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domingo, 9 de enero de 2022

Idas y vueltas. Acuerdos que no llegan… @dealgunamaneraok...

 Idas y vueltas. Acuerdos que no llegan… 

“Vidala para mi sombra” María E. Vidal. Dibujo: Pablo Temes.

El Gobierno aleja al país del mundo y la oposición mantiene viva su división entre halcones y palomas.

Escrito por Nelson Castro el sábado 08/01/2021 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos.

 

Se habló y discutió durante más de diez días. La idea inicial del Gobierno era que el ministro de Economía, Martín Guzmán expusiera ante los gobernadores y jefes de bloque de la oposición sobre lo actuado en la negociación con el Fondo Monetario.


Una forma de evacuar dudas, pero sobre todo, de comprometerlos de algún modo en los pasos a seguir para alcanzar un acuerdo que cada vez se torna más lejano. La invitación dividió las aguas de No Tan Juntos Por el Cambio. En el PRO halcones y palomas definieron que participarían en una reunión virtual antes del encuentro de la mesa nacional de la coalición que tuvo lugar el jueves. El tema también se discutió con vehemencia en la cumbre opositora y hasta ameritó el envío de un comunicado oficial en el que confirmaron su asistencia, pero reclamaron al Gobierno que “traiga información concreta sobre cuáles son los pasos a seguir para que la Argentina retome el camino de crecimiento”. Sin embargo, el convite con el ministro entró en una nebulosa sin fecha y lugar definidos al menos hasta la tarde del viernes.


La cumbre de los líderes de la oposición estuvo lejos de ser amable. Germina allí un empeño inentendible por transitar el camino de la borrasca. Otra vez, el blanco de las críticas fue el gobernador de Jujuy Gerardo Morales, quien había dicho días atrás y públicamente que: “la deuda la contrajimos nosotros, lo menos que podemos hacer es ir a escuchar a Martín Guzmán”. Sus palabras sonaron como un tiro por elevación a Mauricio Macri y su gestión ya que los radicales cercanos a Morales siempre se sintieron –y con justa razón– al margen.


“Los desplantes y pases de factura a esta altura no conducen a nada. Parece que las heridas de algunos no cierran. Nosotros aprendimos de nuestros errores ya es momento de mirar para adelante”–dijo un dirigente del PRO apuntando directamente contra el jujeño. También es cierto que Morales se ha venido mostrando intransigente en casi todas las negociaciones que le ha tocado encarar y eso empieza a ser un problema señalado por todos en el equipo amarillo.


“Siempre habrá temas por discutir y acordar, pero empieza a preocupar ese resentimiento que termina siendo disfuncional para todos. La unidad no está en discusión, pero necesita de cierta armonía. No se puede vivir en un terremoto constante” –dijo otro referente de la oposición más cercano al radicalismo disconforme con los últimos vaivenes del partido.


Finalmente –y a destiempo– María Eugenia Vidal habló. Dijo que en su gobierno no se armaban causas y condenó los dichos de su ex ministro de Trabajo Marcelo Villegas: “La expresión no constituye delito, pero es absolutamente repudiable e injustificable”. Aclaró además, que ya se pidieron las disculpas del caso y que se inicia el “camino de la reparación”.


Insuficiente. 


Todos estamos de acuerdo en que gremialistas de la talla del Pata Medina hicieron mérito propio para tener que dar explicaciones a la Justicia. Pero también es cierto que episodios que involucran espías, funcionarios e intendentes, terminan sin una explicación lógica y corren el riesgo de convertir en víctimas a los victimarios. Vidal solo se limitó a decir que la AFI deberá dar explicaciones por lo ocurrido. Una condena muy tibia para una agrupación oscura que estaba espiando a su propio gobierno.


En el Frente de Todos contra Todos las aguas parecen calmas. Es tan solo una apariencia. No solo por las evidentes dificultades para cerrar un acuerdo con el FMI sino porque parecen haber vuelto los cruces y declaraciones públicas entre los dos bandos del oficialismo. Alberto Fernández había dicho que “no se puede hacer política con la pandemia”. Debería recordárselo a Nicolás Kreplak, el impulsivo ministro de Salud bonaerense que responde al Instituto Patria.


En medio del pico de casos de Covid-19 y del colapso de los centros de testeo el gobierno nacional habilitó –con buen tino– el uso de autotest hogareños para descomprimir esa situación. En este marco, el Dr. Kreplak no perdió la oportunidad para salir a decir públicamente que los test rápidos de antígeno “son peligrosos porque se hacen sin capacitación y tienen muchas dificultades”.


Más allá que la discusión sobre las dificultades y falta de certezas sobre los autotest existe, hubo en la declaración del ministro una intencionalidad política evidente. “Olvidate, ya sabemos que nos van a venir a marcar la cancha cada vez que puedan. Sobre todo Kreplak y Daniel Gollán en todo lo referido al virus y Kicillof y sus amigos en todo lo referente a la economía” –asumió una fuente parlamentaria cercana al Presidente.


Hacia el abismo. 


Alberto Fernández dio otro paso en dirección al precipicio al asumir la presidencia de la Comunidad de Estados Latinoamericanos y Caribeños (CELAC). La convalidación de los regímenes antidemocráticos y totalitarios de Cuba, Venezuela y Nicaragua que se hace desde esa organización, habla de por sí, de su inconsistencia e intrascendencia. ¿Aceptaría AF vivir en un país donde a los opositores se los persigue y se los encarcela? Seguramente no.


Entonces, ¿por qué calla ante semejante flagrancia? En la visión del pseudoprogresismo que encarna el kirchnerismo los abusos y violaciones de los derechos que se cometen en regímenes dictatoriales de izquierda son tolerables. Los de derecha, en cambio, no. He aquí una demostración clara del relativismo moral. Por lo demás, es poco probable que el gobierno de Joe Biden se sienta particularmente atraído por ayudar al gobierno de la Argentina.


“El presidente Fernández parece no comprender cómo funcionan las cosas aquí” –comentaba en la fría mañana de Washington un importante funcionario de carrera del Departamento de Estado.


Si lo que el Gobierno pretende es alejar a la Argentina del mundo, hay que reconocer que lo viene logrando con creces.

 





sábado, 8 de enero de 2022

Política sin calidad… @dealgunamaneraok...

Política sin calidad… 

‘Box Populi’... Juan D. Perón. Dibujo: Pablo Temes.  

Un problema del país es que oficialismo y oposición comparten la pobreza con que representan a la gente.

 

“Siempre es bueno contar con liderazgos que no se agoten en una sola persona. La diversidad de figuras capaces de sostener un liderazgo ejecutivo es una fortaleza de JXC. Luego la gente decidirá quién los representa mejor”.


La frase pronunciada en plena campaña de cara a las primarias pertenece a uno de los dirigentes de la provincia de Buenos Aires, pero por aquel entonces, todos en la coalición opositora repetían un eslógan similar con la convicción –ilusión en realidad– de que para el 2023 faltaba mucho tiempo y que las internas se aplacarían con un triunfo en las elecciones de medio término.

 

El triunfo llegó pero, lejos de amainar, la interna recrudeció. La división del radicalismo es solo una muestra de ello. Tanto es así que, hace apenas unos días, se modificó la conducción de la mesa nacional de Juntos por el Cambio que quedó conformada así: Mauricio Macri –listo para salir a jugar su “segundo tiempo”–Horacio Rodríguez Larreta, como jefe de Gobierno porteño; los titulares de la UCR, PRO, CC y el Peronismo Republicano; los gobernadores; los presidentes de los bloques e interbloques de diputados y senadores de los partidos miembro, en líneas generales. La ausencia de María Eugenia Vidal ya era un secreto a voces. Sin el cargo de gobernadora y con un año para el olvido, la ex mandataria ex orgullosamente bonaerense, no tenía ninguna chance de ocupar algún cargo de relevancia partidaria.

 

Dentro de la coalición opositora se molestan con su silencio respecto del último escándalo protagonizado por uno de los ministros de su gestión. La AFI reveló las imágenes del ex ministro de trabajo Marcelo Villegas expresando su deseo ante un grupo de empresarios de “armar una Gestapo” para terminar con los gremialistas. “MEV se expresó en duros términos por la derrota respecto a la reelección de los intendentes que tendrán una chance más de seguir al frente de sus municipios, pero no dijo nada de Villegas que era su ministro de Trabajo. 


El repudio debió haber sido inmediato. Se dilató y ahora sería un bluff por la falta de timing político. Hizo lo mismo cuando tuvo que definir su salto de la provincia de Buenos Aires a la Ciudad. Demoró tanto en dar una noticia controvertida que se la terminó devorando la expectativa que ella misma había generado” –aseguró en duros términos un dirigente bonaerense del espacio que supo tener peso dentro de su gobierno.

 

Lo de la restauración de la re-reelección de los intendentes bonaerenses marca que, en más de un aspecto, hay muchos dirigentes de No Tan Juntos por el Cambio que son iguales a los que pueblan la geografía política del Frente de Todos contra Todos.  

 

Pero los problemas de la oposición no se agotan en el radicalismo ni en Vidal. Sino en las disputas internas por el poder de cara a las presidenciales. Esa urgencia por resolver una interna todavía muy caliente los hace tropezar con errores de conducción política en todos los niveles. Son errores garrafales que termina pagando la gente.

 

El Senado de la Nación convirtió en ley el proyecto oficialista de modificación del impuesto a los Bienes Personales por falta de cohesión y de estrategia política. Un calco de lo que ocurrió en Diputados. Posibles soluciones y excusas pueriles para traspiés que nunca deberían haber ocurrido. El senador Martín Lousteau aferrándose a la idea de que el quórum se había logrado pasado el tiempo reglamentario y ya, sobre la leche derramada, el liberal José Luis Espert convocando a una rebelión fiscal para boicotear el avance del Gobierno. El aumento de la alícuota del impuesto a los bienes personales va a afectar a mucha gente de clase media que ha hecho su patrimonio en base a mucho trabajo y esfuerzo.

 

En el Frente de Todos Contra Todos también se vive la fiebre de la interna, por eso festejaron a viva voz el amateurismo de sus rivales. “Nos daban por muertos y terminamos cerrando el año mejor de lo que cualquiera esperaba y con una victoria importante en el Congreso” –se escuchó decir en el entorno de un envalentonado Alberto Fernández.

 

El año cerró sin haber alcanzado el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional que es imprescindible para que la Argentina recupere la posibilidad del acceso al financiamiento internacional.

 

La nueva ola de la pandemia causada por el covid-19 expone –día tras día– las incongruencias del Gobierno. Las desvaídas conferencias de prensa de la ministra de Salud, Carla Vizzotti constituyen un aporte notable a la confusión general. Desde ayer, rige en el país el pasaporte sanitario.

 

Nadie en el ámbito del Ministerio se tomó la molestia de preparar una campaña de información clara y sostenida para ilustrar a la ciudadanía sobre cómo, por qué y para qué usarlo. Lo mismo viene aconteciendo con el tema de los autotesteos, un instrumento lleno de grises al cual la mala comunicación oficial logra con gran éxito hacer aún más gris. Uno de los puntos confusos es el precio al público, que representa una sideral diferencia con el precio de costo.

 

Los que piensan mal –y aciertan–, no dejan de sospechar acerca de la existencia de un posible negociado. Las “grisuras” no terminan ahí sino que se extienden a la inexplicable diferencia entre la cantidad de vacunas distribuidas y las aplicadas, algo que a más de un año de haber comenzado la vacunación nunca pudo ser enmendado.

 

Los hechos de estos días demuestran que la Argentina tiene un grave problema con la calidad de su representación política que abarca tanto al oficialismo como a la oposición. “Cuando los que mandan pierden la vergüenza, los que obedecen pierden el respeto”. (Georg Lichtenberg).