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lunes, 22 de marzo de 2021

A.R.A. San Juan (S-42): destituyen al Claudio Javier Villamide y ordenan el arresto por 45 días del exjefe de la Armada Argentina, Almirante Marcelo Srur. @dealgunamaneraok...

A.R.A. San Juan (S-42): destituyen al Claudio Javier Villamide y ordenan el arresto por 45 días del exjefe de la Armada Argentina, Almirante Marcelo Srur.

Fotografía: © Noticias Argentinas

El Consejo General de Guerra difundió este mediodía su resolución tras investigar durante cuatro meses la responsabilidad de ocho altos oficiales de la Armada en el hundimiento del submarino A.R.A. San Juan (S-42). Sin embargo, los fundamentos del juzgamiento militar se conocerán probablemente el viernes.

© Publicado el lunes 22/03/2021 por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires, República de los Argentinos. 

En su dictamen, el Tribunal Militar dispuso sancionar con 45 días de arresto al el ex jefe de la Armada, Marcelo Srur, por haber informado en forma “incompleta” al Ministerio de Defensa los sucesos acontecidos con el submarino A.R.A. San Juan (S-42). 

Las otras sanciones y absoluciones: 


  • El contraalmirante Luis Enrique López Mazzeo fue sancionado con 25 días de arresto riguroso.
  • El contraalmirante Eduardo Luis Malchiodi fue absuelto.
  • El capitán de navío Carlos Ferraro fue beneficiado con la extinción de la acción disciplinaria.
  • El capitán de navío Claudio Javier Villamide fue destituído.
  • El capitán de navío Héctor Aníbal Alonso fue sancionado con 20 días de arresto riguroso.
  • El capitán de fragata Hugo Miguel Correa fue sancionado con 30 días de arresto riguroso.
  • El capitán de Corbeta Jorge Andrés Sulia fue absuelto. 

Así fue el momento en el que encontraron el submarino A.R.A. San Juan (S-42) 

¿Qué es el Consejo de Guerra? 

Según recordó la agencia estatal Télam, el Consejo de Guerra está conformado por el jefe y el subjefe del Estado Mayor Conjunto (EMCO) de las Fuerzas Armadas, el general Juan Martín Paleo (Ejército) y el brigadier Pedro Girardi (Fuerza Aérea), ambos en condición de vocales, mientras que lo preside un funcionario civil, el secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Sergio Rossi, por delegación expresa del ministro Agustín Rossi. 

El funcionamiento del Consejo General de Guerra está reglamentado por la ley 26.394 (Justicia Militar) sancionada en 2008, que derogó el Código de Justicia Militar, introdujo modificaciones al Código Penal y Código Procesal (al personal castrense) y aprobó el Procedimiento Penal Militar para Tiempo de Guerra y otros conflictos, entre otras innovaciones.


© Proporcionado por Perfil. Homenaje del ministro de Defensa y la Armada a los fallecidos en el ARA San Juan. 

¿Cómo se tomó la decisión sobre el A.R.A. San Juan (S-42)?

El Consejo de Guerra investigó desde el 25 de noviembre de 2020 la desaparición y hundimiento del A.R.A. San Juan (S-42) en audiencias celebradas en el Edificio Libertador (sede de la cartera de Defensa), la conducta y responsabilidad frente al hecho del exjefe de la Armada Marcelo Srur (a quien el exministro de Defensa Oscar Aguad le pidió el pase a retiro en diciembre de 2017) y del exjefe de la base naval de Puerto Belgrano, contralmirante Luis López Mazzeo, entre otros oficiales de la Armada. 

El Consejo de Guerra también evaluó las acciones y responsabilidades del exjefe de Mantenimiento y Arsenales, Eduardo Malchiodi; del exjefe de Operaciones Carlos Ferraro; el excomandante de la Fuerza de Submarinos, Claudio Villamide; como también de los oficiales en actividad capitán de navío Héctor Alonso, capitán de fragata Hugo Correa y capitán de corbeta Jorge Sullia.

La resolución dada a conocer este lunes es la cuarta intervención del Consejo General de Guerra desde que el Congreso derogó el Código de Justicia Militar (a través de la ley 26394), precisaron a esta agencia desde la cartera de Defensa.

 © Proporcionado por Perfil Protestas de familiares del A.R.A. San Juan (S-42) (Archivo) 

La reacción de los familiares 

"Indigna a los familiares de esta querella, no sólo las presiones, sino el argumento de las defensas de los imputados, culpando a la tripulación y su comandante por el destino final del submarino, tal como hizo el exministro de Defensa (Oscar) Aguad el 17 de mayo de 2019", señaló la abogada Valeria Carreras que defiende a los familiares de las víctimas junto a Fernando Burlando. 

Los familiares de los submarinistas fueron espiados por la AFI, tal como adelantó Perfil en exclusiva, a través de la base Mar del Plata. Esto fue denunciado ante la justicia por la interventora del organismo Cristina Caamaño. 

Esta denuncia derivó en la apertura de una causa por espionaje ilegal cuyos primeros pasos procesales y medidas de instrucción se realizaron en los Tribunales Federales de Mar del Plata aunque la semana pasada la Cámara Federal de esa ciudad atlántica ordenó el pase del expediente al Juzgado Federal de Dolores. 

FeL/MC.





domingo, 8 de noviembre de 2020

A.R.A. San Juan (S-42): 20 días después del hundimiento "Todos" sabían donde se encontraba el buque... @dealgunamanera...

 A.R.A. San Juan (S-42): la Armada conocía la ubicación del submarino hundido 20 días después de su desaparición…

El contraalmirante Enrique López Mazzeo, imputado en la causa, reconoció que desde el 5 de diciembre de 2017 el Gobierno de Mauricio Macri sabía en qué posición se encontraba el navío siniestrado con sus 44 tripulantes. Lo hizo ante la Cámara de Apelaciones de Comodoro Rivadavia.

El Gobierno de Mauricio Macri conocía la ubicación del siniestrado submarino A.R.A. San Juan (S-42), al menos desde el 5 de diciembre de 2017. Es decir 20 días después de su desaparición. La posición la habría revelado el buque chileno Cabo de Hornos. Así lo dijo ante la Cámara Federal de Apelaciones de Comodoro Rivadavia el contralmirante retirado Luis Enrique López Mazzeo, ex comandante de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada y uno de los imputados en la causa por el hundimiento del navío.

 

La revelación generó indignación entre los familiares de los 44 tripulantes fallecidos y los abogados querellantes que los representan, entre ellos Fernando Burlando, Valeria Carreras y Lorena Arias.

 

El ex oficial declaró ante el tribunal superior integrado por los jueces Javier Leal de Ibarra (presidente), Aldo Suárez y Hebe Corchuelo de Huberman para defenderse del procesamiento que el 31 de enero pasado le dictó la jueza federal de Caleta Olivia, Marta Yánez, por no haberse asesorado debidamente ni ocuparse personalmente de verificar el estado de la nave en forma previa a la realización de un ejercicio naval combinado de gran envergadura.

 

Las palabras exactas de López Mazzeo ante los magistrados fueron las siguientes: “Cuando usted vea toda la documentación, se va a dar cuenta de que nosotros, cuando tuve que firmar el mensaje más doloroso en toda mi carrera que fue el cierre del caso SAR (por la búsqueda y rescate) teníamos detectada la posición del submarino y por eso habíamos coordinado con la Marina Británica el 5 de diciembre (de 2017) el pedido de un vehículo autónomo, porque sabíamos que podía estar únicamente en dos cañadones, que era lo que no podíamos verificar con todos los medios internacionales requeridos”.

 

Es la primera vez que se reconoce públicamente que el “contacto” que a través del sonar (sonido, no imágenes) realizado por el buque chileno pertenecían al A.R.A. San Juan (S-42).

 

Las razones son varias: en primer lugar porque el capitán Enrique Balbi, por entonces vocero de la Armada, descartó esa posibilidad.

 

Ese mismo 5 de diciembre, al que hizo referencia López Mazzeo, la cara visible de la Marina dijo en conferencia de prensa: “No hay mayores novedades”, respecto de la búsqueda del submarino. Y agregó: “En estos momentos se encuentra inspeccionando ese objeto o alteración de fondo, que puede ser metálico o no metálico, que detectó hace unos días el buque oceanográfico Cabo de Hornos de la Armada de Chile y que se encuentra a 940 metros”.

 

Balbi también explicó que el objeto tenía solo 30 metros de largo y que el A.R.A. San Juan (S-42) tenía una dimensión mayor.

 

Sin embargo, cuando un año después el buque noruego Seabed Constructor, operado por la empresa norteamericana Ocean Infinity, lo halló en una zona muy próxima a la señalada por el buque chileno, por efecto de la presión, el submarino tenía esa dimensión, 33 metros.

 

El segundo punto que llama a la indignación es porque, dada la profundidad en la que se encontraba, la zona debía ser explorada por un vehículo submarino autónomo. La armada británica, que formó parte de la búsqueda y rescate con el imponente rompe hielo HMS Protector, se ofreció a realizar la tarea. Sin embargo, la Armada Argentina, en ese momento a cargo del almirante Marcelo Srur, nunca autorizó esa búsqueda. 

 

El buque científico chileno Cabo de Hornos detectó a través de sus sonares un objeto compatible con el A.R.A. San Juan (s-42) a más de 900 metros de profundidad. 


En este punto, existe una controversia que por ahora no fue saldada. López Mazzeo sostiene que Srur, su jefe directo, nunca le dio la autorización para que los ingleses realicen la tarea que podría haber terminado con el hallazgo de los restos del submarino a 20 días de su desaparición. Lo sostuvo en su declaración indagatoria.

 

El ex jefe de la Marina, en cambio, dice que al enterarse del hallazgo del Cabo de Hornos, y la recomendación realizada por la propia armada de los Estados Unidos para que se explore esos cañadones, asegura que ese 5 de diciembre, efectivamente se le solicitó la utilización del ROV. Que por esa razón informó al Ministerio de Defensa, que estaba a cargo de Oscar Aguad, a través del entonces secretario de Estrategia y Asuntos Militares, Horacio Aldo Chighizola.

 

El funcionario le habría dicho que tenía que solicitar autorización a Cancillería, por tratarse de Gran Bretaña, la potencia con la cual Argentina mantiene su disputa internacional por la soberanía de las Islas Malvinas.

 

Siempre según relatan en el entorno de Srur (que hasta ahora no está imputado en la causa), Chighizola obtuvo la autorización política para que la Marina Británica inicie la exploración en el área señalada por el buque Cabo de Hornos. En este punto, fuentes vinculadas a Srur le dijeron a Infobae que el ex jefe de la Armada de manera telefónica le dio el aval a López Mazzeo, pero que sin embargo este “por razones que deberá explicar no intensificó la búsqueda en ese lugar”.

 

“En caso de confirmarse lo que dijo López Mazzeo ante el tribunal estamos frente a un escándalo sin precedentes”, le dice a este medio la abogada Valeria Carreras, quien junto a Fernando Burlando integran la querella mayoritaria y que han impulsado, incluso, las imputaciones en la causa del ex presidente Macri, el ex ministro de Defensa, Aguad, y del ex jefe de la Armada, Srur.

 

La solicitud contó con el acompañamiento del fiscal de Cámara y ahora será el tribunal quien deberá decidir si acepta o no las nuevas imputaciones solicitadas.


 

Carreras recordó también que durante su declaración indagatoria, realizada el 25 de noviembre de 2019 ante la jueza Yáñez, López Mazzeo dijo: “Nunca presencié mayor ignominia hacia la Armada, que la actitud cobarde y mentirosa de quien fuera su Jefe en aquellos momentos, así como la de algunos pocos que lo secundaron y de quienes -movidos por intereses personales- causaron la demora en el hallazgo del naufragio, ignorando y desprestigiando el trabajo profesional al que afanosamente se entregó el personal naval durante la búsqueda de sus camaradas naufragados.

 

Se extendió en forma inaudita la agonía de los familiares y seres queridos, integrantes de la familia naval, a la que pertenezco junto con mi propia familia, al negarles, durante todo el tiempo en que veladamente se discontinuó con la búsqueda del ARA San Juan, el derecho a un duelo de sus seres queridos, muertos en acto de servicio”.

 

“Legalmente la declaración de López Mazzeo obliga a realizar una causa aparte, por el ocultamiento y la complicidad que venimos denunciando siempre, pero desdobla la causa en dos porque no hay que olvidar que se debe determinar quienes son los responsables de las 44 muertes”, afirma la querellante y precisa: “En ese segundo expediente deberá investigase a los responsables de semejante ocultamiento, de las contrataciones a empresas de búsqueda, del beneficio que trajo la saga de cargos, gastos, y movidas para seguir tapando la verdad. Especialmente habrá que analizar, quienes estaban en conocimiento de la ubicación de los restos del submarino”.

 

El procesamiento fue el 31 de enero de este año y se completa con el capitán de navío Claudio Villamide, ex comandante de la fuerza de submarinos; el contraalmirante Luis Malchiodi, ex jefe de mantenimiento y arsenales; el capitán de navío Héctor Alonso, ex jefe del Estado Mayor del Comando de la Fuerza de Submarinos; el capitán de fragata Hugo Miguel Correa, ex jefe de departamento de operaciones de la Fuerza de Submarinos; y el capitán de corbeta Jorge Andrés Sulia, ex jefe del departamento logística de la fuerza submarina. Se los acusa de “estrago culposo agravado, incumplimiento de los deberes de funcionario público y omisión de oficio”.

 

Alguna de las imágenes del hallazgo del A.R.A. San Juan (S-42), tomadas por la empresa Ocean Infinity y que la jueza Federal de Caleta Olivia, Marta Yáñez, le mostró a los familiares de los 44 tripulantes muertos en el siniestro.

 

El posible hallazgo del A.R.A San Juan (S-42) los primeros días de diciembre de 2017 se vio reflejado en la prensa y en la propia armada trasandina que reprodujo las declaraciones del Capitán de Navío César Miranda, comandante del buque Cabo de Hornos, quien señaló: “En el marco de las incesantes labores y de los múltiples contactos establecidos, realizamos un hallazgo de un objeto a 940 metros de profundidad a través de los ecos del buque.

 

Aún resta que la Armada Argentina, con apoyo del buque ruso Yantar y un robot submarino, precise la naturaleza del objeto detectado, pero de todas formas estamos orgullosos del largo y sacrificado trabajo efectuado para apoyar a un país amigo”.

 

El Yantar efectivamente exploró la zona. La Marina Rusa nunca comunicó los resultados en la amplia zona que barrió. Por su parte, la Armada Argentina aseguró que ninguno de los “contactos” detectados por el Yantar o el Cabo de Hornos eran del A.R.A San Juan (S-42). Sin embargo, las palabras de López Mazzeo ponen en duda esas afirmaciones y aviva las especulaciones que detrás de la posterior búsqueda del submarino, existió un posible negocio económico.

 

De hecho, el anuncio del hallazgo del A.R.A San Juan (S-42), el 17 de noviembre de 2018, despertó en su momento suspicacias, sobre todo porque el buque Seabed Constructor dejó para su último día de rastrillaje la zona que había señalado un año antes el buque Cabo de Hornos y que las Armadas de Reino Unido y los Estados Unidos habían aconsejado explorar en profundidad.

 


“Si la Armada lo sabía, si Aguad lo sabía, si Macri lo sabía, ¿por qué fingir la búsqueda y contratarla?", se pregunta ante este medio Burlando, e intenta aproximar una posible respuesta:
 

Mentiras, traición, corrupción, espionaje, pérdida de vidas, de esperanzas, y mucho más, en eso se transformó la causa por el hundimiento del A.R.A. San Juan (S-42). Lamentablemente es una investigación inconexa y una trama que ni en ficción se puede reproducir. El gran final de toda esta insensatez es el último dato de que ‘aparentemente’ se conocía la ubicación del submarino. Es una gran locura, una gran traición que solo puede justificarse en las almas negras de la corrupción o del afano ¿Cómo se le puede mentir a una madre, a una esposa a una mujer en una situación así?”.

 

La querella representada por Burlando y Carreras le adelantó a Infobae que impulsarán a la Justicia para que, a través de distintas medidas de prueba, los dichos de López Mazzeo, uno de los seis imputados en el expediente, sean ratificados y desmentidos.




 

 

 

 

domingo, 25 de marzo de 2018

El A.R.A. San Juan (S-42) participó de una misión con toda la flota de la Armada… @dealgunamanera...

El A.R.A. San Juan (S-42) participó de una misión con toda la flota de la Armada…

Submarino A.R.A. San Juan (S-42) Fotografía: Archivo Clarín

Lo hizo unos días antes de explotar. El submarino pasó a 5 millas de la zona de Malvinas y tenía como misión controlar a los pesqueros británicos.

© Escrito por Nicolás Wiñazki el domingo 25/03/2018 y publicado por el Diario Clarín de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

“Presidente, le habla Aguad, le confirmo que no volvimos a tener comunicación con el submarino. Está perdido”.

Habían pasado 36 horas desde el último contacto del A.R.A. San Juan (S-42) con la Base Naval de Mar del Plata. Era el 16 de noviembre del 2017. Mauricio Macri entendió el problema.

El ministro de Defensa, Oscar Aguad, también le había comunicado la novedad, cuando todavía quedaban esperanzas de retomar contacto con la nave de inmersión furtiva al jefe de Gabinete, Marcos Peña.

“Oscar, tenemos que encontrarlo sí o sí. No se nos puede perder un submarino”, le contestó Mauricio Macri al Ministro.

Sí, se podía perder.

Pero eso no ocurrió en las circunstancias en las que el entonces jefe del estado mayor Naval, Almirante (hoy retirado) Marcelo Srur, persuadió a la Casa Rosada, y luego a la ciudadanía, sobre cómo se enmarcó esa pérdida.

El submarino no partió desde el Atlántico Sur hacia Mar del Plata en solitario. Más bien lo contrario. Toda la flota de la Marina argentina navegaba por la zona. Buques, corbetas, lanchas patrulleros con buzos tácticos y hasta aeronaves, se ejercitaban junto al San Juan en el mayor ejercicio naval de desplegado por la Armada desde 1983. Incluso, el submarino desaparecido participó de la operación de mayor riesgo militar en ese plan conjunto cumplido hasta el fin.

Se trató del hundimiento, adrede, de un buque en desuso de la Marina, que fue escogido como blanco de una ofensiva militar de naves de superficie y también submarinas como el San Juan. Lo hundieron con disparo de misiles y con minas que buzos tácticos colocaron en el barco, que finalmente explotó.

Ese antiguo buque se llamaba Comodoro Somllera. Las armas navales, algunas de ellas sigilosas, lo destruyeron según el procedimiento articulado por el plan del Ejercicio, la zona que este operativo confidencial de la Armada identificó como su “punto rojo” es un área cercana a la Isla de los Estados, frente a Tierra del Fuego.


Clarín accedió a documentos de la Marina, clasificados con la categoría de “Confidencial”, que demuestran que, más allá de la historia narrada por las más altas autoridades de esa fuerza, el A.R.A San Juan (S-42) no tenía como única misión patrullar por las aguas territoriales de la Argentina para detectar pesqueros extranjeros que podrían surcarlas y explotarlas de modo ilegal.

Que haya cumplido con su parte en el Ejercicio conjunto prueba que el San Juan, entonces, podía navegar. Y navegar incluso con solvencia tal como para participar, con protagonismo armamental variable según las diferentes fuentes consultadas por este diario, en la calculada explosión exitosa del Somellera.


Después, sí, el submarino partió hacia el Golfo San Jorge, y hacia Mar del Plata, y el 15 de noviembre ya no se supo más de él.

El Gobierno mostró en el Congreso documentación confusa que indicaba, con anotaciones manuscritas y tachaduras sobre el texto, que el submarino desaparecido, junto a sus cuarenta y cuatro tripulantes, habría entrado en las doscientas millas náuticas que, de acuerdo al Reino Unido, son los límites perimetrales de las islas Malvinas dentro de los cuales no podrían navegar otras naves de guerra que las tripuladas por marineros súbditos de la Reina Isabel II. O sea: la Royal Navy.

El plan naval del sur, que movilizó a toda la fuerza de la Marina, incluido el A.R.A. San Juan (S-42), y que tenía como duración un mes, y como teatro de operaciones también las aguas del canal de Beagle, había sido organizado por el contralmirante José Luis López Mazzeo, Comandante de Alistamiento y Adiestramiento de la Armada.

A los ojos de la mayor parte de la Fuerza, López Mazzeo parecía el sucesor natural de su superior, Marcelo Srur.

La desaparición del A.R.A. San Juan (S-42) desencadenó una disputa interna en la Fuerza impulsada desde la propia cúpula de la Armada para evitar la promoción de López Mazzeo.


Esta situación fue reconocida por importantes funcionarios del Ministerio de Defensa, quienes pusieron fin al conflicto al zanjar la cuestión de modo rotundo.

En medio la crisis institucional provocada por la desaparición del San Juan, Srur le inició un sumario interno a López Mazzeo, en el que lo responsabilizó por la vida de los cua renta y cuatro tripulantes del submarino.

López Mazzeo respondió jurídicamente.

El ministro Aguad se sorprendió con la voluntad sumariante de Srur, y le pidió el pase a retiro.

Según se determina en la documentación que hoy revela Clarín, el A.R.A. San Juan (S-42) partió hacia los puertos del Sur, donde se unió al resto de la flora de la marina, con varios objetivos prefijados de antemano.

Están resumidos en un paper interno de la Armada, de este modo:

“ZARPAR A PARTIR DEL 27 OCT, EJECUTAR ACTIVIDADES DE ADIESTRAMIENTO NAVAL INTEGRADO EN ACCIONES DE DEFENSA AÉREA, ANTISUBMARINA, ANTISUPERFICIE Y ANFIBIAS. DURANTE LAS OPERACIONES REALIZAR RECONOCIMIENTO DEL LITORAL MARÍTIMO, VISITAR LOS PUERTOS DE ((USU)), DEL 6 AL 9 NOV Y ((DRY)), DEL 20 AL 22 NOV Y POSTERIORMENTE EJECUTAR UN ENCUENTRO TÁCTICO PREVIENDO TOMAR PUERTO BELGRANO A PARTIR DEL 25 NOV”.

Según admitieron a este diario fuentes de la Armada y del Ministerio de Defensa, el A.R.A San Juan, en un momento de su travesía, habría navegado guardando una distancia de cinco millas con el límite “de la Corona”, como llamaron a la zona de conflicto con el Reino Unido sobre la soberanía de las Islas Malvinas.

Siempre de modo informal, en el Gobierno admiten que el San Juan tenía como una misión vigilar las aguas argentinas, pero en particular prestar atención a la ya antes comprobada aparición de pesqueros de bandera inglesa que sí superaban los límites de la Corona de Su Majestad: pero en sentido contrario, ingresando al Mar Argentino.

Según consta en el expediente judicial de la causa que instruye la jueza Martha Yañez, de Caleta Olivia, que investiga la desaparación del San Juan, el submarino, en un viaje anterior por el Atlántico Sur, efectivamente se topó con naves extranjeras. Algunas, manejadas por súbditos de la Reina Isabel II.

En la que resultó ser su última travesía, el San Juan tenía la orden de avistar e intentar conseguir material audiovisual de posibles naves intrusas en aguas de República Argentina.

En el punto 4 del documento de la Armada, también “Confidencial”, titulado: 

“ETAPA FINAL DE ADIESTRAMIENTO ESPECÍFICO INTEGRADO”, se advierte la importancia que se le daba al viaje del San Juan por las aguas nacionales: “DURANTE EL DESARROLLO DE TODA LA ETAPA SE DEBERA ENFATIZAR EL CONCEPTO DE CONCIENCIA DE DOMINIO MARITIMO (MDA) ASOCIADO A LA PERMANENTE VIGILANCIA Y CONTROL DE LOS ESPACIOS MARITIMOS JURISDICCIONALES, DE INTERES Y DE MANIOBRA COMO TAREA PERMANENTE DE LA FASE PREVIA DEL EMPLEO DEL INSTRUMENTO MILITAR CONFORME LOS PLANES EN VIGOR”, se lee en uno de sus párrafos.

Y agrega el texto del documento:

“LA FUERZA DE TAREAS DEBERA MANTENER EN TODO MOMENTO UNA CLARA SITUACION DE SUPERFICIE Y SUBMARINA QUE PERMITA, EN COORDINACION CON LA CENTRAL DE OPERACIONES DE ESTE COMANDO, CONTRIBUIR A LOS OBJETIVOS ESPECIFICOS DE LA VIGILANCIA ESTRATEGICA DEL ATLANTICO SUR. EN IGUAL SENTIDO, REPORTARÁ LOS CONTACTOS AEREOS QUE SE OBTENGAN A LA GUARDIA DEL CENTRO AEROESPACIAL EN MERLO (COAMER) CONTRIBUYENDO A LA VIGILANCIA Y CONTROL AEROESPACIAL…”.

Una comisión de expertos analiza aun qué fue lo que pasó con el San Juan.

No se sabe.

Los Estados Unidos, el Reino Unido y el organismo de búsqueda internacional de submarinos, conocido con las siglas de Ismerlo, coinciden en que hubo una explosión repentina de la nave en el lugar en el que las autoridades informaron al respecto.

El “Orden de Operaciones del Comando de la Flota de Mar N 14”, especifica, tras caracterizar la “situación” del operativo en el Atlántico Sur, nunca antes ejecutado en esta magnitud por una Armada, hoy diezmada presupuestariamente, remarca una cuestión crucial. Dice así: “Fuerzas enemigas: no hay”.

Ese documento era “Confidencial”.

Hasta hoy.



sábado, 17 de marzo de 2018

La implosión del A.R.A. San Juan (S-42)… @dealgunamanera...

La Armada de EEUU reveló en noviembre la posición de la implosión del A.R.A. San Juan (S-42)…

ARA San Juan (S-42)

El 22 de noviembre de 2017, siete días después de la perdida de contacto con el San Juan, se llevó a cabo una videoconferencia en la Base Naval de Puerto Belgrano. Los interlocutores fueron el contralmirante Luis López Mazzeo, entonces Comandante de Adiestramiento y Alistamiento, a cargo de las operaciones de búsqueda del A.R.A. San Juan (S-42) un alto oficial de la Armada estadounidense.

© Escrito por Edgardo Aguilera el sábado 17/03/2018 y publicado por el Diario Ámbito de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. 

El contenido de la conversación fue volcado en un texto de una carilla y revelaba la información dada por la U.S. Navy confirmando la explosión/implosión del submarino y la posición geográfica del suceso.

La marina estadounidense es la "tercer fuente" a la que hace mención López Mazzeo en el mensaje Confidencial que emitió el 30 de noviembre para dar por cerrado el caso SAR (acrónimo inglés de Search and Rescue, Búsqueda y Rescate) porque se habían agotado las posibilidades de rescatar con vida a sus tripulantes.

Hasta ahora se conocía que la explosión había sido registrada por el sistema de sensores de la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares (uno ubicado en la isla Ascensión y otro en las isla Crozet) y por un informe del analista Bruce Rule, de la Oficina de Inteligencia Naval de Estados Unidos (ONI), que reveló que el San Juan colapsó en fracciones de un segundo. Vale mencionar que los analistas de la ONI (del inglés: Office of Naval Intelligence) producen información de inteligencia a partir de la obtención de distintas fuentes y sensores de la propia U.S. Navy. Las tres informaciones recibidas eran coincidentes en la determinación del lugar donde ocurrió el naufragio y la causa; una explosión/implosión.

El sobre cerrado con el dato brindado por la U.S. Navy fue recibido por el ministro de Defensa, Oscar Aguad y por el exjefe de la Armada, almirante Marcelo Srur en la mañana del 23 de noviembre. Era la revelación quizá más importante; por la calidad de la fuente; nada menos que la marina norteamericana que ya tenía un avión y medios de búsqueda y rescate desplegados en la zona del naufragio.

Uno podría suponer también que esa información sensible llegó cuanto menos a conocimiento del secretario de Asuntos Estratégicos, Fulvio Pompeo, quien oficiaba de enlace de alto nivel con los países participantes del mega operativo de búsqueda. El aporte resultaba determinante para definir el modo de continuar con el esfuerzo de búsqueda. Cuesta decirlo pero significaba un cambio en la utilización de los medios ya que el capítulo de la urgencia en salvaguarda y preservación de la vida humana quedaba superado y el procedimiento continuaría con la búsqueda de los restos materiales del submarino.

El curriculum del contralmirante López Mazzeo muestra que participó de programas de intercambio de oficiales con la armada estadounidense en dos oportunidades, en la jerarquía de teniente de navío y luego de capitán de fragata, como profesor en la Escuela de Guerra Naval (U.S. Naval War College) ubicada en Newport.

Mauricio Macri tuvo el primer contacto con el mando naval en el edificio Libertad para recibir las novedades del caso en la tarde del 21 de noviembre de 2017. Al día siguiente, el aporte de la U.S. Navy al contralmirante López Mazzeo en aquella videoconferencia fue crucial para levantar la incertidumbre sobre qué pasó: una explosión/implosión terminó con la vida de los 44 miembros de la dotación.

Macri retornó al edificio Libertad el 24 de noviembre y se presume que ya contaba con la información de la U.S. Navy que reforzaba sino definía la certeza de la "anomalía hidroacústica compatible con una explosión" que había registrado la Organización del Tratado de Prohibición Completa de los Ensayos Nucleares, ubicada en Viena. Ese día el presidente dio un mensaje claro "hay que saber por qué pasó" y exhortó a "no aventurarse a buscar culpables", y que habrá "una investigación seria y profunda" sobre lo sucedido. 

El ex jefe de la Armada, almirante Marcelo Srur ya había desatado la tirria que tenía con López Mazzeo y lo responsabilizó junto al entonces comandante de la Fuerza de Submarinos, capitán de navío Claudio Villamide, de negligencia y otras graves calificaciones, en esencia por permitir la salida y operación de una nave que -en su apreciación- no estaba en condiciones de hacerlo. Esa resolución fue cuestionada por el ministro que aún no resolvió si los observados deben recuperar el servicio activo.