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miércoles, 28 de octubre de 2015

Entrevista a Noam Chomsk... @dealgunamanera...

“La corrupción fue tan grande en Sudamérica que se desacreditaron a sí mismos y desperdiciaron grandes oportunidades”

Década ganada y perdida. “El modelo de Chávez ha sido destructivo. En Brasil el PT tuvo éxito en varios aspectos, pero sucumbió a la corrupción y a una burbuja económica dudosa”. Fotografía: MIT

El mayor referente intelectual de la izquierda de Estados Unidos hace un balance de la política de nuestro continente y su relación con China.

—En en pasado elogió lo que vino sucediendo en la política de Sudamérica: mayor integración regional y mayor emancipación de los Estados Unidos.
¿Cuál es su balance actual sobre Chávez, Kirchner y Lula?
—Es una historia mixta. Lo que ha ocurrido en América Latina en, aproximadamente, los últimos quince años es de una importancia histórica real. Es la primera vez en 500 años, desde los conquistadores, que América Latina se ha liberado en gran parte de la dominación imperial, que en los últimos cien años, más o menos, eso significa Estados Unidos. La sociedad tradicional latinoamericana estaba gobernada por una elite pequeña, en su mayoría blanca, orientada hacia el poder imperial, o lo que fuera que Estados Unidos representara recientemente, con muy poco sentido de responsabilidad hacia el país en sí: sociedades potencialmente muy ricas con pobreza y desigualdad extraordinarias. Y los países mismos estaban separados el uno del otro. Eso es lo que cambió. En este momento, la influencia de Estados Unidos ha disminuido significativamente. Los países son mucho más independientes, se están moviendo hacia algún grado de integración, como la formación de Unasur (Unión de Naciones Suramericanas), que, de hecho, excluye a los Estados Unidos y Canadá. Estas no son organizaciones débiles, necesariamente. Pueden funcionar, y a veces lo hacen, y muchos de los países, incluidos los que usted ha mencionado, por lo menos han comenzado a enfrentarse a los terribles problemas internos de la concentración radical de la riqueza y la pobreza extraordinaria que conviven en países con recursos considerables. En muchos aspectos, parecía que América Latina era más prometedora que Asia Oriental en desarrollo social y económico, pero ha sido todo lo contrario. Y parte de la razón de que sea así es, simplemente, el comportamiento de las elites gobernantes. Así es que las importaciones en América Latina son, tradicionalmente, bienes de lujo para los ricos, mientras que en Asia Oriental han sido de bienes de capital, en gran parte controlados por el gobierno importador, y utilizados para la transferencia y el desarrollo de tecnología. Las sociedades de Asia Oriental no son agradables, ésa es otra historia, pero en términos de desarrollo económico eso es lo que ha sucedido: ha comenzado a cambiar. Volviendo a su pregunta, creo que un montón de grandes oportunidades, en gran medida, se han desperdiciado en formas muy desagradables. En Brasil, el país más importante de América Latina, cuando el PT llegó al poder tenía verdaderas oportunidades de conseguir logros –un gran apoyo popular, buenos programas, un liderazgo impresionante–, y algunas de las políticas fueron exitosas, pero la magnitud de la corrupción era tan grande que el partido se desacreditó a sí mismo y ha, esencialmente, sacrificado esas oportunidades. Espero que puedan resucitar algo de él, pero no está muy claro qué. Y algo similar sucedió en Venezuela, donde hubo propuestas significativas, esfuerzos, iniciativas, pero en un sistema que estaba un poco desbalanceado desde el principio no se puede. Hubo varios cambios instituidos desde arriba, bastante poco relacionados con la iniciativa popular, con algo de participación, pero no: venían desde arriba principalmente. Es poco probable que eso funcione. Hubo muchos fracasos en el camino después, pero en este momento, de nuevo, la tremenda corrupción y la incompetencia del país nunca lograron liberarse de la dependencia casi total de una exportación única, el petróleo. En el caso de Brasil, y de la Argentina también, las economías han dependido demasiado de las exportaciones de productos primarios gracias al crecimiento de China, lo que significa, por supuesto, la importación de manufacturas chinas baratas, que están socavando el sector productivo. Esto no es un modelo de desarrollo exitoso. Es una especie de historia mixta, de una gran cantidad de logros, mucha promesa, y mucho de fracaso también. Para aprovechar la promesa, espero que sea la base para seguir adelante. Bolivia y Ecuador son dos países que han tenido relativo éxito, pero también abundantes problemas.

—Algunos politólogos sudamericanos piensan que el populismo es una etapa necesaria para pasar a un sistema democrático más elaborado. ¿Cuál es su opinión sobre lo que en Sudamérica se llama populismo y en otras partes del mundo bonapartismo o cesarismo?
—América Latina ha estado plagada de una especie de bonapartismo. Aventurar una generalización al respecto sería muy extraño. Las estadísticas muestran que Corea del Sur es, en muchos aspectos, la economía más exitosa de los últimos cincuenta años. Si nos remontamos a, digamos, la década de 1950, Corea del Sur estaba a la par con algunos de los países africanos más pobres; literalmente, era más pobre que Ghana. Y ahora Corea del Sur es una gran potencia industrial, una de las principales, y motor económico, y es un pequeño país en condiciones externas severas y con muy pocos recursos; los recursos, en su mayoría, están en el norte. Eso es un logro muy notable que fue iniciado por una dictadura dura y brutal apoyada por los Estados Unidos. En la década de 1980 se produjo un levantamiento democrático valiente muy impresionante, que derrocó a la dictadura y estableció un tipo de formas democráticas que están, de nuevo, bajo el ataque de lo que queda. En América Latina, creo que el modelo de Chávez ha sido destructivo. América del Sur necesita movimientos populares masivos que tomen la iniciativa para llevar a cabo un extenso cambio social. Y, en alguna medida, eso ha sido cierto. Por ejemplo, ha habido un verdadero renacimiento de los movimientos indígenas en América del Sur, muy importantes en muchos países. En Bolivia, donde son mayoría, lograron incluso tomar el control político al elegir a su líder entre sus propias filas. En Brasil, las luchas obreras contra la dictadura y otras luchas fueron la base para el logro político del Partido de los Trabajadores en la última presidencia, que tuvo éxito en varios aspectos, pero sucumbió a la corrupción y a una burbuja económica dudosa de algún tipo. La historia no da respuestas a lo que es el modelo adecuado de desarrollo, pero un logro real, duradero, tendrá que basarse en movimientos populares organizados que tomen la responsabilidad del control total de la política, la información y la implementación. Y la medida en que los países lo logran varía. Tomemos los Estados Unidos, el país más poderoso y más rico de la historia y, en cierto modo, un líder en la democracia, pero muy lejos de haber alcanzado una democracia funcional.

—Parte de la emancipación ideológica sudamericana de la última década pudo financiarse por el exponencial aumento del precio de las materias primas, impulsado por la demanda de China. Es decir, Sudamérica pudo tomar distancia de los Estados Unidos gracias a China. Ahora que la economía china se desacelera, ¿Sudamérica deberá volver a desarrollar vínculos fuertes con los Estados Unidos?
—No hay ningún problema en desarrollar vínculos económicos con los Estados Unidos, siempre y cuando no conduzcan a la subordinación, a un control ejercido por multinacionales estadounidenses. El problema en América del Sur es la falta de programas internos de desarrollo constructivo, como se hizo en Corea del Sur y Taiwán. Países pobres, pero con Estados poderosos. Por desgracia, durante mucho tiempo con dictaduras, pero que se convirtieron en mucho más democráticas, y con un programa de desarrollo que fue diseñado para el desarrollo de las posibilidades internas, para el desarrollo social y económico. Entonces, el desarrollo de sociedades tecnológicas calificadas por transferencia de tecnología, por inversión y otros dispositivos dirigidos sustancialmente por el Estado ha sido exitoso. El principal modelo económico seguido por América Latina en los últimos años ha sido de exportación de productos primarios a China, que, por supuesto, tiene una serie de deficiencias. Por un lado, como usted ha mencionado, está sujeto a cualquier cambio que ocurra en la economía china. Pero también significa el envío de productos primarios y recibir a cambio producción barata que socava las posibilidades de desarrollo de una economía industrial nacional, y ésa es la economía agrícola. Eso es un desarrollo muy dudoso, débil de hecho.

—¿Cuál es su opinión general sobre la evolución de la economía y el sistema político en China?
—Se ha producido, indiscutiblemente, un desarrollo económico sustancial, que ha levantado a un gran número de personas de la pobreza, un logro importante, aunque con un costo ecológico y humano significativo y con muchos problemas por delante, y muy graves, entre otros el sistema político autoritario.

—En la Argentina se ve a Paul Singer y a otros grupos de presión financiera como una nueva forma de intervención violenta en los asuntos de Sudamérica. ¿Estos sentimientos son un reflejo de la paranoia de ex colonias o un reflejo verdadero de la realidad?
—Desafortunadamente, lo que usted dice es correcto. Lo que están haciendo los fondos de inversión es absolutamente impactante. Y que estén recibiendo apoyo legal en los Estados Unidos y en los tribunales es realmente vergonzoso. Lo que debería estar sucediendo es una presión popular organizada en los Estados Unidos para poner fin a este tipo de desastre, robo y tortura de países vulnerables. Estos fondos tienen poca razón de ser; en primer lugar, poca justificación. Pero lo que están haciendo ahora en el caso de la Argentina es, realmente, una verdadera vergüenza. La Argentina debe ser apoyada en sus esfuerzos a nivel internacional y en los Estados Unidos para hacer retroceder este tipo de neocolonialismo.

—En un reportaje, usted mencionó que las políticas de Lula eran similares a las del presidente de Brasil João Goulart en los 60, que escandalizaron por entonces a Estados Unidos y motivaron un golpe militar en su contra. ¿Hay hoy, en la devaluación de casi el 50% de la moneda brasileña frente al dólar, otra forma de golpe soft a la discípula de Lula, Dilma Rousseff?
—Es un paralelo bastante sorprendente. El gobierno de Goulart no fue radical, en ningún sentido; era ligeramente socialdemócrata. Por supuesto, el principio de la década de 1960 no se compara con el principio de la década de 2000, por lo que las políticas no eran idénticas a las de Lula, pero eran algo similares. A principios de los años 60, el gobierno de Kennedy preparó un golpe de Estado, llevado a cabo inmediatamente después del asesinato de Kennedy, que instauró el primer estado de seguridad nacional importante, una especie de estado de seguridad nacional neonazi, en América Latina, que fue entonces una plaga que se extendió por todo el continente. El de la Argentina fue uno de los peores. Todo eso fue un reflejo del poder de los Estados Unidos sobre América Latina. Cuando apareció Lula con políticas no muy diferentes, a Estados Unidos no le gustaron, por supuesto, pero no estaba en condiciones de llevar a cabo un golpe militar. Esa es una indicación de la clase de cambio que está teniendo lugar en los últimos quince años. Si se toma este período, desde el año 2000 ha habido tres golpes militares en América Latina. Uno en Venezuela en 2002, apoyado fuertemente por los Estados Unidos, pero que fue derrocado rápidamente por la reacción popular. El segundo fue en 2004 en Haití, instigado por los Estados Unidos y Francia, los torturadores tradicionales de Haití. Y ése tuvo éxito, pero Haití es un estado muy débil. El tercero fue en Honduras, de nuevo, un Estado muy débil. El ejército derrocó al gobierno electo, ligeramente reformista. La mayor parte del hemisferio se opuso enérgicamente, pero el gobierno de Obama prácticamente apoyó y legitimó las elecciones bajo el régimen militar. Y Honduras se ha convertido, simplemente, en un desastre total. De hecho, es ahora la principal fuente de personas que huyen a Estados Unidos. Así que no es que el período de golpes de Estado militares ha terminado completamente, pero es muy diferente que en los años 60 y 70, o las horribles guerras de las que participó Estados Unidos en América Central en los años 80. No quiere decir que los Estados Unidos y los principales actores económicos dentro de ellos, las corporaciones multinacionales, estén abandonando sus esfuerzos por mantener un grado de control, pero pueden hacer mucho menos. Y eso es un logro.

—¿Cuál es su opinión sobre la visita del papa Francisco a Estados Unidos y de su intervención para crear diálogo con Cuba?
—Es un acontecimiento muy interesante. En muchos sentidos, si no un ciento por ciento, las iniciativas que ha asumido son bastante impresionantes y prometedoras. En el caso de Cuba, también. Pero, ¿por qué el gobierno de Obama comenzó a moverse hacia la normalización de las relaciones con Cuba? Aquí, en los Estados Unidos, se lo describe como un esfuerzo noble y heroico de ayudar a Cuba a escapar de su aislamiento y unirse a la comunidad internacional, y avanzar hacia la democracia y la libertad. La verdad es que es casi exactamente lo contrario. Fueron los Estados Unidos los que estaban aislados, cada vez más. A nivel internacional, Estados Unidos ha estado aislado durante décadas. Sólo hay que mirar los votos anuales de la Asamblea General de las Naciones Unidas sobre el embargo de Estados Unidos: una oposición prácticamente unánime. Durante la última, Estados Unidos ni siquiera pudo conseguir que las islas del Pacífico se sumaran. El único país que se unió a Estados Unidos fue Israel, que, más o menos, tiene que hacerlo, y el propio Israel viola el embargo. Pero lo más significativo es América Latina. En la conferencia de Cartagena, creo que en 2012, Estados Unidos y Canadá estaban completamente aislados, principalmente en el tema de dejar entrar a Cuba al hemisferio. Y estaba bastante claro que en la próxima conferencia de Panamá, este año, si Estados Unidos no hubiera estado dispuesto a aceptar la demanda unánime del hemisferio de readmitir a Cuba, el propio Estados Unidos habría sido excluido. Y, en esas condiciones, Obama tomó estos pequeños pasos que hasta ahora se han emprendido. Me alegra que lo hiciera, pero debemos entender las razones, que están bastante alejadas de alcanzar los fines que deben ser alcanzados. Me refiero, en primer lugar, al Congreso, que aún mantiene el control del embargo, y a que existen todavía fuertes restricciones a los viajes de académicos cubanos a Estados Unidos, lo que es una vergüenza, y a otras restricciones que deben ser eliminadas. Pero es el comienzo de un hecho que debía suceder. Y eso es importante. Vale la pena sólo pensando en la historia. Casi de inmediato, cuando Castro tomó el poder, en cuestión de meses, Estados Unidos fue a la guerra contra Cuba. Los planes eran bombardear Cuba a finales de 1959. En marzo de 1960, el gobierno de Eisenhower formalmente decidió derrocar al gobierno. Y, cuando llegó Kennedy, se intensificó el plan. En primer lugar, la invasión de Bahía de Cochinos, y luego de su fracaso Kennedy inició una gran guerra terrorista contra Cuba. No era un asunto insignificante. De hecho, ése fue uno de los principales factores de la llamada crisis de los misiles cubanos, que casi llevó a una guerra nuclear terminal. La guerra terrorista continuó después de la crisis. Mientras tanto, el embargo se estableció y tuvo un costo enorme para Cuba. Entonces, Estados Unidos está, básicamente, peleando una guerra bastante salvaje contra Cuba desde su liberación, en 1959. Eso está en declive ahora, sustancialmente como consecuencia de la creciente independencia de América Latina, que se ha negado a tolerarlo. Esos también son pasos hacia adelante muy importantes. Y muchos problemas aún permanecen, pero no debemos pasar por alto los logros que se han alcanzado gracias a los esfuerzos de independencia de América Latina durante los últimos quince años, aproximadamente.

—¿Que el papa Francisco sea el primer papa no europeo y, especialmente, que sea latinoamericano, le confiere una subjetividad que puede ser disruptiva?
—Podría ser, pero recuerde que el principal cambio en la Iglesia, en realidad, el cambio dramático, fue instituido por Juan XXIII con el Concilio Vaticano II y, básicamente, la reintroducción de los Evangelios en la Iglesia Católica. Hans Küng, un gran historiador del cristianismo (N. de la R.: teólogo suizo, consultor del Papa durante el concilio), dice que, según el Concilio Vaticano II, el Papa regresó la Iglesia a lo que era antes de convertirse en la Iglesia de los Perseguidores bajo el emperador Constantino, en el siglo IV. Reintrodujo los Evangelios, las opciones preferenciales para los pobres. La Iglesia latinoamericana y la Conferencia Episcopal se comprometieron seriamente con eso. Sacerdotes, monjas, laicos fueron a las comunidades pobres en el campo; las comunidades de base organizadas tenían personas intentando pensar en el contenido pacifista radical de los Evangelios y se movieron hacia la toma del control de sus propias vidas, de alguna manera. Eso desató una gran guerra por parte de Estados Unidos y las elites latinoamericanas contra la Iglesia para tratar de destruir esta herejía, la herejía del regreso del cristianismo a sus raíces, y ése es un factor importante detrás de las terribles atrocidades que tuvieron lugar en América Latina en los años 60, 70 y 80, que culminaron finalmente en el asesinato de seis importantes sacerdotes jesuitas intelectuales latinoamericanos en El Salvador en noviembre de 1989. Y esto no es sólo mi opinión. Si usted mira la famosa Escuela de las Américas, que cambió su nombre (N. de la R.: actualmente se llama Instituto de Cooperación para la Seguridad Hemisférica), que ha entrenado asesinos latinoamericanos durante muchos años, uno de los aspectos que publicitan abiertamente es que el ejército de Estados Unidos ayudó a destruir la Teología de la Liberación. Pero el papa Juan XXIII no era latinoamericano. Instauró este cambio enorme, y creo que el papa Francisco empieza a llevarlo adelante. Y si ése es el caso, será de gran importancia. Podría ser que sus orígenes latinoamericanos jueguen un papel en eso, no sería sorprendente. Pero creo que es un hecho que debe ser observado con gran interés. Tiene promesa, se puede llevar adelante, creo que va a requerir, como siempre, la reacción del público, que es de apoyo positivo y constructivo.

—En Europa vemos el surgimiento de partidos que denuncian el statu quo, como Podemos en España, Syriza en Grecia, asesorados por movimientos populistas latinoamericanos. ¿Usted diría que Sudamérica está generando de alguna forma vanguardia política?
—América Latina tiene un papel importante en la creación del fondo para estos partidos. América Latina fue uno de los partidarios de los dogmas neoliberales más rigurosos y, como usted sabe, sufrió enormemente por eso. Y América Latina ha liderado, más o menos, la resistencia al Consenso de Washington y al sistema de globalización neoliberal. Y creo que eso ayudó a inspirar a los movimientos en otros países: Grecia, España, y los Estados Unidos y Gran Bretaña también. Por ejemplo, el éxito bastante notable de la campaña de Bernie Sanders y el llegar a la opinión pública en Estados Unidos, y otras cosas que suceden en otros países son reacciones del público a una verdadera guerra de clases que se ha estado librando durante la última generación bajo la bandera neoliberal para tratar de hacer retroceder el desarrollo progresivo de los últimos años. Ahora hay una reacción, y América Latina, en muchos sentidos, estuvo a la cabeza.

—Ya se refirió al miedo de los blancos norteamericanos a convertirse en una minoría dentro de su propio país, como si este proceso de mezcla racial y étnica les “robara su país”. Siendo que los latinos van camino a superar a los negros en cantidad total de población, ¿podría surgir una nueva ola de racismo contra los latinos de forma similar a la que existió contra los negros? ¿Y estaría Donald Trump a la vanguardia?
—Es un problema serio en Estados Unidos que, está de más decirlo, tiene una historia racista bastante horrible, y no sólo por las repugnantes atrocidades. La esclavitud es uno de los peores crímenes de la era moderna que, por cierto, no terminó realmente con el fin de la esclavitud. Si nos fijamos en los últimos 400 años desde que los primeros esclavos africanos fueron traídos aquí, hay tal vez dos o tres décadas en las que los afroamericanos tuvieron una posibilidad razonable de entrar en la sociedad en general. Es una historia horrible, pero, más allá de eso, Estados Unidos recibió inmigrantes europeos por un largo período. El país se basa en la eliminación y el exterminio de la población indígena, otro grave crimen, que abrió el país para la colonización. Querían traer colonos. Eso duró hasta, aproximadamente, un siglo atrás, cuando otros fueron excluidos. Pero hasta 1924 se aceptaron europeos. En 1924 se sancionó la primera ley importante de inmigración, dirigida prácticamente contra los italianos y los judíos, que eran del sur y este de Europa. No querían a ninguno más de ellos aquí. Esa es una de las razones por las que los judíos no pudieron escapar de Alemania. Antes de que ocurriera el Holocausto, no podían venir a Estados Unidos, y eso fue verdad, incluso después de la Segunda Guerra Mundial. Este tipo de miedo innato a los extranjeros está profundamente arraigado, hay mucho de mitología en él. Tenemos que remontarnos a, digamos, el tiempo de la Conquista del Oeste, por ejemplo, con la tradición de lo que se llamó anglosajonismo, que todos somos de alguna manera anglosajones. Por supuesto, es un disparate terrible, como la mayor parte de lo relacionado con el racismo, pero como fenómeno cultural era muy real. Y eso ahora juega un papel significativo en sectores importantes de la población blanca que están, por un lado, sufriendo bajo las políticas neoliberales. Vale la pena recordar que, para la mayoría de la población en Estados Unidos, los salarios reales se han estancado o disminuido en los últimos treinta años, desde que comenzó el asalto neoliberal. Los salarios reales de hoy de los trabajadores varones, la población blanca de clase obrera, están cerca de lo que eran en los años 60. No están sufriendo al mismo nivel que en Africa Central, pero, en términos de riqueza y poder y opciones de la sociedad, están siendo reprimidos severamente, y esto los hace sentir muy amargados y enojados. Y sin un movimiento liberal que realmente funcione ni otros movimientos progresistas, mucho de esto se vuelve muy reaccionario, como sucedió en otros lugares. Una parte de ellos se vuelve hacia el ultranacionalismo. “Nos están sacando nuestro país”. Esto se ve, principalmente, en la base del Partido Republicano. Es por eso que digo que Donald Trump es realmente un payaso; obtiene un enorme apoyo cuando habla de conseguir que México construya un muro para evitar que los violadores y criminales invadan nuestro país. Demasiado absurdo, pero parece que, de todas formas, eso se discute. Alcanza resonancia en las personas que realmente temen que algo malo nos esté sucediendo, y siempre es fácil echarles la culpa a los de afuera. Es una realidad que, dentro de un par de décadas, los cambios demográficos que están ocurriendo probablemente dejen una minoría blanca frente a los asiáticos, latinos. Y no hay nada de malo en eso, excepto que, para quienes se sienten atacados en otros aspectos, esto se convierte en una potencial fuente de sentimiento nacionalista extremadamente peligroso. Algo similar está sucediendo en Europa con la huida de los refugiados de Siria y del norte de Africa. Es un fenómeno bastante sorprendente que países como el Líbano, Jordania o Turquía estén recibiendo un gran número de refugiados, pero Europa, una sociedad rica, se lamenta por el hecho de que podría recibir una pequeña fracción de lo que está llegando a estos países pobres. Y Estados Unidos, que es un país muy rico comparativamente, con áreas despobladas enormes, no está recibiendo a casi nadie, y tiene un historial terrible en cuanto a las personas que huyen desde América Central y México.

—Usted opinó que Obama era conservador y que el Partido Demócrata se ha convertido en el Partido Republicano moderado. La exacerbación extremista de derecha del Tea Party continúa empujando a EE.UU. hacia la derecha y ahora Trump encarna el sentimiento popularmente. ¿Por qué?
—El sistema político se ha ido desplazando hacia la derecha por una generación, como las políticas neoliberales se fueron implementando, perjudicando enormemente a la sociedad y una gran mayoría de la población como en otros lugares.

—En su libro “Los guardianes de la libertad” usted escribió que “el propósito social de los medios es inculcar y defender el orden del día económico, social y político de los grupos privilegiados que dominan el Estado y la sociedad […] definiendo los temas que son relevantes para el poder establecido, no permitiendo al público ejercer un control significativo sobre el proceso político, [con] selección de temas, distribución de intereses, articulación de cuestiones, filtrado de información, énfasis y tono, así como manteniendo el debate dentro de los límites de las premisas aceptables”. Esto lo escribió en 1988, ¿qué cambió en este último cuarto de siglo?
—Con Edward Herman, mi coautor, publicamos una segunda edición en 2002, con una nueva introducción, en la que hablamos de algunas de estas cosas. Ha cambiado un poco desde entonces, pero no tanto. El surgimiento de internet, básicamente, un logro tecnológico desarrollado por el Estado, junto con las computadoras, que están disponibles para todos. Ofrece muchísimas oportunidades, pero, como la mayoría de la tecnología, ofrece oportunidades para la liberación y también por la coerción y el control. Está disponible para ambos, y la pregunta es cómo se utilizará. Internet permite que las personas tengan acceso a información de muchas fuentes diferentes que de otro modo no estarían disponibles para ellos, a opiniones, a participar en debates y demás. Ofrece esas oportunidades, pero tienen que ser utilizadas. También ofrece oportunidades para que las personas gasten su tiempo en pornografía y en los sitios web que refuerzan sus prejuicios. Ofrece oportunidades para el gobierno, sobre todo el de los Estados Unidos, pero a otros también, para hacerse con el control extremo sobre las acciones de la gente, sobre dónde están, qué están haciendo, con quién están hablando, qué están diciéndoles a otras personas, lo que puede convertirse en una técnica extremadamente peligrosa de dominación. Internet permite todas estas cosas. No creo que haya cambiado las conclusiones de nuestro libro. Creo que la idea base sigue siendo la misma. Hay oportunidades disponibles, y la pregunta es cómo se van a utilizar. Sabemos muy bien cómo los sistemas de poderes van a utilizarse. No sólo el gobierno. También las grandes empresas, como Google, Amazon y otros están realizando esfuerzos muy avanzados de vigilancia y esfuerzos para influir en las preferencias, opciones, el comportamiento. Esa es la manera en que, por supuesto, va a ser usado. La población puede usarlo como una oportunidad para la liberación, para la extensión de la democracia, para la lucha contra los sistemas opresivos y, en cierta medida, eso está pasando, pero cómo usamos las oportunidades disponibles para nosotros está realmente en manos de la gente de estos países. Podrían haber dicho lo mismo sobre la prensa escrita, y sobre las bibliotecas, los periódicos y otros medios. Y ahora podemos decirlo sobre internet. No creo que cambie nada fundamental en términos de la relación de poder, sólo la disponibilidad de la tecnología que da oportunidades para llevar adelante acciones en los momentos de movilización popular, de la educación, lo que puede provocar un cambio sustancial.

—Usted sostenía en los 80 que “la propaganda es a la democracia como la violencia a la dictadura”, ¿esto se intensificó aún más hoy en día?
—Me parece que sucede lo mismo.

—En su artículo de 2012 “Consentimiento sin consentimiento” usted desarrolla la información de la opinión pública que implicaría el consentimiento de los gobernados. ¿Cómo podría explicar esta actitud pasiva de la audiencia si la mente como estructura biológica está preparada para elaborar?
—Como dijo John Milton, “la mente es un lugar extraño”. Los seres humanos tienen muchas propiedades complejas. No sé si estoy de acuerdo acerca de la “actitud pasiva”. La gente puede aceptar por muchas razones, como carecer de alternativas percibidas. Esta es la tarea de los activistas y organizadores para curar este mal.

—En su libro “Reflexiones sobre el lenguaje” usted afirmo que “los seres humanos están igualmente dotados para aprender cualquier lengua”. ¿A qué atribuye la afirmación de que hay lenguas mejor predispuestas para determinadas subjetividades, como el italiano para lírica, el alemán para las ciencias sociales, el francés para el amor?
—Diderot una vez predijo que el francés sería el idioma de la ciencia, mientras que el alemán y el inglés serían los de la literatura. Otras propuestas similares tienen el mismo mérito es decir, ninguno.

—¿Usted cree que el idioma chino en el siglo XXII sería como el inglés de hoy en día?
—Si se refiere a que puede ser una lengua internacional, eso es concebible.

© Escrito por Jorge Fontevecchia el miércoles 28/10/2015 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

sábado, 28 de marzo de 2015

Sitiando al Ctibank... De Alguna Manera...

Citibank Argentina fue suspendido para operar en el mercado de capitales… 


La Comisión Nacional de Valores (CNV) dispuso este viernes la suspensión preventiva de Citibank Argentina para operar en el mercado de capitales local por considerar que, a partir de la firma de un acuerdo con ​fondos de inversión demandantes en la causa NML contra la Argentina en trámite en el juzgado del juez Th. Griesa, no actuó de acuerdo con la legislación local vigente.

La medida adoptada por la CNV se encuadra en el artículo Nº 141 de la Ley de Mercado de Capitales, por considerarse que existe una situación de grave peligro e incertidumbre para los tenedores de bonos de deuda reestructurada, que deben recibir el pago de rentas correspondientes a los BONOS PAR regidos por Ley Argentina pagaderos en dólares cuyo próximo vencimiento opera el 31 de marzo.

Como es de público conocimiento, el acuerdo firmado por Citibank le permite a la filial Argentina del banco transferir los pagos de los vencimientos del 31 de marzo y 30 de junio, de 2015, pero tal acuerdo (convertido luego en orden por el Juez Griesa) aplica sólo a Citibank Argentina y nada más que a Citibank Argentina. Esto significa que el acuerdo firmado deja sin protección al resto de las instituciones que participan en el proceso del pago de los bonos, detalla el comunicado de la Comisión.

Asimismo, en dicho acuerdo se hace manifiesta la intención unilateral del Citibank, sin previa consulta a la autoridad regulatoria, de abandonar el negocio de custodio que la entidad posee en la actualidad, generando incertidumbre a los acreedores titulares de bonos.

La situación se agrava porque según el acuerdo firmado un futuro custodio se vería impedido de pagar, ya que sólo autoriza a procesar el pago a la filial argentina.

El acuerdo firmado atenta especialmente contra los intereses de los bonistas, en la medida que no asegura su cobro efectivo y excluye el legítimo derecho por parte del propio Citibank local para apelar eventuales decisiones judiciales que contraríen los intereses de los​ bonistas comprometiendo el cumplimiento de la ley Argentina.

Establecida la suspensión preventiva, la CNV designó a Caja de Valores S.A. para administrar las cuentas de depósito de Citibank Argentina y procesar los pagos correspondientes en cada caso.

Además, el Merval y Mercado Abierto Electrónico (MAE) deberán arbitrar los medios para atender los requerimientos de los clientes de Citibank Argentina y liquidar las operaciones que hubieran quedado pendientes.

Por último, es importante aclarar que esta suspensión no afectará la operatoria del Citibank en su carácter de entidad bancaria.

El acuerdo, como disparador para esta decisión

El sábado pasado, el juez federal de Nueva York Thomas Griesa autorizó al Citibank a pagar a fin de mes el vencimiento de los bonos de los tenedores de deuda reestructura bajo jurisdicción nacional.

Dos días después se supo que esa autorización respondió a un pacto. El fondo NML Capital, del magnate Paul Singer, salió a afirmar que el cambio de postura del magistrado (que antes había denegado el pedido al Citi) obedeció a un acuerdo que sellaron con el banco estadounidense y que tuvo el aval de Griesa.

En el marco de ese acuerdo, el banco estadounidense decidió retirar la apelación contra el fallo de Griesa, a cambio de que el juez los habilite por cuarta vez al pago de los títulos y, tras ello, poder salir del negocio de custodia de los bonos con ley nacional sin sufrir "las amenazas del gobierno argentino".

Esta maniobra puede perjudicar en el futuro la estrategia de negociación de la Argentina en el litigio.

El miércoles, el ministro de Economía, Axel Kicillof, consideró "violatorio de las leyes argentinas" el acuerdo que firmó el Citibank con los fondos buitre.
Aseguró que "el Citibank, en letra chica del acuerdo, parece estar queriendo eludir las leyes argentinas y, al mismo tiempo, quedar bien con los buitres, favoreciéndolos".

Casi en simultáneo, Griesa emitió una orden donde prohíbe que el dinero llegue a los bonistas porque bloqueo esa posibilidad en otro punto de la cadena de pagos, el Euroclear.

Kicillof había anticipado en su conferencia de prensa que cursaría comunicaciones a todos los organismos de regulación como laComisión Nacional de Valores, la Inspección General de Justicia y el Banco Central de la República Argentina, sobre el reciente acuerdo que suscribió el Citibank y los fondos buitre para que evalúen las implicancias de su proceder. Este viernes, el CNV tomó cartas en el asunto.


© Publicado el viernes 27/03/2015 por http://www.minutouno.com de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

viernes, 1 de agosto de 2014

¿Pierde algo Argentina con el default?... De Alguna Manera...


¿Pierde algo Argentina con el default?...


¿Es posible que Argentina sea a la vez víctima y culpable de su propia suspensión de pagos? Sí lo es. Igualmente, es posible que ese país tenga poco que perder económicamente, y que su Gobierno tenga mucho que ganar políticamente con el default.

En principio, Argentina tiene razón. Normalmente, cuando se logra que los inversores que poseen el 75% de la deuda de un país accedan a una reestructuración, ésta sigue adelante. Y el resto se aguanta. Argentina, en sus dos reestructuraciones, en 2005 y 2010, logró que los tenedores del 92,4% de la deuda aceptaran las condiciones para la reestructuración. Unas reestructuraciones que fueron durísimas para los acreedores, ya que éstos aceptaron unas quitas del 73%, según este estudio del FMI. Como comparación, Rusia impuso tras su suspensión de pagos de 1998 una quita de solo el 50%.

Entonces entran los holdouts ('los que resisten') que a mí me parece una definición más precisa que 'fondos buitre'. Sobre todo porque aquí buitres son todos. El mejor ejemplo es Paul Singer, que compra deuda argentina en default pagando un 6% de lo que valía cuando fue emitida, es decir, 6 centavos por valor nominal del bono.

Y a continuación se dedica a pleitear a ver cuánto saca. En 1996, Singer compró por 8,5 millones de euros deuda peruana en suspensión de pagos. En 2000, tras una guerra judicial, logró que el Gobierno de ese país le pagara 43,3 millones de euros.

En el caso argentino, el fondo de Singer NML ha comprado por 48 millones de dólares (35,8 millones de euros) deuda argentina que fue colocada por el país en el mercado por 630 millones de dólares (470 millones de euros). Según las diferentes estimaciones, esos bonos podrían valer entre 1.500 millones y 2.300 millones de dólares si se le suman los intereses pendientes.

Hasta ahí, la primera parte de mi tesis: que Argentina tiene razón. Así lo ven gente tan diversa como el Nobel de Economía Joseph Stiglitz, modelo de progres (pero asesor él mismo de hedge funds) y Anne Krueger, directora gerente en funciones del FMI con George W. Bush. Otros destacados defensores de Argentina son el propio FMI, el Gobierno de Francia (que incluso le ha apoyado en los tribunales) y el de EEUU.

Pero ahora viene la parte de culpa argentina. Que se resume en una frase: ese país no ha hecho nada para llegar a un acuerdo con los 'holdouts'. O, dicho de forma más elegante, que ha mostrado "un desprecio si precedentes por las decisiones judiciales y por las normas de negociación de reestructuraciones de deuda soberanas", según este artículo.

Singer y otros especuladores como él escogen a los países cuya deuda compran. No van a por la deuda reestructurada de Grecia (ni irán a por la deuda que se reestructure en el futuro de Grecia, que ésa es otra), sino a por deuda de países cuya credibilidad es escasa como, por ejemplo, la República Democrática del Congo, a la que sangraron hace unos años.

Y ahí Argentina ocupa un lugar destacado. Ese país ha recorrido un camino espectacular en los últimos años. Ha pasado, por ejemplo, de ser 'mercado emergente' a 'mercado frontera' ('frontier market') en el Índice MSCI. O sea, ha pasado de estar al nivel de China, al de Marruecos, Kenia, Jamaica o Pakistán.

Por eso Argentina tiene poco que perder, porque ha lo ha perdido todo. El país está aislado de los mercados internacionales desde 2001. Solo algunos fondos altamente especulativos que aman el riesgo, como Perrys, han invertido en, por ejemplo, YPF desde la expropiación a Repsol.

Pero además está RUFO. O sea Rights Upon Future Offerings. Ésa es una cláusula en virtud de la cual, si Argentina acepta que la deuda de los 'holdouts' se rige por las condiciones previas a los canjes de 2005 y 2010, todos los demás tenedores de deuda del país pueden exigir que sus bonos tengan el mismo tratamiento.

Ése es el argumento del Gobierno de Cristina Kirchner: si cede a Singer y sus colegas, todos los demás pedirán lo mismo, y Argentina suspenderá pagos completamente.

Sin embargo, Singer y los otros fondos solo quieren dinero. Y están dispuestos a que les paguen por medio de terceros, o en paraísos fiscales, o como sea. Todavía el miércoles, Gary Hufbaer, ex asistente del secretario del Tesoro de Estados Unidos y actualmente investigador del centro de estudios Instituto Peterson para la Economía Internacional de Washington, me explicaba que él estaba convencido de que Argentina y los fondos iban a llegar a algún acuerdo entre bastidores. 

Pero Argentina siempre ha dicho 'no'. Se ha negado a dar cualquier tratamiento preferente a estos fondos. ¿Por qué?

Una explicación a la que algunos le dan credibilidad es que el Gobierno argentino quería usar a los 'holdouts' como excusa para forzar una nueva reestructuración de la deuda, con más quitas. En otras palabras: reducir más la deuda. La cláusula RUFO expira el 31 de diciembre. A partir de entonces, Buenos Aires podría dar tratamiento diferenciado a los inversores que tienen su deuda. Los que no han aceptado los canjes (los 'buitres'), se llevarían más. Los que sí lo han hecho, tendrían que asumir nuevas quitas.

La clave para ello sería que Argentina siguiera negociando con los 'holdouts' hasta el 31 de diciembre. En el proceso, seguiría pagando la deuda. Y a partir de enero podría imponer nuevas condiciones a unos y a otros. 

Incluso si Argentina suspende pagos temporalmente, al reanudar el servicio de la deuda debería pagar un interés del 8%, que es, para los acreedores, una maravilla tal y como están los intereses en el mundo actual. ¿Qué inversor no estaría dispuesto a esperar unos meses a cambio de un 8% de interés? En otras palabras: no está claro que está crisis vaya a tener muchos perdedores con capacidad de influencia

Los que sí van a perder no tienen caparidad de influir. Son 40 millones de argentinos. En un país con una inflación del 40% y en recesión, con la peor situación económica de Sudamérica tras Venezuela, la suspensión de pagos es otro golpe a la economía, porque aleja todavía más la posibilidad de recibir los capitales que el país necesita para desarrollarse y salir de su proceso de tercermundizacion.

Si Cristina Kirchner quiere reducir la deuda forzando otro default, no lo debería hacer sobre las costillas de sus ciudadanos. Claro que esas costillas ya han recibido muchos palos. Uno más no va a marcar mucha diferencia.

© Escrito por Pablo Pardo corresponsal en Washington el Viernes 1º de Agosto de 2014, y publicado por el Diario El Mundo de Madrid, España.





viernes, 2 de noviembre de 2012

Buitres... De Alguna Manera...


Buitres…

Copropietario del Grupo Veintitrés que opera numerosos medios puestos al servicio del Gobierno, Matías Garfunkel fue muy claro en esta ocasión. El multimillonario heredero de Jorge Garfunkel y Mónica Madanes escribió el 11 de octubre en su revista: “Diría que casi por el bien del crecimiento mundial, es hora de un cambio de mando en el seno del gobierno norteamericano.

Quedó más que claro, en el primer debate presidencial, la forma apabullante en la que Mitt Romney le hizo notar al presidente (Obama) lo poco que entiende de economía”. En seguida, Garfunkel fue más explícito: “Casi diría que por el bien de la principal economía del mundo, de los países que de alguna manera dependemos (sic) del hemisferio occidental y por el bien de Israel (¿?), el próximo presidente sea Mitt Romney y no Barack Obama”.

El Grupo Veintitrés, en el que Garfunkel es el principal aportante de capital, está inextricablemente vinculado con el gobierno de Cristina Fernández, a cuyo servicio controla varios diarios y revistas, y maneja radios y canales de TV. Su subsistencia sería inimaginable en el libre juego de la oferta y la demanda de lectores, oyentes y televidentes, si no fuera lo que es, el principal recipiente de la munificente pauta oficial de propaganda. El Grupo Veintitrés responde a los intereses del Gobierno.

Este supuesto aparentemente colisionó, sin embargo, la misma semana de la declaración de amor de Garfunkel por el candidato de la derecha estadounidense, Romney, cuando el buque escuela de la devaluada Armada argentina quedó anclado en un puerto africano al ser embargado por la Justicia de Ghana. Ese embargo resultó de un amparo solicitado por un fondo de inversiones norteamericano, cuyo jefe es el mayor contribuyente individual a la campaña presidencial de Romney para las elecciones del 6 de noviembre.

El “fondo ciego” (blind trust) del multimillonario Romney y su esposa, Ann, fue especialmente alimentado por el célebre especulador financiero Paul Singer, autor de varias “proezas”. Con sus hedge funds amigos, se compró la División Autopartes de la gigantesca General Motors a sólo 67 centavos de dólar la acción, para llevarla luego a 22 dólares. ¿Cómo hizo? Amenazó a General Motors y al Tesoro de los Estados Unidos con un cierre total de la industria automovilística a la que el presidente Barack Obama tuvo que rescatar de la quiebra.

El dinero de los Romney ya había sido volcado a Elliott Management Corporation, el paraguas legal de Singer con sede en Nueva York, a nombre de Ann Romney, cuya sociedad conyugal con Mitt consolida intereses económicos irrompibles. Esa colocación de dinero de los Romney en el imperio de Singer fue la gallina de los huevos de oro: ganaron no menos de 15 millones de dólares, aunque la oculta cifra real podría ser ocho veces esa cantidad, según aseguran respetados medios periodísticos norteamericanos, como la liberal revista The Nation.

Singer ha sido también el mayor financista del candidato a la vicepresidencia de Romney, el congresista Paul Ryan. Según The Wall Street Journal, fue Singer quien obligó a Romney a designar a Ryan como su pareja en el binomio. Singer ha sido el principal asesor económico de Romney. Le dio un millón de dólares a un Comité de Acción Política del Partido Republicano armado con aportes de 37 billonarios. El fondo especulativo manejado por Singer, NML Capital Limited, motorizó el embargo de la fragata. NML Capital Ltd. es subsidiaria del citado Elliott Capital Management de Singer. Mientras tanto, en Buenos Aires, la semana que termina trajo la noticia de que el vicepresidente Amado Boudou fue visto cenando en el exquisito restaurante del Palacio Duhau Hyatt, sobre la avenida Alvear, con el socio operativo de Garfunkel, Sergio B. Szpolski. Boudou no la pasó bien esa noche y fue increpado por parroquianos, pero eso sería lo de menos.

Así, en un elemental silogismo, estos pasos se resumen así: el Gobierno financia de manera desorbitada a los medios de comunicación de un grupo supuestamente “privado”. Una de las dos cabezas de este grupo se muestra en público cenando a solas con el vicepresidente de la Nación, una bonita exhibición de cordialidad, la misma que permite que el ministro de Economía sólo conceda “reportajes” a una radio explotada por el mismo grupo mediático. La otra cabeza del pool, por su lado, expresa su solidaridad de clase y, entre millonarios, emite una profesión de amor por el ultraderechista Romney. El problema de Garfunkel es que lo hizo la misma semana en la que una fragata de la Armada argentina era retenida en un puerto remoto por la acción judicial interpuesta por un fondo financiero en el que hay dinero e intereses directos de Romney. En castellano: Garfunkel se financia para sus negocios con el Estado argentino, pero sin embargo se fascina con quienes atentan contra la integridad, o al menos contra la vergüenza de este país.

¿Hablamos entonces de mala praxis o de ingenuidad? Es cierto que el enamoradizo Garfunkel no es considerado una luz por quienes ya se han apalancado con él en otros negocios, pero lo cierto es que su testa coronada figura al frente del grupo de herramientas mediáticas que trabajan para su contratante, la Casa Rosada. Es que este hombre tiene responsabilidades. Al final del día, el episodio, entre grotesco y patético, demuestra que el Gobierno se vale de variados y pintorescos ejecutores.

Son habitualmente superficiales e imprevisibles, irresponsables y audaces, algo que ameritaría alguna de las filípicas de la intelectualidad K. Resulta revelador que amar a Mitt Romney desde el seno del oficialismo equivale a asociarse con los bonistas que embargaron la mítica fragata, un lujo hedonista, una incestuosa concupiscencia entre multimillonarios.

© Escrito por Pepe Eliaschev y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires el sábado 27 de Octubre de 2012.