado, y este es un punto clave, “congela” las reclamaciones territoriales por parte de los siete Estados que originalmente –al tiempo de la celebración del tratado– tenían pretensiones de soberanía sobre distintas partes del continente antártico (Argentina, Chile, Francia, Gran Bretaña, Noruega, Australia y Nueva Zelanda).

Argentina mantiene una ininterrumpida presencia en la Antártida desde 1904. Hoy tiene 13 bases permanentes y temporarias, más que cualquier otro país, y administra una serie de refugios que sirven de resguardo y apoyo para los trabajos de campo de expediciones que operan alejadas de las bases. Ello representa un espacio de casi 1,5 millones de kilómetros cuadrados y se superpone con los reclamos soberanos del Reino Unido y Chile.

Las islas Malvinas, usurpadas por el Reino Unido desde 1833, se convirtieron en un punto de trascendental importancia para la pretendida proyección antártica británica sobre la totalidad del Sector Antártico Argentino. Tanto, que el Reino Unido considera propio ese territorio y lo denomina British Antarctic Territory. Sin su presencia en las islas Malvinas, el Reino Unido perdería esa proyección antártica.

Es por ese mismo motivo que Argentina ha firmado decenas de acuerdos de cooperación científica bilateral con distintos países, pero nunca –y ni siquiera bajo el “paraguas de soberanía” de los 90– con el Reino Unido.

Así fue hasta la gestión del actual gobierno.

Fruto envenenado. El giro en la política nacional antártica del actual gobierno es un fruto envenenado del acuerdo internacional celebrado por los gobiernos del presidente Macri y la primera ministra británica, Theresa May, en 2016 y que lleva el nombre de los vicecancilleres que lo suscribieron: Foradori y Duncan. En palabras del canciller argentino, se buscó con este inédito giro político “recrear confianza y crear condiciones para un diálogo” con el gobierno británico.

Menos de dos años después, el 14 de mayo de 2018 se firmó el Memorándum de Entendimiento en Cooperación Científica Antártica entre el Instituto Antártico Argentino y el British Antarctic Survey, estableciendo un peligroso precedente para nuestra posición jurídica.

Así, el país aceptó cooperar en materia de investigación científica y tecnológica antártica en el área geográfica de la Convención sobre la Conservación de los Recursos Vivos Marinos Antárticos (1980), pese a que el Reino Unido, con sucesivas acciones unilaterales, ha violado sistemáticamente el régimen multilateral prescripto por dicha Convención.

Precedentes. En particular, el caso del Attenborough genera dos precedentes de riesgo jurídico para la posición argentina. Una consiste en emprender tareas conjuntas con un buque registrado ilegalmente en las Malvinas, una aceptación tácita de la capacidad del ilegítimo gobierno isleño de hacerlo con otras embarcaciones. Aún más grave es que el buque pretenderá amarrar en los puertos antárticos argentinos constituyendo una violación flagrante y expresa de la Ley de la Provincia de Tierra del Fuego 852 (Ley Gaucho Rivero), que prohíbe el amarre en puertos provinciales de buques con la bandera del ilegítimo gobierno de Malvinas.

A ello sumemos el desaire del gobierno argentino al apoyo regional concretado en distintos organismos y foros latinoamericanos: los Estados miembros están comprometidos a no permitir el ingreso a sus puertos de buques con bandera de la colonia británica instalada en Malvinas.

Concesiones cómplices. El Reino Unido continúa con su política de consolidar su aspiración valiéndose de la buena voluntad, de la complicidad y del inmovilismo del gobierno nacional en la cuestión Malvinas. Resulta evidente que la estrategia nacional sostenida en los últimos años ha demostrado ser ineficiente y contraria al interés nacional.

El propio canciller Jorge Faurie consideró a la Antártida como “patrimonio común de la humanidad” en ocasión de la visita del rey de Noruega en marzo de 2018, contrariando la histórica posición que nuestro país ha mantenido ante la Asamblea General de las Naciones Unidas negando la posibilidad de considerar a la Antártida de esta manera.

Como se sabe, el Tratado Antártico se limitó a mantener la situación territorial existente al momento de su firma. Pero no impone –ni impide– a un Estado parte que renuncie a sus derechos de soberanía sobre el territorio. De allí la gravedad institucional de la posición pública del canciller argentino.

En la proyección colonialista británica sobre el Atlántico Sur, la ciencia y la geopolítica han ido de la mano desde las épocas de Charles Darwin, que llegó a las Islas Malvinas semanas después de la usurpación de 1833. El teórico de la evolución asentó en su bitácora la “sorpresa” que se llevó cuando vio flamear la bandera inglesa en las islas.

Hoy, ni siquiera en nombre de la más alta ciencia el Estado argentino puede distraerse de su obligación jurídica, política e histórica de reivindicar sus derechos sobre las Malvinas y de mantener sus lógicas reivindicaciones sobre el Sector Antártico Argentino. 

Hasta Darwin lo entendería. 




lunes, 13 de mayo de 2019

Cuestión Malvinas… @dealgunamanera...

Cuestión Malvinas…


Tierra del Fuego reclama a la Nación que se pronuncie acerca del acuerdo de Nueva York. El secretario de Representación Oficial para la Cuestión Malvinas Jorge Argüello presentó este lunes ante la Cancillería una nota solicitando que se informe a la provincia si el gobierno nacional piensa seguir avanzando en la ratificación del Acuerdo de Nueva York de 1995, y la posterior creación de un organismo regional de ordenamiento pesquero del Atlántico Sur, que incluiría al ilegítimo gobierno del Reino Unido en Malvinas como “estado ribereño”.


© Publicado el lunes 13/05/2019 por el Periódico Digital Del Fuego Noticias, de la Ciudad de Río Grande, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Bertone advierte a Nación e impulsa la derogación de convención sobre pesca. La mandataria instruyó a la Secretaría de Representación Oficial para la Cuestión Malvinas a efectos de mantener una reunión con las autoridades de la Cancillería Argentina para exigir las explicaciones pertinentes. A su vez, presentará junto a los legisladores nacionales de la provincia un proyecto de ley para derogar la ley 25.259, la cual ha aprobado el “Acuerdo de Nueva York de 1995” el cual es la base para la creación de este tipo de organizaciones regionales.

La gobernadora Rosana Bertone instruyó al jefe de Gabinete Leonardo Gorbacz y al secretario de Representación Oficial para la Cuestión Malvinas Jorge Argüello, a realizar una serie de acciones para evitar que la Cancillería avance con medidas que serían enormemente perjudiciales para nuestra soberanía sobre Malvinas.

Llegó a conocimiento de miembros del gabinete provincial que en una reunión interministerial realizada en la Cancillería se analizaron gran variedad de puntos en relación a la situación en el área adyacente a la Zona Económica exclusiva de la Argentina, incluyendo algunos de extrema peligrosidad para la posición jurídica de nuestro país en torno a la Cuestión Malvinas.

Según explicó el Dr. Jorge Argüello "sabemos que en esa reunión se evaluó avanzar en conformar una organización de ordenamiento pesquero, y la  consecuencia de esa decisión sería el reconocimiento de Gran Bretaña como estado ribereño en el Atlántico Sur, lo que sería nefasto para nuestra reivindicación soberana sobre Malvinas".

Al saberse del tratamiento de estos temas,  sumado a las recientes declaraciones ante la prensa de miembros del ilegítimo gobierno británico de las Islas Malvinas en relación a su interés en formar una OROP (Organización Regional de Ordenamiento Pesquero) en la zona del Atlántico Sur, la gobernadora Rosana Bertone ha decidido realizar una serie de medidas a efectos de proteger nuestros legítimos derechos sobre las Islas Malvinas, Sandwich del Sur, Georgias del Sur y los espacios marítimos circundantes.

En primer lugar, la mandataria instruyó a la Secretaría de Representación Oficial para la Cuestión Malvinas a efectos de mantener una reunión con las autoridades de la Cancillería Argentina para exigir las explicaciones pertinentes. A su vez, presentará junto a los legisladores nacionales de la provincia un proyecto de ley para derogar la ley 25.259, la cual ha aprobado el “Acuerdo de Nueva York de 1995” el cual es la base para la creación de este tipo de organizaciones regionales.

Finalmente, Bertone propondrá mantener una reunión de la Secretaría con el Observatorio Parlamentario Cuestión Malvinas del Congreso de la Nación, con el fin de unificar los esfuerzos necesarios para la protección de manera coordinada y consensuada, de nuestros legítimos derechos sobre las islas del Atlántico Sur y sus espacios marítimos circundantes.



viernes, 30 de noviembre de 2018

Cuestión Islas Malvinas... @dealgunamanera...

 “Lo único que tiene que hacer Londres en la cuestión Malvinas es iniciar el proceso de una retirada ordenada del territorio argentino”... 


Alejandro Betts, peticionante argentino ante la ONU nacido en Puerto Argentino, Provincia de Tierra del Fuego AIAS, expresó su opinión ante la decisión del Gobierno Nacional de intentar dar pasos de aproximación con Londres en búsqueda de vías de soluciones a la disputa con Gran Bretaña por la soberanía sobre el archipiélago Malvinero y sus espacios marítimos jurisdiccionales. “Mantener el status quo en la cuestión Malvinas significa consolidar la presencia ilegítima británica en las islas”.


© Publicada por el martes 20/09/2016 por: https://www.notitdf.com de la Ciudad de Ushuaia, Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur.

Ante el interés que ha despertado la decisión del Gobierno Nacional de intentar dar pasos de aproximación con Londres en búsqueda de vías de soluciones a la disputa con Gran Bretaña por la soberanía sobre el archipiélago Malvinero y sus espacios marítimos jurisdiccionales, en posesión de facto de esa potencia administradora desde el atropello cometida por parte de ella el 3 de enero de 1833.

Esa decisión de intentar una vez más a entablar “conversaciones constructivas” para con la contraparte de este centenaria disputa bilateral trascendió a través de los medios de comunicación y luego confirmada por la Canciller quien divulgó que dicho intercambio viene realizándose desde el pasado mes de mayo. Sumado a ello los anuncios que realizó junto al ministro británico Duncan y que deberá explicar ante el Congreso de la Nación.

Si bien, 
uno no debe oponerse a toda iniciativa que tenga el objetivo de zanjar definitivamente el diferendo de la ilegítima colonización británica de las Malvinas, éste no es un tema nuevo y la variada suerte que ha corrido los infructuosos intentos anteriores con el mismo fin, y que deben servirnos de guía para no caer en las mismas trampas tendidas por el gobierno inglés en las anteriores oportunidades.

Es decir:

a) en 1968 la propuesta consensuada entre ambas partes se frustró en el último tramo debido a su filtración a los medios de comunicación masivos británicos con el único fin de proteger los intereses económicos monopólicos en las islas de la empresa “Falkland Islands Company (FIC)”;

b) el “non paper” (una propuesta no oficial) británica de 1974 de soberanía conjunta; dos banderas, idioma oficial bilingüe, gobernador designado alternativamente por Buenos Aires y Londres, entre otras cosas,  fue encajonada por Londres luego del fallecimiento de Gral. Perón y la desconfianza del gobierno británico de que su viuda, Isabel Martínez de Perón, pudiera acumular suficiente poder política para continuar impulsándolo a su ejecución;

c) el tercer intento de encausar una solución mediante el retroarriendo fue promovido por el Canciller inglés, Nicolás Ridley, en los años 1980/81 y colisionó contra la exaltada oposición de camarilla activista de la FIC, los Consejos Legislativo y Ejecutivo de Malvinas, apoyados por el mismo Gobernador en ejercicio, Richard Masterson Hunt;

d) por último, tenemos 
la experiencia negativa que arrojó las relaciones diplomáticas “de seducción”, iniciadas en 1989 y que perduraron hasta 2003 aproximadamente.

A ellas las repasemos a continuación:

En 1989 se reanudaron las relaciones diplomáticas con el gobierno británico a cambio de encapsular la divergencia territorial bilateral bajo un “paraguas” de soberanía como reaseguro del reclamo para las partes. Fue entonces que Londres aceleró su política de los hechos consumados en todo cuanto a pesca, petróleo y “protección del medio ambiente”; este último como justificativo de ampliar su “jurisdicción marítima” circundante a las Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur. Todo ello, facilitado con la firma de un conjunto de acuerdos bilaterales relacionados a estos temas. Sin lugar a dudas, 
el balance bilateral de la política (unilateral) encarada durante esta época (1989-2003) fue absolutamente favorable al Reino Unido.   

Mantener el status quo en la cuestión Malvinas significa eso precisamente: Hace al beneplácito de la consolidación de la presencia ilegítima británica en la colonia de Su Majestad, enquistado en el territorio nacional fueguino de nuestras Islas Malvinas. En prueba de ello está el hecho de que durante este período Londres ejercía jurisdicción “de facto” con exclusividad, impidiendo a empresas pesqueras de nuestra bandera participar en las capturas de las especies ictícolas en los mares argentinos circundantes a Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur, e imposibilitó que la empresa petrolera nacional, YPF,  participe en las licitaciones de la exploración de áreas hidrocarburíferos en 1995 y todos los posteriores, como así también, efectuar patrullajes aéreos u navales de dichos espacios marítimos.

Otro aspecto negativo de ese proceso para la posición nacional, fue la condición netamente reclamante a lo que quedó reducida nuestra reivindicación de la recuperación efectiva de la soberanía sobre el territorio. Peor aún, hasta había interpretaciones de una aprobación tácita por parte de Buenos Aires de las medidas unilaterales introducidas por el Reino Unido que impidieron progresos constructivos en la cuestión de fondo: la soberanía. Indudablemente, los Acuerdos de Madrid 1989 y 1990 fueron extremadamente preponderantes para la ejecución plena de la incontestada política unilateral británica durante estos 14 años del diferendo en que nuestro país concedió enormes beneficios el Reino Unido y los habitantes británicos de las islas en cuanto a recursos dentro de la jurisdicción marítima del Mar Argentino circundante al archipiélago, como así también, la emisión unilateral de licencias pesqueras a 25 años y el inicio de la emisión de permisos a empresas petroleras extranjeras para efectuar tareas de exploración de  las cuencas sedimentarias de hidrocarburos por parte de la autoridad colonial. Como contrapartida de los Acuerdos, el gobierno nacional fue relegado a la condición de un mero espectador a todo lo que sucedía en la zona de Malvinas, Georgias del Sur y Sándwich del Sur

A pesar del fracaso de cada uno de las tentativas por parte del gobierno nacional de obrar en buena fe para resolver definitivamente la controversia de la soberanía, su perseverancia es muy meritoria en consideración de premeditada mala fe con que ha obrada la contraparte: el Reino Unido y desde varias décadas ya, por parte de los habitantes británicos del territorio malvinero.

¿De qué sirve repasar lo anterior? Pone en evidencia que hemos tenido una experiencia retrógrada en relación de una política de estado que quita prioridad de la cuestión de la soberanía en las “conversaciones” bilaterales anglo-argentinas, para dar lugar a “otros temas principales”. En negociaciones que se rigen por el pacto 20/80, el resultado que se produce en el 80% depende exclusivamente a la importancia y empeño que se dedica al segmento del 20%.

Cuando menor énfasis se pone al porcentaje menor, menos resultados se dan en el segmento mayor. Además, no se debe perder de vista de que lo que pide las Naciones Unidas a partir de la resolución 2065 de 1965, no es de dar comienzo ni a negociaciones ni a “conversaciones”, sino lisa y llanamente abrir el proceso de descolonización de Malvinas en cumplimiento de las normas del derecho internacional.

Es decir, lo único que tiene que hacer Londres en la cuestión Malvinas es planificar e iniciar el proceso de una retirada ordenada del territorio argentino malvinero, a los efectos de que nuestro país recupere efectivamente su legítima soberanía sobre el mismo, reparándose de esta manera su integridad territorial nacional restableciendo los límites jurisdiccionales declarados por el Virreinato del Río de la Plata en 1776, y conservados con el nacimiento de las Provincias Unidas de Sud América (luego del Río de la Plata) aquella lejana 25 de mayo de 1810.

Con la última novedad de “asociarnos” con la potencia ocupante con el único fin de explotar los recursos petrolíferos de la plataforma continental alrededor de Malvinas, temo que estamos yendo para una situación igual o peor a lo que se dio entre  1989/2003, dando visos de legalidad a la sujeción colonial extranjera en las Islas, dando las espaldas al apoyo del bloque regional y la multilateralidad que han adherido a la causa Malvinas, en favor de los intereses argentinos.