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domingo, 25 de marzo de 2018

El A.R.A. San Juan (S-42) participó de una misión con toda la flota de la Armada… @dealgunamanera...

El A.R.A. San Juan (S-42) participó de una misión con toda la flota de la Armada…

Submarino A.R.A. San Juan (S-42) Fotografía: Archivo Clarín

Lo hizo unos días antes de explotar. El submarino pasó a 5 millas de la zona de Malvinas y tenía como misión controlar a los pesqueros británicos.

© Escrito por Nicolás Wiñazki el domingo 25/03/2018 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Presidente, le habla Aguad, le confirmo que no volvimos a tener comunicación con el submarino. Está perdido”.

Habían pasado 36 horas desde el último contacto del A.R.A. San Juan (S-42) con la Base Naval de Mar del Plata. Era el 16 de noviembre del 2017. Mauricio Macri entendió el problema.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, también le había comunicado la novedad, cuando todavía quedaban esperanzas de retomar contacto con la nave de inmersión furtiva al jefe de Gabinete, Marcos Peña.

“Oscar, tenemos que encontrarlo sí o sí. No se nos puede perder un submarino”, le contestó Mauricio Macri al Ministro.

Sí, se podía perder.

Pero eso no ocurrió en las circunstancias en las que el entonces jefe del estado mayor Naval, Almirante (hoy retirado) Marcelo Srur, persuadió a la Casa Rosada, y luego a la ciudadanía, sobre cómo se enmarcó esa pérdida.

El submarino no partió desde el Atlántico Sur hacia Mar del Plata en solitario. Más bien lo contrario. Toda la flota de la Marina argentina navegaba por la zona. Buques, corbetas, lanchas patrulleros con buzos tácticos y hasta aeronaves, se ejercitaban junto al San Juan en el mayor ejercicio naval de desplegado por la Armada desde 1983. Incluso, el submarino desaparecido participó de la operación de mayor riesgo militar en ese plan conjunto cumplido hasta el fin.

Se trató del hundimiento, adrede, de un buque en desuso de la Marina, que fue escogido como blanco de una ofensiva militar de naves de superficie y también submarinas como el San Juan. Lo hundieron con disparo de misiles y con minas que buzos tácticos colocaron en el barco, que finalmente explotó.

Ese antiguo buque se llamaba Comodoro Somllera. Las armas navales, algunas de ellas sigilosas, lo destruyeron según el procedimiento articulado por el plan del Ejercicio, la zona que este operativo confidencial de la Armada identificó como su “punto rojo” es un área cercana a la Isla de los Estados, frente a Tierra del Fuego.


Clarín accedió a documentos de la Marina, clasificados con la categoría de “Confidencial”, que demuestran que, más allá de la historia narrada por las más altas autoridades de esa fuerza, el A.R.A San Juan (S-42) no tenía como única misión patrullar por las aguas territoriales de la Argentina para detectar pesqueros extranjeros que podrían surcarlas y explotarlas de modo ilegal.

Que haya cumplido con su parte en el Ejercicio conjunto prueba que el San Juan, entonces, podía navegar. Y navegar incluso con solvencia tal como para participar, con protagonismo armamental variable según las diferentes fuentes consultadas por este diario, en la calculada explosión exitosa del Somellera.


Después, sí, el submarino partió hacia el Golfo San Jorge, y hacia Mar del Plata, y el 15 de noviembre ya no se supo más de él.

El Gobierno mostró en el Congreso documentación confusa que indicaba, con anotaciones manuscritas y tachaduras sobre el texto, que el submarino desaparecido, junto a sus cuarenta y cuatro tripulantes, habría entrado en las doscientas millas náuticas que, de acuerdo al Reino Unido, son los límites perimetrales de las islas Malvinas dentro de los cuales no podrían navegar otras naves de guerra que las tripuladas por marineros súbditos de la Reina Isabel II. O sea: la Royal Navy.

El plan naval del sur, que movilizó a toda la fuerza de la Marina, incluido el A.R.A. San Juan (S-42), y que tenía como duración un mes, y como teatro de operaciones también las aguas del canal de Beagle, había sido organizado por el contralmirante José Luis López Mazzeo, Comandante de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada.

A los ojos de la mayor parte de la Fuerza, López Mazzeo parecía el sucesor natural de su superior, Marcelo Srur.

La desaparición del A.R.A. San Juan (S-42) desencadenó una disputa interna en la Fuerza impulsada desde la propia cúpula de la Armada para evitar la promoción de López Mazzeo.


Esta situación fue reconocida por importantes funcionarios del Ministerio de Defensa, quienes pusieron fin al conflicto al zanjar la cuestión de modo rotundo.

En medio la crisis institucional provocada por la desaparición del San Juan, Srur le inició un sumario interno a López Mazzeo, en el que lo responsabilizó por la vida de los cua renta y cuatro tripulantes del submarino.

López Mazzeo respondió jurídicamente.

El ministro Aguad se sorprendió con la voluntad sumariante de Srur, y le pidió el pase a retiro.

Según se determina en la documentación que hoy revela Clarín, el A.R.A. San Juan (S-42) partió hacia los puertos del Sur, donde se unió al resto de la flora de la marina, con varios objetivos prefijados de antemano.

Están resumidos en un paper interno de la Armada, de este modo:

“ZARPAR A PARTIR DEL 27 OCT, EJECUTAR ACTIVIDADES DE ADIESTRAMIENTO NAVAL INTEGRADO EN ACCIONES DE DEFENSA AÉREA, ANTISUBMARINA, ANTISUPERFICIE Y ANFIBIAS. DURANTE LAS OPERACIONES REALIZAR RECONOCIMIENTO DEL LITORAL MARÍTIMO, VISITAR LOS PUERTOS DE ((USU)), DEL 6 AL 9 NOV Y ((DRY)), DEL 20 AL 22 NOV Y POSTERIORMENTE EJECUTAR UN ENCUENTRO TÁCTICO PREVIENDO TOMAR PUERTO BELGRANO A PARTIR DEL 25 NOV”.

Según admitieron a este diario fuentes de la Armada y del Ministerio de Defensa, el A.R.A San Juan, en un momento de su travesía, habría navegado guardando una distancia de cinco millas con el límite “de la Corona”, como llamaron a la zona de conflicto con el Reino Unido sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

Siempre de modo informal, en el Gobierno admiten que el San Juan tenía como una misión vigilar las aguas argentinas, pero en particular prestar atención a la ya antes comprobada aparición de pesqueros de bandera inglesa que sí superaban los límites de la Corona de Su Majestad: pero en sentido contrario, ingresando al Mar Argentino.

Según consta en el expediente judicial de la causa que instruye la jueza Martha Yañez, de Caleta Olivia, que investiga la desaparación del San Juan, el submarino, en un viaje anterior por el Atlántico Sur, efectivamente se topó con naves extranjeras. Algunas, manejadas por súbditos de la Reina Isabel II.

En la que resultó ser su última travesía, el San Juan tenía la orden de avistar e intentar conseguir material audiovisual de posibles naves intrusas en aguas de República Argentina.

En el punto 4 del documento de la Armada, también “Confidencial”, titulado: 

“ETAPA FINAL DE ADIESTRAMIENTO ESPECÍFICO INTEGRADO”, se advierte la importancia que se le daba al viaje del San Juan por las aguas nacionales: “DURANTE EL DESARROLLO DE TODA LA ETAPA SE DEBERA ENFATIZAR EL CONCEPTO DE CONCIENCIA DE DOMINIO MARITIMO (MDA) ASOCIADO A LA PERMANENTE VIGILANCIA Y CONTROL DE LOS ESPACIOS MARITIMOS JURISDICCIONALES, DE INTERES Y DE MANIOBRA COMO TAREA PERMANENTE DE LA FASE PREVIA DEL EMPLEO DEL INSTRUMENTO MILITAR CONFORME LOS PLANES EN VIGOR”, se lee en uno de sus párrafos.

Y agrega el texto del documento:

“LA FUERZA DE TAREAS DEBERA MANTENER EN TODO MOMENTO UNA CLARA SITUACION DE SUPERFICIE Y SUBMARINA QUE PERMITA, EN COORDINACION CON LA CENTRAL DE OPERACIONES DE ESTE COMANDO, CONTRIBUIR A LOS OBJETIVOS ESPECIFICOS DE LA VIGILANCIA ESTRATEGICA DEL ATLANTICO SUR. EN IGUAL SENTIDO, REPORTARÁ LOS CONTACTOS AEREOS QUE SE OBTENGAN A LA GUARDIA DEL CENTRO AEROESPACIAL EN MERLO (COAMER) CONTRIBUYENDO A LA VIGILANCIA Y CONTROL AEROESPACIAL…”.

Una comisión de expertos analiza aun qué fue lo que pasó con el San Juan.

No se sabe.

Los Estados Unidos, el Reino Unido y el organismo de búsqueda internacional de submarinos, conocido con las siglas de Ismerlo, coinciden en que hubo una explosión repentina de la nave en el lugar en el que las autoridades informaron al respecto.

El “Orden de Operaciones del Comando de la Flota de Mar N 14”, especifica, tras caracterizar la “situación” del operativo en el Atlántico Sur, nunca antes ejecutado en esta magnitud por una Armada, hoy diezmada presupuestariamente, remarca una cuestión crucial. Dice así: “Fuerzas enemigas: no hay”.

Ese documento era “Confidencial”.

Hasta hoy.



domingo, 18 de marzo de 2018

A.R.A. San Juan (S-42). Cuatro meses de búsqueda ininterrumpida… @dealgunamanera...

Cuatro meses de búsqueda ininterrumpida… 
La Armada Argentina mantiene su esfuerzo de búsqueda desde el último contacto con el submarino A.R.A. San Juan (S-42), para lo cual contó con apoyo de medios nacionales e internacionales.

 

© Publicado el jueves 15/03/2018 por el Periódico Digital Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires.

A lo largo de estos 120 días transcurridos desde la última comunicación con el submarino A.R.A. San Juan (S-42), la Armada Argentina mantiene el esfuerzo de búsqueda, con personal y medios, tarea en la que no se escatimaron arrojos ni esfuerzos. De cara a los próximos meses, se están evaluando distintas opciones tecnológicas disponibles en el mundo que permitan dar con la localización de la unidad.

Desde los primeros días de búsqueda y rescate, la Armada Argentina conformó en el Comando de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA), con sede en la Base Naval Puerto Belgrano, un Estado Mayor Naval Combinado integrado por personal de la Flota de Mar, Aviación Naval, Infantería de Marina y Fuerza de Submarinos; sumando oficiales de enlace de las Marinas de los Estados Unidos, Reino Unido y Federación Rusa –permaneciendo esta última hasta la fecha–, a los efectos de compatibilizar esfuerzos y optimizar la búsqueda.

Esto permitió contar con el asesoramiento de las Marinas del mundo que poseen mayor experiencia en esta clase de operaciones de máxima complejidad sin precedentes en la historia naval mundial.

A este Estado Mayor Naval Combinado se sumó una comisión formada por analistas operativos, quienes están evaluando las acciones emprendidas en la búsqueda, analizando las áreas y los medios empleados.

Asimismo, la Armada mantiene el compromiso de asistir y contener a los familiares de los 44 tripulantes del submarino A.R.A. San Juan (S-42), reuniéndose frecuentemente con ellos y transmitiéndoles la situación actual del esfuerzo de búsqueda y escuchando sus inquietudes. Desde el primer día, un equipo de psicólogos, psiquiatras y médicos, militares y civiles, de la Armada y de los Ministerios de Defensa y Justicia, trabaja en la contención, apoyo y asistencia a cada uno de los familiares de los 44 tripulantes.

A través del Centro de Atención Permanente a los familiares, con sede en la Base Naval Mar del Plata, se da respuesta a sus requerimientos y necesidades de toda índole; dando desde allí respuesta, a través de todo canal de comunicación (teléfono, correo electrónico y postal, etc.), a las necesidades e inquietudes que pudiesen surgir.

LAS CERTEZAS EN ESTOS CUATRO MESES.

A lo largo de 120 días de esfuerzo inquebrantable, se investigaron 78 contactos en el lecho marino sin resultado positivo, correspondiendo éstos a pesqueros hundidos, formaciones rocosas y desniveles del fondo, entre otros objetos detectados.

Durante estos cuatro meses la Armada Argentina afectó a la búsqueda 15 unidades navales: las corbetas ARA “Rosales”, “Espora”, “Robinson”, “Spiro”, “Drummond” y “Granville”; el buque logístico ARA “Patagonia”; los avisos ARA “Puerto Argentino” e “Islas Malvinas”; los buques oceanográficos ARA “Puerto Deseado” y “Austral” (ambos del CONICET); los destructores ARA “La Argentina”, “Sarandí” y “Almirante Brown” y el transporte ARA “Bahía San Blas”.

Asimismo, fueron destacadas unidades aeronavales: aviones B-200, Turbo Tracker, y helicópteros Fennec (embarcados).

Por parte de las Fuerzas Armadas y de Seguridad nacionales, la Fuerza Aérea Argentina se sumó al esfuerzo con un Hércules C-130; el Ejército Argentino aportó camiones para transporte de materiales en Comodoro Rivadavia; la Prefectura Naval Argentina sumó el buque del Servicio de Salvamento “Tango” y el Ministerio de Agroindustria el buque oceanográfico “Dr. Angelescu”.

Asimismo, personal del Ejército Argentino participó del análisis de interpretación de imágenes satelitales provistas por la CONAE (Comisión Nacional de Actividades Espaciales).

Se contó también con el apoyo de medios provenientes de cinco países extranjeros (Brasil, Chile, Estados Unidos, Federación Rusa y Reino Unido) que aportaron personal altamente calificado, aviones, buques y equipos con tecnología de última generación para las tareas de búsqueda, rescate e identificación. Más el ofrecimiento de apoyo de otros 13 países que pusieron a disposición personal, medios y tecnología.

Durante los meses de enero y febrero, la Armada mantuvo un esfuerzo de búsqueda ininterrumpido, con todo el personal y los mejores medios disponibles. Los destructores ARA “La Argentina” y ARA “Sarandí”; las corbetas ARA “Spiro” y ARA “Robinson”; el transporte ARA “Bahía San Blas” y el buque oceanográfico “Yantar” de la Federación Rusa continúan infatigablemente rastrillando la zona de búsqueda.

En el día de hoy, continúa los rastrillajes del fondo marino el destructor ARA “Sarandí”, que zarpó el sábado de la Base Naval Puerto Belgrano para destacarse al área de búsqueda en reemplazo del destructor ARA “La Argentina”.

En tanto el buque “Yantar” de la Federación Rusa, luego de casi cuatro meses ininterrumpidos de trabajo en el área de búsqueda, se encuentra reabasteciéndose en Buenos Aires para luego continuar con la misión de búsqueda del “San Juan”.                              
Además, el aviso ARA “Islas Malvinas” está finalizando su puesta a punto en el Arsenal Naval Puerto Belgrano y volverá al área asignada con el ROV Panther Plus ruso a bordo, como lo hizo desde los primeros días de búsqueda.




sábado, 4 de noviembre de 2017

A.R.A. Almirante Irizar (Q-5)... Pruebas finalizadas... @dealgunamanera...

El rompehielos ARA “Almirante Irízar” concluyó las pruebas de hielo en la Antártida…


El buque de la Armada Argentina regresó a Buenos Aires tras haber navegado por aguas antárticas luego del proceso de reconstrucción y modernización al que fue sometido.

© Publicado el jueves 02/11/2017 por el Periódico Gaceta Marinera de la Ciudad de Punta Alta, Provincia de Buenos Aires.

Tras haber zarpado del puerto de Ushuaia, el rompehielos ARA “Almirante Irízar” arribó esta mañana a los Talleres Navales de Dársena Norte (TANDANOR) luego de haber efectuado las pruebas de hielo en aguas antárticas. A su regreso desde la zona austral operó en el Mar Argentino con unidades de la Flota de Mar.

Por su parte, la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros también se embarcó en la unidad y volvió a sobrevolar la zona, a una década de su último viaje por el continente blanco.

Para su recibimiento, estuvo presente el Ministro de Defensa Oscar Aguad, acompañado por el Jefe del Estado Mayor General de la Armada, Almirante Marcelo Eduardo Hipólito Srur, y el Director General del Material de la Armada, Contralmirante David Fabián Burden. También asistieron el Comandante Conjunto Antártico, Comodoro de Marina Pablo Fal, junto a su antecesor y actual Director de Sanidad de la Armada, Comodoro de Marina Marcelo Cristian Tarapow.

Ya amarrado el rompehielos, las autoridades navales y del Ministerio de Defensa realizaron un breve recorrido por el “Irízar”; y tras saludar a su Comandante, Capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra, Plana Mayor y tripulación, recibieron una exposición sobre las diferentes pruebas concretadas por el buque.

La Banda de Música de la Armada también participó del acto rindiendo honores.


Las pruebas de hielo.

Las mismas tuvieron como objetivo principal observar el desempeño de la unidad, en el marco del proceso de reconstrucción y remodelación al que fue sometida en los últimos años.

Para eso, en una primera instancia, el buque navegó por zonas con “hielo a la deriva” y, una vez superada esa etapa, lo hizo por campos de hielo de mayor espesor y altura. De esta forma, se buscó exigir a los sistemas, equipos y motores de propulsión a condiciones de temperaturas bajo cero, para luego evaluar sus reacciones.

Las actividades contaron con el apoyo de la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros –perteneciente a la Fuerza Aeronaval Nº2–, que a bordo de un Sea King y tras diez años sin sobrevolar la zona, llevó adelante viajes a la base antártica Orcadas y exploraciones junto a profesionales, para determinar el área de operaciones del rompehielos.

“Ha sido un desafío cumplido que hace a la integración y al espíritu del rompehielos”, comentó el Comandante de la unidad, Capitán de Fragata Maximiliano Mangiaterra. “Esta navegación cierra un ciclo de adiestramiento e instrucción fundamental para que toda la tripulación pueda participar en sus roles de forma adecuada durante la campaña antártica”, detalló.

A lo largo del recorrido, el buque de la Armada Argentina operó con hielos de hasta 4 metros, sobre los cuales se realizaron prácticas de ramming, impactando sobre éstos hasta conseguir agrietarlos y así abrirse paso.

Esta fue la última de las pruebas de aceptación de puerto, mar y hielo, que le permitirá a la Armada Argentina obtener la certificación final del buque. Una vez adquirida, la unidad será entregada al Comando Naval Antártico y comenzará con su alistamiento para la Campaña Antártica de Verano.

Las pruebas en el “Irízar” habían comenzado en abril, cuando el buque zarpó desde el Complejo Industrial y Naval Argentino (CINAR) para efectuar el primer ajuste de sistemas. A aquella navegación inicial le siguieron varias más por Buenos Aires, Puerto Belgrano y Ushuaia. En todas ellas, así como en esta última visita antártica, científicos, investigadores y profesionales de diferentes organismos fueron sumándose a la dotación del buque para supervisar su comportamiento y asegurar el óptimo desempeño de la unidad.



Ganar capacidades.

Concluido el proceso de reconstrucción y modernización que lo mantuvo alejado de las aguas por diez años, el “Almirante Irízar” adquirió capacidades propias de buques logísticos y multipropósitos, convirtiéndose en un rompehielos único en el hemisferio Sur.

La unidad incorporó tecnología de última generación, duplicó su capacidad de transporte de Gas Oil Antártico (GOA) e incrementó en un 600 por ciento la cantidad de espacio dedicado a la investigación científica; que de 40 metros cuadrados pasó a ocupar 400.

Entre muchas otras novedades, también sumó un sistema de obtención de información física a partir de sedimentos, y una campana que le permite generar un ambiente aislado para activar reacciones químicas.

Asimismo, el característico puente de observación de la unidad también fue ampliado significativamente para ganar espacio interno y poder alojar a un mayor número de personas y equipamiento. 

Volver a los hielos.

Para el Suboficial Mayor Raúl Oscar Godoy, la próxima Campaña Antártica de Verano será la sexta de su carrera naval. Feliz por esta nueva etapa en su vida, cuenta que entre las campañas y su antigüedad en el buque, ya suma 14 años junto al rompehielos de la Armada Argentina.

Su último viaje a la Antártida había sido en 2006. De ahí estuvo destinado al buque logístico ARA “Patagonia” y desde 2008 permanece en el “Irízar”. “Esta es mi segunda casa; fui testigo de todo el proceso de reparaciones, así que hoy es una emoción muy grande verlo en el medio de los hielos”, describe desde el puente de comando del buque.

En cambio, el Guardiamarina Mathias Real Toro se prepara ansioso para la que será su primera campaña. Egresado el año pasado de la Escuela Naval Militar y desempeñándose actualmente como ayudante del Departamento de Operaciones, señala que poder ser parte de la dotación del rompehielos es una experiencia única y una aventura: “Estar acá es increíble, todos los días son un desafío”.

Así también lo siente la Cabo Segundo Romina Juárez Dávila, destinada hace cuatro años a la unidad. “Desde la primera salida que hicimos en abril estoy disfrutando y aprovechando al máximo para aprender. 

Es impresionante ver cómo se trabaja a bordo. Sentir el movimiento del barco, la forma en la que rompe el hielo, o salir y que te encandile el blanco de la nieve; todas son vivencias hermosas”, concluye.




La Aviación Naval presente una vez más en el continente antártico


Luego de diez años sin sobrevolarla, la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros, de la Fuerza Aeronaval Nº2, volvió a operar en la base antártica Orcadas y efectuar ejercicios con el rompehielos ARA “Almirante Irízar”.

Si hay algo que caracteriza al rompehielos ARA “Almirante Irízar”, sin dudas es su tamaño. El buque de la Armada Argentina es la única unidad con capacidad para alojar dos helicópteros Sea King y esto se da gracias a los enormes hangares situados en la popa del buque.

Por eso, en estos años de reparaciones y modernización de la unidad, la Aviación Naval se vio restringida para llegar hasta el continente blanco y operar sobre sus hielos y bases.

“En total fueron cuatro las Campañas Antárticas en las que participé, y hoy poder volver me deja orgulloso y muy contento; son muchas sensaciones que se me vinieron al momento de subir y volar”, comentó el Capitán de Fragata Jorge Nieto, piloto del Sea King destinado y Jefe del Grupo Aeronaval Embarcado que, en el marco de las pruebas de hielo llevadas adelante por el ARA “Almirante Irízar”, tuvo la oportunidad de regresar al continente blanco luego de diez años.

En esta vuelta, la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros –perteneciente a la Fuerza Aeronaval Nº2 (FAE2) con asiento en la Base Aeronaval Comandante Espora– se encargó de trasladar científicos e investigadores que observaron los hielos desde el aire para luego proponer posibles rutas al buque; efectuar vuelos hacia la base Orcadas para acercarle a su dotación víveres y suministros; y adiestrarse en ejercicios de carga y descarga de peso junto al “Irízar”.

“Es un volver a empezar para todos; para toda la cubierta de vuelo. Muchos de los cabos que estaban por venir se quedaron con las ganas cuando pasó lo del incendio, así que era una gran ilusión regresar. Desde la FAE2 y la Escuadrilla siempre continuamos transmitiendo nuestras experiencias mediante capacitaciones y cursos, con la idea de compartir las vivencias y prepararlos para el trabajo que los esperaría acá”, expresó el Suboficial Primero Mauricio Peña, mecánico de vuelo, desde uno de los hangares del rompehielos.

A su lado, el Suboficial Primero Pedro Castillo agregó: “A diferencia de la última campaña, el buque está muy renovado. Si bien mantiene la esencia, las nuevas remodelaciones se notan. La verdad que se disfruta mucho el estar a bordo”.


De esta manera, la Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros dio inicio a los preparativos para lo que será la próxima Campaña Antártica de Verano, en la que jugará un rol esencial reabasteciendo a las distintas bases antárticas, colaborando en el recambio de sus dotaciones y trasladando a los profesionales que invernarán.

La Segunda Escuadrilla Aeronaval de Helicópteros volvió a operar en la base antártica Orcadas.


miércoles, 4 de marzo de 2015

Remolcadores de Mar para nuestra Armada Argentina... De Alguna Manera...

Personal argentino destacado a Rusia para recibir los súper-remolcadores…


Está previsto para la última semana de febrero, el envío a Rusia de aproximadamente 70 oficiales y suboficiales de Flota de Mar de la Armada Argentina. En el puerto de Murmansk (1486 kilómetros al norte de Moscú), estas personas recibirán los cuatro grandes remolcadores clase Neftegaz adquiridos a principios del año pasado, para la Marina, de una empresa rusa de servicios marinos offshore.

Un equipo de militares argentinos ya se encuentra en territorio ruso, siguiendo de cerca cursos, desde la segunda mitad de 2014, preparándose especialmente en las áreas de propulsión y de casco de los buques, con el fin de que puedan cumplir con cruce seguro de unos 40 días hasta la Base Naval Puerto Belgrano (a unos 650 km al sur de Buenos Aires), su destino inicial.

Además de ser "presentados" a sus nuevos barcos - más de 81 m de largo, 16,3 m de ancho y 2.723 toneladas de desplazamiento - los miembros sudamericanos de la tripulación participarán en viajes de corta duración con tripulación mixta con personal ruso, para familiarizarse con la maniobra de las unidades.

Plataformas

La clase Neftegaz es más grande - o más pesado - que la mayoría de los barcos de la flota de combate argentina (corbetas y submarinos), sólo superado por el destructor tipo 42 de origen británico de  "Hércules" (ahora convertido en un buque de transporte de Infantería de Marina) y por las fragatas Meko 360, de origen alemán, que en la Armada platina fueron reclasificados como destructores.

El viaje de la flota de remolcadores a la Argentina también se hará por los equipos mixtos (argentinos y rusos). La expectativa es que los barcos lleguen a Puerto Belgrano al final de este semestre.

Construidos por un astillero polaco entre la segunda mitad de 1980 y el comienzo de la siguiente década, los Neftegaz están desde hace unos diez meses en el centro de una controversia internacional, debido al misterio que el Ministerio de Defensa argentino mantiene sobre el verdadero propósito de su adquisición.

Equipados con casco reforzado, lo que les permite operar en aguas heladas, los barcos están diseñados para mover y  reposicionar plataformas petroleras. La venta a la Armada Argentina, pronto dio lugar, en Inglaterra, la sospecha de que los militares de América del Sur podría eventualmente llegar a usarlos para tratar de interceptar y capturar las plataformas de exploración petrolera que Gran Bretaña lleva a la costa al norte de las Islas Malvinas con el fin de iniciar la extracción de petróleo se encuentra en los fondos marinos.

Investigación

El Ministerio de Defensa de Brasil sigue de cerca este asunto de los súper remolcadores desde la segunda mitad de 2013, cuando los argentinos negociaban el traspaso de buques. En Brasilia la investigación estuvo a cargo de la Subjefatura de  Inteligencia Estratégica (SCIE) del Estado Mayor Conjunto de las Fuerzas Armadas, en ese momento comandada por el almirante de escuadra Carlos Augusto de Souza (más tarde jefe del Estado Mayor General de la Armada).

El almirante Carlos Augusto - que ahora es miembro de la Corte Superior Militar - llegó a la conclusión de que los argentinos querían estos barcos para operar con eficacia en las aguas cerca de la zona de exclusión marítima delimitada por los británicos en todo el archipiélago malvinense.

Incluso en 2013, el gobierno de la presidenta Cristina Fernández de Kirchner inició diversos estudios de los recursos biológicos y geológicos de las zonas marítimas de la costa patagónica (Proyecto Pampa Azul).

En la segunda mitad del año pasado, después, con su silencio que contribuyó a un verdadero tiroteo de versiones y acusaciones internacionales, el Ministro de Defensa de Argentina, Agustín Rossi, dijo que los remolcadores se utilizarán solamente como unidades de apoyo logístico, patrulla y seguridad de la vida humana en el mar, reemplazando cuatro viejos avisos (todos mucho más pequeños que los barcos rusos) construidos en los Estados Unidos durante la segunda guerra mundial.

Según una fuente a la que accedió Poder Naval  en Argentina, los buques de clase Neftegaz serán desplegados para reforzar la campaña de suministro de bases argentinas antárticas durante el verano y, sobre todo, para patrullar el eje Ushuaia (capital de la Provincia de Tierra del Fuego, Antártida e Islas del Atlántico Sur) -Base Petrel en la Isla Dundee en el península antártica.

Ushuaia está a 770 km de Port Stanley (Puerto Argentino), la capital malvinense; Petrel 600 km. Petrel, que estaba cerrada y tiene dos pistas (una con más de mil metros de largo), parece especialmente importante para Argentina. Tanto el propio ministro Rossi anunció su reapertura en diciembre pasado.

Baja velocidad

La solicitud de aclaraciones al Poder Ejecutivo por la importación de los buques Neftegaz se presentó el año pasado en el Congreso de la Nación por parte del diputado Julio César Martínez, del partido de oposición Unión Cívica Radical, y debidamente bloqueado por la bancada oficialista del Parlamento. Una petición en el mismo sentido fue enviada directamente a Jorge Capitanich, Ministro Coordinador del Gabinete de Ministros del gobierno de Cristina Kirchner, que tampoco ameritó una respuesta.

En todas sus interpelaciones (sin que implique que los barcos se pueden emplear para interceptar las plataformas en el servicio de las empresas petroleras británicas), Capitanich mencionó que las características de los barcos rusos no se parecen ni remotamente a los requisitos de un moderno buque de vigilancia en aguas azules, o de salvamento.

De acuerdo con el político radical, las embarcaciones no tienen instalaciones para recibir armas (incluso ligeras, como ametralladoras), o cubierta de vuelo para helicópteros, y mucho menos lugar para dar alojamiento a las víctimas de accidentes en el mar.

Además, existe el problema de la velocidad de las unidades, alarmantemente bajas para un barco de patrulla o de rescate marino.

Los buques pequeños de hace 70 años que los marinos argentinos utilizan hoy para patrullar sus aguas meridionales tienen nominalmente la condición de velocidad que alcanzan a los 12.5 nudos, puede llegar a 14 nudos y, en el mejor de los casos, llegar a los 16 nudos. Barcos rusos pueden alcanzar, en sus motores en pleno vigor, la marcha de 15 nudos, pero la velocidad de navegación de crucero es de sólo 8,5 nudos.

A pesar de que pertenecen a la misma clase, los cuatro super-remolcadores no son perfectamente iguales.

El Neftegaz 51 "y el" Neftegaz 57 "se clasifican como buques de Proyecto V92 / II; el "Neftegaz 61" y el "Tumcha" (antiguo "Neftegaz 71") como resultado de la V92 Proyecto / II modificado. Todos, sin embargo, son impulsados por un par de motores diesel Sulzer-Zgoda 6ZL 40/48, con una potencia total de 7.200 CV. Y aunque no son barcos nuevos, están bien equipados con respecto a los equipos de navegación y comunicaciones.

De acuerdo con Poder Naval se pudo determinar que cuando lleguen a la costa argentina, al menos dos de estos cuatro buques tendrán que ser llevados a dique de carena para ser sometidos a un nuevo período de mantenimiento. 

© Publicado el lunes 02/03/2015 por Nuestro Mar (Fuente: Podernaval.br. Adaptado al español por Fundación Nuestro Mar)