Recalculando Electoral (I) - Todos en contra y a favor de
Lavagna…
Lavagna en
Cariló estos días. Fotografía: Revista
Noticias
Confirmando que muchas veces lo que se dice es una
proyección de lo propio, Elisa Carrió le dijo “viejo”. “Yo competí con Lavagna
y él ya era grande. Hay que dejarles lugar a las nuevas generaciones. No tiene
ni físico para gobernar, que deje al hijo y se deje de jorobar”.
© Escrito por Jorge Fontevecchia el sábado 19/01/2019 y publicado por el Diario
Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires.
Desde
el kirchnerismo Alberto Fernández salió a decir que “a Lavagna lo están
proponiendo para dividir la elección y llevarse un 15% de votos, están haciendo
lo imposible para que Lavagna se convierta en un candidato atractivo”, pero “ningún
candidato de Alternativa Federal puede ganar las elecciones. Hoy en día, si
Macri quiere polarizar con Cristina Kirchner, pierde”.
Periodísticamente
lo instalaron Perfil, el primer medio que le dio la tapa, y Noticias: Operación San
Lavagna: el tapado del círculo rojo
Las
coincidencias en la crítica del kirchnerismo y Cambiemos son sintomáticas, a
ambos Lavagna les genera cierta inquietud.
Confirmando, también, que se alardea de lo que se carece,
voceros del Gobierno salieron a ningunearlo y dijeron a Ambito Financiero que
“Lavagna no es un cisne negro de la política”, en textual respuesta a la
primera tapa de un medio sobre su candidatura a fin de diciembre pasado en Perfil,
escrita por Gustavo González justo con ese título: Lavagna: el cisne
negro de Macri y CFK. Y agregaron: “Nos
conviene que juegue, nos sirve que haya muchos candidatos peronistas no
kirchneristas de entre 8 y 12% de los votos, ese caudal va a ir luego a Macri
en la segunda vuelta”.
Con
la insolencia de la ignorancia acostumbrada, ven a “Lavagna como el sustituto
ideal del desinflado Massa” porque funciona como “una colectora de votos
antikirchneristas para el ballottage: “Necesitamos otro candidato que refuerce
la teoría de los tres tercios”.
Pero hasta hace poco el macrismo no apostaba a los tres
tercios, sino a los dos medios, aprovechando la polarización y ganar en primera
vuelta sin ballottage gracias al miedo que genera la ex presidenta. Si como el
Gobierno dice “Lavagna no modifica el escenario electoral”, algo lo modificó y
Lavagna sería una de sus consecuencias. A los fines no modifica el hecho de que
hubo un cambio de escenario, y tanto el Gobierno como el peronismo no K y el
kirchnerismo están recalculando su escenario electoral. Y no solo a Alternativa
Federal (el peronismo no K) le surgió un candidato, también al socialismo de
Santa Fe y al radicalismo disidente de Cambiemos.
Santa Fe es un túnel de viento perfecto porque allí
siempre hubo tercios: el socialismo, Cambiemos y el peronismo. Con el peronismo
unido entre el kirchnerismo representado por Agustín Rossi y el peronismo
tradicional, por Omar Perotti. En las elecciones de 2017 acordaron que Perotti
no le presentaba competencia a Rossi en las listas para diputados y que en 2019
Rossi no le competía a Perotti en una interna para gobernador. Pero apareció
como precandidata a gobernadora otra María Eugenia, Bielsa, a quien ubican como
más cercana al kirchnerismo pero salió a decir que Lavagna no sería un mal
candidato.
Quienes apoyan a Lavagna en la provincia en broma
imaginan que tanto el socialismo como el peronismo lleven como candidato
presidencial a Lavagna en Santa Fe, haciendo un todos contra Cambiemos, dos
tercios desafiando a Macri.
Santa Fe, al igual que tantas provincias donde no
gobierna Cambiemos, desdobló las elecciones y se vota primero a candidatos
provinciales y, luego, junto con la boleta a presidente, a legisladores
nacionales.
Por eso no solo el socialismo de Santa Fe empuja la
candidatura de Lavagna, para poder poner a sus candidatos a diputados
nacionales junto a un candidato presidencial que no sea ni Cristina Kirchner ni
Macri, sino también los nueve gobernadores peronistas de Alternativa Federal,
muchos de los cuales se aseguraron su reelección provincial desdoblando las
elecciones pero temen quedar prisioneros de Cristina Kirchner en la lista de
legisladores nacionales al ir junto a la de presidente, si no encuentran un
candidato nacional con algún arrastre.
Dilema
que enfrentan, entre otros, gobernadores como Schiaretti en Córdoba, Gustavo
Bordet en Entre Ríos, Mariano Arcioni en Chubut, y aunque él mismo no pueda ser
reelecto, Juan Manuel Urtubey en Salta. Y otros a ser reelectos que,
dependiendo del contexto, podrían estar con un candidato no kirchnerista, como
los peronistas de Chaco, Domingo Peppo, y de San Juan, Sergio Uñac, quien a
pesar de haber acordado con el kirchnerismo en su provincia fue uno de los
primeros en sacarse una foto con Lavagna y decir que “tiene todas las
condiciones para ser presidente”.
El gobernador de Santa Fe dijo de Lavagna, después de
visitarlo en las playas de Cariló, que “es una de las pocas figuras de la
política argentina que genera consensos y que tiene en su haber el mérito de
haber sacado a la Argentina de una crisis muy parecida a la que estamos
viviendo, y de haberlo hecho con éxito. Un gran candidato a presidente porque
es una figura de consenso, prestigiosa y valorada por los ciudadanos”.
Después, quien visitó a Lavagna en Cariló fue Miguel Ángel
Pichetto, quien en la misma línea dijo que “tiene una lucidez extraordinaria,
es un hombre comprometido con la realidad, es muy activo y dinámico.
Lleva
muy bien su edad. Hay una tendencia en el mundo a la elección de hombres
experimentados, el presidente de Estados Unidos (Donald Trump) está por cumplir
73 años”. Pichetto puso énfasis en desarmar el ataque a la edad de Lavagna.
El mejor ejemplo fue la foto de Pichetto con Lavagna
calzando sandalias con medias y bermudas que se convirtió en trending topic de
Twitter por lo anticuado de la combinación. Pero quienes salen a criticarlo
creyendo que con eso dañan la candidatura de Lavagna deberían tener cuidado de
no estar potenciándolo, como sucedió con Trump, Bolsonaro y otros candidatos de
signo ideológico contrario, como es el caso de Lavagna, quienes, mientras eran
ridiculizados en algunas características de su personalidad, subían en las
encuestas.
Con un par de fotos veraniegas y un look demodé se
viralizó. ¿Habrá demanda por salir de la grieta?
Tanto hizo Cambiemos por lucir moderno, nuevo y cool que
asoció esos significantes con el macrismo como significado. Y todos los
votantes que opinen que el Gobierno fracasó, tanto porque instrumentó una
política económica equivocada como quienes crean que Cambiemos hace lo
que hay que hacer pero lo hace mal, y por uno u otro camino asocie macrismo con
fracaso, podrán –por oposición– asociar los significantes opuestos a algo
positivo.
Con o sin medias, Lavagna se adueñó del verano político,
en contra o a favor todos pasaron a hablar de él. No es poca cosa en donde solo
había lugar para la polarización Macri-Cristina. Pero falta mucho, y entre lo
mucho ver quiénes pagan los 50 millones de dólares que cuesta una campaña
presidencial.
Continúa
mañana con: "Recalculando electoral (II). El tobogán de Massa y el
socialradicalismo"
(Fuente www.perfil.com). El periodismo profesional es costoso y por eso debemos
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