Río revuelto…
Macri transpira y
la oposición saca cuentas. La agotadora interna
oficial.
© Escrito por Nelson Castro el domingo
16/09/2018 y publicado por el Diario Perfil de la Ciudad Autónoma de Buenos
Aires.
Pasan los días, pasan los anuncios y pasan las sucesivas
medidas del Banco Central. Una semana, el Presidente recibe el apoyo claro y
contundente de Donald Trump. Otra, ese respaldo viene de la canciller de
Alemania, Ángela Merkel. Y, para que nada ni nadie falte, se suma a ellos la
directora gerenta del FMI, Christine Lagarde. Sin embargo, el precio del dólar
no para su escalada.
Hay un contraste claro: los líderes políticos del mundo
le creen al Gobierno; los mercados, no. Esta suba imparable del dólar, que
atribula al Gobierno y a la gente, es la fiebre. Y es una fiebre que no se va a
eliminar así nomás. Según pasa el tiempo, al Presidente le cuesta cada vez más
generar las condiciones de credibilidad que le permitan a su gobierno salir de
este atolladero. Ahora el requerimiento para recuperar la credibilidad es el
acuerdo con los gobernadores del peronismo para aprobar el presupuesto 2019.
Por eso fue el propio Macri el que encabezó la reunión con los mandatarios
provinciales dedicada a este asunto clave.
En carrera. En el encuentro, que fue de un alto voltaje
político, ningún gobernador opositor dejó de apoyar lo fundamental, que es
asegurar la gobernabilidad. Todos ratificaron la necesidad de que el Gobierno
tenga el presupuesto y que el presupuesto sea equilibrado. Algunos hicieron sus
propios reclamos de coparticipación, pero en sí hubo una línea general de
apoyo. Todos ponderaron el diálogo con el ministro del Interior, Rogelio
Frigerio.
Los líderes políticos del mundo le creen al Gobierno; los mercados, no.
Esta suba imparable del dólar, que atribula al Gobierno y a la gente, es la
fiebre. Y es una fiebre que no se va a eliminar así nomás.
En el peronismo no K existe el firme
propósito de aprobar el presupuesto y darle esta herramienta, que es clave no
solo para la negociación con el FMI, sino también para la gobernabilidad. “No
queremos hacer nada que ponga en duda el mandato de Macri. Queremos terminar
con ese fantasma”, sostiene una voz del Peronismo Federal. Una de las
consecuencias de la crisis es la de haber adelantado la actividad electoral.
Todos están trabajando con aire de campaña.
Quien está activo es Sergio
Massa. La reunión que tuvo con los gobernadores justicialistas en el
Consejo Federal de Inversiones (CFI) produjo impacto. De igual impacto
político, aun cuando no público, son los encuentros que viene manteniendo con
Florencio Randazzo. Hace un año que se vieron por primera vez después de que
Massa se alejó del kirchnerismo. A lo largo de estos doce meses han afianzado
la relación personal y, a partir de ahí, han venido articulando algunas
acciones conjuntas. Una de esas acciones fue la ley para frenar el tarifazo que
fue vetada por Macri. En estas dos semanas Massa y Randazzo se juntaron a comer
tres veces en la parrilla Don Julio.
De lo que se sabe, el objetivo inmediato
es trabajar en temas de aquí a la aprobación del presupuesto. En las ciudades
en las que haya concejales de ambos lados, se fomentarán las reuniones para
abocarse a asuntos concretos. Recién en diciembre, Massa y Randazzo evaluarán
qué tipo de actividad pública desarrollarán.
Quien está fuertemente afectado es Nicolás Dujovne. “Está destruido”, es la
frase que se escucha en los pasillos del poder. El episodio que lo obligó
a permanecer bajo observación en la guardia del Instituto Argentino de
Diagnóstico y Tratamiento así lo atestigua.
En la semana hizo ruido la encuesta
de Synopsis que contiene tres datos relevantes: el primero es que por primera
vez Macri aparece con guarismos desfavorables; el segundo, que en segunda vuelta,
solo ganaría si su contrincante fuese CFK; y el tercero, que ilusionó al
massismo, es que ante Massa perdería por diez puntos.
Fuego amigo. Quien no deja de
expresar sus críticas por lo que considera un mal manejo de toda esta crisis es
María Eugenia Vidal. La gobernadora no puede disimular su malestar cuando
escucha hablar a funcionarios del Poder Ejecutivo que demuestran un fenomenal
desconocimiento de la realidad que ella palpa día tras día en el conurbano
profundo. La emergencia social crece allí en su necesidad más dramática: la
comida. Y los afectados no son los que van a las manifestaciones que semana a
semana complican la vida de los transeúntes del centro porteño.
A Vidal le procupa que la
devaluación no le transforme la gestión en un infierno. El dólar a $ 40 ha
obligado a la renegociación de todos los contratos existentes y a modificar las
proyecciones para el año que viene. A diferencia de lo que pasa en el gabinete
nacional, la crisis encuentra al gabinete provincial fuertemente cohesionado.
Esta es la cara de la economía real sobre la cual el Presidente habla poco. Sus
mensajes siguen estando dirigidos a los mercados que, como se dijo antes, no le
creen. Y es esta disociación la que provoca el enojo de los que nunca lo
quisieron –ni lo querrán– y el desencanto en quienes lo votaron y se
ilusionaron con un gobierno mejor. Hay en la gente bronca por el aumento de los
precios que no cesa. “En un momento tan crítico como este, los funcionarios
nacionales están actuando con ingenuidad frente a los formadores de precios”,
expresaba un gobernador del oficialismo.
La crisis socioeconómico-política
por la que atraviesa el país dinamitó la coherencia del gabinete nacional. Las
disputas internas se han potenciado y, en algunos casos, adquieren características
que van de lo desopilante a lo patético.
Puertas adentro. A pesar de su bajo
perfil, Marcos Peña sigue siendo un personaje clave. “Y a Mario Quintana –a
pesar de su renuncia– y a Gustavo Lopetegui, el Presidente los sigue
escuchando”, subraya un conocedor de las entrañas del Gobierno. En este mar de
aguas procelosas, los ministros que han consolidado su poder son Rogelio
Frigerio, de Interior, Dante Sica, de Industria, y Carolina Stanley, de
Desarrollo Social. Sobre Stanley hay en Cambiemos una enorme expectativa
proyectada al momento en que haya que decidir sobre quién acompañará a Macri en
la fórmula para la elección presidencial de 2019.
Quien está fuertemente
afectado es Nicolás Dujovne. “Está destruido”, es la frase que se escucha en
los pasillos del poder. Las fuertes críticas que viene recibiendo –desde
adentro y desde afuera del Gobierno–, sumado a las discusiones intensas con
Luis Caputo y otros miembros del Poder Ejecutivo han hecho mella en su
salud. El episodio que lo obligó a permanecer bajo observación en la guardia
del Instituto Argentino de Diagnóstico y Tratamiento así lo atestigua.
Al
respecto –el de la salud– quienes estuvieron con Macri en la reunión que
presidió en el CCK lo escucharon firme en su arenga pero avejentado en su aspecto.
Es el precio del poder.
Producción periodística: Lucía Di
Carlo.
(Fuente: www.perfil.com). El periodismo
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