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martes, 12 de noviembre de 2013

Alquimia… De Alguna Manera...


Alquimia…


La Argentina no participa de ejercicios militares con –entre otras– las fuerzas aéreas de Estados Unidos, Canadá, Brasil, Venezuela y Uruguay por temor a que le embarguen sus aviones, como sucedió con la fragata Libertad en Ghana. Entretanto, Guillermo Moreno es sólo una anécdota para Fernando Navarro, tenaz espadachín mediático del Gobierno. Según Navarro, el kilo de pan que se vende a 24 pesos debe ser entregado a 10 pesos. Dice que la diferencia deriva de la avidez de los formadores de precios para meter la mano en los bolsillos del pueblo.

El mismo gobierno que confirma la obsolescencia casi total de una Fuerza Aérea que fue orgullo del país y combatió dignamente en 1982 durante la Guerra de Malvinas ahora encontró polvorientas listas negras confeccionadas hace casi cuarenta años. Durante los diez años y medio de gobierno, el kirchnerismo nunca se abocó a tamaña hazaña arqueológica. Las gestiones de José Pampuro, Nilda Garré y Arturo Puricelli precedieron a la actual de Agustín Rossi.

El vínculo enfermizo con un pasado remoto es la clave del proceder oficial. Hace ya dos meses que un pequeño grupo, que nunca supera las cuatro/seis personas, mantiene enrejado a la fuerza el local de la Casa de Córdoba en Buenos Aires, en Callao y Corrientes, con un “acampe” patético, debidamente custodiado y preservado por la Policía Federal con varios patrulleros, por lo cual tres carriles de la supercongestionada avenida están cerrados al tránsito. Los acampantes dicen ser “asambleas del pueblo” y piden por la libertad de condenados por la Justicia cordobesa por haber incendiado los tribunales de Corral de Bustos. No es el único “acampe” protegido por fuerzas federales de seguridad. Hay otros en Plaza de Mayo y en la Plaza del Congreso. El ciudadano anónimo resopla ante una realidad laberíntica, pero la asume con resignada naturalidad: es lo que hay. Nadie sabe bien por qué y, sobre todo, para qué, pero, tras una década de “recuperación” del Estado, el espacio público está más privatizado que nunca en la Argentina. Lo mismo sucede con el caos cotidiano de la avenida Dellepiane o de la autopista Illia, sistemáticamente bloqueadas por los cortes de habitantes de villas que exigen planes y otras facilidades.

No es la Argentina un país que se sorprenda de la reiteración de los disparates cotidianos, como los paros sorpresivos en las líneas de subte de Buenos Aires, que así como estallan se evaporan y “arreglan”. Todo continúa normalmente, sin sanciones. También se convalida el escándalo legal y moral de los extorsionadores callejeros tiernamente llamados “trapitos”, actividad infractora grave y en la que es imposible no ver la tolerancia o el visto bueno del Gobierno, abrazado a la ideología de no “judicializar” la pobreza, como si esos “trapitos” no estuviesen encuadrados y explotados por organizaciones con cobertura judicial y/o policial. Días atrás, dos “trapitos” se cruzaron a cuchillazos junto al Zoológico, y uno asesinó a su rival, esfumándose sin dejar rastro.

Gran parte de la vida cotidiana del país permanece detenida en el tiempo y no se entiende bien por qué, como tampoco se puede comprender la sucesión encadenada de bochornosas fugas carcelarias, cada vez más comunes y reiteradas, años después de que el delirio setentista de La Cámpora pusiera en pie de guerra santa a sus “vatayones” (sic) militantes.

Suprimida la racionalidad más obvia, la agenda cotidiana argentina se despliega como eterno zigzagueo de vacíos de sentido y mentiras flagrantes que cortan la respiración. ¿Puede convencer a alguien el argumento oficial de que los viejísimos aviones de guerra argentinos serían embargados por Brasil? ¿Se puede alegar impávidamente que no hay aumentos de precios y que por ende la inflación “no es un problema”? ¿Es capaz el grupo gobernante de hacer creer que su visceral “garantismo” carcelario ha rendido buenos resultados? En suma, la sociedad, o al menos el Gobierno, se muestran enemistados con el principio de la verdad inexorable. Intoxicado tras haberse empachado de relatos, el país deglute uno detrás del otro los atropellos más descarados a la verdad fehaciente. Si ha sido la década de las estadísticas crudamente pulverizadas, ¿puede acaso haber otro sinónimo más obvio y escandaloso de negación de la realidad?

Lo sucedido con el fallo de la Corte por la Ley de Medios resume mejor que nada la espesa sopa de semiverdades, semimentiras y argucias retóricas que cruzan el galimatías argentino. Si el Gobierno libró tamaña batalla al solo efecto de herir de muerte a un poderoso grupo privado, las oposiciones al oficialismo han estado balbuceando desde hace años ante el caso. El discurso oficial fue curiosamente eficaz con quienes deberían haber visto desde el primer día la naturaleza esencialmente autoritaria de un mecanismo de control. Prevaleció, en cambio, la ilusión óptica y se devoraron en gran medida durante la jerigonza de “democratizar la palabra”. Es monumental la penetración del relato del grupo gobernante, como ya se verificó con la patraña de la “comisión de la verdad” con Irán, cuyos resultados están a la vista.

El grupo gobernante maneja con maestría la alquimia política, ideológica y mediática. La leyenda medieval del plomo convertido en oro y el veneno en pócima mágica tiene ahora mismo sabor nacional y popular. La palabra es poderosa, la realidad es lo de menos.

© Escrito por Pepe Eliaschev el sábado 10/11/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.

Alquimia:

En la historia de la ciencia, la alquimia (del árabe الخيمياء [al-khīmiyā]) es una antigua práctica protocientífica y una disciplina filosófica que combina elementos de la química, la metalurgia, la física, la medicina, la astrología, la semiótica, el misticismo, el espiritualismo y el arte. La alquimia fue practicada en Mesopotamia, el Antiguo Egipto, Persia, la India y China, en la Antigua Grecia y el Imperio romano, en el Imperio islámico y después en Europa hasta el siglo XIX, en una compleja red de escuelas y sistemas filosóficos que abarca al menos 2.500 años.

La alquimia occidental ha estado siempre estrechamente relacionada con el hermetismo, un sistema filosófico y espiritual que tiene sus raíces en Hermes Trimegisto, una deidad sincrética grecoegipcia y legendario alquimista. Estas dos disciplinas influyeron en el nacimiento del rosacrucismo, un importante movimiento esotérico del siglo XVII. En el transcurso de los comienzos de la época moderna, la alquimia dominante evolucionó en la actual química.

Actualmente es de interés para los historiadores de la ciencia y la filosofía, así como por sus aspectos místicos, esotéricos y artísticos. La alquimia fue una de las principales precursoras de las ciencias modernas, y muchas de las sustancias, herramientas y procesos de la antigua alquimia han servido como pilares fundamentales de las modernas industrias químicas y metalúrgicas.

Aunque la alquimia adopta muchas formas, en la cultura popular es citada con mayor frecuencia en historias, películas, espectáculos y juegos como el proceso usado para transformar plomo (u otros elementos) en oro. Otra forma que adopta la alquimia es la de la búsqueda de la piedra filosofal, con la que se era capaz de lograr la habilidad para transmutar oro o la vida eterna.

En el plano espiritual de la alquimia, los alquimistas debían transmutar su propia alma antes de transmutar los metales. Esto quiere decir que debían purificarse, prepararse mediante la oración y el ayuno.


domingo, 31 de marzo de 2013

Preguntas con respuestas… De Alguna Manera...


Preguntas con respuestas…

EL CAMINO DE LOS SENDEROS QUE SE BIFURCAN. Daniel Scioli. DIBUJO: PABLO TEMES.

Cristina, Scioli y lo que puede venir. En qué terminará la tensión entre la Presidenta y el gobernador. La posibilidad de un megaarmado no kirchnerista. ¿Qué hará Ella?

¿Por qué Cristina quiere destituir a Scioli?
Porque, junto con Massa, son los únicos dirigentes que tienen mayor intención de voto que ella y eso los coloca como herederos naturales de un peronismo obsesionado por el poder. Para colmo, Cristina los caracteriza como dos neoliberales menemistas y defensores de las corporaciones mediáticas. Por eso los fustigó incluso por cadena nacional en su discurso del Congreso. Se amargan al pensar que Scioli podría quedarse con lo que construyeron políticamente. No reparan en que Néstor lo eligió en cinco ocasiones. Eso fue pragmatismo y utilización de su figura.

¿Hay alguna posibilidad de arreglo?
Sólo si el gobernador se rinde incondicionalmente. Eso significa que renuncie públicamente a sus anunciadas pretensiones presidenciales, acepte ser candidato a diputado en octubre y asuma su banca. Esa es la traducción del alineamiento que reclamó Diana Conti.

¿Scioli está dispuesto a hacer eso?
De ninguna manera. Es su última trinchera. Con todo el fuego graneado que recibió, jamás desmintió su candidatura y eligió TN (territorio monopólico, dirían los K) para comprometerse a terminar su mandato provincial.

¿Cómo termina esto?
Por ahora los kirchneristas seguirán apuntando sus cañones a Scioli. Desde Unidos y Organizados ya dispararon Fernando Navarro y Roberto Baradel. Desde el Gabinete nada menos que Randazzo, que aspira al lugar de Scioli, y De Vido, el que alimenta con obras y dinero a los intendentes que hacen los actos para Alicia Kirchner, la cuñada candidata.

¿Y qué hará Scioli?
Jamás pegará un portazo. Ejercitará su paciencia de monje a la espera de una tarjeta roja que lo expulse del Frente para la Victoria. Quiere ser la víctima absoluta. Especula con que la crisis con los docentes y los proveedores también ensucie a la Casa Rosada, como ya está pasando. Esta vez la Presidenta tomó sus precauciones y no confronta directamente con Scioli. Ya aprendió la lección: el año pasado percibió en las encuestas que mientras más castigaba al gobernador, más se erosionaba su imagen.

¿Cuál es la peor noticia para Scioli?
Que Cristina y Alicia miden muy bien y todos los meses crecen un poco en la consideración popular. Ambas Kirchner merodean los cuarenta puntos y eso es un gran capital simbólico después de una década en el poder.

¿Cuál es el peor escenario para Cristina?
Que termine de fraguar algo así como un nuevo tipo de Frejuli, que en este caso serían las siglas del Frente por la Justicia Social y la Libertad, que actuaría como paraguas de peronistas, macristas en su versión desarrollista, radicales y otros partidos flamantes, como los de matriz sindical que fundaron Moyano y Venegas.

¿Quién sería el candidato a presidente de ese espacio?
Lo decidirán más adelante. Es una coalición de fuerte impacto que podría ganar en Capital con Lavagna-Michetti, en Córdoba con Schiaretti-Baldassi, en Santa Fe repitiendo la fórmula Del Sel-Salomón, y que haría una elección pareja y polarizada en la provincia de Buenos Aires con De Narváez-Posse o Solá.

¿Están cerrados estos acuerdos?
No. Hay veleidades y vanidades, y mucha incomprensión todavía. Pero muchos van en ese rumbo. Es un encuentro que podría mostrarse a sí mismo como “propositor” y no “opositor” para plantear no una crítica llorona permanente sino la superación del kirchnerismo con el compromiso de mantener los avances sociales, mejorar las instituciones y terminar con el odio.

¿Sería una opción de centroderecha?
Planean evitar ser considerados “la restauración noventista”, como coinciden en calificar esa posibilidad desde el kirchnerismo y desde la oposición socialdemócrata (FAP-UCR). Estudian rescatar lo mejor de Perón, Yrigoyen y Frondizi y mostrarse capaces de llegar al poder y administrar correctamente manteniendo un fuerte rol del Estado. De hecho podrían estar juntos gobernadores actuales como De la Sota, Macri, Peralta y Colombi, ex gobernadores como Das Neves, Busti y Solá, intendentes con votos como Jesús Cariglino, entre otros, y ex ministros de Néstor que van a reivindicar los mejores momentos del kirchnerismo como Lavagna, Alberto Fernández e Iribarne.

¿Y cómo jugarían Scioli y Massa en este caso?
Es una construcción independiente de sus decisiones. Serían bien recibidos si deciden huir del kirchnerismo.

¿Cuál es la principal trampa que el Gobierno nacional tiene en estudio?
Frenar la propaganda política, que es la única forma que los partidos y militantes tienen para hacer conocer sus ideas, con la excusa de que es proselitismo. Ya lo hizo Jorge Landau y resultó patético que el oficialismo, que es una maquinaria publicitaria que pagamos todos, se queje por los pocos avisos de los opositores. Eso es un signo totalitario: “vamos por todo” significa que sólo el cristinismo puede hacer autobombo, y para colmo con los dineros públicos. Ayer PERFIL informó sobre la negativa de cuatro canales de TV a emitir los spots de Francisco de Narváez.
Pero eso no alcanza para garantizar la posibilidad de la re-reelección.
Por supuesto. Pero también está en estudio la opción de buscar cualquier excusa y suspender, por única vez (jaja), las elecciones primarias abiertas simultáneas y obligatorias (PASO), que visibilizan los mejores competidores posicionados para los comicios generales. En la práctica, las PASO son un instrumento que evita la atomización del voto opositor, y ésa es una amenaza para el Gobierno.

¿Cómo hará Cristina para seguir en el poder, tal como les prometió Carlos Zannini a varios intendentes?
Una gran elección, superior al 45% en octubre, actuaría como presión para intentar sumar los dos tercios de ambas cámaras y decretar la necesidad de una reforma constitucional que habilite a CFK. Se podría acompañar con una consulta popular que actúe como operativo clamor. Y las posibilidades de mínima serían apoyar la fórmula “Zannini al Gobierno, Cristina al poder”, prometiendo que CFK sea jefa de Gabinete o se presente como candidata a gobernadora de Buenos Aires, desde donde conduciría los destinos de la Nación.

Falta mucho para ver el final de esta película. Pero hay algunas fotos que dan señales y, como siempre, abren más preguntas y respuestas.

© Escrito por Alfredo Leuco el sábado 30/03/2013 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.