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domingo, 16 de octubre de 2016

Iglesia, gobierno y CGT… @dealgunamanera...

Iglesia, gobierno y CGT…


El Papa y Macri quedaron más satisfechos que los gremialistas. El paro general sigue en estado latente.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 16/10/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

El Gobierno logró esta semana una victoria política importante al congelar el paro con que la Confederación General del Trabajo lo había amenazado en su reunión del 23 de septiembre pasado. Esto produjo heridas al interior de las estructuras gremiales.

No hay riesgo de fractura: la CGT no se va a partir, aunque tampoco habrá síntesis total en una conducción que, por falta de consenso sobre una figura común, terminó siendo tripartita. Ese es el pensamiento que reina en la central obrera –en todas sus vertientes–, en la que coinciden además las otras figuras del espectro sindical, como la CTA.

Para el ala más dura, representada entre otros por Pablo Moyano y Sergio Palazzo, de diálogo fluido con la Central de Trabajadores Argentinos, fue un error haber dejado librados al manejo de los privados algunos aspectos importantes de interés para los trabajadores. El otro punto que causó malestar entre los arriba citados fue que los triunviros salieron a festejar la postergación de un paro soslayando el resto de las voces que no son afines a la Rosada.

Esto encierra un problema que podría desencadenarse en el muy corto plazo: el mes de diciembre. “El Gobierno cantó victoria antes de tiempo, la democracia no se construye con el ‘sí, Presidente’”, remarcan desde el seno del ala más dura.

Todo esto decantará en una reunión que tendrá lugar el próximo martes a la tarde entre Pablo Moyano, Sergio Palazzo, Hugo Yasky y Pablo Micheli. Allí se decidirá la realización de una medida de fuerza que podría terminar en un paro más cerca de fin de año. Lo que se acordó es insuficiente y no desactiva las protestas de cara a diciembre, poniendo en riesgo un fin de año que podría terminar agitado. En esto coinciden, además, integrantes de Barrios de Pie y de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popular (CTEP).

Del otro lado, el Coloquio de IDEA ofreció una versión casi festiva de la realidad argentina. Es cierto que ha habido avances de forma y de fondo en el diálogo con los empresarios. Pero también es verdad que habrá que esperar al menos hasta “el primer trimestre de 2017 para que se activen algunas de las inversiones prometidas, y hasta el segundo semestre para que el efecto derrame llegue a la población y se sienta la mejoría. Esto, claro está, si no se producen sobresaltos”, aclara un empresario del interior cercano a la Unión Industrial Argentina.

En este marco, la fiesta que se vivió hasta altas horas de la noche del jueves en los pisos superiores del Sheraton con Natalia Oreiro como invitada interpretando temas de Gilda pareció un grotesco. Los números del Indec hablan de la monumental tarea que el presente y el futuro deparan al poder político y al poder económico, si es que el objetivo de combatir la pobreza se va a encarar con seriedad.

Rol eclesiástico. Hay que señalar un actor muy importante en todo este proceso: la Iglesia. Entre los diversos temas que forman parte de la agenda del episcopado argentino está su contribución concreta al sostenimiento de la paz social y de la gobernabilidad. Así como estos asuntos fueron una prioridad durante la presidencia de Cristina Fernández de Kirchner, también lo son ahora. Ningún obispo quiere que se repita la traumática experiencia de un gobierno democrático eyectado por la ventana. Y en esto, mucho tiene que ver el Papa. Cuando el paso del tiempo deje lugar a la historia, se terminará de conocer la trastienda de las reuniones de Francisco con CFK, lo que permitirá tener la verdadera dimensión de la preocupación del santo padre por los avatares políticos y emocionales que enmarcaron las conductas y las decisiones de la ex presidenta.

El balance del encuentro de Mauricio Macri con el sumo pontífice produjo, en estas primeras horas, un estado de euforia entre los integrantes del Gobierno. Es verdad, el Presidente se llevó lo que vino a buscar: un clima de familiaridad y respeto que lanzó al olvido aquel tenso primer encuentro del 26 de febrero pasado. 

Como ocurre en estos casos, son los gestos y los detalles los que definen su real significado político. Buena parte del fiasco que se llevó el jefe de Estado en la reunión antes citada tuvo que ver con no haber prestado debida atención a esos aspectos. Veamos, pues, algunos de los detalles anecdóticos del encuentro que confirman el buen clima reinante a lo largo de los casi sesenta minutos que duró. Para los observadores que estuvieron allí y que conocen los códigos del Vaticano, lo más destacado fue la frase pronunciada por Macri en la conferencia de prensa, en la que dijo: “Vengo a consultar a Francisco porque para mí es un líder moral”.

Por parte de la Santa Sede hubo muchísimo esmero en asegurar el carácter privado de la reunión. Es que el Papa quería que fuera un encuentro en total tranquilidad. De ahí que ningún periodista de la Santa Sede se haya podido acreditar. No entró nadie.

“Es el comienzo de una nueva relación, sin intermediarios”, dijo alguien de diálogo directo con Francisco.

Otro dato de “color” significativo fue el regalo que, entre otras cosas, Macri le llevó al sumo pontífice: un resumen del Plan Belgrano con el detalle de lo que podría ser el resurgimiento del ferrocarril en la Argentina. Trascendió que Bergoglio estaba feliz, ya que se conocía todos los pueblos que el Presidente le mencionaba. “Parecían dos ingenieros”,  cuenta la citada fuente.

A Macri se lo vio tranquilo y bien dispuesto. El Papa quedó contento. Fue una conversación que sobrevoló los temas más calientes de la difícil realidad argentina –la pobreza, el narcotráfico, la corrupción, la inseguridad– en un clima de serenidad y concordia.

La foto oficial, en la que están Francisco, Macri, Juliana Awada, Antonia–la hija de ambos–, Agustina, la hija del primer matrimonio del Presidente, y Valentina –hija del primer matrimonio de Awada–, conlleva también un mensaje de reconocimiento hacia las familias ensambladas, tema de intensa discusión en el sínodo de familia que el año pasado se celebró en Roma.

Macri vuelve a la Argentina eufórico por los buenos resultados de una reunión clave para disipar los nubarrones que enturbiaron su relación con el Papa. Regresa también con un compromiso sobre sus espaldas: cumplir con sus promesas de campaña. Ese es su gran desafío.

Producción periodística: Santiago Serra.


lunes, 26 de septiembre de 2016

A fuego lento… @dealgunamanera...

A fuego lento…

Allá vamos. Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes.

La posible huelga se cocina casi al mismo ritmo que la reactivación.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 25/09/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La semana terminó con una novedad previsible: la amenaza de paro general anunciada por la Confederación General del Trabajo. Esta amenaza seguirá latente por al menos una semana más. En la reunión del conjunto de gremios de la CGT ocurrió lo que ya se preveía: se dio a conocer la medida de fuerza y, a la vez, se dejó abierta la negociación con el Gobierno con la posibilidad de huelga como elemento de presión. 

El abanico de temas en discusión tiene algunos pilares centrales: liberar del pago de Ganancias el medio aguinaldo o, en su defecto, pactar un bono de fin de año para compensar la inflación; participar en el proyecto oficial para reformar el impuesto a las ganancias, y trabajar en una reforma de las ART para la mejoría en la prevención y cobertura de accidentes laborales. Por su parte, la CTA, que ha venido realizando demostraciones de fuerza en las últimas convocatorias, mantiene el diálogo con los cegetistas y pide por la incorporación a esta lista de demandas un aumento de emergencia para los jubilados y la reapertura de paritarias (ítem en el que coinciden los gremios de la CGT más combativos).

A pesar de la presión que vienen sufriendo por parte de la mayoría de los gremios que lideran, el triunvirato conducido por Juan Carlos SchmidCarlos Acuña y Héctor Daer no está convencido de romper el diálogo con el Gobierno. El ala más dura está representada por Pablo Moyano de camioneros, Sergio Palazzo de bancarios y los gremios docentes. Fuentes cercanas a estos últimos, que tienen diálogo fluido con la CTA, señalan que “la pelota está del lado de Macri; si no hay señales contundentes de una corrección en el rumbo, el paro se va a hacer. Será en los primeros días de la segunda quincena de octubre”.

La normalización de las estadísticas le jugó al Gobierno una mala pasada. Luego de tres años, el Indec volvió a publicar el valor de la canasta básica. Según esos índices, una familia tipo necesitó $ 5.175 por mes para cubrir alimentos y no caer en la indigencia. Si se incluye lo mínimo indispensable para comprar vestimenta y hacer frente a los gastos del transporte, la educación y la salud, la cifra asciende a $ 12.500. Este último es el número en el que se basan las centrales obreras para sostener sus reclamos. Según coinciden tanto en la CGT como en la CTA, si se toman en cuenta el trabajo formal e informal o precarizado, el 60% gana menos de los $ 12 mil necesarios para llevar adelante una vida con visos de dignidad.

La semana que viene podría producirse un encuentro entre ambas agrupaciones de trabajadores para unificar posturas. ¿Cuál es el principal problema para que esto se concrete? En la CGT no terminan de digerir la figura de Hugo Yasky por su cercanía con lo más rancio del Frente para la Victoria. “La semana pasada estuvo con Cristina haciendo alarde, como si esto fuera una virtud. No queremos volver al pasado, la gente no nos perdonaría un vínculo de ese calibre. Que Micheli (por Pablo) se las arregle para venir solo”, marcaron la cancha varios líderes sindicales. En la CGT no quieren saber nada con el kirchnerismo, al menos en una situación en la que se define la primera medida de fuerza bajo la nueva conducción.

Guiño. En el Gobierno tomaron como una invitación al diálogo la dilación en definir los pormenores del paro. La reunión que el próximo jueves tendrán los triunviratos de la CGT con los ministros de Hacienda y Finanzas, Alfonso Prat-Gay, y de Trabajo, Jorge Triaca, será crucial. “Podemos comunicar la intención y los avances en el proyecto para bajar Ganancias, pero no podemos asegurar lo que no tenemos. Si quieren hacer un paro general deberán lidiar con los costos de una medida dura e impopular”, sostienen desde el Gobierno. Respecto de la presencia en la reunión de Mauricio Macri, en Cambiemos sostienen que “si bien la idea es no exponer al Presidente, sabemos que es la carta fuerte. Esperaremos hasta último momento para ver cómo evoluciona el tema en la semana”.

Está claro que la evolución de la economía complica al Gobierno. “El Estado no tiene que quedarse con el fruto de tu trabajo. En mi gobierno, los trabajadores no van a pagar impuesto a las ganancias”, decía Macri en uno de los spots propagandísticos durante la campaña electoral. El proyecto del Presupuesto que se está discutiendo en el Congreso demuestra que la promesa habrá de quedar incumplida. Lo mismo sucederá con el campo respecto del compromiso de reducir las retenciones a las exportaciones de la soja a un ritmo de 5% anual.

Hay datos indiciarios de recuperación en sectores clave: los despachos de bolsas de cemento han comenzado a aumentar, y lo mismo está ocurriendo con la chapa. De todos modos, esa recuperación es aún muy lenta y no alcanza para compensar los efectos negativos de la catastrófica caída que la actividad económica experimentó durante el primer semestre del año.

Más allá de los elogios que recibió de parte del presidente Barack Obama y de los representantes de la comunidad internacional de negocios, el paso de Macri por Nueva York le permitió palpar una realidad indiscutible: la concreción de las promesas de futuras inversiones marcha lenta. La incógnita fundamental que expusieron los hombres de negocios que asistieron a las presentaciones del Presidente estuvieron referidas a la perdurabilidad de los cambios producidos por su gobierno. De ahí que el resultado de la elección legislativa del año que viene sea vital para la toma de decisiones de muchos de ellos.

Donde las cosas no le salieron nada bien al Presidente fue en el asunto Malvinas. Macri dio un garrafal paso en falso con su desafortunada e inexacta declaración acerca de una aceptación de conversar sobre el tema por parte de la flamante primera ministra británica Theresa May. El jefe de Estado cometió el mismo error de todos su predecesores al no comprender la necesidad de encarar el tema bajo la concepción de asunto de Estado, lo que exige acuerdos con todas las fuerzas políticas. En la compleja trama de idas y vueltas de las que se nutre la disputa por las Malvinas entre nuestro país y Gran Bretaña, el nuevo volantazo de la política exterior argentina, implementada sin esos consensos, no puede augurar otra cosa que un resultado cantado: el fracaso.

Producción periodística: Santiago Serra.



domingo, 4 de septiembre de 2016

No jugar al distraído… @dealgunamanera...

No jugar al distraído…

La voz del pueblo. Foto: Pablo Temes

Macri debe tomar nota del reclamo social, y la oposición, del rechazo a los K. Duelo de egos.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 04/09/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La marcha federal fue contundente por la convocatoria y por la variedad en la composición de los concurrentes. “Una cosa es hacer los cálculos previos, otra muy distinta es ver a todo ese movimiento político y social en la calle. Porque como en toda marcha existieron operadores políticos y fogoneros, pero no se puede negar la legitimidad de la convocatoria”, dijo entre sorprendida y realista una fuente del gobierno nacional.

Eran las 6 de la tarde y un funcionario del gobierno de María Eugenia Vidal comentó en la misma línea: “Recién pasé por el centro, estaba colmado, no se puede mirar para otro lado, hay que tomar nota de esto”.

Así fue. Por la noche el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, convocó a los organizadores Hugo Yasky y Pablo Micheli a un encuentro la semana que viene. Hay dos elementos a tener en cuenta que hablan por sí mismos: en primer lugar, Micheli y Yasky habían elevado su voz a principios de año cuando el Gobierno los dejó afuera de la cumbre sindical. El titular de la CTA autónoma había dicho que “Macri tuvo una actitud poco democrática, ya que no se puede circunscribir el diálogo a un grupo reducido”. Días más tarde lo comparó con el kirchnerismo por haber adoptado esa actitud y dijo sentirse “ninguneado”. Por otra parte, es de público conocimiento que Micheli ha venido repitiendo hasta el cansancio la necesidad de una convocatoria a un gran acuerdo económico y social para consensuar políticas que permitan aliviar la situación de los trabajadores. La realidad está a la vista: lo incomprensible es que hayan tenido que pasar nueve meses para una reacción que, una vez más, vino del ala más política del Gobierno. Alfonso Prat-Gay admitió que “no hacer un pacto social implica menos actividad y más inflación” por lo que el ministro Triaca se prepara para recibir a los organizadores de la protesta.

La “marcha de la resistencia” mostró en el palco a figuras del kirchnerismo, algunas decididamente impresentables. Verlas aplaudir al secretario general de la Central de Trabajadores Autónomos (CTA), Pablo Micheli, a quien Cristina Fernández de Kirchner nunca recibió, fue una manifestación más de la contradicción K y de las mentiras que atraviesa su relato.   

Este es el segundo episodio en el cual el Gobierno se muestra sorprendido ante los hechos. El otro fue el fallo de la Corte Suprema por el aumento de la tarifa del gas. Eso habla de la existencia de un microclima en las alturas del poder del cual el Presidente debe salir.

Ególatras. 

El duelo de egos es otra de las conductas que varios funcionarios nacionales deben moderar. “Son dos soberbios”, reconoció una empinada figura del oficialismo. Prat-Gay envió un mensaje directo a Federico Sturzenegger al declarar en una entrevista radial con Luis Novaresio que la inflación ya no era un problema. El titular del Banco Central recogió el guante y respondió al día siguiente que una baja significativa en un mes no era síntoma de un logro persistente o de batalla ganada, lo cual obligó al ministro de Hacienda a rectificarse. En el fondo de esta disputa de vanidades está nada menos que la difícil tarea entre la reducción de las tasas de interés y la reactivación de la economía.

El círculo rojo también expresó sus críticas hacia el Gobierno. Lo hizo en el acto de celebración del Día de la Industria. Hay reclamos que son justos aun cuando es curioso observar cómo algunos que durante los años del kirchnerato guardaron silencio ante las tropelías de ese gobierno alzan hoy sus voces con renovado brío. 

En el Gobierno saben que no pueden darse el lujo de fallar, pero por momentos parecería que no comprenden del todo que el naufragio en la gestión dejaría al país al borde de la vuelta al populismo.

Por su parte, el kirchnerismo duro –cada vez más raleado– continúa activo. Más allá de las declaraciones explosivas de sus componentes más rancios, son varias las fuentes de sectores intermedios vinculados a los barrios que advierten movimientos destinados a generar descontento y agitación con la mira puesta en el fin de año. Desde el gobierno nacional  destacan la buena sintonía con las agrupaciones sociales que, en otro momento político, lideraban la calle. El grupo de “ministros de desarrollo humano” (Trabajo, Desarrollo Social y sectores de la cartera de Interior) se reúnen periódicamente para trabajar en el tema. Fuentes del Ministerio del Interior aseguran que hacia fin de año se volverá a conformar una mesa que sumará a este grupo a la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y a la gobernadora María Eugenia Vidal, con la mira puesta en el Conurbano.

Desde el peronismo, prefieren no darle crédito a las versiones desestabilizadoras. “No hay margen para un escenario disruptivo. Nadie quiere agarrar esta papa caliente y la gente no perdonaría la más mínima desprolijidad en esta etapa de la vida democrática”, dijo una fuente de contacto permanente con líderes territoriales.

Desde el grupo Esmeralda –integrado por intendentes peronistas, muchos  de pasado kirchnerista pero con un perfil más dialoguista– aseguran que “el kirchnerismo duro está cercado y no tiene margen de acción”. La Matanza sigue siendo el refugio de los díscolos. “Fernando Espinoza y Verónica Magario van a terminar aislados. Hasta Ferraresi (intendente de Avellaneda) ha empezado a comprender que el kirchnerismo extremo ya no es negocio para nadie”, sostienen los allegados a distintos jefes comunales. Quienes abonan la teoría de la apuesta por un escenario caótico sostienen que “la primera línea de ex funcionarios del kirchnerismo –incluida la ex presidenta– saben que está en juego su libertad dado el avance en las causas por corrupción en los tribunales de Comodoro Py.

Si el gobierno macrista llega al 2017 mejor consolidado, el destino de CFK será la cárcel. Por el contrario, un escenario de tensión social con riesgo institucional les permitiría ganar tiempo”. En su lucha por la supervivencia política que le asegure la libertad, Cristina Fernández de Kirchner está cada vez más sola.

Producción periodística: Santiago Serra.


domingo, 22 de mayo de 2016

Cuestión de tiempo… @dealgunamanera...

Cuestión de tiempo… 
Veto cantado. Mauricio Macri. Dibujo: Pablo Temes

La inflación se desacelera pero la inversión fuerte llegaría con demoras. Veto, gremios y oposición.

© Escrito por Nelson Castro el domingo 22/05/2016 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

La pregunta del millón es una: ¿cuánto tiempo más se demorarán en comenzar la reactivación económica y el ingreso de capitales destinados a la inversión?

Un prestigioso economista con vínculos en todo el espectro de la política –que conoce el pensamiento del Gobierno– reconoce que ya hay una leve baja en la inflación sustancial, que es aquella que mide prácticamente todo a excepción de los servicios públicos. 

¿Por qué no se nota aún en las góndolas? 

Porque los precios han quedado establecidos en torno a un dólar de $ 16. En el Gobierno hay dudas, pero algunos creen que sería un buen momento para dejar ir la moneda norteamericana en torno a los $ 15,50 sin riesgo de que se produzca un nuevo impacto en los precios, ya que un alza en el valor de los productos repercutiría negativamente en el volumen de venta. Un dólar algo más elevado podría ser un buen atractivo para los inversores y la consecuente puesta en marcha de la rueda productiva.

Coinciden –en voz baja– economistas y funcionarios del Gobierno con otros especialistas de distinto color político en que los capitales ya están ingresando pero a paso más lento del esperado. No hay un aluvión; los grandes capitales difícilmente lleguen antes de 2017.

Por eso, una primera solución es el nuevo blanqueo que el Gobierno enviará para su tratamiento al Congreso. Entre los antecedentes más cercanos resuena la triste experiencia que dejó Guillermo Moreno, cuya iniciativa, que más que un blanqueo parecía una invitación al lavado de dinero mal habido, logró captar sólo US$ 2.500 millones. 

A aquel gobierno nadie le creía. El actual equipo económico se ilusiona con repatriar una cifra cercana a los US$ 50 mil millones. En el Gobierno cuentan los días, urgidos por la necesidad de alcanzar los primeros resultados. Los especialistas coinciden en que, entre agosto y septiembre, podrían aparecer los primeros signos de reactivación, que tendrá una parada intermedia entre fines de mayo y comienzos de julio, cuando aparezca la plata de las paritarias sumada a la del aguinaldo.

El veto presidencial a la ley antidespidos se vivió como un triunfo dentro del PRO. Varios de sus rivales políticos admitieron que Mauricio Macri pudo completar la jugada con éxito. A pesar de ser una herramienta siempre controversial, el veto es una atribución constitucional que puede utilizar el Presidente.

La historia reciente muestra que los ex presidentes democráticos no dudaron en usar esa facultad según el siguiente ranking: Carlos Menem en 195 oportunidades; Raúl Alfonsín en 49; Fernando de la Rúa en 46; Eduardo Duhalde en 37; Néstor Kirchner en 36 y Cristina Fernández en 18. Para el kirchnerismo, el episodio significó otra derrota política: el video en el que se ve y escucha a CFK criticar el proyecto de ley antidespidos que quisieron presentarle en 2010 fue demoledor al exponer, una vez más, sus contradicciones y las de sus acólitos.  

Mauricio Macri debutó con un veto cantado que dejó algunos heridos en el camino. Hay dos versiones sobre los posibles daños colaterales en la relación con sus aliados y rivales políticos. La primera, más visceral y algo infantil, sostiene que se les ha dado una cachetada a Sergio Massa y a parte del PJ. “Hace sólo cinco meses que estamos en el Gobierno y ya ponen palos en la rueda”, les reprochan desde el oficialismo. Quienes reparan en este enfoque subrayan que  la grieta que se abrió con el líder del Frente Renovador es porque “está bastante agrandado, queriendo agarrar todo el protagonismo y llevando agua para su molino”.

Una parte importante del PRO quisiera no tener que depender del ex intendente de Tigre para los acuerdos parlamentarios, cosa absolutamente improbable. A Massa se le critican algunas de sus conductas por considerarlas pedantes. Algo de eso hay, aun cuando, si de soberbia se trata, el macrismo también tiene lo suyo.

La segunda versión es más realista y descriptiva del presente político: “Es todo pour la galerie, a Massa no le importa nada y a Macri tampoco, ambos van a seguir avanzando. En cuanto al PJ Renovador o más joven, tiene bien aprendidos los vicios de sus caciques;  van a salir a negociar todo minuto a minuto”, reflexionó una fuente de trato frecuente con los dos sectores.

Roces.

La dureza del momento ahonda las internas dentro del Gobierno. La falta de cintura política en muchos de sus funcionarios hace las cosas más difíciles. Lo que está pasando con las tarifas del gas es un ejemplo. Quien más padece esto es el ministro del Interior, Rogelio Frigerio, que debe salir a corregir algunos de estos desaguisados.

En lo que va de esta corta gestión, Frigerio ha ganado estatura y se ha transformado en un interlocutor muy valorado por los gobernadores de todos los signos políticos.   

En el PRO comprendieron una lección básica: conviene siempre construir poder territorial, empezando desde abajo. Por eso el interés del oficialismo en la elección de la Federación Argentina de Municipios (FAM).

A mitad de semana, Frigerio y el subsecretario de Asuntos Municipales de esa cartera, Lucas Delfino, se reunieron con más de sesenta intendentes de diferente color político con la idea de devolverle a la FAM su espíritu federal y, de paso, hacer buenas migas con los jefes comunales para  picar con ventaja sobre Julio Pereyra –su actual titular– y otros barones del Conurbano.

Como contrapartida, toma cuerpo una movida de Florencio Randazzo, que, junto con Guido Lorenzino (ex legislador provincial por el FpV), trabaja en las sombras para construir su propia liga de intendentes. La semilla de un proyecto que va mucho más allá del ámbito estrictamente municipal.

El gremialismo no atraviesa su mejor momento. El común de la gente no quiere ni escuchar hablar de ellos. Antonio Caló no logra despegarse de su rol en épocas del kirchnerismo; el clan Moyano sigue trabajando para sí mismo, generando el rechazo de la mayoría; Andrés Rodríguez, secretario general de UPCN, ya salió a gritar a los cuatro vientos que no está pensando en una medida de protesta; Juan Carlos Schmid no habla de paros pero estudia el panorama, y Pablo Micheli junto a Hugo Yasky, hasta hace poco rivales irreconciliables desde la fractura de la CTA, gritan juntos amenazando con movilizaciones y conflictividad. En medio de estas aguas revueltas, Macri ha tomado la decisión de avanzar.

Producción periodística: Santiago Serra.




sábado, 12 de abril de 2014

Dividir para reinar… De Alguna Manera...

Dividir para reinar…

Revoleando muñecos, Cristina Fernández. Dibujo: Pablo Temes

Cristina y el paro general. Todo lo que hizo el Gobierno para conseguir que la huelga fuera masiva. Contradicción y barbarie.

Combatió a la dictadura y al neoliberalismo menemista codo a codo con Germán Abdala. Es el primer amigo de Lula en la Argentina. Fue secretario general de la Asociación de Trabajadores del Estado durante muchos años y sin embargo vive en un departamento de 52 metros cuadrados y de dos ambientes en Lanús. Se moviliza solo en un Citroën 3CV de 2012 y su celular es un BlackBerry Curve. Su madre, Bocha, siempre le ruega que se cuide porque no tiene pelos en la lengua y va al frente para defender a los trabajadores. Se llama Víctor De Gennaro y tiene autoridad moral para opinar del paro más contundente que se haya hecho contra el kirchnerismo.

El actual diputado nacional me dijo varias cosas que ayudan a pensar:

1) Los paros nacionales siempre son contra la máxima autoridad porque es la responsable de todo lo que ocurre.

2) Hubo un consenso subterráneo que se expresó con millones de trabajadores que dijeron basta a la dificultad para llegar a fin de mes, basta de angustias.

3) Si millones de jubilados ganan $ 2.776 está todo dicho. Yo agrego: en un trimestre la maldita inflación les comió el aumento del semestre que Cristina anunció con bombos y platillos. ¿Más cifras objetivas? El 50% de los trabajadores gana menos de $ 4 mil.

4) Hugo Yasky demostró que la subordinación a un gobierno lo llevó a enfrentar a su clase. Perdió el rumbo por criticar la medida de fuerza.

5) Yo asistí a un congreso de la CUT (Central Unica de Trabajadores) de Brasil donde el propio Lula, que la había fundado pero que era el presidente de todos, les pidió a sus compañeros que defendieran a rajatabla sus intereses frente a las múltiples presiones que tiene un jefe de Estado. Y la CUT no dudó en hacerle paros al mismísimo Lula (De Gennaro dijo esto en respuesta a mi pregunta sobre el comentario de Yasky respecto de que “no se le podía parar a un gobierno que recuperó la vigencia de las paritarias libres”, sin recordar que los docentes de su gremio dejaron sin clases a millones de chicos por 17 días).

6) Nosotros tenemos una central aparte de las CGT porque no compartimos el sindicalismo que vive y piensa como los empresarios (por eso comencé esta columna con una radiografía de la manera austera en la que vive).

7) Respecto del presunto progresismo de los Kirchner dio un ejemplo demoledor: en el año 1997, las 200 empresas más grandes explicaban el 11,6% de la riqueza del país y 104 de ellas eran extranjeras. En 2012, esas mismas corporaciones reunían el 21,2% de las riquezas y 128 no eran nacionales. “Mayor extranjerización y concentración de la riqueza”, dijo, y bromeamos sobre que la fuente, la revista Mercado, no era precisamente un semanario trotskista.

Hubo ridiculeces de todo calibre desde los defensores del Gobierno. Yasky dijo que el paro fue de la Sociedad Rural, como si ese sector tuviera semejante poder de convocatoria y movilización entre la clase obrera. Los más fanáticos reunidos en una solicitada escupieron su pasado combativo y piquetero diciendo que “hay derecho a huelga pero no a extorsión ni chantaje”. Entre los firmantes estaban Milagro Sala y Luis D’Elía, que se cansaron de cortar calles, rutas y de mostrar actitudes violentas. Sólo faltó la rúbrica de Fernando Esteche, que suele acompañar estos liderazgos: el comandante de Quebracho está preso.

Cobarde como todo anónimo, el afiche que hizo el gobierno de Cristina intentó pegar a Luis Barrionuevo con Carlos Menem y Sergio Massa. Como si el riojano no hubiera votado siempre al Frente para la Victoria en el Senado. ¿Se olvidó Jorge Capitanich de que fue menemista? ¿Y Cristina no recuerda a Néstor, su marido, en la inauguración del aeropuerto de El Calafate cuando colocó a Menem a la altura histórica de Perón? ¿O no son ellos los que están en el video que puede verse en YouTube? ¿Eran Fátima Florez y Martín Bilyk con Nito Artaza?

Por eso Hugo Moyano, con picardía de barrio, se hizo un picnic con los voceros K. Le dijo Quico a Coqui (peor fue Barrionuevo, que lo chicaneó asegurando que llegó como King Kong y terminó como la Mona Chita) y después de sacarse fotos con sus nietos, como un buen abuelo, recordó que él luchó contra el menemismo y la dictadura mientras los del Gobierno estaban debajo de la cama.

“La única revolución que hicieron fue la recaudadora”, dijo el jefe cegetista, que le pasó por encima con un camión simbólico a Axel Kicillof: “Vino con chapa de izquierda y fue a rendirse al FMI. ¿Cuál es la derecha?”.

Cristina, Tomada y Carta Abierta quedaron en la foto con Armando Cavalieri y Gerardo Martínez, dos jerarcas sindicales millonarios, capitanes del modelo noventista y vinculados con la dictadura, uno como espía del Batallón 601 de Inteligencia y el propio ministro que vio reaparecer algo que había ocultado prolijamente en su currículum: fue enviado por la dictadura a la OIT.

Cada vez se nota con mayor nitidez que Jorge Fernández Díaz tenía razón cuando escribió que nunca el peronismo les habló sólo a las minorías, como hace esta versión kirchnerista del justicialismo. Tal vez la indiscreción de Cristina en La Plata explique algo más en eso de “divide y reinarás”. Dijo que cuando era chica soñaba con ser princesa o reina. 

A confesión de partes, relevo de pruebas.

© Escrito por Alfredo Leuco el Viernes 11/04/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.


sábado, 29 de marzo de 2014

El país de Cristina... De Alguna Manera...


El país de Cristina...

Ya probaste el chiquitto… Ahora probá el grandote. Dibujo: Pablo Temes. 

Preocupa una Presidenta que habla de trivialidades y elude los temas de fondo. Zancadillas 2015.

El problema más grave de la Argentina tiene dimensiones gigantescas, pero habita en un lugar pequeño: la cabeza de Cristina. Es difícil comprender qué piensa la presidenta de la Nación cuando despilfarra una cadena nacional para hablar de frivolidades mientras el país arde en la mayor crisis educativa de la década, se congela de pánico frente a una inseguridad que crece geométricamente y es víctima de un feroz ajuste ortodoxo que es música para los oídos del Fondo Monetario Internacional.

La falta de información certera y la liviandad para asumir la realidad hizo correr frío por la espalda de una sociedad que acumula broncas diversas y que se prepara para paralizar la Nación el 10 de abril con las centrales obreras a la cabeza y que incuba cacerolazos para cuando el tarifazo y la devaluación impacten de lleno en sus bolsillos. La jefa de Estado obliga a que una columna de análisis político tenga que explicar nimiedades vinculadas a las bandejitas de catering que las líneas aéreas ofrecen a sus pasajeros o las bondades de los distintos tipos de alfajores. Fantoches se les llama a ciertos títeres ridículos que provocan risa, como algunos de sus funcionarios, que tratan de atajar todos los penales que Cristina les patea al ángulo de manera sorpresiva. 

La Presidenta y su gobierno tienen méritos para exhibir. La asignación universal, el matrimonio igualitario, la vigencia de las paritarias y varios más. Pero no debería encapricharse en sacar pecho por Aerolíneas Argentinas, que nos costó 700 millones de dólares por año a todos desde que los pícaros muchachos camporistas se hicieron cargo. Es tan inmenso el barril sin fondo que el caso Aerolíneas se estudia en el mundo de los negocios como un tema extremo e insólito. La Presidenta no lo sabe, pero nadie le dice que Aerolíneas no es la única que reparte algún tentempié durante los vuelos de cabotaje. LAN incorporó una cajita de productos Havanna donde hay una bolsita con snack, un alfajor y una galleta dulce, además de las gaseosas, el jugo o el café. Un lujo, che, como dijo Cristina. 

Y no hay que pagar en “efeté”, para seguir con su lenguaje. Aerolíneas hizo bien en copiar esa idea, aunque lo hace casi con los mismos elementos, pero de Arcor. Lo grave es que, además del agujero negro terrible que genera para nuestra economía, Aerolíneas tiene cosas inexplicables. El vuelo a Jujuy, adonde no va otra empresa, vale un 30% más que el de Salta (adonde viajan también LAN y Andes), pese a que es la misma distancia. Curiosidades que Cristina no tiene por qué conocer, pero que debería averiguar.

Referirse a los dos aires acondicionados que se compró su madre y al poco frío que hacía en la sala donde le hicieron la resonancia magnética en Italia por el percance del esguince puede ser un paso de cordialidad coloquial si son colaterales a los temas que más preocupan a los ciudadanos. Pero quedarse solamente con esas cuestiones menores lleva a la pregunta más inquietante desde el punto de vista institucional. ¿Qué le pasa a Cristina? ¿En qué país vive quien se siente la madre de todos los argentinos, que, a veces, nos sentimos huérfanos de conducción?

Axel Kicillof, el ministro que abandonó el marxismo académico para convertirse en el ejecutor de las medidas más neoliberales, podría concursar como inventor de metáforas o, mejor dicho, de eufemismos. “Deslizamiento de precios”, bautizó a la inflación, que licuó el aumento semestral de los jubilados en sólo sesenta días, y ahora denomina “reducción diferencial de subsidios” al simple y llano “tarifazo”. Y, si no lo cree, que le pregunte a Hugo Yasky, a quien nadie podría acusar de opositor, que dijo que “la devaluación afectó fuerte el bolsillo” y que “deberían reducir subsidios por el nivel de ingresos de cada familia” porque, se preguntó, “¿cómo baja un 20% del consumo alguien que sólo tiene una cocinita de cuatro hornallas?”. 

Puro sentido común, que escasea en varios ministerios. Es ofensivo a esta altura, provocador, que el ministro de Educación de la Nación haya enmudecido frente al conflicto de los docentes bonaerenses y ocho provincias más que sacudió las fibras íntimas de las familias. Me hizo acordar a una chicana de Julio Bárbaro sobre la presunta genialidad de los que no hablan en política, como Carlos Zannini o Máximo Kirchner: “No hablan porque no tienen nada para decir”.

La parábola descendente del cristinismo debe ser custodiada por toda la sociedad para no permitir que se desborde. Los ataques a Sergio Massa (responsable del paro, de la inseguridad y la falta de cloacas en Tigre, según Capitanich) y el aislamiento hostil al que someten a Daniel Scioli, para que se cocine en su propia salsa con los maestros estrella de los programas oficialistas, es un gesto desesperado ante la ausencia de un candidato puro de Cristina que tenga chances reales de superar el 10% de los votos. Miguel Díaz, el sindicalista docente, contó por radio que los funcionarios del sciolismo les confesaban que era Cristina la que boicoteaba todo tipo de acuerdo hasta que se hizo la luz.

Cosecharás tu siembra. Fue tanta la concentración del poder y los negocios sucios del matrimonio Kirchner que en lugar de que florezcan mil flores se pisaron todos los brotes. Cristina está aceptando lentamente la idea de que necesita que no gane un peronista de ninguna especie para poder soñar con un regreso heroico tipo Michelle Bachelet o, por lo menos, aspirar a la módica ambición de no recorrer los tribunales de la mano de Máximo y de un tal Lázaro Báez.

© Escrito por Alfredo Leuco el Viernes 28/03/2014 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.